Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Publicaciones por autor

Maria Fernanda Alonso

909 Publicaciones
Soy miembro fundador y editora de contenido en Psyciencia.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Videojuego para identificar síntomas de TDAH

  • Maria Fernanda Alonso
  • 14/01/2021
buttons close up controller dark

El trastorno del neurodesarrollo por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tiene una prevalencia estimada del 7,2% en niños y adolescentes. Hasta el momento, no existen pruebas biológicas de diagnóstico para TDAH, tal valoración es clínica, y puede respaldarse en escalas completadas por cuidadores o profesionales, y el historial médico del paciente. Varios estudios han determinado que estas valoraciones pueden verse alteradas, por ejemplo, por factores afectivos. Tras resaltar la necesidad de contar con herramientas distintas, que coadyuven al diagnóstico de TDAH, investigadores adaptaron un videojuego que tiene como protagonista a un mapache que corre sin fin (un juego con el que los niños ya estaban familiarizados) para convertirlo en una herramienta que permita la identificación y evaluación del grado de trastorno por déficit de atención e hiperactividad en niños y adolescentes (Delgado-Gómez et al., 2020).

Cómo funciona el videojuego

32 niños, de entre 8 y 16 años colaboraron en este estudio. Todos ellos habían sido diagnosticados con TDAH por la Unidad de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Departamento de Psiquiatría del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

Durante el juego, los participantes debían dirigir su avatar (mapache), quien tenía que atravesar diferentes obstáculos en su camino; el mapache encontraría agujeros que debía saltar para no caer. Los autores hipotetizaron que los niños con diagnóstico de TDAH subtipo desatento cometerían más errores por omisión y saltarían más cerca del agujero como consecuencia de los síntomas de desatención.

A medida que cada niño estaba tomando la prueba, supervisado por un profesional capacitado, el cuidador apropiado completó la subescala de inatención en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad y la escala de clasificación de síntomas de comportamiento normal (SWAN), que es un inventario de informes de padres y cuidadores desarrollado para evaluar síntomas del TDAH.

En el juego, el mapache tiene que saltar más de 180 hoyos que se agrupan en 18 bloques. Cada bloque se identifica por la velocidad del mapache, la longitud del tronco y el ancho del agujero. La longitud del tronco y la velocidad del avatar determinan el tiempo entre estímulos, que es de aproximadamente 1,5, 2,5 y 3,5 segundos, mientras que el ancho del hoyo determina la dificultad del salto, explicaron los autores.

El equipo sostiene que el principal beneficio de este estudio es que permite identificar directamente los síntomas del déficit de atención, de modo que se pueda evaluar objetivamente la gravedad de la falta de atención del paciente. Por tanto, podría utilizarse para complementar el diagnóstico inicial así como para evaluar la evolución de los síntomas o incluso la eficacia del tratamiento.

También hay otras ventajas importantes, como el hecho de que cada prueba solo tomaría 7 minutos en completarse y no requiere un hardware específico, lo que reduce significativamente su costo. De hecho, se pueden utilizar computadoras personales, tabletas o dispositivos móviles convencionales, lo que permite realizar evaluaciones remotas. «Nuestros resultados indican que una prueba más corta puede ser suficiente para evaluar con precisión los síntomas clínicos del TDAH. Esta característica la hace particularmente atractiva en entornos clínicos donde hay falta de tiempo», señalan los investigadores.

Referencia bibliográfica: Delgado-Gómez, D., Sújar, A., Ardoy-Cuadros, J., Bejarano-Gómez, A., Aguado, D., Miguelez-Fernandez, C., Blasco-Fontecilla, H., & Peñuelas-Calvo, I. (2020). Objective Assessment of Attention-Deficit Hyperactivity Disorder (ADHD) Using an Infinite Runner-Based Computer Game: A Pilot Study. Brain Sciences, 10(10). https://doi.org/10.3390/brainsci10100716

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Factores de la personalidad asociados con conductas académicas negativas

  • Maria Fernanda Alonso
  • 12/01/2021

Hacer trampa en un examen o ayudar a otra persona con el suyo, son dos de las principales conductas en las que pensamos cuando consideramos los comportamientos académicos contraproducentes. La mayoría de las investigaciones se han centrado en estudiantes universitarios en los Estados Unidos, y han encontrado que tales actividades son tan comunes y habituales que significan una problemática importante del ámbito académico.

Un equipo de investigadores reconoció la necesidad de extender el estudio a otros niveles educativos y grupos geográficos. En particular, se enfocaron en analizar la prevalencia y correlaciones de los comportamientos académicos contraproducentes en estudiantes de secundaria españoles.

Las características contextuales (por ejemplo, tamaño del aula, tamaño de la escuela, escuelas públicas versus privadas, carga de trabajo académico, estilo de enseñanza) y las diferencias individuales (por ejemplo, variables de personalidad, variables cognitivas, características demográficas) son las variables que usualmente se estudian en relación con los comportamientos académicos contraproducentes. Esta investigación se centró en las diferencias individuales, especialmente en el estudio de las cinco grandes dimensiones de la personalidad y la habilidad mental general de los estudiantes (Cuadrado et al. 2020).

Señalan los investigadores que los resultados de varios metaanálisis hallaron que aquellos estudiantes con puntuaciones altas en escrupulosidad y amabilidad son menos propensos a comportarse de manera contraproducente en el contexto académico. En teoría, las personas concienzudas son organizadas, autodisciplinadas, planificadas, orientadas a las tareas, responsables y obedientes. Mientras tanto, las personas agradables se caracterizan por ser cálidas, altruistas, empáticas y gentiles, y además son conocidas por ser confiables, sinceras, directas, obedientes a las reglas e inofensivas para los demás. Dada la naturaleza de estas dimensiones de personalidad, no es sorprendente que aquellos estudiantes con mayor conciencia y amabilidad parezcan estar menos predispuestos a participar en comportamientos académicos contraproducentes.

