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Publicaciones por autor

David Aparicio

3008 Publicaciones
Editor general y cofundador de Psyciencia.com. Me especializo en la atención clínica de adultos con problemas de depresión, ansiedad y desregulación emocional.
  • Salud Mental y Tratamientos

Se incrementa la evidencia de la relación entre el autismo y la obesidad maternal

  • David Aparicio
  • 04/02/2016

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La respetada revista científica Autism Research reporta nuevos datos que incrementan la evidencia sobre la relación entre la obesidad y diabetes maternal y el autismo de sus hijos.

Según los datos recabados en esta investigación, las mujeres con obesidad o diabetes gestacional tienen 1.5 más probabilidades dar a luz a un niño con autismo, comparados con las madres con hijos que presentan trastornos del desarrollo.

Este riesgo es congruente con datos de investigaciones previas que sugerían relaciones entre la obesidad y diabetes maternal con el autismo.

El equipo de científicos analizó los registros médicos electrónicos de 188.188 madres y los compararon entre las madres que tenían hijos con autismo, con aquellas que no tenían hijos con trastornos del desarrollo y con madres de niños con otros trastornos del desarrollo, diferentes al autismo.

Los análisis permitieron conocer que 487 madres tenían hijos con autismo, 1,495 tenían hijos con otros trastornos del desarrollo y 35,734 madres no tenían hijos con autismo u otros trastornos del desarrollo. Las madres de los niños con autismo habían tenido su hijo, en promedio, a los 28.6 años y las madres de hijos con otros trastornos del desarrollo o sin trastornos tenían, en promedio, 27.4 años de edad cuando dieron a luz.

«Aunque estudios previos reportan un vínculo entre la obesidad maternal y la diabetes durante el embarazo y el autismo, nosotros demostramos que los datos médicos electrónicos pueden verificar y establecer la extensión de este vínculo a través de grandes poblaciones, » dijo Katherine Bowers, autora de la investigación y miembro de la División de Bioestadística y Epidemiología del centro médico infantil en Cincinnati, Estados Unidos.

Los registros médicos electrónicos suponen un gran avance en la investigación médica, ya que les ofrecen a los científicos una gran cantidad de datos, sin molestar a los sujetos del estudio con los engorrosos procesos y evaluaciones de la investigación.

Ojalá lleguen y se aprueben sistemas similares en los países latinoamericanos para facilitar y motivar la investigación.

Fuente: Psypost

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  • Salud Mental y Tratamientos

Por qué no debes usar el término: «enfermo mental»

  • David Aparicio
  • 03/02/2016

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El lenguaje tiene un profundo efecto en la manera en que interpretamos el mundo y cómo nos comportamos. Durante las últimas tres décadas, miles de profesionales de la salud han impulsado la inclusión del término «persona» en cada referencia que se hace a los trastornos mentales, en un esfuerzo por reducir la despersonalización y el estigma que sufren las personas con trastornos mentales.

Algunos podrían creer que es un simple intento de fomentar el uso de un lenguaje «políticamente correcto». Sin embargo, una nueva investigación encontró que incluso las diferencias sutiles en los términos que usamos pueden afectar profundamente los niveles de tolerancia con los que tratamos a las personas con trastornos mentales.

Los datos provienen de la investigación publicada en la revista The Journal of Counseling and Development, la cual aplicó a 711 personas que fueron divididas en tres grupos (estudiantes universitarios, adultos y profesionales consejeros), dos versiones sutilmente modificadas de la escala Community Attitudes Toward The Mentally Ill que evalúa las actitudes hacia las personas con trastornos mentales. Una versión de la escala incluía el término: «enfermos mentales» y la otra versión incluyó: «personas con enfermedad mental».

La escala también incluyó cuatro subescalas que permitió conocer distintos aspectos de cómo se percibe a las personas con trastornos mentales:

  • Autoritarismo: «Los mentalmente enfermos o las personas con enfermedades mentales» necesitan el mismo tipo de control y disciplina que un niño pequeño».
  • Benevolencia: «Los mentalmente enfermos o las personas con enfermedades mentales» han sufrido por mucho tiempo objeto del ridículo».
  • Restricción social: «Los mentalmente enfermos o las personas con enfermedades mentales» deben ser aislados del resto de la comunidad».
  • Ideología de la comunidad de salud mental: «Los mentalmente enfermos o las personas con enfermedades mentales, se beneficiarían de vivir en barrios residenciales, pero el riesgo para los residentes es muy grande».

