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Publicaciones por etiqueta

ABA

12 Publicaciones
  • Salud Mental y Tratamientos

En qué consiste la evaluación en análisis conductual aplicado (ABA): Segunda parte

  • 26/01/2023
  • Alejandra Alonso
bored boy holding colored pencils

Cuando los analistas conductuales van a elegir las conductas objetivo, aquellas a las que irán dirigidas las intervenciones, la pregunta clave es: ¿En qué medida la propuesta de cambio conductual mejorará la vida de la persona?

Para responder a dicha pregunta, se ha sugerido que la relevancia potencial de un cambio conductual debería considerarse en relación a la habilitación. En análisis conductual aplicado, este concepto hace referencia al grado en que el repertorio conductual de un sujeto maximiza acceso a reforzadores a corto y largo plazo y minimiza castigos a corto y largo plazo (Hawkins, 1986, citado en Cooper, Heron & Heward, 2019). 

No hay manera de saber de antemano si determinado cambio conductual será útil o funcional. Pero los analistas conductuales siguen una serie de preguntas que les ayudan a tener más seguridad de que un cambio conductual será beneficioso:

  1. ¿La conducta producirá reforzamiento en el ambiente natural del cliente luego de terminado el tratamiento?
  2. ¿Es la conducta un prerrequisito necesario para una habilidad útil?
  3. ¿Esta conducta aumentará el acceso del cliente a ambientes donde pueda adquirir y usar otras conductas importantes?
  4. ¿Cambiar esta conducta impulsará a otros a tratarle de forma más apropiada y cooperativa?
  5. ¿Se trata de una conducta pivote o una cúspide conductual?
    1. Cúspide conductual: Se refiere a un comportamiento que, al ser aprendido, desbloquea el acceso a nuevas contingencias (reforzadores, castigos). Algunos ejemplos que suelen darse son aprender a leer o gatear.
    2.  Conducta pivote: Se refiere a comportamientos que, una vez aprendidos, producen variaciones adaptativas en ambientes en los que no fueron entrenados. Por ejemplo, el entrenamiento en comunicación funcional o la habilidad de tomar decisiones.
  6. ¿Es una conducta apropiada para la edad?
  7. Si la conducta objetivo se debe reducir o eliminar, ¿se ha elegido ya una respuesta adaptativa y funcional de reemplazo?
  8. ¿La conducta representa al objetivo principal o solo se relacionan de forma indirecta?
  9. ¿Es el comportamiento de interés realmente?
  10. Si el objetivo no es una conducta específica (por ejemplo, bajar 10 kilos), ¿esta conducta ayudará a lograrlo?

Cuando los analistas conductuales tienen las conductas objetivo ¿por cuál empiezan?

Artículo relacionado: ABA en el tratamiento del autismo

Para jerarquizar las conductas elegidas cuidadosamente, los analistas conductuales utilizan 9 preguntas:

  1. ¿Supone la conducta algún peligro para el cliente u otras personas? La seguridad personal y la salud son prioridad.
  2. ¿Con qué frecuencia ocurre el problema de conducta? o ¿cuántas oportunidades tendrá la persona de utilizar la conducta nueva?
  3. ¿Hace cuánto existe este problema de conducta o déficit de habilidades? Una conducta crónica debe tener prioridad sobre otra que ocurre esporádicamente.
  4. Cambiar determinada conducta ¿producirá mayores tasas de reforzamiento para la persona? Si todas las otras preguntas están igual, se debe priorizar la conducta que de mayores niveles de reforzamiento.
  5. ¿Qué importancia relativa tiene esta conducta objetivo para el desarrollo de habilidades y el funcionamiento independiente? 
  6. ¿Cambiar esta conducta va a reducir la atención no deseada de otras personas? Algunas conductas pueden causar problemas al cliente porque son muy peculiares y restringen el acceso a ambientes de aprendizaje importantes. 
  7. La nueva conducta ¿producirá reforzadores para las personas significativas? Aunque rara vez una conducta debe cambiar simplemente para conveniencia de otros, no debemos pasar por alto el impacto que un cambio conductual tiene en las personas cercanas al cliente, quienes ven más de cerca las necesidades de éste.
  8. ¿Qué probabilidad de éxito tenemos?
    1. Qué dice la literatura sobre los intentos de cambiar conductas similares.
    2. Experiencia del analista de conducta.
    3. Hasta qué punto pueden ser controladas las variables ambientales importantes.
    4. ¿Se cuenta con recursos para implementar y mantener la intervención a un nivel de fidelidad e intensidad suficientes para lograr la meta?
  9. ¿Cuánto costará cambiar esta conducta? No solo en términos materiales sino también en relación al tiempo que toma para el cliente y que le resta al aprendizaje de otras conductas.

En segundo lugar, asignarle un número a cada posible conducta objetivo da como resultado un ranking de prioridades. Puede suceder que los analistas conductuales, los padres, el cliente y otras personas significativas, tengan diferencias en cuanto a las conductas objetivos. Incluir la participación de estas personas al momento de determinar los objetivos puede ser una forma de minimizar conflictos. La evaluación de cada conducta utilizando una matrix como la que aparece en el ejemplo de abajo puede ayudar a recabar información importante y también a resolver conflictos y clarificar metas.

0=Nunca   
1=Rara vez  
2=A veces/Tal vez   
3=Probablemente/Usualmente   
4=Sí/Siempre

Conducta AConducta BConducta CConducta D
¿Supone la conducta algún peligro para el
cliente u otras personas?

0  1  2  3  4

0  1  2  3  4

0  1  2  3  4

0  1  2  3  4
¿Con qué frecuencia ocurre el problema
de conducta? o ¿cuántas oportunidades
tendrá la persona de utilizar la conducta nueva?

0  1  2  3  4

0  1  2  3  4

0  1  2  3  4

0  1  2  3  4
¿Hace cuánto existe este problema
de conducta o déficit de habilidades?

0  1  2  3  4

0  1  2  3  4

0  1  2  3  4

0  1  2  3  4
ETC.
0  1  2  3  4

0  1  2  3  4

0  1  2  3  4

0  1  2  3  4

Cómo definen los analistas conductuales las conductas objetivo

conductas objetivo en aba

Los analistas conductuales deben definir los comportamientos a analizar de una forma clara, objetiva y concisa. Para ello, se consideran tanto los aspectos funcionales como topográficos de los comportamientos. 

Definiciones basadas en la función de la conducta

Esta clase de definiciones incluye a las respuestas en una clase de respuesta solamente por su efecto en común sobre el ambiente. Las ventajas para los analistas conductuales de optar por definir los comportamientos basándose en su función son:

  1. Incluye todas las formas relevantes de respuesta de una clase. Si fueran definidos topográficamente se podrían omitir algunos miembros relevantes de la clase de respuestas y/o incluir respuestas topográficas irrelevantes.
  2. El resultado o función de un comportamiento es más importante incluso cuando lo que se quiere modificar es la forma de la conducta para que sea socialmente más aceptable (ya que su importancia reside en el efecto que tiene en otros).
  3. Suelen ser más simples y concisas que las definiciones topográficas, lo que se traduce en medidas más confiables y precisas.

