Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Publicaciones por autor

Alejandra Alonso

640 Publicaciones
Licenciada en Psicología, editora y miembro fundador de Psyciencia.com. Master en Análisis de Conducta Aplicado.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Las cinco habilidades de la asertividad y como desarrollarlas

  • 08/11/2017
  • Alejandra Alonso
asertividad

La asertividad es una palabra que se escucha mucho en la actualidad, la gente suele definirla como la capacidad de poder expresar sentimientos, necesidades u opiniones. Sin embargo no solo es importante poder expresarse, si no también hacerlo de una manera adecuada, es decir consiguiendo que el otro me escuche, que mi mensaje llegue a destino. Ambos aspectos de la asertividad, tanto el poder expresarse como el hacerlo de forma adecuada, hacen de esta una habilidad esencial, que debemos aprender.

La mayoría de la gente tiene dificultad en alguna de las dos partes de la asertividad. Además nuestra habilidad para ser asertivos varía dependiendo de la situación, las personas involucradas y la intensidad de la emoción que estamos sintiendo en ese momento.

El error de muchos es defenderse débilmente (o no defenderse para nada), en cuyo caso su mensaje es fácilmente descartado por la otra persona; o defenderse con demasiada fuerza, provocando que el otro se sienta lastimado o se ponga a la defensiva y no escuche el mensaje.

Tristemente algunas personas crecen en hogares donde se ignoran las emociones y nunca adquieren las habilidades requeridas para ser asertivos, no entienden las emociones o cómo funcionan. Sumado a esto, al no conocer las habilidades de la asertividad, tampoco pueden enseñárselas a sus hijos.

Es importante que estas personas reconozcan que por eso es difícil para ellos ser asertivos y que no es su culpa.

Los componentes de la asertividad

  1. Tomar en cuenta la situación y el contexto.
  2. Confiar en que tus ideas son válidas y merecen ser expresadas.
  3. Manejar tus sentimientos y ponerlos en palabras.
  4. Ser consciente de lo que estás sintiendo en medio de lo que probablemente sea una situación difícil e intensa.
  5. Entender a las otras personas involucradas, imaginando cómo se sienten y porqué.

Al poner estas cinco habilidades juntas, serás capaz de decir lo que necesitas decir de forma apropiada al contexto, situación y personas involucradas, de manera que los receptores del mensaje puedan procesarlo sin que se levanten sus defensas. Este punto es muy importante, recordá que hablar con un individuo que esta a la defensiva es como hablarle a la pared. Tu mensaje no le va a llegar.

Cuatro maneras de desarrollar la asertividad

Como podés observar, la asertividad es un conjunto de habilidades y es por eso que puede ser difícil para vos. Sin embargo es posible aprender a ser asertivo y mejorar tus habilidades. Algunas formas en que podés hacerlo son las siguientes:

▪ Ponele más atención a tus sentimientos, todo el tiempo.

▪ Amigate con tus emociones. Cuando le das valor a tus sentimientos, se convierten en una herramienta poderosa. Te harán saber cuándo necesitas defenderte o hablar. Te darán motivación y energía cuando las necesites más.

▪ Comienza a construir tus habilidades de manejo emocional. Por ejemplo, al aumentar tu vocabulario emocional y utilizarlo diariamente.

▪ Toma todas las oportunidades que se te presenten para defenderte lo mejor que puedas. Si perdiste una oportunidad, reflexiona sobre lo que debiste haber hecho.

La práctica hace a la perfección. Mientras más lo hagas, más fácil será ser asertivo.

Fuente: Psychcentral



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Multitasking, la ventaja de los sonámbulos

  • 07/11/2017
  • Alejandra Alonso

El sonambulismo es una condición anormal del sueño en la cual un individuo realiza movimientos complejos sin estar totalmente consciente (caminar, comer, vestirse, o incluso manejar un auto o tocar un instrumento) que afecta al 4% de los adultos y a más del 10% de los niños.

Es común leer sobre los efectos perjudiciales de esta condición, como las lesiones que puede sufrir la persona que lo experimenta. Pero no todo es malo. Una nueva, diferente y tecnológica investigación con rayos infrarrojos y trajes de captura de movimiento, encontró algunos beneficios que no se habían planteado antes: los sonámbulos podrían ser más eficaces en el multitasking cuando están despiertos.

Como decíamos antes, para la investigación se utilizaron trajes de captura de movimiento de cuerpo completo. Al usarlos, los participantes (tanto sonámbulos como no-sonámbulos) debían caminar hacía un objetivo, en este caso un cilindro virtual, en una habitación llena de cámaras de infrarrojo en el Ecole polytechnique fédérale de Lausanne (EPFL).

A cada participante se le mostró un avatar de tamaño natural que podía replicar con precisión o desviarse de su trayectoria en tiempo real. Por lo tanto, se podría engañar a los participantes para que recorran una trayectoria modificada para compensar la desviación del avatar. Su velocidad de marcha y precisión de movimiento junto con su conciencia de movimiento fueron luego registrados y analizados.

Los científicos no observaron diferencias entre ambos grupos de participantes en esta tarea. Pero cuando agregaron un poco de complejidad pudieron ver una clara diferencia.

Para esta segunda tarea, se les pidió a los sujetos que contaran regresivamente de 7 en 7, comenzando del número 200. Mientras que los no-sonámbulos tuvieron que aminorar la marcha significativamente durante la tarea, los sonámbulos mantuvieron una velocidad similar en ambas condiciones, mostrando un vínculo fuerte entre el sonambulismo y el control locomotor automático durante la vigilia.

Adicionalmente, los participantes con sonambulismo eran más eficaces al detectar cambios en el feedback de realidad virtual durante la segunda tarea.

