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Publicaciones por mes

agosto 2019

75 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Sentirse solo podría poner un sesgo negativo en las percepciones, a la vez que impacta la salud mental y las posibilidades laborales

  • Maria Fernanda Alonso
  • 29/08/2019

Estar solo y sentirse solo son dos cosas diferentes. La soledad es un estado socioemocional que surge cuando percibimos que faltan nuestras conexiones sociales, ya sea en cantidad o calidad, y esta percepción se extiende más allá de nuestras relaciones personales a la relación que tenemos con nuestra comunidad en general.

Un estudio realizado el año pasado mostró que la soledad es un problema particularmente común entre los jóvenes y está relacionada con dificultades con la salud mental, los comportamientos del estilo de vida e incluso las posibilidades laborales (Matthews, Danese, et al., 2019).

Posteriormente, el mismo equipo de investigación se interesó por averiguar qué relación podría existir entre la soledad en jóvenes adultos y sus vecindarios inmediatos.

Para averiguarlo, investigadores reclutaron a más de 2000 participantes de 18 años que viven en el Reino Unido. Se preguntó a los participantes con qué frecuencia experimentaron sentimientos de soledad y también respondieron una serie de preguntas sobre las características de sus vecindarios.

Los investigadores también usaron los códigos postales de los participantes para obtener información adicional sobre los vecindarios desde otras fuentes, incluidos datos del gobierno, encuestas de otros residentes en el área y calificaciones basadas en observaciones de Google Street View.

Los hallazgos revelaron que los jóvenes solitarios tienden a sentir que sus vecindarios carecen de cohesión, pero esto puede ser una cuestión de percepción más que una característica real de sus vecindarios (Matthews, Odgers, et al., 2019).

Específicamente, las personas más solitarias calificaron a sus vecindarios con una «eficacia colectiva» más baja: una combinación de cohesión social y la voluntad de los locales de abordar el comportamiento desordenado en el vecindario. Estas evaluaciones subjetivas no se correlacionaron con los datos de fuentes de información más objetivas.

De hecho, las personas solitarias calificaron la eficacia colectiva de sus vecindarios como más baja que sus propios hermanos que vivían en la misma dirección. Los hallazgos sugieren que sentirse solo podría poner un sesgo negativo en las percepciones subjetivas de las personas sobre su área local.

Según explica Timothy Matthews, autor principal del estudio, las personas que se sienten solas tienden a percibir negativamente sus interacciones con otras personas y a tener expectativas negativas respecto de estas interacciones. Los hallazgos del estudio sugieren que la soledad también podría influir en sus percepciones de la comunidad en la que viven.

Los hallazgos también podrían tener implicaciones para ayudar a las personas a superar la soledad.

«Si las personas solitarias sienten que sus vecindarios son menos amigables de lo que realmente lo son, podrían perder oportunidades de conectarse con las personas que los rodean», dice la autora principal Louise Arseneault.

«Las estrategias para reducir la soledad pueden necesitar ir más allá de simplemente juntar a las personas en la comunidad. El asesoramiento para ayudar a las personas solitarias a salir de los patrones negativos de pensamiento podría permitirles obtener el máximo beneficio de estas oportunidades,» sugiere Matthews.

Referencia del estudio:

Matthews, T., Danese, A., Caspi, A., Fisher, H. L., Goldman-Mellor, S., Kepa, A., … Arseneault, L. (2019). Lonely young adults in modern Britain: findings from an epidemiological cohort study. Psychological Medicine, 49(2), 268-277. https://doi.org/10.1017/S0033291718000788

Matthews, T., Odgers, C. L., Danese, A., Fisher, H. L., Newbury, J. B., Caspi, A., … Arseneault, L. (2019). Loneliness and Neighborhood Characteristics: A Multi-Informant, Nationally Representative Study of Young Adults. Psychological Science, 30(5), 765-775. https://doi.org/10.1177/0956797619836102

Fuente: Psychological Science

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Noticias falsas pueden generar recuerdos falsos

  • Maria Fernanda Alonso
  • 29/08/2019

Al referirse a los recuerdos, Elizabeth Loftus explica que “son más como Wikipedia, vos podés entrar y cambiar la información que contiene y también pueden hacerlo otros.” Y los momentos altamente emocionales que circundan decisiones políticas importantes podrían ser escenarios perfectos para el engaño exterior e incluso para el autoengaño.

Los votantes pueden formar recuerdos falsos después de ver noticias inventadas, especialmente si esas historias se alinean con sus creencias políticas, según una nueva investigación (Murphy, Loftus, Grady, Levine, & Greene, 2019).

La investigación se realizó en la semana anterior al referéndum de 2018 sobre la legalización del aborto en Irlanda, pero los investigadores sugieren que las noticias falsas probablemente tengan efectos similares en otros contextos políticos, como las elecciones presidenciales.

El estudio es novedoso porque examina la información errónea y los recuerdos falsos en relación con un referéndum del mundo real, explica la autora principal, Gillian Murphy, de University College Cork. Ella y sus colegas -incluida la ex presidenta de APS, Elizabeth Loftus, de la Universidad de California, Irvine- reclutaron a 3.140 votantes elegibles en línea y les preguntaron si planeaban votar en el referéndum y cómo lo harían. Luego, les presentaron seis informes de noticias, dos de los cuales eran historias inventadas que mostraban a los activistas de ambos lados del tema involucrados en un comportamiento ilegal o escandaloso. Después de leer cada historia, se les preguntó a los participantes si habían escuchado sobre el evento representado en la historia anteriormente; si era así, informaron si tenían recuerdos específicos al respecto.

Luego, los investigadores informaron a los votantes elegibles que algunas de las historias que leyeron habían sido inventadas, y los invitaron a identificar cualquiera de los informes que creían que eran falsos. Finalmente, los participantes completaron una prueba cognitiva.

Casi la mitad de los encuestados reportaron un recuerdo para al menos uno de los eventos inventados; muchos de ellos recordaron muchos detalles sobre una noticia fabricada. Las personas a favor de legalizar el aborto tenían más probabilidades de recordar una falsedad sobre los opositores al referéndum; aquellos en contra de la legalización tenían más probabilidades de recordar una falsedad sobre los proponentes. Muchos participantes no pudieron reconsiderar su recuerdo incluso después de enterarse de que parte de la información podría ser ficticia. Y varios participantes relataron detalles que los informes de noticias falsas no incluyeron.

«Esto demuestra la facilidad con la que podemos plantar estos recuerdos completamente fabricados, a pesar de esta sospecha de los votantes e incluso a pesar de una advertencia explícita de que pueden haber recibido noticias falsas,» dice Murphy.

