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Publicaciones por autor

Maria Fernanda Alonso

909 Publicaciones
Soy miembro fundador y editora de contenido en Psyciencia.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Tiene las cualidades para ser líder o simplemente habla mucho?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 23/07/2021

Independientemente de la inteligencia y los rasgos de la personalidad, las personas que pasan más tiempo hablando tienden a emerger como líderes de grupos inicialmente sin líderes (MacLaren et al., 2020).

¿Por qué es importante?

Los humanos somos seres intensamente sociales y gran parte de las decisiones económica y políticamente importantes son tomadas en grupos. Sin embargo, resulta sencillo advertir y demostrar diversas ineficiencias asociadas al trabajo grupal. Comprender este conflicto puede ayudar a guiar la manera en que se desarrollan las reuniones de grupo, su organización jerárquica (u horizontal), las evaluaciones y capacitaciones de las personas individualmente y en conjunto.

Los primeros intentos de evaluar la calidad del liderazgo tenían una fuerte relación con la cantidad de tiempo que cada miembro del grupo habló durante un debate. Es decir que la evidencia muestra que los integrantes del grupo parecían atribuir el liderazgo a las personas que simplemente hablaban mucho. MacLaren y sus colegas consideraron, entonces, que comprender la relación entre el tiempo de uso de la palabra y las atribuciones de liderazgo puede ayudar a entender la dinámica de grupo de forma más general.

Método

Para su estudio, 33 grupos de 4 a 10 estudiantes universitarios fueron grabados mientras trabajaban juntos durante una simulación por computadora de temática militar o empresarial. La simulación de temática militar era un juego llamado BCT Commander, mientras que la simulación de temática empresarial era un juego llamado CleanStart. Los 256 participantes incluidos en el estudio eran cognitiva y demográficamente diversos e incluían estudiantes de pregrado y posgrado.

A los participantes se les dio 10 minutos para planear cómo completarían su tarea y 60 minutos para intentar su tarea como grupo. Un participante de cada grupo fue asignado al azar como el «operador», que era responsable de manipular la interfaz de usuario del juego.

Una vez después de la fase de planificación de la simulación y una vez después de la fase de juego, se pidió a los participantes que nominaran de una a cinco personas que creían que habían surgido como líderes.

Resultados

El equipo encontró que:

  • Los estudiantes que pasaban más tiempo hablando tenían más probabilidades de ser nominados como líderes. Esto fue cierto incluso después de tener en cuenta el estatus del operador, el conocimiento previo del juego y las variables psicológicas como los rasgos de personalidad y la capacidad cognitiva.

Si te encuentras en una posición de liderazgo, la evidencia sugiere que debes desempeñar un papel activo en la conversación, señalan los autores. Llevar este hallazgo a los extremos no es útil porque las cantidades distorsionadas de tiempo de conversación se asocian con resultados de desempeño grupal más deficientes (ver el trabajo del grupo de Anita Woolley sobre lo que ellos llaman inteligencia colectiva), pero la evidencia parece consistente en que las personas que hablan más son más propensas ser vistos como líderes.

  • Cada grupo del estudio tenía participantes hombres y mujeres. Los investigadores encontraron que el género tenía un impacto sustancial en el surgimiento del liderazgo, lo que marca la existencia de un sesgo de género en las atribuciones de liderazgo. Según los datos de esta investigación, los hombres reciben en promedio un voto extra solo por ser hombres. El efecto es más extremo para la persona con más votos. Este sesgo no estuvo asociado con ningún indicador observable de la calidad de la participación, sólo con el género. Y este mismo sesgo a menudo interfiere en evaluaciones de desempeño en el trabajo, por lo que son necesarias las evaluaciones regulares y existe la necesidad de encontrar mejores formas y más objetivas para determinar la calidad y el potencial del desempeño.

Finalmente, los investigadores señalan que si bien el tiempo que pasa una persona hablando es estadísticamente “poderoso” porque parece relacionarse con muchas variables de comportamiento importantes, aún no se sabe si lo que es realmente importante es lo que se dice en sí, o sí es importante porque está correlacionado con otros comportamientos importantes. También se debe estudiar el papel de las interrupciones y otros comportamientos potenciales (como la postura o el lenguaje corporal) o características del habla (como el cambio en el tono de voz de un individuo) que pueden tener relevancia. 

Referencia bibliográfica: MacLaren, N. G., Yammarino, F. J., Dionne, S. D., Sayama, H., Mumford, M. D., Connelly, S., Martin, R. W., Mulhearn, T. J., Michelle Todd, E., Kulkarni, A., Cao, Y., & Ruark, G. A. (2020). Testing the babble hypothesis: Speaking time predicts leader emergence in small groups. En The Leadership Quarterly (Vol. 31, Número 5, p. 101409). https://doi.org/10.1016/j.leaqua.2020.101409

Fuente: Psypost

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El dolor por el rechazo social es similar ya sea que nos excluya un extraño o un ser querido

  • Maria Fernanda Alonso
  • 22/07/2021

Hace mucho tiempo, la vida de las personas dependía en gran medida de su capacidad para establecer y mantener relaciones sociales. De las redes que armara surgiría la satisfacción de algunas necesidades fundamentales y la protección ante amenazas. Al parecer, esa necesidad de afiliación se encuentra tan arraigada en nosotros que la exclusión nos sigue provocando dolor. Y el dolor inmediato es el mismo tanto si nos excluye un amigo o pareja, como si nos excluye un extraño (Böckler et al., 2021).

Metodología

Para llegar a tal hallazgo, un equipo de investigadores de la Universidad de Leibniz, en Alemania, realizó un experimento para el cual pidieron a cada participante que asistiera al laboratorio con un amigo del mismo sexo o con una pareja romántica (del sexo opuesto, en este caso).

Los participantes y sus amigos/parejas jugaron un juego en habitaciones separadas, que consistía en lanzar una pelota en pantalla a quien ellos pensaban que era su pareja o amigo y a un tercer jugador en línea. De hecho, los pases de este otro «jugador», así como los pases que el participante creía que estaba dando su amigo/pareja, eran controlados por los investigadores.

Las fotografías del participante, su amigo/pareja y el tercer jugador (que era del mismo sexo que el amigo/pareja) se mostraban en la pantalla junto a iconos individuales. Al hacer clic en diferentes botones del teclado, el participante podía elegir a quién pasar la pelota. Pero el número de veces que se les pasaba el balón dependía de su condición experimental: 

  • los participantes «incluidos» recibieron 20 de los 60 pases totales (como sucedería si los lanzamientos de pelota se compartieran por igual); 
  • aquellos que fueron «excluidos por su amigo/pareja» recibieron 10 pases en total, todos del extraño;
  • aquellos que fueron “excluidos por el extraño” también recibieron un total de 10 pases, pero todos de su amigo/pareja; 
  • las personas en el cuarto grupo fueron excluidas más completamente: después de recibir dos pases al comienzo del juego, fueron ignoradas.

