¿Para qué soñamos? ¿Qué son los sueños? ¿Con qué soñamos? ¿Con qué se vincula el contenido de nuestros sueños? ¿Qué pasa en el cerebro mientras dormimos? En el último episodio de Psicología para escépticos entrevistamos a Gretel Martinez y respondemos todas estas preguntas.
Publicaciones por autor
Mariano Scandar
¿Qué falta para mejorar la calidad de la psicoterapia en nuestro medio? – Psicología para escépticos, episodio 33

Luego de un descanso volvemos llenos de novedades y cambios.
Entrevistamos al Dr. Keegan y repasamos con él los últimos 20 años de la psicoterapia cognitivo conductual. Tercera ola y terapia basada en procesos. ¿cuáles son los desafíos actuales que enfrentamos? ¿aprendimos de los errores? ¿qué falta para mejorar la calidad de la psicoterapia en nuestro medio?
Este episodio ha sido auspiciado por la Fundación de neuropsicología clínica y sus diplomaturas en neuropsicología infantil. Todas las diplomaturas cuentan con titulado de la Universidad Abierta Interamericana.
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Locución: Illeana Zunino y Nestor Acosta
Producción y conducción: Mariano Scandar
Psicología para escépticos. Capítulo 16: Regulación emocional con Guillermo Lencioni

Una charla distendida entre dos amigos sobre muchas siglas: ACT, TCC, DBT,MBT … Guillermo Lencioni nos cuenta sobre los aportes de diversas familias de psicoterapias para el abordaje de la desregulación emocional en diversos cuadros, como el trastorno límite de la personalidad, el estrés postraumático y los trastornos disociativos.
Actualidad de la psicoterapia en niños y adolescentes con Ana Laura Maglio, Javier Mandil y Francisco Musich (Podcast)

La de esta semana es una charla entre 4 colegas y amigos sobre la actualidad del quehacer psicoterapéutico desde la óptica basada en la evidencia. Los directores de la Fundación Equipo de Terapia Infantojuvenil (ETCI), la Dra. Maglio y el Lic. Mandil, junto con el Dr. Musich (INECO y ETCI), se unen al Dr. Scandar en una charla distendida sobre cómo ven la psicoterapia actual. Segunda y tercera generación de TCC, terapia basada en procesos, componentes activos de las terapias, enfoques modulares y hasta diagnósticos en salud mental, de todo eso y mucho más… a un clic de distancia.
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Episodio especial cuarentena: Comité de crisis: niños en casa

El problema se pone serio con el paso de los días así que hemos convocado a los que saben: Nos reunimos (virtualmente) con la Lic. Romina Kosovsky, el Dr. Francisco Musich y el Lic. Alejandro Ciliverti. Los tres, como el conductor de este podcast, psicoterapeutas de niños y adolescentes. A ver si entre los cuatro logramos ayudar un poco.
Un programa que ayudará a padres pero que también, creo resultará bastante interesante para ser escuchado por colegas. Algunas palabras claves: adolescentes, tecnologías, niños con necesidades especiales, hermanos, relación de pareja ¿cuándo consultar?
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Estadística nivel usuario: Lo que los psicólogos necesitan manejar

El psicólogo clínico promedio odia las matemáticas y por ende a la estadística. Lo entiendo, yo me llevé matemática más de una vez en la secundaria… pero bueno, hay que superar los traumas infantiles… ¿sino con qué cara vamos a mirar la foto de Edna Foa que colgamos el otro día? Cuando en cursos de posgrado pregunto qué es un desvío estándar, lo usual es que nadie pueda explicarlo y eso por nombrar algo que se supone que todos supieron al menos durante el tiempo necesario para aprobar la materia en la facultad.
El problema de odiar las matemáticas es que son necesarias y odiar algo necesario es muy malo: o te amigas o sufres. Sufres por tener que saberlo o sufres por las consecuencias de ignorarlo, pero sufres. Como adivinan por el ejemplo del párrafo anterior, el psicólogo promedio ha elegido la última de las opciones.