Los participantes que obtuvieron puntajes más bajos en la prueba cognitiva no eran más propensos a formar recuerdos falsos que los que obtuvieron puntajes más altos, pero los que obtuvieron puntajes más bajos tenían más probabilidades de recordar historias falsas que se alineaban con sus opiniones. Este hallazgo sugiere que las personas con mayor capacidad cognitiva pueden ser más propensas a cuestionar sus prejuicios personales y sus fuentes de noticias, dicen los investigadores.

Otro estudio encontró que al no juzgar los pensamientos, el practicar mindfulness podría afectar los procesos cognitivos que identifican la fuente de los recuerdos (internos-externos), lo que daría como resultado que las personas tengan problemas a la hora de distinguir entre las experiencias imaginadas y las reales.

Loftus dice que comprender los efectos psicológicos de las noticias falsas es fundamental dado que la tecnología sofisticada está haciendo que sea más fácil crear no solo informes e imágenes falsas, sino también videos falsos.

“Con la creciente capacidad de hacer que las noticias sean increíblemente convincentes, ¿cómo vamos a ayudar a las personas a evitar ser engañados? Es un problema en el que los psicólogos científicos pueden estar calificados de manera única para trabajar,” concluyó Loftus.

Referencia del estudio:

Murphy, G., Loftus, E. F., Grady, R. H., Levine, L. J., & Greene, C. M. (2019). False Memories for Fake News During Ireland’s Abortion Referendum. Psychological Science, 956797619864887. https://doi.org/10.1177/0956797619864887

Fuente: Psychological Science

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Por qué presionar a los niños para que sean exitosos es contraproducente?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 29/08/2019

Ser el mejor estudiante, un atleta promisorio, un bailarín o cantante talentoso, una persona atractiva… suelen ser objetivos dentro de la cultura competitiva y perfeccionista en la que se desenvuelven los adolescentes. El estado, el rendimiento y la apariencia parecen ser lo más importante cuando consideramos su desarrollo como personas. Y aunque no sean demandas verbales, estos valores pueden transmitirse de forma no verbal a través de lo que notamos, alabamos, reprendemos o nos desanima de los adolescentes.

En el trajín de la vida cotidiana podemos desenfocarnos y olvidar los valores que realmente atesoramos. Cuando pausamos para tomar perspectiva, nos damos cuenta de que tener el coraje de defender a alguien que está siendo acosado, o encontrar la forma de que un compañero tenga los materiales que necesita para estudiar es más impresionante que quedar en el cuadro de honor de la escuela. Pero eso no es lo que premiamos.

Presionar a los adolescentes para que sean los mejores tiene buenas intenciones. Nos preocupa que se queden atrás en un mundo muy competitivo. Pero la noción de que ser el mejor y tener más trae felicidad es una ilusión (Crocker & Carnevale, 2013). Y el éxito futuro no está determinado por buenas calificaciones, entrar a universidades prestigiosas o tener una autoestima exagerada (Tough, 2012).

Capacidades asociadas al éxito

El éxito se correlaciona con capacidades psicológicas que incluyen: optimismo, curiosidad, sentirse capaz (diferente de la autoestima, que se trata del valor propio) y la capacidad de manejar las emociones negativas y los obstáculos (Tough, 2012). Estas capacidades se desarrollan en el contexto de apegos seguros con los padres, lo que ocurre cuando les damos espacio a los adolescentes al estar presentes, receptivos e interesados, en lugar de ser reactivos, controladores o preocupados. Consistentemente, la investigación confirma que la experiencia subjetiva de los adolescentes de su relación con los padres como personas cercanas y solidarias los protege y aísla más que nada.

¿Por qué presionar a los niños para que sean exitosos es contraproducente?

Irónicamente, la hipervigilancia de los padres sobre las calificaciones de los adolescentes y el éxito futuro es contraproducente psicológica y académicamente. Cuando los padres invierten demasiado en el rendimiento, es menos probable que los niños desarrollen su propia motivación, más sostenible.

Además, poner la vara demasiado alta genera miedo, lo que lleva a los adolescentes a evitar posibles fracasos a toda costa. Este nivel de estrés impulsa la evasión de tareas, compromete las funciones ejecutivas, inhibe la curiosidad y los nuevos desafíos, y aumenta la mentira.

Algunos adolescentes pueden cumplir bajo presión, pero el cumplimiento reemplaza la resolución de problemas, el juicio y el pensamiento autónomo: capacidades necesarias para la autosuficiencia, la fortaleza y el éxito. Sin el espacio para encontrar su propio camino, los adolescentes no logran desarrollar un sentido interno de sí mismos para anclarlos (Levine, 2006). Alternativamente, alentar a los adolescentes a pensar y abogar por ellos mismos, tomar sus propias decisiones y experimentar las consecuencias naturales de sus decisiones fomenta el desarrollo de la identidad, los valores, la responsabilidad y la competencia.

La preocupación excesiva por el éxito de los adolescentes también puede llevar a los padres a involucrarse demasiado y ser intrusivos en áreas donde los adolescentes deben tomar sus propias decisiones. No estar alerta, establecer límites efectivos y ayudar en áreas donde son vulnerables compromete tanto el juicio como el control de impulsos (Levine, 2006).

Efectos psicológicos del perfeccionismo y la presión en el rendimiento

El lado oscuro de nuestra cultura de rendimiento y perfeccionismo, y sus manifestaciones en las familias, está bien documentado. Se asocia con depresión, trastornos de ansiedad, abuso de alcohol y sustancias, mentiras, trastornos alimentarios, imprudencia, vacío, dudas y reproches, autoflagelo y suicidio (Levine, 2006).

En las culturas competitivas y ricas, similares a las empobrecidas, según las clasificaciones de los adolescentes, los usuarios de drogas que tienen un comportamiento delincuente son los más populares y admirados (Levine, 2006). La investigación respalda el vínculo entre el estrés de tomar riesgos peligrosos y la restricción en los adolescentes (Levine, 2006). Los adolescentes buscan alivio a través de un escape emocional o literal en forma de comportamiento autodestructivo, fantasías suicidas y suicidio, o actuación secreta y rebelión a través del consumo de alcohol, drogas, promiscuidad y acoso escolar.

Los adolescentes son demasiado buenos para ser verdad

La manifestación más aterradora de esta cultura de perfeccionismo ocurre con los adolescentes que están en problemas, pero nos engañan al parecer felices y «exitosos». Se esconden detrás de un falso yo, una adaptación inconsciente diseñada para asegurar el amor y la admiración, ocultando sentimientos y partes negativas de ellos mismos que crearían conflicto o desaprobación.

