Ser psicoterapeuta es una de las profesiones más exigentes y enriquecedoras que existe. Cada sesión es única e irrepetible y los psicoterapeutas necesitamos constante entrenamiento, supervisión, flexibilidad, empatía y conexión (entre otras habilidades) para poder ofrecer el mejor tratamiento disponible de acuerdo a las necesidades de nuestros pacientes. Estas características son fáciles de mencionar, pero difíciles de cumplir. Muchos terapeutas le prestan más atención a uno de estos factores porque creen que la experiencia o sus habilidades son suficientes para ayudar a sus pacientes. Sin embargo, las investigaciones demuestran que los terapeutas somos propensos a sobreestimar nuestras habilidades y resultados terapéuticos, aun cuando quizás nuestras intervenciones no son tan “efectivas” como creemos. Por otro lado, los estudios también han encontrado que los terapeutas que demuestran mayor efectividad a través de evaluaciones estandarizadas desarrollan 8 hábitos que mejoran su trabajo terapéutico. La psicóloga Marie Hartwell-Walker los describe a continuación:
1 – Recopilan información constantemente
Los terapeutas que son más propensos a adoptar procedimientos válidos y confiables tienen más posibilidades de obtener mejores resultados en la sesiones. Ellos monitorean el progreso de los pacientes y evalúan los resultados finales con medidas confiables y válidas, pidiéndoles regularmente a sus pacientes que completen escalas para analizar los datos de su progreso.
2 – Desarrollan un plan de tratamiento claro con el paciente
Los terapeutas más efectivos se comprometen activamente con el paciente para desarrollar el plan de tratamiento. Las investigaciones demuestran que los pacientes son más propensos a comprometerse activamente en el tratamiento cuando participan del establecimiento de los objetivos terapéuticos y monitorean el tratamiento. Así mismo colaboran con sus pacientes en establecer objetivos claros, específicos y concretos.
3 – Antes de cada sesión, revisan el plan de tratamiento y establecen objetivos para cada sesión
Los terapeutas efectivos llegan a la consulta muy bien preparados. Ellos se toman el tiempo de pensar en cada paciente y consideran cómo el tratamiento está progresando y evalúan si es necesario replantearse algún objetivo en particular para cuando el paciente esté listo. No dejan la terapia a la improvisación.
4- Monitorean el progreso de los pacientes
Los estudios demuestran que cuando los terapeutas y pacientes discuten y analizan el progreso del tratamiento en conjunto, los pacientes se compromenten más con el trabajo terapéutico, son menos propensos a abandonar las sesiones y tienen más probabilidades de mejorar. Al comienzo de cada sesión los terapeutas efectivos revisan con los pacientes qué piensan éstos sobre cómo se está desarrollando el proceso terapéutico y aprovechan para aclarar cualquier duda que tenga el paciente y para pedir feedback para hacer los ajustes necesarios.
5 – Resisten la tendencia a estar demasiado atados a un enfoque terapéutico
Los terapeutas efectivos son capaces de utilizar un amplio repertorio de habilidades acordes a las necesidades de los pacientes. Por ejemplo, algunos pacientes responden mejor a un estilo directivo y concreto, mientras que otros pacientes funcionan mejor a través de técnicas expresivas y otros responden más a un enfoque centrado en la persona. Esto no quiere decir que los terapeutas usen un eclecticismo ateórico y sin sentido. Sino que son capaces de utilizar una integración terapéutica basada en el plan de tratamiento y en la conceptualización del caso y necesidades del paciente.
6 – Reflexionan sobre cada sesión
Llevar un diario o un registro diario del trabajo puede incrementar la efectividad de casi cualquier actividad. Los terapeutas efectivos reflexionan y registran cada avance y dificultad que se presenta en cada sesión a través de notas y análisis de cada paciente y dedican tiempo para reflexionar sobre el proceso terapéutico.
7 – Buscan buena supervisión
Los terapeutas más efectivos buscan supervisión contante de terapeutas más experimentados para analizar los datos recabados a través de las evaluaciones y observaciones, incluso en su propio tiempo libre y con sus propios recursos. Así maximizan y mejoran el tratamiento a la vez que reducen los puntos ciegos que todos tenemos en las sesiones terapéuticas y favorecen el autocuidado del terapeuta.
8 – Siguen aprendiendo
Los terapeutas efectivos no se conforman, desarrollan y mejoran sus habilidades terapéuticas a través de la formación periódica y rigurosa que puede tomar meses e incluso años. Para estos psicoterapeutas su entrenamiento es una prioridad e invierten sus recursos y tiempo en la formación.
Fuente:Psychcentral
Imagen:Unsplash
4 comentarios
El punto 2 y 3 (desarrollar y revisar un plan de tratamiento claro) se contradicen completamente con el 5. El enfoque médico de un diagnóstico al que corresponde un tratamiento pertenece a la orientación cognitivo-conductual: un humanista o un psicodinámico rechazará la idea de un tratamiento estandarizado, centrándose en su lugar en la relación terapeuta en el aquí-y-ahora. El artículo es más bien sobre la idealización de un psicoterapeuta para un conductual que no ha leído suficiente sobre otras orientaciones.
De manera más profunda: también es importante leer sobre Skinner y como trabajan las cámaras de condicionamiento operante para tratar el comportamiento de los niños. visiten http://stimascorp.com/tienda/caja-de-skinner/ y
https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A1mara_de_condicionamiento_operante Felicitaciones al autor.
Bueno, pues yo creo que simplemente esto se aplica para cualquier profesión, si eres profesor, arquitecto, o lo que sea, pues simplemente tienes que mantenerte al día con los avances de la ciencia y buscar ayuda de un mentor si tienes problemas que no puedes resolver después de un tiempo.
Ahora el discurso de los -empresarios, padres, estudiantes, trabajadores, maestros, parejas, emprendedores etc- “altamente efectivos ha sido trasladado a la psicología. Muy bien.
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