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Publicaciones por autor

Alejandra Alonso

640 Publicaciones
Licenciada en Psicología, editora y miembro fundador de Psyciencia.com. Master en Análisis de Conducta Aplicado.
Sin categoría

Definición de la semana: Depresión

  • Alejandra Alonso
  • 28/10/2014

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), en su quinta edición tiene un apartado dedicado a los Trastornos depresivos. En el mismo se incluye a los siguientes:

  1. Trastorno de desregulación destructiva del estado de ánimo: se define como accesos de cólera graves y recurrentes que se expresan verbal o comportamentalmente y cuya intensidad o duración no concuerdan con la situación que los provocó.

  2. Trastorno de depresión mayor: Las personas que experimentan este trastorno presentan 5 o más de los síntomas que se nombrarán a continuación, por un período de 2 semanas; dichos síntomas representan un cambio con respecto al funcionamiento previo.

La persona debe presentar al menos estado de ánimo deprimido o anhedonia. Los síntomas resumidamente, son: (1) Estado de ánimo deprimido; (2) anhedonia; (3) pérdida o aumento del peso o el apetito; (4) hipersomnia o insomnio; (5) agitación o retraso psicomotor; (6) fatiga; (7) sentimientos de culpabilidad o inutilidad excesivos; (8) merma de la capacidad de pensar o concentrarse; (9) y pensamientos recurrentes sobre muerte o suicidio.

Las personas que experimentan este trastorno presentan 5 o más de los síntomas que se nombrarán a continuación, por un período de 2 semanas

Todos estos síntomas se dan casi todos los días, no se deben a efectos de una sustancia o afección médica y causan gran malestar en varios aspectos de la vida de la persona (laboral, social, académico). También hay que descartar que los síntomas se deban a un trastorno psicótico y que nunca haya habido un episodio maníaco o hipomaníaco (no inducido por sustancia o afección médica).

3.Trastorno depresivo persistente (antes distimia): La persona y/o sus allegados dicen que ha presentado estado de ánimo deprimido y anhedonia por la mayor parte de un período de 2 años. En adolescentes y niños puede manifestarse como irritabilidad y darse por un período de 1 año. Presenta además dos o más de los siguientes síntomas: poco o  mucho apetito, hipersomnia o insomnio, fatiga, baja autoestima, desesperanza, falta de concentración.

Los síntomas no se deben a efectos de una sustancia o afección médica y causan gran malestar en varios aspectos de la vida de la persona (laboral, social, académico). También hay que descartar que los síntomas se deben a un trastorno psicótico y que nunca haya habido un episodio maníaco, hipomaníaco o ciclotímico.

No se deben a efectos de una sustancia o afección médica

  1. Trastorno disfórico premenstrual: Al menos 5 de los siguientes síntomas aparecen antes de la menstruación y mejoran luego de que comienza la misma: labilidad afectiva y/o irritabilidad intensas, estado de ánimo deprimido, ansiedad, anhedonia, letargo, cambios en el apetito y el sueño, sensación de estar sin control o agobiada y síntomas físicos.

  2. Trastorno depresivo inducido por una sustancia/medicamento.

  3. Trastorno depresivo debido a una afección médica.

  4. Otros trastornos depresivos no especificados: Aquí se pueden encontrar la Depresión breve recurrente, Episodio Depresivo de corta duración, Episodio Depresivo con síntomas insuficientes y otros.

Fuente: American Psychiatric Association, (2013), Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Arlington, VA:American Psychiatric Publishing.

Imagen: Emaly

  • Definiciones

Definición de la semana: Proyección

  • Alejandra Alonso
  • 21/10/2014

La proyección, en el pensamiento freudiano, es un mecanismo de defensa del yo mediante el cual los individuos disimulan sus impulsos amenazantes (lo que es odiado, malo, vergonzoso o desagradable) atribuyéndoselos a otros.