La composición psicológica de estos adolescentes es frágil. Se decepcionan fácilmente por cualquier imperfección, creyendo que no deberían necesitar ayuda. Secretamente hundiéndose bajo el peso de la presión constante para ser «asombrosos» para evitar caer en la desesperación y la vergüenza, se sienten atrapados pero no pueden salir de ese lugar. Incluso pensar en decepcionar a sus padres activa la sensación de que su mundo se desmorona. Estos adolescentes dicen: “Prefiero morir antes que decepcionar a mis padres.»

Los adolescentes que “tuvieron éxito” sin incidentes en la escuela secundaria, pero no lograron desarrollar un sentido seguro de sí mismos, pueden colapsar con menos apoyo en la universidad o en las relaciones románticas, cuando se enfrentan a desafíos cada vez mayores y son considerados menos sorprendentes. Sin un sentido realista y aceptación de sus fortalezas y debilidades, o sin las habilidades para lidiar con fracasos y decepciones inevitables, están mal equipados para hacer frente a las nuevas experiencias de la vida. Además, su adicción a la aprobación crea una montaña rusa emocional que compromete el equilibrio (Crocker & Carnevale, 2013).

El problema de ser adicto a la autoestima

Cuando necesitamos evidencia externa de nuestro valor, en forma de aprobación, estado o apariencia, nos convertimos en adictos a la autoestima. La necesidad de validación para estabilizarnos se convierte en una fuerza impulsora para la supervivencia emocional: crea autoabsorción y secuestra la motivación intrínseca, un deseo natural de aprender y una preocupación por el bien común (Crocker & Carnevale, 2013).

Qué hacer y qué no hacer para los padres

Hacer:

  • Alentá a los adolescentes a tomar sus propias decisiones mientras los ayuda a pensar en las consecuencias de las diferentes decisiones.
  • Establecé límites en las actividades potencialmente peligrosas
  • Se curioso sobre lo que hace feliz o triste a su hijo
  • Observá y animá los intereses naturales de su hijo
  • Observá y tolerá las formas en que su hijo adolescente es diferente de usted
  • Tené en cuenta las formas en que su hijo puede estar compensando tu soledad, rescatándote de la ansiedad o “haciendo las cosas bien” para que te sienta como un buen padre
  • Protegé donde los adolescentes necesitan protección
  • Se consciente de tratar de acompañar la emoción negativa de tu hijo adolescente en lugar de rescatarlo o ser reactivo
  • Tené en cuenta las formas en que podés avergonzar o castigar el fracaso percibido

No:

  • No uses dinero o recompensas excesivas como motivador para obtener buenas calificaciones (el refuerzo externo bloquea la motivación interna).
  • No avergüences o castigues a los niños por su desempeño.
  • No tomes decisiones académicas o de otro tipo por tu hijo adolescente.
  • No seas intrusivo y ni hagas cuentas de las calificaciones y lo que falta para alcanzar un número determinado.
  • No des una lecciones o repitas mil veces las mismas cosas (los adolescentes se sienten sofocados y desconectados)
  • No uses el miedo para motivar (abruma las capacidades de los adolescentes y crea un cumplimiento superficial en lugar de independencia).
  • No actúes con ansiedad (no seas reactivo).
  • No rescates a los adolescentes de las consecuencias naturales.
  • No estés preocupado y distraído. (Los adolescentes pueden darse cuenta. Necesitan que estés completamente presente con ellos, pero no de un modo intrusivo).

Referencias:

Crocker, J., & Carnevale, J. J. (2013). LETTING GO OF SELF-ESTEEM. Scientific American Mind, 24(4), 26-33. Recuperado de http://www.jstor.org/stable/24942476

Levine, A. (2006). Educating school teachers. Education Schools Project. Recuperado de https://eric.ed.gov/?id=ED504144

Tough, P. (2012). How Children Succeed: Grit, Curiosity, and the Hidden Power of Character. Recuperado de https://play.google.com/store/books/details?id=knhl2wdEkwMC

Fuente: PsychCentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Dialogar sobre enfermedades mentales en la universidad podría ser una herramienta eficaz para reducir el estigma

  • Maria Fernanda Alonso
  • 28/08/2019

Participar de actividades divertidas dirigidas por compañeros y conversar de manera abierta y honesta sobre enfermedades mentales contribuyó a reducir la estigmatización que se hace de estos trastornos en una nueva investigación con estudiantes universitarios (Pescosolido, Perry, & Krendl, 2019).

Investigadoras de la Universidad de Indiana (IU) examinaron la efectividad del programa «U Bring Change to Mind», una parte de Bring Change to Mind, una organización nacional sin fines de lucro centrada en reducir el estigma vinculado a las enfermedades mentales. El programa está dirigido por la actriz Glenn Close, cuya hermana y sobrino viven con trastornos mentales.

El programa implementado se basa en el trabajo previo del equipo para reducir el estigma de la enfermedad mental, que encontró que los esfuerzos centrados en la comprensión científica de la enfermedad mental como «una enfermedad como cualquier otra» no redujeron el estigma.

«Esos mensajes no parecen afectar si la gente realmente rechaza o incluye a las personas con enfermedades mentales,» dijo la Dra. Bernice Pescosolido, líder del estudio, profesora distinguida de sociología de IU y directora del Consorcio de Indiana para la Investigación de Servicios de Salud Mental. «Queríamos crear un programa basado en la investigación que comenzara en un lugar nuevo, uno que se basa en la idea de ‘Bring Change to Mind’ de poner fin al estigma a través de una conversación.»

Las investigadoras midieron los cambios en las actitudes de los estudiantes a lo largo del tiempo a través de encuestas en su primer y tercer año. Encontraron reducciones significativas en el estigma de un 11 a 14 por ciento en los participantes. La mayoría de los cambios fueron informados por quienes participaron en cuatro o más actividades patrocinadas por U Bring Change to Mind. Esto incluyó eventos serios, como una caminata de concientización sobre el suicidio y actividades más ligeras, como una búsqueda del tesoro y una sala de escape. Estos cambios incluyeron reducciones en los prejuicios hacia las personas con enfermedades mentales, tanto en la universidad como en general, así como una menor probabilidad de distanciarse socialmente de las personas con enfermedades mentales.

“Este análisis previo y posterior es muy único. Además, los resultados muestran que estos esfuerzos realmente cambiaron el clima del campus … no solo con respecto a las actitudes sino también a los comportamientos,» dijo Pescosolido.

