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IRM

6 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El volumen de una importante región cerebral se ve reducido en personas con síntomas depresivos severos

  • Equipo de Redacción
  • 21/06/2022

Investigadores observaron una asociación negativa entre el volumen de la corteza cingulada anterior y los síntomas depresivos. Sus hallazgos destacan que la depresión está asociada con cambios en la anatomía física del cerebro (Ibrahim et al., 2022). La corteza cingulada anterior (CCA) es una región del cerebro que se cree que está involucrada en la regulación emocional.

Qué metodología usaron

El equipo examinó datos de 1803 adultos que habían participado en el Dallas Heart Study, que recopiló una gran variedad de datos, incluidos volúmenes cerebrales regionales en una gran muestra epidemiológica de residentes del condado de Dallas. Los participantes también completaron el inventario rápido de autoinforme de sintomatología depresiva, una evaluación validada de los síntomas depresivos.

Al analizar los datos, se consideró que los participantes tenían niveles elevados de síntomas depresivos si reportaban síntomas como tristeza, cambios inusuales en el apetito, pensamientos suicidas, sensación de lentitud y pérdida de interés en otras personas o actividades.

Qué encontraron

Los niveles elevados de síntomas depresivos se asociaron con un volumen de CCA derecho reducido (pero no el volumen CCA izquierdo) después de controlar los factores demográficos y el volumen intracraneal, lo que indica que «esta importante región del cerebro para la regulación emocional puede ser diferente en las personas con depresión», explicó el autor principal. El CCA derecho está implicado en una amplia gama de procesos cognitivos, incluida la regulación del conflicto emocional y los sesgos optimistas.

En este estudio se evaluó la gravedad de los síntomas depresivos con una escala validada. Sin embargo, los investigadores desconocen con certeza qué participantes tenían un diagnóstico real de trastorno depresivo mayor. Tampoco tuvieron información sobre sus síntomas depresivos a lo largo del tiempo.

En este estudio no fue posible determinar una relación de causalidad entre el volumen más pequeño de CCA y la depresión mayor. Se necesitarían estudios con diseños longitudinales que sigan a las personas a lo largo del tiempo para determinar si el volumen de CCA predice el desarrollo de la depresión o si ocurre como consecuencia de la depresión.

Referencia bibliográfica: Ibrahim, H. M., Kulikova, A., Ly, H., Rush, A. J., & Sherwood Brown, E. (2022). Anterior cingulate cortex in individuals with depressive symptoms: A structural MRI study. Psychiatry Research. Neuroimaging, 319, 111420. https://doi.org/10.1016/j.pscychresns.2021.111420

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cambios en la conectividad cerebral podrían relacionarse con el deterioro cognitivo autoinformado

  • Maria Fernanda Alonso
  • 12/07/2021

El deterioro cognitivo es una de las principales características de la demencia. La detección temprana puede ser clave para disminuir su progreso y procurar revertir sus efectos. Tras un seguimiento de adultos mayores que se quejaban por percibir que su capacidad cognitiva estaba empeorando, aunque las evaluaciones clínicas no mostraban ningún deterioro, investigadores encontraron que esto puede relacionarse con cambios significativos en la conectividad funcional en dos áreas del cerebro (Viviano & Damoiseaux, 2021).

¿Por qué es importante?

El deterioro cognitivo subjetivo, definido como un empeoramiento percibido de la capacidad cognitiva que no se observa en la evaluación clínica, puede ser un indicador temprano de demencia. Las alteraciones cerebrales que subyacen a la experiencia del declive podrían reflejar la progresión de la demencia incipiente y pueden surgir antes de que la evaluación cognitiva sea lo suficientemente sensible como para detectar un déficit. La investigación transversal previa ha demostrado una conectividad funcional cerebral aberrante en el deterioro cognitivo subjetivo, pero la evaluación longitudinal ha sido limitada.

