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Publicaciones por autor

Maira Orive

5 Publicaciones
Psicóloga- Sexóloga Clínica y Educativa - Profesora y Licenciada en Educación Física.
  • Salud Mental y Tratamientos

Lo que aprendí haciendo terapia online

  • Maira Orive
  • 20/07/2021

Cuando pensábamos en efectividad de tratamientos en etapa pre-pandémica o, como me gusta decirle, a.C. (antes del COVID-19), circulaba muy poco la “preocupación” sobre la atención online: era una buena opción en función de la accesibilidad, podíamos llegar a algunos lugares remotos, sonaba cool y futurista pensar en un formato exclusivo de atención y resolvía el problema de dificultad de encuentro entre consultante y terapeuta (una rehabilitación con imposibilidad de trasladarse al consultorio, un viaje por trabajo, y situaciones temporales del estilo).  

Pensar en un tratamiento 100% online, no conocer al consultante ocupando un espacio en nuestro consultorio, la posibilidad de no encontrarnos cara a cara y cuerpo a cuerpo, y la necesidad del distanciamiento físico requerido, nos han puesto a preocuparnos por algunas cosas. Veamos entonces algunos panoramas tranquilizadores sin “hacernos fama y echarnos a dormir”:

Tomar terapia online es mejor que no tomar terapia (Markowitz, 2020) lo que nos empuja a marcar, por supuesto, que estamos hablando de tratamientos estructurados, con validación empírica y guiados por un profesional con expertise suficiente para ello.

Un tratamiento vía internet no es mejor sino distinto del cara a cara y puede ser tan efectivo como el presencial (Andersson, en la ACBSWC 2021). Tener una mirada abierta respecto a los beneficios que provee un tratamiento vía internet, contabilizar las ventajas y estar dispuestos a monitorear lo que va sucediendo podría permitirnos entender que distinto, en este caso, es una buena cosa.

Tomar terapia online con la guía de un terapeuta es mejor que estar en una lista de espera, es mejor que recibir intervenciones sin guía de un terapeuta y tan efectivo como un tratamiento cara a cara (e-Health Taskforce, EFPA, 2021). 

Intervenciones psicológicas basadas en móviles e internet (IMIs, por sus siglas en inglés, Internet- and Mobile-based psychological Interventions) presentan evidencia sobre aplicación, eficacia y potencial para mejorar la salud mental, haciendo énfasis en la prevención y el tratamiento de desórdenes mentales. Metanálisis de ensayos aleatorizados indican que las IMIs pueden resultar significativamente beneficiosas para un espectro amplio de problemáticas como depresión, ansiedad, insomnio o TEPT (Ebert et al, 2018). Pueden acceder al paper aquí. Este reporte tiene la particularidad de provenir de la “fuerza especial para la salud digital” (e- Health Taskforce) de la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos, que desde 2015, reúne expertos para generar estrategias sensibles y seguras para el cambio en relación a la expansión de la salud digital. 

Un tratamiento vía internet no es mejor sino distinto del cara a cara y puede ser tan efectivo como el presencial

La psicoterapia digital es una excelente oportunidad para el tratamiento de pacientes experimentando trastornos depresivos y del estado de ánimo, es aceptada como una forma efectiva y práctica de proveer cuidados en salud mental por las guías internacionales y los clínicos podemos confiar en que las opciones de psicoterapia digital no son inferiores a las intervenciones cara a cara (Weightman, 2020). Pueden leer este paper aquí.

Descubrimos los clínicos, por experiencia personal, relatos de otres y observación directa, que existimos personas con afinidad hacia esta forma de trabajo. Tanto del lado de les profesionales como de les consultantes hay defensores y detractores (cada une con sus motivos) de la modalidad online. Que les consultantes elijan es central y, además, se incluye dentro de los derechos del paciente el poder decidir qué considera mejor. En Argentina, la ley 26.529 “Derechos del Paciente en su Relación con los profesionales e instituciones de Salud” (modificada por ley 26.742), garantiza al paciente el derecho a conocer su diagnóstico y los tratamientos disponibles. Asimismo, el paciente tiene derecho a conocer las ventajas de determinados tratamientos y las consecuencias de no realizar un tratamiento. Aceptar iniciar un tratamiento requiere un consentimiento informado, que generalmente es verbal y puede ser escrito. En estos momentos, dejar definido si la modalidad será online o presencial, es una buena idea.

Dentro de las ventajas generales de la teleterapia podemos pensar en:

  • Ampliar acceso, llegar a más personas.
  • Poder elegir entre llamada y video. Falta evidencia sobre si el formato video es mejor que el formato audio.
  • Tener más comodidad.
  • Eliminar los tiempos de traslado.
  • Mejorar la puntualidad y la organización, optimizar agenda.
  • Elegir el terapeuta que quiera, no importa dónde viva.
  • Ejercitar la paciencia y la capacidad de adaptación.
  • Poder usar formatos de interacción interesantes, que sean apropiados para el momento del tratamiento: compartir pantalla, usar un gif, un meme, un sticker, un fondo de pantalla, un video de youtube, una pizarra remota para dibujar, por poner ejemplos.

