Ali Watkins para The New York Times:
Un grupo de científicos británicos afirma haber rastreado la antigüedad del beso, hasta hace entre 16 y 21 millones de años, y han descubierto que era mucho más común entre otras especies de lo que se creía.
¿Las hormigas? Se besuquean. ¿Los peces? Son besucones. ¿Los neandertales? Sí, también se besaban, a veces incluso con nosotros.
Pero besarse, dijeron los investigadores, siempre ha sido algo así como un misterio evolutivo. No presenta grandes ventajas para la supervivencia, tiene beneficios reproductivos mínimos y es sobre todo simbólico.