No podemos seguir pensando que la pornografía es inocua y saludable. Su consumo, especialmente el de la gente más joven, está afectando severamente su conducta sexual. Este ensayo de Christine Emba es algo que tienes que leer. Así que compartiré unos fragmentos y el resto lo puedes leer en la fuente original:
La pornografía inunda internet. Un informe de 2023 de la Universidad Brigham Young estimaba que se podía encontrar pornografía en el 12 por ciento de los sitios web. Los bots porno aparecen regularmente en X, en Instagram, en secciones de comentarios y en mensajes directos no solicitados. Los defensores de la pornografía suelen citar la existencia de porno ético, pero no es lo que ve la mayoría de los usuarios. “El porno que ven los niños hoy en día hace que Playboy parezca un catálogo de muñecas American Girl”, escribió un adolescente en 2023 en The Free Press, y a menudo se centra en la violencia y la deshumanización de la mujer. Y los sitios que lo suministran tampoco se preocupan por la ética. En una columna de la semana pasada, Nick Kristof expuso cómo Pornhub y sus sitios relacionados lucran con videos de violaciones de menores.
Hay consecuencias para los miembros de la Generación Z, en particular, los primeros en crecer junto a una pornografía ilimitada y siempre accesible, y en tener sus primeras experiencias sexuales moldeadas y mediadas por ella. Es difícil no ver una conexión entre los comportamientos entrenados por el porno —los estrangulamientos, bofetadas y escupitajos que se han convertido en la norma incluso en los primeros encuentros sexuales— y la desconfianza de las mujeres jóvenes en los hombres jóvenes. Y en el futuro, el porno será solo más adictivo y eficaz como maestro, a medida que la realidad virtual lo haga más inmersivo y la inteligencia artificial permita que sea personalizable. (Para hacerte una idea de dónde puede acabar esto, puedes leer un ensayo reciente de Aella, investigadora y trabajadora sexual, en Substack, que defiende la pornografía infantil con IA).
Parece que si te opones al porno eres un mojigato:
Pero en su reticencia a reconocer lo que sugieren las pruebas, Girl on Girl no es inusual. A pesar de las pruebas significativas de que la avalancha de pornografía ha tenido un impacto negativo en la sociedad moderna, existe un curioso rechazo, especialmente en los círculos progresistas, a admitir públicamente la desaprobación de la pornografía.
Criticar la pornografía va en contra de la norma de no juzgar de las personas a quienes les gusta considerarse progresistas, reflexivas y abiertas de mente. Existe el temor de parecer mojigato, aburrido, poco moderno, tal vez un resabio de la invasión cultural que Gilbert detalla tan minuciosamente. Más generosamente, existe el deseo de no imputar las decisiones de los individuos (mujeres u hombres) que crean contenidos sexuales por necesidad o deseo personal o permiten que la legislación perjudique a quienes dependen de ella para sobrevivir.