Al comparar las respuestas, se encontró que las personas eran menos tolerantes cuando leían la declaración con el término: «mentalmente enfermo». También se encontraron leves diferencias en las escalas según los grupos de personas que participaron en el estudio:

Los estudiantes universitarios y los profesionales consejeros mostraron menos tolerancia en las escalas de autoritarismo y restricción social. En cambio, los adultos en general fueron menos tolerantes en las escalas de benevolencia e ideología de salud mental en la comunidad.

Otro dato no menor fue que el grupo de los consejeros tuvo la mayor discrepancia en los niveles de tolerancia, según el término que se usó. Lo cual significa que nosotros, los profesionales de la salud mental, no somos inmunes al efecto del lenguaje a la hora de tratar a las personas con trastornos mentales, y debemos ser muy cuidadosos con las palabras que usamos.

Los autores del estudio también recomiendan que sus hallazgos sean considerados por los directivos de salud y los medios a la hora de elegir las palabras que utilizan para referirse a las personas con trastornos mentales. Ellos tienen mucha influencia en la sociedad y deben ser los primeros en efectuar los cambios sugeridos.

«Yo entiendo por qué las personas usan el término «mentalmente enfermo». Es más corto y más fácil de usar que «personas con enfermedades mentales». Dijo Darcy Granello, coautora de la investigación. » Pero creo que las personas con enfermedades mentales se merecen que cambiemos nuestro lenguaje. Incluso si es más incómodo para nosotros, porque ayuda a cambiar nuestra percepción, lo que nos lleva por último a tratar a todas las personas con el respeto y el entendimiento que ellas se merecen.»

Es necesario aclarar que esta investigación se hizo en inglés y que las connotaciones sobre la palabra illness (traducido como: enfermedad) son distintas a las que usamos en español. En nuestro caso, deberíamos también considerar el uso de la palabra trastorno, porque las condiciones mentales no se conciben como enfermedades.

Fuente: Psypost

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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Intervenciones psicológicas para cuidadores con síntomas depresivos: revisión sistemática y metanálisis (PDF)

  • David Aparicio
  • 02/02/2016

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Está bien establecido que los cuidados no profesionales, un componente fundamental de la atención a personas dependientes, pueden aumentar el riesgo de trastornos mentales en el cuidador, especialmente de depresión.

El objetivo de este estudio fue realizar una revisión sistemática y un metanálisis para determinar la eficacia de las intervenciones psicológicas, para reducir los síntomas depresivos, dirigidas a cuidadores no profesionales. Se realizó una búsqueda exhaustiva de estudios publicados entre los años 1980 y 2013 en las bases de datos Medline y PsycInfo, así como en las referencias de otras revisiones y metanálisis y capítulos de libro relevantes, de los cuales se seleccionaron 13 estudios.

Aunque la mayoría de las intervenciones obtuvieron resultados positivos en la reducción de la sintomatología depresiva, en general, sus efectos fueron moderados (tamaño del efecto = -0.49, intervalo de confianza 95% ). Se han producido importantes avances en relación con la calidad de los estudios, pero todavía se encontraron algunas limitaciones que restringen el alcance de sus hallazgos.

Es necesario realizar más estudios que cumplan con los estándares de excelencia y, más concretamente, de prevención indicada de la depresión.

Autores: Fernando L. Vázquez*, Elisabet Hermida, Olga Díaz, Ángela Torres, Patricia Otero y Vanessa Blanco.

Descarga la investigación completa en formato PDF: Intervenciones psicológicas para cuidadores con síntomas depresivos: revisión sistemática y metanálisis (PDF).

Fuente:  Scielo

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El dolor crónico podría cambiar el ADN del sistema inmunológico

  • David Aparicio
  • 01/02/2016

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Científicos de la reconocida universidad canadiense McGill han encontrado que el dolor crónico podría reprogramar los genes del sistema inmune y del cerebro. Ellos escriben en la revista Scientific Reports que este hallazgo podría cambiar dramáticamente la manera en que diagnosticamos y tratamos el dolor crónico, uno de los trastornos más debilitantes que existen.

¿Qué es el dolor crónico?