El neurocientífico de EPFL, Dr. Olaf Blanke, agrega: “La investigación también es una primicia en el campo de la monitorización de la acción, ya que proporciona biomarcadores importantes para los sonámbulos mientras están despiertos.”

El sonambulismo es causado por una activación parcial de la onda lenta o sueño profundo, sin embargo se desconocía qué mecanismos funcionales cerebrales eran afectados por esta fisiopatología. El nuevo vínculo entre el sonambulismo y los movimientos conscientes podría utilizarse algún día para ayudar a diagnosticar esta condición mientras la persona está despierta, en lugar de tener que pasar la noche en un laboratorio del sueño.

Aunque es muy difícil estudiar esta condición del sueño, gracias al equipo del Dr. Oliver Kannape, los cámaras de infrarrojo, los trajes con sensores de movimiento de cuerpo completo y otras tecnologías, ahora ahondar con más profundidad en las incógnitas del sueño.

Fuente: PsychCentral



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Salud Mental y Tratamientos

Una teoría sobre el aumento de casos de autismo en varones

  • 03/11/2017
  • Alejandra Alonso

Actualmente existe mucha preocupación por el aumento de casos de autismo, que se sabe que afectan en mayor proporción a los niños varones. Según estimaciones de la OMS, 1 de cada 160 niños tiene un Trastorno del Espectro Autista (TEA). Los estudios epidemiológicos de los últimos 50 años indican un aumento de casos que muchos han explicado por la existencia de mayor información, mejores herramientas para el diagnóstico y más comunicación. Además se ha sugerido que los niños varones tienen más probabilidad de ser diagnosticados con autismo que las niñas, porque es necesario que haya un mayor número de mutaciones genéticas extremas en ellas para que se de el diagnóstico.

Sumado a ello, muchos de los niños diagnosticados con TEA también reciben un diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Ambos trastornos tienen un impacto severo en el proceso de aprendizaje en el salón de clases y significan una carga económica de por vida tanto para el individuo como para la sociedad. Solo en los Estados Unidos, se estimó en el año 2015 que el autismo representa una carga económica de $162 a $367 mil millones. Si la prevalencia continúa ascendiendo, los científicos predicen que los costos excederán a los del TDAH y la diabetes en el año 2025.

Es imperativo que las familias reciban el apoyo que necesitan para prevenir y manejar estos trastornos que suelen tener comorbilidad. El manejo apropiado requiere un entendimiento de las causas o “factores de riesgo”. Un factor que ha sido asociada a ambos trastornos es la exposición a metales pesados encontrados en dietas pobres. Dicha exposición puede ocurrir al ingerir alimentos altamente procesados que contienen ingredientes con concentraciones admisibles de plomo y mercurio inorgánicos.

Adicionalmente, estos metales pesados pueden acumularse en la sangre, especialmente si la dieta no incluye minerales adecuados para apoyar la actividad de los genes necesaria para metabolizarlos y excretarlos.

el autismo representa una carga económica de $162 a $367 mil millones

Investigadores, liderados por Alabdali, encontraron recientemente que niveles más elevados de plomo y mercurio en sangre se correlacionan con la severidad de la discapacidad social y cognitiva en niños con autismo.

¿Cómo sabremos con certeza que hay un vínculo entre esta exposición en la dieta a dichos metales pesados y el autismo y/o TDAH? Hace tiempo Kate Mahaffey lideró un equipo de investigación que estudió los factores en la dieta de los niños norteamericanos que llevan a la acumulación de plomo en sangre. Los investigadores examinaron los resultados de los estudios de sangre de 3.000 niños norteamericanos, los cuales fueron analizados como parte del National Health and Nutrition Examination II Survey (NHANES, un programa que evalúa el estado de salud y nutrición de adultos y niños en los Estados Unidos). Se encontró una relación inversa significativa e independiente entre el consumo de calcio dietético y la concentración del plomo en sangre.

Algunas investigaciones han sugerido que las concentraciones altas de plomo en sangre son un factor de riesgo para el desarrollo del TDAH y el retraso en el desarrollo de los niños (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7). Pero ¿qué se sabe sobre los niveles de mercurio en sangre y el autismo en niños?

El mercurio en las vacunas como “causa” ha sido fuertemente refutado por la comunidad de salud pública. El mejor ejemplo de esto es que el compuesto de mercurio, timerosal, fue sacado de las vacunas para niños hace 15 años y sin embargo el número de niños diagnosticados con autismo sigue creciendo (podés leer más sobre las vacunas y el autismo aquí). El mercurio en la comida, por otro lado, podría estar relacionado al autismo en niños.

Este año un grupo de investigadores liderados por Andres Cardenas de la Universidad Harvard encontró que el mercurio en los glóbulos rojos de la sangre del cordón umbilical afectaban la expresión del gen PON1 en niños pequeños, pero no en las niñas. Es decir que el mercurio que la madre consumía durante el embarazo suprimía el gen PON1 en el bebé varón antes y después del nacimiento. Los investigadores encontraron que la supresión del gen PON1 en el cordón umbilical predijo un funcionamiento cognitivo más bajo en los varones durante la niñez temprana. La expresión del gen PON1 es importante para producir enzimas que todos necesitamos para descomponer los residuos de plaguicidas organofosforados que se encuentran en nuestro suministro de alimentos.

El mercurio inorgánico debe estarse acumulando en el cuerpo humano debido a una exposición a largo plazo

Resulta que el mercurio inorgánico —no el que se encuentra en el pescado— ha estado en aumento por muchos años en la sangre de los norteamericanos. Ello podría explicar la conexión entre el mercurio y la supresión del gen PON1 en niños varones pequeños.

