Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Ciencia y Evidencia en Psicología

2850 Publicaciones

Investigación, neurociencia, modelos teóricos y psicopatología

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Por qué no tenemos recuerdos de cuando eramos bebés

  • 04/08/2014
  • Alejandra Alonso

Es común poder recordar cosas que nos pasaron hace tiempo, como el lugar donde pasamos las vacaciones, nuestros cumpleaños, nuestra graduación, etc. pero nadie suele decir: “si, yo recuerdo cuando solo tenía 3 meses de edad y me la pasaba durmiendo”. El recuerdo más viejo que tengo es de cuando viajé por primera vez en avión, y ya tenía 4 años. El hecho de que nadie tenga recuerdos de cuando era un bebé es un fenómeno que ha sido denominado ‘amnesia infantil’. Por más de 100 años se ha tratado de encontrar la causa de dicha amnesia: Sigmund Freud se la atribuyó a la represión de experiencias sexuales tempranas. Otros investigadores más recientes creen que se debe a la falta de percepción propia, lenguaje u otro equipamiento mental necesario para codificar recuerdos.

Los neurocientíficos Paul Frankland y Sheena Josselyn, ambos del Hospital de Niños Enfermos en Toronto, tienen una teoría diferente. Sucede que los humanos no son los únicos que padecen de amnesia infantil. Los ratones y monos también olvidan su infancia temprana. Considerando las similitudes, Frankland y Josselyn piensan que el rápido nacimiento de muchas neuronas nuevas en un cerebro bloquea el acceso a los viejos recuerdos.

El rápido nacimiento de muchas neuronas nuevas en un cerebro bloquea el acceso a los viejos recuerdos

En un nuevo experimento, científicos manipularon la velocidad en la cual las neuronas del hipocampo (región cerebral que archiva eventos autobiográficos) crecían en ratones jóvenes y adultos. Los ratones jóvenes con crecimiento lento de neuronas presentaron mejor memoria a largo plazo. Por otro lado, los ratones más viejos con más velocidad de formación de neuronas mostraron pérdida de memoria.

Basados en estos resultados, que fueron publicados en Mayo en la revista Science, Frankland y Josselyn creen que ese rápido crecimiento de neuronas que se da en la infancia interrumpe los circuitos cerebrales que almacenan recuerdos viejos, haciéndolos inaccesibles. Los niños pequeños también tienen subdesarrollada la corteza prefrontal, otra región del cerebro que codifica recuerdos, así que la amnesia infantil podría ser el resultado de una combinación de estos dos factores.

Mientras crecemos, la neurogénesis se enlentece, y el hipocampo logra un balance entre la formación de recuerdos y la retención. Por supuesto, todavía nos olvidamos de muchas cosas, pero eso puede ser en realidad algo positivo. La idea es que para un funcionamiento saludable de la memoria en la adultez, no sólo necesitas recordar cosas sino también limpiar los recuerdos poco relevantes”, dice Frankland.

Fuente: Scientific American
Image: Epsos.de (Flickr)

 

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La importancia del apego entre los padres y su hijo

  • 29/07/2014
  • Dimas Villarreal

Al momento de nacer el niño necesita de la ayuda de los adultos para sobrevivir, ya sea de la madre, padre, familiar o un cuidador (en caso de faltar las figuras principales). Ellos tratan de satisfacer las necesidades del bebé como la protección, alimentación, estimulación y emociones. Por medio de la satisfacción de las necesidades, acompañada de emociones se va dando una interacción que crea un lazo afectivo entre ambos, a este vínculo se le llama Apego.

En los años cincuenta John Bowlby, pionero en las teorías de apego, manifestaba la importancia de los vínculos primarios que el bebé formaba y mantenía con la madre, padre, familiares u otros cuidadores.

En sus artículos describía que un apego seguro era generador de una salud mental infantil adecuada. En cambio, si el niño no recibía cuidado y protección podría desarrollar sentimientos de inseguridad, agresividad y desconfianza.

Las caricias, sonidos, y ternuras que fortalecen el vínculo de apego entre el niño y sus cuidadores ayudarán al desarrollo psicoafectivo

En sus trabajos, Bowlby clasificó los tipos de apego en:

Apego seguro: Es el vínculo que le brinda al niño autonomía, flexibilidad, le permite ser capaz de pedir ayuda cuando la necesita sin necesidad de volverse dependiente. Perciben a sus padres como base segura, que pueden satisfacer sus necesidades fisiológicas y emocionales, además que ayudan y fortalecen el contacto.

Apego inseguro: Este tipo de apego se divide en:

  • Apego resistente: El niño explora poco el mundo que le rodea mientras está en compañía de la madre. Se enoja ante la separación de la madre y cuando ella regresa se pone furioso o pasivo. Se muestran apáticos con los extraños. Perciben a los padres como intrusos e imprevisibles.
  • Apego evasivo: estos niños no lloran ante la separación de las figuras significativas, y al reencuentro con la madre, la evitan. Ante los extraños se pueden mostrar confiados o inseguros. No perciben a sus padres como base de confianza o seguridad, los perciben como insensibles.

También existe un tipo de apego desorganizado/ desorientado que puede ser una combinación del resistente y del evasivo, estos niños se muestran confusos porque los cuidados que reciben de sus padres son inadecuados. Sus padres no le brindan seguridad y les generan ansiedad.