Con respecto a la extraversión, se encontró que los estudiantes extravertidos hacen trampa en los exámenes más que sus pares introvertidos. Una explicación teórica podría ser la tendencia de los extrovertidos a ser gregarios y sociables, rasgos que pueden manifestarse en una preferencia por actividades más sociales, interactivas y emocionantes que las de naturaleza académica (por ejemplo, estudiar para exámenes). Además, a menudo se los describe como atrevidos, imprudentes y buscadores de riesgos, características que los harían menos reacios a jugar rápido y sin rodeos con las reglas durante los exámenes.

Metodología

La muestra contó con la participación de 240 estudiantes (160 mujeres), de siete escuelas secundarias de España. La edad promedio fue de 17,4 años, y el rango fue de 16 a 20 años de edad. Los estudiantes asistían a los últimos dos años de secundaria.

Se acordó que los test serían completados durante el horario de clases. Inicialmente, se diseñaron tres medidas para ser utilizadas: una prueba de personalidad (el test IP/5F desarrollado por Salgado), una prueba de inteligencia para evaluar la habilidad mental general (una adaptación española de la Wonderlic Personnel Test) y una escala de contraproductividad académica (el Cuestionario de rendimiento académico negativo). Este último instrumento consta de 30 ítems estructurados en cinco dimensiones que evalúan una amplia gama de conductas contraproducentes en el contexto académico. Las dimensiones son trampas, mal uso de recursos, absentismo, incumplimiento de reglas y poco esfuerzo.

Debido a restricciones de tiempo en las escuelas secundarias, en algunos casos, la disponibilidad de los estudiantes correspondió a una sola sesión de clase, es decir, cincuenta minutos. En esos casos, solo se pudieron completar dos cuestionarios: la prueba de inteligencia y la escala comportamiento académico contraproducente.

El tamaño de la muestra para la medida de personalidad fue de 126 participantes (62 mujeres) con una edad promedio de 17.2 años. Para comprobar si habría diferencias sustanciales entre la muestra completa y la muestra restringida de la medida de personalidad, los autores realizaron estadísticas descriptivas para cada variable con ambos conjuntos de sujetos. Los resultados indicaron que los valores mínimo y máximo así como las medias y desviaciones estándar fueron muy similares en todos los casos.

Resultados

  • El equipo encontró que los comportamientos académicos contraproducentes son un fenómeno común, siendo las conductas de trampa y bajo esfuerzo las formas más prevalentes.
  • Respecto del sexo y la edad, encontraron que los hombres eran más propensos que las mujeres a realizar conductas académicas contraproducentes, así como los participantes de mayor edad.

Los cinco grandes y las conductas académicas contraproducentes:

  • Los resultados mostraron una relación positiva y significativa respecto de la estabilidad emocional, lo que significa que la estabilidad emocional es un predictor válido de las conductas académicas contraproducentes. La estabilidad emocional pareció ser un predictor válido de tres de las cinco dimensiones de conductas académicas contraproducentes: bajo esfuerzo, ausentismo y mal uso de recursos.
  • La extraversión surgió como un correlato directo de las conductas académicas contraproducentes en general. En cuanto a los factores de conductas académicas contraproducentes específicos, la extraversión mostró una correlación fuerte y positiva con las conductas de engaño, siendo el único caso en el que la extraversión apareció como un predictor válido.
  • La apertura a la experiencia produjo las correlaciones más bajas. Ni con respecto a la medida de comportamientos académicos contraproducentes global, ni por sus facetas, apareció como un predictor válido.
  • La amabilidad mostró una relación negativa tanto con el comportamiento académico contraproducente general como con sus facetas.
  • La amabilidad también pareció ser un predictor válido del mal uso de los recursos y del incumplimiento de las reglas.
  • Por último, la conciencia apareció como el predictor más fuerte de los comportamientos académicos contraproducentes. Las validaciones verdaderas fueron todas negativas y significativas en todos los casos.

Habilidad mental general y comportamientos académicos contraproducentes

Contrariamente a lo que esperaban los autores, esta variante no apareció como un predictor válido ni de la medida de comportamientos académicos contraproducentes general ni de sus facetas.

La evidencia muestra que la prevalencia de los comportamientos académicos contraproducentes alcanza tasas preocupantes a nivel de escuela secundaria en muchos países, además de los EE. UU. y Canadá, con diferentes sistemas educativos y culturas. Esta situación se agrava ya que como consecuencia ponen en peligro la reputación del sistema educativo, afectan negativamente el desempeño académico de estudiantes, socavan la moral de los maestros y otros estudiantes y pueden conducir a comportamientos contraproducentes similares en contextos organizacionales después de la graduación.

Referencia bibliográfica: Cuadrado, D., Salgado, J. F., & Moscoso, S. (2020). Individual differences and counterproductive academic behaviors in high school. PloS One, 15(9), e0238892. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0238892

Fuente: Plos ONE

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Autoestima y burnout en enfermeras

  • Maria Fernanda Alonso
  • 07/01/2021

Doce meses han pasado desde el inicio de la pandemia por coronavirus en Wuhan, China. Durante este periodo, las y los trabajadores de la salud han estado exigidos y sobreexigidos, desempeñando sus tareas en un contexto donde la amenaza de un virus potencialmente mortal añade aún más estrés al compromiso de hacer todo lo posible en favor de la salud de los pacientes.