Definiciones basadas en la topografía

Esta forma de definir las conductas se enfoca en la forma de éstas. Los analistas conductuales la utilizan cuando:

  1. No se cuenta con acceso directo, confiable o fácil al resultado funcional de la conducta objetivo y/o;
  2. No se puede confiar en la función de la conducta porque cada instancia de la conducta objetivo no produce el resultado relevante en el ambiente natural o porque el resultado podría ser producido por otros eventos.

Entonces ¿cómo las defino?

Una buena definición de la conducta objetivo tiene 3 características (Howkins & Dobes, 1977 citados en Cooper, Heron & Heward, 2019):

  1. Objetivo: Debe referirse solo a características observables del comportamiento y el ambiente. El uso de términos inferenciales (por ejemplo, “ser amistoso”, “es disruptivo”) debe ser traducido a términos más objetivos. Esto facilita que la observación, registro y evaluación de efectividad sean confiables. 
  2. Claro: Se evitan ambigüedades, permitiendo que otros puedan replicar con precisión los procedimientos.
  3. Completo: Se especifica qué es y qué no es considerado parte de la conducta objetivo. Esto ayuda a disminuir tanto como se pueda el juicio del observador.

Según Morris (1985, citado en Cooper, Heron & Heward, 2019) podemos poner a prueba la definición que hemos redactado utilizando la siguiente guía:

  1. Deberías poder contar el número de veces que ocurre una conducta en un período de 15 minutos, 1 hora o 1 día. O contar el número de minutos que toma desempeñar una conducta.
  2. Una persona extraña debería poder saber exactamente qué buscar cuando le dices cuál es la conducta objetivo que planeas modificar. Debería poder ver la conducta.
  3. No deberías poder dividir la conducta objetivo en componentes conductuales más pequeños, específicos y observables que la conducta objetivo original.

¿Cuánto debe cambiar una conducta para hacer una diferencia significativa?

Especificar las metas del tratamiento antes de comenzar la intervención nos da una guía que indicará cuando es preciso continuar o terminar un tratamiento. Cada conducta tiene un nivel de desempeño considerado adaptativo (si sucede en menor o mayor medida, puede representar un problema). 

Se han mencionado dos formas de estimar el nivel de desempeño óptimo (Van Houten, 1979 citado en Cooper, Heron & Heward, 2019):

  1. Evaluar el desempeño de una persona que sea altamente competente en la conducta.
  2. Manipulación experimental de diferentes niveles de desempeño para determinar cuál produce mejores resultados.

Otra ventaja del establecimiento de metas es que ayuda a evitar o disminuir desacuerdos o sesgos entre las personas que evalúan la efectividad de un programa conductual.

Puedes leer Evaluación en ABA (primera parte) aquí.

Fuente: Cooper, J. O., Heron, T. E., & Heward, W. L. (2019). Applied Behavior Analysis (3rd Edition).



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  • Salud Mental y Tratamientos

¿A qué se llama ambiente en ABA?

  • 07/11/2022
  • Alejandra Alonso

Toda conducta ocurre en un contexto ambiental. Hay un conjunto de circunstancias físicas en las que se encuentra un organismo. Si bien todo lo que existe en el ambiente puede, potencialmente, influir en la conducta, solo nos enfocaremos en esos aspectos que tienen una relación funcional con las respuestas de un individuo. Es importante notar que el mismo organismo puede ser considerado ambiente, ya que el cuerpo es una fuente constante de antecedentes y consecuencias (Johnston y Pennypacker, 2009, citados en Cooper, Heron y Heward 2020).

Estímulo

Cuando un analista de conducta habla del ambiente utiliza el término estímulo. Las personas contamos con células receptoras que detectan cambios en los estímulos tanto fuera como dentro del cuerpo. En análisis de conducta aplicado nos ocupamos mayormente de los estímulos que ocurren fuera del cuerpo, ya que son accesibles a la observación y manipulación. Las células receptoras pueden clasificarse en:

  • Exteroceptores: detectan estímulos externos, permiten la visión, gusto, olfato, audición y tacto.
  • Interoceptores: detectan estímulos provenientes del interior del cuerpo (por ejemplo, un dolor de cabeza).
  • Propioceptores: permiten los sentidos kinestésico y vestibular (movimiento y balance).

La forma en que el ambiente influye en la conducta es a través de los cambios en los estímulos (ocurrencia del estímulo), como opuesto a un estímulo estático.

Dimensiones

Una clase de estímulo es cualquier conjunto de estímulos que tengan en común elementos de una o más de las siguientes dimensiones:

  • Formal: se refiere a tamaño, color, intensidad, peso, posición espacial relativa a otros objetos.
    • Mediada socialmente: ejemplo, tu madre te pregunta si quieres más comida.
    • No mediada socialmente: ejemplo, luz roja del semáforo.
  • Temporal: la conducta es afectada mayormente por cambios en los estímulos que ocurren antes y después de ésta.
    • Antecedentes: condiciones ambientales o cambios estimulares que ocurren antes de la conducta. Ejemplo, ver a un conocido que me saluda en la calle (A) y saludar (B), o escuchar la alarma de incendio (A) y salir del edificio (B). Toda conducta tiene sus antecedentes, que cumplen un importante rol motivacional y de aprendizaje tanto si la persona o el analista de conducta se dan cuenta de ello como si no.
    • Consecuencias: Cambio estimular que ocurre luego de la conducta de interés. Algunas consecuencias (especialmente las que son importantes en relación al estado motivacional) y ocurren muy pronto luego de la conducta, tendrán una fuerte influencia sobre las conductas futuras. 
      Tanto los estímulos antecedentes como las consecuencias pueden ser:
      • Socialmente mediadas: Por ejemplo, la maestra pregunta “¿cuánto es dos más dos?” (A), respondes 4 (B), la maestra te felicita (C).
      • No social: Por ejemplo, veo la máquina para recargar tarjeta del bus (A), deposito la moneda (B), mi tarjeta queda recargada ( C).
  • Funcional: algunos estímulos ejercen un control poderoso sobre la conducta, otros tienen efectos retardados y un último grupo parece no afectarla. El cambio en los estímulos puede entenderse mejor por medio de un análisis funcional. Los estímulos pueden tener una o dos funciones a la vez:
    • Aumentar o disminuir inmediata pero temporalmente la conducta. Por ejemplo, correr en dirección a un lugar con techo al ver que empieza a llover.
    • Aumentar o disminuir la conducta de una forma más lenta pero permanente. Por ejemplo, llevar un paraguas cuando vea un día nublado, ya que anteriormente me ha agarrado la lluvia sin uno y me he mojado.

