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Publicaciones por autor

Maria Fernanda Alonso

909 Publicaciones
Soy miembro fundador y editora de contenido en Psyciencia.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cerca del 25% de variaciones en el rendimiento académico podrían explicarse por factores del sueño

  • Maria Fernanda Alonso
  • 11/08/2020
woman sitting on chair while leaning on laptop

Pasar la noche anterior a un examen en vela, quemando pestañas, puede ser más estresante y agotador que fructífero, esto lo sabemos (muchos por experiencia). Ahora, ¿es suficiente con descansar adecuadamente esa última noche antes del examen? Parece que no: un estudio encontró que la calidad y duración del sueño durante el mes y la semana previos a la mesa examinadora podrían explicar cerca del 25% de las variaciones en el rendimiento académico (Okano et al., 2019).

Metodología: esta investigación se realizó utilizando como herramienta objetiva de seguimiento y registro de la duración del sueño al dispositivo Fitbit. Se recolectaron datos cuantitativos del sueño de 88 estudiantes, en el transcurso de un semestre, con el fin de relacionar medidas objetivas de duración, calidad y consistencia del sueño con el rendimiento académico de examen a examen, y en general en el contexto de un campus universitario grande y real.

Todos los estudiantes (que tenían una edad promedio de 18 años) estaban inscritos en el mismo curso de introducción a la química en el MIT y usaron Fitbits durante todo el semestre.

Según explican sus creadores, los dispositivos Fitbit utilizan una combinación de los patrones de movimiento y frecuencia cardíaca del usuario para estimar la duración y la calidad del sueño.

A lo largo del curso de química, los estudiantes tuvieron 9 pruebas, 3 exámenes parciales y un examen final. Al final del semestre, los investigadores calcularon el puntaje académico general de cada estudiante en función de la suma de sus desempeños en todas estas pruebas.

Resultados: Al comparar los datos del sueño de los estudiantes con sus puntajes académicos generales, los investigadores encontraron:

  • Aquellos que durmieron más durante el semestre y los que mostraron una mejor calidad de sueño obtuvieron puntajes académicos generales más altos. Por el contrario, los estudiantes con mayor inconsistencia en el sueño tuvieron puntajes académicos más bajos.
  • La calidad, la duración y la consistencia del sueño explicaron casi el 25% de la variación en el rendimiento general de los estudiantes.
  • Ni la duración del sueño de un estudiante ni la calidad del sueño la noche anterior a un examen parcial o una prueba, tuvieron un efecto en el rendimiento de un estudiante en esa prueba.
  • Las estudiantes mujeres mostraron mejor calidad y sueño más constante que los varones, y tuvieron puntajes académicos generales más altos que ellos. Sin embargo, cuando los investigadores controlaron la calidad del sueño, la ventaja académica de las mujeres desapareció, lo que sugiere que las diferencias de género en el rendimiento académico podrían explicarse por el comportamiento del sueño.
  • Al observar la calidad general y la duración del sueño de los estudiantes en el mes (y semana) previo a cada prueba, se encontró una correlación significativa entre las medidas del sueño y el rendimiento.

A partir de estos hallazgos, concluyen los autores que el sueño constante durante el tiempo en el que se está produciendo el aprendizaje (semana o mes anterior al examen) se relacionan con el rendimiento académico, no así la cantidad de sueño que se tuvo la noche anterior a la evaluación.

Limitaciones: advierten los investigadores que no pueden estar seguros de si otros factores mediadores como el estrés, la ansiedad o los rasgos de personalidad, podrían afectar simultáneamente el comportamiento del sueño como el rendimiento académico. Si bien existe amplia evidencia que sugiere que el sueño ayuda al rendimiento académico, las correlaciones no implican causalidad, se necesitaría un estudio controlado con manipulaciones experimentales para determinar la causalidad.

Referencia bibliográfica:

Okano, K., Kaczmarzyk, J. R., Dave, N., Gabrieli, J. D. E., & Grossman, J. C. (2019). Sleep quality, duration, and consistency are associated with better academic performance in college students. NPJ Science of Learning, 4, 16. https://doi.org/10.1038/s41539-019-0055-z

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La necesidad de poder podría explicar los comportamientos agresivos de personas narcisistas

  • Maria Fernanda Alonso
  • 10/08/2020

Una autoimagen grandiosa e inflada es la definición psicológica habitual del narcisismo. Como patología, ha sido relacionada con trastornos de ansiedad, depresión, soledad, baja empatía y neuroticismo. A su vez, las investigaciones han encontrado que las personas narcisistas son más propensas que las no narcisistas, a presentar comportamientos antisociales. ¿Por qué sucede esto? La necesidad de poder sería clave en la relación entre el narcisismo y las conductas agresivas y hostiles, según los hallazgos de un nuevo estudio (Alexander et al., 2020).