El dolor crónico se caracteriza por un dolor persistente que dura más de 6 meses, que puede haber sido causado por alguna enfermedad, pero en algunos casos no hay razón especifica. El dolor crónico generalmente no tiene cura y los tratamientos existentes sirven de paleativos para reducir la intensidad de dolor y mejorar la calidad de vida de las personas. Pero no curan el dolor.

La investigación

El equipo investigador utilzó un compuesto químico llamado grupo metilo que les permitió mapear el ADN cerebral y del sistema nervioso de un grupo de ratas (su ADN tiene un 90% de similitud con el de los humanos). Al examinar las celulas marcadas con el grupo metilio, los investigadores encontraron que cientos de miles de celulas de ADN habían cambiado cuando las ratas habían experimentado dolor crónico. Lo que significa, según los autores, que el dolor crónico tiene importantes implicaciones en otras partes del sistema corporal que normalmente no se asociaban con él.

Gracias a este hallazgo ahora sabemos que el dolor crónico puede afectar la composición química de uno del sistema inmune, uno de los sistemas biológicos más valiosos para la supervivencia humana y quizás en un futuro se encuentre un tratamiento más efectivo para el dolor crónico.

Puedes leer la investigación completa en la revista Scientific Reports.

Fuente: ScienceDaily

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  • Artículos Recomendados de la Web

La anorexia y la deshumanización que reina en el mundo del modelaje

  • David Aparicio
  • 31/01/2016

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El modelaje es una de las profesiones más exclusivas, en la cual miles de jóvenes están dispuestos a hacer lo que sea para desfilar en la pasarela. Es un mundo en donde sólo importan la imagen, la estética y las prendas que se lucen.

Victoire Maçon Dauxerre es una joven de 23 años que llegó a ser una de las 20 modelos más importantes en Francia y que se atrevió a denunciar, en un libro, el maltrato, la deshumanización y la anorexia reinante en el mundo de la moda.

El diario La Nación de Argentina entrevistó a la Modelo y a continuación te dejamos algunos fragmentos que nos parecieron interesente:

-¿Y al firmar el contrato qué te dijeron?

-Que era muy hermosa, pero que necesitaba bajar de peso para entrar en un talle 0. Mis medidas de caderas eran de 92 cm, y me pedían que sean de 87. Tenía dos meses para perder peso y llegar bien a la Fashion Week de Nueva York. Y me convertí en anoréxica: comía sólo tres manzanas al día, bajé 10 kilos y llegué al talle pedido. Viajé y compartí un departamento con otras dos modelos, que no me hablaban porque estaban celosas de que yo era la más flaca. Cuanto más peso perdía, más éxito laboral tenía: me tomaron para 22 desfiles en Milán y París. Llegué a ser la top 20 de modelos del año.

-¿No te dabas cuenta de que tenías un desorden alimentario?

-Sí y no, lo negaba. La moda te convierte en un objeto, y sos sólo una percha a la que la ropa le tiene que sentar bien según los criterios de los diseñadores, las agencias y los fotógrafos. Tenés que ser flaquísima sí o sí; o no comés o tomás cocaína, cosa que no iba a hacer. Pero llegué a intentar suicidarme y fue como un grito de ayuda. Era habitual: las modelos que me rodeaban comían cuando aparecía una cámara en épocas de desfiles y después iban todas juntas a vomitar al baño. Y en los departamentos que compartís con otras modelos del mundo, la envidia y las traiciones son comunes: una amiga mía modelo tenía un casting y sus dos compañeras de cuarto -dos modelos rusas- le dieron golosinas a su perro para que se descomponga y tuviera que llevarlo de urgencia al veterinario y no pudiera llegar al casting.

-¿Cómo son los castings?

-En el casting de Vuitton nos pedían que desfilemos sólo con una tanga y tacos altos. Nos miraban como si fuésemos pedazos de carne. Y cuando hice el de Chanel, Karl Lagerfeld no me eligió porque dijo que «Chanel no fotografía a mujeres con pechos», y yo tenía pechos medianos. ¡Y todas las mujeres tenemos pechos! También era tomado con normalidad que durante una producción fotográfica, los asistentes les den almuerzo a todos menos a las modelos, porque «las modelos no comen».

El relato de Victoire Maçon Dauxerre es una clara y poderosa denuncia sobre lo que sucede tener el mundo de la pasarela. Su libro y sus experiencias no cayeron en oídos sordos, y el gobierno francés empezó a exigir que todas las modelos presenten un registro de salud antes de subir a la pasarela en el que se incluye su peso y masa muscular. Sin embargo, creo que también se deberían incluir evaluaciones psicológicas cómo se hacen en otras profesiones de alto riesgo y el modelaje es sin dudas una de ellas.