El burnout, agotamiento o estrés laboral, implica pérdida de entusiasmo por el trabajo (agotamiento emocional), una sensación de pesimismo (despersonalización) y una menor sensación de realización personal. En el ámbito de la enfermería tiene una prevalencia que va desde el 10% hasta el 56% en diferentes países; en China la prevalencia reportada es del 37% (Kanai-Pak et al., 2008). A partir de estos datos, un equipo de investigadores quiso evaluar la relación entre la autoestima y el burnout así como la relación esfuerzo-recompensa versus favorabilidad al entorno laboral, entre enfermeras chinas (Kabakleh et al., 2020).

Métodología

Con este objetivo, realizaron un estudio transversal en tres hospitales con una muestra de 487 enfermeras (edad media: 38,8 ± 7,1 años). Utilizaron cuatro cuestionarios validados en la evaluación del agotamiento/burnout, la autoestima, la relación esfuerzo-recompensa y la preferencia del lugar de trabajo de enfermería: el Inventario de Burnout de Maslach (MBI), el cuestionario de autoestima de Rosenberg, el cuestionario de desequilibrio esfuerzo-recompensa (ERI) y las escalas de ambiente laboral (WES).

Hallazgos

  • Una mayor autoestima se asoció con un menor nivel de agotamiento emocional y un nivel más bajo de despersonalización.
  • La relación entre la autoestima y el logro personal no alcanzó significación estadística.
  • Una relación esfuerzo-recompensa más alta se asoció con una menor probabilidad de que las enfermeras consideraran favorable su entorno laboral.

Explican los autores q ue el estrés laboral podría ser el resultado de factores directos relacionados con el trabajo, como la sobrecarga de trabajo, los conflictos de roles, la falta de promociones y ascensos, las malas relaciones con los colegas y las dificultades financieras, entre otros. Estos factores podrían verse agravados por factores individuales como la baja autoestima y factores extraorganizacionales como problemas familiares y crisis de la vida.

La irritabilidad, la fatiga, el abandono del trabajo y el suicidio pueden ser consecuencias del estrés laboral (Kim et al., 2018). Otras investigaciones han encontrado que entre las muchas tensiones ocupacionales que afectan a la fuerza laboral de enfermería están las recompensas materiales e inmateriales deficientes, las condiciones laborales desfavorables y el burnout (Kocalevent et al., 2020).

Basados en estos hallazgos, los autores recomiendan la implementación de programas de intervención psicosocial y modificaciones en las políticas de enfermería para mejorar el desequilibrio esfuerzo-recompensa entre las enfermeras chinas.

Referencias bibliográficas:

  • Kabakleh, Y., Zhang, J.-P., Lv, M., Li, J., Yang, S., Swai, J., & Li, H.-Y. (2020). Burnout and associated occupational stresses among Chinese nurses: A cross-sectional study in three hospitals. PloS One, 15(9), e0238699. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0238699
  • Kanai-Pak, M., Aiken, L. H., Sloane, D. M., & Poghosyan, L. (2008). Poor work environments and nurse inexperience are associated with burnout, job dissatisfaction and quality deficits in Japanese hospitals. Journal of Clinical Nursing, 17(24), 3324-3329. https://doi.org/10.1111/j.1365-2702.2008.02639.x
  • Kim, S.-Y., Shin, D.-W., Oh, K.-S., Kim, E.-J., Park, Y.-R., Shin, Y.-C., & Lim, S.-W. (2018). Gender Differences of Occupational Stress Associated with Suicidal Ideation among South Korean Employees: The Kangbuk Samsung Health Study. Psychiatry Investigation, 15(2), 156-163. https://doi.org/10.30773/pi.2017.05.31.1
  • Kocalevent RD, Pinnschmidt H, Nehls S, Boczor S, Siegert S, Scherer M, et al. . Psychotherapie, Psychosomatik, medizinische Psychologie. 2020. Epub 2020/01/18. pmid:31952095.

Fuente: Plos ONE

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Gran aumento y mayor severidad de los síntomas de depresión durante la pandemia por COVID-19

  • Maria Fernanda Alonso
  • 06/01/2021

En momentos en los que amenaza una nueva cepa de COVID-19, los índices de contagios vuelven a niveles alarmantes, y se recomienda retomar medidas de aislamiento más restrictivas y cese de actividades no esenciales, resulta indispensable que las autoridades tomen en cuenta la evidencia emergente que anoticia sobre el aumento de problemas de salud mental que requieren atención inmediata.

Recientemente, investigadores mostraron que la prevalencia de síntomas de depresión en adultos estadounidenses en un período de dos semanas de la pandemia por COVID-19 fue más tres veces mayor que antes de la pandemia. Además, las personas con ingresos más bajos, ahorros de menos de US$5000 y una mayor exposición a los factores estresantes de COVID-19, tenían más probabilidades de tener síntomas depresivos que las personas que no entraban en esas categorías (Ettman et al., 2020).

Metodología

En el periodo comprendido entre el 31 de marzo y el 13 de abril de 2020, los investigadores realizaron encuestas a una muestra representativa de 1470 adultos estadounidenses de 18 años o más, sobre la exposición al COVID-19, los factores estresantes de la vida y la salud mental utilizando cuestionarios sobre COVID-19, y el cuestionario sobre el impacto de los estresores de la vida en la salud mental y el bienestar.