El cuidado primario y los vínculos influyen en el desarrollo neuronal de los niños

Los avances de las neurociencias nos confirman que el cuidado primario y los vínculos influyen en el desarrollo neuronal de los niños.  Además nos indican que los buenos tratos son una inversión a largo plazo en la salud mental de nuestros hijos, y que los rechazos o maltratos pueden generar repercusiones en el cerebro del los niños.

¿Cómo podemos estimular el vínculo de apego?

  • Lo principal es el contacto cara a cara, piel a piel. Los abrazos y caricias son fundamentales para el apego.
  • Hablarle al niño, narrarles cuentos o sencillamente cantarles canciones.
  • El juego es un factor primordial para el desarrollo del cerebro y sobre todo para fortalecer y estimular el apego seguro.
  • Aplicar disciplina con el objetivo de aprender, más que aplicar un castigo.
  • Evitar discusiones en presencia de los niños.

Desarrollar nuestra capacidad de empatía y poder reconocer las emociones de nuestros hijos los hará sentir seguros y contenidos.

Nota del editor: Artículo previamente publicado en Psicodv y fue modificado para su publicación en Psyciencia.

Imagen: Abdiel Rod

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Escribo artículos porque soy de Aries: el Efecto Forer y el horóscopo

  • 25/07/2014
  • Fabián Maero

Antes que nada: los invitamos a formar parte de un pequeño experimento. Lean la siguiente descripción y por favor, puntúen (de manera completamente anónima), en qué medida creen que es una descripción adecuada de su personalidad:

Tenés la necesidad de que otras personas te aprecien y admiren; sin embargo sos crítico/a contigo mismo/a. Tenés una considerable capacidad que no has aprovechado del todo. Aunque hay algunas debilidades en tu personalidad, generalmente sos capaz de compensarlas. Tendés a ser disciplinado/a y controlado/a por fuera pero preocupado/a e inseguro/a por dentro. A veces tenés serias dudas sobre si has obrado bien o tomado las decisiones correctas. Preferís una cierta cantidad de cambios y variedad y te sentís defraudado/a cuando te ves rodeado/a de restricciones y limitaciones. También estás orgulloso/a de ser un pensador independiente; y de no aceptar las afirmaciones de los otros sin pruebas suficientes. Encuentras poco sabio el ser muy franco en revelarte a los otros. A veces eres extrovertido/a, afable, y sociable, mientras que otras veces eres introvertido/a, precavido/a y reservado/a.

La encuesta cerró y estos son los resultados:

La investigación

Este fragmento es para seguir con la serie de artículos “Investigaciones interesantes del año del ñaupa”. El fragmento es una traducción y ligera adaptación (quitamos 3 items), del texto original que Bertram Forer utilizó en una investigación en 1949, y nos sirve para ilustrar lo que se denominó a partir de esta investigación el “efecto Forer” (también llamado Efecto Barnum). Ya veremos qué tiene que ver esto con tu horóscopo.

Forer hizo su investigación para demostrar la falacia de la validación personal

Para realizar su investigación Forer le administró a sus 39 estudiantes (de un curso introductorio de psicología) un test de personalidad llamado DBI (Diagnostic Interest Blank), que evalúa intereses, hobbies, hábitos de lectura, etc., y les prometió que a la clase siguiente le entregaría a cada uno una descripción personalizada de su personalidad basada en el test. Forer armó entonces, extrayendo frases de un libro de astrología, una serie de enunciados  sobre la personalidad (los mismos que leyeron en el fragmento, más tres ítems que aquí excluimos), y a la siguiente clase, le dio a cada uno (sin que lo supiera el resto, claro) el mismo texto, y les pidió que evaluaran en qué medida resultaba una descripción acertada de su personalidad, y qué tan acertado consideraban al DBI. La psicología está llena de desengaños, mis estimados lectores.  Los estudiantes, en promedio, le dieron una puntuación de 4.26, en una escala de 0(pobre), a 5(excelente).

Subrayamos el punto: el texto era completamente inventado, no era personalizado en absoluto, y sin embargo fue considerado como muy preciso, y el DBI, a causa de lo “acertado” de sus falsas descripciones, fue juzgado como una excelente herramienta.

Forer hizo su investigación para demostrar la falacia de la validación personal: que un test, de cualquier tipo, sea juzgado como acertado por quien recibe la descripción no significa en absoluto que el test sea válido o útil (validación personal se refiere a que quien recibe el test juzga su precisión). De hecho, según él mismo cuenta en la introducción de su artículo, la idea de la investigación se originó gracias a una discusión con un grafólogo que ofreció “leer” la personalidad de Forer, y que ofreció como prueba de la validez de su práctica el hecho de que sus clientes consideraban sus conclusiones como muy acertadas.

¿Han leído alguna vez un horóscopo y pensado “esto me describe muy bien”?

Desde entonces, el efecto ha sido replicado y documentado muchas veces, por ejemplo: Bachrach & Pattishall, 1960; Carrier, 1963; Dana & Fouke, 1979; Fichter & Sunerton, 1983; Forer, 1949, 1968; Halperin & Snyder, 1979; Hinrichsen & Bradley, 1974; Ulrich, Strachnik, & Stainton, 1963; Jackson, 1978; Lattal & Lattal, 1967;Manning, 1968; Synder, 1974; Snyder & Larsen, 1972; Stachnik & Stachnik, 1980; Stagner, 1958.

