Lenore Skenazy dio una de las charlas TED más lúcidas y provocadoras que he visto. En ella plantea una idea que, a primera vista, puede parecer contraria al sentido común: los padres deberían pasar menos tiempo supervisando a sus hijos. Su argumento no es una crítica al cariño o la atención, sino a la sobreprotección. Skenazy muestra cómo el miedo a los peligros —reales o imaginarios— ha llevado a limitar la autonomía infantil, afectando su capacidad para resolver problemas, tomar decisiones y confiar en sí mismos.
Con ejemplos tan simples como dejar que un niño camine solo al colegio o juegue sin adultos cerca, Skenazy invita a reconsiderar qué significa realmente cuidar. Según ella, permitir que los niños exploren y enfrenten pequeños riesgos es una forma más efectiva —y saludable— de prepararlos para la vida.