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Es importante conocer la diferencia entre pensamiento, sentimiento y emoción:
El pensamiento es un fenómeno psicológico racional. Sin embargo, los pensamientos pueden activar sentimientos.
El sentimiento es el resultado de una emoción, a través del cual, la persona que es consciente tiene acceso a su propio estado anímico.
Para Jean Marie Robine, en el punto de partida de toda experiencia existe siempre una sensación física, corporal. Esto es a lo que llamamos emoción. En el bebé existen sensaciones que, al ignorar el modo en que debe expresarlas, lo hará en forma de llanto o chillidos. La “madre buena” dará sentido a lo que el bebé está expresando de tal modo que en la interacción entre la madre y el bebé la sensación podrá convertirse, por ejemplo, en emociones o, en todo caso, en sentido.
Los sentimientos no siempre vienen acompañados por acontecimientos externos
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Los sentimientos sanos permiten una dinámica cerebral fluida, dando como resultado un estado anímico feliz. Pero necesitan de una razón o cauce para ser satisfechos y hacernos sentir equilibrados. Nunca hay dos situaciones iguales ni dos personas que manifiesten exactamente la misma intensidad del sentimiento desencadenado por un evento común a ellos.
Los sentimientos no siempre vienen acompañados por acontecimientos externos. Un sentimiento lo podría activar un pensamiento. Por ejemplo: el sentimiento de tristeza por la muerte de un ser querido. Nos acordamos de esa persona y a raíz de ese pensamiento sentimos tristeza.
El pensamiento produce el sentimiento del mismo modo que lo produciría un acontecimiento externo. Pero no es el pensamiento el que necesita ser procesado sino el sentimiento. Más aún, lo que se necesita liberar es la emoción, que surge a causa del sentimiento .
Los sentimientos y las emociones nos permiten tomar consciencia del medio en el que vivimos, sean agradables o desagradables. Basar el comportamiento en el momento de la emoción o mientras dura el sentimiento, puede ayudarnos mucho. Pero en el momento en que se desvanecen o cambian, si no hemos sido capaces de administrarlos, pueden transformarse en enemigos.
Un pensamiento, sentimiento, emoción, comportamiento o circunstancia, también pueden ser considerados como una oportunidad para crecer. Los sentimientos y las emociones no son algo a lo que haya que tenerles miedo ni acallarlos para evitar el dolor. Para crecer de verdad hay que sentir el dolor, hay que dejar surgir la emoción, observarla y luego liberarla.
Pasado y presente están conectados. La experiencia del pasado directa o indirectamente nos hace sentir lo que sentimos en el momento presente. Quien mira el pasado no siempre vive en el presente, simplemente revive el pasado. Revivir el pasado puede producir estrés ya que vivimos emociones (en el momento presente) a partir de un sentimiento atrapado, consecuencia de una experiencia del pasado.
También podemos considerarlos una oportunidad para crecer
¿Qué ocurre si no trabajamos los sentimientos y emociones que nos tienen atrapados? Podremos sentir estrés, soledad, ansiedad, preocupación, depresión, miedo, agotamiento, prisas, inseguridad, sensación de ser víctima, descontrol. Toda una serie de síntomas físicos.
Aplazamos los mensajes a los que no queremos enfrentarnos, por miedo al dolor.
Clotilde Sarrió es una terapeuta especializada en Terapia Gestalt, puedes seguir leyendo sus artículos en su famoso blog Gestalt-Terapia.es
Fotografía:Jacob Botter en Flickr.
Formación como Terapeuta Gestalt en el Institute Français de Gestalt-Thérapie. Diplomada en Psicopatología por la UOC (Universitat Oberta de Catalunya). Miembro de la Asociación de Psicólogos y Terapeutas Gestalt para el Desarrollo. Miembro adherente de la Asociación Española de Terapia Gestalt- APTG Mi orientación se integra en la corriente gestáltica de la Costa Este, representada por el New York Institute (1951), bajo la dirección de Laura Perls y la corriente afín de Cleveland. Terapia Gestalt Valencia.
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