¿Por qué es importante? Comprender los móviles que llevan a comportamientos antisociales es fundamental para el tratamiento y la rehabilitación de personas con estas patologías. A alguien narcisista le gusta tener el control, no ser sumisas con los demás. Esto hace que algunos puedan llegar a extremos y por tanto que cometan comportamientos antisociales para tener el control.

Metodología: el equipo de investigación determinó como comportamientos antisociales a aquellos que dañan o que carecen de consideración por el bienestar de los demás, incluyendo los delictivos y violentos. Realizaron dos encuestas en las que participaron 324 estudiantes de pregrado y 323 personas reclutadas en la plataforma Mechanical Turk de Amazon.

Resultados: las personas que obtuvieron mayores puntajes en una evaluación de narcisismo también tuvieron tendencia a obtener puntajes más altos una medida de necesidad de poder, que a su vez estaba asociada con la participación en conductas antisociales. La resistencia a la subordinación, un subcomponente de la necesidad de poder, fue la principal responsable de la asociación entre narcisismo y conducta criminal.

Concluyen los investigadores que, en pocas palabras, a estas personas les preocupa más no estar subordinados a nadie más que el hecho de tener un rol poderoso.

Limitaciones: los autores advierten que los datos de esta investigación no provienen de poblaciones carcelarias o clínicas, sino de estudiantes y ciudadanos no clínicos. Incluir aquellas poblaciones en las muestras sería fundamental en investigaciones futuras para poder determinar similitudes y diferencias en las poblaciones.

Por otro lado, no queda claro si el comportamiento antisocial a una edad temprana se internaliza o racionaliza para formar rasgos narcisistas, o si las diferencias individuales en el narcisismo se formulan primero. Son necesarias estrategias longitudinales para estudiar este aspecto.

Además, señalan que la necesidad de poder no medió el vínculo entre narcisismo explorador y comportamiento criminal. Hipotetizan que esto pudo deberse a que habría un factor explicativo diferente entre el vínculo, tal vez condiciones hormonales en lugar de condiciones motivacionales. Nuevos estudios son necesarios para averiguarlo.

Referencia bibliográfica:

Alexander, M. B., Gore, J., & Estep, C. (2020). How Need for Power Explains Why Narcissists Are Antisocial. Psychological Reports, 33294120926668. https://doi.org/10.1177/0033294120926668

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El comportamiento no conforme al género podría ser la explicación de mayor riesgo de maltrato parental

  • Maria Fernanda Alonso
  • 07/08/2020

En un capítulo de la famosa serie Friends, Ben, el hijo de Ross aparece en escena con una muñeca Barbie en sus manos. Cuando Ross pregunta “qué está haciendo mi niño con una Barbie,” Sussan y Carol (las madres de Ben) comentan que el mismo niño había elegido ese juguete. Todo el capítulo se desarrolla mostrando los esfuerzos de Ross por cambiar la elección del pequeño por un juguete diferente… un juguete con el que “jugaría un niño.”

https://www.youtube.com/watch?v=KCTRYlIo7Uk

Según un estudio reciente, los adolescentes (pero no las niñas) que se identificaron como homosexuales o bisexuales tenían más probabilidades de haber sufrido maltrato parental en la infancia (Xu et al., 2020).

¿Por qué es importante? De manera sistemática, las investigaciones han relacionado la no heterosexualidad con mayor historial de maltrato infantil, abandono, abuso emocional y abuso físico parental.

Surge entonces el siguiente interrogante: ¿podrían los comportamientos “no conformes al género” poner a las personas en mayor riesgo de sufrir maltrato por parte de sus padres y madres?

Metodología: para explorar esta hipótesis, el equipo de investigación analizó datos de una cohorte de nacimiento prospectiva británica. El objetivo fue averiguar si los comportamientos no conforme al género infantil podrían explicar la mayor prevalencia de maltrato entre niños y niñas no heterosexuales.

El Estudio longitudinal de padres e hijos de Avon recolectó datos de mujeres embarazadas que esperaban dar a luz entre 1991-1992 y realizó un seguimiento con las nuevas familias durante dos décadas.

Los investigadores analizaron datos de 5007 niños que proporcionaron su orientación sexual a los 15 años. Dado que los tamaños de muestra para homosexuales y bisexuales eran pequeños, el equipo de investigación agrupó a bisexuales y homosexuales en una sola categoría de no heterosexuales. La distribución de la muestra fue de 2290 niños heterosexuales, 59 niños no heterosexuales, 2,585 niñas heterosexuales y 73 niñas no heterosexuales.