Laplanche y Pontalis (s.f., citado en Gómez Mango, 1985) definen a la proyección de la siguiente manera: “En sentido propiamente psicoanalítico operación por la cual el sujeto expulsa de sí y localiza en otro —persona o cosa— cualidades, sentimientos, deseos y aun “objetos” que él desconoce, o rehúsa en sí. Se trata de una defensa de origen muy arcaico y que opera particularmente en la paranoia pero también en modos y pensamientos “normales” tales como la superstición” .

Fuente:

Gómez Mango, E. (1985), Proyección y desconocimiento delirantes a partir de los primeros escritos de Freud.

Myers, D. (2006), Psicología 7a Edición, Madrid: Editorial Médica Panamericana.

Imagen: Gabe Austin (Flickr)

 

 

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Las profesiones con mayor riesgo de suicidio

  • Alejandra Alonso
  • 20/10/2014

Los abogados, médicos y arquitectos son algunos de los profesionales que corren mayor riesgo de suicidio, según una nueva investigación de la revista Review of General Psychology.

¿Qué tienen estas profesiones en común que las hacen más propensas al suicidio? Según Gordon Flett, Paul Hewitt y Marnin Heisel, investigadores de la Universidad de York y autores del estudio, estas profesiones y aquellas que ejercen un rol de liderazgo sobre otras personas comparten un mayor riesgo de suicidio vinculado al perfeccionismo, un factor que, según ellos, ha sido subestimado por la literatura científica.

El ¨perfeccionismo socialmente prescrito¨ se vincula con la desesperanza y suicidio

Los autores explican que el  ¨perfeccionismo socialmente prescrito¨ se vincula con la desesperanza y suicidio. Las personas que ejercen estas profesiones son más propensas a experimentar dolor psicológico, estrés, sobregeneralización y una forma de perfeccionismo emocional que restringe la disposición a revelar impulsos e intenciones suicidas.

Estos descubrimientos inician el debate de por qué es esencial diseñar proactivamente programas de prevención de suicidio que sean adaptados a rasgos de personalidad claves con componentes específicos para aumentar la resiliencia y reducir los niveles de riesgo entre las personas perfeccionistas que se esconden tras una máscara de aparente invulnerabilidad.

Fuente: York University
Imagen: Discover Magazine

  • Definiciones

Definición de la semana: Delirio

  • Alejandra Alonso
  • 14/10/2014

Los delirios son creencias falsas, a menudo de persecución o de grandeza, que pueden acompañar a los trastornos psicóticos.

Algunos tipos de delirio nombrados en el DSM-V son:

  1. Delirio de grandeza: convicción de tener cierto talento o conocimientos (que no han sido reconocidos) o de haber descubierto algo muy importante.
  2. Delirio celotípico: el tema central es que su pareja no le es fiel.
  3. Delirio persecutorio: la persona cree que hay una conspiración en su contra o engaños, espionaje, es seguido, envenenado o drogado, difamado, acosado o se le impide conseguir objetivos a largo plazo.
  4. Delirio somático: relacionado a funciones o sensaciones corporales.
  5. Delirio mixto: se llama así a los delirios en los cuales no predomina ningún tema.

Creencias falsas que pueden acompañar a los trastornos psicóticos

También existe un tipo no especificado donde entra cualquier delirio que no puede ubicarse dentro de ninguno de los nombrados anteriormente.

Además, los delirios pueden tener contenido extravagante, es decir que son claramente inverosímiles, incomprensibles y no proceden de experiencias de la vida corriente (por ejemplo, la creencia de un individuo de que un extraño le ha quitado sus órganos internos y se los ha sustituido por los de otro sin dejar heridas ni cicatrices.

Fuentes:

Myers, D. (2006), Psicología 7a Edición, Madrid: Editorial Médica Panamericana.

American Psychiatric Association, (2013), Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Arlington, VA:American Psychiatric Publishing.