Un científico llamado Dan Laks analizó los datos NHANES de 1999 a 2006, que incluían información de 6.174 mujeres de entre 18 y 49 años, para determinar las tendencias en sus niveles de mercurio inorgánico. Examinó los resultados de estudios de sangre y encontró que la detección de mercurio inorgánico se elevó de un 2% en 1999-2000 a un 30% en 2005-2006. El Dr. Laks concluye que el mercurio inorgánico debe estarse acumulando en el cuerpo humano debido a una exposición a largo plazo.

¿De dónde viene todo este mercurio inorgánico? La incómoda realidad es que los suministros de comida probablemente estén contaminados con mercurio inorgánico.

Estas son posibles explicaciones de porqué los casos de autismo y TDAH siguen en aumento. Sin embargo, se trata de datos preliminares que necesitan seguirse investigando y, por lo tanto, deben ser tomados con mucha cautela.

Fuente: Scientific American



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Reducir el sesgo racial desde la infancia

  • 26/10/2017
  • Alejandra Alonso

El sesgo racial es un problema social que se puede ver ya a edades muy tempranas. Recordemos por ejemplo el video de los niños mexicanos a quienes se les daba una muñeca blanca y una morena para que eligieran, calificaran cual era más bonita, cuál era buena y cuál era mala, etc. (si no lo recordás podes verlo aquí). La amplitud de las consecuencias del sesgo racial no se limita a los aspectos socioeconómicos sino que también repercute en en la salud de los niños.

Algunos expertos explican que tendemos a ver a las personas de las cuales estamos sesgadas como todas iguales. En vez de pensar en ellos como individuos específicos, los metemos a todos en un grupo.

Para probar esto y evaluar posibles intervenciones un equipo internacional realizó una investigación cuyos resultados sugieren que enseñar a los niños pequeños a distinguir entre caras de diferentes razas es una forma de reducir el sesgo racial.

El estudio, publicado en la revista Child Development, es el primero en mostrar efectos duraderos y en una población lo suficientemente joven como para ser maleable.

El trabajo fue hecho entre profesionales de la Universidad de California San Diego, la Universidad de Toronto, la Universidad de Delaware, l’Université Grenoble Alpes en Francia y la Universidad Hangzhou Normal y la Universidad Zhejiang Normal University, ambas ubicadas en China.

Se realizaron dos sesiones de 20 minutos con niños chinos de entre 4 y 6 años. En las mismas se les entrenaba para identificar caras de hombres negros como individuos. Esto redujo el sesgo implícito en los niños por al menos dos meses.

La clave para reducir el sesgo fue la repetición de la sesión.

“Una sola sesión tuvo efectos inmediatos mínimos que se disiparon rápidamente. La lección no se afianzó. Pero una segunda sesión una semana después pareció actuar como una inyección de refuerzo, produciendo diferencias medibles en el sesgo implícito 60 días después,” dijo Gail Heyman, profesor de psicología en la División de Ciencias Sociales de UC San Diego y co-autor del estudio.

Por su lado, Kang Lee de la Universidad de Toronto expresó: “Sabemos por otros estudios que la preferencia por tu propia raza se desarrolla en la niñez temprana. Nuestro método tiene la ventaja de ser adecuado para niños muy pequeños y también mejora la habilidad de los niños para reconocer caras, que es una habilidad social importante en sí misma.»

Los investigadores son cautelosos en notar que el sesgo racial es complicado. Para empezar, en psicología se piensa que hay al menos dos clases de sesgos: el implícito (grado en que tenemos asociaciones inconscientes positivas o negativas hacia una raza específica) y el explícito (o preferencias de las que somos conscientes y podemos expresar si no somos cuidadosos. El sesgo implícito puede tener raíces perceptuales relacionadas a una mayor exposición a personas de tu propia raza, mientras que el sesgo implícito puede ser aprendido socialmente (adultos, pares). También está la pregunta sobre la conducta, es decir cómo es que los sesgos, implícitos o explícitos, se traducen en comportamiento sesgado.

Heyman opina que, si bien el método utilizado en su estudio puede ser un punto de partida para tratar este problema social, no representa una solución completa al racismo y la discriminación.

La clave para reducir el sesgo fue la repetición de la sesión

Los científicos trabajaron con 95 niños de una ciudad al este de China. Todos los niños eran chinos Han y, de acuerdo con sus tutores, no habían estado expuestos a personas no-asiáticas antes del estudio. Como en todo estudio longitudinal, la muestra se redujo terminando con 50 participantes al día 70.

Para medir el sesgo, los investigadores utilizaron el Implicit Racial Bias Test (o IRBT), que habían validado en un paper anterior con sujetos de China y Camerún. El IRBT es una adaptación adecuada para niños en nivel preescolar del Test de Asociación Implícita. La lógica de ambos tests es similar: las personas son más rápidas en asociar atributos positivos a miembros de su propia raza antes que a personas de otras categorías raciales. Una diferencia en el tiempo de respuesta es tomada como medida del sesgo implícito. El IRBT tiene la ventaja de que solo utiliza imágenes, no palabras: iconos simples de sonrisas o caras tristes, los cuales se le pide al sujeto que paree con caras neutrales de su raza o una raza diferente.

Luego de medir los niveles de sesgo pro-asiático/anti-personas negras calculando cuán rápido pareaban una cara triste o feliz con la cara de un hombre negro vs uno asiático, los investigadores los asignaron aleatoriamente a uno de tres grupos. Un grupo vio caras de hombres negros. Otro grupo observó caras de hombres blancos. El último grupo vio caras de hombres asiáticos. Estos dos últimos grupos se utilizaron como controles para ver si aprender a diferenciar entre las caras de personas de una misma raza, diferente de la de ellos, producía resultados que se generalizarían a una tercera raza.