Digamos que, para simplificar, existen tres formas de saber estadística: como lo hace un profesor de estadística (nivel dios diría un meme ahora), nivel investigador (que sabe usarla aplicarla y entenderla) y nivel usuario (que sería lo que se espera de un clínico). Si usted es psicólogo y no cataloga para nivel usuario, está sufriendo las consecuencias, sépalo o no.
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Un conocimiento básico de estadística le permite saber una serie de cosas que son importantes. Sin ello estamos condenados a confiar en los demás de un modo ingenuo y peligroso, porque nadie que quiere convencernos nos dirá que su propuesta es “estadísticamente flojita” o que la muestra en la que aplicó su tratamiento era “un poquitín sesgada” y menos que menos si hay empresas de por medio: La editorial que quiere venderte un test, difícilmente pondrá en la tapa “esta prueba tiene la especificidad de una bazuca y la sensibilidad de un sicario, úsela bajo su propio riesgo”. Obviamente podemos confiar en las voces críticas… el problema con eso es que existen muchas personas críticas y muy pocas críticas desinteresadas. Entonces, tener criterio propio es bastante conveniente y para eso hay que saber que quieren decir los números.
¿Qué debería saber de estadística un psicólogo?
Estadística descriptiva
Media, mediana, varianza, desvío estándar, moda… lo siento, entra en el examen. Sirve además para muchas cosas, como para entender las encuestas electorales e incluso para seducir en el baile, bueno no, eso no. Imaginen que tienen 20 personas en un aula. 10 de 20 años, 5 de 40 y 5 de 50. El promedio de edad es de 32 años. ¿hay alguien de 30? Ninguno. Vieron… la media es tramposa. ¿Cuándo desconfiamos? Cuando hay un desvío estándar alto… ¿cuál es el desvío estándar acá? 13 años. ¿es mucho? Si. ¿por qué? Porque es casi la mitad de la media y es más de la mitad de la moda (20 años).
Diferencia entre correlación y causalidad
La correlación es tentadora porque permite que uno encuentre cosas fácilmente en los datos. Si uno toma una muestra grande, encontrara cientos de correlaciones que se deben a causas intermedias, por ejemplo: En Estados Unidos encontraron que el CI de los negros era inferior al de los blancos. Eso a la gente que todavía no sabía que perdió el sur, le parecía buenísimo. Y obviamente ponía nerviosos a todos los demás ¿Por qué correlaciona la inteligencia y el color de piel? Muy probablemente porque la inteligencia correlaciona con la estimulación y la escolaridad y ¡oh que sorpresa! Los negros tenían menos acceso a la educación y a estimulación en la infancia.
Si me guiara por la correlación, pensaría cosas muy perturbadoras, pero si analizo bien los datos, casi que puedo ser el próximo premio nobel de la paz. ¿Vieron que importante?
¿Qué es y cómo se interpreta un análisis factorial?
Sin eso no pueden entender porqué y cómo funcionan las subpruebas en un test, y poder ver si la prueba está bien armada o no esto es importante sobre todo porque la mayor parte de las técnicas que usamos están traducidas y revalidadas al español y no siempre muy bien. El ejemplo que me viene a la mente es la traducción casera que todos usamos alguna vez del CDI de Kovacs… un día el Dr. Castro Solano se tomó el trabajo de tratar de validar el cuestionario y se dio cuenta que todas las subescalas (pensamiento negativo, anhedonia, etc.) se superponían y que al menos en Argentina el único puntaje útil era el total.
Relación entre puntajes normatizados z, t, escalares, etc.