Inmediatamente después del juego, los participantes completaron cuestionarios sobre su estado de ánimo durante y después del juego. 

Resultados

Los resultados revelaron que la exclusión debilitó el estado de ánimo de las personas durante (aunque no después) el juego, ya sea que hayan sido excluidos por una pareja, un amigo o un extraño. La exclusión total tuvo un efecto mayor en el estado de ánimo.

Los participantes totalmente incluidos puntuaron más alto que todos los demás en las medidas de “pertenencia”, autoestima, existencia significativa (tener una razón central de ser) y satisfacción de necesidades básicas en general. Aquellos que habían sido completamente excluidos mostraron una satisfacción de necesidades básicas incluso menor que los otros grupos, aunque la exclusión total no empeoró los efectos sobre la autoestima. 

Los investigadores no encontraron diferencias significativas para ninguna necesidad básica individual o general, al comparar las exclusiones de otros cercanos con la exclusión de un extraño.

Los puntajes de satisfacción con la relación también fueron más bajos cuando los participantes fueron excluidos por un extraño, amigo o pareja, y aún más bajos entre aquellos que fueron totalmente excluidos. Entonces, si bien el grado de exclusión claramente importaba, ser excluido por un extraño, un amigo o una pareja tenía los mismos impactos.

Dentro de las limitaciones del estudio se resalta su tamaño pequeño, y el hecho de haberse centrado en el impacto de la exclusión durante e inmediatamente después del juego. El rechazo por parte de una pareja romántica o un amigo cercano seguramente tendría efectos más duraderos, aunque sea indirectamente, al alterar la percepción de la calidad de la relación en sí. (Aclaran los autores que todos los participantes fueron informados después.) 

Estudios anteriores han encontrado que incluso la exclusión por parte de una computadora (Zadro et al., 2004), o alguien que pertenece a un grupo detestado, como el Ku Klux Klan (Gonsalkorale & Williams, 2007), tiene efectos negativos.

Referencias bibliográficas:

  • Böckler, A., Rennert, A., & Raettig, T. (2021). Stranger, Lover, Friend? En Social Psychology (Vol. 52, Número 3, pp. 173-184). https://doi.org/10.1027/1864-9335/a000446
  • Gonsalkorale, K., & Williams, K. D. (2007). The KKK won’t let me play: ostracism even by a despised outgroup hurts. En European Journal of Social Psychology (Vol. 37, Número 6, pp. 1176-1186). https://doi.org/10.1002/ejsp.392
  • Zadro, L., Williams, K. D., & Richardson, R. (2004). How low can you go? Ostracism by a computer is sufficient to lower self-reported levels of belonging, control, self-esteem, and meaningful existence. En Journal of Experimental Social Psychology (Vol. 40, Número 4, pp. 560-567). https://doi.org/10.1016/j.jesp.2003.11.006

Fuente: Research Digest

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Las personas narcisistas son considerablemente más agresivas y violentas

  • Maria Fernanda Alonso
  • 22/07/2021

Una persona narcisista cree ser inherentemente merecedora de privilegios y trato especial (Krizan & Herlache, 2018). Y si bien puede que no te reconozcas dentro de esa definición, la evidencia muestra que todos tenemos algún nivel de narcisismo (Krizan & Herlache, 2018), y también muestra que cuanto mayor es el nivel de narcisismo, mayor será el nivel de agresión de la persona. Una revisión reciente encontró que el narcisismo se relacionó con un aumento del 21% en la agresión y del 18% en la violencia (Kjærvik & Bushman, 2021)..

¿Por qué es importante?

El narcisismo está en aumento y las redes sociales podrían ser un factor contribuyente. Un estudio encontró que las personas que publicaron una gran cantidad de selfies en las redes sociales desarrollaron un aumento del 25% en los rasgos narcisistas durante un período de cuatro meses (Reed et al., 2018). Por otro lado, el narcisismo es una de las características del liderazgo tóxico, y debido a que los jefes narcisistas tienden a ser egoístas y a despreciar a los demás, erosionan la confianza de sus colegas y empleados, lo que les impide mantener buenas relaciones laborales. Además las personas narcisistas tienden a discriminar a los demás (Cichocka et al., 2017) y a tener poca empatía (Burgmer et al., 2021). Según la evidencia, sus relaciones de pareja tampoco suelen ser muy buenas (Brunell & Keith Campbell, 2012).

¿Qué encontró la revisión de Kjærvik & Bushman (2021)?

Para este estudio, los autores revisaron otros 437 estudios sobre narcisismo y agresión. En total, sumaron 123.000 participantes.

La agresión fue definida como cualquier comportamiento destinado a dañar a otra persona que no quiere ser lastimada, mientras que la violencia se definió como la agresión que implica un daño físico extremo, como lesiones o la muerte.

Tras la revisión, encontraron que los individuos con alto nivel de narcisismo son especialmente agresivos cuando se les provoca, pero también son agresivos cuando no se les provoca. 

Los participantes del estudio con altos niveles de narcisismo mostraron altos niveles de agresión física, agresión verbal, difundir chismes, intimidar a otros e incluso encausar la agresión contra transeúntes inocentes. Estas personas atacaron tanto exaltados emocionalmente como a sangre fría. El narcisismo se relacionó con la agresión en hombres y mujeres de todas las edades de países occidentales y orientales.

Según los autores, las personas que se creen superiores no parecen tener reparos en atacar a otros a quienes consideran inferiores.

Esta revisión metaanalítica combinó los datos de múltiples estudios que investigaron el mismo tema, con el fin de desarrollar una conclusión estadísticamente más sólida debido al mayor número de participantes. Una revisión metaanalítica puede revelar patrones que no son obvios en ningún estudio. Es como mirar todo el bosque en lugar de los árboles individuales.

Si bien estos hallazgos hacen referencia a una persona de modo individual, otras investigaciones han encontrado que el «narcisismo colectivo» (o «mi grupo es superior al tuyo) está relacionado con la agresión intergrupal, especialmente cuando uno de los miembros del grupo («nosotros») se ve amenazado por un grupo externo («ellos») (de Zavala et al., 2009).

Nuevas investigaciones: ¿cómo se llega a ser narcisista?

Actualmente hay equipos de trabajo investigando, por ejemplo, cómo las personas llegan a ser narcisistas. En este tópico, un estudio encontró que cuando los padres sobrevaloran, sobrestiman y elogian las cualidades de su hijo, su hijo tiende a volverse más narcisista con el tiempo (Brummelman et al., 2015). Estos padres piensan que su hijo es más especial y tiene más derechos que otros niños. Este estudio también encontró que si los padres quieren que su hijo tenga una autoestima saludable en lugar de un narcisismo malsano, deben brindarle cariño y amor incondicional. 