La necesidad de abordar las enfermedades mentales en los campus universitarios es sustancial y continúa creciendo, dijo Pescosolido. Según un informe de 2018 basado en datos de casi 200 campus universitarios, el porcentaje de estudiantes que buscaron tratamiento de salud mental entre 2007 y 2017 aumentó del 19 al 34 por ciento, y el porcentaje de aquellos con diagnósticos de enfermedades mentales aumentó del 22 al 36 por ciento.

Dado que los servicios de asesoramiento universitario deben centrarse en los casos más graves debido a los recursos limitados, Pescosolido dijo que sigue existiendo la necesidad de otros esfuerzos que se centren en mejorar el clima general del campus hacia la salud mental.

Para poner estos números en contexto, las autoras señalaron que esto representa una tasa de cambio casi cinco veces mayor que la producida por una campaña a nivel nacional para reducir el estigma en el Reino Unido en el transcurso de 10 años.

«Cuando observas la mayoría de las intervenciones, los números son muy pequeños», dijo Pescosolido. «Este estudio sugiere que los estudiantes realmente están en el momento adecuado en sus vidas para que este tipo de intervención marque la diferencia».

Los resultados también sugieren que se necesita un «punto de inflexión» para ejercer el cambio, ya que los cambios de actitud fueron más fuertes en los estudiantes que asistieron a cuatro o más eventos. Los estudiantes que asistieron a uno o tres eventos mostraron cambios relativamente pequeños en la estigmatización hacia la enfermedad mental.

Además, el estudio describe cómo el modelo U Bring Change to Mind difiere de otras campañas al centrarse en actividades abiertas con un diálogo honesto sobre la enfermedad mental.

Los cinco principios clave de este enfoque son:

  • dirigirse a una población receptiva, como los estudiantes universitarios, en un momento crítico de cambio;
  • proporcionar a los líderes de grupo los recursos necesarios para diseñar mensajes relevantes y organizar actividades «por estudiantes, para estudiantes;”
  • evitar enfoques pasados ​​e ineficaces;
  • aprovechar los recursos existentes;
  • y «construir en el cambio» para evolucionar el programa con el tiempo.

«Creemos que este es el momento adecuado para estos esfuerzos, ya que esta generación es mucho más abierta que las generaciones anteriores, incluido su pensamiento sobre la salud mental, y porque la universidad es cuando las personas realmente están formando actitudes críticas que los seguirán por el resto de sus vidas. Este es el momento en que realmente podemos hacer la diferencia,» concluyó la Dra. Bernice Pescosolido.

Referencia del estudio:

Pescosolido, B. A., Perry, B. L., & Krendl, A. C. (2019). Empowering the Next Generation to End Stigma By Starting the Conversation: Bring Change to Mind and the College Toolbox Project. Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry. https://doi.org/10.1016/j.jaac.2019.06.016

Fuente: PsychCentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El optimismo está asociado con una longevidad excepcional, informa un nuevo estudio de 30 años

  • Maria Fernanda Alonso
  • 28/08/2019

¿Necesitabas un motivo basado en evidencia para hacer un esfuerzo por ser más optimista? Qué te parece el siguiente: las mujeres y los hombres con mayor optimismo tienden a vivir más tiempo que sus pares pesimistas, en promedio, según un estudio de décadas publicado recientemente (Lee et al., 2019). Esta investigación identifica una fuerte asociación correlacional (no causal) entre el optimismo y la «longevidad excepcional», que se describe como vivir hasta los 85 años o más. Su realización se llevó adelante por la colaboración entre investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston (BUSM), la Facultad de Medicina de Harvard y el Centro Nacional para el TEPT en Boston.

En este estudio participaron más de 70.000 personas que completaron una encuesta para medir sus niveles de optimismo, salud general y hábitos de estilo de vida como fumar, consumo de alcohol y dieta. Uno de los objetivos fue determinar los factores psicosociales específicos que promueven el envejecimiento resistente a lo largo de la vida. Algunos participantes del estudio fueron seguidos por hasta tres décadas (1986-2016).

¿Cómo se evaluó el optimismo?

Los investigadores evaluaron el optimismo usando la Prueba de Orientación de Vida Revisada en NHS y la Escala Revisada de Optimismo-Pesimismo del Inventario de Personalidad Multifásica Minnesota 2 en NAS.

En promedio, los hombres y mujeres más optimistas en el estudio tenían entre un 50 y un 70% mayores probabilidades de alcanzar los 85 años que los participantes menos optimistas. Estas estadísticas toman en cuenta las diferencias demográficas y el estilo de vida. Después de ajustarse a la demografía y las condiciones de salud, las mujeres y los hombres en el «cuartil de optimismo» más alto versus más bajo tuvieron una vida 14.9% más larga.

«Si bien la investigación ha identificado muchos factores de riesgo de enfermedades y muerte prematura, sabemos relativamente menos acerca de los factores psicosociales positivos que pueden promover el envejecimiento saludable,» dijo la autora del estudio, Lewina Lee, psicóloga de investigación clínica en el Centro Nacional para TEPT en el Departamento de Asuntos de Veteranos de EE. UU. en Boston y profesora asistente de psiquiatría en BUSM.

«Este estudio tiene una gran relevancia para la salud pública porque sugiere que el optimismo es uno de esos activos psicosociales que tiene el potencial de extender la esperanza de vida humana. Curiosamente, el optimismo puede modificarse usando técnicas o terapias relativamente simples».

Pero, ¿por qué se asocia el optimismo con la longevidad?

“Otra investigación sugiere que las personas más optimistas pueden ser capaces de regular las emociones y el comportamiento, así como recuperarse de los factores estresantes y las dificultades de manera más eficaz», sostuvo la coautora principal Laura Kubzansky de Harvard T.H. Chan School of Public Health.

Aún deben investigarse las razones por las cuales el optimismo importa tanto cuando se aborda el tema de la longevidad, pero el vínculo es cada vez más evidente.

«Dado el trabajo que indica que el optimismo es modificable, estos hallazgos sugieren que el optimismo puede proporcionar un objetivo valioso para probar estrategias para promover la longevidad», concluyeron las autoras.

Referencia del estudio:

Lee, L. O., James, P., Zevon, E. S., Kim, E. S., Trudel-Fitzgerald, C., Spiro, A., 3rd, … Kubzansky, L. D. (2019). Optimism is associated with exceptional longevity in 2 epidemiologic cohorts of men and women. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America. https://doi.org/10.1073/pnas.1900712116

Fuente: Psychology Today

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Sexualidad después de los 60 ¿Intimidad sin sexo?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 28/08/2019

Muchos creen que las experiencias más apasionadas se viven durante los años de juventud y que luego, gradualmente, estas se transforman en un compañerismo en el que la intimidad no sexual prevalece sobre la pasión sexual. Y quizás en otros tiempos este haya sido un escenario habitual, pero desde entonces han ido cambiando diversas cosas. Particularmente, las personas viven mucho más tiempo de lo que solían. Al menos para personas bien educadas y financieramente seguras, no es irracional esperar vivir hasta los 80 o 90 años con una salud razonablemente buena.