El entrenamiento consistió en aprender a identificar cinco rostros diferentes que habían sido enumerados del 1 al 5, comenzando por dos caras y aumentándolas hasta llegar a 5. El entrenamiento continuaba hasta que el niño fuera capaz de identificar las 5 caras con su pareja numérica. Esto tomaba un promedio de 20 minutos.

Se realizaron dos sesiones de entrenamiento separadas por una semana. Un día antes de cada entrenamiento, se les tomó a los niños el IRBT de nuevo. Por último, se volvía a aplicar la prueba 60 días después del segundo entrenamiento.

Los investigadores encontraron que sólo el entrenamiento para distinguir rostros de personas negras logró reducir el sesgo pro-asiáticos/anti-personas negras. El entrenamiento con rostros de personas blancas o asiáticas no hizo diferencia. Sumado a esto, la reducción del sesgo fue más significativa y tuvo efectos más duraderos (no se habían documentado efectos así anteriormente) luego de la segunda sesión.

Los autores del estudio están trabajando con un grupo más numeroso y diverso de niños en la Universidad de Toronto y por un período de tiempo más largo. Si la intervención es efectiva también en ese contexto, ellos esperan poder desarrollar una versión del entrenamiento que sea fácil e intuitiva: una aplicación divertida y en forma de juego que pueda utilizarse en la escuela y el hogar.

Fuente:ScienceDaily



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Ciencia y Evidencia en Psicología

9 habilidades para entender y ser entendidos

  • 16/10/2017
  • Alejandra Alonso

La pirámide de Maslow intenta explicar las necesidades básicas que tenemos como seres humanos. Sin embargo una de ellas, la de entender y ser entendidos, raramente recibe atención, aunque los psicólogos sabemos lo importante que es.

Sin dichas habilidades nuestra vida probablemente sería caótica, confusa, triste y muy solitaria. Aunque muchos contamos con algunas estrategias para entender a otros y darnos a entender, seguramente nos vendría muy bien aprender nuevas. Pero ¿cómo?

Aquí hay 9 habilidades de comunicación que podés practicar, algunas siguen al sentido común y otras pueden significar nuevos perspectivas a considerar.

Habla claramente con menos palabras

Una sugerencia práctica es utilizar menos palabras, pero elegirlas sabiamente. La gente suele perder concentración o interés cuando la conversación es muy larga. Ir al punto lo antes posible ayuda. Además, si te ganas la reputación de ser alguien que es preciso y acertado al hablar y no hace perder el tiempo, la gente te va a escuchar más y entender mejor.

Pensar antes de hablar

Comenzá por pensar qué vas a decir (antes de decirlo). Si se te hace difícil, podés emplear la técnica de inhalar y exhalar. Inspira profundamente una o dos veces (se puede hacer sin que sea obvio) mientras considerás cómo querés enmarcar las palabras. ¿Cuál es el propósito de la conversación? ¿Necesitas informar algo, requerir información, pedir asistencia, ofrecer simpatía, aliento o consejo? Cuando sea claro porqué necesitas decir algo, tu mensaje probablemente será mejor recibido y entendido.

Utiliza la comunicación no verbal apropiadamente

Adicionalmente, reconoce que entender al otro a veces significa responder en forma no verbal. En vez de un sermón sobre lo que el/ella hicieron mal, tal vez lo que necesitan es un abrazo o una mirada de simpatía. Las acciones también expresan comprensión y es una técnica que podés trabajar tanto para mejorar tu comprensión hacia otros como para que te entiendan mejor a vos.

Se honesto con lo que decís

La mayoría de las personas puede detectar la falsedad cuando otro habla. Tus palabras son solo una parte del proceso de comunicación. El tono, lenguaje corporal, énfasis o falta de ésta en las palabras, expresiones faciales, sonrojarse, sudar y otras señales físicas también transmiten emoción, convicción o una incongruencia entre lo que se dice y lo que el emisor siente o cree realmente. Habla de acuerdo a los valores que son importantes para vos y en los cuales crees verdaderamente.

No te explayes sobre el punto

Muchos de nosotros hablamos demasiado, tal vez pensando erróneamente que más es mejor, que extendernos en el punto tal vez lo hará más claro. En la mayoría de los casos, no lo hace. Hay excepciones claro, como cuando sos profesor y tenés que explicar una teoría complicada a tus alumnos, o un cirujano discutiendo los posibles riesgos y beneficios de un procedimiento quirúrgico propuesto. La clave es saber cuándo es tiempo de callar. Una vez que el mensaje fue enviado, respira. Dale tiempo al receptor de digerir y procesar lo que has dicho y responder de acuerdo a esto. Las conversaciones son un intercambio entre dos lados, no uno solo.

Evita la jerga

Solo porque algunas palabras se usen constantemente en los medios, entre amigos o familiares o por políticos, no significa que conduzcan a una mejor comprensión en conversaciones o discusiones (especialmente si estás en un lugar donde hay muchos extranjeros). De hecho la jergas y los clichés tienden a producir el efecto contrario. La mayoría de las personas se desconecta, pensando que ya han escuchado ese argumento y saben a dónde va. Cualquier esperanza que tengas de ser entendido o comprometerte con lo que estás diciendo, disminuyen. Adopta más palabras o frases descriptivas, utiliza verbos activos y forma oraciones cortas. No solo que van a empezar a escucharte, también van a “absorber” más de lo que decís.

Aprende a escuchar

Es de vital importancia que desarrolles tus habilidades para escuchar. En vez de anticipar lo que vas a decir y desconectarte de lo que te están diciendo, mantene tu concentración en lo que el/ella están diciendo. Si querés entender mejor a otros, tenés que escuchar lo que dicen. Practica la escucha activa (para saber más entra aquí). No solo se trata de respetar al otro, también es totalmente necesario para el proceso de entender y ser entendido.