Imagen: Krystopher Woods (Flickr)

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

10 de Octubre: Día de la Salud Mental

  • Alejandra Alonso
  • 10/10/2014

Hoy, 10 de Octubre, es el Día de la Salud Mental. Este es un día especial para concienciar a las personas sobre la importancia que tiene este ámbito de la salud.

Abriendo mentes, cerrando estigmas
En el presente año, el movimiento asociativo FEAFES, ha elegido el siguiente lema a través de una votación vía Internet: «Abriendo mentes, cerrando estigmas».

Muchas personas podrían tener una mejor calidad de vida si la discriminación y el estigma no les prohibieran buscar ayuda.

¿Cuál sería para vos la mejor forma de abrir mentes y cerrar estigmas?

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Harry Potter y el encantamiento reductor de prejuicios

  • Alejandra Alonso
  • 08/10/2014

Puede que poner los 7 tomos de Harry Potter juntos asuste un poco a la hora de pensar en leerlos, pero no por nada J.K. Rowling ha vendido más de 450 millones de copias.

Por otro lado, aparte de entretenernos y tal vez mejorar algunos aspectos de nuestra lectura, estos libros tienen ahora una propiedad avalada científicamente: la de tomar perspectiva y mejorar la actitud hacia grupos estigmatizados.

Led Vezzali, junto con un grupo de investigadores de la Universidad de Modena y Reggio Emilia, realizaron 3 estudios relacionados: el primero contó con la participación de 34 niños de primaria a los que se les aplicó un cuestionario para evaluar su actitud hacia los inmigrantes (quienes son frecuentemente estigmatizados en Italia).

Luego se dividió a los niños en dos grupos que se encontrarían una vez a la semana para leer pasajes de los libros de Harry Potter y debatir sobre este con un asistente de la investigación:

  1. Grupo experimental: leyó pasajes relacionados con los prejuicios, como por ejemplo cuando Draco Malfoy llama “asquerosa sangre sucia” a Hermione, la amiga de Harry Potter.
  2. Grupo control: leyó pasajes que no se relacionaban con prejuicios, tales como la escena donde Harry compra su primera varita.

Este cambio no sucedió por ellos identificarse con Harry Potter, sino más bien por una fuerte no identificación con Voldemort

Una semana después de la última sesión se evaluó otra vez la actitud de los niños hacia grupos marginados. Entre los estudiantes que se identificaron con el personaje de Harry Potter y leyeron los pasajes relacionados con prejuicios, se encontró que la actitud hacia los inmigrantes mejoró significativamente. Sin embargo, los niños que leyeron pasajes neutrales no presentaron cambios en su actitud.

El segundo estudio se llevó a cabo con estudiantes de secundaria, los cuales mostraron resultados similares a los anteriormente nombrados, pero esta vez mejorando su actitud ante los homosexuales. Por último, se encontraron resultados similares en estudiantes universitarios ingleses y su actitud compasiva hacia refugiados. Sin embargo, este cambio no sucedió por ellos identificarse con Harry Potter, sino más bien por una fuerte no identificación con Voldemort, el enemigo de Harry y el mago más malvado y retorcido que jamás haya existido, según la historia.

Los autores mencionan en este punto que la teoría social cognitiva también cree que las actitudes de las personas se forman no solo al estar de acuerdo con personas significativas con quienes tenemos relaciones positivas, sino también al distanciarnos de personas significativas con quienes tenemos relaciones negativas.

El género fantasía podría ser muy efectivo para aumentar la tolerancia

Nuestra actitud puede, por supuesto, ser moldeada por muchas otras variables, como nuestros padres, los medios, nuestros amigos, etc. Pero los resultados del estudio de Vezzali armonizan con los de estudios anteriores que sugieren que la lectura temprana de novelas (es decir, comprometerse literariamente con las complejidades sociales, culturales y psicológicas de la vida) podría tener un impacto positivo en el desarrollo de la personalidad y las habilidades sociales.