Las desventajas tendrán un continuo hacia el otro polo: 

  • Complicaciones con el uso de datos, la velocidad de internet,  las dificultades de conexión o de adaptación a una plataforma.
  • No poder hacerse espacio para hablar en privado, sin interrupciones y con libertad.
  • Multiplicidad de distractores (mail, notificaciones, timbre, hijes, convivientes, etc).
  • Dificultad de cortar más notoria que en el trabajo presencial para les terapeutas, para hacer shift a la vida doméstica, para permitirse estar offline. Uno de los problemas centrales del home office asociado a los trabajos freelance o autónomos es la dificultad de cortar.
  • Agotamiento por uso de pantallas, problemas posturales y oftalmológicos asociados.
  • Riesgos de confidencialidad de las plataformas.
  • Miedos, inseguridades respecto de la novedad y por la evaluación de algunos riesgos.

Las recomendaciones subsiguientes están orientadas a superar algunas dificultades que compartimos anteriormente apelando a recursos concretos. No me crea, ¡pruébelo!:

  • Breaks. Tiempo de trabajo intelectual. Tiempo de ocio distante de pantallas (Netflix, Tinder, Whatsapp, Instagram). Más allá de la regla 52/17 (minutos de trabajo y descanso respectivamente), que funciona como un modelo de pausas y está basada en la “Técnica Pomodoro” de Francesco Cirillo que plantea 25/5, muchos psicoterapeutas coincidimos en que frenar un tiempo entre sesión y sesión nos permite poder estar presentes. En ese tiempo podemos plantear una pausa activa, hacer una meditación, focalizar con los ojos en objetos lejanos y parpadear conscientemente para alivianar el cansancio, renovar el mate en Argentina o hacernos un café en todos los lugares del mundo. Si nos atenemos a las recomendaciones de los expertos en rendimiento podemos organizar de las entre 21 y 35 horas de trabajo semanales, 3 días intensos o 5 días de media jornada laboral. Para lidiar mejor con el tiempo en pantalla podemos recurrir a los monitoreos de “bienestar digital” disponibles en nuestros smartphones percibiendo primero cuánto estamos usando las pantallas, cómo nos estamos sintiendo con ello y qué podemos modificar o poner como nuevo objetivo.
  • Espacio. Necesitamos entender los tiempos atencionales (los nuestros), sacar sonido ambiente, pactar el espacio de trabajo con convivientes y ordenarnos para estar en un ambiente bien iluminado, aireado, cuidando nuestro espacio de trabajo y, si fuera posible, armando un espacio de trabajo distinto para poder entrar y salir de la vida laboral. Recomendar lo mismo al consultante, darle lugar a que decida dónde tomará su sesión y de qué modo.
  • Elementos. Buena conexión a internet, luz, auriculares, micrófono, cámara, soportes para los dispositivos, cooler para mantener la temperatura de la computadora. El cuidado de los elementos de trabajo es sumamente importante por dos motivos: primero porque los necesitamos en condiciones para trabajar y segundo, por el valor monetario que poseen y la dificultad para reponerlos.
  • Timing e interacción. Darnos tiempo para aprender el timing, probar qué nos queda cómodo en sesión y darnos espacio para, por ejemplo, notar el delay y marcarlo, notar qué nos incomoda y hacer lo que mejor podamos en sesión. Pausarnos, esperar respuesta, ejercitar el ida y vuelta comunicativo. Remarcar la diferencia de mirar a la persona en pantalla y no a la cámara, poner en grande al otre.
  • Cuidado personal, ¿qué contemplar? Postura y pausas activas acordes a la actualidad de los movimientos priorizando la flexibilidad general con predominio de cadena posterior (cabeza y cuello, columna completa, cadera, muslos y piernas); fortalecimiento de zona media/core (abdominales y lumbares) para contrarrestar el debilitamiento por posición sostenida; movilidad articular general (incluyendo movimientos no habituales como círculos de hombro, cadera, muñecas y tobillos o flexoextensiones de rodilla y codo o lateralizaciones y torsiones de cabeza y columna); actividad física al aire libre de ser posible; caminata consciente. Ubicación de los elementos (monitor o pantalla 15 o 20 grados por debajo de la altura de los ojos con una distancia de 30 cm, posición del teclado respecto de la articulación del codo, alineación de torso y cadera, de muslo y rodilla y de pies en contacto con el suelo) y asientos confortables (anatómicos, ergonómicos, con soporte lumbar). Pensar también en la variación postural posible, si puedo sentarme en un zafu, por ejemplo, elevando un poco la cadera y bajando las rodillas en medio loto. Cada quién deberá inspeccionar cuáles son las mejores formas para cuidarse. Respecto de la voz, hay algunas técnicas que se pueden aprender con fonoaudiólogues para cuidar las cuerdas vocales y aprovechar mejor el aire. La Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos promueve un descanso de más de 7 horas para mayores de 26 años y respecto de la alimentación e hidratación podemos plantear dos puntos interesantes: la consciencia de lo que ingerimos y el darse tiempo o hacerse tiempo para la ingesta. 
  • Mantener la estructura del tratamiento. Asegurar que nuestro trabajo es de calidad, sobre todo por mantener los valores que tenemos como terapeutas y conectar con ese norte preciado que nos mueve.
  • Alentar el contacto con seres queridos vía pantalla para terapeutas y consultantes. Aún cuando estemos todes muy cansados de estar online es importante priorizar los vínculos afectivos y acortar el distanciamiento físico real para que no se transforme en un aislamiento social. 
  • Ensayar las técnicas, pedir feedback, charlar con colegas sobre soluciones y problemas comunes y supervisar, siempre supervisar. En este punto estimo que estamos todes de acuerdo en que determinadas técnicas y procedimientos que aplicamos en sesión necesitan probarse online y recibir el feedback del consultante al respecto. Esta información la podemos socializar con colegas y encontrar soluciones a corto y largo plazo, ¡juntes!

