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Publicaciones por mes

enero 2021

56 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Videojuego para identificar síntomas de TDAH

  • 14/01/2021
  • Maria Fernanda Alonso
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El trastorno del neurodesarrollo por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tiene una prevalencia estimada del 7,2% en niños y adolescentes. Hasta el momento, no existen pruebas biológicas de diagnóstico para TDAH, tal valoración es clínica, y puede respaldarse en escalas completadas por cuidadores o profesionales, y el historial médico del paciente. Varios estudios han determinado que estas valoraciones pueden verse alteradas, por ejemplo, por factores afectivos. Tras resaltar la necesidad de contar con herramientas distintas, que coadyuven al diagnóstico de TDAH, investigadores adaptaron un videojuego que tiene como protagonista a un mapache que corre sin fin (un juego con el que los niños ya estaban familiarizados) para convertirlo en una herramienta que permita la identificación y evaluación del grado de trastorno por déficit de atención e hiperactividad en niños y adolescentes (Delgado-Gómez et al., 2020).

Cómo funciona el videojuego

32 niños, de entre 8 y 16 años colaboraron en este estudio. Todos ellos habían sido diagnosticados con TDAH por la Unidad de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Departamento de Psiquiatría del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

Durante el juego, los participantes debían dirigir su avatar (mapache), quien tenía que atravesar diferentes obstáculos en su camino; el mapache encontraría agujeros que debía saltar para no caer. Los autores hipotetizaron que los niños con diagnóstico de TDAH subtipo desatento cometerían más errores por omisión y saltarían más cerca del agujero como consecuencia de los síntomas de desatención.



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A medida que cada niño estaba tomando la prueba, supervisado por un profesional capacitado, el cuidador apropiado completó la subescala de inatención en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad y la escala de clasificación de síntomas de comportamiento normal (SWAN), que es un inventario de informes de padres y cuidadores desarrollado para evaluar síntomas del TDAH.

En el juego, el mapache tiene que saltar más de 180 hoyos que se agrupan en 18 bloques. Cada bloque se identifica por la velocidad del mapache, la longitud del tronco y el ancho del agujero. La longitud del tronco y la velocidad del avatar determinan el tiempo entre estímulos, que es de aproximadamente 1,5, 2,5 y 3,5 segundos, mientras que el ancho del hoyo determina la dificultad del salto, explicaron los autores.

El equipo sostiene que el principal beneficio de este estudio es que permite identificar directamente los síntomas del déficit de atención, de modo que se pueda evaluar objetivamente la gravedad de la falta de atención del paciente. Por tanto, podría utilizarse para complementar el diagnóstico inicial así como para evaluar la evolución de los síntomas o incluso la eficacia del tratamiento.

También hay otras ventajas importantes, como el hecho de que cada prueba solo tomaría 7 minutos en completarse y no requiere un hardware específico, lo que reduce significativamente su costo. De hecho, se pueden utilizar computadoras personales, tabletas o dispositivos móviles convencionales, lo que permite realizar evaluaciones remotas. «Nuestros resultados indican que una prueba más corta puede ser suficiente para evaluar con precisión los síntomas clínicos del TDAH. Esta característica la hace particularmente atractiva en entornos clínicos donde hay falta de tiempo», señalan los investigadores.

Referencia bibliográfica: Delgado-Gómez, D., Sújar, A., Ardoy-Cuadros, J., Bejarano-Gómez, A., Aguado, D., Miguelez-Fernandez, C., Blasco-Fontecilla, H., & Peñuelas-Calvo, I. (2020). Objective Assessment of Attention-Deficit Hyperactivity Disorder (ADHD) Using an Infinite Runner-Based Computer Game: A Pilot Study. Brain Sciences, 10(10). https://doi.org/10.3390/brainsci10100716

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Recetas de antidepresivos en niños y adolescentes

  • 13/01/2021
  • Equipo de Redacción

Frontiers in Psychiatry publicó el año pasado un compendio especial de nueve artículos que analizan la evidencia, beneficios y efectos nocivos de la prescripción de antidepresivos en niños y adolescentes.

Debido a la relevancia del tema y la falta de artículos en español, en Psyciencia hemos decidido traducir y publicar cada uno de los artículos. Esperamos que estos artículos puedan promover el dialogo abierto entre psicólogos y psiquiatras sobre el tratamiento de los trastornos de estado de ánimo en la población infantojuvenil.

En esta primera entrega presentamos el artículo de presentación editorial que resume los puntos más importantes de los nueve artículos.



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El uso de antidepresivos en niños y adolescentes tiene una historia problemática, ya que casi todos los principios de la buena medicina basada en evidencia fueron violados o comprometidos. Es una historia caracterizada por investigaciones sistemáticamente sesgadas, conflictos de intereses financieros y temeridad profesional (1-3). En 2004, The Lancet Editors (4), en un artículo titulado «Investigación deprimente» declaró sin rodeos que «La historia de la investigación sobre el uso de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) en la depresión infantil se ha caracterizado por la confusión, manipulación y fracaso institucional» pág.1335). Ahora está bien establecido que la mayoría de los ensayos de antidepresivos pediátricos fueron patrocinados por la industria y tenían serias limitaciones metodológicas; muchos ensayos permanecieron inéditos debido a resultados desfavorables, y los publicados fueron en su mayoría resultados de eficacia escritos de forma fantasma, informados selectivamente y tergiversaron la verdadera tasa de eventos suicidas emergentes del tratamiento (5-9). Los reguladores de medicamentos emitieron una advertencia de suicidio para el uso de antidepresivos pediátricos en 2003 (MHRA) y 2004 (FDA) y recomendaron usar solo fluoxetina. En consecuencia, algunos autores argumentaron que los ISRS deberían reservarse como una opción de segunda línea para los jóvenes con formas de depresión severas y resistentes (10).