Hay que entender qué quiere decir un número… ¿por qué?… Supongan que un paciente llega al consultorio porque tiene problemas académicos y la mama insiste en que es “su inconsciente que no quiere crecer”. Básicamente en la universidad no da pie con bola… tiene un informe cognitivo en el que alguien dice que su inteligencia es normal. ¿se estará auto boicoteando?. Miremos mejor el numerito… dice normal, pero le da 86. Bueno, una persona con un CI de 86 es menos capaz intelectualmente que el 83% de la población… el 1% de la población tiene discapacidad intelectual, así que digamos que nuestro paciente es menos inteligente que el 84% de las personas sin discapacidad mental. Suena bastante lógico que no le vaya bien en la facultad sobre todo si se tiene en cuenta que el promedio de inteligencia de un egresado universitario no es de 100 sino de 110. Es decir que nuestro paciente tiene 24 puntos menos que la media de las personas que logran egresar.
Tamaño de efecto
Ejemplo… ¿Qué tan efectiva es una terapia? Para no pelearnos con los colegas vamos a pelearnos con los laboratorios, que queda mucho más progre… La atomoxetina es un fármaco que está aprobado para su uso en el TDAH ya que ha mostrado repetidamente que es superior al placebo… ¿Qué tan efectivo?. En adultos, tiene un tamaño de efecto promedio de d=0,4. Eso quiere decir que las personas que toman el remedio disminuyen su sintomatología 0,4 desvíos estándar… ¿eso es bueno? Veamos. Supongamos que nuestro paciente es un adulto con TDAH que ha puntuado en el percentil 99 en la escala ASRS, tiene un puntaje de 60 (lo normal es tener debajo de 35 puntos), un desvío estándar en esta prueba es de 10 puntos. Por lo que, si la medicación le hace efecto, pasará a puntuar 56 puntos. ¿sigue bastante jodido no?. Antes que se pongan a tirarle piedras a los vidrios de los laboratorios, averigüen el tamaño de efecto de la terapia que ustedes aplican para cada cosa y por ahí terminan rompiendo las ventanas de su consultorio.
Especificidad y sensibilidad de una prueba
En el episodio 4 de mi podcast, (por hacer un chivo y dar un ejemplo en un solo párrafo) expliqué el fenómeno de “la paradoja del falso positivo”, no voy a hacerlo aquí, pero por esa paradoja implica básicamente que si una persona es diagnosticada por una prueba promedio (que suelen tener un nivel de falsos positivos del 5% )y la patología con la que está siendo diagnosticado tiene una prevalencia del 1% (por ejemplo la esquizofrenia) las posibilidades de que el diagnóstico sea incorrecto es del %80. Por ello, es que el resultado de cualquier prueba, de forma aislada tiene menos peso que un neutrino (que es muy poco, créanme). Los profesores de evaluación psicológica suelen no explicar eso, no sé por qué, porque es muy relevante, sobre todo si tomamos en cuenta que en el caso de las pruebas proyectivas la sensibilidad es más alta y la especificidad baja que en las psicométricas, lo cual es un combo explosivo para llenarnos de falsos positivos: el margen de error es el doble de grande: si un paciente da respuestas “psicóticas” las posibilidades de que padezca un cuadro con síntomas psicóticos primarios no llega al 10%. Por lo que posiblemente preguntarle “¿escuchas voces?” sea mucho más efectivo que un Rorschach y bastante más rápido.
Busquen los apuntes
La lista no es exhaustiva, pero espero haberlos convencido que aunque no quieran investigar, ni enseñar estadística en la universidad, tienen que saber más o menos lo que les enseñaron en 1ro de la carrera… si no se lo acuerdan, buscan los apuntes amarillentos que nunca tiraron porque les daba cosita o buscan un libro en pdf que hay muchos gratis dando vuelta… Recuerden que, parafraseando a Hayes, sufrir es inevitable, a lo sumo podemos elegir cómo.
Psicología para Escépticos, Episodio especial: Salud mental en cuarentena. Un botiquín de primeros auxilios (Podcast)

Un programa algo diferente, cero técnico, destinado a todos. Mi pequeño granito de arena… ¿Qué sabemos de casos similares anteriores sobre cómo mantenernos sanos mentalmente, sobre todo, mantener sanos a nuestros hijos en estos tiempos tan raros?