Fuente: Cooper, Heron & Heward (2020), Applied Behavior Analysis 3er Edition. Editorial Pearson.



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  • Análisis

Un balance de la terapia ABA, por un autista adulto

  • 15/03/2022
  • Mauro Colombo

Nota aclaratoria: Si bien los modelos basados en ABA son los que mayor evidencia empírica poseen para el abordaje del autismo, es frecuente encontrar movimientos de “Stop ABA” en redes sociales, compuestos mayormente por autistas adultos.

A continuación, están los argumentos de una mujer autista sobre ABA, que lo utiliza para el abordaje de su hijo. Si una de las premisas en torno al autismo es que hay que escuchar a los autistas, ser coherente con dicha postura implica escuchar ambos lados de la campana, y no solo el que ratifica nuestras opiniones previas.

“Estás torturando a tu hijo con la terapia ABA”

Al igual que en la sociedad en general, la comunidad de autistas no está unificada en sus creencias sobre el autismo. La primera vez que mencioné la terapia ABA (Análisis Conductual Aplicado) en mi blog, solo pasaron unos minutos antes de que alguien me dijera: «Estás torturando a tu hijo con la terapia ABA». Esto no fue una sorpresa. Incluso antes de que Charlie fuera diagnosticado con autismo, busqué en la web opciones de terapia y descubrí que ABA no era del agrado de todos. ABA es la terapia número uno recomendada por expertos médicos para niños en el espectro del autismo, sin embargo, muchos autistas rechazan esa conclusión. Como adulto autista, veo ambos lados del argumento, pero en general estoy a favor de la terapia ABA.

Terapia ABA antes y ahora

Es necesario un poco de contexto aquí. La terapia ABA ha evolucionado enormemente a lo largo de los años. No es lo mismo que hace 60 años cuando el Dr. O. Ivar Lovaas diseñó las primeras implementaciones de ABA para ayudar a las personas autistas. Lo hizo basándose en los principios desarrollados por el famoso psicólogo B. F. Skinner, que se encuentran en su libro, publicado en 1938, La conducta de los organismos. En ese entonces, usaban la repetición robótica de pruebas de aprendizaje realizadas en salas estériles y administraban castigos para ayudar a las personas autistas a aprender habilidades nuevas y apropiadas. En el conductismo temprano, las recompensas y los castigos se usaban por igual. Más tarde, quedó claro que las recompensas funcionaban mejor que el castigo, y el castigo, aunque podría haber fomentado el aprendizaje para algunos, también producía miedo. Los métodos utilizados para ayudar a las personas con autismo en la actualidad han cambiado tanto desde los experimentos iniciales de Lovaas que es injusto que incluso lleven el mismo nombre.

Nota del “traductor”: Incluso el modelo derivado de Lovaas ha cambiado notablemente a lo largo de los años, actualizando su forma de enseñanza, retirando los castigos de sus enseñanzas y basando las mismas en el reforzamiento positivo. El término recompensa, por otro lado, no es correcto desde el punto de vista teórico. Sí lo es en cambio reforzamiento. 

Terapia ABA basada en el juego

La terapia ABA de Charlie se basa en el juego. No hay castigos. Los terapeutas pueden darle una consecuencia a Charlie al quitarle un juguete si los golpea o grita, pero la mayoría de los padres hacen eso con sus hijos, ya sea que sean autistas o no.

ABA no es de «una talla para todos» y un buen BCBA (analista del comportamiento certificado) trabajará duro para desarrollar el mejor programa para un niño. Por ejemplo, queríamos que Charlie ganara más independencia, por lo que nuestro BCBA diseñó un programa para enseñarle a cepillarse los dientes y otro para enseñarle a vestirse solo. No hay castigo si no puede hacerlo, pero si lo hace, obtiene la recompensa que le interese en ese momento. Algunas semanas esa podría ser su tableta. Otras semanas puede ser una cucharadita de Nutella o una galleta.

¿La terapia ABA es capacitista?

La mayor crítica sobre la terapia ABA es el capacitismo, la discriminación a favor de las personas sin discapacidad. No estoy de acuerdo con que la terapia ABA sea capacitista. Puedes ayudar a alguien sin cambiar quiénes son. Charlie no está en terapia ABA porque queremos que sea normal. Queremos que sea seguro, independiente y que aprenda a comunicarse, para disminuir su, y sí, nuestra frustración. Queremos desvanecer los comportamientos menos funcionales y peligrosos, como jugar con la caja de arena de los gatos, tragar piedras y correr por la calle, para darle una mejor oportunidad en la vida. No estoy tratando de «arreglar» el autismo de Charlie.

La terapia está aquí para hacerle la vida más fácil brindándole formas de comunicarse y, lo que es más importante, manteniéndolo a salvo. Si es necesario darle una galleta para que detenga estos comportamientos peligrosos y aprenda a cuidarse a sí mismo, así como a comunicarse, entonces estoy de acuerdo con eso.

ABA y las historias de terror 

Todos los que trabajan con Charlie son increíbles. Pero no todos los BCBA, terapeutas y centros de terapia son excelentes. Algunos de ellos están mal administrados y los métodos utilizados son imprecisos y casi abusivos. Aunque esto se está volviendo menos común, puede explicar las historias de terror ABA más actuales que lees en Internet. Es importante que los padres elijan un centro ABA que se alinee con sus valores, un lugar donde los terapeutas y los BCBA los escuchen cuando tengan inquietudes o no se sientan cómodos con la forma en que se enseña una habilidad específica.

Terapia ABA y stimming (autoestimulación) 

Por otro lado, hay una parte de mí que ve cómo la terapia ABA a veces puede ser dañina para las personas autistas. Por ejemplo, algunos terapeutas de ABA pueden evitar que un niño agite las manos o se balancee. Para mí, no hay nada de malo en estas autoestimulaciones siempre y cuando no se interpongan en el aprendizaje. En la escuela, es de esperar que los maestros enseñen a los otros niños lo que significa, en lugar de intentar que Charlie se detenga porque los otros niños no lo entienden.

Pero también lo entiendo, la estimulación constante puede evitar que un niño se concentre en clase. No creo que nosotros, las personas autistas, debamos cambiar para encajar con las personas neurotípicas, pero también quiero que Charlie tenga todas las oportunidades que pueda tener para aprender, y tal vez eso signifique evitar que aprenda en ciertas situaciones. El equilibrio entre querer que las personas acepten los comportamientos no dañinos que los autistas suelen emitir y querer que Charlie sea aceptado y pueda concentrarse en situaciones de la vida real, a veces es difícil de encontrar. 