Sin embargo, en la mayoría de los países el uso de antidepresivos ha aumentado considerablemente en niños y adolescentes en los últimos 10-15 años (11-13), a pesar de las advertencias de suicidio, las graves limitaciones de la base de evidencia (14) y las controversias en curso en torno a los riesgos y beneficios (15), así como la respuesta al placebo (16). El objetivo de este tema especial era, por lo tanto, proporcionar una colección de artículos centrados ampliamente en dos cuestiones principales; en primer lugar, en la evidencia científica actual de la eficacia y seguridad de los antidepresivos, con especial énfasis en el suicidio y las advertencias regulatorias relacionadas, y, en segundo lugar, en las tendencias recientes en las tasas de prescripción y los patrones de utilización, incluido el uso excesivo de antidepresivos, y el enfoque cada vez más medicalizado de la salud mental.

Safer y Zito revisaron la eficacia de los antidepresivos de nueva generación para la depresión pediátrica. No encontraron beneficios significativos en niños y solo beneficios marginales en adolescentes basados en ensayos a corto plazo controlados con placebo. Además, consideraron que la evidencia del tratamiento de mantenimiento basado en ensayos de interrupción (placebo-sustitución) es problemática y no concluyente debido a las altas tasas de abandono, los posibles síndromes de abstinencia que imitan la recaída y las tasas de recaída no diferentes del curso natural del trastorno.

Boaden et al. llevaron a cabo una meta-revisión sobre la eficacia, tolerabilidad y riesgo de suicidio de los antidepresivos para el tratamiento de diversos trastornos pediátricos. La meta-revisión encontró que solo unos pocos antidepresivos eran eficaces y bien tolerados. Por ejemplo, solo la fluoxetina fue más efectiva que el placebo en la depresión mayor, y solo la fluvoxamina y la paroxetina fueron eficaces en los trastornos de ansiedad. La venlafaxina (en la depresión mayor) y la paroxetina (en los trastornos de ansiedad) se asociaron con un aumento significativo del riesgo de suicidio. Sin embargo, de los nueve metaanálisis incluidos, solo uno cumplía con criterios de alta calidad; cinco fueron calificados como de calidad moderada, uno era de baja calidad y dos de calidad críticamente baja. Los autores afirman además que la calidad de la evidencia disponible es inadecuada debido a la corta duración de los ensayos, la notificación selectiva y el sesgo de publicación, y enfatizan la escasez de datos sobre la ideación y el comportamiento suicida en los ensayos antidepresivos.

La cuestión del aumento del riesgo de suicidio con antidepresivos se abordó específicamente en dos artículos. En el primero, Spielmans et al. revisan la evidencia científica y concluyen que la advertencia de suicidio de caja negra de la FDA estaba justificada y firmemente arraigada en datos sólidos de ensayos antidepresivos controlados con placebo. Además, detallan que las afirmaciones prominentes que sugieren que la advertencia de la FDA ha llevado a una disminución de las tasas de prescripción y, por lo tanto, el aumento de las tasas de suicidio se basaron en estudios ecológicos metodológicamente débiles y potencialmente engañosos.

En el segundo, Whitely et al. describen cómo prominentes psiquiatras e influyentes organizaciones de salud mental desafiaron la advertencia de suicidio de caja negra para adolescentes y adultos jóvenes. Los autores argumentan que varios estudios ecológicos fueron citados engañosamente como evidencia de que el aumento del uso de antidepresivos reduce el riesgo de suicidio juvenil. Contrariamente a estas afirmaciones, muestran además que, en Australia, tanto el consumo de antidepresivos como las tasas de suicidio aumentaron sustancialmente de 2008 a 2018.

Otro grave problema de seguridad fue abordado por Kapra et al. En su mini revisión discuten la evidencia a favor y en contra de un efecto potencial del uso de antidepresivos durante el embarazo en los trastornos del espectro autista en la descendencia. Los autores encontraron evidencia de una asociación entre la exposición prenatal al ISRS y un mayor riesgo de trastornos del espectro autista basado en varios estudios observacionales, pero advierten que la causalidad aún no se ha demostrado debido a la confusión por indicación. Los autores concluyen que hay una necesidad de más investigación sobre este grave problema de seguridad, ya que la acumulación de datos de estudios en animales sugiere que la exposición a ISRS puede alterar el desarrollo cerebral normal.

Las tendencias de aumento del uso de antidepresivos en los jóvenes se abordaron en dos artículos. En el primero, Zito et al. analizaron las reclamaciones administrativas de jóvenes con seguro de Medicaid de menos de 20 años de 1987 a 2014. Durante este período de 28 años, el uso de antidepresivos creció 14 veces. Además, muestran que en 2014, los antidepresivos se recetaron seis veces más a menudo para los jóvenes en hogares de guarda que para sus contrapartes de Medicaid elegibles para los ingresos. La prescripción fuera de la etiqueta también fue muy común: una cuarta parte de los jóvenes con medicamentos antidepresivos fueron diagnosticados con un trastorno del comportamiento.

En el segundo, Cosgrove et al. afirman que el uso de antidepresivos en niños y adolescentes aumentó sustancialmente en los últimos 15 años, en parte debido a las recetas comercialmente no etiquetadas, a pesar de la controversia en curso sobre su eficacia y seguridad. Desde la perspectiva de la corrupción institucional, discuten dos factores del uso excesivo resultante de un enfoque cada vez más medicalizado de la salud mental. El primero es la demanda empíricamente no apoyada de exámenes de depresión en los jóvenes y el segundo el énfasis en ampliar el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos mentales como parte de un Movimiento Mundial de Salud Mental renovado.

Por último, pero no menos importante, Locher et al. hacen un caso interesante para los placebos abiertos en el tratamiento de condiciones de dolor crónico en niños y adolescentes como una alternativa al uso de antidepresivos a largo plazo. Los autores reconocen que este enfoque todavía carece de evidencia empírica, pero también destacan que los placebos abiertos constituyen una vía prometedora para la investigación futura, ya que pueden ayudar a mitigar los graves efectos adversos de los antidepresivos.

