LA BBC publicó una interesante nota que nos expone a las experiencias de diferentes padres alrededor del mundo que han decidido darles libertad a sus hijos para que se vistan cómo quieran, incluso si quieren vestirse con vestidos de princesas.
“Soy un niño princesa y me encanta ponerme vestidos y amo los colores rosado y rojo”, le dijo el pequeño de cinco años (en 2011) a la cadena NBC.
La primera reacción de su madre ante sus gustos fue (como lo manifestó a NBC): “reencauzarlo para que jugara con un camión o para que leyera ciertos libros” y cuando Dyson le dijo que quería vestirse de princesa para Halloween, se resistió.
Pero fue su hijo mayor el que con una pregunta le sugirió que quien estaba teniendo un problema con la situación era ella y no su hermano. La pregunta clave fue: “Mamá ¿por qué no puedes simplemente dejarlo ser feliz?”
En el artículo también se exponen los temores paternales y el tema de la presión social y cultural que hace que obliguen a sus hijos a usar algo con lo que no se sienten cómodos.
“Es un tema más social, más cultural. Son pautas de vida que se tejen en cada familia. Está bien que se vista de Batman o de Superman, eso está aprobado, pero que se quiera vestir de Blanca Nieves, no estaba bien. Ahí empieza la burla. La mamá de entrada descalifica y dice que esa no es ropa para un niño sino para una niña y que se tiene que vestir como un niño”.
“Es un trabajo importante que tenemos que hacer como papás y como adultos: liberarnos de prejuicios. Pero ante todo tenemos que sobreponer el amor y la capacidad contención en las situaciones que se presentan en las vidas de nuestros hijos”.
“Es muy importante para un papá entender cuál es su temor exactamente. ¿Homofobia? ¿Una dificultad sexual personal que no ha brotado? Mirar hacia adentro ayuda mucho. Entenderse a sí mismo libera: ¿dónde están nuestros temores?, quizás encontremos cosas muy interesantes que no hemos resuelto de nuestra propia historia”.
Seth Menachen es uno de los padres y nos cuenta:
“Generalmente mis amigos y familiares me muestran su apoyo. He encontrado algún conocido para quien la situación le puede parecer extraña, pero es su problema, no el nuestro. Algunos han admitido que sería duro para ellos si su hijo quisiera usar un vestido. Y otros desearían poder tener las agallas y hacerlo ellos mismos. Es una pieza muy cómoda para vestir”
Y por último nos hace ver la importancia de escuchar a los padres y entrar en el mundo de los hijos para que podamos entender por qué se quieren vestir de determina manera. Así lo explica la psicóloga Pilar Roldán:
“A esas edades no le damos importancia a cómo se quieren vestir o con qué quieren jugar. Quizás algún niño juega con muñecas y cocinas y no por eso nos vamos a preocupar o le vamos a decir algo”, señala. “Claro que ponemos límites y (enseñamos) valores, pero nuestra filosofía es que el niño esté feliz y que aprenda jugando (…) Lo importante es que sea feliz sea cual sea su identificación sexual”.
Lee el artículo ¿Qué hacer si tu hijo se quiere vestir de princesa? en la BBC.