Sí a la terapia ABA con ciertas condiciones 

La terapia ABA ha sido de gran ayuda para Charlie y para nosotros. Me entristece la poca importancia que se le da a los padres de niños autistas. Tengo esa sensación repugnante en el estómago cuando la gente me dice que estoy torturando a Charlie con ABA y que aprender a comunicarse y desarrollar habilidades de cuidado personal no es importante porque lo que importa es que sea feliz. Charlie está perfectamente feliz jugando en la caja de arena del gato. Charlie está feliz golpeándose la cabeza contra la pared. Charlie está feliz corriendo en la calle frente a los autos.

¿Qué hay de la seguridad de Charlie? ¿Y yo como madre, debo dejar que mi hijo se ponga en peligro porque es feliz? Charlie tampoco es feliz cuando no puede comunicarse ni hacerse escuchar. Gracias a sus terapeutas de ABA, Charlie ahora puede comunicar sus necesidades básicas con una aplicación en su iPad, llamada ProloQuo2go.

Estaba perdido antes de que la terapia ABA entrara en nuestra vida. No hay forma de que hubiera logrado lo que los terapeutas de Charlie hicieron por él, por mi cuenta. Un niño autista crece en un mundo compuesto casi por completo de personas neurotípicas, y tienen que aprender a funcionar dentro de él. El objetivo final de ABA es ayudar a las personas autistas a vivir una vida independiente, segura y feliz en este mundo, y creo que eso es maravilloso. Si bien entiendo algunas de las preocupaciones con la terapia ABA, en mi opinión, cuando se hace bien, administrada por personas comprensivas que están abiertas a la crítica y que tienen en mente el mejor interés del niño, ABA es la mejor terapia para niños en el espectro del autismo.

¿ABA causa TEPT? No, pueden leer sobre como ese único estudio es defectuoso y fue desacreditado aquí. 

Nota del traductor: También pueden leer en castellano este artículo publicado en Psyciencia sobre el mismo tema.  

Fuente: The Autism Cafe



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  • Análisis

Certificaciones para analistas conductuales

  • 09/03/2022
  • Alejandra Alonso
man lying on certificates

Esta semana ABA España notificó, en su cuenta de Instagram, que el Behavioral Intervention Certification Council (BICC) permitirá a las personas de habla hispana tomar el examen para sus certificaciones en español. Es una muy buena noticia para todas las personas que estén buscando alguna certificación como analistas de conducta. Anteriormente, la BACB permitía tomar el examen para su certificación en español, pero a partir de este año solo se puede tomar en inglés, es por eso que nos alegra la noticia de que el BICC tendrá la opción de un examen en español.

También queríamos aprovechar esta publicación para contarte brevemente cuáles son algunas de las certificaciones que existen y dónde puedes encontrar más información sobre ellas.

En general, las certificaciones requieren que las personas que van a aplicar cuenten con:

  1. Maestría o doctorado.
  2. Determinadas horas de cursos sobre ABA aprobados por cada institución.
  3. Determinadas horas de prácticas supervisadas (dependiendo de la certificación que se busque). Generalmente dichas prácticas cuentan las instancias de evaluación y planificación además del trabajo uno a uno con un cliente.
  4. Conocimiento del código de ética.
  5. Pasar un examen.

Behavior Analyst Certification Board (BACB)

Se estableció en 1998 y fue acreditado por el NCCA. Sin embargo, desde el 1 de Enero de 2023 no podrán aplicar a esta certificación personas que no residan en Estados Unidos, Canadá, Australia y el Reino Unido. Además, a partir de Enero del 2022, ya no realizan exámenes en versiones traducidas (entre ellas el español). Puedes encontrar más información (en inglés) aquí. Ofrece cuatro clases de certificaciones:

  1. Registered Behavior Technician (RBT)
  2. Board Certified assistant Behavior Analyst (BCaBA)
  3. Board Certified Behavior Analyst (BCBA)
  4. Board Certified Behavior Analyst-Doctoral (BCBA-D)

Qualified Applied Behavior Analysis (QABA)

Se establece en 2012, es acreditada internacionalmente por ANSI y ofrece la oportunidad de tomar los exámenes en línea. El QABA tiene las certificaciones que se nombran a continuación:

  1. Applied Behavior Analysis Technician (ABAT)
  2. Supervisory-qualified Qualified Autism Services Practitioner (QASP-S)
  3. Qualified Behavior Analyst (QBA)

Behavior Intervention Certification Council (BICC)

Establecida en 2013 y acreditada por el NCCA. Puedes encontrar más información (en inglés) aquí. Recientemente ABA España anunció que para estas certificaciones podrá tomarse el examen en español. Puedes aplicar a dos tipos de certificaciones:

  1. Board Certified Autism Professional (BCAP)
  2. Board Certified Autism Technician (BCAT)

International Behavior Analysis Organization (IBAO)

Cuenta con analistas conductuales de 25 países diferentes, puedes encontrar más información aquí. Las certificaciones ofrecidas por esta institución son dos:

  1. International Behavior Analyst (IBA)
  2. International Behavior Therapist (IBT)

Cursos certificados en español

Algunos de los cursos certificados que puedes tomar para acceder a las certificaciones, que además son en español y pueden ser tomados totalmente en línea, son los ofrecidos por:

  1. ABASCOOL: su curso está verificado por la ABAI y su contenido está aprobado por IBAO. Dan un título de master propio por la Universidad Complutense de Madrid.
  2. ABA España: su curso está verificado por la ABAI y por QABA y su contenido está aprobado por la IBAO.
  3. ABA en casa: recientemente comenzó una especialización en Análisis Conductual Aplicado, cuyo contenido está aprobado por QABA e IBAO.


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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Qué es la conducta?

  • 29/10/2021
  • Alejandra Alonso
silhouette photography of jump shot of two persons

Continuando con los artículos sobre análisis de conducta aplicado, hoy se presenta la definición de conducta y otros términos asociados, como clases de respuesta, respuesta topográfica, análisis funcional y repertorio conductual.

En ABA se considera conducta toda actividad de los organismos vivos. Es decir, todo lo que hacemos, cómo nos movemos pero también lo que decimos, pensamos y sentimos.

Sin embargo, si consideramos que la forma en que una disciplina define su objeto de estudio influye en la elección de métodos apropiados y posibles de medición, experimentación y análisis teórico usados, es necesaria una definición más precisa.

En general, la definición que se acepta como la más completa y precisa es la realizada por Johnston y Pennypacker: “La conducta es la porción de la interacción de un organismo con el ambiente, que involucra movimientos de alguna parte del organismo.”