En conclusión, los artículos en este tema especial demuestran que el uso de antidepresivos pediátricos sigue siendo controvertido. Aunque el uso de antidepresivos en niños y adolescentes ha aumentado sustancialmente en los últimos 10-15 años, falta evidencia convincente de que los beneficios superan los riesgos y el suicidio emergente del tratamiento sigue siendo una preocupación importante. El uso excesivo y la prescripción fuera de etiqueta son problemas apremiantes, y ciertamente hay una necesidad de tratamientos más seguros y eficaces, tanto farmacológicos como psicológicos (17). Se espera que esta colección de artículos estimule la investigación innovadora y la discusión crítica.

Referencias bibliográficas:

  1. Jureidini JN, McHenry LB. Key opinion leaders and paediatric antidepressant overprescribing. Psychother Psychosom. (2009) 78:197-201. doi: 10.1159/000214440
  2. Leo J. The SSRI trials in children: disturbing implications for academic medicine. Ethical Hum Psychol Psychiatry. (2006) 8:29-41. doi: 10.1891/ehpp.8.1.29
  3. Raz A. Perspectives on the efficacy of antidepressants for child and adolescent depression. PLoS Med. (2006) 3:e9. doi: 10.1371/journal.pmed.0030009
  4. Lancet Editors. Depressing research. Lancet. (2004) 363:1335. doi: 10.1016/S0140-6736(04)16080-7 
  5. Jureidini JN, Doecke CJ, Mansfield PR, Haby MM, Menkes DB, Tonkin AL. Efficacy and safety of antidepressants for children and adolescents. BMJ. (2004) 328:879-83. doi: 10.1136/bmj.328.7444.879 
  6. Jureidini JN, McHenry LB, Mansfield PR. Clinical trials and drug promotion: selective reporting of study 329. Int J Risk Saf Med. (2008) 20:73-81. doi: 10.3233/JRS-2008-0426
  7. Jureidini JN, Amsterdam JD, McHenry LB. The citalopram CIT-MD-18 pediatric depression trial: deconstruction of medical ghostwriting, data mischaracterisation and academic malfeasance. Int J Risk Saf Med. (2016) 28:33-43. doi: 10.3233/JRS-160671
  8. Le Noury J, Nardo JM, Healy D, Jureidini J, Raven M, Tufanaru C, et al. Restoring Study 329: efficacy and harms of paroxetine and imipramine in treatment of major depression in adolescence. BMJ. (2015) 351:h4320. doi: 10.1136/bmj.h4320
  9. Whittington CJ, Kendall T, Fonagy P, Cottrell D, Cotgrove A, Boddington E. Selective serotonin reuptake inhibitors in childhood depression: systematic review of published versus unpublished data. Lancet. (2004) 363:1341-5. doi: 10.1016/S0140-6736(04)16043-1
  10. Cohen D. Should the use of selective serotonin reuptake inhibitors in child and adolescent depression be banned? Psychother Psychosom.(2007) 76:5-14. doi: 10.1159/000096360
  11. Bachmann CJ, Aagaard L, Burcu M, Glaeske G, Kalverdijk LJ, Petersen I, et al. Trends and patterns of antidepressant use in children and adolescents from five western countries, 2005-2012. Eur Neuropsychopharmacol. (2016) 26:411-9. doi: 10.1016/j.euroneuro.2016.02.001
  12. John A, Marchant AL, Fone DL, McGregor JI, Dennis MS, Tan JO, et al. Recent trends in primary-care antidepressant prescribing to children and young people: an e-cohort study. Psychol Med. (2016) 46:3315-27. doi: 10.1017/S0033291716002099
  13. Schroder C, Dorks M, Kollhorst B, Blenk T, Dittmann RW, Garbe E, et al. Outpatient antidepressant drug use in children and adolescents in Germany between 2004 and 2011. Pharmacoepidemiol Drug Saf. (2017) 26:170-9. doi: 10.1002/pds.4138
  14. Healy D, Le Noury J, Jureidini J. Paediatric antidepressants: benefits and risks. Int J Risk Saf Med. (2019) 30:1-7. doi: 10.3233/JRS-180746
  15. Cipriani A, Zhou X, Del Giovane C, Hetrick SE, Qin B, Whittington C, et al. Comparative efficacy and tolerability of antidepressants for major depressive disorder in children and adolescents: a network meta-analysis. Lancet. (2016) 388:881-90. doi: 10.1016/S0140-6736(16)30385-3
  16. Cohen D, Deniau E, Maturana A, Tanguy ML, Bodeau N, Labelle R, et al. Are child and adolescent responses to placebo higher in major depression than in anxiety disorders? A systematic review of placebo-controlled trials. PLoS ONE. (2008) 3:e2632. doi: 10.1371/journal.pone.0002632
  17. Zhou X, Teng T, Zhang Y, Del Giovane C, Furukawa TA, Weisz JR, et al. Comparative efficacy and acceptability of antidepressants, psychotherapies, and their combination for acute treatment of children and adolescents with depressive disorder: a systematic review and network meta-analysis. Lancet Psychiatry. (2020) 7:581-601. doi: 10.1016/S2215-0366(20)30137-1
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Por qué nos molesta tanto el silencio

  • 12/01/2021
  • David Aparicio
black lady resting on bed in bedroom

María Paredes escribió un muy buen ensayo sobre el silencio en el diario El País, que explica por qué nos molesta tanto el silencio; cómo es interpretado en otras culturas y cómo genera emociones:

Nuestro afán por hablar (hasta cuando no es necesario) nos ha alejado tanto de silencio que nos ha llevado a un punto en el que hemos llegado a temerle. El Homo agitatus —término con el que nos define Jorge Freire, filósofo y autor de Agitación, por esa ansia constante por vivir cosas novedosas— “tiene pavor al silencio”. El filósofo culpa a la sociedad de la información, que nos tiene constantemente conectados a algo. “Si estás permanentemente asediado por un sinfín de estímulos, no puedes pensar en serio”, dice. Y lanza una recomendación: “Ante la promoción del bullicio constante —que siempre lleva a la idiotización— no hay mayor desacato que mantenerse quieto y en silencio”.

