[Estamos en Discord. Empieza a seguirnos ahora]
Obtener feedback o realimentación de nuestros clientes es una manera de contribuir con ellos y nuestro trabajo para darle una dirección que garantice que hacemos lo correcto con cada conversación.
Pero si queremos enriquecer con mayores detalles nuestra relación terapéutica, podemos hacer una serie de preguntas puntuales “a mitad de camino”, invitando a nuestros clientes a reflexionar sobre la conversación y nuestra conducta. Algunas preguntas elementales son:
1. ¿Me puedes poner al tanto de cómo está resultando para ti esta conversación?
2. ¿Está tomando la dirección que considera apropiada?
Mensaje de nuestro sponsor exclusivo: Ítaca Formación
Descubre cómo brindar atención psicológica eficaz a distancia con curso especializado en telepsicología de Ítaca Formación. Aprende las mejores prácticas, herramientas y técnicas para ofrecer apoyo emocional y terapéutico a tus pacientes desde la comodidad de tu hogar. Este curso está diseñado por expertos y te proporciona las habilidades necesarias para adaptarte a las nuevas demandas del sector. No pierdas la oportunidad de ampliar tus competencias y mejorar tu práctica profesional.
![](https://pavlov.psyciencia.com/2024/07/SEMANA-3-PSICIENCIA-ITACA-FORMACION-1200x720.jpg)
3. ¿Sientes que estamos hablando sobre lo que es importante que hablemos?
4. ¿La conversación está abordando la agenda que trajiste para esta reunión?
5. Si estamos avanzando en la dirección que parece apropiada, ¿podrías decirme qué cosas de esta conversación siente que está funcionando bien para usted?
6. ¿Tiene algunas otras ideas de direcciones en las que podríamos orientar nuestra conversación, que pudieran ser relevantes?
7. ¿Algunas de mis respuestas en esta conversación puso algún límite a lo que usted siente que puede hablar aquí?
8. ¿Estaría dispuesto a reflexionar sobre la conversación que venimos manteniendo y hacerme saber qué le resulta más útil y qué menos útil de ella?
Estas preguntas, diseñadas por Michael White, son ejemplos de preguntas para provocar un feedback útil para nuestra relación y trabajo terapéutico. Es una de las muchas posibilidades (además de nuestra conocida escala que mide los avances y el progreso en relación con la meta y el objetivo) y recursos con los que contamos para enriquecer nuestra identificación, desarrollo y refuerzo de nuestra práctica.