Los factores estresantes de COVID-19 incluyeron, entre otros, la pérdida de un trabajo, la muerte de alguien cercano debido a COVID-19 y dificultades financieras. Los síntomas de depresión se evaluaron mediante el cuestionario de salud del paciente-9.

Luego, se comparó la prevalencia de síntomas de depresión informados durante la pandemia de COVID-19 con la informada por 5065 participantes en la encuesta nacional de examen de salud y nutrición 2017-2018 (NHANES).

Hallazgos

  • 27,8% de los participantes (382) tenían síntomas de depresión durante la pandemia por COVID-19 en comparación con los 458 participantes (8,5%) que reportaron síntomas de depresión antes de la pandemia por COVID-19.
  • Se observaron niveles más altos de síntomas de depresión en todos los grupos demográficos durante la pandemia en comparación con lo que ocurría antes y en todos los niveles: leve, moderada y grave.
  • En comparación con las personas con un ingreso familiar anual de US$75,000 o más, aquellos con un ingreso familiar de US$19,999 o menos tenían 2.4 veces más probabilidades de presentar síntomas de depresión. Las personas con ahorros familiares inferiores a $5,000 tenían 1,5 veces más probabilidades de presentar síntomas de depresión.
  • Experimentar más factores estresantes de COVID-19 también se asoció con mayores probabilidades de síntomas de depresión en comparación con las personas con baja exposición a factores estresantes.

Finalmente, los autores sostienen que este estudio nos recuerda la importancia de invertir (durante y después de la pandemia de COVID-19) en vivienda estable, seguro de desempleo, acceso a alimentos saludables y políticas que pongan fin a la discriminación y la exclusión para gestionar eficazmente un problema de salud mental altamente discapacitante y común que, probablemente solo aumentará a medida que la pandemia continúe.

Referencia bibliográfica: Ettman, C. K., Abdalla, S. M., Cohen, G. H., Sampson, L., Vivier, P. M., & Galea, S. (2020). Prevalence of Depression Symptoms in US Adults Before and During the COVID-19 Pandemic. JAMA Network Open, 3(9), e2019686. https://doi.org/10.1001/jamanetworkopen.2020.19686

Fuente: Psychiatric News

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La fatiga mental puede impactar en el rendimiento físico, técnico y en la toma de decisiones cuando se practican deportes o actividad física

  • Maria Fernanda Alonso
  • 05/01/2021

Las actividades que requieren de una alta vigilancia por parte de quien las realiza son estresantes y van acompañadas de un arduo trabajo mental (Warm et al., 2008). Esto puede producir fatiga mental que, a diferencia de la fatiga física, refiere a un estado psicobiológico en el que las personas manifiestan alteraciones subjetivas, conductuales y fisiológicas inducidas por tareas mentales prolongadas o excesivamente exigentes. Investigaciones anteriores encontraron que esta fatiga tiene efectos en la resistencia muscular, la fatiga física y la recuperación en ejercicios de abducción estática del hombro, así como en el rendimiento motor (fuerza) durante un ejercicio de agarre submáximo, y sobre el rendimiento físico (tiempo hasta el agotamiento) durante ejercicios de ciclismo de alta intensidad (Marcora et al., 2009; Mehta & Agnew, 2012; Mehta & Parasuraman, 2014).

Durante un partido de fútbol, los jugadores deben procesar de forma constante una gran variedad de información que cambia continuamente: la posición del balón, los oponentes y los compañeros de equipo. El rendimiento de la toma de decisiones de los jugadores resultantes está vinculado a la capacidad de ajustar el posicionamiento en función del conocimiento del entorno circundante. Por lo tanto, es necesario que los jugadores se concentren en la información más relevante antes de poner en práctica su respuesta. Esta condición aumenta las demandas mentales y físicas que implican una consecuencia negativa en el desempeño técnico y táctico del individuo. Teniendo esto presente, un equipo de investigadores quiso saber qué efectos tendría la fatiga mental en el rendimiento físico, técnico y en la toma de decisiones en partidos de fútbol 5 (5 contra 5) en espacios reducidos, con arqueros (Trecroci et al., 2020).

Metodología

En el estudio participaron diez jugadores de fútbol sub-élite (tres defensores, cuatro mediocampistas y tres delanteros) del mismo equipo U19 (de una academia de fútbol semiprofesional). Un jugador (mediocampista) se retiró al comienzo del período experimental por razones externas. Por lo tanto, completaron el estudio nueve jugadores (edad, 17,6 ± 0,5 años; altura, 1,81 ± 4,4 m; masa corporal, 68,5 ± 6,2 kg).

Los investigadores utilizaron los siguientes criterios de exclusión: haber sufrido lesiones en las extremidades inferiores en el último año, volumen de entrenamiento inadecuado en las ocho semanas anteriores (menos de cuatro sesiones de entrenamiento por semana y al menos un día de partido de fin de semana), antecedentes de enfermedad febril y consumo de medicamentos durante al menos seis meses antes del estudio. Todos los participantes estaban acostumbrados óptimamente a entrenamientos exigentes y partidos oficiales antes del estudio.

Para investigar los efectos de la fatiga mental en el rendimiento, dentro del contexto de un partido de tamaño y en lugar reducidos, los investigadores utilizaron un diseño de contrapezo cruzado y aleatorio. Los jugadores fueron emparejados por su posición de juego y luego asignados aleatoriamente a uno de dos grupos. El grupo uno realizó una tarea de fatiga mental en el primer día de prueba y una tarea de control en la segunda ocasión de prueba, mientras que el grupo dos se sometió a la tarea control en el primer día de prueba y a la tarea de fatiga mental en el segundo día de prueba. Además, dos arqueros participaron en esta investigación solo durante los juegos reducidos, pero no fueron evaluados.