¿Han leído alguna vez un horóscopo y pensado “esto me describe muy bien”? Si es así, bienvenidos al efecto Forer. Básicamente, lo que enuncia el principio es que cuando se ofrece una descripción de características de personalidad a una persona, pero se hace de manera vaga e imprecisa (“tendés a ser inseguro por dentro”), hay altas probabilidades de que ese texto (y el artificio que produce ese texto), sean juzgados como descripciones acertadas y válidas, aún cuando los resultados no sean personalizados para esa persona.

Consideren el siguiente texto con mis propias características (soy Aries, gracias), copiado de un sitio muy conocido de horóscopos:

“Son ansiosos, dinámicos, rápidos y competitivos. Todo lo pionero, desde proyectos relacionados con el trabajo hasta fiestas con amigos, esta gente va con todo y por gusto. Por un lado, este signo será tímido y tranquilo, por otro lado, puede ser bullicioso, excéntrico y energético. Debido a su personalidad ambiciosa y estilo de cooperación, no es apto para estar a solas por mucho tiempo”

¿Suena coherente? De hecho, es una mezcla del texto para Aries… y Libra, su opuesto. También Acuario (estaba aburrido). Sin embargo, cuando lo leo, una vocecita interna me dice “che… pero esto describe bien algunas de tus características”.  Esto es esperable, ya que se ha documentado que el efecto Forer ocurre sin importar la edad o experiencia de los sujetos: se reportó en estudiantes, supervisores industriales, gestores de personal (Stagner, 1958), y las variables de personalidad no parecen afectar mucho su impacto (Furnham & Schofield, 1987). Tampoco pareciera importar demasiado si el administrador es un profesional u otro estudiante (Ulrich et al. ,1963; Snyder and Larsen, 1972).

Curiosamente, en varios estudios se ha observado que si le ofrecemos a las personas una descripción basada en “enunciados Forer” (vagos e imprecisos), y una descripción basada en instrumentos válidos (el MMPI, por ejemplo), las personas no pueden elegir con precisión cuál es la descripción inventada y cuál es la obtenida por tests  (Sundberg , 1955 y Dies 1972). Esto, por supuesto, no invalida los tests (la evidencia está bastante mezclada), sólo apoya el hecho de que la validación personal de una técnica no es en absoluto una buena idea.

Tendemos a comprar descripciones que sean vagas, imprecisas y mayormente positivas

¿Ahora bien, bajo qué condiciones tendemos más a comprar una pseudo-descripción? Como vimos recién, no influyen demasiado los factores personales ni los del administrador, pero sí influye el contenido de la descripción: cuanto más favorables o positivos sean los enunciados, mayores probabilidades hay de que el sujeto acepte la descripción (Weisberg, 1970; Mosher, 1965). Para decirlo en criollo: uno suele aceptar más fácilmente los piropos que las críticas.

El Efecto Forer y  la clínica

“La validación de un instrumento de evaluación o una reseña de la personalidad por medio de la validación personal es un procedimiento falaz que presupone la objetividad de la autoevaluación” (Forer, 1949)

Si algo podemos rescatar de todo esto es que el efecto Forer es lo que está detrás de los horóscopos, grafología, frenología y demás yerbas: tendemos a comprar descripciones que sean vagas, imprecisas y mayormente positivas, y eso es exactamente lo que suelen ofrecer esas áreas. Fíjense en los resultados de nuestra modestisima investigación (hagan click en el botón «Ver resultados» de la encuesta, si no lo han hecho ya)

La sugerencia aquí es clara: no crean todo lo que lean o escuchen, pero, principalmente, no le crean siempre a su intuición. La intuición nos dice que el horóscopo de nuestro signo algo ha embocado, pero estas investigaciones nos dicen, una y otra vez, que somos una presa fácil de sesgos cognitivos. Y por esto quizá podamos extrapolar a lo siguiente: en el consultorio, no confíen en que una descripción clínica es adecuada meramente porque el paciente la acepta.

Así que ya saben, la próxima vez que alguien les diga “soy aventurero porque soy de Escorpio”, pueden practicar su sonrisa socarrona, y con aire de superioridad comenzar a decir “En 1949 Bertram Forer…” Eso seguramente los va a convertir en el alma de la fiesta y les ganará el aprecio de todos sus conocidos.

Referencias:

  • Dies, R.R. (1972). Personal gullibility or pseudo-diagnosis: A further test of the «Fallacy of Personality Validation.» Journal of Clinical Psychology; 28, 47-50.
  • Forer, B. R. (1949). The fallacy of personal validation: A classroom demonstration of gullibility. Journal of Abnormal and Social Psychology, 44, 118-123.
  • Furnham A., Schofield, S. (1987), Accepting Personality Test Feedback: A Review of the Barnum Effect. Current Psychological Research & Reviews, vol. 6, no.2, 162-178.
  • Mosher, D.L. (1965). Approval motive and acceptance of «fake» personality test interpretations which differ in favorability. Psychological Reports, 17, 395-402.
  • Stagner, R. (1958). The gullibility of personel managers. Personnel Psychology, 11, 347-352.
  • Ulrich, R.E., Strachnik, T.J., & Stainton, N.R. (1963). Student acceptance of generalized personality interpretations. Psychological Reports, 13, 831-834
  • Weisberg, P. (1970). Student acceptance of bogus personality interpretations differing in level of social desirability. Psychological Reports, 27, 743-746.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Quieres que tu hijo coma sus vegetales? No le digas que son buenos para él

  • 24/07/2014
  • David Aparicio

“Comete todo el brócoli para que crezcas fuerte y seas inteligente.”