Validación emocional

Las conversaciones muchas veces tienen un componente emocional, es por esto que otra habilidad que podemos practicar al escuchar es hacerlo sin aconsejar o juzgar en ese momento. Esto nos permite comunicarle al otro que nos importa su experiencia.

Paula José escribe: “Tampoco es necesario que nos parezca lógica la respuesta emocional. Si asumimos que todas las respuestas emocionales son producto de una historia de aprendizaje y un contexto particular, podremos entender que son siempre válidas, aunque no comprendamos del todo esa respuesta particular.”

La validación emocional beneficia la confianza e intimidad y disminuye la sensación de estar aislado.

Asertividad

Por último, se asertivo cuando vas a comunicar algo. Esto significa que cuando expreses tus necesidades, creencias, opiniones, etc., lo hagas de forma sincera, directa y oportuna, manteniendo el respeto hacia el otro, así se trate de un extraño o un familiar o amigo cercano.

Entendernos más claramente se puede traducir en mejores relaciones interpersonales, menos conflictos, mayor empatía y compasión y decisiones más acertadas.

Fuente: PsychCentral



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Sin categoría

Cómo heredan los niños la ansiedad y depresión de sus padres

  • 20/09/2017
  • Alejandra Alonso
Ansiedad

Las personas con trastornos de ansiedad o depresión tienen mayores probabilidades de engendrar niños con temperamentos extremadamente ansiosos (es decir que sus reacciones a posibles amenazas van a ser más pronunciadas). Dicho temperamento será un factor de riesgo para desarrollar trastornos de ansiedad o depresión (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7).

Según una investigación reciente, una red de áreas cerebrales hiperactivas es clave en cómo los niños heredan ansiedad y depresión de sus padres.

La red esta compuesta por tres regiones en el cerebro que trabajan juntas para controlar la respuesta de miedo.

Los genes que pasan de padres a hijos influencian la forma en que estas regiones funcionan juntas, según los hallazgos del estudio.

El Profesor Ned Kalin, uno de los autores del estudio, dijo:

“La hiperactividad de estas tres regiones se debe a alteraciones cerebrales heredadas que están directamente vinculadas al riesgo posterior de desarrollar ansiedad y depresión.
Este es un gran paso para la comprensión de los fundamentos neuronales de la ansiedad heredada y nos comienza a dar objetivos más precisos para el tratamiento.”

Las conclusiones se desprenden de un estudio realizado en monos rhesus, cuyos cerebros son similares a los de los humanos. Se les realizaron escaneos cerebrales y también se utilizó información genética, dando como resultado el descubrimiento de las tres áreas cerebrales involucradas.

Las regiones en cuestión se encuentran en el tronco encefálico, la amígdala y la corteza prefrontal.

Si bien sabemos que la respuesta de miedo es clave para la supervivencia de un ser humano, ya que nos alerta de posibles situaciones peligrosas, esta hiperactividad en los tres circuitos cerebrales es problemática y puede resultar en depresión y ansiedad.

El estudio no solo nos ayuda a comprender mejor el desarrollo de la ansiedad en relación a los genes, sino que también tendrá implicaciones en los tratamientos.

Fuente: Psyblog



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El pensamiento crítico es muy importantes para tomar buenas decisiones

  • 24/08/2017
  • Alejandra Alonso
CI

¿Qué habilidades son más importantes para tomar buenas decisiones: la inteligencia o el pensamiento crítico? Probablemente conozcas gente muy inteligente cuyo proceso de toma de decisiones deja mucho que desear. Un nuevo artículo publicado en el journal Thinking Skills and Creativity (Habilidades del pensamiento y Creatividad) examina la utilidad del CI y las habilidades del pensamiento crítico para tomar decisiones efectivas.

Aunque el CI se considera una medida de nuestras capacidades cognitivas, algunos investigadores dicen que el “pensamiento crítico” es una habilidad separada de éste. Para averiguar si el pensamiento crítico podría ser importante para conseguir buenos resultados en la vida real, Heather Butler de la Universidad Estatal de California y sus colegas les pidieron a 244 individuos (estudiantes y adultos reclutados online) que completaran tests que pretendían medir su CI y sus habilidades de pensamiento crítico.

El test que media CI era estándar y cubría las siguientes áreas: memoria, procesamiento visual y razonamiento cuantitativo. Por otro lado, la evaluación de habilidades de pensamiento crítico consistió en que los participantes evaluaran cursos de acción en escenarios hipotéticos y consideraran además la relevancia de la información contextual que pudiera ayudarles a tomar las decisiones.

Una pregunta típica que evalúa el pensamiento crítico podría ser que el individuo explicara si quisiera que el preescolar fuera obligatorio para todos los niños considerando que las investigaciones han mostrado que los niños que asisten al preescolar son más propensos a sobresalir en la escuela (esta pregunta no fue utilizada en el test, es solo a modo de ejemplo). El uso exitoso del pensamiento crítico incluiría el reconocimiento de que la correlación no significa causalidad y la búsqueda de otras explicaciones posibles; además debería tomar en cuenta información posterior, como la diferencia entre los ingresos de padres que mandan a sus hijos al preescolar y los que no lo hacen.

Según la investigación anterior, el pensamiento crítico se correlacionó con el CI de forma moderada (.38), lo que sugiere alguna superposición, pero indicando también que cada prueba estaba midiendo algo distinto.