Los jugadores participaron de dos juegos cortos en dos ocasiones. La actividad física, el rendimiento técnico y la toma de decisiones de los jugadores se obtuvieron durante los juegos reducidos mediante GPS y video scouting.

Hallazgos

Los resultados mostraron que la distancia en aceleración cubierta por minuto, los pases negativos, la precisión de los pases y la precisión de los tiros tenían más probabilidades de verse menoscabados después de un protocolo de fatiga mental, en comparación con la tarea de control. El rendimiento en la toma de decisiones de los pases negativos, la precisión de los pases y la precisión del dribbling también tenían más probabilidades de verse disminuidos en comparación con la tarea de control.

Estos hallazgos demostraron que la fatiga mental tuvo un impacto en el rendimiento de la toma de decisiones técnicas, derivadas del GPS y específicas del fútbol durante el juego reducido.

Según los autores, sería aconsejable evitar las tareas cognitivamente exigentes antes de realizar actividades específicas de fútbol para preservar la actividad física, las habilidades técnicas y de toma de decisiones de los jugadores.

Referencias bibliográficas:

Marcora, S. M., Staiano, W., & Manning, V. (2009). Mental fatigue impairs physical performance in humans. Journal of Applied Physiology, 106(3), 857-864. https://doi.org/10.1152/japplphysiol.91324.2008

Mehta, R. K., & Agnew, M. J. (2012). Influence of mental workload on muscle endurance, fatigue, and recovery during intermittent static work. European Journal of Applied Physiology, 112(8), 2891-2902. https://doi.org/10.1007/s00421-011-2264-x

Mehta, R. K., & Parasuraman, R. (2014). Effects of mental fatigue on the development of physical fatigue: a neuroergonomic approach. Human Factors, 56(4), 645-656. https://doi.org/10.1177/0018720813507279

Trecroci, A., Boccolini, G., Duca, M., Formenti, D., & Alberti, G. (2020). Mental fatigue impairs physical activity, technical and decision-making performance during small-sided games. PloS One, 15(9), e0238461. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0238461

Warm, J. S., Parasuraman, R., & Matthews, G. (2008). Vigilance requires hard mental work and is stressful. Human Factors, 50(3), 433-441. https://doi.org/10.1518/001872008X312152

Fuente: Plos ONE

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La soledad se manifiesta de una forma muy particular en el cerebro

  • Maria Fernanda Alonso
  • 28/12/2020

La soledad afecta nuestra salud, sin embargo, en el contexto de pandemia global que vivimos, el aislamiento en ciertas circunstancias y el distanciamiento en general, son aconsejados. Esta situación se vuelve particularmente difícil en navidad y año nuevo. Estudios anteriores han demostrado que las personas mayores que experimentan soledad tienen un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Comprender cómo se manifiesta la soledad en el cerebro podría ser clave para prevenir enfermedades neurológicas y desarrollar mejores tratamientos.

Con este objetivo en mira, científicos exploraron la forma en que se comportan los cerebros de las personas solitarias, y encontraron una especie de “firma neuronal” en el cerebro que las distingue de manera fundamental según las variaciones en el volumen de las diferentes regiones del cerebro, así como también según la forma en que esas regiones se comunican entre sí a través de las redes cerebrales (Spreng et al., 2020).

Metodología

Los investigadores examinaron datos provenientes de imágenes de resonancia magnética (MRI), genética y autoevaluaciones psicológicas de aproximadamente 40.000 adultos de mediana edad y mayores que se ofrecieron como voluntarios para que su información se incluyera en el Biobanco del Reino Unido (una base de datos de acceso abierto disponible para los científicos de la salud alrededor del mundo). Luego compararon los datos de resonancia magnética de los participantes que informaron que a menudo se sentían solos con los que no.

Resultados

  • Las redes predeterminadas de personas solitarias estaban conectadas con más fuerza y, sorprendentemente, su volumen de materia gris en las regiones de la red predeterminada era mayor. Estas redes son un conjunto de regiones cerebrales involucradas en pensamientos internos como recordar, planificar el futuro, imaginar y pensar en los demás.
  • La soledad también se correlacionó con diferencias en el fondo de saco: un haz de fibras nerviosas que transporta señales desde el hipocampo a la red predeterminada. En personas solitarias, la estructura de este tracto de fibra se conservó mejor.

Usamos la red predeterminada cuando recordamos el pasado, imaginamos el futuro o pensamos en un presente hipotético. El hecho de que la estructura y función de esta red se asocie positivamente con la soledad puede deberse a que las personas solitarias son más propensas a usar la imaginación, los recuerdos del pasado o las esperanzas en el futuro para superar su aislamiento social, explican los investigadores.

Referencia bibliográfica: Spreng, R. N., Dimas, E., Mwilambwe-Tshilobo, L., Dagher, A., Koellinger, P., Nave, G., Ong, A., Kernbach, J. M., Wiecki, T. V., Ge, T., Li, Y., Holmes, A. J., Yeo, B. T. T., Turner, G. R., Dunbar, R. I. M., & Bzdok, D. (2020). The default network of the human brain is associated with perceived social isolation. Nature Communications, 11(1), 6393. https://doi.org/10.1038/s41467-020-20039-w

Fuente: Science Daily

  • Salud Mental y Tratamientos

Validar las emociones de las personas puede ser tan importante como ayudarlas a lidiar con la depresión, el miedo y la ansiedad

  • Maria Fernanda Alonso
  • 23/12/2020

Como personas, nos impulsa la necesidad de pertenecer, buscar conexiones con los demás y, en última instancia, sentirnos comprendidos. Cuando un intercambio es crítico, desdeñoso o minimizador, tiene el potencial de impactar negativamente los ejercicios afectivos, mientras que los intercambios interpersonales que transmiten validación y cuidado podrían ser beneficiosos para reducir la vulnerabilidad emocional y mejorar la calidad y satisfacción de la relación. Es posible que en un mismo periodo de tiempo, alguien se sienta triste, abrumado o enojado, cómo también esperanzado y curioso. Validar las emociones desagradables de la persona puede ayudar a fomentar una actitud positiva; aprovechar y nutrir las emociones agradables resulta tan importante como ayudar a una persona a lidiar con su depresión, ansiedad y miedos (Benitez et al., 2020).