Espero que sirva, comenten, compartan y pregunten lo que necesiten. ¡no voy a ir a ningún lado!
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Pueden buscar los audios que recomiendo en el podcast en grupoact.com.ar/audios/ Es la gente super recomendable del grupo ACT.
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Psicología para Escépticos, Episodio 7: Cómo enseñar a leer a nativos digitales

La Dra. Débora Burin es investigadora del CONICET dedicada desde hace décadas al estudio científico de los procesos cognitivos detrás de la comprensión lectora y en los últimos años ha centrado su trabajo en comprender qué factores explican las diferencias individuales en la comprensión lectora , sobre todo en lo referente a textos online.
En esta entrevista nos cuenta sobre: modelos de comprensión lectora, cómo enseñar a leer a nativos digitales y sobre la revolución que implicó el movimiento de “ciencia abierta” destinado a transparentar y hacer más replicables las investigaciones.
Escucha el episodio aquí:
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Las piedras en el camino de la psicología científica

Se dice de la psicología con frecuencia que es una ciencia inmadura y demasiado joven, también que se trata de una ciencia «blanda», por oposición a aquellas disciplinas como la física o la química… Todo eso es cierto en parte. También podríamos de forma optimista, decir que la psicología es la menos blandas de las ciencias sociales y la más blanda de las ciencias naturales. Aunque establecer ranking de dureza es algo que salvo a la hora de comprar colchones, no tiene demasiado sentido.
Es claro, que la psicología científica está atravesada por debates internos que dejan perplejos a aquellos que provienen de las ciencias naturales y que, por el contrario, resultan muy a gusto de un filosofo: ¿qué es el sufrimiento? ¿es el hombre el que enferma o la sociedad que lo enferma? Mi modesta opinión es que dichos debates, tan comunes en las ciencias sociales, son un problema epistemológico serio para una ciencia experimental. Y la psicología, es hoy por hoy eso.
Sociales o naturales
Una parte cada vez más grande de los psicólogos consideramos una serie de premisas como válidas que nos acercan a las ciencias naturales y nos alejan de a poco de las ciencias sociales. En primer lugar, mientras que resulta bastante fácil de explicar porqué un historiador o un sociólogo se sienten cómodos con la etiqueta de científicos sociales, ya que su estudio se centra casi exclusivamente en fenómenos culturales humanos, no es tan sencillo decir lo mismo de un psicólogo. Estudiamos conductas de una especie animal en particular, que efectivamente es social. También son sociales las hormigas, las abejas, las suricatas y las orcas por decir solo algunas, sin que en la facultad de sociales estén pensando en instaurar un cupo para cetáceos.
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A un psicólogo le interesa la conducta humana, tanto en cuanto emerge de sus interacciones sociales, como en cuanto es influida por aspectos químicos, embrionarios, neurales, etc. En ese sentido, renegar de aspectos socioculturales es tan tonto como reducirse a ello. Hoy mezclamos técnicas electrofisiológicas y de estudios por imágenes con experimentos cognitivos clásicos para garantizar que aquello que estamos teorizando conceptualmente, esté realmente sucediendo dentro de la cabeza de las personas, así como para descartar teorías que, aunque puedan incluso poseer un cierto poder explicativo y predictivo, claramente no son compatibles con el modo en que el cerebro funciona.
Ante este panorama de progresivo «endurecimiento» de la psicología, que según mi criterio es la única posibilidad de que la psicología ocupe a largo plazo un lugar de prestigio en la ciencia, resultan especialmente nocivas las argumentaciones teóricas basadas en terminologías novedosas para viejos conceptos y la necesidad que muchos colegas parecen tener de reinventar cada 10 años el campo de la psicología.
Saussure 101: la relación entre significado y significante es arbitraria
Que yo le llame vaso a eso que tengo con café adelante mío en este momento o que le diga tasa depende de qué hayamos definido socialmente como una cosa u otra. Como dice Perez Reverte, la real academia no es la legisladora del lenguaje sino la notaria: Anota la manera en que la gente habla.