Los ya nombrados autores dividen y explican cada parte de la definición de la siguiente manera:

  1. “(…) de un organismo”: Se enfatiza porque restringe el objeto de estudio a la actividad de organismos vivos. De esta manera, el “comportamiento de la bolsa de valores”, por ejemplo, queda fuera del uso científico del término ‘conducta’.
  2. “(…)la interacción de un organismo con su ambiente”: Con esta frase se evita implicar que la conducta es una posesión de los organismos, ya que resalta la necesidad de una interacción. La conducta solo sucede cuando hay una interacción del organismo con su alrededor (lo que incluye a su propio cuerpo). De esta manera, se considera que los estados independientes del organismo (hipotéticos o imaginados) no son eventos conductuales. Sentir hambre o estar nerviosa, por ejemplo, son frases que no especifican un agente ambiental con el que el organismo interactúe, por lo tanto no se pueden entender como conducta. Las frases utilizadas como ejemplo, son estados que suelen confundirse con el comportamiento que quieren explicar.
    Sucede lo mismo con cambios independientes en el ambiente, una persona puede mojarse con la lluvia, pero “estar mojado” no es conducta porque no se especifica una interacción. Estar mojado implica cambios en el ambiente pero no necesariamente sugiere o requiere cambios en el organismo.
    Este punto también excluye movimientos corporales producidos por fuerzas físicas independientes, como ser llevado por una ola en la playa (objetos sin vida pueden moverse de forma similar).
  3. “(…) movimientos de alguna parte del organismo”: Para poder observarse, una respuesta tiene que tener un efecto en el ambiente (es decir sobre un observador o sobre un instrumento, que a su vez afecte a un observador). Esto es cierto tanto al contraer un pequeño grupo de músculos para hacer bolitas de papel como al utilizar diferentes músculos para mover la palanca de cambios de un auto manual. Sin embargo, la conducta también involucra los movimientos de partes del cuerpo que no pueden ser observadas por otros (dentro de la piel). Por ejemplo, cambiar la atención de un instrumento a otro al escuchar música.

Clases de respuesta

Muchas veces se utiliza la palabra “conducta” para hacer referencia a clases de respuesta que comparten determinada función (por ejemplo, la conducta de escribir).

La definición técnica de la palabra respuesta es “acción del efector de un organismo”. Un efector es un órgano situado al final de un nervio eferente que se especializa en alterar el ambiente mecánicamente, químicamente o en términos de cambios en la energía (Michael, 2008, citado en Cooper, Heron y Heward, 2019).

En los humanos los efectores incluyen:

  • Músculos estriados (por ejemplo, biceps).
  • Músculos blandos (por ejemplo, el estómago).
  • Glándulas (por ejemplo, la glándula pituitaria).

Una clase de respuestas es un grupo de respuestas que tienen la misma función; es decir, cada respuesta que conforma el grupo, tiene el mismo efecto en el ambiente. Algunas pueden tener formas muy variadas (por ejemplo, pedir que hagas algo que me sorprenda), mientras que la variación topográfica de otras es muy limitada (por ejemplo, la firma de una persona).

Respuesta topográfica

La conducta también puede describirse por su forma (respuesta topográfica). Por ejemplo, los movimientos de las manos para lavárnoslas pueden ser descriptos por sus elementos topográficos.

Análisis funcional

Aunque utilizar descripciones topográficas a veces puede ser útil, en análisis de conducta se utiliza el análisis funcional de los efectos de la conducta en el ambiente.

Es de mayor utilidad ya que, como explicábamos antes, respuestas con diferentes topografías pueden tener la misma función. Pero también es más útil porque dos respuestas con igual topografía pueden ser conductas completamente diferentes dependiendo de las variables que las controlen. Por ejemplo, no será lo mismo ver las letras b-o-m-b-a en un cuento acompañadas de signos de admiración y leer en voz alta “¡bomba!”, que gritar “¡bomba!” estando dentro de un avión que está a punto de despegar.

Repertorio

Los analistas de conducta utilizan el término repertorio en al menos dos formas:

  • Refiriéndose a todas las conductas que una persona puede hacer.
  • Refiriéndose a la colección de conocimiento y habilidades relevantes para una tarea en particular (este último suele ser el uso más frecuente). Por ejemplo, repertorio de conductas que tiene un individuo para momentos recreativos.

Referencia: Cooper, J. O., Heron, T. E., & Heward, W. L. (2019). Applied Behavior Analysis (3rd Edition, Global edition). Pearson.



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Los dominios de la ciencia del análisis de conducta

  • 15/10/2021
  • Alejandra Alonso
photo of golden cogwheel on black background

Los autores de este libro definen al análisis de conducta aplicado como la ciencia en la que las tácticas derivadas de los principios de conducta se aplican de manera sistemática con el objetivo de mejorar conductas socialmente relevantes. Además se utiliza la experimentación para identificar las variables responsables del cambio en la conducta.

La definición puede dividirse en seis partes:

  1. Es una ciencia, es decir que sus valores y métodos se alinean con los de las investigaciones científicas.
  2. Todos los procedimientos utilizados se describen de manera tecnológica y sistemática.
  3. Se limita solo a tácticas que se deriven conceptualmente de los principios básicos de conducta.
  4. Se enfoca en comportamientos socialmente significativos.
  5. Sus objetivos más importantes son la comprensión (5) y la mejora (6).

Dominios interrelacionados

La ciencia del análisis de la conducta tiene cuatro dominios que están interrelacionados. Es común que un analista de conducta trabaje en múltiples dominios.

Aunque cada dominio puede ser definido y practicado por separado, ninguno es completamente independiente del desarrollo de los otros, ni puede estar desinformado con respecto a los otros.

Conductismo radical

Es el dominio filosófico del análisis de la conducta. Su función es ocuparse de cuestiones teóricas y conceptuales. Un ejemplo es la exploración del interjuego de la práctica conductual y cultural que realizó Glenn en 2004.

Análisis experimental de la conducta

Es la rama de investigación básica. Dichos estudios consisten en experimentar tanto con humanos como con animales, en laboratorios. Su objetivo es descubrir, extender y clarificar principios fundamentales de la conducta. Por ejemplo, el trabajo de Mazur y Fantino (2014) sobre tomar decisiones.

Análisis de Conducta Aplicado (ABA)

En este dominio se realizan experimentos para descubrir y clarificar relaciones funcionales entre conductas socialmente relevantes y las variables que las controlan. Con estos experimentos se contribuye a desarrollar tecnologías de cambio de conducta más humanas y efectivas. Como ejemplo, podemos nombrar la investigación de Romanowich y Lamb (2015) sobre los efectos de varios horarios de reforzamiento en la abstinencia de fumadores.

Analista conductual

La realización de servicios profesionales es el último dominio. Los analistas conductuales diseñan, implementan y evalúan los programas de cambio de conducta que consisten en tácticas de cambio de conducta que se derivan de los principios fundamentales del comportamiento descubiertos por investigaciones básicas y experimentales.