Esta frase la usamos cuando intentamos convencer a un niño de que coma esos vegetales llenos de nutrientes que su cuerpo en crecimiento necesita.

Sin embargo, raramente funciona.

¿Por qué?

Según un reciente estudio, los mensajes que fomentan la idea de que algo es bueno para nosotros también nos hacen pensar que debe saber mal.

Los investigadores llegaron a esa conclusión luego de realizar 5 estudios donde participaron niños que tenían entre 3 y 5 años de edad. En cada estudio se les leyó una historia de un libro con dibujos sobre una niña que comía galletas, frituras o zanahorias. Dependiendo del experimento se les decía o no los beneficios de esos snacks: hacían que la niña fuera más fuerte o la ayudaban a aprender a contar. Luego, se les dió la oportunidad de comer la comida que aparecía en la historia y se midió cuánto comieron.

¿Quienes comieron más?

Al analizar los resultados se encontró que los niños que no recibieron ningún tipo de mensaje sobre los beneficios de la comida (hacerlos más fuertes o ayudarlos a contar) fueron los que comieron más.

Esta investigación nos ofrece una ayuda extra a la hora de “convencer” a los más pequeños de que coman esos vegetales que preparaste para la cena. Para ello, debes enfatizar la experiencia positiva de la comida y no los beneficios de la misma.

Los investigadores esperan que estos resultados puedan ayudar a los padres y a las instituciones médicas a combatir la obesidad y la diabetes juvenil.

El estudio fue publicado en la revista Journal of Consumer Research y puedes descargar el PDF.

Imagen: James Emery (Flickr)

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Maltrato y abandono de menores por parte de padres y otros cuidadores

  • 24/07/2014
  • Ezequiel Meilij

Indica la OMS que tal como ocurre en la violencia de pareja, el maltrato de menores comprende agresiones físicas, sexuales y psíquicas, además del abandono.

El homicidio infantil constituye una realidad alarmante. Son los niños más pequeños los que corren mayor riesgo: en la población de entre 0 y 4 años, las tasas de homicidio  más de dos veces superiores a las registradas en los niños de entre 5 y 14 años. La causa más frecuente de muerte la constituyen los traumatismos craneales, seguidos de los traumatismos abdominales y la asfixia intencionada.

El homicidio infantil constituye una realidad alarmante

En cuanto al maltrato infantil no mortal la OMS hace referencia a estudios realizados en varios países que indican que los menores de 15 años sufren a menudo malos tratos o abandono que hacen necesaria la atención médica y la intervención de los servicios sociales. No se conoce el número de menores que son víctimas de abusos sexuales en el mundo, pero las investigaciones indican que aproximadamente el 20% de las mujeres y el 5%–10% de los hombres los han sufrido durante la infancia.

Entre los factores individuales, la edad y el sexo desempeñan un papel importante en la victimización. Por lo general, son los niños pequeños los que corren mayor riesgo de maltrato físico, mientras que las mayores tasas de abusos sexuales se dan entre menores que han alcanzado la pubertad o la adolescencia. En la mayor parte de los países, los niños sufren golpes y castigos físicos con mayor frecuencia que las niñas, mientras que éstas corren mayor riesgo de infanticidio, abusos sexuales y abandono, así como de verse obligadas a prostituirse. Otro factor que aumenta la vulnerabilidad del menor al maltrato es el hecho de ser educado por un solo progenitor, o por progenitores muy jóvenes y sin el respaldo de una familia extensa. También son factores de riesgo el hacinamiento en el hogar o la existencia en éste de otras relaciones violentas (por ejemplo, entre los padres).

Son los niños pequeños los que corren mayor riesgo

Las investigaciones indican que, en muchos países, las mujeres recurren al castigo físico más a menudo que los hombres, probablemente porque son las que pasan más tiempo con los hijos. Sin embargo, cuando la violencia física causa lesiones graves o mortales, es más frecuente que la hayan perpetrado hombres, y también son ellos los que cometen la mayor parte de los abusos sexuales. Entre los factores que aumentan las probabilidades de que un padre u otro cuidador maltrate a un menor se cuentan las expectativas poco realistas sobre el desarrollo del niño, el escaso control de los impulsos, el estrés y el aislamiento social. El maltrato de menores guarda relación con la pobreza y con la carencia de capital social, es decir, de las redes sociales y las relaciones vecinales que, según se ha demostrado, protegen a los niños.

Artículo previamente presentado en la web del Autor Ezequiel Meilij y publicado en Psyciencia con el permiso del mismo.

Referencias:

Extraído de “Investigación pre-experimental acerca del efecto del Programa de Recuperación Breve (PRB) para Sobrevivientes de Trauma de la Dra. Edna B. Foa y el Dr. David S. Riggs en el tratamiento ambulatorio a mujeres víctimas de violencia atendidas en el Centro para el Desarrollo de la Mujer (CEDEM).

Imagen: Armando Aguayo (Flickr)

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Humor: 5 gifs de psicología que te matarán de la risa

  • 21/07/2014
  • David Aparicio

Nos encanta recomendar el buen contenido que hacen nuestros colegas en la red. Por eso hoy te traemos este divertido listado que preparo con mucha dedicación la gente de Siquia, que representan las «clásicas» reacciones de un psicólogo en terapia.

