Se acerca el fin de cuatrimestre, de año y comienza la cuenta regresiva para exámenes, pruebas integradoras, parciales finales y demás instancias de evaluación. El juego del miedo parece haber comenzado en primarias, niveles medio, facultades y posgrados, pero hay esperanzas y herramientas para hacerle frente.
En este artículo, el objetivo es facilitar consejos prácticos de ciencia del aprendizaje para educadores y para mejorar o generar hábitos de estudio en quienes estudian.
Existe una gran cantidad de datos sobre cómo aprenden los humanos (H. C. Gooding, K. Mann & E. Armstrong, 2016). Las investigaciones empíricas de la ciencia del aprendizaje provienen de distintas disciplinas como la psicología cognitiva, la neurociencia, sociología, antropología y economía del comportamiento. La evidencia tiene implicaciones importantes para los responsables de la enseñanza, el diseño curricular y la mejora de la eficacia del aprendizaje. Sin embargo, estos hallazgos históricamente se han aislado unos de otros y de los educadores en la práctica.
Fenstermacher (1989), propone que el secreto del aprendizaje no reside en la enseñanza, sino en lo que el propio alumno es capaz de hacer al aprender. Hay una gama de actividades vinculadas con la condición de alumno que complementan las actividades de la enseñanza. Por ejemplo, los profesores explican, describen, definen, refieren, corrigen y estimulan. Los alumnos repiten, practican, piden ayuda, repasan, controlan, sitúan fuentes y buscan materiales de estudio. La tarea del profesor consiste en apoyar el deseo de «estudiantar» (ser estudiante) y mejorar su capacidad de hacerlo. Cuánto aprenda del hecho de ser un estudiante es en gran medida una función de la manera en que «estudiantee». Es un rol activo, por lo que el estudiante protagoniza su aprendizaje más allá de lo que le es enseñado.
Principios del aprendizaje
Existen principios de aprendizaje a tener en cuenta. Ellos son:
- Mejora en el procesamiento de la información: reducir la carga “extraña” tanto como sea posible. Ayudar a quienes aprenden a manejar la “carga intrínseca” y asistirlos con el procesamiento, la construcción y automatización de la información novedosa. Al dar una clase ayudaría el disminuir la presencia de material “extraño” y enfocarse únicamente en el material “esencial”. Comenzar con ejemplos simples, de pocos elementos, o fraccionarlos haciéndolos así más manejables. Por ejemplo, ejercicios para completar oraciones.
- Promoción de aprendizaje “esforzado”: crear oportunidades de apropiada recuperación para el contenido a ser aprendido. Dejar un intervalo de tiempo y de contenido entre los materiales a ser aprendidos. Evitar estudiar todo a último momento. Pruebas prácticas. Práctica global y con feedback. Estudiar con cuestionarios. Flashcards, didácticas específicas.
- Generalización: preparar explícitamente a quienes aprenden, a la aplicación del nuevo conocimiento a nuevos y variados contextos, la transferencia de lo aprendido. Contar con muchos ejemplos variados para comparar y contrastar el conocimiento. Mientras más realista sea el ejemplo, habrá mayor capacidad de transferir el conocimiento a otras situaciones.
- Promover el desarrollo de experiencia: la práctica intencional mejora notablemente la flexibilidad y el razonamiento analítico. Ayudar a los alumnos a generar objetivos orientados al aprendizaje. Esta práctica posee 3 componentes: (1) el establecimiento de objetivos de aprendizaje claros; (2) actividades formativas individualizadas, diseñadas y supervisadas por un entrenador o maestro para lograr esos objetivos; (3) y actividades de práctica repetidas que son refinadas por retroalimentación del entrenador o profesor. Quienes hacen docencia pueden ayudar a promover objetivos de aprendizaje mediante la formulación de evaluaciones simples.
- Capitalizar el componente emocional: enseñe a quienes estudian a reconocer su estado emocional y su rol en el aprendizaje. L@s profesor@s pueden ayudar a crear esta sensación de seguridad emocional y psicológica en l@s estudiantes, mediante la promoción de un énfasis en el aprendizaje y la mejoría, al reconocer y validar la gama de emociones experimentada por los estudiantes. Desarrollando así, relaciones positivas y de apoyo con los estudiantes.