Para obtener una mejor comprensión de los factores que influyen en el sexo después de los sesenta, la psicóloga alemana Karolina Kolodziejczak de la Universidad Humboldt de Berlín y sus colegas encuestaron a más de 1500 personas de 60 años de edad o más (desde 60 a 82). Luego, los investigadores compararon las respuestas de las personas mayores con un grupo de referencia de casi 500 adultos jóvenes (de 22 a 36 años). Los resultados de este estudio muestran que la intimidad sexual es un componente mucho más importante de un estilo de vida feliz en adultos mayores de lo que se creía anteriormente (Kolodziejczak et al., 2019).

Los participantes respondieron a cuestionarios sobre los siguientes temas:

  • Comportamiento sexual: los encuestados indicaron la frecuencia de las relaciones sexuales durante el último año, desde 0 que significa «nunca» a 4 que significa «al menos una vez por semana». Es importante destacar que los investigadores ampliaron la definición de actividad sexual más allá de las relaciones sexuales para incluir actos sin penetración, caricias, y contacto corporal. Si bien las relaciones sexuales con penetración siguen siendo el «estándar de oro» entre las parejas, los investigadores han llegado a comprender que muchas parejas mayores superan las limitaciones físicas, como la disfunción eréctil y la sequedad vaginal al participar en actos sin penetración que de igual modo conducen al orgasmo y a sentimientos de intimidad sexual.
  • Cognición sexual: los encuestados usaron la misma escala 0-4 para indicar la frecuencia de los pensamientos sexuales. No es sorprendente que estos fueran más comunes que los actos sexuales, pero no por mucho. La mayor parte de la cognición sexual eventualmente conduce a la actividad sexual.
  • Afecto sexual: los participantes respondieron a varias preguntas sobre la medida en que experimentaron intimidad a través del contacto corporal con su pareja, así como a través de intercambios conversacionales. La respuesta promedio de estos adultos mayores estuvo muy por encima del punto medio en la escala, lo que indica al menos una satisfacción general en la intimidad dentro de esta muestra.
  • Salud física: todos los participantes se sometieron a un examen físico en el que informaron su historial médico, y se les evaluó la fuerza física mediante una prueba de agarre. Los adultos mayores en esta muestra tenían en promedio una mejor salud de la que se esperaría para este grupo de edad.
  • Variables psicosociales: en particular, los investigadores consideraron tres variables: estado de la relación (en pareja o solteros), duración de la relación y satisfacción de la relación. Dos tercios de los adultos mayores en este estudio estaban en pareja, la mayoría estaban en relaciones a largo plazo de muchos años, y la satisfacción de la relación fue generalmente alta. Tanto entre los encuestados que estaban en pareja como entre los solteros, los informes de soledad fueron bastante bajos.

Cuando se comparó a las personas mayores con un grupo de referencia de adultos jóvenes de entre 22 y 36 años, se encontró, como era de esperar, que los adultos mayores informaron menos actos y pensamientos sexuales en comparación con el grupo de referencia más joven. En contraste, los adultos mayores indicaron que experimentaban niveles de intimidad similares a los de la generación más joven. Este hallazgo respalda la idea de que el matrimonio se transforma con el tiempo de una relación apasionada a una relación de compañía.

Una mirada más cercana a los datos, sin embargo, revela algunas facetas interesantes de la sexualidad en los mayores de 60. Lo que es más importante, hubo un alto grado de variabilidad en la frecuencia de la actividad sexual entre las personas mayores. Mientras que muchos tenían relaciones sexuales con mucha menos frecuencia que los de 20 y 30 años, un tercio de los adultos mayores informaron que tenían relaciones sexuales con más frecuencia que el promedio de la generación más joven.

La vigorosa vida sexual de las personas mayores se debe sin duda a la salud ampliamente mejorada de las personas en este rango de edad. De hecho, los análisis estadísticos indicaron que la salud no era un predictor importante de la frecuencia sexual en los adultos mayores, como generalmente se supone. Más bien, el factor más importante era tener una pareja. En otras palabras, las personas mayores en relaciones comprometidas tenían relaciones sexuales con bastante frecuencia, mientras que aquellos que eran viudos o divorciados a menudo llevaban una existencia sin sexo. También es importante señalar que, si bien muchas de estas relaciones fueron matrimonios que duraron décadas, también hubieron parejas más nuevas formadas después de la viudez o el divorcio.

Hay que resaltar que esta muestra estaba mejor educada y disfrutaba de mejor salud que la población en general. Por lo tanto, es muy posible que la mala salud sea un impedimento para la actividad sexual en la edad adulta, como generalmente se cree. Pero entre las personas mayores que aún disfrutan de buena salud, la clave para una vida sexual feliz es la disponibilidad de una pareja dentro de una relación comprometida.

Dados los beneficios para la salud física y psicológica de una vida sexual activa, cabe preguntarse si tener sexo de manera regular en la vejez es un factor que mantiene a estas personas tan saludables.

Referencia del estudio:

Kolodziejczak, K., Rosada, A., Drewelies, J., Düzel, S., Eibich, P., Tegeler, C., … Gerstorf, D. (2019). Sexual activity, sexual thoughts, and intimacy among older adults: Links with physical health and psychosocial resources for successful aging. Psychology and Aging, 34(3), 389-404. https://doi.org/10.1037/pag0000347

Fuente: Psychology Today

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Estrategias para mejorar habilidades de comunicación en niñas y niños con autismo

  • Alejandra Alonso
  • 28/08/2019

El trastorno del espectro autista es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza, entre otras cosas, por alteraciones en el área de comunicación. Un enfoque muy prometedor para desarrollar el lenguaje en estos niños es el tratamiento de respuesta pivote (o PRT). Sin embargo existen varias formas en que los padres pueden complementar los tratamientos y ayudar a los niños a mejorar sus habilidades de comunicación.

Motivale a comunicarse

Crea oportunidades para que practique habilidades de comunicación. Por ejemplo: mostrale uno de sus objetos favoritos y motivalo a que lo pida (primero tenes que indicarle cómo pedirlo). Es muy importante que tomes en cuenta sus intereses, porque esto aumentará las probabilidades de que se comunique.
No olvides felicitarlo cuando se comunica.