Vezzali cree que el género fantasía podría ser muy efectivo para aumentar la tolerancia ya que, al no describir a una población real, se evita que el texto despierte defensividad y sensibilidad.

A los investigadores les interesa seguir investigando cómo la literatura podría reducir otros prejuicios. Nosotros podemos aprovechar este descubrimiento para ayudar a que haya más tolerancia y compasión en nuestra comunidad.

Fuente: Scientific American, OnlineLibrary
Imagen: whatanerdgirlsays

  • Definiciones

Definición de la semana: Afrontamiento

  • Alejandra Alonso
  • 07/10/2014

Soriano (2002) realiza un listado de las definiciones más relevantes planteadas por diferentes autores, algunas muy semejantes y otras enfocadas en diversos aspectos, y las ordena cronológicamente:

(a) Para Lazarus (1966) el término afrontamiento hace referencia a todos las estrategias para tratar contra las amenazas;

(b) Según Lipowski (1970) el afrontamiento integra todos los procesos cognitivos y actividades motoras que un sujeto emplea para preservar su organismo y mejorarse de la enfermedad;

(c) Otros ven al afrontamiento como la conducta que busca el alivio, recompensa y equilibrio, ante cualquier problema (Weissman & Worder, 1977);

(d) Mechanic (1978), considera que el afrontamiento comprende la capacidad y todas las conductas instrumentales, técnicas y los conocimientos que la persona ha adquirido para la resolución de problemas;

(e) Los investigadores Pearlin y Schooler (1978) argumentan que el afrontamiento es cualquier respuesta ante las tensiones externas que funcionen para evitar o controlar el distrés.

No obstante, el máximo desarrollo teórico y guía de trabajos posteriores sobre el afrontamiento fue desarrollado por Lazarus y Folkman (1984). Estos autores definieron al afrontamiento como:

“(…) aquellos esfuerzos cognitivos y conductuales constantemente cambiantes que se desarrollan para manejar las demandas específicas externas y/o internas que son evaluadas como excedentes o desbordantes de los recursos del individuo” (p.122).

Una de las variables personales declaradas como partícipes en los niveles de calidad de vida

Para Díaz Martín (2010) el afrontamiento forma parte de la gama de recursos psicológicos de cualquier sujeto y es una de las variables personales declaradas como partícipes en los niveles de calidad de vida. Según Orlandini (1999), las últimas investigaciones atribuyen un gran valor e importancia al afrontamiento sobre la calidad de vida y el bienestar psicológico.

Los sujetos responden de forma distinta ante un mismo agente estresante, sin embargo, cada modo de afrontamiento debe ser elástico y adecuado para cada situación.

Lazarus y Folkman (1984) consideraron la salud y la energía como una de las fuentes importantes de afrontamiento ya que los individuos con buen estado de salud pueden responder de mejor manera a las demandas del estrés. Otra fuente de afrontamiento es la creencia positiva o autoeficacia, que permite que la capacidad de soportar el estrés aumente cuando el individuo se cree capaz de soportarla u obtener consecuencias beneficiosas. Y, por último, encontramos a las habilidades sociales que están íntimamente relacionadas con el apoyo social, es decir el afecto y valoración de otras personas sobre el sujeto.

Ver al afrontamiento como un proceso implica considerar la conducta y pensamiento del sujeto en un contexto concreto y en condiciones particulares, en un continuo cambio a medida que la interacción va desarrollándose. Esta dinámica no es resultado del azar, sino de las continuas estimaciones de las variables entre el individuo y el ambiente. (Richaud de Minzi, 2006).

Lazarus y Folkman (1984) enfatizan la naturaleza continua y recíproca de la interacción entre las características conceptuales y las propiedades del evento a enfrentar. La forma en que la persona afronta cambia cuando el contexto cambia, por lo que es afectado también por los factores culturales del mismo. Las personas tienden a sentirse más o menos estresados por determinados eventos, en relación con las experiencias y expectativas dentro de su cultura. Las diferencias en la expresión de emociones y las expectativas de independencia y autonomía  a través de la cultura pueden influir en el estilo de afrontamiento esperable frente a la amenaza (Dwyer, 2005).