Referencias bibliográficas:

  • Borenstein, M., Hedges, L. V., Higgins, J. P. T., & Rothstein, H. R. (2021). Introduction to Meta-Analysis. John Wiley & Sons. https://books.google.com/books/about/Introduction_to_Meta_Analysis.html?hl=&id=2oYmEAAAQBAJ
  • Brummelman, E., Thomaes, S., Nelemans, S. A., Orobio de Castro, B., Overbeek, G., & Bushman, B. J. (2015). Origins of narcissism in children. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 112(12), 3659-3662. https://doi.org/10.1073/pnas.1420870112
  • Brunell, A. B., & Keith Campbell, W. (2012). Narcissism and Romantic Relationships. En The Handbook of Narcissism and Narcissistic Personality Disorder (pp. 344-350). https://doi.org/10.1002/9781118093108.ch30
  • Burgmer, P., Weiss, A., & Ohmann, K. (2021). I don’t feel ya: How narcissism shapes empathy. En Self and Identity (Vol. 20, Número 2, pp. 199-215). https://doi.org/10.1080/15298868.2019.1645730
  • Cichocka, A., Dhont, K., Makwana, A. P., & Back, M. (2017). On Self–Love and Outgroup Hate: Opposite Effects of Narcissism on Prejudice via Social Dominance Orientation and Right–Wing Authoritarianism. En European Journal of Personality (Vol. 31, Número 4, pp. 366-384). https://doi.org/10.1002/per.2114
  • de Zavala, A. G., Cichocka, A., Eidelson, R., & Jayawickreme, N. (2009). Collective narcissism and its social consequences. Journal of Personality and Social Psychology, 97(6), 1074-1096. https://doi.org/10.1037/a0016904
  • Kjærvik, S. L., & Bushman, B. J. (2021). The link between narcissism and aggression: A meta-analytic review. En Psychological Bulletin. https://doi.org/10.1037/bul0000323
  • Krizan, Z., & Herlache, A. D. (2018). The Narcissism Spectrum Model: A Synthetic View of Narcissistic Personality. En Personality and Social Psychology Review (Vol. 22, Número 1, pp. 3-31). https://doi.org/10.1177/1088868316685018
  • Reed, P., Bircek, N. I., Osborne, L. A., Viganò, C., & Truzoli, R. (2018). Visual Social Media Use Moderates the Relationship between Initial Problematic Internet Use and Later Narcissism. En The Open Psychology Journal (Vol. 11, Número 1, pp. 163-170). https://doi.org/10.2174/1874350101811010163

Fuente: Psypost

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Mejorar la fuerza muscular podría prevenir los síntomas de la depresión

  • Maria Fernanda Alonso
  • 19/07/2021

La depresión es responsable del 4,4% de la carga de enfermedad a nivel mundial (Ferrari et al., 2013), y es también una de las principales causas de suicidio (Law & Liu, 2008). Esto resalta la importancia de identificar factores preventivos eficaces para el trastorno. Recientemente, un equipo de investigadores encontró que las intervenciones enfocadas en mejorar la fuerza muscular pueden ser efectivas para prevenir la sintomatología depresiva (Cao et al., 2021).

Hasta el momento, las evidencias han mostrado una relación transversal y prospectiva entre la fuerza muscular y los síntomas depresivos entre adultos de mediana edad y ancianos (Ashdown-Franks et al., 2019; Fukumori et al., 2015; Gu et al., 2021; Hamer et al., 2015; Wu et al., 2017; Zhao et al., 2020).

Los niveles de actividad física de una fluctúan con frecuencia y esto consecuentemente provoca cambios en la fuerza muscular con el tiempo. Aprovechando la investigación existente, los investigadores decidieron estudiar específicamente los cambios en la fuerza de la empuñadura y cómo podrían afectar la probabilidad de experimentar síntomas depresivos.

El estudio

La muestra del estudio estuvo compuesta por 599 estudiantes universitarias en China e incluyó evaluaciones de referencia y un seguimiento de un año. Las evaluaciones principales fueron una medida de autoinforme de la gravedad de los síntomas depresivos y una prueba de agarre que requería que las participantes apretaran un dispositivo llamado dinamómetro digital lo más fuerte posible. Sus resultados fueron considerados un indicador de la fuerza muscular.

Los investigadores probaron si los cambios en la fuerza de agarre estaban asociados con el riesgo de síntomas depresivos durante el seguimiento de un año. Su análisis evaluó y controló varios factores que podrían influir en la relación entre la fuerza del agarre y los síntomas depresivos, incluyendo: el índice de masa corporal (IMC), la edad, la duración y la calidad del sueño, el consumo de tabaco y alcohol y el nivel de actividad física.

Resultados

En un primer momento no hubo asociación entre la fuerza de agarre de las estudiantes al inicio del estudio y su riesgo de síntomas de depresión durante el período de un año. Sin embargo, hubo un vínculo negativo entre los cambios en la fuerza de agarre durante el año y el riesgo de síntomas depresivos. Las personas que mostraron un aumento en la fuerza de agarre durante el año tenían un riesgo reducido de experimentar síntomas depresivos.

Una posible explicación de este fenómeno es que los músculos esqueléticos son fuentes clave de citocinas proinflamatorias, proteínas que se comunican entre las células y juegan un papel importante en la función del sistema inmunológico. La fuerza muscular más débil se ha relacionado con el aumento de la secreción de estas citocinas. Por otra parte, se ha sugerido que el aumento de la secreción inflamatoria desencadena cambios en la estructura del cerebro y desempeña un papel en el desarrollo de la depresión.

Dentro de las limitaciones del estudio, los datos no incluían una evaluación clínica de la depresión o una medida de la masa del músculo esquelético. Los autores dicen que la masa muscular podría interferir potencialmente con la relación entre los cambios en la fuerza del agarre y la sintomatología depresiva. Sin embargo, sus hallazgos proporcionan una base para futuras investigaciones, allanando el camino para un estudio controlado aleatorio que podría proporcionar información sobre la causalidad.

Referencias bibliográficas:

  • Ashdown-Franks, G., Stubbs, B., Koyanagi, A., Schuch, F., Firth, J., Veronese, N., & Vancampfort, D. (2019). Handgrip strength and depression among 34,129 adults aged 50 years and older in six low- and middle-income countries. Journal of Affective Disorders, 243, 448-454. https://doi.org/10.1016/j.jad.2018.09.036
  • Cao, J., Zhao, F., & Ren, Z. (2021). Association Between Changes in Muscle Strength and Risk of Depressive Symptoms Among Chinese Female College Students: A Prospective Cohort Study. En Frontiers in Public Health (Vol. 9). https://doi.org/10.3389/fpubh.2021.616750
  • Ferrari, A. J., Charlson, F. J., Norman, R. E., Patten, S. B., Freedman, G., Murray, C. J. L., Vos, T., & Whiteford, H. A. (2013). Burden of depressive disorders by country, sex, age, and year: findings from the global burden of disease study 2010. PLoS Medicine, 10(11), e1001547. https://doi.org/10.1371/journal.pmed.1001547
  • Fukumori, N., Yamamoto, Y., Takegami, M., Yamazaki, S., Onishi, Y., Sekiguchi, M., Otani, K., Konno, S.-I., Kikuchi, S.-I., & Fukuhara, S.-I. (2015). Association between hand-grip strength and depressive symptoms: Locomotive Syndrome and Health Outcomes in Aizu Cohort Study (LOHAS). Age and Ageing, 44(4), 592-598. https://doi.org/10.1093/ageing/afv013
  • Gu, Y., Li, X., Zhang, Q., Liu, L., Meng, G., Wu, H., Zhang, S., Wang, Y., Zhang, T., Wang, X., Cao, X., Li, H., Liu, Y., Sun, S., Wang, X., Jia, Q., Song, K., Sun, Z., & Niu, K. (2021). Grip strength and depressive symptoms in a large-scale adult population: The TCLSIH cohort study. En Journal of Affective Disorders (Vol. 279, pp. 222-228). https://doi.org/10.1016/j.jad.2020.08.023
  • Hamer, M., Batty, G. D., & Kivimaki, M. (2015). Sarcopenic obesity and risk of new onset depressive symptoms in older adults: English Longitudinal Study of Ageing. International Journal of Obesity , 39(12), 1717-1720. https://doi.org/10.1038/ijo.2015.124
  • Law, S., & Liu, P. (2008). Suicide in China: unique demographic patterns and relationship to depressive disorder. Current Psychiatry Reports, 10(1), 80-86. https://doi.org/10.1007/s11920-008-0014-5
  • Wu, H., Yu, B., Meng, G., Liu, F., Guo, Q., Wang, J., Du, H., Zhang, W., Shen, S., Han, P., Dong, R., Wang, X., Ma, Y., Chen, X., & Niu, K. (2017). Both muscle mass and muscle strength are inversely associated with depressive symptoms in an elderly Chinese population. En International Journal of Geriatric Psychiatry (Vol. 32, Número 7, pp. 769-778). https://doi.org/10.1002/gps.4522
  • Zhao, Z., Ji, C., Liu, Y., Gao, S., & Xia, Y. (2020). Higher handgrip strength predicts a lower risk of depressive symptoms in rural Chinese populations. Journal of Affective Disorders, 269, 12-17. https://doi.org/10.1016/j.jad.2020.03.028

Fuente: Psypost

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Podemos inferir el significado emocional de la música de otras culturas?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 16/07/2021

Cuando veo la presentación de Malevo en el programa Americas’s got Talent se me pone la “piel de gallina”; siento una mezcla de orgullo, patriotismo y entusiasmo por lo que representa para la cultura argentina. Además del espectacular show de malambo, me gusta ver la reacción del público y de los jurados estadounidenses que ovacionan el ritmo casi como si lo sintieran propio, inundados por las emociones que transmite, aunque no conozcan su origen o su significado. Y es que, de hecho, un estudio encontró que las personas pueden inferir la emocionalidad de la música de otras culturas a través de la interpretación de propiedades acústicas comunes (Beier et al., 2020). 

La importancia de este hallazgo radica en que explorando estos elementos comunes, los psicólogos pueden acercarse a la comprensión del mecanismo cognitivo que subyace a nuestras experiencias con la música.

En su investigación, los autores buscaron averiguar si las personas mostraban respuestas emocionales similares a la música de culturas familiares y desconocidas. Su hipótesis era que si las personas son capaces de sentir emociones en respuesta a una música desconocida, esto sugeriría que se valen de las características musicales transculturales para inferir un significado emocional de la música.

La muestra del estudio estuvo compuesta por 62 estudiantes de pregrado de diferentes orígenes culturales, que variaban en su familiaridad con la música clásica occidental, clásica indostánica y tradicional china. Para medir la respuesta emocional, los investigadores se enfocaron en la respuesta de “escalofrío”, un hormigueo placentero en la piel que ocurre como reacción a la música emocionalmente intensa. Se les presentaron cuatro extractos de cada uno de estos estilos musicales y se les pidió que presionaran un botón cada vez que sintieran un escalofrío. Como segunda indicación de una respuesta de escalofrío, también se midió la conductancia de la piel usando electrodos colocados en las manos de los participantes. Los investigadores solo consideraron las respuestas de escalofríos que se midieron a través de la conductancia de la piel y también fueron acompañadas con presionar el botón, lo que resultó en un total de 910 escalofríos para el análisis.

Después de una extensa serie de análisis, los resultados mostraron que los participantes tenían la misma probabilidad de experimentar escalofríos tanto con la música que conocían bien como con los estilos musicales con los que no estaban familiarizados. Sin embargo, hubo alguna evidencia de que el conocimiento de un estilo musical provocaba más escalofríos en ese estilo.

Independientemente de cuán familiarizados dijeron los estudiantes que estaban con cada estilo musical, los investigadores les pidieron que completaran pruebas al final del estudio para evaluar su conocimiento de cada estilo musical. 

Descubrieron que el conocimiento se relacionaba con la cantidad de escalofríos, lo que apoya parcialmente la idea de que el conocimiento de cada estilo conduce a más escalofríos cuando se escucha esa música. 

Finalmente, los resultados ofrecieron información sobre las propiedades acústicas de la música que pueden ser responsables de provocar una respuesta de escalofrío. En los tres estilos, el volumen, el brillo y la aspereza de la música se correlacionaron con los escalofríos. Estos resultados sugieren que las mismas propiedades que provocan escalofríos en la música occidental también producen escalofríos en estilos musicales de otras culturas.

En contraste con la perspectiva de que las personas no pueden inferir el significado de la música que se origina en culturas desconocidas, los hallazgos sugieren que las personas pueden inferir la emocionalidad de la música a través de la interpretación de propiedades acústicas comunes. Aún así, los autores señalan que hay muchas formas en que se experimenta la música y el significado, y que la emoción sentida es solo una de ellas, por lo que sostienen que su experimento no niega la importancia del contexto cultural y la inculturación en la comunicación del significado musical.

Referencia bibliográfica: Beier, E. J., Janata, P., Hulbert, J. C., & Ferreira, F. (2020). Do you chill when I chill? A cross-cultural study of strong emotional responses to music. En Psychology of Aesthetics, Creativity, and the Arts. https://doi.org/10.1037/aca0000310

Fuente: Psypost

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cómo se forman los recuerdos y cómo los perdemos

  • Maria Fernanda Alonso
  • 15/07/2021

Traer a la memoria un recuerdo realmente vívido, como el día de tu graduación o el nacimiento de tu hijo, no suele ser difícil (¡hasta puede que recuerdes los detalles insólitos asociados a ese momento!). Pero hay recuerdos que no son tan fuertes (¿qué almorzaste hace tres semanas?), y ¿por qué no lo son? ¿Por qué recordamos algunas cosas y otras no? ¿Por qué los recuerdos finalmente se desvanecen? 

En este corto y sencillo video, Catharine Young explica los conceptos básicos sobre la memoria y la pérdida de memoria: sus factores contribuyentes y qué podemos hacer para fortalecerla. 