Una ciencia es constante desarrollo y con mucho potencial

El conocimiento con el que cuenta ABA sobre cómo funciona la conducta está incompleto. Incluso está incompleto en relación a los principio básicos y la tecnología derivada de ellos. Sin embargo, la investigación y práctica en análisis de conducta aplicado ha mejorado el desempeño humano y la calidad de vida de los participantes en una amplia gama de áreas.

Heward y Critchfield (2019) realizaron una lista con más de 230 temas diferentes donde se ha utilizado el análisis de conducta aplicado para mejorar distintas problemáticas. Algunos temas probablemente ya te los imagines (TEA, TDAH, trastornos del aprendizaje), mientras que otros pueden sorprender. A continuación te comparto algunos:

  1. Seguridad en aviación
  2. Basketball
  3. Rechazo de ir a la cama
  4. Bruxismo
  5. Prevención del cáncer
  6. Adicción a drogas
  7. Demencia
  8. Miedo a procedimientos dentales
  9. Dolores de cabeza
  10. Incontinencia
  11. Pérdida de peso
  12. Vandalismo


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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

ABA: Filosofía, historia e investigación

  • 20/09/2021
  • Alejandra Alonso

Ciertamente para entender bien el análisis de conducta aplicado (ABA) es preciso conocer sus bases filosóficas y las investigaciones básicas que le ayudaron a avanzar.

Un poco de historia y filosofía

La filosofía detrás de ABA es el conductismo, así que revisaremos un poquito de la historia del conductismo, sus tipos y qué los distingue. También veremos los inicios del análisis experimental de conducta.

El conductismo de Watson

Recordemos que a principios de 1900 el campo de la psicología era dominado por el estudio de los estados de la consciencia y los procesos mentales. En ese contexto, John B. Watson se convierte en el vocero de una nueva dirección para el campo.

Para Watson, el tema de estudio de la psicología no eran los estados de la mente o los procesos mentales, sino el comportamiento observable. El sostenía que un estudio objetivo de la conducta debía consistir en observar la relación entre el estímulo ambiental (E) y las respuestas (R) que evocan. Así, el conductismo de Watson se convirtió en la psicología estímulo-respuesta (E-R).

Si bien el enfoque de Watson todavía no contaba con evidencia, estaba convencido de permitiría controlar la conducta y mejorar el desempeño en diversas áreas (educación, negocios, etc.).

A pesar de algunas declaraciones atrevidas que Watson realizó y de que el conductismo que subyace al análisis de conducta aplicado es diferente al propuesto por Watson, su insistencia en el estudio objetivo de la conducta fue una contribución inmensa al campo.

El conductismo radical de Skinner

B. F. Skinner escribió mucho sobre la filosofía de ABA, de hecho publicó un libro llamado Walden Dos, que describe una comunidad utópica donde se usan la filosofía y los principios de la conducta.

En su libro “Sobre conductismo”, publicado en 1974, él asegura que el conductismo es la filosofía de la ciencia de la conducta humana. La diferencia fundamental con otras teorías psicológicas (incluidas otras formas de conductismo) es que el mentalismo es el común denominador de muchas.

El mentalismo es el enfoque que asume que hay una dimensión interior, diferente a la dimensión conductual. Los términos que se usan para referirse a esta dimensión son: propiedades neuronales, psíquicas, espirituales, subjetivas, conceptuales o hipotéticas. El mentalismo asume que esta dimensión es la causa o al menos una mediadora de algunas o todas las formas de conducta (un ejemplo de constructos hipotéticos que se utilizaron para explicar la conducta, es la estructura psíquica descrita por Freud).

Los constructos hipotéticos no pueden observarse ni someterse a manipulación experimental.

Aunque Skinner creía que era un error descartar eventos que influyen en la conducta solo porque no son accesibles a otros, pensaba que usar explicaciones mentalistas para explicar las causas de la conducta no contribuía en nada. Además consideraba que eran el ingrediente principal de las formas circulares de ver las causas y efectos de los eventos y llevaban a un falso sentido de entendimiento.

Artículo relacionado: La ‘extraña muerte’ del conductismo radical

Por ejemplo, cuando una persona es sometida a consecuencias aversivas moderadas al caminar por el suelo mojado y mohoso, loma abajo en dirección su casa, puede ser que comience a caminar de una forma que describiríamos como cuidadosa. El problema es cuando empezamos a decir que camina cautelosamente por que es cuidadoso.

Hay muchas formas de conductismo:

  1. Estructuralismo
  2. Conductismo metodológico
  3. Formas de conductismo que usan lo cognitivo como factor causal.
  4. Conductismo radical.

Tanto el estructuralismo como el conductismo metodológico rechazan todos los eventos que no son definidos operacionalmente por evaluaciones objetivas.

El estructuralismo directamente evita el problema de las explicaciones mentalistas al concentrarse solo en la descripción de la conducta. No hacen manipulaciones de variables ni responden preguntas sobre factores causales.

El conductismo metodológico reconoce la existencia de eventos mentales pero no los considera en el análisis del comportamiento. Se restringen e ignoran así áreas de gran importancia para entender el comportamiento y no se apoya la innovación en la ciencia de la conducta.

Contrario a lo que algunos piensan, Skinner fue el primer conductista en ver a los pensamientos y emociones, que el llamaba eventos privados, como conducta. Para él, estos eventos privados podían analizarse con las mismas herramientas conceptuales y experimentales que se usan para la conducta observable. El hace tres suposiciones sobre los eventos privados:

  1. Son también conducta.
  2. Lo que los distingue de otras conductas es que son inaccesibles.
  3. Los influyen las mismas variables que influyen en las conductas públicas.

El conductismo radical de Skinner toma en cuenta y busca entender toda la conducta humana. La palabra “radical” significa exhaustivo, indicando que esta filosofía busca incluir todas las conductas, publicas y privadas. Es importante recordar que los individuos respondemos a ciertos estímulos que son accesibles para nosotros solos.

Los autores resaltan que su libro se basa en el conductismo radical y animan a los estudiantes de análisis conductual a leer los textos originales de Skinner.

Análisis de conducta experimental

La rama experimental del análisis de conducta comienza con la publicación, en 1938, del libro de Skinner “La conducta de los organismos”. En dicho texto se resumen las investigaciones que el autor realizó entre 1930 y 1937; además se presentan dos clases de conducta: Operante y respondiente.

Artículo recomendado: Condicionamiento clásico: la venganza de Pavlov

La conducta respondiente son los comportamientos reflejos (como los descritos en los trabajos de Ivan Pavlov en 1927). Las respuestas son elicitadas por estímulos que las preceden inmediatamente (reflejo), son involuntarias y ocurren cada vez que el estimulo se presenta.