Los investigadores estaban muy interesados en saber cómo se correlacionaban estas medidas con los puntajes en un inventario de eventos de la vida, en el cual los participantes indicaban si habían experimentado eventos que iban desde medianamente malos (por ejemplo, haber pagado una multa por estacionarse en un lugar donde no estaba permitido hacerlo) a severamente malos (por ejemplo, contraer una ETS). La evitación de experiencias como estas nos da una medida indirecta de la capacidad de tomar de decisiones sabias y efectivas. La investigación mostró que a las personas con un CI mayor si les iba mejor en esto. Sin embargo una mayor capacidad de pensamiento crítico estaba incluso más fuertemente asociada con estos resultados en los eventos de la vida.

Las buenas noticias son que el pensamiento crítico se puede trabajar. Dichas habilidades del pensamiento no son recursos mentales que poseemos sino que son una forma de ver el mundo y herramientas para utilizar en momentos clave. Desafortunadamente no se les da atención suficiente al desarrollo de estas habilidades en los lugares de estudio, pero existen iniciativas como Filosofía para niños, basadas en investigaciones, que buscan desarrollarlas.

Fuente: Research Digest



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Estabilizando los patrones de sueño para prevenir el suicidio

  • 17/08/2017
  • Alejandra Alonso

Según la OMS, cada año se suicidan 800.000 personas. Es la segunda causa de muerte en personas de entre 15 y 29 años y un alto porcentaje de los suicidios sucede en países de bajos y medianos ingresos. Dichas estadísticas no incluyen los intentos de suicidio, que según la OMS son mucho más frecuentes.

Un nuevo estudio de la Universidad Stanford encontró que una fluctuación en los tiempos en que se duermen y despiertan los adultos jóvenes afectó la severidad de sus pensamientos suicidas en los días o semanas posteriores.

La diferencia que este factor tiene con otros que incrementan el riesgo de suicidio en un individuo (como ser hombre o blanco) es que se puede modificar, además de ser un signo claramente identificable y no estigmatizante, según señalan los autores del paper. Es por eso que representa un objetivo importante de tratamiento.

Un factor de riesgo que se puede modificar y no estigmatizante

En el estudio, que fue pequeño y se publicó en el Journal of Clinical Psychiatry, Rebecca Bernert y sus colegas revisaron datos sobre el sueño autoreportados por los 50 participantes que tenían entre 18 y 23 años. Todos los participantes indicaron haber tenido intentos de suicidio o pensamientos suicidas.

Los sujetos utilizaron un dispositivo similar a un reloj por el plazo de una semana, el mismo les permitía a los investigadores medir la calidad del sueño. El dispositivo había sido previamente validado como forma precisa de distinguir patrones de sueño-vigilia y generar una variedad de medidas del sueño.

Al principio del estudio y luego a los 7 y 21 días posteriores, los participantes llenaban un cuestionario relacionado a la severidad de sus síntomas suicidas, insomnio, pesadillas, depresión y consumo del alcohol.

Los resultados revelaron que aquellos que se dormían y despertaban a horarios variados tenían mayores probabilidades de experimenter síntomas suicidas a los 7 y luego a los 21 días. La relación se mantuvo incluso luego de considerar la severidad de la depresión y sus síntomas y el hábito de uso de sustancias.

Según Bernert, dado que la ideación suicida y los trastornos del sueño son síntomas de depresión, es importante evaluar dichos factores para lograr predecir de manera más acertada el riesgo.

El grupo de investigadores se encuentra actualmente investigando cómo el insomnio no inducido por medicamentos afecta los pensamientos suicidas.

El suicidio es un problema de salud pública que preocupa mucho, por eso las investigaciones a través de las cuales podemos aprender más sobre los factores de riesgo y formas de prevención son muy valiosas. Como dicen los autores, los horarios de sueño son un signo claro y relativamente fácil de modificar para ayudar a estas personas.

Fuente: Medical Daily; Stanford



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Por qué es tan difícil pensar como un científico?

  • 15/08/2017
  • Alejandra Alonso

Para pensar como científicos debemos desarrollar ciertas habilidades que van en contra de nuestra naturaleza humana (y son difíciles hasta para los mismos científicos), como ser objetivos o alejarnos de nuestras propias creencias.

Un claro ejemplo de esto es la idea de que las vacunas pueden causar autismo, que sigue estando fuertemente arraigada en nuestra sociedad (muchísimos padres deciden no vacunar a sus hijos gracias a esta información sesgada) incluso aunque se sabe muy bien que la evidencia para respaldarla no existe o esta sesgada por intereses económicos y errores metodológicos, como fue el famoso caso de Andrew Wakefield.

Prat Shah y sus colegas de la Universidad de Michigan analizan porqué es tan difícil pensar como científico en su nueva adición a la serie de libros: Psychology of Learning and Motivation. En el mismo se publican contribuciones empíricas y teórica en psicología experimental y cognitiva. Te presentamos 5 puntos extraído de este material:

Nos encantan las anécdotas

Cuando tomamos decisiones diarias muchos nos dejamos influenciar más por el testimonio de una sola persona que por calificaciones o resultados impersonales realizados por muchos individuos. Ese es el poder de las anécdotas, nublar nuestro pensamiento crítico.

En un estudio del 2016, Fernando Rodriguez y sus colegas les pidieron a estudiantes que evaluaran reportes de noticias científicas cuyas conclusiones eran inapropiadas a partir de evidencia débil. Algunos reportes comenzaban con una anécdota que apoyaba la conclusión inapropiada, otros no tenían anécdota (condición control). Sin importar su nivel universitario o su conocimiento de conceptos científicos, los estudiantes eran menos competentes en sus evaluaciones cuando éstas comenzaban con una anécdota.

Los autores concluyeron que las anécdotas pueden afectar nuestra capacidad de juzgar científicamente situaciones del mundo real.

Somos demasiado seguros de nosotros mismos

En un estudio del año 2003 se les pidió a cientos de universitarios que leyeran noticias científicas, las interpretaran y calificaran su comprensión. Los estudiantes se equivocaron en muchas cosas (por ejemplo, confundían correlación con causalidad) incluso aunque creían tener una buena comprensión.