Asi, términos como enfermedad mental, autismo, inteligencia, sensaciones, emociones, etc., son palabras. Solo eso. Las ciencias en general tienen el buen tino de no cambiar las definiciones sino que inventan palabras nuevas y se ahorran problemas. Un átomo es, etimológicamente, algo indivisible. Sin embargo hoy sabemos que se dividen y mucho (pregúntenle a Hiroshima). Pero el nombre se lo dejamos. Era un lio sino… es como cuando le cambian el nombre a las calles, todavía mi viejo le dice Cangallo a Perón y Caning a Scalabrini Ortiz: la confusión es mala para la ciencia.
Pero los psicólogos no podemos con nuestro genio: veamos el caso de la inteligencia. La inteligencia es un concepto teórico, obviamente no existe en la vida «real» y ni siquiera es un concepto que tenga sentido dentro de la neurociencia más que como una regularidad estadística: es un término acuñado para dar cuenta de la capacidad global de una persona… Un número único que aglutina resultados múltiples. La utilidad de este concepto (una especie de índice de «caballos de fuerza» del cerebro), es bastante buena, si se tiene en cuenta que permite predecir en 50 minutos de evaluación, con un 70% de exactitud, como le irá académicamente a una persona en los próximos 10 años. Pero obviamente no me dice que tan bien toca el piano o si ayuda a las ancianas a cruzar la calle… todo no se puede.
Por otro lado, tenemos un concepto teórico que funciona muy bien que se llama cognición social, que resume la capacidad de una persona para realizar procesos cognitivos que involucran la comprensión de los estados mentales de los demás, la pragmática de la comunicación, el realizar procesos específicos vinculados con la resolución de problemas interpersonales y esas cosas que nos separan de Sheldon Cooper. Se trata de un concepto científicamente impecable: es operacionalizable, está bien definido, podemos medirlo bien y sabemos localizarlo en el cerebro mejor que a la mayoría de los constructos teóricos que manejamos (area ventromedial del lóbulo frontal básicamente)
Sin embargo, a Salovey, & Mayer, en 1990, se les ocurrió que denominar a la cognición social «inteligencia emocional» era una buena idea porque era una forma de marcar un punto político «el intelecto no es todo». El trabajo de 1990 es bastante serio, y otros que siguieron también… (Digo, no es una chapuza a nivel estadístico aunque a mi no me guste) pero… le estaban cambiando el nombre a la calle… y es un lio… después vino Goleman, y ahora tenemos gente que cobra 10 lucas por darle un curso de dos horas a los docentes sobre inteligencia emocional en el aula y pasarles un powerpoint con una imagen de un pez trepando a un árbol. En fin.
Entre Goleman y otros amantes la transmutación de conceptos ( y de vender libros a lo loco), como Gardner generaron la idea de que se puede tener más de una inteligencia. Luego de 30 años, no lograron un solo test de inteligencias múltiples que fuera solido estadísticamente y para colmo le quitan el sentido a la palabra inteligencia. Si tengo 7 inteligencias ¿qué las diferencia del concepto de «habilidad o talento?
Del mismo modo sucede con el malestar psicológico, litros de tinta (electrónica por suerte ahora) filosofando sobre si un niño con autismo tiene una condición, una enfermedad, un síndrome, un trastorno, o si es neurodiverso. Incluso tenemos gente alegando que los autistas son el próximo paso evolutivo, lo cual es curioso desde un punto de vista Darwiniano: es raro que un ser sea superior a otro cuando tiene mas dificultades para sobrevivir de forma autónoma y aún más para reproducirse…
Breve paréntesis autobiográfico: he trabajado durante 18 años con niños con problemas severos y tengo un hijo con autismo. Todo lo que los padres queremos es que nuestro hijo sea lo menos neurodiverso posible. Que hable, que tenga amigos y sobre todo que un día se valga por si mismo. Como padre de un niño con TEA, cualquier persona que me hable de que el autismo no es un trastorno sino una forma diferente de ver el mundo, sobre todo si ni siquiera tiene hijos, me está faltando el respeto. Fin del paréntesis.
