Me gustó este artículo de Christina Caron para The New York Times, con recomendaciones de usan los psicólogos deportivos para mejorar el rendimiento de atletas de alto rendimiento y que pueden ser muy útiles para ayudarte a alcanzar tus metas:
Céntrate en los pensamientos útiles, no solo en los positivos
En el deporte y en la vida, centrarse incesantemente en la positividad puede convertirse en una distracción, dijo Jack J. Lesyk, director durante muchos años del Centro de Psicología Deportiva de Ohio. Aconseja a los deportistas que, en su lugar, piensen en lo que es útil.
Por ejemplo, añadió, imagina que un golfista domina el tramo más difícil del campo: el hoyo 12. “Esta es la mejor vuelta de golf que he hecho en mi vida”, piensa. “Si sigo jugando, batiré un récord personal”.
Pero este tipo de pensamiento positivo puede acabar distrayendo al jugador de la tarea que tiene en ese momento: introducir la bola en el hoyo 13. En esta situación, dijo Lesyk, el golfista puede concentrarse en pensamientos que estén mejor alineados con conseguir ese objetivo, por ejemplo: “¿Dónde está la pelota ahora? ¿Adónde quiero que vaya después? ¿Cómo puedo conseguirlo?”.
Y
Visualiza los momentos más cruciales
A menudo se enseña a los deportistas a ensayar mentalmente el éxito: imaginar sus movimientos con antelación estimula las mismas zonas del cerebro que utilizan cuando las llevan a cabo, lo que refuerza sus habilidades y ayuda a calmar los nervios.
Lesyk recomienda visualizar una tarea poco a poco.
Digamos que has practicado para una presentación importante en el trabajo. Durante tu primer ensayo mental, empieza poco a poco y ve hacia atrás. “Imagina primero el final”, dijo Lesyk. Después, imagina los dos últimos pasos y añade sucesivamente más pasos. Luego intenta imaginarlo todo de principio a fin.
Aquí tienes una versión editada y más fluida de tu texto:
Estas dos estrategias son muy comunes en terapia y suelen ser muy efectivas para ayudar a las personas a alcanzar sus objetivos. Si quieres conocer las demás estrategias recomendadas, puedes leer el artículo completo en The New York Times.