Sabemos que la terapia cognitivo-conductual es el tratamiento de primera linea para la depresión. Sin embargo, también existe un cuerpo sólido de evidencia que señala el papel central de los factores interpersonales en el inicio y la persistencia de la depresión. Este hallazgo ha impulsado el desarrollo de psicoterapias que intervienen directamente en las dinámicas relacionales.
Entre ellas se encuentra la terapia sistémica, que concibe la conducta y los síntomas psicológicos dentro de los sistemas sociales en los que las personas viven.
A pesar de que la terapia sistémica está bien establecida en muchos países y cuenta con más de sesenta años de desarrollo, rara vez aparece en las guías clínicas y recomendaciones de tratamiento para la depresión. Esto se debe, en parte, a que durante mucho tiempo existió poca investigación sobre su efectividad; solo en las últimas décadas se ha comenzado a publicar un número limitado de estudios al respecto.
Uno de esos estudios, un metaanálisis, fue publicado el año pasado en la revista Psychotherapy Research que comparó la efectividad de la terapia sistémica para el tratamiento de la depresión con otros tratamientos psicológicos. La investigación es muy interesante y tiene muchos detalles que quiero compartir contigo:
La investigación
La investigación se basó en tres preguntas fundamentales:
- ¿Las personas adultas con depresión que reciben terapia sistémica muestran mejores resultados en sus síntomas depresivos que aquellas que reciben otros tratamientos o ningún tratamiento (por ejemplo, lista de espera)?
- ¿Las tasas de abandono son más bajas en el grupo de terapia sistémica que en un tratamiento alternativo o en el grupo de control sin tratamiento?
- ¿La edad de los participantes, el año de publicación, la duración del tratamiento, el tipo de tratamiento alternativo y el país en el que se realizó el estudio (países occidentales y no occidentales, como China e Irán) actúan como posibles factores moderadores?
Los autores buscaron en distintas bases de datos investigaciones que cumplieran los siguientes criterios:
- Los estudios debían reportar resultados de ensayos controlados aleatorizados (RCT) que compararan los efectos de la terapia sistémica (combinada con medicación o psicoeducación) con un grupo control, como una lista de espera u otro tratamiento psicológico.
- Las intervenciones debían estar diseñadas por pioneros de la terapia sistémica (por ejemplo, Minuchin o Satir) o ser reconocidas como enfoques sistémicos basados en la teoría de sistemas. También se requería que los terapeutas trabajaran en la relación terapéutica y/o en los patrones relacionales, como el establecimiento de límites familiares.
- Los participantes debían tener un diagnóstico de depresión que cumpliera con los criterios del DSM o de la CIE.
- Los participantes debían tener más de 18 años.
- Los estudios debían aportar suficiente información sobre los cambios en los síntomas depresivos para calcular los tamaños del efecto.
Tras aplicar estos criterios, se incluyeron 33 estudios de 12 países diferentes, entre ellos Irán, China y Estados Unidos. En total, 1172 pacientes recibieron aleatoriamente terapia sistémica, 410 recibieron otros tratamientos y 772 formaron parte del grupo control. En promedio, recibieron 9.3 sesiones de terapia sistémica.
Resultados
Al comparar la terapia sistémica con otros tratamientos, no se observaron diferencias significativas. En cambio, al compararla con el grupo control (personas que no recibieron tratamiento), sí se encontró una mejoría en los síntomas depresivos.
La mejoría no dependió del número de sesiones de tratamiento sistémico. Los efectos variaron según el año de publicación: los estudios más recientes encontraron resultados más fuertes que los estudios anteriores.
No se encontraron diferencias significativas entre los estudios realizados en contextos occidentales y no occidentales (como Irán y China). Al compararla con otros tratamientos, la terapia sistémica mostró un efecto menor que la terapia cognitivo-conductual (basado en dos RCT). Sin embargo, tuvo resultados más robustos que otras terapias (11 RCT) y ligeramente superiores a la terapia psicodinámica. Estas diferencias significativas —excluyendo la comparación con TCC y psicodinámica— se mantuvieron en el seguimiento.
Para los autores, estos hallazgos sugieren que la terapia sistémica es tan eficaz como otros tratamientos activos para la depresión. Sin embargo, al compararla con la terapia cognitivo-conductual, esta última obtuvo mejores resultados.
Además, la terapia sistémica podría ser más costo-efectiva que otras terapias individuales, ya que tiende a requerir menos sesiones.
Efectos de las variables moderadoras
Los autores encontraron un efecto moderador en el año de publicación: las investigaciones más recientes mostraron un efecto mayor de tratamiento. Esto puede deberse a que los estudios más actuales, en especial los realizados en China e Irán, aplicaron versiones manualizadas y estructuradas de la terapia breve centrada en soluciones. Comparada con otros enfoques sistémicos, esta forma parece más fácil de aprender y aplicar en contextos clínicos.
Sin embargo, no se encontraron diferencias de efectividad entre los estudios realizados en países no occidentales y los occidentales. Lo que sugiere que la terapia sistémica puede ser eficaz para reducir los síntomas depresivos en diferentes contextos culturales.
Limitaciones
Aunque la investigación incluyó todos los estudios relevantes disponibles, el número total fue bajo, lo que limita la generalización de los resultados.
Otra limitación importante es que la terapia sistémica no corresponde a un único modelo, sino a un conjunto amplio de enfoques que se engloban bajo el “paraguas sistémico”. Aunque comparten principios comunes, difieren en aspectos como la estructura del tratamiento y el grado de énfasis en el sistema relacional del paciente. Esto dificulta precisar qué procedimientos específicos generan los cambios en los síntomas depresivos.
Conclusión
A pesar de sus limitaciones, este metaanálisis abre nuevas líneas de investigación clínica. Al ser el primero en comparar la terapia sistémica en el tratamiento de la depresión, aporta evidencia de que estos enfoques pueden ser útiles, en especial cuando los síntomas están vinculados a factores relacionales. De esta forma, la terapia sistémica se perfila como una alternativa capaz de responder a necesidades específicas de ciertos pacientes.
Referencia: Vossler, A., Pinquart, M., Forbat, L., & Stratton, P. (2024). Efficacy of systemic therapy on adults with depressive disorders: A meta-analysis. Psychotherapy Research, 35(6), 867–883. https://doi.org/10.1080/10503307.2024.2352741