Lee la entrevista completa en La Nación.

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  • Artículos Recomendados de la Web

«El bullying te autodestruye: piensas para qué vivo, para qué estoy aquí» – ABC

  • David Aparicio
  • 29/01/2016

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Nidia Represa es una joven de 22 años que durante la adolescencia sufrió de terribles episodios de Bullying que le dejaron serias secuelas: alopecia (pérdida del cabello), fuertes dolencias de estomago, afecciones de garganta y alergias alimentarias.

Pero que a pesar de todo, y con el apoyo incondicional de su familia, pudo salir adelante. Hoy Nidia estudia en el segundo año de psicología y ya escribió su primer libro: “Bajo mi piel”,En el que narra la odisea que vivió, las características del Bullying escolar y cómo puede destruir la salud e integridad de una persona:

Todas las víctimas de acoso escolar sufrimos un proceso de autodestrucción, porque el acoso deja tan baja la autoestima que al final crees todo lo que te están diciendo y terminas por autodestruirte. Piensas que no eres nada, que todo lo que haces y dices está mal. Es cuando te preguntas «¿para qué estoy aquí?, ¿por qué vivo?». Entonces te dices que a lo mejor no deberías estar aquí. Pero lo que más me dolió fue que los acosadores eran chicos que yo conocía desde muy pequeña y mis mejores amigos estaban detrás.

Me costó mucho superarlo. Primero porque yo no dije nada durante muchos años. No quería hacer daño a los demás. Fui año tras año a peor, las secuelas iban a más, me costaba más relacionarme, suspendía más… Y llegó un momento que colapsé. En segundo de bachiller ya no pude más. Cogía el Metro para ir a clase y me daban ataques de pánico pensando en los exámenes. Entonces me tracé un plan: no voy a clase, estudio por mi cuenta y haré los exámenes cuando lleguen. Además había empezado a hacer amigos pero me daba mucho miedo porque eso significaba que ellos me estaban conociendo más y yo me estaba volviendo más vulnerable. Intenté ocultarlo, pero mi madre lo descubrió. Lo peor es que yo no sentía, estaba hueca, vacía… Al llegar hasta el fondo me di cuenta de que me tenía que recomponer, y encontrarme a mí misma. Mi madre y mi psicóloga comenzaron a darme estrategias para ello. Poco a poco comencé a salir adelante.

El libro de Nidia es un buen recurso para los psicólogos y maestros que buscan literatura de primera persona que ayuden a los jóvenes y adultos a enterar de una vez por todas que el bullying es mucho más peligroso que una simple broma.

Lee el artículo completo en ABC.

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Confesiones de un cómico depresivo (Vídeo)

  • David Aparicio
  • 28/01/2016

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Kevein Breel luchaba en silencio con la depresión y las ideaciones suicidas, mientras el resto de las personas veían al chico sano, popular, que estaba en todas las fiestas, que era el capitán del equipo de baloncesto y estudiante sobresaliente en teatro e inglés.

Tal vez para los profesionales de la salud, la conferencia de Breel no ofrezca datos novedosos sobre la depresión, pero su riqueza se encuentra en la la sencillez con la que logra transportar sus ideas, sus propias vivencias y que seguro ayudará a otras personas que se sienten solos y que pasan por situaciones similares.

Fuente: TED

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  • Artículos Recomendados de la Web

Henry Marsh: «Sabemos más de la Luna que del cerebro» – El País

  • David Aparicio
  • 27/01/2016

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«Hasta cierto punto, conocemos mejor la Luna que el cerebro», asegura Henry Marsh. «No hemos más que rasgado en la superficie, y creo que así seguiremos durante mucho mucho tiempo. A veces me acuerdo de lo que decía Newton: ‘He sido un niño pequeño que, jugando en la playa, encontraba de tarde en tarde un guijarro más fino o una concha más bonita de lo normal. Y el océano de la verdad se extendía, inexplorado, delante de mí’. Así me siento yo muchas veces ante el cerebro, cuando opero tumores, como si estuviera recogiendo guijarros».