Puedes activar los subtítulos en español.


Fuente: Ted

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El silencio de los empleados: cómo es trabajar con un jefe narcisista

  • Maria Fernanda Alonso
  • 14/07/2021

Si hablamos específicamente del ámbito laboral, la relación que tengas con tu jefe es, probablemente, la que más puede afectar tu bienestar personal. La forma en que una persona subordinada es dirigida por su superior puede determinar su rendimiento, su compromiso con la empresa y su nivel de autoconfianza. Frecuentemente, los trabajadores informan que una de las razones más importantes por las que dejan un trabajo es su jefe.

Un jefe con tendencias narcisistas suele dar una buena primera impresión, sin embargo, sus verdaderos rasgos se ven expuestos con el tiempo, revelando que su interés por los demás tiende a ser superficial, y que se preocupan sobre todo por ellos mismos (Watts et al., 2013). Hay quienes caracterizan al “liderazgo tóxico” como aquel ejercido con nula receptividad de comentarios, mentiras o inconsistencias, autocracia, manipulación, intimidación, acoso y narcisismo.

Estudios recientes han encontrado que uno de los grandes problemas de los jefes narcisistas es que no cuentan con las herramientas para desarrollar buenas relaciones con sus empleados, sostenibles en el tiempo, ya que su comportamiento tiende a ser egoísta y su desprecio por los demás erosiona la base de todas las relaciones buenas: la confianza (Hamstra, et al., 2021).

Las personas narcisistas se consideran más importantes, talentosos y atractivos que los demás, pero también se sienten inseguros de sí mismos y tienen una gran necesidad de ser admirados. De forma simultánea anhelan la reafirmación y validación de su autoimagen inflada por parte de otras personas, y se sienten con derecho a atención y admiración. 

Esta dualidad de anhelar y sentirse con derecho a la admiración lleva a los individuos narcisistas a considerarse a sí mismos nacidos para ser líderes y a sentirse con derecho a posiciones de liderazgo, posiciones en las que pueden ser vistos y admirados (Grapsas et al., 2020). 

El liderazgo narcisista se caracteriza por el egoísmo, comportarse como si se tuviera prerrogativas, la arrogancia y la explotación de otras personas en beneficio personal (Rosenthal & Pittinsky, 2006).

Desafortunadamente, tendemos a interpretar el exceso de confianza de un individuo narcisista como una señal de que, de hecho, es competente y que sería un buen líder. Los narcisistas cautivan a los demás con su seductor encanto, su visión audaz y su inquebrantable confianza en sí mismos. Todo esto, combinado con sus buenas primeras impresiones, los llevan a ascender jerárquicamente y, como resultado, los rasgos narcisistas son relativamente comunes entre los jefes

Entonces, la aspiración de los narcisistas por puestos de liderazgo combinada con las buenas primeras impresiones que hacen puede hacer que suban en las jerarquías, lo que da como resultado que los rasgos narcisistas sean relativamente comunes entre los jefes (Grijalva et al., 2013).

Pero un liderazgo eficaz requiere desarrollar relaciones de colaboración, reciprocidad y confianza con los demás, y la evidencia muestra que los jefes narcisistas son considerados menos confiables por quienes trabajan para ellos. Esto se debe a que desarrollar la confianza requiere integridad y preocupación por los otros, y nada de esto es natural para las personas narcisistas quienes tienden a anteponer sus propios intereses sobre los de los demás e incluso no tienen problema en pisotear a otros cuando sea necesario para lograr un beneficio personal. Consecuentemente, un jefe narcisista y poco confiable hará que las personas se sientan inseguras para tomar riesgos, cometer errores y expresarse abiertamente.

¿Se puede detectar a un narcisista?

Existen diversas pruebas de selección utilizadas en los reclutamientos organizacionales que procuran detectar a las personas con estos rasgos para evitar asignarlos a puestos de liderazgo. Y, desde luego, las personas narcisistas no son tímidas en admitir que quieren ser admiradas o incluso que pasan por alto los intereses de los demás. De hecho, en general, los narcisistas no se presentan como agradables o modestos (Paulhus & John, 1998). Sin embargo, los narcisistas no son incompetentes y tienen la capacidad de aprender que pueden ser aún más efectivos en la consecución de sus metas egoístas si se presentan de una manera socialmente aceptable o, en otras palabras, si camuflan su falta de interés.

Un hallazgo constante es que algunos jefes narcisistas desarrollan técnicas para manejar la impresión que otros tienen de ellos: buscan activamente comportarse de manera que los haga parecer sinceros a los demás. Cuando tienen éxito con estas técnicas, los empleados tienden a percibirlos como más confiables que sus contrapartes altamente narcisistas que no utilizan técnicas para manejar las impresiones de los demás y, debido a esto, sus empleados se sienten más seguros para expresarse abiertamente. 

¿Cómo es el falso interés?

Puede ser difícil distinguir cuando alguien está fingiendo interés o lo está demostrado de forma genuina, sin embargo hay ciertas pistas que pueden servir de guías. En general, el hecho de que los individuos narcisistas necesiten aprender a dar a los demás la impresión de que les importan, significa que no pueden depender del comportamiento y las respuestas espontáneas. Esto quiere decir que es probable que su comportamiento aparentemente sincero parezca incómodo o guionado. 

Por ejemplo, es probable que alguien que realmente se preocupe por ti te pregunte espontáneamente cómo estás y qué hay de nuevo en tu vida. Es menos probable que una persona a la que no le importes realmente, te lo pregunte de forma espontánea. Es más, puede ocurrir que sólo te hagan estas preguntas después de tí porque tu pregunta les recuerda que deben expresar interés recíproco. Además, es poco probable que te hagan preguntas de seguimiento después de haber mostrado su comportamiento superficialmente afectuoso. Después de todo, no están realmente interesados ​​en ti.

Por otro lado, es probable que alguien que se preocupe de verdad escuche y sea más empático. Por el contrario, si te encuentras contando una historia sobre tu propia experiencia y la experiencia de repente parece ser sobre el otro, su respuesta aparentemente empática a tu historia podría ser solo una oportunidad para que esta persona cuente una historia sobre sí mismo. Del mismo modo, es posible que su reacción a tu historia no sea empática en absoluto, sino superficial y solo se ciña a los hechos.

Sin embargo, al mismo tiempo, si solo te dejan hablar y nunca comparten sus vivencias ni se relacionan con lo que estás diciendo, es muy posible que te hayan hecho creer que están interesados ​​en ti, pero en realidad no les importa lo que estás compartiendo. Es probable que alguien que se preocupe por ti y sea digno de confianza también exprese su confianza compartiendo sobre su propia vida, por ejemplo, porque es probable que las personas confiables vean las relaciones como una calle de doble sentido.