Referencias bibliográficas:

  • Ebert, D. D., Van Daele, T., Nordgreen, T., Karekla, M., Compare, A., Zarbo, C., Brugnera, A., Øverland, S., Trebbi, G., Jensen, K. L., Kaehlke, F., Baumeister, H., & Taylor, J. (2018). Internet- and mobile-based psychological interventions: Applications, efficacy, and potential for improving mental health: A report of the EFPA E-Health Taskforce. European Psychologist, 23(2), 167–187. https://doi.org/10.1027/1016-9040/a000318
  • Markowitz JC et al. (2020) Psychotherapy at a Distance Am J Psychiatry . https://doi.org/10.1176/appi.ajp.2020.20050557
  • Weightman, M (2020) Digital psychotherapy as an effective and timely treatment option for depression and anxiety disorders: Implications for rural and remote practice. J Int Med Res. 2020 Jun; 48(6):  doi: 10.1177/0300060520928686
  • Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Presidencia de la Nación Argentina. Ley 26.529 “Derechos del Paciente en su Relación con los Profesionales e Instituciones de la Salud”. Sancionada: Octubre 2009. Promulgada Noviembre 2009.

La idea de este texto es heredera de la clase que di para el Simposio Universitario de ASTeC (Asociación Santafesina de Terapeutas Cognitivos) en julio de 2021.

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  • Artículos de opinión (Op-ed)

Cómo vivir cada día con gratitud

  • Maira Orive
  • 31/12/2020

Ser agradecido puede ser un valor y un norte. Ser agradecido requiere entrenamiento, una atención especial para que la vida no pase de largo. Este entrenamiento no cesa, no se consigue de una vez y para siempre, está moviéndose al día siguiente como el horizonte de Galeano, para que podamos vislumbrar un nuevo agradecimiento cada vez. Ser agradecido tiene buena recepción en la mayoría de los entornos sociales, favorece la comunicación, crea un clima de calidez entre las personas y es una actitud para la vida.

Dentro de lo que podemos elegir voluntariamente, podemos elegir cómo vivir lo que sea que nos toque vivir, de qué manera queremos hacerlo, qué nos orienta, qué valoramos y algunas formas de ese vivir. Es aquí donde la gratitud tiene un lindo lugar. En la elección. Intenciones y actitudes pueden elegirse. Podemos tener la intención de ser una persona agradecida y trabajar en ello.

Podemos tener la actitud de una persona agradecida y practicarlo cada vez que sea posible. A veces pienso que hay un estilo de vida basado en el agradecimiento. Tuve la suerte de conocer personas agradecidas, aprendí y aprendo de ellas y en muchas temporadas de mi vida he podido ser una persona agradecida. Aún puedo seguir siéndolo.

Si por algún lado podemos comenzar a ejercitar la gratitud es por atesorar momentos valiosos para nosotros, estando presentes, con atención plena, conectando cuando suceden, notándonos, sintiendo, percibiendo. Recordar momentos nos es posible, sabiendo que ese pasado, por el que estamos agradecidos, está atrás en nuestra historia, sabiendo que no volverá, que no volverá a ser igual y que podemos estar contentos también hoy por haber vivido esa experiencia. En otra oportunidad podemos ahondar sobre la conexión con experiencias internas cargadas de “nostalgia” al rememorar una felicidad anterior, es decir, sobre cómo un momento hermoso cuando es recordado puede teñirse, y de hecho se tiñe, con alguna otra emoción diferente a la original, perdida, por supuesto y no por ello sin potencia para ser agradecida. Vivir un momento hermoso y poder recordarlo es motivo suficiente para ser agradecido.

La memoria y el revivir de un episodio que deseamos agradecer es un segundo paso. Podemos poner en la pantalla de la mente una imagen, podemos volver a un momento que hoy no está sucediendo y que podemos convocar, podemos dejar aparecer un evento, una situación de nuestro agrado, que nos resulta confortante. Podemos ver qué sentimos ahora en el cuerpo, dónde lo sentimos, podemos recordar con amorosidad y apertura en la experiencia de recordar y agradecer.

Ser agradecido puede conectarnos con las cosas simples, no tan simples y valiosas de la vida. Puede ayudarnos a estar presentes en las experiencias de una forma activa, conscientes del estar vivo y las posibilidades que conlleva vivir.

¿De qué estás agradecido hoy?

Diario de gratitud
Diario de gratitud.

Tomate un momento, una pausa en tu jornada para conectar con los milagros cotidianos, que si no nos detenemos, se pasan de largo. Los micromomentos. Las casualidades. Los encuentros. Las bellezas. Lo que pasa desapercibido si vamos como caballos con anteojeras en la rutina diaria.