Nosotros elegimos nuestro top 5, pero si quieres reírte  más entonces te invitamos a visitar la web de Siquia para ver el listado completo.

Cuando la terapia ha salido redonda

 

psicologos8

 

Cuando te das cuenta que un paciente resistente avanza en terapia

psicologos4

Cuando el paciente abandona la terapia sin avisar

psicologos11

 

Cuando acaba la terapia y te das cuenta que has olvidado preguntar algo muy importante

psicologos10

 

¿Cual te gustó más? Por favor comparte tus opiniones en la sección de comentarios que está más abajo. 

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cómo ayudar a tus clientes a dejar esa relación problematica

  • 17/07/2014
  • David Aparicio

Como terapeuta, ¿te has sentido atascado y de cierta manera frustrado porque ya no sabes qué más hacer para ayudar a que tu cliente/paciente decida, de una vez por todas, dejar esa relación de pareja tan problemática que no le permite vivir saludablemente?

Quizás esta breve guía, especialmente diseñada por la reconocida terapeuta de parejas Leslie Becker-Phelps te pueda ayudar.

Reconocimiento y empatía

Primero que todo, ayuda a que tu cliente pueda reconocer cuál es el verdadero conflicto interno que les impide avanzar. Empatiza con los distintos aspectos de su problema, tanto los positivos, como negativos. Por ejemplo, puedes reflejar lo bien que se siente en esos periodos que no tiene problemas y peleas con su pareja, y también ayúdalo a tener en cuenta lo mal y miserable que puede llegar a sentirse cuando su pareja le falta el respeto. Y finalmente empatiza sobre lo difícil y agotador que puede ser vivir en esa tensión diaria entre el amor y la falta de respeto.

Incrementa la autoconciencia

Demuestra una genuina curiosidad sobre las experiencias de tu cliente desde una perspectiva compasiva. Esto ayudará a que se sienta seguro y motivado en la exploración de sus emociones y como resultado, será capaz de explorar sus razones para quedarse en esa relación, como por ejemplo, podría hablar del miedo a sentirse solo o sentirse un fracasado.

Cultiva la compasión

Es probable que el cliente sea más abiertos a tener autocompasión, una vez que haya incrementado su autoconciencia. Anímalo a pensar en cómo respondería cuando un amigo este en una situación similar, esto lo animará a responder de la misma manera amorosa para con él mismo.

Becker-Phelps explica que al desarrollar la autoconciencia y la autocompasión, tus clientes podran ser capaces de pensar más claramente sobre su situación y se referían a sí mismos de una manera más activa y solidaria. Con esto, el cliente estará más motivado y flexible en sus esfuerzos por seguir adelante.

Si te gustó esta guía, te recomiendo leer su libro Insecure in Love, donde encontrás más recomendaciones basadas en la autoconciencia y la autocompasión.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Los 11 delirios y síndromes mentales más raros

  • 16/07/2014
  • David Aparicio

En esta lista conocerás los síndromes más raros y llamativos documentados por la comunidad científica. Todos estos síndromes tienen un síntoma en común: Delirios.

Pero antes de empezar quiero aclarar rápidamente qué son los delirios. Podemos explicarlos como creencias falsas y extravagantes firmemente mantenidas a pesar de ser contradecidas y, por lo general, son síntoma de un trastorno mental.

Ahora sí, aquí la lista:

1. Delirios de Capgras

Este delirio tomó el nombre del médico Joseph Capgras que fue el primero en describirlo, y se representa por la creencia de que la persona más cercana al paciente con Capgras ha sido reemplazada por un impostor idéntico. Por lo general, se asocia a la esquizofrenia,  pero también puede ser el resultado de daño cerebral y demencia.

Estudios relacionados con los delirios de Capgras:

  • The syndrome of Capgras
  • Differential diagnosis of primary and secondary Capgras delusions

2. El síndrome de Alicia en el país de las maravillas

Este síndrome tomó el nombre de la maravillosa novela de Lewis Carroll, ya que se caracteriza por delirios que afectan la percepción del tiempo y del espacio.

Las personas que sufren de este síndrome pueden creer que los objetos que ven son más grandes o pequeños de lo que realmente son, también tienen problemas para establecerse en el tiempo.

Según los expertos, este tipo de delirio es relativamente común y no se asocia, necesariamente, con algún trastorno mental. Ha sido reportado por niños y adultos justo antes de dormirse.

Estudios sobre el síndrome de Alicia en el país de las maravillas:

  • Cerebral perfusion in children with Alice in Wonderland syndrome
  • The Alice in Wonderland Syndrome in Juvenile Migraine

3. El síndrome de Cotard

También conocido como el “Síndrome del muerto viviente”.  Las personas que sufren de este síndrome creen que están muertas, que no existen o que han perdido sus órganos internos. Los pacientes con Cotard tienden a ser muy retraídos y por lo general no son capaces de cuidarse a sí mismos. Por lo general, este tipo de delirio se encuentra en las personas que sufren de Esquizofrenia.

Investigaciones sobre el Síndrome de Cotard:

  • Cotard’s syndrome: analysis of 100 cases
  • Brain atrophy and interhemispheric fissure enlargement in Cotard’s syndrome

4. Folie à deux

En francés literalmente significa “locura compartida por dos” y se presenta cuando dos o más personas que usualmente viven cerca comparten el mismo delirio.