Y también explica cómo el silencio es signo de una buena relación:



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Pero callar cuando el silencio produce pánico e incomodidad se torna complicado, tanto que mejorar esta relación con la aparente nada es trabajo de expertos. “Algunas personas creen que tener buenas relaciones implica estar constantemente hablando y saber lo que piensa el otro. Sin embargo, resulta muy positivo poder estar juntos, relajados y sin necesidad de decir algo en todo momento. De hecho, una buena relación es aquella en la que se producen espacios de silencio y aburrimiento sin que los miembros cuestionen la calidad de la misma”, apunta María José Catalina, psicóloga sanitaria. Así, el silencio se convierte en un termómetro de la confianza y la intimidad: cuando estamos a gusto, nos abandonamos placenteramente a él; cuando no, surgen esos que denominamos como incómodos.

Lee el artículo completo en El País.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Factores de la personalidad asociados con conductas académicas negativas

  • 12/01/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Hacer trampa en un examen o ayudar a otra persona con el suyo, son dos de las principales conductas en las que pensamos cuando consideramos los comportamientos académicos contraproducentes. La mayoría de las investigaciones se han centrado en estudiantes universitarios en los Estados Unidos, y han encontrado que tales actividades son tan comunes y habituales que significan una problemática importante del ámbito académico.

Un equipo de investigadores reconoció la necesidad de extender el estudio a otros niveles educativos y grupos geográficos. En particular, se enfocaron en analizar la prevalencia y correlaciones de los comportamientos académicos contraproducentes en estudiantes de secundaria españoles.

Las características contextuales (por ejemplo, tamaño del aula, tamaño de la escuela, escuelas públicas versus privadas, carga de trabajo académico, estilo de enseñanza) y las diferencias individuales (por ejemplo, variables de personalidad, variables cognitivas, características demográficas) son las variables que usualmente se estudian en relación con los comportamientos académicos contraproducentes. Esta investigación se centró en las diferencias individuales, especialmente en el estudio de las cinco grandes dimensiones de la personalidad y la habilidad mental general de los estudiantes (Cuadrado et al. 2020).



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Señalan los investigadores que los resultados de varios metaanálisis hallaron que aquellos estudiantes con puntuaciones altas en escrupulosidad y amabilidad son menos propensos a comportarse de manera contraproducente en el contexto académico. En teoría, las personas concienzudas son organizadas, autodisciplinadas, planificadas, orientadas a las tareas, responsables y obedientes. Mientras tanto, las personas agradables se caracterizan por ser cálidas, altruistas, empáticas y gentiles, y además son conocidas por ser confiables, sinceras, directas, obedientes a las reglas e inofensivas para los demás. Dada la naturaleza de estas dimensiones de personalidad, no es sorprendente que aquellos estudiantes con mayor conciencia y amabilidad parezcan estar menos predispuestos a participar en comportamientos académicos contraproducentes.

Con respecto a la extraversión, se encontró que los estudiantes extravertidos hacen trampa en los exámenes más que sus pares introvertidos. Una explicación teórica podría ser la tendencia de los extrovertidos a ser gregarios y sociables, rasgos que pueden manifestarse en una preferencia por actividades más sociales, interactivas y emocionantes que las de naturaleza académica (por ejemplo, estudiar para exámenes). Además, a menudo se los describe como atrevidos, imprudentes y buscadores de riesgos, características que los harían menos reacios a jugar rápido y sin rodeos con las reglas durante los exámenes.

Metodología

La muestra contó con la participación de 240 estudiantes (160 mujeres), de siete escuelas secundarias de España. La edad promedio fue de 17,4 años, y el rango fue de 16 a 20 años de edad. Los estudiantes asistían a los últimos dos años de secundaria.

Se acordó que los test serían completados durante el horario de clases. Inicialmente, se diseñaron tres medidas para ser utilizadas: una prueba de personalidad (el test IP/5F desarrollado por Salgado), una prueba de inteligencia para evaluar la habilidad mental general (una adaptación española de la Wonderlic Personnel Test) y una escala de contraproductividad académica (el Cuestionario de rendimiento académico negativo). Este último instrumento consta de 30 ítems estructurados en cinco dimensiones que evalúan una amplia gama de conductas contraproducentes en el contexto académico. Las dimensiones son trampas, mal uso de recursos, absentismo, incumplimiento de reglas y poco esfuerzo.

Debido a restricciones de tiempo en las escuelas secundarias, en algunos casos, la disponibilidad de los estudiantes correspondió a una sola sesión de clase, es decir, cincuenta minutos. En esos casos, solo se pudieron completar dos cuestionarios: la prueba de inteligencia y la escala comportamiento académico contraproducente.

El tamaño de la muestra para la medida de personalidad fue de 126 participantes (62 mujeres) con una edad promedio de 17.2 años. Para comprobar si habría diferencias sustanciales entre la muestra completa y la muestra restringida de la medida de personalidad, los autores realizaron estadísticas descriptivas para cada variable con ambos conjuntos de sujetos. Los resultados indicaron que los valores mínimo y máximo así como las medias y desviaciones estándar fueron muy similares en todos los casos.

Resultados

  • El equipo encontró que los comportamientos académicos contraproducentes son un fenómeno común, siendo las conductas de trampa y bajo esfuerzo las formas más prevalentes.
  • Respecto del sexo y la edad, encontraron que los hombres eran más propensos que las mujeres a realizar conductas académicas contraproducentes, así como los participantes de mayor edad.

