Christina Caron para The New York Times:
Pero, como ocurre con gran parte de la jerga terapéutica que se infiltra en las redes sociales y en nuestra cultura en general, el significado de “límites” se ha perdido en la traducción. Cuando los psicólogos hablan de límites, no se refieren a controlar a otras personas con ultimátums ni a aislarse de los problemas de la relación. Establecer un límite significa controlar tu propio comportamiento con normas que tú mismo estableces.
Estas normas son una forma sana de expresar nuestras necesidades y expectativas, y pueden ayudarnos a fomentar conexiones más fuertes con las personas importantes de nuestra vida, dijo Nedra Glover Tawwab, terapeuta y autora del libro Cuestión de límites.
Me gustó mucho este artículo porque refleja lo que trabajamos en el consultorio al enseñar a los pacientes a establecer límites. La idea central es sencilla: “los límites son para regular tu propio comportamiento, no el de los demás”. Esto tiene mucho sentido, porque lo único que realmente podemos controlar es cómo actuamos nosotros.
Por ejemplo, uno de mis límites es no responder chats de trabajo durante los fines de semana. No importa cuántos mensajes reciba, mi compromiso es no contestar, porque si lo hago termino reforzando un patrón de comunicación que me sobrecarga y me hace disfrutar menos de mi trabajo. Claro, mi límite es flexible: si un paciente me llama para prevenir una crisis o practicar una habilidad, puedo atenderlo; pero no responderé dudas administrativas o consultas generales un sábado o domingo.
Este tipo de límites me ayudan a cuidar mi bienestar y a mantener mi comportamiento dentro de lo que considero saludable y sostenible.