- Enseñar y aprender en contexto: prestar atención a la naturaleza social del aprendizaje. Los profesores también pueden asistir a la currícula oculta, experimentada por los estudiantes, utilizando ejercicios reflexivos para explicitar el aprendizaje social y estar abiertos a discutir lo que los estudiantes están aprendiendo de su entorno social. Animar a reflexionar sobre cómo el contexto social de su aprendizaje, puede afectar su formación de identidad personal. Crear experiencias auténticas en el lugar de estudio. Prestar atención de guiar a los alumnos a través de procesos de resolución de conflictos para la aplicación de sus conocimientos a diversas situaciones dentro del lugar de trabajo para ayudar a los alumnos a transferir su aprendizaje.
Es fundamental promover la metacognición en quienes aprenden y en nosotros mismos. Que todos piensen en voz alta al resolver problemas. Reflexión crítica de un pensamiento. Las reacciones también promueven la integración de nuevos conocimientos.
La enseñanza de los principios del aprendizaje es una forma de aumentar la metacognición.
Generar hábitos de estudio
Se recomiendan ciertas estrategias para generar o fortalecer hábitos de estudio (Bown. D, 2016):
- Manejo del tiempo: sin ser una técnica de estudio propiamente dicha, la jerarquización de prioridades y reorganización de actividades haría productivo el tiempo de estudio.
- Planificación y agenda: un buen manejo de las responsabilidades académicas requiere un sistema de organización que incluya planificación a corto y largo plazo. Este último consistiría en un mapeo global de las actividades académicas según jerarquía acorde a las fechas límite, que permitiría un uso óptimo del tiempo disponible para su realización. El diagrama de estas tareas en organizadores semanales y volcados a una agenda diaria, facilitarían su concreción.
- Espaciado y repetición: Estudio de un tema no en un único momento continuado, sino en su división en partes menores distribuidas en distintos momentos. Es así como se lograría una mayor comprensión. Su repetición consolida la información en la memoria de largo plazo.
- Intercalado: variar el material y/o su forma de acercamiento. Estudiar un tema o material durante un período de tiempo prolongado y de la misma manera produce recompensas decrecientes con el tiempo, mientras que cambiar la atención del cerebro a un tema nuevo o un enfoque diferente puede restaurar la eficiencia del aprendizaje. Intercalar se refiere a mezclar temas durante una sesión de estudio o variar el método de estudio.
- Ponerse a prueba: elaborar y generar material que evalúe lo que se sabe al momento. Ejercicio de recuperar lo aprendido/estudiado al tiempo que refuerza lo aprendido y permite identificar lo que aún no se aprendió. En lugar de continuar estudiando una y otra vez el mismo material completo, se repite el ejercicio de recuperación de lo estudiado hasta lograr recordarlo en su totalidad. Mientras más espaciado sea el intento de recuperación, mayor será la retención del material a largo plazo. La comprensión a largo plazo aumenta significativamente si se realiza una pausa para recordar los puntos centrales de lo leído y se hace un esfuerzo por explicar su significado. Este es el Método SQ3R: survey, question, read, recite and review (compilado, pregunta, lectura, recitación y revisión). Revisión general del material tomando nota de la introducción, conclusión, títulos, tablas y figuras, para tener una idea general del contenido. Cuestionarse qué es lo importante a aprender de cada uno de los elementos. Leer cuidadosamente el texto buscando los puntos clave a recordar. Pausar para recitar o escribir en sus propias palabras los puntos importantes que acaban de ser leídos. Reveer los puntos centrales en ausencia del texto. El acto de escribir un resumen de notas de clase o parafrasear un libro de texto puede profundizar la comprensión. se demostró que lo que estaban aprendiendo en sus propias palabras se desempeñaba con una calificación de media letra más alta que los estudiantes que no lo hicieron (Brown PC, 2013). El proceso de articular lo que se está aprendiendo con las propias palabras, verbalmente o por escrito, tiende a fortalecer la comprensión y expone deficiencias de conocimiento. Resumir también podría facilitar aprender identificando los puntos principales, extrayendo un significado más profundo y organizando los componentes relacionados (Dunlosky J., 2014).