Fuentes:

Díaz Martín, Y. (2010). Estrés académico y afrontamiento en estudiantes de medicina. Revista Humanidades Medicas,  10(1), 0-0. Recuperado de World Wide Web el 12 de agosto de 2011: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-81202010000100007&lng=es

Dwyer, K.M. (2005). The meaning and measurement of attachment in middle and late childhood. Human Development, 48, 155-182. doi: 10 .1159 /000085519

Lazarus R.S & Folkman, S. (1984). Estrés y procesos cognitivos. Barcelona: Martinez Roca, 1986.

Lazarus, R. S. (1966). Psychological stress and coping process. Nueva York: Mc Graw Hill.

Lipowski, J. (1970). Physical illness, the individual and the coping process. Psychiatry Medicine, 1, 91-102. Recuperado de la World Wide Web: http://garfield.library.upenn.edu/classics1989/A1989U926700001.pdf

Mechanic, D. (1978). Students Under Stress: A Study in the social psychology of adaptation. Madison: University of Wisconsin Press.

Orlandini, A. (1999).  El estrés qué es, y como evitarlo. México: FCE.

Pearlin, L. & Schooler, C. (1978). The Structure of Coping. Journal of Health and Social Bahavior. 19(1), 2-21. Recuperado de la World Wide Web el 14 de Marzo de 2012: http://www.jstor.org/discover/10.2307/2136319?uid=3737512&uid=2&uid=4&sid=21101556399427

Richaud de Minzi, M. (2006). Evaluación del afrontamiento en niños de 8 a 12 años. Revista mejicana de psicología, 23(2), 196-201.

Soriano, J. (2002). Reflexiones sobre el concepto de afrontamiento. Boletín de Psicología, 75, 73-25.

Imagen: Wikipedia
 

  • Definiciones

Definición de la semana: Estrés

  • Alejandra Alonso
  • 29/09/2014
Estrés

La palabra estrés fue tomada de los términos de la ingeniería, donde se la utilizaba para referirse a “la resistencia producida en el interior de un objeto como consecuencia de una fuerza externa que actúa sobre el” (Farré Martí y cols., 2010 p. 576). En el ámbito de la biología fue utilizado por Walter Cannon en 1991 para referirse a cualquier estímulo nocivo cuya intervención perturbase la homeostasis de un organismo y activase los procesos autorreguladores (Mingote Adán y Pérez García, 2003).

Hans Selye fue quien, tras pasar 40 años investigando el estrés, hizo de éste un concepto de fundamental importancia para  la psicología y la medicina (Myers, 2006). Selye definió al estrés como “la respuesta inespecífica del cuerpo a cualquier demanda realizada sobre él” (Selye, 1975, p. 14).

Lazarus (2000) define al estrés como una relación entre el poder para dañar, desafiar o amenazar que poseen las demandas ambientales y los recursos psicológicos que tiene el individuo. A esto se le agrega un componente importante, la valoración que hace la persona sobre la situación, es decir, si la encuentra amenazante o no.

Proceso por el cual evaluamos y hacemos frente a las amenazas y los desafíos del ambiente

Brannon y Feist (2001) resaltan tres puntos de la definición de Lazarus (2000): a) adopta  una posición que se basa en la transacción persona-entorno para definir al estrés; b) resalta como elemento principal de la ya nombrada transacción, a la valoración que el individuo hace de la situación; c) Sostienen que la situación psicológica tiene que ser considerada por el sujeto como de amenaza, desafiante o de peligro.