Modela habilidades de comunicación

Podes hablar, utilizar gestos o expresiones. Tu niño/a lo imitará y es importante que le felicites cuando lo haga.

Si se trata de niños con TEA que utilizan comunicación no verbal o que tienen necesidades complejas de comunicación (es decir que debido a ciertas dificultades no pueden usar el discurso como medio de comunicación primaria), puedes considerar utilizar una herramienta como suplemento del discurso. Dicha herramienta puede ser simple (como el uso de imágenes) o más tecnológica, como una aplicación en una tableta. En el caso de utilizar estas herramientas, también es importante que modeles antes su uso (es decir, que le muestres cómo se hace).

Incítale a que practique habilidades de comunicación utilizando guías verbales, visuales o físicas.

Por ejemplo, si quisieras que el niño utilizara la aplicación en el teléfono para decirte que no le gusta una comida en vez de gritar, podrías agarrarle la mano y ayudarlo a presionar “No gracias” e inmediatamente retirar el plato que no le gusta y ofrecerle algo que sí le agrade.

Permitile comunicarse independientemente

Podes remover lentamente las incitaciones para que no dependa de ellas. ¿Cómo? Una buena forma es esperar uno o dos segundos antes de utilizar la incitación, para darle la oportunidad de comunicarse solo (podes ir aumentando los segundos hasta encontrar un tiempo que estimule la comunicación independiente).

Expande y generaliza a otras personas, contextos y actividades

Utiliza modelado e incitaciones para agregar nuevas palabras a las frases que el/la niño/a ya usa bien. Por ejemplo, si el/la niño/a pide para ir al baño utilizando la palabra “baño”, se le puede agregar “baño, por favor”.

Por último, es importante que las estrategias sean utilizadas con personas diferentes y en contextos diferentes y de manera consistente (al cepillarse los dientes, almorzar, ir al parque, pasear en carro, etc.) para lograr la generalización.

Fuente:The conversation

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Neuromito: usamos sólo el 10% de nuestros cerebros

  • Maria Fernanda Alonso
  • 28/08/2019

¿Quién no ha escuchado esto? Lamentablemente, es uno de los mitos más populares y más divulgados por los medios de comunicación (Radford, 1999). Tal es así que son muchísimos los artículos publicados con el objetivo de eliminar el mito (Higbee & Clay, 1998) (Alferink & Farmer-Dougan, 2010) (Boyd, 2008) (Christodoulou & Gaab, 2009) (Dekker, Lee, Howard-Jones, & Jolles, 2012) (Deligiannidi & Howard-Jones, 2015) (Ferrero, Garaizar, & Vadillo, 2016) (Geake, 2005) (Geake, 2008) (Howard-Jones, 2014) (Karakus, Howard-Jones, & Jay, 2015) (Pei, Howard-Jones, Zhang, Liu, & Jin, 2015).

A partir de información plasmada en su libro Neuromyths: Debunking False Ideas About the Brain, la Dra. Tracey Tokuhama-Espinosa nos acerca los orígenes del mito y lo que dice la ciencia sobre el asunto.

De dónde viene el mito

Hay varias raíces probables de este mito. En el siglo XIX, se dice que el psicólogo de Harvard William James sugirió que los humanos usaban solo una fracción de su potencial. Otro probable culpable es la tecnología: cuando la neuroimagen se usó por primera vez en numerosos estudios a fines de la década de 1990, era común «ver» solo pequeñas áreas del cerebro iluminadas durante los experimentos, y algunas personas suponían que esto significaba que solo se estaba usando una pequeña porción del cerebro. Otro pensamiento es que «el mito del 10 por ciento se hizo popular con las enseñanzas de autoayuda de Dale Carnegie, como una forma de ayudar a las personas a pensar en cómo realizar su propio potencial»(USPTO Patent N.o 7523465, 2009). Otros sugieren que el mito del 10% está vinculado a las personas que venden formas de liberar el poder psíquico (Beyerstein, 1999) (Myss & Myss, 1998).

Lo que sabemos ahora

No hay ningún estudio que identifique definitivamente un porcentaje del cerebro que se utiliza. Sin embargo, las imágenes cerebrales más actualizadas disponibles muestran redes complejas en todo el cerebro en la mayoría de las tareas. (Beyerstein, 1999) ofreció evidencia para eliminar el mito al señalar que si solo se usara el 10%, el daño cerebral tendría que limitarse a esos pocos lugares, cuando sabemos que en realidad, el daño cerebral se ha documentado en todas las parte del cerebro. También sugirió que los escáneres cerebrales muestran actividad (flujo sanguíneo, cambios eléctricos y químicos) en todas las áreas y que el cerebro es el órgano más exigente del cuerpo, que utiliza el 20% de la energía del cuerpo mientras ocupa el 2% de su peso, lo que sería poco probable si solo se utilizara el 10% del cerebro. Además argumenta que las neuroimágenes con PET y fMRI muestran que el cerebro está activo incluso durante el sueño y que ninguna área está completamente inactiva. Hay evidencia de una amplia actividad de redes en lugar de un simple «localismo,» donde se usan partes pequeñas y específicas del cerebro. Además, el análisis microestructural habría ofrecido evidencia de desuso si existiera, y la poda sináptica sería evidente en las autopsias.

Por otro lado, gran cantidad de casos de neurología clínica muestran que perder mucho menos del 90% del tejido cerebral tiene graves consecuencias. Ninguna región cerebral puede dañarse sin dejar a una persona con déficit mental o físico.

Muchas personas pueden vivir durante años con una bala en el cerebro o recuperarse completamente de un derrame cerebral. El hecho de que estas personas puedan llevar una vida más o menos normal se debe a una capacidad extraordinaria del cerebro: su plasticidad. Este órgano es extremadamente bueno compensando: otras células nerviosas pueden hacerse cargo de las tareas de las células nerviosas dañadas.

Por otra parte, se conocen funciones especiales de las regiones del cerebro: es posible crear un mapa del cerebro por lo que queda claro que no hay un 90% inactivo.

Hasta ahora, la estimulación eléctrica de partes del cerebro durante una neurocirugía no ha revelado ningún área cerebral latente donde no se pueda generar percepción, emoción o movimiento mediante la aplicación de estas pequeñas corrientes (esto se puede hacer con pacientes bajo anestesia local, porque no hay receptores de dolor en el cerebro). Además, los neurocientíficos pudieron localizar funciones psicológicas en ciertas áreas del cerebro con la ayuda de otros métodos, como EEG (electroencefalografía), MEG (magnetencefalografía), PET (tomografía por emisión de positrones) o fMRI (imagen por resonancia magnética funcional). Por lo tanto, no se han observado áreas inactivas en el cerebro.