El maltrato de los padres en la infancia se midió seis veces a lo largo de la primera infancia, desde los 8 meses de edad hasta los 6 años. El comportamiento no conforme con el género se midió tres veces entre las edades de 2 y 4 años, evaluando las preferencias de los niños con respecto a los juguetes, actividades e intereses utilizando el inventario de actividades de preescolar.

Resultados: se encontró mayor prevalencia de maltrato parental entre los jóvenes no heterosexuales. Sin embargo, los resultados solo fueron significativos para los niños:

  • 26% de los niños no heterosexuales experimentaron maltrato en la infancia,
  • 12% de los niños heterosexuales también lo sufrieron;
  • 12% de las niñas heterosexuales experimentaron maltrato infantil, y el 13% de las niñas no heterosexuales también lo sufrieron.

En ambos casos, el comportamiento no conforme al género se asoció con mayor probabilidad de maltrato. Es importante destacar que la regresión logística mostró que el vínculo entre el maltrato y la orientación sexual ya no era significativo cuando se tenía en cuenta el comportamiento no conforme al género.

Limitaciones: no fue posible controlar ciertos factores genéticos o ambientales adicionales que podrían afectar de manera simultánea el maltrato, la identidad sexual y los comportamientos no conformes al sexo. Se necesitan más estudios para explorar estas variables.

Referencia bibliográfica:

Xu, Y., Norton, S., & Rahman, Q. (2020). Childhood Maltreatment, Gender Nonconformity, and Adolescent Sexual Orientation: A Prospective Birth Cohort Study. Child Development, 91(4), e984-e994. https://doi.org/10.1111/cdev.13317

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El exceso de confianza podría transmitirse socialmente

  • Maria Fernanda Alonso
  • 06/08/2020

“Dime con quién andas y te diré quién eres.” Esta popular frase es motivo de reflexión desde hace mucho tiempo. Y, de hecho, podría haber sido el punto de partida de una investigación reciente que analizó la siguiente idea: si estamos expuestos a personas con demasiada confianza en sí mismas, podemos “contagiarnos.” Al parecer, ajustamos nuestras autoevaluaciones en función del nivel de confianza de quienes nos rodean. El exceso de confianza puede, entonces, transmitirse socialmente (Cheng et al., 2020).

Metodología: los investigadores realizaron 6 estudios:

  • 104 estudiantes participaron del primero. Trabajaron en pares con personas que no conocían previamente, en primer lugar lo hicieron de manera individual y luego juntas. Su tarea consistía en adivinar los rasgos de personalidad de 10 personas a partir de fotografías. Luego de completar la tarea en ambas ocasiones, cada participante se autoclasificó según qué tan bien pensaban que habían hecho la tarea, en relación con todos los demás en el grupo.
  • Los siguientes cinco estudios continuaron explorando este efecto de modo experimental. En uno de ellos se pidió a los participantes que adivinaran el peso de las personas a partir de fotografías. El hallazgo aquí fue que el exceso de confianza (o, en este caso, la falta de modestia) se transmitió indirectamente de persona a persona (los participantes fueron influenciados indirectamente por un ex compañero ficticio de su propio compañero en la tarea de adivinar el peso).

Hallazgo: el equipo de investigación descubrió que trabajar con alguien que había sobrevalorado su propio rendimiento contagiaba al otro miembro de la pareja: después de la tarea conjunta, se volvieron más seguros de su propia habilidad; y esto sucedió aunque ninguno de los miembros sabía cuál había sido la auto-clasificación del otro.

Estos efectos en la confianza pueden persistir varios días después, según encontraron los investigadores en trabajos adicionales. Es importante destacar que dos de los estudios produjeron evidencia de que la influencia de los pares con exceso de confianza en las propias estimaciones de los participantes se produjo en gran medida fuera de su conciencia. Explican los autores que no estar conscientes de una transmisión tan “sigilosa” podría hacer aún más difícil resistirse a ella.

Destaca el equipo que la transmisión de exceso de confianza ocurre sólo dentro de grupos. Los participantes en este caso fueron influenciados por las respuestas de sus “compañeros,” los cuales fueron identificados como personas que asistían a la misma universidad y no, por ejemplo, como personas que venían de un equipo deportivo de una universidad rival. En base a esto, explican los investigadores que los individuos no copian indiscriminadamente, sino que son sensibles a las representaciones mentales que se exhiben y adquieren selectivamente la confianza excesiva de los miembros dentro del grupo pero no fuera del grupo. Esto es consistente con las teorías sobre el aprendizaje cultural.

