La Asociación Americana de Psicología (APA) publicó recientemente una actualización de sus lineamientos clínicos para el tratamiento del trastorno de estrés postraumático (TEPT), una condición que afecta a millones de personas expuestas a experiencias traumáticas como violencia, abuso, accidentes o desastres naturales.
Una de las novedades más destacadas de esta guía es la clasificación de los tratamientos en dos categorías: primera línea y segunda línea, según el nivel de respaldo empírico que presentan. Esta organización permite a los profesionales tomar decisiones más informadas, basadas en la calidad y consistencia de la evidencia disponible.
En la primera línea se encuentran las intervenciones con mayor solidez científica y mejores resultados terapéuticos. Estas incluyen variantes de la terapia cognitivo-conductual (TCC), como la terapia de procesamiento cognitivo, la exposición prolongada y la terapia cognitiva centrada en el trauma. Todas estas han demostrado consistentemente su eficacia para reducir los síntomas del TEPT en distintos contextos clínicos y poblaciones.
Por otro lado, los tratamientos de segunda línea son aquellos que también han mostrado beneficios, pero cuya evidencia es menos robusta o más limitada. En este grupo se encuentran algunos enfoques que suelen considerarse de uso frecuente en la práctica clínica, como la medicación psicotrópica (por ejemplo, sertralina, fluoxetina, venlafaxina) y la terapia EMDR. Esto no significa que no sean útiles, sino que su eficacia puede depender más del perfil del paciente, del contexto clínico o de factores complementarios, y que la investigación aún no ha alcanzado el mismo nivel de consistencia que en los tratamientos de primera línea.
Este cambio en la jerarquización invita a los profesionales a revisar críticamente sus enfoques y a considerar con mayor claridad la relación entre la elección del tratamiento, la calidad de la evidencia y las características particulares de cada paciente.
Además, subraya la importancia de mantenernos actualizados, especialmente en un campo tan complejo y en evolución como el del trauma psicológico. Aunque como psicólogos no todos dirigimos el tratamiento farmacológico, sí somos responsables de conocer sus indicaciones y limitaciones, y de trabajar en colaboración con otros profesionales de la salud para ofrecer una atención integral y basada en la mejor evidencia disponible.
Tratamientos de primera linea para el trastorno de estrés postraumático
- Terapia cognitivo conductual: La terapia cognitivo-conductual se centra en la relación entre pensamientos, emociones y conductas. Aborda problemas y síntomas actuales, y busca cambiar patrones que interfieren con el funcionamiento del paciente.
- Terapia de procesamiento cognitivo: La terapia de procesamiento cognitivo es una forma específica de TCC que ayuda a los pacientes a identificar y cuestionar creencias disfuncionales relacionadas con el trauma.
- Exposición prolongada: La exposición prolongada es una forma específica de TCC que enseña a las personas a enfrentar gradualmente recuerdos, emociones y situaciones relacionadas con el trauma, para reducir el miedo y evitar la evitación.
Tratamientos de segunda linea para el trastorno por estrés postraumático
- Terapia cognitiva: Derivada de la terapia cognitivo-conductual, la terapia cognitiva consiste en modificar las evaluaciones y recuerdos negativos del trauma, con el objetivo de interrumpir los patrones de pensamiento y/o comportamiento perturbadores que interfieren en la vida cotidiana de la persona.
- EMDR: Una terapia estructurada que anima al paciente a enfocarse brevemente en el recuerdo traumático mientras experimenta estimulación bilateral (generalmente movimientos oculares), lo cual se asocia con una reducción en la intensidad y carga emocional de dichos recuerdos.
- Terapia de exposición narrativa: La terapia de exposición narrativa ayuda a las personas a construir un relato de vida coherente que les permita contextualizar y procesar sus experiencias traumáticas.
- Medicación: Se sugirieron cuatro medicamentos para el tratamiento del TEPT (enumerados alfabéticamente): fluoxetina, paroxetina, sertralina y venlafaxina.
Recursos adicionales
Los nuevos lineamientos también incluyen recomendaciones con estudios de casos, instrumentos de evaluación e información para familiares. Todos los recursos están en inglés, pero con una traducción rápida puede ser de mucha ayuda para el trabajo clínico.