Otro estudio de los 80 encontró que el 60% de los ciudadanos norteamericanos y británicos encuestados aseguraba estar moderadamente o muy bien informados sobre los nuevos hallazgos científicos. Sin embargo, un porcentaje mucho más pequeño fue capaz de responder preguntas fáciles sobre ciencia de nivel escolar. Parte del problema parece ser que inferimos nuestro entendimiento de textos científicos basados en cuán bien hemos comprendido el lenguaje utilizado. Esto significa que las noticias científicas populares, escritas en el lenguaje del lego, pueden contribuir a la confianza que sienten las personas en su comprensión.

Este “sesgo de fluidez” también puede aplicar a clases de ciencias: un estudio del 2013 halló que los alumnos sobreestimaron el conocimiento que habían adquirido de una clase de ciencias, cuando esta era dada por un orador cautivador.

Estamos sesgados por nuestras creencias previas

Este obstáculo a la objetividad científica fue demostrado por un clásico estudio llevado a cabo en los 70, en el cual se les pedía a los participantes que evaluaran investigaciones científicas que apoyaran o fueran en contra de sus creencias previas.

Por ejemplo, uno de los estudios a ser evaluados mostraba que, supuestamente, las tasas de asesinato eran menores en los estados norteamericanos con pena de muerte; los participantes demostraron un sesgo obvio en sus evaluaciones. Es decir, si apoyaban la pena de muerte, tendían a evaluar el estudio más favorablemente; por otro lado, si estaban en contra de esta medida eran más propensos a ver las fallas del estudio.

Las habilidades científicas ofrecen poca protección contra este sesgo, e incluso pueden complicarlo. Un estudio realizado en el año 2013 les pidió a los participantes que evaluaran un artículo científico sobre control de armas. Los sujetos con mayores habilidades matemáticas estaban especialmente sesgados: si los descubrimientos apoyaban sus creencias previas, eran generosos en sus evaluaciones, pero si no lo hacían utilizaban sus habilidades para destrozarlos.

Nos seducen los gráficos, las fórmulas y las neurociencias sin sentido

Un estudio pronto a ser publicado lo muestra claramente (Ibrahim et al, 2017): se les pidió a los individuos que consideraran una noticia sobre una correlación entre alimentos genéticamente modificados que era consistente con un cuerpo robusto de investigaciones que mostraba que eran seguros o que, por el contrario, habían observado lo opuesto, es decir que eran dañinos para la salud (e iban en contra de la mayor parte de la evidencia). Sumado a esto, la noticia estaba acompañada (o no) por un gráfico de dispersión sobre los nuevos resultados. Cuando las noticias tenían el gráfico de la evidencia, que era inconsistente con los estudios previos (por ejemplo, mostraba alguna posibilidad de que fueran dañinos), los participantes eran más propensos a interpretar que la nueva evidencia mostraba que eran dañinos, comparados con los que lo leyeron sin gráfico.

Esto que es muy preocupante porque muestra que los datos nuevos nos convencen con tal facilidad, que ni siquiera consideramos sus méritos científicos.

Investigaciones similares a esta han observado que los lectores se ven seducidos por la jerga y fórmulas neurocientíficas superficiales.

Ser un investigador experimentado o una persona inteligente no es suficiente

Ser un investigador experto no te salva de las debilidades humanas que socavan el pensamiento científico. Sus facultades críticas se ven contaminadas por sus propios planes, por el motivo último de hacer sus experimentos.

Por eso es importante la revolución científica abierta que ocurre en la psicología: al presentar métodos e hipótesis transparentes y pre-registrar sus estudios, se reducen las posibilidades de que se desvíen o corrompan por el sesgo de confirmación.

Shah y sus colegas señalan que las habilidades cognitivas (CI) no son un buen predictor de las habilidades del sujeto para pensar como científico. Es más relevante la actitud mental y su motivación o capacidad para anular el instinto, lo que podría ser bueno porque éstas pueden entrenarse.

En resumen

Nuestras emociones y creencias siempre van a afectar la forma en que percibimos y entendemos el mundo, no es posible ser totalmente objetivos y racionales. Es lo que nos hace humanos. La idea de este artículo es que puedas discernir el efecto que esto tiene en nuestros nuestras interpretaciones y tomar mejores decisiones.

Fuente: Research Digest



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Sos sobreprotector con tus hijos?

  • 08/08/2017
  • Alejandra Alonso

Muchos padres desearían que sus niños no experimentaran sufrimiento de ningún tipo. Sin embargo el dolor, la tristeza y la pérdida son parte de la vida. Al intentar que tus hijos no tomen riesgos o cometan errores, hacer sus tareas (del hogar y/o la escuela) y proyectos o resolver sus conflictos, los podés estar privando de aprender habilidades muy importantes para la vida.

Si haces esas cosas, probablemente seas un padre sobreprotector.

Sin lugar a dudas tus intenciones son las mejores, colmadas de compasión y bondad. No querés que tu niño enfrente desafíos o salga herido de alguna situación. Queres ayudarlo y darle apoyo, que se sienta amado y sepa que alguien se preocupa por el/ella (y asumís que protegerlo/a es la mejor o la única manera de lograrlo). Quizás ni siquiera te das cuenta que estás siendo sobreprotector/a.

Los niños con padres sobreprotectores aprenden que no pueden manejar o resolver sus propios problemas

La psicóloga Lauren Feiden, especialista en interacciones padre-hijo, dice que el problema es que afecta el desarrollo de conductas responsables y fomenta la dependencia. Además limita la exposición del niño a experiencias que son esenciales para la vida.

