Por Sarah Walker, profesora de psicología en la Universidad Durham.
Probablemente hayas visto la palabra “narcisista” rondando en los titulares de internet, las apps de citas o en los TikToks que hablan de terapia. Pero la etiqueta que las personas suelen usar para describir a jefes tóxicos o villanos de las series de televisión suele ocultar una imagen psicológica mucho más complicada.
Los psicólogos han estudiado el narcisismo durante muchos años, y su comprensión ha evolucionado con el tiempo. Uno de los mayores cambios es que el narcisismo ya no se considera solo como grandiosidad, arrogancia y egoísmo.
Las primeras descripciones del narcisismo se enfocaban en la dominancia, la ambición y la autoimportancia, todos rasgos asociados con los estereotipos masculinos tradicionales. Esto significa que las tendencias narcisistas en las mujeres muchas veces eran malinterpretadas o pasadas por alto. Cuando estos rasgos se manifestaban como sensibilidad emocional, inseguridad o manipulación relacional, ellas eran mal diagnosticadas con ansiedad, trastornos del estado de ánimo o trastorno límite de la personalidad.
Las formas más extremas y persistentes de narcisismo a veces pueden ser diagnosticadas como trastorno narcisista de la personalidad. Esta condición fue añadida al Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría en 1980. Pero la mayoría de las personas con tendencias narcisistas no cumplen los criterios diagnósticos.
¿Pero qué dice la investigación?
El narcisismo, en general, ahora se entiende como un conjunto complejo de características de personalidad que pueden mostrarse de diferentes formas.
Durante mucho tiempo, los psicólogos sospecharon que existen diferentes tipos de narcisismo, pero no fue hasta 1991 —cuando el investigador Paul Wink y sus colegas presentaron un modelo que incluía los subtipos de grandiosidad y vulnerabilidad— que estos fueron reconocidos de manera más formal. Aunque existen otros modelos, este sigue siendo uno de los enfoques más utilizados para comprender las tendencias narcisistas en la población general.
El narcisismo ya no se considera solo como grandiosidad, arrogancia y egoísmo
Una revisión de 2021 desarrollada por el psicólogo Joshua Miller y sus colegas organizó décadas de investigación para ofrecer uno de los resúmenes más completos sobre cómo los psicólogos entienden el narcisismo. Explica que el narcisismo tiene una base común que incluye aspectos como la autoimportancia y el sentido de derecho o merecimiento. A partir de esa base, se separa en diferentes formas de narcisismo, como la grandiosidad, el antagonismo y la vulnerabilidad.
Los investigadores ahora usan los términos grandiosidad y vulnerabilidad para describir las dos principales formas de narcisismo. Una persona con rasgos narcisistas puede ser segura, con altos niveles de grandiosidad, confianza y resiliencia emocional. Otra puede ser defensiva, ansiosa e hipersensible al criticismo. Ambas muestran signos de autofoco narcisista, pero difieren mucho en cómo experimentan y expresan las emociones.
En un paper de 2022 escribí, junto con mis colegas, una investigación que presentó nuestro primer metaanálisis sobre cómo los rasgos de narcisismo se relacionan con la habilidad para controlar las emociones. Los resultados mostraron que el narcisismo vulnerable se asocia consistentemente con mayores dificultades emocionales, lo que significa que estas personas pueden tener problemas para mantener sus emociones bajo control.
En particular, las personas con altos niveles de narcisismo vulnerable son más propensas a depender de la supresión de las emociones. La supresión es una estrategia que se usa para ocultar o inhibir la expresión emocional, y se vincula con el empeoramiento del bienestar, aunque superficialmente pueda parecer una forma de autocontrol.
En algunas situaciones, puede ser útil —por ejemplo, mantener tus emociones reguladas cuando tu jefe te grita—. Pero tratar de silenciar la expresión emocional sin abordar las emociones subyacentes puede incrementar el estrés cuando se convierte en una estrategia habitual. Con el tiempo, esto puede deteriorar la salud mental y física.
En contraste, el narcisismo grandioso no está vinculado con dificultades de regulación emocional. De hecho, varios estudios, incluido nuestro análisis, sugieren que las personas con altos niveles de grandiosidad no experimentan mucho distrés emocional. Esto desafía la idea popular entre los investigadores de que las personas que exhiben tendencias narcisistas también experimentan inestabilidad emocional.
Inteligencia emocional y autopercepción
Las diferencias entre las formas de narcisismo también se evidencian en las investigaciones sobre inteligencia emocional. En una revisión sistemática que hicimos en 2021 sobre el narcisismo y la inteligencia emocional, encontramos que las personas con rasgos de grandiosidad a menudo afirmaban ser buenas para entender y manejar sus emociones. Por ejemplo, ¿qué tan buenas eran para manejar su ira y reconocer las emociones de las demás personas?
El narcisismo es un patrón psicológico complejo que puede manifestarse de distintas formas y reflejar una lucha más profunda con aspectos como la autoestima, la regulación emocional y la conexión social
Pero cuando sus habilidades fueron puestas a prueba (reconociendo expresiones faciales o identificando la mejor manera de responder ante una situación emocional), su desempeño no siempre coincidía con la habilidad que decían tener. Estos resultados son consistentes con un estudio de 2018 que encontró que las personas con tendencias de grandiosidad se evaluaban como hábiles emocionalmente, pero su desempeño era peor que el de otros participantes en tareas de inteligencia emocional basadas en habilidades.
En contraste, las personas con rasgos de narcisismo vulnerable tienden a evaluarse peor en inteligencia emocional y realmente luchan por manejar sus emociones en la vida diaria.
¿Qué podemos hacer con todo esto?
Es momento de dejar atrás la tendencia de la psicología popular de etiquetar como narcisistas a las personas difíciles. El narcisismo no se trata de tomarse demasiadas selfies. Y no, la pareja que te dejó de hablar sin explicación o el colega que domina todas las reuniones no necesariamente tienen altos rasgos narcisistas, por mucho que nos guste quejarnos de ellos mientras tomamos café.
Este tipo de diagnósticos casuales no solo son poco útiles, sino que con frecuencia son erróneos.
El narcisismo es un patrón psicológico complejo que puede manifestarse de distintas formas y reflejar una lucha más profunda con aspectos como la autoestima, la regulación emocional y la conexión social. Comprender esto no justifica las malas conductas —en absoluto—, pero sí nos ayuda a ir más allá de los estereotipos y obtener una visión más clara de cómo se presentan los rasgos narcisistas en la vida cotidiana.
Artículo publicado en The Conversation y traducido por David Aparicio para Psyciencia.