Estas explicaciones muestran la falacia de creer que usamos solo el 10% de nuestros cerebros.

Referencias:

Aamodt, T. M., Wang, H., Shen, J., & Hammarlund, P. (2009). USPTO Patent N.o 7523465. Recuperado de https://patentimages.storage.googleapis.com/db/61/44/ee4a98240166ee/US7523465.pdf

Alferink, L. A., & Farmer-Dougan, V. (2010). Brain-(not) Based Education: Dangers of Misunderstanding and Misapplication of Neuroscience Research. Exceptionality, Vol. 18, pp. 42-52. https://doi.org/10.1080/09362830903462573

Beyerstein, B. L. (1999). Whence cometh the myth that we only use ten percent of our brains. Mind Myths: Exploring Popular Assumptions about the Mind and Brain. New York, NY: J. Wiley & Sons, 314-335.

Boyd, R. (2008). Do people only use 10 percent of their brains. Scientific American, 7.

Christodoulou, J. A., & Gaab, N. (2009). Using and misusing neuroscience in education-related research. Cortex; a Journal Devoted to the Study of the Nervous System and Behavior, 45(4), 555-557.

Dekker, S., Lee, N. C., Howard-Jones, P., & Jolles, J. (2012). Neuromyths in Education: Prevalence and Predictors of Misconceptions among Teachers. Frontiers in Psychology, 3, 429.

Deligiannidi, K., & Howard-Jones, P. A. (2015). The Neuroscience Literacy of Teachers in Greece. Procedia – Social and Behavioral Sciences, 174, 3909-3915.

Ferrero, M., Garaizar, P., & Vadillo, M. A. (2016). Neuromyths in Education: Prevalence among Spanish Teachers and an Exploration of Cross-Cultural Variation. Frontiers in Human Neuroscience, Vol. 10. https://doi.org/10.3389/fnhum.2016.00496

Geake, J. (2005). Educational neuroscience and neuroscientific education: in search of a mutual middle-way.

Geake, J. (2008). Neuromythologies in education. Educational Research, 50(2), 123-133.

Higbee, K. L., & Clay, S. L. (1998). College Students’ Beliefs in the Ten-Percent Myth. The Journal of psychology, 132(5), 469-476.

Howard-Jones, P. A. (2014). Neuroscience and education: myths and messages. Nature Reviews. Neuroscience, 15(12), 817-824.

Karakus, O., Howard-Jones, P. A., & Jay, T. (2015). Primary and Secondary School Teachers’ Knowledge and Misconceptions about the Brain in Turkey. Procedia – Social and Behavioral Sciences, Vol. 174, pp. 1933-1940. https://doi.org/10.1016/j.sbspro.2015.01.858

Myss, C. M., & Myss, C. (1998). Why People Do Not Heal and how They Can. Harmony.

Pei, X., Howard-Jones, P. A., Zhang, S., Liu, X., & Jin, Y. (2015). Teachers’ Understanding about the Brain in East China. Procedia – Social and Behavioral Sciences, Vol. 174, pp. 3681-3688. https://doi.org/10.1016/j.sbspro.2015.01.1091

Radford, B. (1999). The ten-percent myth. Skeptical Inquirer, 23, 52-53.

Fuente: Psychcentral

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Regulación emocional: ¿Importa el medio que preferimos para comunicarnos?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 28/08/2019

¿Ensayaste alguna vez frente a un espejo una conversación importante que luego tendrías con otra persona? O, quizás, ¿lo escribiste? ¿O elegís más bien que la conversación fluya espontáneamente en el momento en que sucede?

¿Preferís comunicarte con los demás cara a cara, o usando un dispositivo electrónico?

Es innegable que la manera en que nos expresamos y vivimos las experiencias cotidianas han tomado una nueva forma desde la llegada y creciente generalización del uso de teléfonos móviles y redes sociales (¡al punto de convertir en verbos los nombres de ciertas redes -como Whatsapp o Instagram- para referirnos a su uso!).

Una nueva investigación exploratoria encontró que esto también ha transformado la manera en que manejamos nuestras emociones: las personas que prefieren usar un dispositivo electrónico para comunicarse tienden a presentar más problemas con la regulación de las emociones (Myruski, Quintero, Denefrio, & Dennis-Tiwary, 2019).

«Las investigaciones utilizan el término ‘comunicación mediante computadora’ o CMC para referirse a cualquier tipo de comunicación a través de la tecnología,” dijo Sarah Myruski, autora principal del estudio e investigadora postdoctoral de la Universidad Hunter College of the City de New York y New York University Langone School of Medicine. “Todavía hay muchas preguntas abiertas sobre el impacto social y emocional negativo de la CMC. Algunos investigadores han sugerido que el uso de CMC puede conducir al aislamiento social y la depresión, mientras que otros han descubierto que CMC puede reforzar el bienestar al ayudar a las personas a mantenerse conectadas con amigos y familiares.»

«Este estudio examina los vínculos entre las diferencias individuales en el uso de CMC, la sensibilidad emocional y las vulnerabilidades socioemocionales, como los problemas para regular las emociones,» señaló Myruski, miembro del Laboratorio de Regulación de Emociones de Tracy Dennis-Tiwary.

Para ello, los investigadores encuestaron a 123 adultos con respecto a sus preferencias de comunicación, bienestar emocional, desregulación emocional, síntomas depresivos, ansiedad y personalidad. A su vez, evaluaron la capacidad de los participantes para detectar expresiones faciales emocionales.

Como resultado, descubrieron que aquellos que preferían la CMC a la comunicación cara a cara tendían a mostrar más sensibilidad a las expresiones faciales y más signos de desregulación emocional.

Posteriormente examinaron un subconjunto de 27 participantes a los que se les pidió que navegaran por Facebook durante unos 15 minutos. Después de navegar, los participantes completaron un breve cuestionario para clasificar los tipos de actividades que habían realizado.

Realizar actividades socialmente activas en Facebook, como enviar mensajes a un amigo, se asoció con un mayor bienestar emocional, mientras que la navegación pasiva en Facebook se asoció con mayores dificultades de regulación de las emociones.

Los principales hallazgos de este estudio fueron tres:

  • La preferencia por CMC para comunicar emociones positivas y angustia, se asoció con más problemas de regulación emocional,
  • Los participantes que prefirieron usar CMC versus interacciones cara a cara mostraron una mayor sensibilidad emocional, medida por la detección más rápida y precisa de las emociones en las caras durante una tarea de computadora.
  • Las personas que usaban Facebook para comunicarse activamente informaron un mayor bienestar emocional, mientras que se encontró el patrón opuesto para aquellos que navegaban pasivamente.