Limitaciones: estos estudios se centraron en la colocación excesiva como una forma de exceso de confianza. Se necesitará más trabajo para investigar si este tipo de transmisión social se produce para otras formas, como la sobreestimación, que se relaciona estrictamente con el desempeño independiente: por ejemplo, creer que se ha desempeñado en una tarea mejor de lo que sucedió realmente. Del mismo modo, aún no está claro si se aplica a la precisión excesiva (estar convencido de haber obtenido al menos el 80 por ciento, por ejemplo, cuando no se alcanzó tal puntaje).

La teoría no niega la posibilidad de que también existan efectos culturales relevantes para la sobreestimación. Aún así, el trabajo contribuye a nuestra comprensión de cómo se desarrolla una atmósfera de exceso de confianza, y su posible efecto de propagación de creencias sesgadas en un grupo social, equipo o en la sociedad.

Referencia bibliográfica: Cheng, J. T., Anderson, C., Tenney, E. R., Brion, S., Moore, D. A., & Logg, J. M. (2020). The social transmission of overconfidence. Journal of Experimental Psychology. General. https://doi.org/10.1037/xge0000787

Fuente: British Psychological Society

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La terapia online sería más efectiva y se adaptaría mejor a las necesidades de pacientes y al contexto de pandemia

  • Maria Fernanda Alonso
  • 06/08/2020

Las circunstancias de salud pública que atravesamos en el contexto actual nos pone a prueba y demanda que nos adaptemos a las nuevas restricciones de proximidad y contacto físico. En esta medida, desde que se dispusieron medidas de distanciamiento social por la pandemia de coronavirus, también se recomendaron opciones de telepsicología para continuar con el trabajo terapéutico, resguardando la salud de profesionales y pacientes.

Pero, ¿existen diferencias entre las sesiones presenciales y las sesiones electrónicas? Un equipo de investigación estudió el asunto mediante el análisis de ensayos antes. Esto fue lo que encontraron:

Metodología: los investigadores identificaron 17 ensayos de control aleatorio que comparaban la terapia cognitiva conductual mantenida de manera electrónica con el terapeuta, y la terapia cognitiva conductual cara a cara. Los estudios se realizaron entre 2003 y 2018 en los Estados Unidos, Australia, Países Bajos, Suiza, Suecia y el Reino Unido.

Resultados: la revisión sistemática y el análisis revelaron que la terapia cognitivo-conductual que conectaba a terapeutas y pacientes por medio de la web, videoconferencia, correo electrónico y mensajes de texto, mejoraba los síntomas de los pacientes más que la terapia cara a cara cuando se medía usando escalas estandarizadas de síntomas del estado de ánimo. Además, no hubo diferencias en el nivel de satisfacción o función entre los dos métodos (electrónico/cara a cara) (Luo et al., 2020).

Comúnmente se creía que la psicoterapia cara a cara tenía la ventaja de la conexión con el terapeuta, y que esta conexión en parte haría la diferencia en el tratamiento. Sin embargo, los hallazgos de este estudio sugieren que no se compromete la calidad de la atención que los pacientes reciben a través de medios electrónicos, lo cual resulta fundamental para el sostenimiento y la adherencia al tratamiento. De hecho, existen otras barreras que pueden verse derribadas por este medio, como los tiempos de espera y las limitaciones geográficas. Las intervenciones electrónicas pueden ofrecer flexibilidad, privacidad, sin necesidad de viajar, salir antes del trabajo, sumar costos de transporte o estacionamiento. Por estos motivos, los servicios de salud mental se convierten en más accesibles, adaptándose a las necesidades de las personas y al contexto de la pandemia.

Referencia: Luo, C., Sanger, N., Singhal, N., Pattrick, K., Shams, I., Shahid, H., Hoang, P., Schmidt, J., Lee, J., Haber, S., Puckering, M., Buchanan, N., Lee, P., Ng, K., Sun, S., Kheyson, S., Chung, D. C.-Y., Sanger, S., Thabane, L., & Samaan, Z. (2020). A comparison of electronically-delivered and face to face cognitive behavioural therapies in depressive disorders: A systematic review and meta-analysis. En EClinicalMedicine (Vol. 24, p. 100442). https://doi.org/10.1016/j.eclinm.2020.100442

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La soledad estaría afectando severamente a mayores de 70 años en la pandemia por COVID-19

  • Maria Fernanda Alonso
  • 05/08/2020

La recomendación es continuar cuidándonos. Como medida de salud pública, muchos Estados han dispuesto el distanciamiento social para prevenir la propagación comunitaria del virus. Personas con enfermedades respiratorias, diabetes, hipertensión, embarazadas y mayores de 60 años, son consideradas grupos de riesgo que precisan tener cuidados especiales en el contexto de la pandemia por COVID-19.