La mayoría de las personas tienen una inclinación natural a confiar en otros que muestran signos de afecto, por lo que somos vulnerables a la suposición de que los narcisistas tienen buenas intenciones, especialmente aquellos narcisistas que se esfuerzan por parecer sinceros. Cierta conciencia de este efecto y de las formas en que podríamos reconocer el falso interés es útil para proteger a las personas bien intencionadas de ser explotadas y manipuladas.

Referencias:

  • Grapsas, S., Brummelman, E., Back, M. D., & Denissen, J. J. A. (2020). The «Why» and «How» of Narcissism: A Process Model of Narcissistic Status Pursuit. En Perspectives on Psychological Science (Vol. 15, Número 1, pp. 150-172). https://doi.org/10.1177/1745691619873350
  • Grijalva, E., Harms, P., Newman, D. A., & Gaddis, B. (2013). Narcissism and Leadership: A Meta-Analytic Review of Linear and Nonlinear Relationships. En Academy of Management Proceedings (Vol. 2013, Número 1, p. 11731). https://doi.org/10.5465/ambpp.2013.11731abstract
  • Hamstra, M. R. W., Schreurs, B., Jawahar, I. M., Laurijssen, L. M. y Hunermund, P. (2021). Manager narcissism and employee silence: A socio-analytic theory perspective. Journal of Occupational and Organizational Psychology, 94, 29–54. https://bpspsychub.onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/joop.12337
  • Paulhus, D. L., & John, O. P. (1998). Egoistic and Moralistic Biases in Self‐Perception: The Interplay of Self‐Deceptive Styles With Basic Traits and Motives. En Journal of Personality (Vol. 66, Número 6, pp. 1025-1060). https://doi.org/10.1111/1467-6494.00041
  • Rosenthal, S. A., & Pittinsky, T. L. (2006). Narcissistic leadership. En The Leadership Quarterly (Vol. 17, Número 6, pp. 617-633). https://doi.org/10.1016/j.leaqua.2006.10.005
  • Watts, A. L., Lilienfeld, S. O., Smith, S. F., Miller, J. D., Keith Campbell, W., Waldman, I. D., Rubenzer, S. J., & Faschingbauer, T. J. (2013). The Double-Edged Sword of Grandiose Narcissism. En Psychological Science (Vol. 24, Número 12, pp. 2379-2389). https://doi.org/10.1177/0956797613491970

Fuente: Psypost

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Necesitamos adaptarnos a la vida sin distanciamiento social

  • Maria Fernanda Alonso
  • 13/07/2021

Las medidas de distanciamiento social demostraron ser esenciales para frenar la propagación de la COVID-19 en todo el mundo, previniendo más de 500 millones de casos. No obstante, con el progreso de la vacunación y sus resultados favorables, muchos países han optado por levantar las medidas más restrictivas de distanciamiento social permitiendo, por ejemplo, reuniones sociales con ciertas condiciones. Pero el hecho de que ahora podamos reunirnos no significa que nuestros cerebros estén especialmente ansiosos por dejar a un lado el ambiente acogedor que armamos para explorar hasta la última serie de Netflix, con el fin de resurgir a la vida social anterior.

Una encuesta nacional realizada en EE.UU. encontró que el 36% de los adultos (incluyendo el 61% de los adultos jóvenes) informaron que se sintieron “seriamente solitarios” durante la pandemia. Podríamos pensar, entonces, que las personas estarían ansiosas por volver a las reuniones sociales; sin embargo casi la mitad de los estadounidenses informaron sentirse incómodos por volver a la interacción en persona, independientemente del avance de la vacunación.

¿Cómo se entiende esto? Los científicos explican que el cerebro es extraordinariamente adaptable, por lo que tanto el aislamiento social como la resocialización pueden afectarlo.

¿Qué nos enseñan las neurociencias sobre la necesidad de socializar?

Los seres humanos tenemos una necesidad evolutivamente cableada de socializar. En el reino animal mantener las redes sociales es fundamental para la supervivencia, ya sea que hablemos de insectos o primates. Los grupos sociales brindan perspectivas de apareamiento, caza cooperativa y protección contra los depredadores.

Pero la homeostasis social (el equilibrio adecuado de conexiones sociales) debe ser logrado, y para alcanzar esos beneficios son necesarias grandes redes sociales que aumentan la competencia por recursos y compañeros (Matthews & Tye, 2019). Debido a esto, los cerebros humanos desarrollaron circuitos especializados para medir las relaciones y hacer los ajustes correctos, al igual que un termostato social.

La homeostasis social involucra muchas regiones del cerebro (Lee et al., 2021), y en el centro está el circuito mesocorticolímbico o «sistema de recompensa» (Berridge & Kringelbach, 2015), el circuito que te motiva a comer chocolate cuando estás antojado de algo dulce. Del mismo modo, la reducción de la interacción social provoca antojos sociales, lo que produce patrones de actividad cerebral similares a la privación de alimentos (Tomova et al., 2020).

¿Qué pasa con nuestros cerebros durante el aislamiento social?

Como no es posible aislar personas y examinar sus cerebros, los científicos se sirven de estudios con animales de laboratorio para aprender más sobre el cableado social del cerebro. Debido a que los lazos sociales son esenciales en el reino animal, estos mismos circuitos cerebrales se encuentran en todas las especies (Matthews & Tye, 2019).

  • Un efecto destacado del aislamiento social es el aumento de la ansiedad y el estrés. Separar a los animales de sus compañeros de jaula aumenta el cortisol (la principal hormona del estrés) y los comportamientos similares a la ansiedad (Hawkley et al., 2012). Los estudios en humanos también apoyan esto, ya que las personas con círculos sociales pequeños tienen niveles más altos de cortisol y otros síntomas relacionados con la ansiedad similares a los animales de laboratorio socialmente desfavorecidos (Campagne, 2019). 

Evolutivamente, este efecto tiene sentido: los animales que pierden la protección del grupo deben volverse hipervigilantes para valerse por sí mismos (J. T. Cacioppo et al., 2006). Y no solo ocurre en la naturaleza. Un estudio encontró que las personas que se describen a sí mismas como «solitarias» están más atentas a las amenazas sociales como el rechazo o la exclusión (S. Cacioppo et al., 2016).

  • Otra región importante para la homeostasis social es el hipocampo, el centro de aprendizaje y memoria del cerebro (Lee et al., 2021). Los círculos sociales exitosos requieren que aprendas comportamientos sociales, como el desinterés y la cooperación (Phillips, 2018), y que distingas a los amigos de los enemigos. 

Varios estudios en animales muestran que incluso el aislamiento temporal de la edad adulta afecta tanto la memoria social (como reconocer un rostro familiar) como la memoria de trabajo (como recordar una receta mientras se cocina) (Almeida-Santos et al., 2019; Zorzo et al., 2019).

Un seguimiento a expedicionarios antárticos encontró que habían encogido el hipocampo después de solo 14 meses de aislamiento social (Stahn et al., 2019). De manera similar, los adultos con círculos sociales pequeños tienen más probabilidades de desarrollar pérdida de memoria y deterioro cognitivo más adelante en la vida (Evans et al., 2019).