El estudio, como toda investigación, incluye algunas limitaciones.

“La principal advertencia para este estudio es que es correlacional. No se deben hacer inferencias causales basadas en estos resultados, sino que este estudio se debe considerar un primer paso exploratorio para identificar patrones de vínculos entre CMC, detección de emociones y bienestar emocional, y el trabajo futuro más estricto basado en hipótesis ayudará a aclarar estos patrones,” explicó Myruski.

“Una posible interpretación de los patrones de asociaciones que encontramos es que las personas que son muy sensibles emocionalmente y/o tienen dificultades para manejar sus emociones en contextos cara a cara pueden preferir recurrir a CMC porque les permite interactuar con otros sin la carga inmediata de procesar las emociones de los demás. Sin embargo, solo los estudios experimentales futuros pueden determinar la dirección de la causalidad.»

A pesar de las limitaciones, los resultados proporcionan una base para futuras investigaciones.

«Las personas deben ser conscientes de cómo están utilizando las redes sociales y la tecnología para comunicarse, particularmente cuando expresan o manejan emociones. Además, el tipo de actividades que se realizan a través de las redes sociales parece importar. Es decir, la comunicación activa versus la navegación pasiva a través de CMC puede servir para reforzar el bienestar emocional, y viceversa,” concluyó dijo Myruski.

Referencia del estudio:

Myruski, S., Quintero, J. M., Denefrio, S., & Dennis-Tiwary, T. A. (2019). Through a Screen Darkly: Use of Computer-Mediated Communication Predicts Emotional Functioning. Psychological Reports, 33294119859779. https://doi.org/10.1177/0033294119859779

Fuente: PsyPost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La meditación compasiva tendría efecto antienvejecimiento a nivel celular

  • Maria Fernanda Alonso
  • 27/08/2019

Metta bhavana, loving-kindness o meditación compasiva, es un método para desarrollar la compasión que proviene de la tradición budista. En parte, se centra en cultivar sentimientos cálidos y compasión hacia uno mismo y hacia los demás.

Esta práctica ha sido objeto de investigaciones hace ya varios años. En particular, científicos han estudiado su relación con los telómeros: las capas finales de ADN en nuestros cromosomas, que ayudan en la replicación del ADN y se acortan con el tiempo.

(Carlson et al., 2015) encontró que los telómeros mantuvieron su longitud en sobrevivientes de cáncer de mamas que practicaban mindfulness. (Conklin et al., 2018) encontró que la longitud de los telómeros de hecho aumentó en los participantes del retiro de meditación después de tres semanas.

(Hoge et al., 2013) encontraron que la longitud relativa de los telómeros fue mayor en quienes practicaron meditación compasiva frente a los controles, lo que sugiere que esta práctica puede alterar dicho biomarcador del envejecimiento fisiológico

Este impacto positivo a nivel celular fue hallado también en una nueva investigación que, además, examinó cómo los diferentes tipos de meditación influyeron en la longitud de los telómeros (Le Nguyen et al., 2019).

La edad cronológica es aquella con la que todos estamos familiarizados, y que se mide en años; pero también contamos con una “edad biológica,” diferente de la primera y que a menudo se indexa por la longitud de los telómeros.

«Los telómeros se acortan progresivamente con la división celular (es decir, el envejecimiento) en general, pero la enzima telomerasa también puede reponerla o alargarla,» explicaron los autores del último estudio.

Para esa ocasión se reclutaron 176 participantes de entre 35 y 64 años de Durham y el Condado Orange de Carolina del Norte. Todos los participantes informaron que tenían poca o ninguna experiencia en meditación. El estudio tuvo una duración de 12 semanas, en las cuales los participantes fueron asignados aleatoriamente a un taller de meditación compasiva de 6 semanas, un taller de meditación con mindfulness de 6 semanas o un grupo control (“lista de espera”). Para medir la longitud de los telómeros, los investigadores recolectaron muestras de sangre de los participantes al principio y al final del estudio.

El taller de meditación con mindfulness ayudó a los participantes a cultivar una actitud sin prejuicios y a centrarse en el momento presente y, por su parte, el taller de meditación compasiva les ayudó a cultivar sentimientos cálidos y amigables hacia los demás.

En general, la longitud de los telómeros tiende a acortarse para todos. «Sin embargo, la práctica diaria de la meditación compasiva parecía amortiguar ese desgaste,» dijeron los investigadores, quienes informaron que los participantes que habían practicado la meditación compasiva «no mostraron un acortamiento significativo de los telómeros con el tiempo.»

«Mientras que los participantes en el grupo de mindfulness, en promedio, mostraron un importante acortamiento de los telómeros con el tiempo, esos cambios fueron intermedios entre el grupo de meditación compasiva y el grupo de control lista de espera,» destacaron los investigadores.

El mecanismo subyacente que vincula la meditación y el proceso de envejecimiento aún no está claro. Los participantes proporcionaron informes diarios de emociones durante todo el estudio, pero los cambios en las emociones positivas y negativas no tenían relación con los cambios en la longitud de los telómeros.

Referencias:

Carlson, L. E., Beattie, T. L., Giese-Davis, J., Faris, P., Tamagawa, R., Fick, L. J., … Speca, M. (2015). Mindfulness-based cancer recovery and supportive-expressive therapy maintain telomere length relative to controls in distressed breast cancer survivors. Cancer, 121(3), 476-484. https://doi.org/10.1002/cncr.29063

Conklin, Q. A., King, B. G., Zanesco, A. P., Lin, J., Hamidi, A. B., Pokorny, J. J., … Saron, C. D. (2018). Insight meditation and telomere biology: The effects of intensive retreat and the moderating role of personality. Brain, Behavior, and Immunity, 70, 233-245. https://doi.org/10.1016/j.bbi.2018.03.003

Hoge, E. A., Chen, M. M., Orr, E., Metcalf, C. A., Fischer, L. E., Pollack, M. H., … Simon, N. M. (2013). Loving-Kindness Meditation practice associated with longer telomeres in women. Brain, Behavior, and Immunity, 32, 159-163. https://doi.org/10.1016/j.bbi.2013.04.005

Le Nguyen, K. D., Lin, J., Algoe, S. B., Brantley, M. M., Kim, S. L., Brantley, J., … Fredrickson, B. L. (2019). Loving-kindness meditation slows biological aging in novices: Evidence from a 12-week randomized controlled trial. Psychoneuroendocrinology, 108, 20-27. https://doi.org/10.1016/j.psyneuen.2019.05.020

Fuente: PsyPost

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