El problema de estas discusiones sobre trastorno vs. enfermedad y demás variantes, es que a diferencia de las discusiones científicas, donde todas las partes acuerdan sobre el significado de las categorías (trastorno, condición, salud, enfermedad) y se dedican a discutir en qué categoría entran los datos con más precisión, en las ciencias psicológicas, nos salteamos ese paso previo y redefinimos a piachere qué quiere decir cada categoría, por lo cual todo el problema termina siendo «qué entendemos por» en lugar de «qué explica mejor que»
Demasiado Ego
No sé cuantas «escuelas» hay en cada disciplina, pero sospecho que no hay 500 formas de ver la oncología, la cardiología o ni siquiera la antropología. Sin embargo, en 2005 Fonagui contó en su libro que ya existían más de 1000 formas de psicoterapia diferente. Si se tiene en cuenta que todas las investigaciones muestran que las técnicas que tienen un efecto terapéutico son muy pocas: la relación terapéutica en sí, la exposición, la meditación, el aprendizaje de habilidades (de autorregulación, ejecutivas, sociales), las reestructuraciones basadas en la metacognición (pensar sobre los pensamientos) y algunas más que me estoy salteando seguro. Tenemos 1000 autores proclamando la autoría de un estilo de psicoterapia que o recambian uno o más de los principios que sabemos que funcionan o que inventan formas de terapia que no funcionan en absoluto. No es muy sensato.
Un buen ejemplo de esto es la «disciplina positiva» que sigue la lógica de las «franquicias» en psicologia, con certificaciones y esas cosas…
No tiene estudios de eficacia, mientras que los programas de entrenamiento a padres clásicos basados en el condicionamiento operante tienen cientos que prueban que funcionan. Sin embargo, esta de moda…
Paréntesis legal: no es necesario certificarse en nada en casi ningun pais del mundo. Desde un punto de vista legal, si tenes matricula podes aplicar un técnica psicológica aunque el autor patalee y si no la tenes no, aunque la disciplina positiva certifique como «facilitadores» a personas que no son psicólogos.
Lo triste viene cuando uno lee el libro: se trata básicamente de las mismas técnicas de modificación de conducta basadas en refuerzo positivo y aversivos sociales (desaprobación parental, pérdida de privilegios; aunque la palabra castigo esta prohibida por cuestiones de márquetin) Mezcla eso con un lenguaje tomado principalmente de la psicología positiva y te garantizas llenar un Luna Park. ¿funcionará esta terapia? es muy probable que si el que la usa, además sabe realmente hacer un análisis funcional, si… Igual de bien que los programas de entrenamiento a padres que empezaron a usarse hace nada mas que 50 años.
No todos los debates son estériles, ni todas las diferencias entre terapéuticas se reducen a egos. A pesar de lo mucho que molesta a los que buscan la armonía, las discusiones entre conductistas y cognitivistas sobre si vale la pena hablar de procesos internos como algo diferente a conductas encubiertas, es un ejemplo de algo que podría parecer semántica pero no lo es. ¿podemos reducir todo lo que llamamos mente a conductas? Los procesos internos son formas de dualismo o renegar de ellos es una forma de reduccionismo. ¿podemos diseñar experimentos para verificarlo?
Las discusiones científicas se diferencian fácilmente de las demás: buscan una explicación más exacta para los datos, no apelan a la autoridad y buscan formas experimentales de ponerse a prueba…
Lo demás son obstáculos para la ciencia, cada nueva teoría que es un refrito de la anterior, cada página escrita discutiendo si una palabra significa lo que significaba el año pasado o ahora significa algo nuevo, todo eso justifica a los escépticos que ven a la psicología como una charlatanería ilustrada.
Artículo publicado en Psicología para Escépticos y cedido para su reubicación en Psyciencia.