Durante años los neurocientíficos han buscado los marcadores biológicos que permitan evitar los trastornos psicológicos más comunes. En lo que podría significar un gran paso hacia adelante, un grupo de investigadores de la Universidad de Duke, cree haber encontrado los marcadores cerebrales que permitirían predecir cómo los jóvenes adultos desarrollarían conductas de riesgo relacionadas al alcohol y la sexualidad. Sus hallazgos están disponibles en la revista Molecular Psychiatry.
La investigación empezó en el año 2012, cuando los científicos del Centro de Estudios de Neurogenética de la misma universidad, empezaron a estudiar cómo las interacciones entre el cerebro, el genoma y el ambiente pueden predecir el desarrollo de trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y la adicción.
Para ello realizaron dos investigaciones que se valieron de imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf) para medir la actividad cerebral de dos áreas relacionadas con las conductas necesarias para la supervivencia. El cuerpo estriado ventral, responsable de la búsqueda de la recompensa; y la amígdala, encargada de la evaluación de amenaza.
En el primer estudio participaron 200 sujetos y se halló que el grupo con hiperactividad en el estriado ventral y baja actividad en la amígdala, tenía más problemas de alcohol como respuesta al estrés.
El según estudio contó con una muestra más grande: 759 personas que tenían, en promedio, 19 años. El mismo confirmó los resultados anteriores y también descubrió que el patrón cerebral inverso, o sea baja actividad en el estriado ventral e hiperactividad en la amígdala, predijo por otro lado, los problemas con el alcohol en respuesta al estrés desde el inicio del estudio hasta tres meses después del mismo.
Estos resultados parecen contradictorios, pero el psicólogo director de la investigación Ahmad Hariri, nos explica que son sistemas complementarios:
¨Si usted tiene una alta actividad en las dos áreas, no hay problema. Si usted tiene una baja actividad en las dos áreas, no hay problema. El problema con el consumo de alcohol está cuando una de las áreas están fuera de control.¨
Los investigadores especulan que la hiperactividad en el cuerpo ventral estriado incrementa la impulsividad y, en consecuencia, haría que las personas fueran más propensas a beber cuando están afectados por el estrés; y la baja actividad en la amígdala provocaría que los individuos esten menos atentos a las señales de advertencia de las conducta de riesgo. Por otro lado, las personas con baja actividad en el cuerpo estriado ventral tendrían una tendencia a sentirse decaídos y la hiperactividad en la amígdala los haría más sensibles al estrés, lo que provocaría que beban en exceso como un mecanismo de supervivencia.
Otra investigación, publicada el 10 de Junio en la revista Neuroscience, encontró que la disparidad en la actividad entre las dos áreas mencionadas también podría predecir la conducta sexual. Sus hallazgos se basan en el estudio de 70 sujetos, que evaluó la cantidad de parejas sexuales que habían tenido durante los últimos 11 meses.
En los varones, la hiperactividad en el cuerpo ventral estriado y la baja actividad de la amígdala se asoció con mayor cantidad de parejas sexuales, en comparación con aquellos hombres que tenían una actividad más balanceada entre ambas áreas.
En las mujeres la asociación fue diferente. Ellas presentaron una actividad más alta de lo normal en ambas áreas, lo que indica alta búsqueda de recompensa y percepción de la amenaza.
Los investigadores no sabes a ciencia cierta porqué sucede esto. Una posible respuesta sería que la señal de la amígdala representaría cosas diferente en los hombres y las mujeres, explicó Hariri.
¨En las mujeres, la actividad de la amígdala podría estar impulsando la conciencia general, la excitación y la capacidad de respuesta que, cuando se combina con una fuerte actividad relacionada con la recompensa en el estriado ventral, conduce a mayor número de parejas. En cambio, en los hombres, la señal de la amígdala podría estar impulsando una detección de peligro.¨ dijo Hariri.
Con estos resultados, los investigadores examinarán la relación entre las conductas de riesgo sexuales y de consumo de alcohol con la región prefrontral, la cual se relaciona con la toma de las decisiones y que podría ayudar a predecir con más precisión qué individuos se involucrarán en conductas de riesgo.
Sin dudas son investigaciones muy interesantes y parecen prometedoras en el intento de anticipar los trastornos mentales a nivel biológico.
Fuente: ScienceDaily