Por ejemplo:

  1. Luz brillante —> Pupila se retrae.
  2. Irritación de la garganta —> Tos
  3. Comida no digerible en el estómago —> Vómito
  4. Temperaturas altas (cuando tienes calor) —> Sudor

Al igual que muchos profesionales de la época, Skinner también notó que el paradigma de E-R propuesto por Watson no lograba explicar muchas conductas. Sin embargo, él tomó un enfoque diferente al que otros habían adoptado: Continuó observando el ambiente para encontrar los determinantes de las conductas que no eran causadas por estímulos antecedentes. Así fue que se dio cuenta de que el comportamiento cambia más por las consecuencias que le siguen inmediatamente que por los antecedentes (aunque el contexto es importante). Y surgen las contingencias de tres términos. Skinner llamó a esta otra clase de conductas, conducta operante.

La contingencia operante de tres términos fue un concepto revolucionario y se convirtió en la unidad primaria de análisis.

En el año 1938, Skinner nombra al campo que analizará la conducta operante y su relación con el ambiente como análisis experimental de conducta y propone una metodología: registrar la frecuencia con la que un sujeto (utilizó animales en un principio) emitía determinada conducta en una cámara experimental controlada y estandarizada.

Dichos procedimientos de investigación evolucionaron y ahora existen enfoques experimentales que permiten demostrar relaciones funcionales entre las conductas y diferentes tipos de eventos ambientales.

Skinner y sus colegas y estudiantes descubrieron y verificaron los principios básicos de la conducta operante que continúan siendo el fundamento empírico del análisis de conducta.

Análisis de conducta aplicado: primeros experimentos

Se reporta que el primer estudio publicado en utilizar los principios de conducta operante fue el realizado por Fuller en 1949. Se exploró el caso de un sujeto masculino de 18 años con discapacidad grave a quien se describía como “idiota vegetativo”, ya que permanecía acostado sin poder darse vuelta. Lo que hizo Fuller fue utilizar una jeringuilla (que llenó con leche y azúcar) para poner una pequeña cantidad en la boca del muchacho cada vez que movía su brazo derecho (se eligió ese brazo porque lo movía muy poco). Luego de 4 sesiones el chico movía el brazo a una posición vertical 3 veces por minuto. Los médicos hasta entonces consideraban que era imposible que el joven aprendiera algo.

Artículo recomendado: El conductismo desalmado

Durante los años 50 y principios de los 60, los investigadores se enfocaron en saber si los principios de conducta que se habían observado en animales aplicaban también para los humanos (puedes ver por ejemplo los trabajos de Sidney Bijau, Don Baer y Ogden Lindsley).

El análisis de conducta aplicado toma también otro estudio como uno de los más icónicos: la investigación de Ayllon y Michael en 1954 que se tituló: “La enfermera psiquiátrica como ingeniera conductual”. En un hospital estatal se utilizaron técnicas basadas en los principios de conducta para mejorar el funcionamiento de pacientes con trastornos psicóticos y discapacidad intelectual.

Sin embargo, los investigadores de esta época enfrentaron varios problemas: Las técnicas de laboratorio para medir la conducta y controlar variables muchas veces no estaban disponibles o su uso no era práctico en ambientes aplicados. Para solucionarlo, tuvieron que desarrollar procedimientos experimentales sobre la marcha; aunque el escaso financiamiento para esta nueva disciplina y la falta de un lugar donde publicar sus estudios dificultaban la comunicación entre profesionales.

A pesar de las dificultades, se hacían descubrimientos interesantes regularmente, por ejemplo: Atención y alabanzas contingentes del docente, sistemas de reforzamiento con fichas, instrucción programada, etc.

Durante esa misma época comenzaron a surgir programas universitarios sobre análisis de conducta aplicado en varias universidades de Estados Unidos, lo que ayudó a impulsar el crecimiento del campo.

El inicio formal de ABA

Dos eventos importantes marcaron el comienzo formal del análisis de conducta aplicado en el año 1968:

  1. Se empezaría a publicar la primer revista sobre el campo en Estados Unidos que, a su vez, les daría a los investigadores un lugar donde publicar sus resultados: El Journal of Applied Behavior Analysis (JABA), que aún hoy sigue siendo una revista científica muy importante.
  2. El segundo evento importante fue la publicación de un paper, escrito por Donald Baer, Montrose Wolf y Todd Risley, considerados los fundadores de la disciplina. En el artículo proponían una forma de juzgar la adecuada práctica e investigación en análisis de conducta aplicado. El título en español es el siguiente: “Algunas dimensiones actuales del análisis aplicado de conducta.”

Puedes leer el artículo de Baer, Wolf y Risley en inglés haciendo click aquí. Si no puedes leer en inglés, no te pierdas el próximo artículo de ABA donde comentaremos ese paper.

En el libro puedes encontrar una excelente lista de libros, revistas científicas y organizaciones profesionales que han contribuido al avance de esta ciencia, entre ellas: el libro ”Conducta verbal” (Skinner), el libro ”Conceptos y principios del análisis de conducta” (Michael), la revista mexicana de análisis de conducta, la revista brasileña de análisis de conducta, la división 25 de la APA, la BCBA, la ABAI y la Sociedad Mexicana de Análisis de Conducta.

Referencia: Cooper, J. O., Heron, T. E., & Heward, W. L. (2019). Applied Behavior Analysis (3rd Edition, Global edition). Pearson.



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  • Análisis

Qué caracteriza al ABA como ciencia y qué es la ciencia

  • 01/09/2021
  • Alejandra Alonso

Recientemente comencé a estudiar más sobre el análisis de conducta aplicado (ABA) y, entre los mejores materiales de lectura sobre este tema se encuentra el libro de John Cooper, Timothy Heron y William Heward: Applied Behavior Analysis. Third Edition. Así que decidí compartir con todas las personas a las que podría parecerles interesante este tema, lo que voy leyendo.

En esta primer entrega, por supuesto, comenzaremos por lo más básico: Qué caracteriza a ABA como ciencia y qué es la ciencia.

El análisis de conducta aplicado es una ciencia que se ocupa de entender y mejorar la conducta de las personas. Así, se enfoca en conductas socialmente relevantes, utiliza intervenciones y técnicas basadas en la investigación y se apoya en el método científico para demostrar relaciones confiables entre la intervención utilizada y la mejora en el comportamiento.

¿Qué es la ciencia?

Los autores la definen como un acercamiento sistemático a la búsqueda y organización del conocimiento.

¿Cuál es su propósito?

El objetivo principal de toda ciencia es entender a cabalidad un fenómeno (en el caso de ABA es el cambio en la conducta socialmente relevante).

La ciencia busca descubrir verdades, es decir hechos y leyes universales. Para conseguirlo se intenta separar esto de las razones por las que se busca determinado conocimiento (personales, económicas, políticas, etc.).

