Vivimos en una sociedad compleja, en constante transformación, que ya no encuentra respuestas en las vías tradicionales de espiritualidad. La pérdida de credibilidad en instituciones religiosas, sumada al aislamiento social, ha creado un terreno fértil para que muchas personas busquen satisfacción espiritual y contención emocional en lugares alternativos. Entre estas alternativas, los grupos sectarios han ganado protagonismo.
El fenómeno sectario desde la psicología
Desde la psicología, no se puede estudiar el fenómeno sectario como una unidad homogénea. Existen grandes diferencias entre los grupos en cuanto a objetivos, estructura y métodos. Por ello, se hace necesario crear tipologías claras y criterios clasificatorios que permitan identificar y diferenciar las dinámicas nocivas.
Secta inocua vs. secta destructiva
No todas las sectas son peligrosas. Para evaluar su potencial destructivo, algunos de los factores clave a tener en cuenta son:
- Conciencia de gueto o aislamiento social.
- Existencia de un pensamiento sectario rígido.
- Docilidad alienante de los miembros.
- Manipulación emocional y cognitiva.
- Tipo de liderazgo (carismático, autoritario, mesiánico).
- Distorsión deliberada de la verdad.
- Captación invasiva o engañosa.
- Restricción de la libertad de movimiento o pensamiento.
- Presencia en otros países con antecedentes problemáticos.
¿Cómo diferenciar una secta de una iglesia?
Aunque la distinción puede ser difusa en ciertos casos, especialmente dentro de Iglesias oficiales, existen criterios psicopsicológicos que permiten establecer un continuo entre Iglesia y secta:
- Libertad de entrada, salida y pensamiento.
- Consecuencias psicológicas y físicas para los miembros.
- Nivel de manipulación emocional o espiritual.
- Antagonismo social del grupo y su adaptación al entorno.
¿Qué predispone a una persona a integrarse en una secta destructiva?
A. Características personales
- Inseguridad no reconocida.
- Baja autoestima.
- Escasa tolerancia a la incertidumbre o frustración.
- Necesidad de autoafirmación.
- Labilidad emocional.
- Ignorancia sobre mecanismos de manipulación grupal.
- Deseo de trascendencia.
- Adolescencia y juventud temprana.
- Idealismo desilusionado o pesimista.
- Déficit en habilidades sociales y aislamiento.
B. Situaciones vitales que aumentan la vulnerabilidad
- Duelo, divorcio, desempleo, mudanza.
- Crisis personales sin apoyo emocional cercano.
- Episodios depresivos o momentos de transición vital.
¿Cómo captan y mantienen a sus miembros las sectas destructivas?
Captación emocional
- Invitaciones a conferencias, talleres, becas o formación profesional.
- Generación de confianza para desinhibir al sujeto.
- Love bombing: afecto constante y atención positiva.
- Inducción a regresión emocional y dependencia infantilizada.
Mantenimiento de la lealtad
- Refuerzo del ego: “eres parte de una élite elegida”.
- Experiencias religiosas intensas como recurso ansiolítico.
- Hostilidad externa como validación interna del grupo.
- Delegación total de dudas y problemas en la figura del líder.
Indoctrinamiento y control cognitivo
- Ataques al autoconcepto anterior.
- Ocupación constante para evitar la reflexión.
- Aislamiento progresivo del entorno exterior.
- Uniformidad del discurso y reducción del lenguaje a frases abstractas e incontestables.
- Eliminación de la crítica y el pensamiento propio.
Técnicas de manipulación
- Fisiológicas: hiperventilación, insomnio, cambios en la dieta, estrés inducido.
- Psicológicas: trance, hipnosis, estimulación emocional repetitiva.
Uso del trance y la sugestión
El trance actúa disociando la conciencia, generando estados de alta sugestionabilidad emocional. Sus efectos incluyen:
- Supresión de la autocrítica.
- Resonancia afectiva con el líder o sugestionador.
- Aumento de la emotividad y la vulnerabilidad.
Psicoterapia tras una experiencia sectaria
A. Problemas frecuentes en ex miembros
- Depresión y culpa.
- Dificultad para tomar decisiones o confiar en otros.
- Pesadillas, pérdida de memoria, ansiedad.
- Trastornos del vínculo.
- Síntomas de estrés postraumático.
B. Factores que influyen en la recuperación
- Nivel de implicación dentro de la secta.
- Tiempo de permanencia.
- Edad de entrada (infancia es el caso más crítico).
- Presencia de daño físico o amenazas.
- Existencia o pérdida de redes de apoyo externas.
- Tipo de salida del grupo (expulsión, escape, intervención).
- Acceso a atención médica y psicoterapéutica adecuada.
Intervención psicoterapéutica: qué hacer y qué evitar
C. Detección temprana
Señales de alerta:
- Cambios de personalidad marcados.
- Mentiras frecuentes.
- Alejamiento de amistades y familia.
Errores a evitar (por parte de familiares):
- Enfrentarse sin asesoramiento profesional.
- Reaccionar con hostilidad abierta.
- Negar la gravedad del cambio.
- Actuar con culpabilidad, vergüenza o resignación.
D. Guía para la intervención
- Recopilar información sobre el grupo y la experiencia del sujeto.
- Crear una relación empática y de confianza.
- Atender a las necesidades emocionales inmediatas.
- Reforzar los recursos internos del paciente.
- Fomentar el pensamiento crítico mediante estrategias indirectas.
- Promover la reconstrucción de la identidad y de un proyecto de vida.
- Establecer objetivos terapéuticos a corto y largo plazo.
- Incluir ejercicios como escritura reflexiva o diario personal.
- Acompañar el proceso con información clara y dosificada sobre el control mental.
Por David Antón Menéndez, Artículo cedido para publicación en Psyciencia por Aprendo Viendo Terapia.