Metodología

Para examinar los efectos de la validación y la invalidación en lo que se conoce clínicamente cómo afecto positivo y negativo, el equipo de investigación realizó tres experimentos.

El afecto positivo se refiere a las emociones positivas y la expresión que nos permite ser curiosos, conectados y flexibles en nuestro pensamiento, explican los autores. El afecto negativo, por otro lado, se refiere a emociones negativas y expresiones que van desde el disgusto hasta el miedo y la tristeza.

Participaron en el estudio 307 estudiantes de pregrado, los cuales completaron cuestionarios que medían el afecto positivo y negativo al comienzo y al final del estudio y el estado de ánimo general en varios momentos durante los experimentos.

Se les pidió que pensaran y escribieran durante cinco minutos sobre un momento en el que sintieron una ira intensa. Luego describieron verbalmente esas experiencias a un investigador el cual, basado en asignaciones aleatorias, validaba o invalidaba sus sentimientos de ira.

Las experiencias de los participantes con la ira cubrieron una amplia gama: problemas con los compañeros de habitación, parejas románticas infieles, ser víctima de un robo o enojarse con sus padres.

Los experimentadores que escuchaban sus historias utilizaron guiones flexibles para responder. Los comentarios de validación incluían frases como «por supuesto que te enojarías por eso» o «escucho lo que estás diciendo y entiendo que te sientas enojado».

Las respuestas invalidantes iban desde «eso no suena a enojo» hasta «¿por qué eso te enojaría tanto?»

Hallazgos

Los resultados mostraron que todos los participantes tuvieron una disminución en el afecto positivo mientras pensaban y escribían sobre su enojo. Sin embargo, cuando comenzaron a describir la situación a los experimentadores, el afecto positivo de los participantes validados coincidió o incluso excedió sus medidas de referencia.

De manera similar, los participantes del estudio informaron caídas en su estado de ánimo general al recordar el evento que provocó la ira, y solo aquellos que fueron validados informaron una recuperación del estado de ánimo al punto de partida. Los puntajes de afecto positivo para aquellos que fueron invalidados no se recuperaron mientras hablaban con los experimentadores.

Según cinco medidas del estado de ánimo en dos de los tres estudios, el estado de ánimo de los participantes se oscureció constantemente al considerar lo que les enojaba. Los estados de ánimo de los participantes validados se restablecieron a la normalidad, pero los estados de ánimo de los estudiantes invalidados, en general, continuaron empeorando.

No se encontraron diferencias significativas en las emociones negativas de los participantes, un resultado que habla del valor de enfocarse en proteger la positividad, señalaron los autores.

Si bien está investigación fue realizada con el objetivo de aplicar los hallazgos en un entorno de terapia, el equipo de investigación destaca que estos resultados también son relevantes para las relaciones: al procesar emociones negativas, el afecto negativos se activa, pero si alguien te valida, mantiene tu afecto positivo amortiguado. La validación protege el afecto de las personas para que puedan mantener la curiosidad en las interacciones interpersonales y en la terapia, explicaron. «Agregar validación a la terapia ayuda a las personas a sentirse comprendidas, y cuando nos sentimos comprendidos, podemos recibir comentarios sobre cómo también podríamos cambiar. Pero no es una cuestión exclusivamente clínica,» muchas veces, las mismas herramientas que ayudan en terapia, pueden servir en la parentalidad, las amistades o las relaciones románticas.

Referencia bibliográfica: Benitez, C., Howard, K. P., & Cheavens, J. S. (2020). The effect of validation and invalidation on positive and negative affective experiences. En The Journal of Positive Psychology (pp. 1-13). https://doi.org/10.1080/17439760.2020.1832243

Fuente: Eureka Alert

 

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Para el cerebro, leer códigos de programación no es lo mismo que leer lenguaje

  • Maria Fernanda Alonso
  • 21/12/2020

Para programar una computadora hay que aprender símbolos y términos propios de la programación, así como organizarlos del modo correcto para instruir a la computadora en lo que tiene que hacer. Además, el código utilizado debe ser lo suficientemente claro para que otros programadores puedan leerlo y entenderlo. Estas características han llevado a muchas personas a comparar la programación con el lenguaje, sosteniendo que programar se equipara a aprender un nuevo idioma. Sin embargo, a pesar de sus similitudes, un equipo de neurocientíficos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) encontró que leer el código de una computadora no activa las regiones del cerebro que están involucradas en el procesamiento del lenguaje. En su lugar, activa una red distribuida llamada “red de demanda múltiple”, que también se activa para tareas cognitivas complejas como resolver problemas matemáticos o crucigramas, no obstante eso, si bien leer códigos de computadora activa la red de demandas múltiples, parece depender más de diferentes partes de la red que los problemas matemáticos o lógicos, lo que sugiere que la codificación tampoco replica con precisión las demandas cognitivas de las matemáticas (Ivanova et al., 2020).

