La Terapia Focalizada en las Emociones (TFE) surge como un enfoque terapéutico desarrollado por Leslie Greenberg y colegas en la década de los ochenta. Este modelo se basa en la comprensión de lo emocional como parte fundamental para el cambio psicológico, combinando aspectos de la teoría del apego, la neurociencia y las corrientes humanistas.
La TFE se considera situada dentro de la psicoterapia humanista y está inspirada directamente en sus postulados clásicos. Por ello, comparte ciertas similitudes con la Terapia Gestalt y el humanismo clásico, pero también presenta diferencias respecto a su estructuración así como su tendencia a una mayor investigación.
La TFE nació en un contexto en el que los enfoques humanistas tradicionales, como la terapia gestalt de Fritz Perls o la terapia centrada en el cliente de Carl Rogers, habían establecido las bases para trabajar desde una perspectiva centrada en la persona. Sin embargo, Leslie Greenberg y sus colegas identificaron la necesidad de un modelo que abordara las emociones de manera más estructurada.
Este enfoque integró elementos de la terapia centrada en el cliente y de la gestalt con una comprensión moderna de las emociones basada en investigaciones empíricas. La TFE sostiene que las emociones tienen un potencial adaptativo innato que, si es activado, puede ayudar a los clientes a transformar estados emocionales problemáticos en experiencias más saludables. Esto implica identificar todo el abanico emocional para darle sentido y saberlo utilizar a favor de la persona (Jódar, 2023).
Similitudes con la gestalt y el humanismo clásico
La TFE comparte varias similitudes con la terapia gestalt y el humanismo clásico, especialmente en su énfasis en la experiencia subjetiva y la relación terapéutica. Algunas de las similitudes más destacadas incluyen:
- Enfoque centrado en la persona: Al igual que la terapia centrada en el cliente de Rogers, la TFE parte del supuesto de que las personas tienen una tendencia innata hacia el crecimiento y la autorrealización, siempre y cuando en terapia se ofrezcan las condiciones necesarias.
- Uso de técnicas experienciales: La terapia gestalt, con su énfasis en el «aquí y ahora» y las técnicas para explorar las emociones y los conflictos internos, influyó mucho en el desarrollo de la TFE. Por ejemplo, la técnica de la «silla vacía» en la que se ponen en diálogo diferentes aspectos de sí mismo es herencia directa de la gestalt.
- Importancia de la relación terapéutica: Tanto la TFE como los enfoques humanistas clásicos consideran que la alianza terapéutica es un factor esencial para facilitar el cambio.
Diferencias con la gestalt y el humanismo clásico
A pesar de estas similitudes, la TFE se diferencia en varios aspectos clave:
- Base teórica y estructura clara: Mientras que la terapia gestalt y el humanismo clásico tienden a ser más filosóficos y menos estructurados, la TFE ofrece un marco teórico específico y procedimientos basados en investigaciones. Esto incluye la clasificación de las emociones en cuatro categorías: primarias adaptativas, primarias desadaptativas, secundarias reactivas e instrumentales.
- Procesamiento de esquemas emocionales: La TFE introduce el concepto de esquemas emocionales, que son estructuras internas que organizan la experiencia y guían las respuestas automáticas. Estos esquemas pueden ser transformados a través de la activación de emociones más adaptativas durante las sesiones (Jódar,2023).
- Principios del cambio emocional: La TFE detalla principios específicos para promover el cambio, como la toma de conciencia, la regulación, la expresión y la transformación emocional. Además utiliza para ello otras herramientas externas como el focusing.
Ejemplos clínicos y aplicación práctica
Un aspecto distintivo de la TFE es su enfoque en tareas terapéuticas específicas basadas en marcadores emocionales. Por ejemplo, cuando un cliente experimenta un conflicto interno o una emoción bloqueada, el terapeuta puede usar una «silla vacía» para explorar emociones reprimidas y promover soluciones al conflicto interno. Mientras que hay enfoques que se centran más en la aceptación de la emoción presente, la TFE busca la transformación de emociones desadaptativas (provenientes del pasado) en estados más adaptativos (ajustados al presente), como la compasión o el sano orgullo (Jódar, 2023).
Conclusión
La Terapia Focalizada en las Emociones representa una evolución significativa dentro de los enfoques humanistas, al integrar conceptos y técnicas de diversas disciplinas para abordar las emociones de manera más precisa y efectiva. Si bien comparte una base filosófica con la gestalt y el humanismo clásico, su énfasis en la transformación emocional y su fundamentación en evidencias empíricas la diferencian como un modelo innovador para el trabajo terapéutico.
Referencias
- Greenberg, L.S., & Paivio, S.C. (1997). Trabajar las emociones en psicoterapia. Paidós
- Jódar, R.,& Caro, C. (2023). Manual práctico de la Terapia Focalizada en la Emoción. Desclée De Brouwer.
- Perls, F. S. (1994). Sueños y existencia. Editorial Cuatro Vientos.
- Rogers, C. R. (2006). El proceso de convertirse en persona. Paidós.
Por Rafael Perez, psicólogo en Estar Contigo Terapia – Psicólogos en Granada y Online con una
Terapia Focalizada en la Emoción.
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