Los cinco grandes y las conductas académicas contraproducentes:

  • Los resultados mostraron una relación positiva y significativa respecto de la estabilidad emocional, lo que significa que la estabilidad emocional es un predictor válido de las conductas académicas contraproducentes. La estabilidad emocional pareció ser un predictor válido de tres de las cinco dimensiones de conductas académicas contraproducentes: bajo esfuerzo, ausentismo y mal uso de recursos.
  • La extraversión surgió como un correlato directo de las conductas académicas contraproducentes en general. En cuanto a los factores de conductas académicas contraproducentes específicos, la extraversión mostró una correlación fuerte y positiva con las conductas de engaño, siendo el único caso en el que la extraversión apareció como un predictor válido.
  • La apertura a la experiencia produjo las correlaciones más bajas. Ni con respecto a la medida de comportamientos académicos contraproducentes global, ni por sus facetas, apareció como un predictor válido.
  • La amabilidad mostró una relación negativa tanto con el comportamiento académico contraproducente general como con sus facetas.
  • La amabilidad también pareció ser un predictor válido del mal uso de los recursos y del incumplimiento de las reglas.
  • Por último, la conciencia apareció como el predictor más fuerte de los comportamientos académicos contraproducentes. Las validaciones verdaderas fueron todas negativas y significativas en todos los casos.

Habilidad mental general y comportamientos académicos contraproducentes

Contrariamente a lo que esperaban los autores, esta variante no apareció como un predictor válido ni de la medida de comportamientos académicos contraproducentes general ni de sus facetas.

La evidencia muestra que la prevalencia de los comportamientos académicos contraproducentes alcanza tasas preocupantes a nivel de escuela secundaria en muchos países, además de los EE. UU. y Canadá, con diferentes sistemas educativos y culturas. Esta situación se agrava ya que como consecuencia ponen en peligro la reputación del sistema educativo, afectan negativamente el desempeño académico de estudiantes, socavan la moral de los maestros y otros estudiantes y pueden conducir a comportamientos contraproducentes similares en contextos organizacionales después de la graduación.

Referencia bibliográfica: Cuadrado, D., Salgado, J. F., & Moscoso, S. (2020). Individual differences and counterproductive academic behaviors in high school. PloS One, 15(9), e0238892. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0238892

Fuente: Plos ONE

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El coronavirus muta y el mundo intenta controlarlo

  • 11/01/2021
  • David Aparicio
person holding laboratory flask

Matt Apuzzo, Selam Gebrekidan y Apoorva Mandavilli, escribieron un buen artículo en The New York Times que nos ayuda a entender cuál es la situación actual de la mutación del COVID-19:

Como es natural en todos los virus, el coronavirus ha evolucionado a medida que ha recorrido el mundo. Pero los especialistas se han sorprendido por la velocidad con la que han surgido nuevas variantes significativas, lo que hace más importante la competencia entre lo mejor que tiene el mundo para defenderse —vacunación, confinamientos y distanciamiento social— y un enemigo sumamente agresivo que está en constante cambio.

La nueva variante que afecta al Reino Unido ya ha sido encontrada en cerca de 45 países, desde Singapur hasta Jamaica, pasando por Omán, pero muchos países actúan a ciegas y no tienen idea de cuán grave puede ser el problema.

Mucho antes de que llegara la pandemia, las autoridades de salud pública habían hecho llamados para que se practicaran controles genéticos de rutina de los brotes. Pero, pese a las advertencias de tantos años, muchos países —incluyendo Estados Unidos— solo realizan una parte pequeña de los estudios genómicos necesarios para determinar cuán frecuentes son las mutaciones de los virus.

Y añaden:



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Las variantes que han aparecido en Sudáfrica y Brasil son una amenaza especial para los trabajos de inmunización porque ambas tienen una mutación vinculada con una disminución de la eficacia de las vacunas. En un experimento diseñado para identificar el peor escenario, el equipo de Bloom analizó 4000 mutaciones para saber cuáles harían inútiles a las vacunas. Las mutaciones de las variantes de Brasil y Sudáfrica tuvieron el mayor impacto.

Sin embargo, independientemente de la mutación, todas las muestras de suero del estudio neutralizaron el virus, señaló Bloom, y añadió que pasarían algunos años antes de tener que adaptar las vacunas.

“Habrá mucho tiempo para anticiparnos, identificar estas mutaciones y tal vez actualizar las vacunas de manera oportuna”, afirmó.

Lee el artículo completo en The New York Times.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cerebros grandes y materia blanca: ¿nuevos subtipos de autismo?

  • 07/01/2021
  • David Arturo López

Basados en escaneos cerebrales tomados por muchos años, dos estudios del Instituto MIND de UC Davis dan indicios acerca de posibles tipos de autismo relacionados a la estructura del cerebro, incluyendo el tamaño de este y el crecimiento de la materia blanca.

Tanto el Autism Phenome Project (APP) como el Girls with Autism, Imaging of Neurodesvelopment (GAIN) son estudios longitudinales y prueban el valor que tiene seguir a los niños y niñas con trastornos del espectro autista (TEA) desde su diagnóstico hasta la adolescencia.

El centro de datos en APP es único en cuanto a volumen de información en un solo sitio y cuenta con más de 1000 escaneos de cerca de 400 niños a los que se dio seguimiento desde su nacimiento hasta la adolescencia, según Christine Wu Nordahl, profesora asociada en el Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento, miembro de la facultad del Instituto MIND y coautora principal de ambos artículos.



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Cerebro y tipos de autismo

En el primer estudio, publicado en Biological Psychiatry, se encontró evidencia de que, a diferencia de los niños sin autismo, el cerebro de los niños con autismo es más grande en relación con la altura. Esto es un subtipo de megaloencefalia llamada “megaloencefalia desproporcional” y está vinculada a una frecuencia mayor de discapacidades intelectuales y a una más baja prognosis general.

Para este estudio se usaron imágenes por resonancia magnética (IRM) para analizar los cerebros de 294 niños con autismo y 135 sin autismo.

Estudios transversales previos ya habían encontrado que los niños con autismo tenían cerebros más grandes en edades tempranas, pero no así más tarde en la niñez. Se pensaba que el tamaño de sus cerebros se normalizaba a medida que los niños crecían.