- Recuperación colaborativa: los estudiantes pueden beneficiarse del proceso de aprendizaje grupal, nutriéndose de las fortalezas individuales.
- Minimizar las distracciones: muchos estudiantes prefieren estudiar con música o un televisor de fondo, mientras conversan o mientras chequean redes sociales, mensajes o notificaciones. Tales distracciones pueden romper la concentración de un estudiante durante el estudio o desviar la atención lejos de lo que se está aprendiendo. Se reportó que la interferencia de la “Multitasking” durante el estudio genera un aprendizaje deficiente (Pashler et al, 2013).
- Aprovechar los errores: los errores son parte normal y esperable del aprendizaje. No deben interpretarse como fallas, sino que corregir los errores es una oportunidad de aprendizaje.
- Diversificar métodos: los estilos de aprendizaje generalmente definen las preferencias de aprendizaje autoidentificadas de un estudiante en lugar de las habilidades de aprendizaje, y las percepciones de los estudiantes sobre cómo aprenden pueden ser engañosas. Se debe alentar a los estudiantes a ampliar su enfoque del aprendizaje mediante el uso de una variedad de métodos, como la lectura, la escritura , recuperar, resolver problemas, escuchar y colaborar. El objetivo final es que cada estudiante desarrolle una “caja de herramientas” de diversas técnicas de aprendizaje que puedan adaptarse a la naturaleza específica de lo que sea necesario aprender.
- Duerme al menos 7 horas por noche: algunos estudiantes tienen la impresión errónea de que sus habilidades cognitivas aumentan cuando se les priva del sueño, incluso de manera convincente, que están en su mejor momento académico cuando se dedican a “pasar toda la noche”. La investigación sugiere lo contrario (Brown FC, 2002). Los neurocientíficos han determinado que el crecimiento dendrítico asociado con el almacenamiento de memoria a largo plazo es más eficiente durante los períodos de onda lenta y profunda sueño (SWS) es decir, durante el sueño de movimientos oculares rápidos (REM). Los recuerdos almacenados recientemente se consolidan en recuerdos a largo plazo durante el sueño SWS. Aumentar el sueño de seis horas o menos a ocho horas puede mejorar la formación de la memoria de los aprendidos recientemente.
La implementación de los hábitos de estudio beneficia un aprendizaje afianzado, siendo que una memorización sistemática iría en detrimento del crecimiento de tal proceso conscientemente construido.
Se desprende de las múltiples investigaciones en estudiantes universitarios, una serie de hábitos que pueden traspolarse a otras áreas y grupos de estudiantes que favorecen el estudio en un corto y largo plazo.
*Artículo escrito por Ariel Faust y Gretel Martínez.
Referencias:
- Brown, D., Currents in Pharmacy Teaching and Learning (2016): An evidence-based analysis of learning practices: the need for pharmacy students to employ more effective study strategies.
- Brown, F. C., & Buboltz, W. C., Jr. (2002). Applying sleep research to university students: Recommendations for developing a student sleep education program. Journal of College Student Development, 43(3), 411–416.
- Brown PC, Roediger HL, McDaniel MA (2014). Make It Stick — The Science of Successful Learning, Cambridge, MA: Harvard University Press.
- Dunlosky, J., Rawson, K. A., Marsh, E. J., Nathan, M. J., & Willingham, D. T. (2013). Improving students’ learning with effective learning techniques promising directions from cognitive and educational psychology. Psychological Science in the Public Interest, 14(1), 4-58.
- Fenstermacher, G (1989). Tres aspectos de la filosofía de la investigación sobre la enseñanza en Wittrock, M. (1989).La investigación en la enseñanza III. Paidós. Madrid.
- H. C. Gooding, K. Mann & E. Armstrong (2016): Twelve tips for applying the science of learning to health professions education, Medical Teacher.Pashler, H., Kang, S. H., & Ip, R. Y. (2013). Does Multitasking Impair Studying? Depends on Timing. Applied Cognitive Psychology, 27(5), 593-599. doi:10.1002/acp.2919