¿Cómo aprende a codificar el cerebro? Explican los autores que hay dos escuelas de pensamiento al respecto: una sostiene que para ser bueno en programación, debes ser bueno en matemáticas. La otra sugiere que debido a los paralelismos entre la codificación y el lenguaje, las habilidades lingüísticas podrían ser más relevantes.

Para entender mejor el tema, los investigadores se propusieron estudiar si los patrones de actividad cerebral al leer códigos de computadora se superpondrían con la actividad cerebral relacionada con el lenguaje.

Metodología

Los dos lenguajes de programación en los que los investigadores se centraron para este estudio son conocidos por su legibilidad: Python y ScratchJr, un lenguaje de programación visual diseñado para niños de 5 años en adelante.

Todos los participantes del estudio eran adultos jóvenes que dominaban el idioma en el que se les estaba evaluando. Mientras los programadores se encontraban en un escáner de resonancia magnética funcional (fMRI), los investigadores les mostraron fragmentos de códigos y les pidieron que predijeran qué acción produciría el código.

Hallazgos

Se encontró poca o ninguna respuesta al código en las regiones del lenguaje del cerebro. En cambio, la tarea de codificación activaba principalmente la llamada “red de demanda múltiple”. Esta red, cuya actividad se extiende a lo largo de los lóbulos frontal y parietal del cerebro, generalmente se activa para tareas que requieren tener en mente muchos datos a la vez, y es responsable de prácticamente cualquier tarea que represente un desafío cognitivo.

Estudios anteriores han demostrado que los problemas matemáticos y lógicos parecen depender principalmente de las regiones de demanda múltiple en el hemisferio izquierdo, mientras que las tareas que involucran la navegación espacial activan el hemisferio derecho más que el izquierdo. El equipo del MIT descubrió que leer el código de la computadora parece activar tanto el lado izquierdo como el derecho de la red de demanda múltiple, y ScratchJr activó el lado derecho un poco más que el izquierdo. Este hallazgo va en contra de la hipótesis de que las matemáticas y la codificación se basan en los mismos mecanismos cerebrales.

Si bien los investigadores no identificaron ninguna región que pareciera estar dedicada exclusivamente a la programación, tal actividad cerebral especializada podría desarrollarse en personas que tienen mucha más experiencia en codificación, como programadores profesionales, personas que hayan pasado 30 o 40 años codificando en un lenguaje en particular. Tal especialización no fue observada en personas que están familiarizadas con la codificación y pueden hacer estas tareas, pero han tenido una experiencia relativamente limitada, según los autores del estudio.

Finalmente, los hallazgos sugieren que no existe una respuesta definitiva sobre si la codificación debe enseñarse como una habilidad basada en matemáticas o una habilidad basada en el lenguaje. En parte, eso se debe a que aprender a programar puede basarse tanto en el lenguaje como en sistemas de demanda múltiple, incluso si, una vez aprendida, la programación no se basa en las regiones del lenguaje, explican los investigadores. Al parecer, la programación podría requerir un enfoque nuevo para ser enseñada, y no uno basado exclusivamente en matemáticas o en el lenguaje.

Referencia bibliográfica: Ivanova, A. A., Srikant, S., Sueoka, Y., Kean, H. H., Dhamala, R., O’Reilly, U.-M., Bers, M. U., & Fedorenko, E. (2020). Comprehension of computer code relies primarily on domain-general executive brain regions. eLife, 9. https://doi.org/10.7554/eLife.58906

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Intervención terapéutica oportuna: la etapa peripuberal sería fundamental para evitar los efectos adversos del estrés

  • Maria Fernanda Alonso
  • 18/12/2020

Las experiencias adversas vividas durante la niñez pueden tener una influencia profunda en la salud física y psíquica de la persona. El estrés en la adolescencia conduce a dificultades de aprendizaje y memoria, y a mayor ansiedad en la edad adulta; pero si somos capaces de identificar a las personas en estado de mayor vulnerabilidad, sería posible ofrecerles intervenciones terapéuticas oportunas con el objetivo de evitar los efectos adversos del estrés más adelante en la vida, sostienen los autores de un nuevo estudio («Programming effects of peripubertal stress on spatial learning», 2020). Ellos mismos señalan que, según sus hallazgos, el período peripuberal es una ventana de tiempo importante de susceptibilidad al estrés, con evidencia sustancial que documenta las consecuencias a largo plazo en los dominios emocional y social.

¿Por qué es importante?

Los efectos del estrés pueden tomar cierto tiempo en manifestarse, por lo que podrían ser revertidos en cerebros jóvenes y más plásticos, pero no durante la edad adulta. Con la detección temprana de personas vulnerables al estrés y resistencia al trauma temprano, estos sujetos podrían beneficiarse de intervenciones terapéuticas oportunas, en la adolescencia, para evitar el curso natural hacia la psicopatología y el deterioro cognitivo.

El estudio

Los autores investigaron las consecuencias a largo plazo del estrés experimentado en este período crítico de la vida en roedores. En el estudio, las ratas que mostraron una peor recuperación del estrés en las primeras etapas de la vida tenían niveles más altos de PSA-NCAM (PSA-NCAM, una modificación postraduccional clave de la molécula de adhesión de células neurales (NCAM), está críticamente involucrada en la plasticidad del hipocampo y la memoria espacial y está modulada por el estrés), lo que sugiere un mecanismo neurobiológico por el cual el estrés peripuberal alteraría la maduración normal de los procesos de plasticidad en regiones específicas del cerebro, como el hipocampo, y esto a su vez conduce a un deterioro en el rendimiento cognitivo y la aparición de comportamientos relacionados con la ansiedad más adelante en la vida

Hallazgos

La capacidad de recuperación de los niveles basales de corticosterona (el equivalente al cortisol en humanos) liberados en respuesta al estrés repetido en la adolescencia predice el grado de deterioro del aprendizaje que se experimentará en la edad adulta (y no la cantidad de esta hormona liberada).