Esta explicación era bastante aceptada hasta que el Instituto MIND descubrió que no era así, ya que los niños que tenían cerebros grandes a los 3 años también los tenían a la edad de 12 años. Esta discrepancia entre los estudios se debe a que mientras unos estudian a diferentes niños en diferentes momentos durante su niñez (estudios transversales), en esta última investigación se estudió a los mismos niños a través del tiempo (estudio longitudinal) y que a diferencia de los otros estudios, en este se incluyó a niños con discapacidades intelectuales significativas. Estos niños tendían a tener la forma de autismo de “cerebro grande”.

Según David Amaral, coautor principal de ambos estudios, cerebros de gran tamaño en autismo se han ligado a un C.I. más bajo. Es más difícil realizar escaneos a niños con discapacidades a medida que crecen. «Es una cuestión de sesgo de muestreo y el “dogma” anterior parece ser una consecuencia de quién fue escaneado y cuándo», explicó.

Nordahl y su equipo han creado nuevos protocolos que ayudan a los investigadores a escanear más fácilmente a los niños mayores con discapacidad intelectual mientras están despiertos. En el caso de los niños menores de 5 años, estos pueden ser escaneados mientras duermen.

Como explica Joshua Lee, investigador postdoctoral en el Instituto MIND y otro autor principal del estudio, es importante que aspectos del espectro autista como la discapacidad intelectual, la ansiedad y el funcionamiento verbal sean incluidos en los estudios por el impacto que tienen en la calidad de vida de los niños autistas. “Es importante capturar a todos los que tienen autismo, no solo a aquellos de quienes es más fácil obtener imágenes».

Materia blanca: atando cabos

En el segundo estudio también publicado en Biological Psychiatry, el uso de un tipo de resonancia magnética llamada imágenes ponderadas por difusión, permitió a los investigadores observar las regiones de materia blanca, o tractos, en el cerebro. El estudio vincula cambios en el crecimiento de la materia blanca del cerebro con rasgos autistas en niños. En la investigación participaron 125 niños con autismo y 69 niños con desarrollo típico, los cuales sirvieron como controles, entre las edades de 2,5 y 7 años. La materia blanca da conexiones estructurales en el cerebro, lo que permite la comunicación entre las diferentes partes del cerebro.

Se encontró que el desarrollo de tramos de materia blanca en el cerebro se asociaba con variaciones en la severidad de los síntomas del autismo. Mientras que este desarrollo de materia blanca se daba más lentamente en niños cuyos síntomas crecían con el tiempo, un desarrollo más rápido se asociaba con una disminución de la severidad en los síntomas a través del tiempo.

“Esto resalta desde un punto de biológico el rol de la materia blanca tanto para el desarrollo del autismo como para los síntomas del autismo”, dice Derek Sayre Andrews, investigador postdoctoral en el Instituto MIND y autor principal del artículo.

Agrega que se espera que, en un futuro, por medio de este tipo de mediciones se pueda identificar a niños que se beneficiarían de una intervención intensiva y que además estas puntuaciones en el crecimiento de la materia blanca puedan servir como indicador que ayude a determinar la efectividad de una intervención en un niño en particular.

Cambios en el autismo a través del tiempo

El estudio de la materia blanca sigue la línea de una investigación previa del MIND Institute que encontró que en un grupo considerable de niños con autismo puede esperarse un aumento o disminución de los síntomas durante el tiempo, aunque muchos niños con TEA experimentan niveles estables en los síntomas durante la niñez.

«Este nuevo análisis proporciona una pista importante sobre el mecanismo cerebral que puede estar involucrado en algunos de estos cambios», dijo Amaral.

Diferencias según el sexo

Ambos estudios son diferentes a los otros no solo porque incluyen a niños con discapacidades intelectuales, sino que también incluyen un número grande de niñas, las cuales tendían a estar subrepresentadas.

«Por primera vez, podemos tener una muestra suficientemente grande de niñas, donde podemos evaluar sus trayectorias cerebrales separadas de los niños para ver en qué se diferencian. Por ejemplo, no vemos el subtipo de cerebro grande con tanta frecuencia en las niñas, pero sí vemos diferencias sutiles en cómo crecen los cerebros de las niñas con autismo», dijo Nordahl.

Nordahl, que también ha estudiado el papel que puede desempeñar el tamaño de la amígdala en los desafíos psiquiátricos de las niñas, señaló que los datos longitudinales del Instituto MIND serán de mucha utilidad en estudios futuros sobre las diferencias del autismo en relación al sexo.

«En conjunto, creo que estos estudios son muy importantes porque nos acercan a un punto en el que podemos usar nuestra comprensión de la biología subyacente del autismo para mejorar directamente la calidad de vida de los individuos de la comunidad con autismo», dijo Andrews. «Y ese es realmente el objetivo final de nuestra investigación».

Referencia de los estudios:

  • Joshua K. Lee, Derek S. Andrews, Sally Ozonoff, Marjorie Solomon, Sally Rogers, David G. Amaral, Christine Wu Nordahl. Longitudinal Evaluation of Cerebral Growth Across Childhood in Boys and Girls with Autism Spectrum Disorder. Biological Psychiatry, 2020; DOI: 10.1016/j.biopsych.2020.10.014
  • Derek Sayre Andrews, Joshua K. Lee, Danielle Jenine Harvey, Einat Waizbard-Bartov, Marjorie Solomon, Sally J. Rogers, Christine Wu Nordahl, David G. Amaral. A Longitudinal Study of White Matter Development in Relation to Changes in Autism Severity Across Early Childhood. Biological Psychiatry, 2020; DOI: 10.1016/j.biopsych.2020.10.013

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Autoestima y burnout en enfermeras

  • 07/01/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Doce meses han pasado desde el inicio de la pandemia por coronavirus en Wuhan, China. Durante este periodo, las y los trabajadores de la salud han estado exigidos y sobreexigidos, desempeñando sus tareas en un contexto donde la amenaza de un virus potencialmente mortal añade aún más estrés al compromiso de hacer todo lo posible en favor de la salud de los pacientes.