Estudio

Sesenta y nueve mujeres, principalmente afroamericanas, de 50 a 85 años de edad, participaron de un seguimiento de tres años, en el que los investigadores utilizaron imágenes por resonancia magnética (IRM) en intervalos de 18 meses para estudiar la manifestación de cambios cognitivos. Todos los participantes autoinformaban un empeoramiento de su capacidad cognitiva, aunque las evaluaciones clínicas no mostraron deterioros.

El equipo de investigación realizó tres exploraciones de IRM en intervalos de 18 meses, las cuales mostraron cambios significativos en la conectividad funcional en dos áreas del cerebro. 

Resultados

Las personas que informaron más deterioro cognitivo subjetivo mostraron una mayor disminución en la conectividad entre los componentes de la red de modo predeterminado y un mayor aumento en la conectividad entre la prominencia y los componentes de la red de modo predeterminado. La conectividad funcional cambió en ausencia de un cambio en el rendimiento cognitivo.

Dado que estos cambios cerebrales ocurrieron sin cambios cognitivos concomitantes, podrían indicar que los cambios cerebrales subyacen a la percepción del deterioro. Estos cambios podrían ser un marcador sensible de la demencia naciente meses o años antes de que las evaluaciones detecten algún déficit cognitivo.

Referencia bibliográfica: Viviano, R. P., & Damoiseaux, J. S. (2021). Longitudinal change in hippocampal and dorsal anterior insulae functional connectivity in subjective cognitive decline. Alzheimer’s Research & Therapy, 13(1), 108. https://doi.org/10.1186/s13195-021-00847-y

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Experimentar síntomas depresivos durante el embarazo podría afectar el desarrollo cerebral del niño

  • Maria Fernanda Alonso
  • 12/05/2021

El embarazo es un periodo delicado del desarrollo comportamental y emocional de las personas. Tal es así que recientemente se encontró un vínculo entre los síntomas depresivos maternos prenatales y las alteraciones en el desarrollo temprano del cerebro   (H et al., 2020). Más allá de la infancia, la salud mental y física de los adultos también puede estar condicionada por los síntomas depresivos maternos durante el embarazo, explican los investigadores. Estos hallazgos resaltan que la necesidad de brindar el cuidado y la protección necesarias a la futura madre debe ser un compromiso primordial de la sociedad.

Qué metodología usaron

Los investigadores examinaron datos de neuroimagen de 28 niños, que fueron escaneados mediante resonancia magnética cuando tenían 4 años. Las madres de los niños habían completado múltiples evaluaciones de ansiedad y síntomas depresivos durante y después de su embarazo.

La amígdala fue la región del cerebro a la que se prestó mayor atención debido a que juega un papel destacado en el procesamiento de las emociones y la memoria emocional, y ha sido relacionada con trastornos psiquiátricos como la depresión el trastorno de estrés postraumático, la esquizofrenia y los trastornos del espectro autista.

Además de la ansiedad materna, el equipo controló otros factores incluyendo el maltrato infantil, la educación materna, la edad materna, la medicación prenatal y el consumo de sustancias por parte de la madre. 

Qué encontraron

Los niños tendían a tener volúmenes amigdalares derechos más pequeños cuando sus madres experimentaban más síntomas depresivos durante el embarazo. Los volúmenes cerebrales subcorticales más pequeños fueron aún más pronunciados en los niños que en las niñas. Los síntomas depresivos posnatales, sin embargo, no se asociaron con los volúmenes amigdalares.

Los resultados del estudio sugieren que los síntomas depresivos maternos ya en el período prenatal alteran el desarrollo temprano del cerebro y, por lo tanto, podrían influir en la vulnerabilidad de la descendencia para desarrollar un trastorno mental a lo largo de la vida, explicaron los autores.

Limitaciones del estudio

En primer lugar se advierte el papel desconocido de los efectos genéticos subyacentes que el niño hereda de la madre y que podrían afectar la trayectoria de su desarrollo cerebral, así como su vulnerabilidad al estrés y la depresión.

Por otro lado, los autores señalan que el tamaño de la muestra fue bastante pequeño, por lo tanto, los hallazgos aquí reportados deben abordarse en estudios futuros con tamaños de muestra más grandes y diseños genéticamente informados. Sin embargo, el estudio indica que la depresión prenatal podría tener efectos duraderos en la salud de la descendencia.