Por más que tu cerebro se adapte al aislamiento, lo mismo puede ocurrir con la reconexión social

La resocialización podría revertir los efectos de la ansiedad y el estrés asociados al aislamiento, sugieren que la resocialización repara estos efectos (Mumtaz et al., 2018).

Un estudio encontró que los titíes anteriormente aislados primero tenían niveles más altos de estrés y cortisol cuando se resocializaban, pero luego se recuperaban rápidamente (Smith et al., 2011). También hallaron que los animales que alguna vez estuvieron aislados pasaron más tiempo aseando a sus nuevos amigos.

La memoria social y la función cognitiva también parecen ser muy adaptables.

Los estudios con ratones (Liu et al., 2018) y ratas informan que, si bien los animales no pueden reconocer a un amigo inmediatamente después de un aislamiento a corto plazo, recuperan rápidamente la memoria después de la resocialización.

Por otra parte, un estudio escocés reciente encontró que los residentes tenían cierto deterioro cognitivo durante las semanas más duras de encierro debido a la pandemia, pero se recuperaron rápidamente una vez que se aliviaron las restricciones (Ingram et al., 2021).

Aún son necesarias más investigaciones en estas áreas, pero mientras tanto podés aprovechar esos pequeños momentos sociales en el ascensor (aunque resulten incómodos), para recordar el camino hacia el restablecimiento de tu homeostasis social.

Referencias bibliográficas:

  • Almeida-Santos, A. F., Carvalho, V. R., Jaimes, L. F., de Castro, C. M., Pinto, H. P., Oliveira, T. P. D., Vieira, L. B., Moraes, M. F. D., & Pereira, G. S. (2019). Social isolation impairs the persistence of social recognition memory by disturbing the glutamatergic tonus and the olfactory bulb-dorsal hippocampus coupling. Scientific Reports, 9(1), 473. https://doi.org/10.1038/s41598-018-36871-6
  • Berridge, K. C., & Kringelbach, M. L. (2015). Pleasure Systems in the Brain. En Neuron (Vol. 86, Número 3, pp. 646-664). https://doi.org/10.1016/j.neuron.2015.02.018
  • Cacioppo, J. T., Hawkley, L. C., Ernst, J. M., Burleson, M., Berntson, G. G., Nouriani, B., & Spiegel, D. (2006). Loneliness within a nomological net: An evolutionary perspective. En Journal of Research in Personality (Vol. 40, Número 6, pp. 1054-1085). https://doi.org/10.1016/j.jrp.2005.11.007
  • Cacioppo, S., Bangee, M., Balogh, S., Cardenas-Iniguez, C., Qualter, P., & Cacioppo, J. T. (2016). Loneliness and implicit attention to social threat: A high-performance electrical neuroimaging study. Cognitive Neuroscience, 7(1-4), 138-159. https://doi.org/10.1080/17588928.2015.1070136
  • Campagne, D. M. (2019). Stress and perceived social isolation (loneliness). En Archives of Gerontology and Geriatrics (Vol. 82, pp. 192-199). https://doi.org/10.1016/j.archger.2019.02.007
  • Evans, I. E. M., Martyr, A., Collins, R., Brayne, C., & Clare, L. (2019). Social Isolation and Cognitive Function in Later Life: A Systematic Review and Meta-Analysis. Journal of Alzheimer’s Disease: JAD, 70(s1), S119-S144. https://doi.org/10.3233/JAD-180501
  • Hawkley, L. C., Cole, S. W., Capitanio, J. P., Norman, G. J., & Cacioppo, J. T. (2012). Effects of social isolation on glucocorticoid regulation in social mammals. Hormones and Behavior, 62(3), 314-323. https://doi.org/10.1016/j.yhbeh.2012.05.011
  • Ingram, J., Hand, C. J., & Maciejewski, G. (2021). Social isolation during COVID-19 lockdown impairs cognitive function. Applied Cognitive Psychology. https://doi.org/10.1002/acp.3821
  • Lee, C. R., Chen, A., & Tye, K. M. (2021). The neural circuitry of social homeostasis: Consequences of acute versus chronic social isolation. Cell, 184(10), 2794-2795. https://doi.org/10.1016/j.cell.2021.04.044
  • Liu, Y., Lv, L., Wang, L., & Zhong, Y. (2018). Social Isolation Induces Rac1-Dependent Forgetting of Social Memory. Cell Reports, 25(2), 288-295.e3. https://doi.org/10.1016/j.celrep.2018.09.033
  • Matthews, G. A., & Tye, K. M. (2019). Neural mechanisms of social homeostasis. Annals of the New York Academy of Sciences, 1457(1), 5-25. https://doi.org/10.1111/nyas.14016
  • Mumtaz, F., Khan, M. I., Zubair, M., & Dehpour, A. R. (2018). Neurobiology and consequences of social isolation stress in animal model—A comprehensive review. En Biomedicine & Pharmacotherapy (Vol. 105, pp. 1205-1222). https://doi.org/10.1016/j.biopha.2018.05.086
  • Phillips, T. (2018). The concepts of asymmetric and symmetric power can help resolve the puzzle of altruistic and cooperative behaviour. Biological Reviews of the Cambridge Philosophical Society, 93(1), 457-468. https://doi.org/10.1111/brv.12352
  • Smith, A. S., Birnie, A. K., & French, J. A. (2011). Social isolation affects partner-directed social behavior and cortisol during pair formation in marmosets, Callithrix geoffroyi. Physiology & Behavior, 104(5), 955-961. https://doi.org/10.1016/j.physbeh.2011.06.014
  • Stahn, A. C., Gunga, H.-C., Kohlberg, E., Gallinat, J., Dinges, D. F., & Kühn, S. (2019). Brain Changes in Response to Long Antarctic Expeditions. En New England Journal of Medicine (Vol. 381, Número 23, pp. 2273-2275). https://doi.org/10.1056/nejmc1904905
  • Tomova, L., Wang, K. L., Thompson, T., Matthews, G. A., Takahashi, A., Tye, K. M., & Saxe, R. (2020). Acute social isolation evokes midbrain craving responses similar to hunger. Nature Neuroscience, 23(12), 1597-1605. https://doi.org/10.1038/s41593-020-00742-z
  • Zorzo, C., Méndez-López, M., Méndez, M., & Arias, J. L. (2019). Adult social isolation leads to anxiety and spatial memory impairment: Brain activity pattern of COx and c-Fos. Behavioural Brain Research, 365, 170-177. https://doi.org/10.1016/j.bbr.2019.03.011

Fuente: The Conversation

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cambios en la conectividad cerebral podrían relacionarse con el deterioro cognitivo autoinformado

  • Maria Fernanda Alonso
  • 12/07/2021

El deterioro cognitivo es una de las principales características de la demencia. La detección temprana puede ser clave para disminuir su progreso y procurar revertir sus efectos. Tras un seguimiento de adultos mayores que se quejaban por percibir que su capacidad cognitiva estaba empeorando, aunque las evaluaciones clínicas no mostraban ningún deterioro, investigadores encontraron que esto puede relacionarse con cambios significativos en la conectividad funcional en dos áreas del cerebro (Viviano & Damoiseaux, 2021).