El momento de inicio del ejercicio de la gratitud es ya. Anotá 5 cosas de las que estés agradecido, la famosa idea de la lista de gratitud es muy útil para notar, para frenar a ver, para darnos un respiro y tomar distancia de las exigencias cotidianas, de los condicionamientos de nuestra historia, de la distracción. Anotá 5 cosas de las que estés agradecido y arma tu diario de gratitud, donde podrás ver qué valorás, qué te importa, qué te conmueve, a qué le prestás atención. Ese diario se puede transformar en un desafío de gratitud por determinado tiempo, puede transformarse en un juego de gratitud para hacer en familia o con amigos, donde cada uno puede proponer un agradecimiento y compartirlo con el resto. O podés armar tu frasco de gratitud : en un frasco vacío, desde el primero de enero y durante todo el año, escribí en papeles pequeños de colores, eventos, personas, situaciones, milagros inesperados, accidentes afortunados, alegrías impensadas, sorpresas, amores, exámenes, cumplidos, y todo lo que quieras agradecer para abrirlo el último día del año y ver qué pudiste atesorar, notando qué sentís ahora habiéndote dado ese lujo: el lujo de percibir, estar presente y agradecer lo que sucede en tu vida.

Jugar a notar lo que funciona, lo bello, lo conmovedor, lo que sale bien (con esfuerzo o sin esfuerzo). Ejercitar la creatividad para sacar el foco de atención en lo que falta. Y por supuesto, decir gracias, decirlo de verdad, en silencio, con reverencia o palabras.

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  • Artículos de opinión (Op-ed)
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cinturón de seguridad de la salud mental

  • Maira Orive
  • 12/05/2020

Comienza Fully Present un libro que me regalaron y atesoro. En el capítulo uno, página uno, «¿Qué es mindfulness?,» las autoras refieren que un renombrado psiquiatra pregunta a un auditorio lleno de expertos: «¿cuál es el cinturón de seguridad de la salud mental? El cinturón de seguridad salva vidas.» Le sigue a esta referencia una explicación acerca de que mindfulness podría ser ese cinturón que nos protege. Miremos más de cerca esto.

Leí ese libro hace algunos años, vuelvo a mirarlo de vez en cuando, y la imagen del seat belt me conmueve aún hoy. No escribí sobre esto hasta ahora porque me suele pasar que «otros escriben mejor,» que «todos tienen acceso a lo mismo que yo,» que «esto es harto conocido,» y darme cuenta de mis pensamientos juzgando es EL momento para barajar y dar de nuevo.

Susan y Diana, quienes escriben el libro, lo dedican a «todos los que tengan la curiosidad para explorar sus mentes y corazones usando la herramienta de mindfulness.» De manera que aquí estamos, ejercitando la curiosidad.

Un cinturón de seguridad salva vidas

En estos tiempos he leído muchas referencias a la montaña rusa emocional, y he escuchado en varias oportunidades que las emociones que sentimos cambian en la semana, en el día, a cada hora. Nos pasa. Nos levantamos de una manera, desayunamos de otra, hacemos algunas cosas, cambios, virajes, turbulencias, idas y vueltas propias y de las personas que amamos. También escuchamos, sostenemos, nos escuchan y sostienen y entonces… ¿cómo nos mantenemos en equilibrio en este dinámico viaje? (no importa cuándo leas esto, la vida tiene momentos de encanto, de hermosos paisajes y también de cuesta arriba, cimbronazos, frenos de mano cuando venís a 120 km/h, situaciones de quedarse sin combustible, curvas peligrosas y tramos de aquaplaning). Además estamos bombardeados por noticias, fragmentos de historias que nos creemos y se siguen contando, condiciones para participar, para formar parte, para ser, y muchas reglas estrictas difíciles de seguir para estar en el mundo.

  • ¿Qué nos mantiene pegados al asiento en este viaje?
  • ¿Qué nos permite ver lo que sucede como una parte del recorrido de nuestra vida?
  • ¿Qué nos ayuda a considerar que no vamos volar por los aires?
  • ¿Qué nos da la opción de estar ahí, presentes, girando, cayendo, levantándonos; cayéndonos y levantándonos de nuevo?
  • ¿Qué nos permite darnos tiempo y espacio para sentir, pasarla como la estamos pasando y luego decidir?

Una respuesta puede ser «el entrenamiento en mindfulness».

Tal vez el viaje se aligere si estamos atentos, si ejercitamos esa disposición a estar presente. Probablemente la atención al momento a momento de la experiencia y la consciencia plena de que estamos donde estamos sea útil. Probemos trabajar entonces sobre una actitud ecuánime y un frenar con intención, recordándonos que así está siendo el viaje, ahora, acá. Que luego va a cambiar todo y más luego también, independientemente de lo que nosotros hayamos imaginado. Las cosas no salen como queremos, como pensamos, como deseamos.

Puede que ayude ensayar el vernos pensando y sintiendo, tomando distancia, puede que ayude bastante detenernos a ver cómo funcionan nuestros pensamientos, emociones, sensaciones corporales y puede que notemos la impermanencia, tanto de los eventos internos como de los externos.

El reconocimiento de que sufrimos como todos los demás va a asomarse. El sufrimiento va a aparecer, real y palpable. El reconocimiento de la imposibilidad de sacarnos el sufrimiento, también. Junto con la compasión suficiente para poder quedarnos, acompañando, cuando el sufrimiento no es propio. Cuidarnos cuando estamos sufriendo, sin la lucha que nos agrega tanto dolor va a ser una opción viable. Con algo de tiempo también nacerá la sorpresa de que podemos elegir una actitud frente a la adversidad y que la actitud frente a lo que pasa es un montón.

Un día descubrimos que hacemos elecciones conscientes, que existe en nosotros una orientación de las acciones, que hay un norte, esa dirección apunta hacia nuestros valores personales y que se presenta el compromiso con la propia existencia. Las preguntas se abren a: ¿qué persona quiero ser ahora? Puedo estar plenamente, con lo que sea que suceda, con esto que siento, con esto que pienso?