Investigaciones sobre Folie à Deux:

  • Folie à Deux
  • Folie à deux and shared psychotic disorder

5. Inserción de pensamiento

Este delirio se da cuando el paciente cree que sus pensamientos no son los de él y creen que esos pensamientos vienen de otra persona específica,  a veces ni siquiera saben de donde provienen esos pensamientos. Esta alucinación es un sintoma caracteristico de la esquizofrenia.

Investigaciones:

  • Re-examining thought insertion Semi-structured literature review and conceptual analysis
  • A role for ownership and authorship in the analysis of thought insertion

6. Síndrome de Jerusalén

Algunas personas pueden obsesionarse con la ciudad de Jerusalén y pueden experimentar síntomas como ansiedad,  empezar a utilizar una toga, cantar himnos, recitar versículos de la biblia e incluso a predicar en público. Según las estimaciones los hospitales reciben anualmente alrededor de 40 personas con este síndrome.

The British Journal of Psychiatry publicó una investigación sobre el Síndrome de Jerusalén

7. Síndrome de Otelo

Es la creencia de que la pareja de la persona que sufre de este síndrome le está siendo infiel, a pesar de que no haya ningún tipo de evidencia y donde se experimentan fuertes pensamientos obsesivos. Las personas con estos delirios pueden llegar a perseguir a sus parejas, interrogarles e incluso se han reportado casos de demencia. Claramente este delirio va más allá de los celos.

Aquí algunos estudios sobre este síndrome:

  • THE OTHELLO SYNDROME: A Study in the Psychopathology of Sexual Jealousy
  • Reversible Pathologic Jealousy (Othello Syndrome) Associated With Amantadine

8. Síndrome de Ekbom

El síndrome de Ekbom (no confundir con el síndrome de piernas inquietas, también denominado síndrome de Ekbom) se caracteriza por la creencia de que el cuerpo ha sido infestado de parásitos. Por lo general los que lo padecen contratan a especialistas de control de pestes o dermatólogos para “ayudarlos” a controlar su infestación.

Estudio: 

9. Licantropía Clínica

Es muy raro y algunos científicos creen que está relacionado con la cultura de los pacientes. En resumen es la creencia de que la persona es, o está en el proceso de convertirse en, un animal. Por lo general,  la gente cree que los sujetos que sufren de licantropía solo creen que se convierten en lobos, pero las investigaciones han encontrado personas que creen convertirse en ranas, gatos, caballos, hienas, aves e incluso abejas.

Estudios sobre licantropía:

  • Medical and neuropsychiatric aspects of lycanthropy
  • Lycanthropy as a Culture-Bound Syndrome: A Case Report and Review of the Literature

10. Paramnesia Reduplicativa

Esta condición es usualmente causada por daño cerebral y como resultado la persona cree que está en un lugar que ha sido duplicado y/o movido de otro lugar.

Se han reportado casos de soldados con lesiones cerebrales que creen que el hospital donde se están recuperando es en realidad su ciudad natal, incluso cuando ni siquiera están cerca.

Estudios sobre la Paramnesia Reduplicativa:

Reduplicative paramnesia y Reduplicative paramnesia: possible anatomical and neuropsychological mechanisms

11. Síndrome del doble

El que sufre de este síndrome tiene la creencia genuina de que existe un doble que luce idénticamente como él, pero tiene otra personalidad y una vida diferente. Los reportes han encontrado que algunas veces el doble puede ser un familiar cercano o un extraño.

En algunos casos los sujetos que sufren de este síndrome creen que alguien les ha robado su apariencia y esto puede provocar ataques psicologicos y fisicos.  Esto se ve con más frecuencia en las personas diagnosticadas con trastorno bipolar  o esquizofrenia. Cabe aclarar que es bien raro.

Estudio: Course and prognosis of the syndrome of doubles

Como añadido queremos hacer  una pequeña prueba. ¿Puedes identificar qué delirio representa la imagen de este artículo? Si sabes la respuesta por favor compártela en la sección de comentarios que está más abajo. 

Fuente: Psyblog 
Imagen: Filosofía en Colmenarejo

Artículo recomendado: Las 10 investigaciones más bizarras relacionadas con psicología y neurociencias

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

(Vídeo) La felicidad es una promesa vacía, entrevista a Steven Hayes

  • 11/07/2014
  • Fabián Maero

«Hay demasiadas personas que están luchando por una forma rápida y sucia para sentir la felicidad hedonista sin aceptar los sentimientos negativos que tienen»

Steven Hayes

¿Quieres conocer más sobre Steven Hayes? Aquí te dejamos una entrevista realizada por la reconocida revista TIME y traducida para Psyciencia: Terapia De Aceptación Y Compromiso (ACT) Entrevista a Steven Hayes.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Que dibuje qué cosa? – Una revisión al Test de la Figura Humana

  • 10/07/2014
  • Fabián Maero

“Dibuje una persona”

Frecuentemente, quien debe realizar una serie de tests psicológicos se encuentra frente a este pedido. Se trata ni más ni menos que la primera consigna del Dibujo de la Figura Humana, un test creado por Karen Machover en 1949, que se postula como un instrumento para conocer determinados rasgos de la personalidad. Quienes lo utilizan sostienen que: “Mediante esta prueba el sujeto vehiculiza aspectos de su personalidad en relación a su autoconcepto e imagen corporal” (Opazo Baeza y Rivera Toledo, 2010).