Myers (2006, p. 532) define al estrés como “un proceso por el cual evaluamos y hacemos frente a las amenazas y los desafíos del ambiente” y agrega que, si bien el cuerpo del ser humano está preparado para resistir al estrés temporario, la prolongación de éste puede provocar deterioro físico. En relación a esto, cabe aclarar que el estrés no siempre es negativo ya que cumple un papel importante en la adaptación que debe realizar una persona a su medio. El estrés adecuado produce salud ya que  aumenta la autoeficacia por medio del aprendizaje y de la consecución de habilidades nuevas (Mingote Adán y Pérez García, 2003).

La movilización bioquímica, síntomas y sensaciones de tensión experimentadas en la respuesta ante el estrés son muy similares, independientemente de la causa que motivó la reacción. El estrés va a estar  determinado por el motivo al cual le atribuimos las sensaciones experimentadas más que por las sensaciones en sí (Farré Martí et al., 2010).

Fuentes:

Brannon, L. & Feist, J. (2001). Psicología de la Salud. Madrid: Parainfo.

Farré Martí, J., Fuentes, M., Bados, A., Bárez Villoria, M., Bayes Sopena, R., Brigos Hermida, B., Casas Hilari, J., Caseras, X., Comas Mongay, M., Creus, M., Estivill, E., Fora, F., García Rodríguez, J., Güell Roviralta, M., Guerra Díaz, D., Gutiérrez Ponce de León, F., Gutiérrez Rosado, M., Junqué Plaja, C., Giralt, M., Mira Solves, J., Pellicer, F., Raich, R., Riera Riera, J., del Río M., Romero, C., Sabanés, F., Carulla, L., Sender Romeo, R., Sureda Caldentey, B., Surribas Figuls, C., Toro, J., Torrubia Beltri, R., Pellicer, X. & Puig, C. (2010) Psicología para todos. Guía completa para el crecimiento personal. Relaciones de grupo, estrés y dolor, Barcelona: Oceano

Lazarus, S. R. (2000), Estrés y emoción. Manejo e implicaciones en nuestra salud, España: Desclée de Brouwer

Mingote Adán, J. C. & Pérez García, S. (2003) Estrés en la enfermería. El cuidado del cuidador, Madrid: Ediciones Díaz de Santos.

Myers, D. (2006), Psicología 7a Edición, Madrid: Editorial Médica Panamericana.

Selye, H. (1975), Stress without distress, Nueva York: The new American Library.

Imagen: Skittledog (Flickr)


  • Definiciones

Definición de la semana: Sesgo retrospectivo

  • Alejandra Alonso
  • 23/09/2014

Después de que los médicos reciben información sobre un caso más un informe de la autopsia, advierten que la causa de la muerte era evidente (algo que podrían haber prevenido con facilidad conociendo los síntomas). Pero las causas de la muerte no son tan claras para los médicos si no cuentan con el informe de la autopsia (Dawson y col., 1988, citados en Myers, 2006). Descubrir que algo ha sucedido hace que parezca inevitable. Los psicólogos denominan sesgo retrospectivo a esta visión retrospectiva de 20/20, también conocida como “fenómeno de lo sabía desde el principio”, es decir la tendencia a creer, después de conocer los resultados, que podríamos haberlo anticipado.

Gary Wells y Amy Bradfield (1998, citados en Myers, 2006), demostraron el sesgo retrospectivo después de mostrar a 352 estudiantes de la Universidad del estado de Iowa un vídeo poco claro de una cámara de seguridad donde se veía a un hombre entrando en un almacén justo antes de asesinar a un guardia de seguridad. Cuando se les mostró una serie de fotografías del caso real, con excepción de la foto del verdadero homicida, los 352 estudiantes hicieron una identificación falsa.

Tendencia a creer, después de conocer los resultados, que podríamos haberlo anticipado.

Aquellos a quienes se les dijo que habían identificado correctamente al sospechoso, se sintieron por supuesto más seguros de su elección, pero también fue 4 veces más probable que recordaran haberse sentido muy confiados cuando hicieron la identificación inicial.¿ Eran conscientes de que el comentario espontáneo del experimentador había influido en sus recuerdos? No, la mayoría negó haber sido influida por esa información.