Referencia bibliográfica: H, A., Jj, T., Nm, S., N, H., O, R., Ti, L., J, P., V, S., R, P., T, L., L, K., & H, K. (2020). Prenatal maternal depressive symptoms are associated with smaller amygdalar volumes of four-year-old children. Psychiatry Research. Neuroimaging, 304, 111153. https://doi.org/10.1016/j.pscychresns.2020.111153

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Actividad Física como tratamiento para el deterioro cognitivo

  • Maria Fernanda Alonso
  • 11/09/2019

La actividad física puede ayudar a proteger las regiones del cerebro que son sensibles a la neurodegeneración, según una nueva investigación que examinó el deterioro cognitivo en los ancianos (Haeger, Costa, Schulz, & Reetz, 2019).

De hecho se ha encontrado que a mayor actividad física, el riesgo de deterioro cognitivo disminuye. Pero no es necesario ser un atleta que dedica gran parte de su día al entrenamiento para disfrutar de los beneficios de la actividad física; en palabras del Psicólogo Federico Lande, “hacer algo de actividad física es mejor que no hacer nada.” Entender los orígenes y evolución de la actividad física como recurso de supervivencia humana nos ayuda a comprender también diversas problemáticas que se generan en torno al sedentarismo y las comorbilidades que se asocian a este estilo de vida tan nocivo. Ya Hipócrates había dedicado mucho tiempo al estudio de la actividad física para la salud, y encontró que el eje central es el logro del equilibrio entre los ejercicios físicos, las comidas y las bebidas. Este postulado no resulta novedoso, sin embargo, el hecho de que sea ampliamente conocido no implica que sea más sencillo volverlo un hábito. Pero la motivación y la autodeterminación necesarias para realizarla encuentran un fuerte respaldo en los hallazgos de un nuevo estudio que resalta su potencial como tratamiento no farmacológico para el deterioro cognitivo, como la demencia. A su vez, es fácil de aplicar y tiene bajo riesgo de efectos secundarios señalaron las autoras Kathrin Reetz y Alexa Haeger, que analizaron 23 investigaciones previas de resonancia magnética, que habían examinado cómo se relacionaba la actividad física con el deterioro cognitivo leve, la demencia y la enfermedad de Alzheimer. Los estudios incluyeron un total de 2268 sujetos.

En orden a encontrar la actividad física que resulte óptima como tratamiento para una persona, es necesario comprender su impacto directo sobre la estructura y la integridad del cerebro. Por esta razón, el objetivo de la revisión fue investigar los cambios cerebrales inducidos por la actividad física y el estado físico durante el deterioro cognitivo, detectados mediante resonancia magnética (IRM). Además, se incluyeron estudios de intervención, así como estudios de observación con evaluación de la condición física y cuestionarios sobre la actividad física de los participantes.

Se descubrió que el ejercicio afecta las regiones cerebrales frontal, temporal y parietal, como la región hipocampal/parahippocampal, precuneus, cingulado anterior y corteza prefrontal.

“La actividad física y el estado físico se reflejan en la estructura del cerebro en el deterioro cognitivo. Especialmente las regiones cerebrales que se ven afectadas por la neurodegeneración parecen responder al ejercicio y la forma física,” dijeron Reetz y Haeger.

“La interpretación de los estudios siempre debe realizarse en el contexto de los tamaños de muestra, la metodología y el posible sesgo de selección.” Además de los cambios estructurales, cambios metabólicos detectados a través de métodos de imagen no invasivos serían de gran interés, señalan las autoras, quienes están interesadas en abordar esta cuestión a través del estudio de imágenes multimodales en la enfermedad de Alzheimer aplicando también imágenes metabólicas durante una intervención con actividad física.