Los diferentes tipos de investigación contribuyen al conocimiento en uno o más de los tres niveles de comprensión:

  1. Descripción: Se refiere a la observación sistemática. Consiste en la recolección de hechos que se puedan cuantificar, clasificar y examinar para buscar posibles relaciones con otros hechos. Los estudios descriptivos suelen producir hipótesis o preguntas para nuevos estudios.
  2. Predicción: Las observaciones repetidas pueden revelar que dos eventos suelen presentarse juntos (correlación). Un hallazgo así puede usarse para predecir la probabilidad relativa de que un evento ocurra, basándonos en la presencia del otro. En esta clase de estudios las variables no pueden manipularse o controlarse, es por eso que siempre leemos que no pueden demostrar que una de las variables observadas sea responsable de los cambios en la otra. Sin embargo, son útiles para sugerir posibles relaciones causales que deben ser exploradas en estudios experimentales.
  3. Control: Es cuando, al manipular una variable, conseguimos determinado cambio o logramos que la otra variable asuma ciertas características. En análisis de conducta aplicado, las relaciones funcionales son las que proveen una comprensión tal de la conducta, que luego permitirá el desarrollo de tecnologías capaces de cambiar comportamientos. Decimos que hay una relación funcional “cuando un experimento bien controlado demuestra que un cambio específico en un evento (la variable dependiente) ha sido confiablemente producido por la manipulación específica de otro evento (la variable independiente) y que es improbable que los cambios en la variable dependiente fueran producidos por factores extraños (variables de confusión)”, escriben Cooper, Heron y Heward (2019, p. 20).

Las relaciones funcionales son las bases del análisis de conducta aplicado.

Las actitudes y supuestos de la ciencia

Para conseguir su objetivo principal, las personas que trabajan en ciencia deben guiar su conducta con ciertos supuestos y valores. ¿Cuáles son?

1. Determinismo

Se asume que el universo es un lugar ordenado y regido por leyes. Todos los fenómenos ocurrirán como resultado de otros eventos. Los eventos se relacionan de forma sistemática con otros factores, los cuales también son susceptibles de ser investigados científicamente.

2. Empirismo

Es la práctica de observar objetivamente y medir los fenómenos. La palabra “objetividad” aquí se refiere a dejar de lado los prejuicios personales, las opiniones y los gustos. La observación objetiva se basará en descripciones detalladas, medidas sistemáticas y repetidas y cuantificación precisa de un fenómeno.

Este es un punto en el que los analistas de conducta hacen mucho hincapié: Todo esfuerzo por entender, predecir y mejorar conductas depende de la habilidad del analista para definir de forma completa, observar sistemáticamente y medir de forma precisa y confiable la ocurrencia o no ocurrencia de una conducta.

Cuando hay una correlación entre eventos, podría existir una relación funcional, pero también podría haber otros factores que influyan en la variable dependiente. Para explorar esto, se debe realizar un experimento en el que los factores que podrían estar causando el cambio sean sistemáticamente controlados y manipulados, mientras que los efectos en la variable dependiente son cuidadosamente observados.

3. Replicación

El conocimiento conseguido a través de la ciencia, será considerado como útil y confiable en la medida en que se haya podido replicar varias veces, con el mismo patrón básico de resultados.

Si bien no hay un número específico de veces en que se debe replicar un estudio, mientras más importante sea el hallazgo para la teoría o práctica, más veces debería ser replicado.

4. Parsimonia

Viste cuando le comentas, preocupada, al técnico que la televisión no anda y él te dice: “¿Te fijaste si está enchufada?” Bueno, la idea de la actitud de parsimonia es que todas las explicaciones simples y lógicas para un fenómeno deben ser descartadas, experimental o conceptualmente, antes de considerar explicaciones más complicadas o complejas.

Una interpretación parsimoniosa solo cuenta con aquellos elementos que son necesarios y suficientes para explicar un fenómeno. Esta ley se deriva de la navaja de Ockham, que declara que no debemos ponerles más elementos de los absolutamente necesarios a las explicaciones.

5. Duda filosófica

En ciencia, los hechos deben ser continuamente cuestionados y el conocimiento siempre debe ser visto como tentativo. Esto es especialmente difícil cuando eres tú quien ha hecho el descubrimiento, pero siempre se debe tener la disposición a dejar de lado esos hallazgos y reemplazarlos con conocimientos que se deriven de nuevos hallazgos.

Los analistas conductuales también deben ser escépticos en la práctica diaria.

6. Otros valores y actitudes importantes

Para que el conocimiento sea de la mejor calidad y veamos progreso, en la ciencia debe reinar la curiosidad, la diligencia, la ética, la perseverancia, la honestidad y la minuciosidad.

Referencia: Cooper, J. O., Heron, T. E., & Heward, W. L. (2019). Applied Behavior Analysis (3rd Edition, Global edition). Pearson.



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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Medidas preventivas para terapeutas de análisis aplicado de conducta (ABA) frente al COVID-19

  • 23/03/2021
  • Equipo de Redacción

Descripción de la guía:

Este documento ha sido elaborado en colaboración con un grupo de expertos en análisis aplicado de conducta, epidemiología, salud pública y medicina preventiva. Las medidas recomendadas están ordenadas de forma secuencial teniendo en cuenta la distribución temporal de una sesión típica de trabajo ABA con estudiantes con diagnóstico de trastorno del espectro autista y/o discapacidad intelectual.

Las recomendaciones en cada sección están distribuidas en orden decreciente según el nivel de prioridad preventiva de la recomendación. Se incluyen únicamente recomendaciones identificadas como de prioridad neutra o superior. El grado de fiabilidad interjueces entre expertos de salud pública y prevención fue moderado.

Estas recomendaciones no han sido evaluadas empíricamente en los contextos relevantes y se apoyan únicamente en una valoración subjetiva informada por expertos, así como en la valoración de su potencial de implementación práctica por analistas de conducta durante la provisión de servicios ABA.

A continuación, se presentan definiciones sistemáticas utilizadas en las recomendaciones.

Descarga la guía completa en formato PDF.

Fuente: ABA España (2020). Medidas preventivas para terapeutas de servicios de análisis aplicado de conducta (ABA) frente al COVID-19. doi:10.26741/covid19

Artículo relacionado: Especial ABA en el tratamiento del autismo (PDF)



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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Evaluación de reforzadores para personas con discapacidad grave ( RAISD)

  • 18/02/2021
  • Equipo de Redacción

ABA España presenta la versión en español de la escala RAISD, un instrumento desarrollado por el equipo del Dr. Wayne Fisher y diseñado para preseleccionar estímulos de alta preferencia dentro de varias categorías y modalidades sensoriales. La escala puede usarse en conjunción con métodos de evaluación de preferencias de estímulo y de reforzadores.

Descarga el instrumento en formato PDF.

Referencia: Fisher, W. W., Piazza, C. C., Bowman, L. G., & Amari, A. (2021). Evaluación de Reforzadores para Personas con Discapacidad Grave, RAISD (J. Virues-Ortega, trad.). ABA España. https://doi.org/10.26741/2021.raisd

Fuente: ABA España



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