Esos errores en nuestros recuerdos y explicaciones demuestran porqué se hace necesaria la investigación en psicología. Sólo con preguntar a las personas cómo y porqué sintieron y actuaron como lo hicieron a veces puede resultar engañoso, no porque el sentido común fuera por lo general erróneo, sino porque se manifiesta después de que se sucedieron los hechos. Basándonos en el sentido común nos resulta más fácil describir lo que ha acontecido que predecir lo que sucederá.

Fuente: Myers, D. (2006), Psicología 7ma edición, Editorial Médica Panamericana:Madrid
Imagen: Wikipedia

 

  • Definiciones

Definición de la semana: Burnout

  • Alejandra Alonso
  • 18/09/2014

Según Bosqued (2008), el término burnout fue utilizado por primera vez por un psiquiatra de Estados Unidos, llamado Herbert Freudenberger, en el año 1974. Este hombre estaba trabajando como voluntario en una clínica para toxicómanos en Nueva York, y fue allí donde observó en el personal (incluyéndose a él mismo) que, aproximadamente luego de un año de trabajar allí, su actitud hacia el trabajo y su desempeño cambiaban. Resumidamente las actitudes que veía eran las siguientes: pérdida progresiva de energía, desmotivación laboral, cambios comportamentales hacia el paciente (menos sensibilidad y comprensión, trato frío y propensión a inculparlos por la complicación que sufrían) y síntomas de depresión y ansiedad.

Freudenberger (1974, citado en Bosqued, 2008, p. 19) lo definió como: “Un conjunto de síntomas médico-biológicos y psicosociales inespecíficos, que se desarrollan en la actividad laboral, como resultado de una demanda excesiva de energía”.

Tiempo después, Cristina Maslach oficializaría y haría trascender el término en la comunidad académica. Ella lo define como: “Un síndrome de cansancio emocional, despersonalización y reducida realización personal que puede ocurrir entre individuos que hacen alguna clase de trabajo con personas” (Maslach, 2003, p. 2).”

El síndrome de burnout es un padecimiento que afecta a la salud y a la calidad de vida laboral de una persona. Es una clase de estrés crónico que podría definirse como una respuesta psicofísica que da el individuo como consecuencia de esfuerzos frecuentes que culminan en resultados que éste considera como insuficientes e ineficaces. Todo esto le produce al sujeto exhaustividad, sensaciones de indefensión y retirada psicológica y en algunos casos, también física de la tarea. En  fases avanzadas, la persona que padece este síndrome presenta sensación permanente de estar llegando al límite de sus energías o de venirse abajo (Bosqued, 2008).

Mingote Adán y Pérez García (2003) encontraron cinco puntos en común entre todas las definiciones del síndrome de desgaste profesional: a) un comportamiento anormal en lo relacionado al rol profesional que incluye despersonalización y comunicación deficiente con el cliente. También se producen conflictos relacionales con compañeros de trabajo y absentismo laboral; b) Síntomas disfóricos (malestar, agotamiento emocional); c) Sintomatología física, característica del estrés (dolores de cabeza, cansancio, etc.) que se asocian a formas disfuncionales de afrontar demandas laborales;  d) Desmotivación o desinterés por el trabajo que se traducen en un bajo rendimiento; e) Por último, la autoestima profesional y la realización se ven afectadas negativamente por la adaptación inadecuada.

Fuentes:

Bosqued, M. (2008), Quemados, el Síndrome de Burnout: Qué es y cómo superarlo, Ediciones Paidós Ibérica, España.

Maslach, C. (2003), Burnout. The cost of caring.

Mingote Adán, J. C. & Pérez García, S. (2003) Estrés en la enfermería. El cuidado del cuidador, Madrid: Ediciones Díaz de Santos.

Imagen: Roger Ferrer Ibánez (Flickr)

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