Hace poco se publicó las memorias de Henry Marsh, uno de los neurólogos más respetados y experimentados del mundo. Tiene 30 años haciendo cirugías del cerebro y con toda su experiencia reconoce que recién apenas estamos conociendo superficie del órgano más complejo que existe. La honestidad de Marsh y su humildad científica nos llama a la mesura interpretativa de los estudios neurológicos que en estos tiempos se difunden como hechos irrefutables que explican en totalidad la conducta humana, lo cual es totalmente falso.

Lee el artículo completo en El País.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Una técnica para disfrutar más seguido de los sueños lúcidos

  • David Aparicio
  • 26/01/2016

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Los sueños lúcidos se caracterizan por tener la persona plena consciencia y control de los eventos a medida que suceden. Es como si fueras el director de una película, y en este caso la película ocurre mientras duermes y sueñas.

Pueden ser muy divertidos  y seguramente lo has experimentado y te has quedado con las ganas de que ocurran con más frecuencia. Hoy te contaremos de un estudio que encontró una extraña acción que podría aumentar la frecuencia de  los sueños lúcidos.

La investigación en cuestión fue publicada en la revista Dreaming y encontró que las personas que usaban a diario la opción: “posponer” de la alarma despertadora (posponer alarma por 10 minutos o los que ponen la alarma cada x número de minutos para levantarse:  6, 6:10, 6:15, 6:20,: 6,25, 6:30… ) tenían significativamente más sueños lúcidos que las personas que nunca lo usaban esta función del despertador.  En promedio las personas que usaban el repetidor de la alarma tenían 3.04 sueños lúcidos en una escala de 7 comparados con el 2.76 de los que no usaban dicha función.

Esta correlación fue notablemente estable aun cuando se controlaron otros factores como: la tendencia de las personas a recordar sus sueños y la frecuencia de los despertares durante la noche.

¿Qué tiene que ver el repetidor de la alarma despertador con los sueños lúcidos?

Una explicación bastante factible, según los autores, es que la interrupción constante del sueño producida por el repetidor de la alarma, hace que volvamos a dormirnos en las primeras fases del sueño REM, y es ahí donde ocurren los sueños lúcidos. Pero también reconocen que pueden haber otras explicaciones más sencillas como por ejemplo, que las personas participantes propensas a los sueños lúcidos usan con más frecuencia el repetidor de la alarma.

Sabemos que la correlación no significa causa, pero sería interesante probar con esta técnica y ver si logras tener sueños lúcidos más seguido

Fuente: Research Digest

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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

(PDF) La psicología de la delincuencia

  • David Aparicio
  • 26/01/2016

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¿Cuáles son los principales aspectos a destacar en la investigación actual sobre la psicología de la delincuencia? ¿Cómo enfrentarnos a la prevención y tratamiento de la delincuencia? ¿Qué análisis deben realizarse para desarrollar intervenciones eficaces? ¿Sobre qué bases deben apoyarse los estudios en este campo? ¿Cómo actuar con menores delincuentes de diferente edad?

Estas cuestiones, de indudable relevancia para el campo de actuación con menores y adultos infractores, articulan el siguiente manual sobre Psicología de la Delincuencia.

He intentado contestar a cada una de ellas, ofreciendo los fundamentos conceptuales de este área de estudio y de su estado actual en el panorama nacional e internacional, realizando un análisis de los componentes de las inter- venciones que resultan más prometedoras en el abordaje de esta problemática, informando sobre las estrategias que hay que tener en cuenta para llevar a cabo un programa de intervención eficaz con delincuentes, y ofreciendo pautas de prevención que permitan la adaptación personal y social de los menores en riesgo. No debemos olvidar que se trata de personas que por razones evolutivas o circunstancias ambientales presentan problemas que por sí mismos no pueden resolver de una manera adecuada.

Cada vez son más los autores que comparten la opinión de que la delincuencia, especialmente aquella de naturaleza grave o crónica, no es sino una manifestación más -si se quiere, la más perturbadora- de un estilo de vida incompetente. Estos sujetos, entonces, no sólo son delincuentes, sino que resultan fracasados sociales en términos de su ajuste personal, laboral y familiar.