El burnout, agotamiento o estrés laboral, implica pérdida de entusiasmo por el trabajo (agotamiento emocional), una sensación de pesimismo (despersonalización) y una menor sensación de realización personal. En el ámbito de la enfermería tiene una prevalencia que va desde el 10% hasta el 56% en diferentes países; en China la prevalencia reportada es del 37% (Kanai-Pak et al., 2008). A partir de estos datos, un equipo de investigadores quiso evaluar la relación entre la autoestima y el burnout así como la relación esfuerzo-recompensa versus favorabilidad al entorno laboral, entre enfermeras chinas (Kabakleh et al., 2020).

Métodología

Con este objetivo, realizaron un estudio transversal en tres hospitales con una muestra de 487 enfermeras (edad media: 38,8 ± 7,1 años). Utilizaron cuatro cuestionarios validados en la evaluación del agotamiento/burnout, la autoestima, la relación esfuerzo-recompensa y la preferencia del lugar de trabajo de enfermería: el Inventario de Burnout de Maslach (MBI), el cuestionario de autoestima de Rosenberg, el cuestionario de desequilibrio esfuerzo-recompensa (ERI) y las escalas de ambiente laboral (WES).



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Hallazgos

  • Una mayor autoestima se asoció con un menor nivel de agotamiento emocional y un nivel más bajo de despersonalización.
  • La relación entre la autoestima y el logro personal no alcanzó significación estadística.
  • Una relación esfuerzo-recompensa más alta se asoció con una menor probabilidad de que las enfermeras consideraran favorable su entorno laboral.

Explican los autores q ue el estrés laboral podría ser el resultado de factores directos relacionados con el trabajo, como la sobrecarga de trabajo, los conflictos de roles, la falta de promociones y ascensos, las malas relaciones con los colegas y las dificultades financieras, entre otros. Estos factores podrían verse agravados por factores individuales como la baja autoestima y factores extraorganizacionales como problemas familiares y crisis de la vida.

La irritabilidad, la fatiga, el abandono del trabajo y el suicidio pueden ser consecuencias del estrés laboral (Kim et al., 2018). Otras investigaciones han encontrado que entre las muchas tensiones ocupacionales que afectan a la fuerza laboral de enfermería están las recompensas materiales e inmateriales deficientes, las condiciones laborales desfavorables y el burnout (Kocalevent et al., 2020).

Basados en estos hallazgos, los autores recomiendan la implementación de programas de intervención psicosocial y modificaciones en las políticas de enfermería para mejorar el desequilibrio esfuerzo-recompensa entre las enfermeras chinas.

Referencias bibliográficas:

  • Kabakleh, Y., Zhang, J.-P., Lv, M., Li, J., Yang, S., Swai, J., & Li, H.-Y. (2020). Burnout and associated occupational stresses among Chinese nurses: A cross-sectional study in three hospitals. PloS One, 15(9), e0238699. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0238699
  • Kanai-Pak, M., Aiken, L. H., Sloane, D. M., & Poghosyan, L. (2008). Poor work environments and nurse inexperience are associated with burnout, job dissatisfaction and quality deficits in Japanese hospitals. Journal of Clinical Nursing, 17(24), 3324-3329. https://doi.org/10.1111/j.1365-2702.2008.02639.x
  • Kim, S.-Y., Shin, D.-W., Oh, K.-S., Kim, E.-J., Park, Y.-R., Shin, Y.-C., & Lim, S.-W. (2018). Gender Differences of Occupational Stress Associated with Suicidal Ideation among South Korean Employees: The Kangbuk Samsung Health Study. Psychiatry Investigation, 15(2), 156-163. https://doi.org/10.30773/pi.2017.05.31.1
  • Kocalevent RD, Pinnschmidt H, Nehls S, Boczor S, Siegert S, Scherer M, et al. . Psychotherapie, Psychosomatik, medizinische Psychologie. 2020. Epub 2020/01/18. pmid:31952095.

Fuente: Plos ONE

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Un estudio sugiere un vínculo entre la elección de palabras y los extrovertidos

  • 07/01/2021
  • David Arturo López

Actualmente los algoritmos predictivos son usados por las empresas de marketing para anticipar por medio de su comportamiento en línea, lo que los consumidores quieren. A estas también les interesa usar los datos y el aprendizaje digital para entender aspectos del comportamiento del consumidor que no se pueden ver directamente pero que les podrían ayudar a mejorar la publicidad orientada a un objetivo.

Por ejemplo, las compañías minoristas podrían decidir dirigirse a los consumidores extrovertidos para promover sus productos usando un lenguaje más llamativo para ellos, ya que se sienten más atraídos por mensajes que coinciden con su personalidad. El problema en el escenario actual de este tipo de herramientas de marketing es que los que son usados en la actualidad por las compañías carecen de fundamentos teóricos fuertes y son bastante imprecisos.

«Los algoritmos actuales de aprendizaje automático para la predicción de la personalidad pueden parecer una caja negra: hay muchos indicadores lingüísticos que pueden incluirse en su diseño, pero muchos de ellos dependen del tipo de aplicación informática utilizada. Esto puede generar sesgos y sobreajuste, un error que afecta el rendimiento de los algoritmos de aprendizaje automático. Esto plantea la pregunta: ¿cómo deberíamos crear predicciones de personalidad sólidas y precisas? «, expresó Lin Qiu, investigador principal del estudio y profesor asociado del programa de psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la NTU.



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De acuerdo al estudio, existe una correlación entre los extrovertidos y la tendencia a usar ciertas categorías de palabras. Se encontró una pequeña fuerza de relación entre palabras de emoción agradable y palabras de mecanismo social.

Metodología

Se hizo una revisión de estudios individuales anteriores en donde se demostró que la tendencia general a experimentar emociones positivas y disfrutar de las interacciones sociales (o extraversión) está relacionada con el uso de palabras descritas por los psicólogos como palabras de «emoción positiva» o «proceso social». Sin embargo, la fuerza de relación varía sustancialmente entre los diferentes estudios.