El período peripuberal sería una ventana de tiempo crítica en la que el estrés puede conducir a cambios a largo plazo en la reactividad del eje hipotálamo-pituitario-adrenal, que estarían subyacentes a las dificultades en las habilidades de aprendizaje observadas en la vida adulta.

«Nuestros resultados sugieren que el grado de adaptación inducida por el estrés del eje hipotálamo-pituitario-adrenal en el importante período de transición de la pubertad está relacionado con la programación a largo plazo de la cognición, el comportamiento y la reactividad endocrina», explicaron los autores.

Referencia bibliográfica: Programming effects of peripubertal stress on spatial learning. (2020). Neurobiology of Stress, 13, 100282. https://doi.org/10.1016/j.ynstr.2020.100282

Fuente: EurekAlert!

 

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

En muy pocos casos las relaciones de «amigos con derecho» evolucionan como las personas esperan

  • Maria Fernanda Alonso
  • 17/12/2020

Un vínculo de amistad en el que se comparten relaciones sexuales sin el compromiso de una relación romántica tradicional, es lo que caracteriza, en general, a las relaciones de “amigos con beneficios”. Este tipo de relaciones suele convertirse en una más íntima (relación romántica), o una menos íntima (amistad regular). Claro está que la dirección dependerá de la voluntad de sus miembros, y el desafío se presenta cuando los resultados que espera cada persona no coinciden.

Recientemente, un equipo de investigadores buscó averiguar cómo progresan los amigos con beneficios y qué factores podrían contribuir a que la relación desemboque en el lugar pretendido por cada persona (Machia et al., 2020).

Metodología

Para averiguarlo, llevaron adelante una encuesta online en la que participaron 192 personas que en el momento de responder mantenían una relación de “amigos con beneficios”. Todos fueron evaluados durante una encuesta inicial en la que se les preguntó, entre otras cosas, cómo esperaban que evolucionara la relación: que llegue a ser una amistad, una relación romántica, que se disipe por completo o permanezca igual.

Resultados

Al analizar los resultados de las encuestas, el equipo de investigadores encontró que:

  • 48% de las personas esperaba que su relación de “amigos con beneficios” se mantuviera igual;
  • 25% esperaba que se convirtiera en una relación romántica;
  • 12 % deseaba que se hiciera la transición a una amistad regular, sin sexo
  • 4% esperaba que la relación desapareciera completamente.

Aproximadamente 10 meses después, fue realizada una encuesta de seguimiento en la que se les preguntó sobre cómo había evolucionado su relación de “amigos con beneficios”. Hallaron los autores que tales relaciones rara vez evolucionaron como los sujetos esperaban: solo el 17% de las evoluciones coincidía con lo que esperaban las personas al inicio de la investigación. Dentro de este 17%:

  • EL 59% de las personas que esperaban que la relación se convirtiera en una amistad futura la consiguió.
  • Sólo el 15% de quienes pretendían un romance futuro lo alcanzaron. Dentro de este grupo, los participantes que tenían más probabilidades de terminar en relaciones románticas con su “amigo con beneficios” fueron aquellos que obtuvieron puntuaciones más altas en compromiso sexual, compromiso de amistad, compromiso con el “amigo con beneficios”, satisfacción de la amistad y comunicación de la amistad. Ellos también eran más propensos a informar que estaban de acuerdo con su pareja sobre el deseo de una relación romántica.

La falta de comunicación informada entre los miembros de la relación se vinculó con una mayor probabilidad de que la relación se disipe por completo, lo que sugiere que si las personas quieren permanecer en algún tipo de relación, la comunicación es crucial. Según los autores, puede ser aún más importante en este tipo de relaciones donde no hay un guión cultural que las guíe para definir los roles y la trayectoria (Vanderdrift et al., 2011).

Concluyen los autores que las expectativas alineadas y la comunicación fueron fundamentales para que los amigos con beneficios evolucionen en una relación romántica tradicional.

Referencia bibliográfica:

  • Machia, L. V., Proulx, M. L., Ioerger, M., & Lehmiller, J. J. (2020). A longitudinal study of friends with benefits relationships. En Personal Relationships (Vol. 27, Número 1, pp. 47-60). https://doi.org/10.1111/pere.12307
  • Vanderdrift, L. E., Lehmiller, J. J., & Kelly, J. R. (2011). The role of communication in «friends with benefits» relationships. En PsycEXTRA Dataset. https://doi.org/10.1037/e683152011-084

Fuente: Psypst

Paginación de entradas

Anterior1…1516171819…91Próximo

Apoya a Psyciencia con tu membresía 💞.    

Únete a Psyciencia Pro
  • Inicia sesión
  • Tips para terapeutas
  • Podcast
  • Recursos
  • Webinars
  • Artículos
  • No todo es psicologia (35): Me robaron la computadora
  • Entender la bulimia (Guía)
  • Cómo simplificar la gestión de pacientes y evitar cancelaciones (webinar)
  • «No le tengo miedo al exilio» con Pablo Gagliesi – Watson, episodio 16
  • Empatía que impulsa acciones: cómo nuestros sentimientos predicen si ayudamos
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.