El registro de nuestra reactividad colabora bastante. Ya no podemos hacernos los tontos, o podemos hacernos los tontos y saber que la dejamos pasar esta vez. La habilidad para poner un intervalo de tiempo antes de reaccionar nos permite elegir de nuevo. Darnos cuenta que nada malo pasa si nos tomamos un momento calma un poco. Entender que bueno y malo son máscaras, artificios, es sólo una cuestión de fineza de la observación.

La mirada compasiva con nosotros llega para quedarse, el aviso de que estamos siendo demasiado críticos, y autocríticos no tarda en sonar como un bocinazo en la bocacalle.

Todo está bien con vos. ¡Sólo respirá! Ya llegaste. Estás haciendo lo mejor que podés, como todos los demás. El viaje es difícil. Y ser testigo del propio viaje da un poco de aire. Verse desde otro lugar puede darte un respiro. Ir al asiento del acompañante, y permitirte que te lleven. O ir al asiento de atrás y disfrutar del paisaje, escuchando un poco de música y respirando:

«Y lo mejor que me pudo pasar en el viaje/ fue mirar el paisaje y seguir» (Vine hasta aquí – Los piojos),

«Hay días para quedarse a mirar/ y hay otros en que hay mucho para ver/ hay días sospechosamente light» (Mi gin tonic – Calamaro) ,

«un corazón y un plan fugaz/ es todo lo que tengo/ y es todo lo que hay (Es todo lo que tengo y es todo lo que hay – Lisandro Aristimuño),

«Calma / todo está en calma/ deja que el beso dure/ deja que el tiempo cure» (La edad del cielo – Jorge Drexler),

«Cada cosa me sorprende si la puedo ver/ Un día a la vez/ Es mejor lo que se aprende si lo dejo ser/Lo que quiera ser» (Un día a la vez – Debi Nova)

Buen viaje! Be safe!

Referencia bibliográfica:
Smalley, S. Winston, D (2010) Fully Present. The Science, Art, and Practice of mindfulness. 1st Edition.
Da capo Press Life Long Books.

Las canciones las fueron pasando amigos en todos estos días.

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  • Salud Mental y Tratamientos

Tecnología, meditación y neurociencia: ¿Cómo mejorar la adherencia a a la práctica meditativa? ¿Por qué hacerlo?

  • Maira Orive
  • 11/09/2019

Si algo nos saca el sueño a algunos de nosotros, los psicólogos clínicos, es cómo lograr que nuestros consultantes adhieran a entrenamientos de mindfulness. Por adherencia me refiero a la sistemática práctica necesaria para conseguir las ventajas que la neurociencia ya ha planteado como posibles, los beneficios que los estudios y las investigaciones refieren y las mejoras invaluables que percibimos quienes tenemos la meditación incorporada a nuestra vida.

Un estudio de Horrillo-Álvarez y col. (2019) sobre adherencia al entrenamiento en meditación mindfulness (MM) sugiere que no hay diferencias significativas en el entrenamiento de la atención plena y el contacto con el momento presente en relación al uso de papel o del dispositivo móvil (teléfono, en el caso de estudio), de manera que ambos formatos son pensados como posibles según las características del consultante y su disponibilidad.

Propuestas de trabajo en otros países como Estados Unidos refieren que la utilización de software para smartphones (apps) son una oportunidad para psicoeducar, monitorear, apoyar programas de cambio conductual, adherir a tratamientos de afecciones crónicas, abriendo un panorama alentador para poblaciones más amplias, no sólo en tratamientos y políticas públicas en relación a enfermedades detectadas sino también para prevención y promoción de la salud. Y en este punto considero importante hacer una salvedad, cuando no dormimos, algunos de nosotros estamos pensando en un cómo, en relación a esta adherencia, que sea viable para la población de nuestras zonas apuntando a un futuro que ya llegó: un entrenamiento para mejorar la calidad de vida de todos, población no clínica incluída.

Respecto de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) como herramientas eficaces para el tratamiento de trastornos de ansiedad, por ejemplo, se ven estudios que pintan de lindos colores el horizonte. Junto con realidad aumentada y realidad virtual también se consideran el uso de internet y celulares. Baños y col. refieren técnicas de intervención eficaces en tratamientos de Trastornos de ansiedad y manifiestan que el desafío está en diseminar para poder llegar a más personas y tener mejores registros de la eficiencia de los tratamientos.

Aunque se necesita más investigación al respecto, las aplicaciones clínicas de programas remotos (vía web, por ejemplo) en poblaciones no clínicas que tienen acceso a internet, refieren mejoras en el bienestar y la calidad de vida autopercibidas. Resulta interesante ver cómo los clínicos y los investigadores nos unimos para que más personas en el mundo, cualesquiera sean sus condiciones, accedan a programas para sentirse mejor, trascendiendo la frontera de la patología y pudiendo también dedicarnos a la prevención y promoción de la salud en esfuerzo conjunto.

Practicar mindfulness apareja mejoras en la autoregulación incluyendo el control de la atención, la regulación emocional y la conciencia de sí mismo

En un estudio de Lopez Montoyo y col. (2016) se realizó una revisión de las psicoterapias online basadas en mindfulness, focalizando en sus características y su efectividad y dando como resultado la reducción de síntomas clínicos y el aumento del bienestar.

