Esta guía surge a partir de la evidencia que conocemos respecto a cómo afecta a los niños/as, adolescentes y personas adultas con discapacidad intelectual el recorrido por diferentes profesionales, a partir de que revelan la violencia sexual sufrida. Pretende servir como material de apoyo para disponer de una guía práctica que destaque las pautas de actuación que deben conocer los equipos de profesionales, para reducir la victimización secundaria.
Recuerda que cada persona con discapacidad intelectual tiene sus necesidades, personalidad y circunstancias particulares, además de su propia vivencia de la violencia sexual. No traslades tus interpretaciones personales a ellos/as y sus familias.