Por otra parte, en el contexto de la conducta antisocial, las investigaciones ya no se centran exclusivamente en buscar la causa del problema. Esto refleja en parte el reconocimiento de los complejos factores que se combinan para producir la conducta delictiva, las muchas vías distintas que conducen a un mismo resul- tado. Para comprender los mecanismos en los que operan los factores de riesgo serían necesarios estudios que examinaran los factores múltiples y su desarrollo en el curso del crecimiento. Es probable que haya vías o secuencias múltiples que conduzcan al comportamiento delictivo y que éstas difieran en los jóvenes a distintas edades, de distinto sexo y de cultura diferente. Por ello, las teorías futuras necesitan adoptar un amplio rango de variables a estudiar (individuales, interpersonales y sociales), junto con procesos motivacionales, de inhibición conductual y toma de decisiones, que adopten una perspectiva de desarrollo que permita establecer secuencias evolutivas en la carrera delictiva.

El objetivo en el pasado fue comprobar la evidencia empírica sobre descu- brimientos ya existentes, el énfasis en el futuro debe ponerse en la predicción de nuevos resultados, en la planificación de programas donde las teorías y la evidencia avancen juntas y se enriquezcan mutuamente.

El estudio de los factores de riesgo ha revelado que no sólo existe continuidad de la conducta antisocial desde la niñez a la adolescencia y vida adulta, sino también a través de generaciones. La estabilidad y continuidad de esta proble- mática social significa que las intervenciones diseñadas para mejorar estas conductas son sumamente importantes. Pero no podemos obviar el hecho de que no todos los individuos bajo riesgo de conducta delictiva se convierten en sujetos delincuentes. La evidencia de estas personas resistentes o inmunes ha propiciado una vía de investigación muy prometedora, ya que, al menos a priori, parece más sencillo analizar qué protege a los menores ante el delito que el interrogarse qué es lo que les induce a delinquir, como tradicionalmente se venía haciendo. La cuestión más importante sigue siendo el mejorar la identifi- cación de estos grupos de sujetos. Lo que tenemos que hacer es intentar repro- ducir en esos chicos de riesgo los factores que pueden hacerles “inmunes” al primer delito, o bien que puedan evitar que sigan implicados en comportamientos delictivos.

En la actualidad, y tras años de investigación, podemos afirmar que para que un tratamiento con delincuentes sea eficaz, debe basarse en: (a) un conjunto de técnicas diferentes que pueda emplearse atendiendo a las necesidades especificas de cada sujeto; (b) estrategias para que el delincuente aprenda a relacionarse con los demás y con su entorno; y (c) un entrenamiento relacionado con la comu- nidad (escuela, servicios sociales, clubes, etcétera). Asimismo, debe contar con profesionales capaces y entusiastas, que sirvan de modelos positivos en su interacción con los jóvenes y en consonancia con el estilo de aprendizaje de los mismos. Todo ello con un mismo objetivo: lograr que el delincuente adopte un modo diferente de relacionarse con el mundo y de verse a él dentro de ese mundo. De hecho, podríamos resumir la tarea de socialización como un esfuerzo por ofrecer recursos y habilidades a estos jóvenes para que adquieran un mayor auto-control en el establecimiento de metas y actividades prosociales, que les permitan abandonar una incipiente o consolidada carrera delictiva y les haga sujetos adaptados a su entorno.

Aunque sabemos que es necesario potenciar los escenarios comunitarios para el tratamiento de los delincuentes, la institucionalización es una realidad. No podemos plantearnos si podemos o no educar a los delincuentes en institu- ciones. Estas existen, y seguirán existiendo. Por tanto, lo importante es aplicar en ellas programas efectivos, para lo cual sería claramente de ayuda un cambio, desde la perspectiva de la psicología organizacional, del diseño tradicional de funcionamiento. Al mismo tiempo, no descuidamos el campo de la prevención, el cual se ha visto enriquecido por la corriente cognitivista al ofrecer resultados prometedores en el trabajo con niños con comportamiento antisocial y jóvenes predelincuentes o en riesgo de serlo.

A continuación el lector encontrará nueve temas con un mismo objetivo: demostrar la necesidad de comprender y conocer, para prevenir e intervenir en el ámbito de la conducta delictiva.

El primero de ellos titulado “Definición de la conducta antisocial y delictiva” nos introduce en la definición e identificación de los menores con conducta antisocial y delictiva, diferenciándolos de aquellos con trastorno disocial, y ofre- ciendo el marco legal que sirve de referencia para la actuación con los menores infractores. Asimismo, hace un recorrido sobre los diferentes conocimientos que debe poseer el profesional que trabaja en este campo.