Liz Morrison, otra terapeuta que también trabaja con niños, explica que cuando son protegidos de los bajones de la vida, tienen dificultades al enfrentar a sentimientos negativos en la adultez.

Los niños con padres sobreprotectores aprenden que no pueden manejar o resolver sus propios problemas, agrega Feided.

Pueden padecer problemas de ansiedad, autoestima baja, o incluso un sentido de derecho. Es decir que el niño está en peligro de asumir que esta es la norma y desarrollar expectativas sobre cómo deben ser tratados.

Indicadores de sobreprotección

▪ No dejas que tu hijo/a explore. Por ejemplo, están en el parque pero no lo dejas explorar los juegos porque te da miedo que se caiga y se lastime, dice Morrison.

▪ Haces cosas por el niño/a que el/ella puede hacer sola. Es probable que le cortes la comida, le cargues las maletas o le ates los cordones aunque ellos puedan hacerlo, e incluso seguramente lo hacen en la escuela donde vos no estás, explica Feiden.

▪ Necesitas saber absolutamente todo: lo que el niño hace, piensa, siente, experimenta. Y haces preguntas todo el tiempo, ejemplifica Morrison.

▪ Te sobreinvolucras con la escuela. Puede que trates de que el niño tenga los mejores profesores o esté en la mejor clase. Probablemente te unas a alguna organización parental solo para echarle un ojo al niño/a, dice Morrison.

▪ Los “rescatas” de situaciones difíciles o incómodas. Por ejemplo, el niño tiene miedo de hablar con personas nuevas y se esconde detrás tuyo, así que vos hablas con ellos y los presentas. Así puedes estar reforzando esta conducta evitativa, impidiendo que el chico aprenda a manejar sus sentimientos, comenta Feiden.

¿Qué hacer entonces?

Si te sentís identificado/a con los indicadores nombrados arriba, las siguientes sugerencias pueden ayudar.

Fomenta la independencia (algo esencial para el desarrollo del niño) de formas sencillas. Recordá que las situaciones difíciles van a darle al niño un mayor conocimiento de sí mismos y la habilidad de regular sus emociones.

Feiden comparte el siguiente ejemplo: “si tu hijo dice que no puede atarse los cordones, anímalo a intentar. Felicitalo por hacerlo. Si se raspan la rodilla, mantene la calma y haceles saber que esta todo bien, alentándolos a seguir jugando y no a concentrarse en la rodilla raspada o diciéndoles que no vuelvan a hacer algo para no rasparse de nuevo.”

Modela calma mientras confrontan una situación incómoda o ansiógena

Los niños perciben la ansiedad de sus padres, por eso es importante mantener la calma cuando tu hijo enfrenta una situación estresante, para modelar esta conducta, dice Feiden.

Modela calma mientras confrontan una situación incómoda o ansiógena. De manera similar, puedes mostrarles a tus hijos que están dispuesto/a a afrontar tus miedos. Leiden ejemplifica con la siguiente afirmación: “A veces me siento preocupada/o cuando tengo que conocer personas nuevas. Pero voy a ser valiente y respirar profundo para estar calmada, mientras le digo ‘hola’ a esta persona.

Cuando tu hijo recibe malas calificaciones en un trabajo, puede que quieras ir a hablar con el profesor/a para cambiarlas. Pero un mejor enfoque sería enseñarle al niño estrategias para hablar con el profesor/a ellos mismos. Si siempre lo haces vos, el niño quizás ni aprenda a confronter situaciones por si mismo, dice Morrison.

También podes enseñarles estrategias para resolver conflictos con sus amigos.

Deja que experimenten cómo se siente fallar y perder (es parte de la vida y nos hace más resilientes). Que se apunten para entrar a un equipo aunque sepas que no lo van a lograr. Tal vez se den cuenta que no era para ellos o aprendan cómo entrar el siguiente año, explica Morrison.

Es natural que quieras proteger a tus hijos de cualquier tipo de peligro. Pero si lo hacemos, perjudicamos su crecimiento. Creamos dependencia. En otras palabras, hacemos lo opuesto a protegerlos: no los equipamos con las habilidades o experiencias necesarias para enfrentar la vida.

Fuente: Psych Central



Suscríbete al newsletter para apasionados por la psicología y neurociencias


Paginación de entradas

Anterior1…2122232425…64Próximo

💌 Recibe nuestros artículos en tu correo.  

Regístrate
PSYCIENCIA PRO
  • Inicia sesión
  • Cuenta
  • Cierra sesión
  • Artículos
  • Recursos
  • Webinars
Recomendados
  • El estatus científico de las técnicas proyectivas
  • El diagnóstico del TDAH en adultos: características clínicas y evaluación
  • Cómo actuar cuando alguien expresa directa o indirectamente pensamientos de suicidio
Tips para terapeutas
  • ¿Qué hacer cuando un cliente se enfoca en malas decisiones del pasado?
  • Cómo ayudar a tus consultantes para replantear la autocrítica
  • Interrumpir a tus pacientes sin romper el vínculo
Recursos
  • Valores personales: círculos de influencia (hoja de trabajo)
  • Hoja de trabajo: 40 valores comunes para trabajar desde la terapia de aceptación y compromiso
  • Tarjetas del efecto de la co-rumiación
Podcast
  • «Psicología y marketing» – Gecika Viana, Watson, episodio 19
  • «Curiosidad, terapia y vida”, con José Dahab – Watson, episodio 11
  • «Formación accesible para psicólogos» con Miguel Valenzuela – Watson, episodio 10
Webinars
  • Regulación del estado de ánimo y activación conductual
  • Fortaleciendo la conexión: Método Gottman para terapia de parejas
  • Análisis funcional en problemas de conducta en personas con autismo
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.