¿Qué significa el distanciamiento social para muchas personas? Soledad. Una investigación realizada en Irlanda encontró que los niveles de soledad y aislamiento social en las personas mayores han aumentado con las medidas de salud pública adaptadas (Ward et al., 2020).

¿Por qué es importante? Se ha demostrado que la soledad es un factor de riesgo independiente para el malestar físico y emocional. Se relaciona con la depresión, ansiedad, el pensamiento suicida, a la vez que puede generar mayor estrés y debilita nuestro sistema inmune.

Metodología: por medio de una investigación longitudinal se examinaron diversas áreas de la vida de adultos mayores que hacen a la salud física y mental, así como factores económicos y sociales. Con fundamento en su encuesta representativa a nivel nacional, el equipo de TILDA destaca la prevalencia de la soledad y el aislamiento social de las personas mayores.

¿Qué hallaron antes de la pandemia? Más del 70% de los participantes de TILDA informaron que nunca o rara vez se sentían solos; menos del 25% se sentía solo algunas veces, mientras que solo el 5% informó sentirse solo a menudo. Además:

  • El 31% de las personas que viven solas rara vez se sentían solas; el 32% a veces se sentía solo y el 37% se sentía solo a menudo.
  • En cuanto a quienes viven con otras personas, el 49% rara vez estaba solo, el 30% a veces y el 21% estaba solo a menudo.

Los investigadores señalan que la mayoría de los adultos mayores no suelen estar solos y parecen ser bastante resistentes, mientras que los datos de la línea de ayuda de ALONE sugieren que la pandemia de COVID-19 ha afectado a las personas mayores.

Pandemia + soledad

Los hábitos y experiencias sociales cotidianas se vieron interrumpidos por las medidas preventivas de distanciamiento social. Desde el brote del virus, el servicio de apoyo y amistad telefónica de ALONE continuó de forma remota con voluntarios llamando y enviando mensajes de texto regulares a personas mayores con consejos de salud y bienestar y apoyos prácticos. Se distribuyeron casi 500 teléfonos inteligentes a adultos mayores con medios limitados de interacción social. Después de un aumento en las llamadas de apoyo, ALONE estableció una línea telefónica dedicada para proporcionar ayuda y servicios a adultos mayores vulnerables que pueden haberlos necesitado. Los datos del informe de ALONE destacan más sentimientos de soledad y aislamiento entre las personas mayores durante la pandemia de COVID-19.

¿Qué encontró la investigación de ALONE?

La línea de soporte nacional ALONE recibió 26174 llamadas durante el período: del 9 de marzo al 5 de julio de 2020. El 55% de las personas que llamaron tenían más de 70 años. El 75% de las personas que llamaron a la línea de ayuda vivían solas.

Además, hubo un aumento de las personas que llaman que posponen tratamientos o exámenes médicos, incluso después de caídas. También se registró un aumento en las llamadas que informan emociones negativas, incluida la ideación suicida durante la pandemia. ALONE también informó que las personas que llaman solicitan con mayor frecuencia apoyo para sus necesidades de salud física, amistad y salud mental y emocional.

Según sus hallazgos, las medidas de salud pública, como el distanciamiento social para frenar la propagación del virus, han aumentado los niveles de soledad y aislamiento social en las personas mayores. Esto puede tener un efecto negativo en su bienestar y sugiere que se deben desarrollar políticas públicas para garantizar que se aborden estos problemas.

Referencia bibliográfica:

Ward, M., McGarrigle, C., Hever, A., O’Mahoney, P., Moynihan, S., Loughran, G., & Kenny, R. A. (2020). Loneliness and Social Isolation in the COVID-19 Pandemic among the over 70s: data from The Irish Longitudinal Study on Ageing (TILDA) and ALONE. https://doi.org/10.38018/tildare.2020-07

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Las personas de clase alta y media alta tienden a desconocer sus privilegios

  • Maria Fernanda Alonso
  • 04/08/2020

En respuesta a la evidencia directa de privilegios de clase, las personas de clase media alta y alta recurren a la ideología de la meritocracia para legitimar la inequidad de clase social como una mera desigualdad, reclamando dificultades en la vida y cegándose a sí mismo y a otros respecto de las ventajas que detentan. La clase social ofrece privilegios. Quienes se hallan en la cima de la distribución de ingresos y educación cuentan con ventajas no ganadas, sólo en función de su condición de clase. Esta es la conclusión a la que arribaron los autores de un estudio reciente (Phillips et al., 2020).