Referencia:

Haeger, A., Costa, A. S., Schulz, J. B., & Reetz, K. (2019). Cerebral changes improved by physical activity during cognitive decline: A systematic review on MRI studies. NeuroImage. Clinical, 23, 101933. https://doi.org/10.1016/j.nicl.2019.101933

Fuente: PsyPost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Meditar y practicar yoga se vinculan con menor volumen de la amígdala derecha, región involucrada en el procesamiento emocional

  • Maria Fernanda Alonso
  • 19/08/2019

¿Pueden la meditación y el yoga ser prácticas capaces de modificar nuestros cerebros? ¿Qué tanto ayudan, por ejemplo, para hacer frente a las emociones negativas, y para manejar el estrés en particular?

Según una investigación, estas prácticas se asocian con un volumen más pequeño de la amígdala derecha, una región del cerebro involucrada en el procesamiento emocional (Gotink et al., 2018).

El estudio de Rotterdam es un estudio poblacional en curso que se realiza en los Países Bajos desde 1990. Ha reclutado a más de 15000 personas de 45 años o más. Muchos de los participantes se sometieron a múltiples escáneres cerebrales, lo que permite a los investigadores examinar el cambio estructural con el tiempo.

Para el estudio de Gotnik, analizaron un subgrupo de 3742 participantes que habían respondido a un cuestionario de meditación y práctica de yoga y se habían sometido a resonancia magnética del cerebro.

Encontraron que la meditación y el yoga estaban positivamente relacionados tanto con el estrés como con el manejo del estrés: pues quienes reportaron practicar yoga y meditación informaron también que experimentaron más estrés; pero el 90.7% dijo que aquellas prácticas los ayudaron a sobrellevar el estrés.

Lo que descubrieron a través de los escáneres fue que quienes dijeron que practicaban meditación y yoga también tendieron a tener un menor volumen de la amígdala derecha y del hipocampo izquierdo en comparación con aquellos que no lo hacían, y el volumen de la amígdala derecha tendió a disminuir con el tiempo entre los practicantes.

“Las diferencias volumétricas solo se encontraron en la amígdala derecha, no en la izquierda. Esto está en línea con estudios anteriores más pequeños y se explica por el hecho de que la amígdala derecha, a diferencia de la amígdala izquierda, está asociada con emociones negativas y acciones inmediatas, mientras que la izquierda está asociada con emociones positivas y memoria «, señalaron los investigadores en su estudio.

Ellos interpretan que el volumen de la amígdala podría ser más pequeño porque quienes practican meditación y yoga se han vuelto más conscientes de su estrés, pero al mismo tiempo son más capaces de lidiar con él. En este mismo orden de ideas, otras investigaciones encontraron que el entrenamiento en meditación podría producir una reducción generalizada de la actividad de la amígdala derecha en respuesta a estímulos emocionales, según lo medido por los escaneos cerebrales (Desbordes et al., 2012).

Algunas limitaciones que presentó este estudio fueron que la muestra de participantes eran personas en general saludables y motivados a unirse a la investigación; además, está compuesto principalmente por personas mayores, que pueden no estar tan activamente involucradas en las prácticas de meditación y yoga como los más jóvenes, y que también pueden mostrar una respuesta estructural diferente a la de los participantes más jóvenes debido a la disminución de la plasticidad cerebral.

¿Aún dudás del poder científico de la meditación? ¿Te atrevés a probarlo? Estos ejercicios y meditaciones guiadas pueden servirte de ayuda.

Referencias:

Desbordes, G., Negi, L. T., Pace, T. W. W., Wallace, B. A., Raison, C. L., & Schwartz, E. L. (2012). Effects of mindful-attention and compassion meditation training on amygdala response to emotional stimuli in an ordinary, non-meditative state. Frontiers in Human Neuroscience, 6, 292. https://doi.org/10.3389/fnhum.2012.00292

Gotink, R. A., Vernooij, M. W., Ikram, M. A., Niessen, W. J., Krestin, G. P., Hofman, A., … Hunink, M. G. M. (2018). Meditation and yoga practice are associated with smaller right amygdala volume: the Rotterdam study. Brain Imaging and Behavior, 12(6), 1631-1639. https://doi.org/10.1007/s11682-018-9826-z

Fuente: PsyPost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Problemas para conciliar el sueño? Quizás sigas muy aferrado al pasado