Hace un tiempo revisamos la evidencia para el Rorschach, así que, para seguir ganándonos amigos y promover la concordia universal, revisemos la evidencia disponible para el dibujo de la figura humana (DFH de aquí en adelante).

El núcleo de este test está en la hipótesis de que ciertas características del dibujo (tamaño, detalles, trazo, posición, etc), permiten conocer rasgos de la personalidad que no son evidentes. Por ejemplo, Machover vinculó el dibujar ojos grandes a la paranoia, la ausencia de rasgos faciales a la depresión, un sombreado profundo a impulsos agresivos, etc.

La consigna es tentadora: un dibujo que en promedio lleva 5 minutos puede proporcionar profundos insights sobre el alma humana. Pero… ¿es esto así? ¿Qué tan útil resulta la inclusión del DFH en una batería diagnóstica? ¿En qué medida los rasgos del dibujo permiten predecir rasgos de personalidad, perturbaciones emocionales o patología en general?

Maero, dibuje un resumen de la evidencia

Dado que soy muy cuidadoso con la salud cardiovascular de mis estimados lectores (los tres),  no quisiera que estén en suspenso hasta el final del artículo, por lo cual vamos a empezar por el final, citando a Lilienfeld (2000)

“Un desfile de revisores durante las últimas cuatro décadas han convergido en una conclusión virtualmente unánime: la abrumadora mayoría de los signos en el dibujo de la figura humana poseen una validez insignificante o nula”

Ya está, ya pueden dejar de leer.

Ah, ¿siguen? Gente corajuda. Permítanme explayarme entonces, pero a su propio riesgo. “Validez” es el grado en que una medida se corresponde con la característica que se quiere medir. Se trata de una medida probabilística. Si una determinada característica de un dibujo, como la ausencia de rasgos faciales, se corresponde frecuentemente con una característica de la personas evaluadas (por ejemplo, depresión), diremos que el signo tiene alta validez. Caso contrario, baja validez, lo que a su vez hace que su interpretación sea poco confiable.

La abrumadora mayoría de los signos en el dibujo de la figura humana poseen una validez insignificante o nula

Hay muchos estudios en los cuales se ha intentado medir la validez de los signos interpretados en el DFH. Por ejemplo Kahill (1984), revisó la evidencia para 30 indicadores para la interpretación de la figura humana, y lo que encontró fue desesperanzador: los únicos rasgos que tuvieron alguna validez fueron: dibujar los torsos redondeados (en lugar de cuadrados), como indicación de personalidad femenina, y el coloreo de las figuras como indicador de ansiedad. Los otros 28 indicadores no arrojaron validez alguna, a pesar de tratarse de correlaciones de signos popularmente utilizadas, tales como las relaciones entre:

  • El tamaño de las orejas y la paranoia
  • Órganos internos y esquizofrenia
  • El dibujo de accesorio (armas, cuchillos), y delincuencia
  • Énfasis en el cabello y temas sexuales
  • El tamaño de la figura y el alto y peso del dibujante

Y un largo, largo etcétera.

-“Bueno –me dice mi interlocutor- es que depende de la experiencia del clínico el poder interpretar estos indicadores de manera correcta.”

No esté tan seguro, mi estimado interlocutor imaginario. Stricker, en 1967, encontró que clínicos experimentados en el uso de dibujos de figuras fueron significativamente menos acertados que estudiantes graduados al utilizar el DFH para distinguir anormalidad patológica. E incluso Levenberg (1975) reportó que no hubo diferencias significativas entre clínicos de nivel doctoral, pasantes y secretarias de hospital en cuanto a la precisión de utilizar el DFH (en la versión kinética), para diferenciar entre niños con patología y niños sin patología.

¿Me siguen? Un clínico experimentado no es más preciso que un estudiante o una secretaria utilizando el DHF como instrumento predictivo.

Es por eso que Motta y colaboradores (1993), al hablar del DFH dicen tajantemente: “hay muy poco soporte para su validez o para su uso como instrumento para evaluar personalidad, conducta, emoción o funcionamiento intelectual”. En honor a la verdad, hay algunas variantes de interpretación que parecieran tener un poco más de validez (mayormente basadas en el sistema global de Koppitz), pero la evidencia sigue siendo, en el mejor de los casos, pobre.

Un clínico experimentado no es más preciso que un estudiante o una secretaria utilizando el DHF

El dibujo de la persona humana resulta además muy susceptible a influencias externas: en un estudio de Yagoda & Wolfson, (1964), encontraron que las mujeres al dibujar la figura del sexo opuesto, dibujaban más frecuentemente una figura con bigotes… cuando el administrador del test era un varón con bigotes. Cuando el administrador se presentaba afeitado, la bigotidad de los dibujos caía en picada.

“-Pero hombre –insiste mi interlocutor-, nunca un diagnóstico es emitido sólo en base a un test, ya que se administran en baterías”.

E vero, concederé. Una evaluación psicológica involucra varios tests de distinta naturaleza. Aun así, hay dos objeciones importantes: en primer lugar, un test de validez casi nula no aporta nada al proceso (imagínense ir al médico y que junto con una serie de estudios de sangre, les incluyeran uno que no mide nada con confiabilidad), y por tanto es preferible omitirlo, o reemplazarlo por uno que sí sea válido.