¿Por qué es importante? Cuando no tomamos conciencia de nuestros privilegios tampoco nos damos cuenta de las brechas que estas ventajas ocasionan; y de este modo, la reparación resulta imposible.

Si para saciar tu sed podés abrir un grifo y servirte agua, tenés un privilegio. ¿Te habías dado cuenta?

Metodología: los investigadores realizaron una serie de experimentos en los que participaron ciudadanos estadounidenses adultos de una universidad de élite de la costa oeste de EEUU, cuyos ingresos los clasificaron como de clase media alta o alta.

Un grupo de participantes leyó declaraciones sobre la desigualdad general o la conexión del privilegio de clase con mayores oportunidades educativas. Posteriormente, los participantes respondieron preguntas que midieron sus dificultades personales en la vida. Además, otro grupo leyó sobre las ventajas no ganadas de las personas que obtienen altos ingresos.

¿Que encontraron los investigadores? Las personas que leyeron sobre privilegios de clase informaron más dificultades en la vida que las personas que leyeron sobre la inequidad general. Al leer sobre las personas que se encuentran dentro del 10% superior de ingresos ganados que tienen ventajas no ganadas en la vida, los participantes que creían que eran parte de ese grupo informaron que trabajaban más duro que aquellos que no formaban parte del grupo.

Para ampliar los hallazgos, la segunda mitad del estudio investigó la relación entre las dificultades personales y el privilegio de clase. Otro grupo de participantes recibió información sobre privilegios de clase o desigualdad general y se les pidió que respondieran cuestionarios sobre méritos personales y dificultades en la vida.

El equipo de investigación encontró que exponer el privilegio de clase amenazaba el mérito personal, la sensación de logro sin asistencia externa, lo que podría explicar por qué los participantes informaron mayores dificultades en la vida cuando tenían un mérito personal bajo. En otra nota, cuando a las personas no se les permitía citar dificultades en la vida, quienes leían sobre privilegios de clase afirmaban que ponían más esfuerzo en tareas difíciles.

Finalmente, los autores sugieren que la evidencia del privilegio de clase amenaza la sensación de mérito personal de una persona, lo que lleva a racionalizar el éxito a través de la perseverancia en tareas complicadas y dificultades en la vida.

¿Sabés qué tan privilegiadx sos? Te invito a hacer clic en el link para tener una buena referencia.

Referencia bibliográfica:

Phillips, L. T., & Lowery, B. S. (2020). I ain’t no fortunate one: On the motivated denial of class privilege. Journal of Personality and Social Psychology. Advance online publication. https://doi.org/10.1037/pspi0000240

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Un ejercicio de escritura sería útil para que los estudiantes no abandonen la universidad

  • Maria Fernanda Alonso
  • 03/08/2020

La permanencia y graduación de los estudiantes universitarios reflejadas en las tasas de deserción y abandono, plantean la necesidad de desarrollar estrategias creativas capaces de proporcionar las herramientas que necesitan los estudiantes para persistir en sus estudios. Incorporar un ejercicio de lectura y escritura sobre pertenencia social en el plan de estudios universitario de primer año aumenta la persistencia y el rendimiento de los estudiantes negros, latinos, nativos americanos y universitarios de primera generación en una universidad grande, urbana y de amplio acceso, según los hallazgos de una investigación reciente (Murphy et al., 2020).

Factores relacionados con el rendimiento académico, cuestiones económicas, responsabilidades familiares, largos viajes hasta la universidad o bien elementos más ligados a las emociones, como la integración social, creación de vínculos afectivos con pares y docentes, así como la pertenencia a la comunidad universitaria, tienden a ser determinantes para la problemática en cuestión. Actualmente es inevitable considerar también las barreras que pueden surgir en el contexto de emergencia desarrollado con motivo de la pandemia por COVID-19.

Metodología: En un estudio doble ciego, aleatorizado, que duró 3 años, el equipo de investigación probó una estrategia de intervención que incluía un ejercicio de lectura y escritura entre 1063 estudiantes inscritos en clases de escritura de primer año en una institución postsecundaria amplia, diversa y de amplio acceso en el Medio Oeste de Estados Unidos.

Los miembros del equipo trabajaron con el cuerpo docente, los administradores y los estudiantes de nivel superior de la institución, para desarrollar materiales personalizados que abordaran las barreras académicas y sociales comunes que podrían encontrar los estudiantes en cuanto a la pertenencia y las estrategias de afrontamiento que habían demostrado ser exitosas para superar esas barreras. Las estrategias incluían encontrar espacios dentro y fuera del campus para estudiar, hacer amigos y estudiar con compañeros que también viajan y/o trabajan, y hacer tiempo para establecer relaciones con el profesorado.