  • Maria Fernanda Alonso
  • 12/08/2019

El insomnio, como trastorno del sueño, se caracteriza por tener la persona problemas en la cantidad o calidad del sueño, junto con otros síntomas como la dificultad para quedarse dormido o despertarse con frecuencia. El sueño es de vital importancia pues cumple múltiples funciones en cuanto a la salud física y mental, por lo que los trastornos en este aspecto pueden ser muy debilitantes, y pueden traer aparejado un aumento de la irritabilidad durante el día, atención y concentración reducidas o deficientes, grandes probabilidades de que ocurran accidentes, entre otras cosas.

Un nuevo estudio sugiere que existiría un vínculo entre los problemas para conciliar el sueño y la capacidad de una persona para soltar la angustia emocional (Wassing, Schalkwijk, et al., 2019).

Un equipo de investigadores del Instituto de Neurociencia de los Países Bajos pidió a los participantes que revivieran episodios embarazosos de hace décadas mientras se encontraban en un escáner de resonancia magnética. Los escaneos mostraron que los que dormían bien habían neutralizado esos recuerdos, pero las personas que sufrían de insomnio no lo habían hecho. La neutralización, en este caso, significa que la memoria es comparable en respuesta a un estímulo neutral. Un estímulo neutral es un estímulo que inicialmente no produce una respuesta específica que no sea centrar la atención. En el condicionamiento clásico, cuando se usa junto con un estímulo no condicionado, el estímulo neutral se convierte en un estímulo condicionado.

La importancia de este hallazgo radica en que la dificultad a largo plazo para lidiar con las emociones negativas juega un papel crucial en los problemas para dormir. Y dado que el insomnio es un factor de riesgo primario en los trastornos del estado de ánimo, la ansiedad y el TEPT, comprender su causa podría ayudar a muchas personas. Los autores sugieren que el insomnio podría estar asociado con las áreas del cerebro que regulan las emociones.

Según estos hallazgos, solo los que duermen bien se benefician con las funciones del sueño cuando se trata de eliminar la tensión emocional. El proceso no funciona bien en personas con insomnio, quienes incluso pueden terminar sintiéndose peor luego de tener noches inquietas.

El equipo también realizó otro estudio que conecta el sueño y la capacidad de los participantes para neutralizar recuerdos embarazosos. Los investigadores pidieron a 64 personas que cantaran una canción al estilo karaoke mientras usaban auriculares especiales que les imposibilitaba escuchar su propia voz y encontrar en el tono correcto. Luego se les hizo escuchar la grabación y revelar sus sentimientos al respecto. Esto se repitió cuatro veces durante tres días consecutivos.

Las personas que tuvieron una buena noche de sueño sintieron menos vergüenza por la grabación que las que sufrían de insomnio, cuyos sentimientos empeoraron con el tiempo (Wassing, Benjamins, Talamini, Schalkwijk, & Van Someren, 2019). Esto refuerza la evidencia del vínculo entre el insomnio y los sentimientos molestos.

En cuanto a las limitaciones del estudio, las tuvo en cuanto a género, acceso al historial de sueño, así como el hecho de que la vergüenza por las experiencias nuevas y revividas no provienen de la misma área del cerebro. Una limitación adicional es que los participantes provenían del Registro de Sueño de Países Bajos y no son una muestra aleatoria de la población general.

Referencias de los estudios:

Wassing, R., Benjamins, J. S., Talamini, L. M., Schalkwijk, F., & Van Someren, E. J. W. (2019). Overnight worsening of emotional distress indicates maladaptive sleep in insomnia. Sleep, 42(4). https://doi.org/10.1093/sleep/zsy268

Wassing, R., Schalkwijk, F., Lakbila-Kamal, O., Ramautar, J. R., Stoffers, D., Mutsaerts, H. J. M. M., … Van Someren, E. J. W. (2019). Haunted by the past: old emotions remain salient in insomnia disorder. Brain: A Journal of Neurology, 142(6), 1783-1796. https://doi.org/10.1093/brain/awz089

Fuente: IFL Science

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