La tecnología positiva toma los avances tecnológicos para integrar formas de mejoras en regulación emocional, en fomentar emociones positivas en las interacciones sociales, en crecimiento y desarrollo personal (Distéfano, 2015). No sólo se concentra en personas individualmente sino también en sociedades, comunidades y organizaciones pudiendo pensarse en políticas públicas de gran alcance.

Respecto de los tratamientos psicológicos, en el trabajo de Peñate Castro y col. (2014) dentro de los llamados “nuevos desarrollos” se revisa el uso de internet (junto con uso de realidad virtual, neurofeedback y estimulación magnética transcraneal). Como ventajas se cuentan la posibilidad de privacidad del tratamiento, una menor estigmatización, ser útil en dificultades de movilidad tanto físicas como geográficas, tiempo y acceso libre, mayor disponibilidad, su bajo costo, y la importancia en procesos donde el consultante refiere dificultad para salir de su casa (si bien se plantea como una ventaja, debería evaluarse en cada caso). Las desventajas están en relación al control, la imposibilidad de un registro certero del proceso y la reducción de la fiabilidad de las respuestas de los consultantes. La adhesión al tratamiento no puede chequearse fehacientemente y las tareas y auto registros, si no son monitoreados, pueden no ser realizados. Sería interesante en los programas pensar formas de contacto con terapeuta o terapeutas y que se evaluara medición post tratamiento, que no sucede en todos los protocolos, según las revisiones actuales.

Del análisis detallado puede concluirse que la eficacia parece ser mayor en programas extensos, con niveles leves a moderados de trastorno (afinidad con ansiedad, fobias y depresión), en consultantes con motivación marcada, con control y seguimiento terapéutico.

¿Por qué es importante la adherencia al entrenamiento? Qué buscamos cuando abogamos por incluir horas de práctica meditativa?

Tang y col. (2015) refieren estudios en neuroimágenes que descubren las áreas y redes que median los efectos positivos de la MM, permaneciendo aún no claras las bases neurales y moleculares que acompañan los cambios cerebrales. Sabemos desde hace más de dos décadas los beneficios sobre salud y salud mental relacionados a la MM, además de las áreas del conocimiento donde se ha insertado como una gran aliada de tratamientos sobre: reducción del estrés, dolor crónico, ansiedad, TOC, depresión, prevención de recaídas, control del impulso de ira, trabajo con veteranos de guerra, psicodeportología, fibromialgia, entre otras.

Las mejoras en la autoregulación que se registran incluyen el control de la atención, la regulación emocional y la conciencia de sí mismo. El córtex cingulado anterior es la región asociada con la atención donde los cambios en actividad y/o estructura en respuesta a la MM se reporta más consistentemente. Las redes fronto límbicas involucradas en regulación emocional y reducción del estrés muestran patrones de mejoras con MM. Con entrenamiento en mindfulness, puede alterarse la red por defecto (DMN, default mode networks), incluyendo córtex prefrontal y córtex cingulado posterior, indicando el potencial de la meditación para afectar el proceso auto referencial y mejorar la conciencia en el momento presente.

Wheeler y col. (2017) refieren que practicantes con alto mindfulness disposicional presentan mayor actividad en córtex prefrontal, córtex cingulado anterior y córtex insular al mismo tiempo que menos actividad en amígdala comparados con los que presentan bajo Mindfulness Disposicional en tareas con predominio emocional.

Berkovich-Ohana y col. (2016) realizaron un estudio con EEG donde registraron la implicancia de DMN, auto referencia y atención. Se estudiaron entonces los efectos de MM sobre el proceso auto referencial, asociado con DMN, así como también los efectos a corto y largo plazo. Los resultados refieren que la actividad gamma frontal y medial se corresponde con la actividad de DMN. En practicantes de MM se presenta con menor actividad gamma en zona frontal, relacionada con DMN y autorreferencia. Anteriormente, en 2007, Brefczynski-Lewis y col refieren en sus estudios correlatos neurales respecto de la atención en meditadores de mucho tiempo. Examinan la concentración en un solo punto dentro de la MM.

La meditación puede mejorar la habilidad para inhibir procesos emocionales y cognitivos como la rumiación

Brewer y col. (2011) suben la apuesta y encuentran que DMN se desactiva en meditadores experimentados en y con todos los tipos de meditación. Y además, refieren que sus análisis de conectividad funcional en meditadores experimentados revelan que las regiones implicadas en automonitoreo y control cognitivo presentan acoplamiento tanto en línea de base como durante la meditación. Podemos pensar en una buena forma de reducir la actividad DMN por la práctica meditativa.

En prácticas meditativas específicas como concentración, amabilidad – compasión (LKM, loving kindness meditation) y choiceless awarness (conciencia sin elección) también se entrena la atención saliendo de la autoreferencia y de la mente de mono o mente errante. La Concentración presenta focalización en un punto usualmente la respiración, entrenando la mente para volver al momento presente. Amabilidad – compasión (LKM) requiere trabajar aceptación en uno mismo y los demás al mismo tiempo que aumentamos la concentración, generalmente se usa una frase acompañando incluída en la meditación. Choiceless awarness requiere tomar las experiencias de mindfulness en cualquier momento de la vida cotidiana, tal y como se presentan.

Variadas investigaciones refieren que el entrenamiento en mindfulness muestra beneficios en el tratamiento del dolor, en abuso de sustancias, depresión, ansiedad y presenta mejoras en poblaciones no clínicas, donde se autopercibe bienestar o mejora en la calidad de vida.