En el segundo tema “Predicción de la conducta delictiva: vulnerabilidad y resistencia”, realizado en colaboración con José Luis Alba, se señalan los factores de riesgo más importantes para el inicio y el mantenimiento de la conducta delictiva así como los factores protectores que pueden ayudar al sujeto a hacerse resistente ante influencias antisociales.

El tercer y cuarto tema (realizado en colaboración con Ana D’Ocon) ofrecen, respectivamente, los aspectos psicológicos y sociales del delincuente. En primer lugar, se presenta un análisis detallado de los factores cognitivos y emocionales relacionados con la delincuencia, y en segundo lugar, de los factores ambientales (en concreto, la familia, escuela y grupo de amigos) que en un gran número de ocasiones contribuyen al inicio, mantenimiento y desarrollo del comportamiento antisocial y delictivo.

El quinto tema “La integración: persona, conducta y ambiente”, realizado en colaboración con Vicente Garrido, presenta una serie de teorías integradoras que representan algunas de las explicaciones más novedosas en esta materia.

Del análisis de todas estas variables se desprenden una serie de derivaciones para la prevención que son desarrolladas en el tema seis “La prevención de la conducta delictiva”. Concretamente, este tema se centra en las medidas de prevención e intervención dirigidas al entorno familiar, situando la moderna perspectiva de la prevención en el marco de la competencia social. También se ocupa del papel de la escuela en la prevención e intervención de la conducta delictiva, reflexionando acerca del modo en que la escuela actúa en el presente como agente de prevención y haciendo un repaso sobre las principales estrategias de actuación para el desarrollo de la competencia social.

El tema siete “El tratamiento de la conducta delictiva” está dedicado, como su nombre indica, al tratamiento del delincuente juvenil y adulto. En primer lugar, aborda la respuesta de la justicia juvenil ante el menor infractor, resaltando dos conceptos clave: la responsabilidad y la competencia. En segundo lugar, analiza los objetivos de la intervención con delincuentes, diferenciando los principios que deben guiar una actuación eficaz de las características de los programas que han resultado prometedores en el tratamiento del delincuente. Y en tercer lugar, muestra algunos programas eficaces de intervención, incluyendo un proyecto para delincuentes juveniles de alto riesgo y con conductas violentas.

Precisamente sobre la delincuencia violenta trata el tema ocho donde a parte de ofrecer definiciones y conceptos, se centra en la identificación de las perso- nalidades con cierta propensión a las conductas violentas y en estrategias de prevención e intervención del comportamiento violento.

El profesor Vicente Garrido Genovés ha colaborado en este manual con el último tema, sin duda enriqueciendo este libro. El capítulo 9 “Psicopatía y delincuencia”, nos acerca a la figura del delincuente psicópata para que lo comprendamos mejor, sepamos diagnosticarlo, y en última instancia, podamos ofrecer limitadas pero útiles pautas de tratamiento a estos difíciles delincuentes.

Finalmente, estos nueve temas van acompañados de dos prácticas. La primera sobre la identificación de los factores de riesgo y de protección de un adolescente, que cubriría los primeros cinco temas, y la segunda, más centrada en los últimos cuatro capítulos, sobre el diagnóstico y valoración de la psicopatía en un delin- cuente.

Deseo que este material pueda ser un verdadero instrumento de ayuda para todos los estudiantes de esta asignatura, así como para los psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales, criminólogos, maestros, educadores sociales, fuerzas de seguridad, sociólogos, juristas y personal de instituciones que estén interesados en conocer o desarrollar programas para la prevención y tratamiento de la desviación social, la delincuencia y la violencia en sus diferentes manifestaciones.

Asimismo, espero que sea de utilidad para los profesionales de los servicios psicopedagógicos que tienen como misión elaborar programas de ayuda para jóvenes con dificultades, así como a otros profesionales de los servicios sociales que trabajan con esta población o los responsables de desarrollar estrategias adaptadas a este tipo de adolescentes.

No obstante, mi principal pretensión es que a través de todos vosotros puedan beneficiarse especialmente los jóvenes con graves problemas personales y sociales, cuyos comportamientos les impiden experiencias socializadoras positivas que les hacen más susceptibles, si cabe, de desajustes en su etapa adulta.

María Jesús López Latorre.

Universidad de Salamanca, España.

Descarga el PDF completo: La psicología de la delincuencia

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