Destacan los investigadores que estas estrategias se vieron reforzadas por prácticas institucionales que pusieron a disposición de los estudiantes herramientas como un centro de recursos para viajeros, actividades sociales y clubes con horarios de reuniones que se amoldaban a los estudiantes que trabajaban, así como horarios extendidos de oficina en la facultad brindando así oportunidades para que los estudiantes se conectaran con la institución.

Los estudiantes de primer año luego escribieron una carta a un estudiante ingresante de primer año y compartieron el mensaje de pertenencia con ellos. De esta manera, quienes escribieron la carta fueron colocados en un rol de mentores y benefactores de aquellos que seguirían.

Resultados: El equipo de investigación encontró que la intervención resultó en un aumento significativo tanto en la retención como en el rendimiento académico de los estudiantes negros, latinos, nativos americanos y universitarios de primera generación. La intervención de pertenencia social aumentó la retención entre estos estudiantes del 76% al 86%, durante un año, y del 64% al 73%, en dos años. Los promedios de calificaciones entre estos estudiantes también aumentaron.

Según los investigadores, este ejercicio también sirvió para afianzar el sentido de adaptación académica y social un año después, lo cual predijo la persistencia universitaria un año después.

¿Por qué es importante? Enseñar y aprender son derechos humanos que tenemos todas las personas de manera inherente, es decir, por el solo hecho de ser personas. Tener acceso a la educación, elemental y superior, es fundamental en la obligación de garantizar la igualdad real de oportunidades, que tienen los Estados de Derecho actualmente. Es preciso entender qué ocurre detrás de los números que encierran las tasas de deserción y abandono, y que los desafíos nombrados son comunes para para los estudiantes de instituciones menos elitistas para asistir eficientemente a quienes lo necesiten y enmendar las brechas existentes en razón de circunstancias contextuales.

Referencia bibliográfica:

Murphy, M. C., Gopalan, M., Carter, E. R., Emerson, K. T. U., Bottoms, B. L., & Walton, G. M. (2020). A customized belonging intervention improves retention of socially disadvantaged students at a broad-access university. En Science Advances (Vol. 6, Número 29, p. eaba4677). https://doi.org/10.1126/sciadv.aba4677

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Tenemos comportamientos más riesgosos relacionados al COVID-19 cuando usamos mascaras faciales

  • Maria Fernanda Alonso
  • 31/07/2020

Usar máscaras faciales de manera obligatoria en lugares públicos es una medida política generalizada en todo el mundo con el fin de contener la propagación del coronavirus. Si bien esta medida pareciera coadyuvante, surge a la par una relajación o laxitud personal en las conductas de higiene y/o distanciamiento social que en estos momentos también resultan esenciales para contener el contagio. Las autoridades deben considerar este desajuste, o alteraciones de comportamiento para conseguir la efectividad del uso obligatorio de tapabocas.

Usar máscaras = No lavarse las manos

Cuando percibimos que las cosas se vuelven más seguras, tendemos a actuar de manera más imprudente; esto es conocido como “efecto Peltzman.”

¿Cómo funciona este mecanismo? Existe una medida de seguridad (por ejemplo, el cinturón de seguridad cuando conducimos un auto) que le permite al receptor correr más riesgos (conducir más rápido de lo permitido). Al final, el comportamiento se vuelve menos responsable. De esta forma, una medida de seguridad puede hacer que la actividad sea más peligrosa (Peltzman, 1975).

En el contexto de la pandemia por coronavirus, ir a espacios públicos es una actividad que conlleva el riesgo de infectarse. El uso de máscara facial es una medida de seguridad destinada a disminuir la probabilidad de infección, pero al sentirnos más seguros utlizándola, nos relajamos respecto de las otras medidas de prevención como la higiene cuidadosa de las manos o el distanciamiento social. Como resultado, el riesgo de infección podría aumentar.

¿Qué se puede hacer para abordar este asunto? Establecer que las máscaras faciales sean obligatorias debe ir acompañado de políticas que mantengan, o aumenten, otras formas de prevención. Educar a las personas explicando que una máscara facial por sí sola no previene el contagio de COVID-19 si se olvidan de prácticas como el distanciamiento social y el lavado de manos, resulta primordial. Entonces, además del uso obligatorio de cubrebocas, podría sumarse la obligación de portar un desinfectante de manos personal. A su vez, podrían diseñarse campañas de salud pública que transformen el uso de mascarillas faciales en un recordatorio visual de la importancia del lavado de manos frecuente.

Usar tapabocas = no quedarse en casa

Las medidas de seguridad fomentan la participación de aquellos que, sin estas medidas, considerarían la actividad como demasiado riesgosa para ellos (Grabiszewski & Horenstein, s. f.).