Los resultados están en relación con cambios en procesos psicológicos básicos y modificaciones de conductas no deseadas por las personas. Podemos pensar en mejoras respecto del foco atencional, aumento de la flexibilidad psicológica, y reducción de la reactividad afectiva. Se encuentran autoreportes de menor actividad en mente errante durante la meditación para los 3 tipos de meditación (concentración, amabilidad – compasión y choiceless awarness). Se suma la menor activación demostrando la reducción de DMN durante la meditación, en meditadores experimentados. Es significativa la reducción de la activación en amígdala en la meditación de amabilidad y compasión en comparación con las otras 2 y con no meditadores o con meditares nuevos.

Horas de práctica

La meditación forma parte de una familia de prácticas en entrenamiento mental diseñada para familiarizarse con los propios procesos mentales. La correlación con las horas de práctica sugiere plasticidad en estos mecanismos. Entendemos que primeramente hay funciones específicas que se activan, se van consolidando circuitos y luego pueden manifestarse cambios estructurales. La meditación puede mejorar la habilidad para inhibir procesos emocionales y cognitivos como la rumiación que se asocian a la depresión, la ansiedad y el estrés. La práctica meditativa puede transformar el estado de descanso asemejándolo al estado meditativo. Todo esto y tanto más, siempre y cuando la práctica sea de largo plazo.

Hete aquí la dificultad.

Estudios sugieren que conceptualizar mindfulness como un constructo multifacético es útil para comprender sus componentes y la relación con otras variables (traducción desde Baer y col, 2006) y la diversidad de estudios también está en consonancia con las diferentes técnicas de diferentes tradiciones (ejemplos: Budismo Zen, Budismo Tibetano, Vipassana, MBSR). En este punto entendemos un amplio campo que se despliega para seguir investigando y creando protocolos de trabajo que lleguen a más personas, por más tiempo.

Ahora bien, cuántas horas de práctica? Cuánto tiempo es necesario para que los beneficios aparezcan, para que el cerebro pueda presentar estas modificaciones, estos cambios estructurales?

LKM por lo menos 5 años de práctica, el protocolo no indica cuántas horas. En el estudio de Mei Kei Leung y col. el grupo control lo forman nuevos meditadores con entrenamiento de 7 horas. En otra investigación los tiempos de práctica se manejan en meses. Kang y col. refieren que los meditadores de larga data presentan diferencias estructurales en sustancia gris y sustancia blanca, para lo cual el entrenamiento se centró en Brain Wave Vibration (BWV) y los meditadores fueron entrenados en esta técnica meditativa. Lo que queda claro es que desde los lugares que nos toca transitar la dificultad mayor no está en contar las ventajas y los beneficios de las prácticas meditativas, sino la invitación a que la práctica sea para siempre, a que se incorpore a la vida diaria y se puedan optimizar los tiempos para que todos puedan acceder, aprender y aprehender las técnicas. Que se incorpore a las vidas de nuestros consultantes puede resultar beneficioso para acompañar sus procesos terapéuticos especialmente en relación a los diagnósticos referidos anteriormente pero y además, para contagiar a la población no clínica en el intento de mejorar los factores de protección en salud mental. Sabemos cómo hacerlo y siendo la atención plena central en la meditación, los componentes de mantener la atención voluntariamente en la experiencia y la aceptación de la experiencia son elementos viables para empezar a trabajar. Lo que nos queda de aquí en más es encontrar formas, diversas, eficaces para generar adherencia a la práctica desde diferentes formatos que extiendan los beneficios a todos los seres que así lo deseen!

Referencias bibliográficas:

  • Baer, R. A., Smith, G. T., Hopkins, J., Krietemeyer, J., & Toney, L. (2006). Using self-report assessment methods to explore facets of mindfulness. Assessment, 13, 27–45. doi: 10.1177/1073191105283504.
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  • Salud Mental y Tratamientos

Mindful eating: una invitación a la práctica meditativa a través de la alimentación

  • Maira Orive
  • 12/03/2019

Mindful eating (alimentación consciente) llega a la consulta o al tratamiento en curso cuando el paciente percibe que su relación con la comida no es lo que quisiera, cuando se da cuenta que come por comer, en cualquier momento del día, que no diferencia hambre de saciedad, cuando entiende que la comida aparece como una ayuda para soportar la existencia, cuando registra que ser invitado a una boda es un free pass aunque al otro día se sienta fatal.

Sí. De todo eso el paciente ya tiene noción, de esos eventos o esas partes del día que suceden de esa forma, ya se dio cuenta. Y ya intentó varias ideas: de las revistas, propias, que le dijo un amigo, que sugirió un profesional de la salud.

Ya inventó. Ya ayunó. Ya se acercó a alguna práctica milenaria para alimentarse mejor, probó con no comer ciertos alimentos, hizo détox, paleo, cambios de “plan alimentario” a “dieta” y de “dieta” a “hábito saludable” en su forma de expresarlo verbalmente. Ya colgó los guantes y se comió todo vorazmente. Ya prometió. Ya juró. Y también ya sabe qué debería comer por su bien, según todos dicen.

No siempre las personas con las que ponemos de objetivo “alimentarnos conscientemente” portan diagnósticos relacionados a un trastorno alimentario o pivotean en dificultades nutricionales. No siempre obesidad, atracón, ansiedad son la base desde la cual destinamos tiempo del tratamiento a abordar cómo comemos, cuándo comemos, qué sucede cuando comemos, con quién comemos, cómo es el ambiente, quién prepara los alimentos, quién compra los alimentos, dónde se compran los alimentos y larga lista de etc. En muchas ocasiones pacientes explorando sus áreas vitales descubren que su salud y su alimentación han sido la parte relegada de su historia.