Para establecer la efectividad de tales predictores lingüísticos el equipo de NTU realizó un metaanálisis, revisando 37 estudios sobre el tema. Usando cuestionarios de tipo de personalidad ampliamente reconocidos, se determinó el rasgo de extraversión. Queda pendiente para el equipo de NTU investigar la conexión entre la extraversión y otras categorías de palabras.

En el uso de herramientas de análisis de textos usados por los psicólogos, las palabras de emociones agradables son aquellas que describen estados emocionales placenteros como, por ejemplo, amor, feliz, bendición, bonito o simpático, que reflejan optimismo. Las palabras que indican un proceso social son aquellas que contienen pronombres personales (con excepción del pronombre “Yo”) y palabras que indican intenciones sociales como “reunirse” o “hablar”.

Resultados

Según el profesor Qiu, es la primera vez que se establece una relación entre los extrovertidos y el uso de dos categorías de palabras. Como la conexión es pequeña, se requieren de indicadores lingüísticos más fuertes para mejorar este tipo de acercamiento de aprendizaje automático, dado el interés que tiene como una herramienta de marketing de consumo.

De acuerdo con los autores del estudio, los hallazgos pueden proporcionar predictores lingüísticos sólidos a los especialistas del marketing para el desarrollo de algoritmos de aprendizaje automático y esto ayudará a mejorar la eficiencia de los softwares usados como herramientas usadas en la predicción de la personalidad.

Si bien el aprendizaje automático y el análisis predictivo pueden brindar a las empresas y los especialistas en marketing una ventaja adicional en sus estrategias comerciales, se debe pensar más en el diseño de tales modelos analíticos, dijo el equipo de investigación de NTU.

El desarrollo de herramientas de aprendizaje automático más precisas en la predicción de la personalidad será facilitada si se mejora la comprensión sobre las categorías de palabras.

Referencia del estudio: Jiayu Chen, Lin Qiu, Moon-Ho Ringo Ho. A meta-analysis of linguistic markers of extraversion: Positive emotion and social process words. Journal of Research in Personality, 2020; 89: 104035 DOI: 10.1016/j.jrp.2020.104035

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cómo escribir un buen artículo de psicología

  • 06/01/2021
  • David Aparicio

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Gran aumento y mayor severidad de los síntomas de depresión durante la pandemia por COVID-19

  • 06/01/2021
  • Maria Fernanda Alonso

En momentos en los que amenaza una nueva cepa de COVID-19, los índices de contagios vuelven a niveles alarmantes, y se recomienda retomar medidas de aislamiento más restrictivas y cese de actividades no esenciales, resulta indispensable que las autoridades tomen en cuenta la evidencia emergente que anoticia sobre el aumento de problemas de salud mental que requieren atención inmediata.

Recientemente, investigadores mostraron que la prevalencia de síntomas de depresión en adultos estadounidenses en un período de dos semanas de la pandemia por COVID-19 fue más tres veces mayor que antes de la pandemia. Además, las personas con ingresos más bajos, ahorros de menos de US$5000 y una mayor exposición a los factores estresantes de COVID-19, tenían más probabilidades de tener síntomas depresivos que las personas que no entraban en esas categorías (Ettman et al., 2020).

Metodología

En el periodo comprendido entre el 31 de marzo y el 13 de abril de 2020, los investigadores realizaron encuestas a una muestra representativa de 1470 adultos estadounidenses de 18 años o más, sobre la exposición al COVID-19, los factores estresantes de la vida y la salud mental utilizando cuestionarios sobre COVID-19, y el cuestionario sobre el impacto de los estresores de la vida en la salud mental y el bienestar.



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Los factores estresantes de COVID-19 incluyeron, entre otros, la pérdida de un trabajo, la muerte de alguien cercano debido a COVID-19 y dificultades financieras. Los síntomas de depresión se evaluaron mediante el cuestionario de salud del paciente-9.

Luego, se comparó la prevalencia de síntomas de depresión informados durante la pandemia de COVID-19 con la informada por 5065 participantes en la encuesta nacional de examen de salud y nutrición 2017-2018 (NHANES).

Hallazgos

  • 27,8% de los participantes (382) tenían síntomas de depresión durante la pandemia por COVID-19 en comparación con los 458 participantes (8,5%) que reportaron síntomas de depresión antes de la pandemia por COVID-19.
  • Se observaron niveles más altos de síntomas de depresión en todos los grupos demográficos durante la pandemia en comparación con lo que ocurría antes y en todos los niveles: leve, moderada y grave.
  • En comparación con las personas con un ingreso familiar anual de US$75,000 o más, aquellos con un ingreso familiar de US$19,999 o menos tenían 2.4 veces más probabilidades de presentar síntomas de depresión. Las personas con ahorros familiares inferiores a $5,000 tenían 1,5 veces más probabilidades de presentar síntomas de depresión.
  • Experimentar más factores estresantes de COVID-19 también se asoció con mayores probabilidades de síntomas de depresión en comparación con las personas con baja exposición a factores estresantes.

Finalmente, los autores sostienen que este estudio nos recuerda la importancia de invertir (durante y después de la pandemia de COVID-19) en vivienda estable, seguro de desempleo, acceso a alimentos saludables y políticas que pongan fin a la discriminación y la exclusión para gestionar eficazmente un problema de salud mental altamente discapacitante y común que, probablemente solo aumentará a medida que la pandemia continúe.

Referencia bibliográfica: Ettman, C. K., Abdalla, S. M., Cohen, G. H., Sampson, L., Vivier, P. M., & Galea, S. (2020). Prevalence of Depression Symptoms in US Adults Before and During the COVID-19 Pandemic. JAMA Network Open, 3(9), e2019686. https://doi.org/10.1001/jamanetworkopen.2020.19686

Fuente: Psychiatric News

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