¿Por qué es importante?

El deterioro cognitivo subjetivo, definido como un empeoramiento percibido de la capacidad cognitiva que no se observa en la evaluación clínica, puede ser un indicador temprano de demencia. Las alteraciones cerebrales que subyacen a la experiencia del declive podrían reflejar la progresión de la demencia incipiente y pueden surgir antes de que la evaluación cognitiva sea lo suficientemente sensible como para detectar un déficit. La investigación transversal previa ha demostrado una conectividad funcional cerebral aberrante en el deterioro cognitivo subjetivo, pero la evaluación longitudinal ha sido limitada.

Estudio

Sesenta y nueve mujeres, principalmente afroamericanas, de 50 a 85 años de edad, participaron de un seguimiento de tres años, en el que los investigadores utilizaron imágenes por resonancia magnética (IRM) en intervalos de 18 meses para estudiar la manifestación de cambios cognitivos. Todos los participantes autoinformaban un empeoramiento de su capacidad cognitiva, aunque las evaluaciones clínicas no mostraron deterioros.

El equipo de investigación realizó tres exploraciones de IRM en intervalos de 18 meses, las cuales mostraron cambios significativos en la conectividad funcional en dos áreas del cerebro. 

Resultados

Las personas que informaron más deterioro cognitivo subjetivo mostraron una mayor disminución en la conectividad entre los componentes de la red de modo predeterminado y un mayor aumento en la conectividad entre la prominencia y los componentes de la red de modo predeterminado. La conectividad funcional cambió en ausencia de un cambio en el rendimiento cognitivo.

Dado que estos cambios cerebrales ocurrieron sin cambios cognitivos concomitantes, podrían indicar que los cambios cerebrales subyacen a la percepción del deterioro. Estos cambios podrían ser un marcador sensible de la demencia naciente meses o años antes de que las evaluaciones detecten algún déficit cognitivo.

Referencia bibliográfica: Viviano, R. P., & Damoiseaux, J. S. (2021). Longitudinal change in hippocampal and dorsal anterior insulae functional connectivity in subjective cognitive decline. Alzheimer’s Research & Therapy, 13(1), 108. https://doi.org/10.1186/s13195-021-00847-y

Fuente: Science Daily

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

No te preocupes. Las canas causadas por el estrés pueden revertirse

  • Maria Fernanda Alonso
  • 07/07/2021

Resulta intuitivo pensar que el estrés puede acelerar el envejecimiento, lo sorprendente es que según un estudio reciente, el color del cabello se puede restaurar si se elimina el estrés (Rosenberg et al., 2021). 

Los autores comparan el pelo de una persona con los anillos en el tranco de un árbol: así como estos contienen información sobre décadas pasadas en la vida de un árbol, el cabello contiene información sobre la historia biológica de una persona: cuando los pelos todavía están debajo de la piel como folículos, están sujetos a la influencia de las hormonas del estrés y otras cosas que suceden en la mente y el cuerpo. Una vez que los pelos crecen fuera del cuero cabelludo, cristalizan permanentemente estas exposiciones en una forma estable.

¿Por qué es importante?

Comprender los mecanismos que permiten que los pelos “envejecidos” (canas) vuelvan a sus estados “jóvenes” (pigmentados) podría generar nuevas pistas sobre la maleabilidad del envejecimiento humano en general y cómo está influenciado por el estrés. Los resultados de esta investigación se suman a un creciente cuerpo de evidencia que demuestra que el envejecimiento humano no es un proceso biológico fijo y lineal, sino que puede, al menos en parte, detenerse o incluso revertirse temporalmente.

Metodología

Los investigadores utilizaron un método novedoso que consiste en dividir el pelo para documentar su pigmentación y capturar imágenes muy detalladas de pequeños cortes de cabello humano con el fin de cuantificar el grado de pérdida de pigmento (encanecimiento) en cada porción (cada rebanada, de aproximadamente 1/20 de milímetro de ancho, representa aproximadamente una hora de crecimiento del cabello). Al examinar estas porciones bajo un escáner de alta resolución es posible ver y medir pequeñas y sutiles variaciones de color.

En el estudio fueron analizados cabellos individuales de 14 voluntarios, quienes a su vez llevaron diarios de estrés. 

Hallazgos

Los autores notaron de inmediato que algunas canas recuperaron naturalmente su color original. Esto nunca había sido documentado cuantitativamente. 

Al alinear los cabellos con los diarios de estrés encontraron sorprendentes asociaciones entre el estrés y el encanecimiento del cabello y, en algunos casos, una reversión del encanecimiento con el cese del estrés.

Para comprender cómo el estrés causa las canas, los investigadores también midieron los niveles de miles de proteínas en los cabellos y cómo cambiaron a lo largo de cada cabello.

Los cambios en 300 proteínas ocurrieron cuando cambió el color del cabello, y los investigadores desarrollaron un modelo matemático que sugiere que los cambios inducidos por el estrés en las mitocondrias pueden explicar cómo el estrés vuelve el cabello gris. Ellos explicaron que las mitocondrias son como pequeñas antenas dentro de la célula que responden a una serie de señales diferentes, incluido el estrés psicológico.

La conexión mitocondrial entre el estrés y el color del cabello difiere de la descubierta en un estudio reciente con ratones, que encontró que el envejecimiento inducido por el estrés era causado por una pérdida irreversible de células madre en el folículo piloso. Con esta base, los autores entienden que el envejecimiento en las personas implica un mecanismo diferente, y este puede ser un caso en el que los hallazgos en ratones no se traducen bien en las personas.

Finalmente advierten que, si bien reducir el estrés es un buen objetivo para la vida, no necesariamente convertirá tu cabello de gris a tu color natural. “Creemos que el cabello debe alcanzar un umbral antes de que se vuelva gris. En la mediana edad, cuando el cabello está cerca de ese umbral debido a la edad biológica y otros factores, el estrés lo empujará por encima del umbral y pasará a las canas. Pero no creemos que reducir el estrés en una persona de 70 años que ha tenido canas durante años oscurecerá su cabello o que aumentar la tensión en una niña de 10 años será suficiente para inclinar su cabello por encima del umbral de las canas».

Referencia bibliográfica: Rosenberg, A. M., Rausser, S., Ren, J., Mosharov, E. V., Sturm, G., Ogden, R. T., Patel, P., Kumar Soni, R., Lacefield, C., Tobin, D. J., Paus, R., & Picard, M. (2021). Quantitative mapping of human hair greying and reversal in relation to life stress. eLife, 10. https://doi.org/10.7554/eLife.67437

Fuente: Science Daily

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