Es muy habitual que mamás y papás con hijos pequeños coman el resto de comida que el bebé no come “para no tirarlo”, es bastante común que no sepamos qué cocinar para todos los días, que nos canse hacerlo, que se nos acobarde la creatividad cuando llegamos después del trabajo cansados o que hayamos preparado tantos menús en nuestra vida que nos parezca injusto que haya que pensar nuevamente uno. Aparece, también, la oportunidad cuando vamos a una fiesta: la oportunidad de comer todo lo que creemos que queremos y tomar todo lo que creemos que queremos, sin restricciones. “Me lo merezco” es una de las frases con cierto riesgo que escucho cuando un chocolate gigante se dispone como postre y regalo a sí mismo al final del día.

Cocinar es la oportunidad de entender que estoy haciendo algo importante y es menester estar presente

Fast food no es sólo una asociación con determinadas marcas de comida rápida, es un estilo de vida alimentario para algunas personas, que comen paradas, snackean, viven a vianda calentada en microondas, tomando algo de alguna lata, con servilletas de papel o tal vez limpiándose la boca con un repasador. No estamos diciendo que esté mal, simplemente, para algunos, esto forma parte de la vorágine en la que viven y eso los hace sufrir.

Como terapeuta yo no juzgo esto. Ni en el consultorio ni en mi vida fuera del consultorio puedo yo hacer algo para convencer a alguien de cosa alguna. Primero, porque a mí también me pasa que no hay tiempo para hacer la pizza casera que tanto disfrutamos en casa y llamamos al delivery de la esquina (sí, llamamos a la esquina). Segundo, porque no soy quién para decirle a la gente (cualquiera sea la gente) qué tiene o no que hacer. Y tercero, y más importante, porque en el tiempo de trabajo con Mindful eating y en la forma en la que yo lo entiendo, lo que cada persona necesita es la experiencia. Y mi invitación es a la experiencia.

Una vez que uno se ve, ya no hay vuelta atrás. Podemos decirnos que nos encargaremos de esto “más tarde” o “en otra ocasión” o “cuando tengamos más tiempo” o “después de las vacaciones” pero ya lo vimos. Y si bien hay muchas chances de que nos olvidemos de, también hay alta probabilidad de que nos veamos nuevamente, porque comer, es una actividad cotidiana con la que tenemos contacto varias veces en un día.

En este punto la alimentación consciente cobra un sentido fundamental: podemos aprender que cada vez es nueva y única, ser espectadores del plato, registrar cada papa frita individualmente, y cada bocado como inigualable, podemos recrear y anticipar pero no saber exactamente cómo será la experiencia del degustar hasta hacerlo y luego se esfuma la experiencia y es otra nueva, en el próximo bocado, si nos permitimos estar atentos. Hete aquí la mente de principiante en acción.

Para ampliar este punto y extenderlo, tenemos también las acciones que implican cocinar y cocinar para comer, donde sucede algo similar: es conocido y es nuevo a la vez. Esta es la única vez que comeré esta manzana y es sólo en este presente donde podré hacerle un lugar inatrapable o no, podré cortar esta manzana con la mano derecha mientras la sostengo con la izquierda o tomarla con las dos manos y abrir grande la boca para sacar un mordisco grandioso, y tal vez darme cuenta que está arenosa y seguir comiéndola o no, o sentir que es la mejor manzana de mi vida, sin poder hacer esta comparación realmente pero pensándolo de todos modos.

Probablemente no sea la primera vez que picamos cebolla, pero esta cebolla es única, y siendo similar a otras cebollas (que recordamos, por ejemplo) no se le parece en nada. Los movimientos implicados en cortar esta cebolla parten de la intención de cortarla pero son momento a momento, a momento, a momento, los movimientos implicados en cortar esta cebolla. (Entiendo que me detesten pero quiero que estemos todos en clima). Cocinar es una actividad diaria, para los chefs con estrellas Michelin, para los chefs de los food trucks de moda, para vos y para mí.

Cocinar es la oportunidad de entender que estoy haciendo algo importante y es menester estar presente, porque forma parte del tiempo en el que vivo y estoy invirtiendo en ello, así como también es valioso porque puedo a través de lo que cocino ser amoroso conmigo y los demás. Puntos aparte, podemos desarrollarlos en otros momentos, son el cultivo de la paciencia en algunos platillos y la dedicación para el armado desarrollando contemplación y gratitud. No quiero descuidar el detalle del momento creativo de la invención de un plato y el estado de flow que refieren algunas personas cuando integran todo el proceso. Podremos hablar también, más adelante, de la elección y el cultivo de alimentos.

Muchas veces la alimentación consciente es la puerta de ingreso a la práctica meditativa, y bienvenido sea! Todos nosotros merecemos aliviar nuestro sufrimiento y ese camino necesita que entendamos cómo funcionamos, que nos volvamos expertos en captarnos, en estar advertidos sobre nosotros mismos y que nos aceptemos tal cual somos. Cada comida es una oportunidad y la invitación será, sin juzgarnos, a adentrarnos en los conocimientos que nos permitan ser y estar en el mundo de una manera valiosa para nosotros.

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