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Ellen Barry para The New York Times:
Los servicios de salud mental para empleados se han convertido en una industria millonaria. A los recién contratados, una vez que han encontrado dónde se ubican los baños y se han inscrito en los planes de ahorro para el retiro, se les presenta una panoplia de soluciones digitales de bienestar, seminarios de mindfulness, clases de masaje, talleres de resiliencia, sesiones de coaching y aplicaciones para dormir.
Estos programas son un motivo de orgullo para los departamentos de recursos humanos con visión de futuro, una prueba de que los empresarios se preocupan por sus trabajadores. Pero un investigador británico que analizó las respuestas de 46.336 trabajadores de empresas que ofrecían estos programas descubrió que las personas que participaban en ellos no estaban mejor que sus compañeros que no participaban.
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En la amplia población del estudio, ninguna de las demás ofertas —aplicaciones, coaching, clases de relajación, cursos de gestión del tiempo o de salud financiera— tuvo ningún efecto positivo. De hecho, los cursos sobre resiliencia y gestión del estrés parecían tener un efecto negativo.
“Es un hallazgo bastante controvertido que estos programas tan populares no fueran eficaces”, dijo William Fleming, autor del estudio y miembro del Centro de Investigación en Bienestar de la Universidad de Oxford.
Básicamente la investigación encontró que si los empleadores están realmente interesados en mejorar la salud mental de sus colaboradores deben invertir su presupuesto en mejorar los horarios de trabajo, mejores remuneraciones y revisiones de rendimiento, en vez de gastar dinero en programas de coaching para que los colaboradores regulen su estrés.