Pero la segunda objeción es más grave: estos tests no sólo son poco útiles, sino que además suelen arrojar frecuentemente “falsos positivos”, es decir, inclinan a los clínicos a ver signos patológicos allí donde no los hay, y así distorsionar todo el proceso. En otras palabras, estropean la habilidad del clínico.

Un test de validez casi nula no aporta nada al proceso

Por ejemplo, Wildman and Wildman (1975), encontraron que cuando se agregó el DFH al dibujo del Bender-Gestalt en un experimento en el cual la consigna era distinguir entre pacientes psiquiátricos y las enfermeras de dicho psiquiatrico, la precisión de los clínicos disminuyó al añadir el DFH. También, en un estudio de Cressen (1975), se les pidió a psicólogos que clasificaran a los participantes como esquizofrénicos o normales. Los resultados no fueron mejores que el azar, y los psicólogos tendieron a emitir diagnósticos de esquizofrenia cuando recibieron dibujos de baja calidad, incluso cuando esos dibujos fueron hechos por personas normales.

Resumen

Hagamos un recuento de lo visto hasta aquí, según lo que la revisión de la evidencia sugiere:

1) No hay buena evidencia de validez para la práctica totalidad de los signos que se utilizan para interpretar el DFH.

2) El DFH no permite predecir confiablemente rasgos patológicos, con la única probable excepción de los rasgos globales (la calidad general del dibujo).

3) El DFH en algunos casos puede entorpecer el juicio clínico, generando falsos positivos y distorsionando el proceso diagnóstico.

La utilización de estos tests no es sin consecuencias, y es por eso que escribimos esta reseña. Estos tests son ampliamente usados en varios ámbitos (pericial, clínico, laboral), por lo cual el riesgo es alto: se corre el riesgo de patologizar personas sin trastornos, de tomar rasgos normales de un dibujo como indicios de patología, pero también se corre el riesgo de pasar por alto trastornos que sí están.

Considerando que hay otras herramientas, creo que va siendo tiempo de que tengamos una charla y revisemos los instrumentos que usamos.

Imagen: Unsplash

Referencias

Cressen, R. (1975). Artistic quality of drawings and judges’ evaluations of the DAP. Journal of Personality Assessment, 39, 132–137.

Kahill, S. (1984). Human figure drawing in adults: An update of the empirical evidence, 1967–1982. Canadian Psychology, 25, 269–292.

Levenberg, S.B. (1975). Professional training, psychodiagnostic skill, and Kinetic Family Drawings. Journal of Personality Assessment, 39, 389–393.

Lilienfeld, S., Wood, J., Garb, H. (2000) The Scientific Status of Projective Techniques. Psychological Science, vol 1, No.2.

Machover, K. (1949). Proyección de la personalidad en el dibujo de la figura humana. Habana: Cultural.

Stricker, G. (1967). Actuarial, naïve clinical, and sophisticated clinical prediction of pathology from figure drawings. Journal of Consulting Psychology, 31, 492–494.

Motta, Robert W.; Little, Steven G.; Tobin, Michael I. (1993).The use and abuse of human figure drawings. School Psychology Quarterly, Vol 8(3), 162-169.

Opazo Baeza, V. , Rivera Toledo, J. (2010) Indicadores gráficos de la prueba del Dibujo de la Figura Humana en adolescentes hombres y mujeres de 12 a 16 años víctimas de agresiones sexuales. Revista de Psicología, vol. 19, núm. 1, pp. 80-107

Wildman, R.W., & Wildman, R.W. II. (1975). An investigation into the comparative validity of several diagnostic tests and test batteries. Journal of Clinical Psychology, 31, 455–458.

Yagoda and  Wolfson (1964) Examiner influence on projective test responses. Journal of Clinical Psychology, Volume 20, Issue 3, page 389

Paginación de entradas

Anterior1…251252253254255…285Próximo
Únete al club de lectura

Este sitio es posible gracias al apoyo de sus miembros ❤️.  

Únete a la membresía
PSYCIENCIA PRO
  • Inicia sesión
  • Cuenta
  • Cierra sesión
  • Artículos
  • Recursos
  • Webinars
Recomendados
  • El estatus científico de las técnicas proyectivas
  • El diagnóstico del TDAH en adultos: características clínicas y evaluación
  • Cómo actuar cuando alguien expresa directa o indirectamente pensamientos de suicidio
Tips para terapeutas
  • Mi paciente tiene una familia muy invalidante que impide la activación, ¿qué hago?
  • Interrumpir a tus pacientes sin romper el vínculo
  • Cómo podemos motivar a un adolescente a realizar terapia de exposición
Recursos
  • Modelo cognitivo conductual del pánico (hoja para pacientes)
  • Adelantándose a tu mente – Tips prácticos para terapeutas ACT
  • Registro de historia clínica para adultos (PDF)
Podcast
  • «Desafios y oportunidades» con José Morales – Watson, episodio 13
  • «Repensando la psicoterapia: infancia, neurodiversidad y el futuro de la intervención clínica» – Javier Mandil, Watson, episodio 18
  • «La construcción de una carrera con sentido» con Tiare Tapia – Watson, episodio 21
Webinars
  • Análisis funcional en problemas de conducta en personas con autismo
  • Elementos de la terapia dialéctica conductual para el abordaje del riesgo suicida
  • Desesperanza creativa (ACT)
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.