¿Cómo? Retomando el ejemplo de la conducción de un vehículo, la mayoría de las personas no se atrevería a “correr picadas” (carreras espontáneas u organizadas entre vehículos dentro de la ciudad, en muchos lugares tipificadas como delitos penales por su alta peligrosidad), porque es una actividad demasiado arriesgada; pero podrían cambiar de opinión si están acompañadas de un piloto profesional de fórmula uno, lo que haría que la carrera sea menos peligrosa. La medida de seguridad se convierte en una invitación a participar.

Respecto de la pandemia de COVID-19, el uso de las máscaras faciales conlleva una sensación engañosa de seguridad. Así, las personas que deberían quedarse en casa (especialmente los mayores de 60 años y las personas con enfermedades subyacentes) salen y se van. En comparación con la seguridad del hogar, estarían expuestos a un mayor riesgo de infección.

¿Qué posible solución hay en este caso? La educación en salud pública es fundamental, y es especialmente necesario educar a las personas que se encuentran dentro de los grupos de mayor riesgo. Las mascarillas son un medio de protección imperfecto contra el COVID-19. Estos elementos varían mucho en su eficiencia de filtración. Salir de casa con una máscara facial no significa que la probabilidad de infección se haya reducido a cero. 

Referencias bibliográficas:

Grabiszewski, K., & Horenstein, A. R. (s. f.). Product-Consumer Substitution and Safety Regulation. En SSRN Electronic Journal. https://doi.org/10.2139/ssrn.2942530

Peltzman, S. (1975). The Effects of Automobile Safety Regulation. En Journal of Political Economy (Vol. 83, Número 4, pp. 677-725). https://doi.org/10.1086/260352

Fuente: The Conversation

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Terapia de exposición para TEPT no incrementa riesgo de recaídas por consumo de drogas

  • Maria Fernanda Alonso
  • 31/07/2020

Alrededor de una cuarta parte de las personas con trastornos por consumo de sustancias también sufren de trastorno de estrés postraumático (TEPT). Su tratamiento es necesario en cuanto influirá directamente en la calidad de vida de la persona, tanto física como mental. Si bien la terapia de exposición es el tratamiento estándar para TEPT, existe gran temor sobre lo que pueda pasar con las personas con trastorno por consumo de sustancias al tratar su TEPT.

Por qué es importante: una de las preocupaciones fundamentales gira en torno a la posibilidad de que tengan una recaída si se ven expuestos a traumas pasados. Esto ha llevado a una restricción en el acceso a terapias para tratar TEPT. De acuerdo a los hallazgos de una nueva investigación, no habría justificación para tal medida, sin embargo, no ofrecer tratamientos adecuados perjudicaría a los pacientes.

Metodología: investigadores condujeron un primer estudio donde buscaron un método para lograr que pacientes a menudo reacios en tratamiento de adicciones participen en sesiones de terapia para tratar TEPT. Encontraron que los pacientes con dependencia de opioides asistieron en promedio a nueve sesiones de terapia de exposición para tratar el TEPT cuando se les dio dinero como incentivo, en comparación con solo una sesión sin el incentivo (Schacht et al., 2017).

Sobre la base de este trabajo, para el nuevo estudio (Peirce et al., 2020), el equipo examinó las comparaciones semanales de los antojos por opioides u otras drogas antes y después de las sesiones de terapia, los días de consumo de drogas autoinformados y otros problemas. Encontraron que no hubo un aumento en el uso de opioides u otras drogas en casos reportados de estrés después de las sesiones de terapia para tratar el TEPT. En la novena sesión de terapia, los puntajes de severidad del TEPT disminuyeron, en promedio, en un 54% en comparación con la primera sesión.

Resultados: el equipo de investigación encontró que la terapia cognitivo conductual que expone a las personas a los recuerdos de su trauma no causa recaídas en el uso de opioides u otras drogas, y que la gravedad del TEPT y los problemas emocionales disminuyen después de la primera sesión de terapia.

Referencia bibliográfica:

Peirce, J. M., Schacht, R. L., & Brooner, R. K. (2020). The Effects of Prolonged Exposure on Substance Use in Patients with Posttraumatic Stress Disorder and Substance Use Disorders. En Journal of Traumatic Stress. https://doi.org/10.1002/jts.22546

Schacht, R. L., Brooner, R. K., King, V. L., Kidorf, M. S., & Peirce, J. M. (2017). Incentivizing attendance to prolonged exposure for PTSD with opioid use disorder patients: A randomized controlled trial. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 85(7), 689-701. https://doi.org/10.1037/ccp0000208

Fuente: Science Daily

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