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Comprendiendo la depresión adolescente desde las redes psicopatológicas

  • Nicolas Genise
  • 18/11/2025

Por Gabriel Genise y Nicolás Genise

La depresión en la adolescencia continúa siendo uno de los principales desafíos de la psicología clínica contemporánea. Más allá de su alta prevalencia, su complejidad radica en la variabilidad de sus trayectorias y en la multiplicidad de factores que la mantienen o exacerban. En los últimos años, el surgimiento del enfoque de redes psicopatológicas ha ofrecido una nueva forma de comprender los trastornos: no como entidades unitarias, sino como sistemas dinámicos donde los síntomas se influyen mutuamente en el tiempo.

En este contexto, el estudio de Aitken et al. (2025) aporta una contribución crucial al explorar cómo los síntomas depresivos en adolescentes se organizan y se modifican durante el tratamiento psicoterapéutico y en el seguimiento posterior. El trabajo se enmarca en un ensayo clínico de alta calidad metodológica e intenta responder una pregunta que todos los clínicos nos hacemos: ¿qué síntomas actúan como nodos clave en el cambio clínico? Y, más aún, ¿deberíamos priorizar ciertos síntomas o procesos durante la intervención?

Este artículo propone un análisis profundo del estudio, destacando sus implicancias clínicas, su valor para la psicoterapia basada en procesos y su relevancia para el trabajo con adolescentes.

Tabla de contenidos

  • Diseño del estudio y relevancia metodológica
  • Resultados principales: una red que cambia a lo largo del tiempo
    • 1. Durante el tratamiento: insomnio y fatiga como nodos centrales
    • 2. En el seguimiento: la inutilidad como síntoma residual crítico
    • 3. Diferencias entre tratamientos
  • Implicancias clínicas: Cómo este estudio orienta la práctica
    • 1. Priorizar el sueño y la energía al inicio
    • 2. La “inutilidad”: un objetivo prioritario en la fase final y el seguimiento
    • 3. Intervenciones diferenciadas según modalidad terapéutica
    • 4. De síntomas a procesos: una invitación a los clínicos
  • Discusión: Cómo este estudio dialoga con la literatura actual
  • Limitaciones del estudio
  • Implicaciones para el futuro de la psicoterapia con adolescentes
    • 1. Hacia intervenciones más precisas
    • 2. Integración con tecnologías digitales
    • 3. Conceptualizaciones de caso basadas en redes
  • Conclusión

Diseño del estudio y relevancia metodológica

Aitken et al. (2025) analizaron datos del ensayo IMPACT, uno de los estudios más robustos sobre depresión adolescente. La muestra incluyó 465 adolescentes de 11 a 17 años (75 % mujeres) con diagnóstico de episodio depresivo mayor. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a tres tratamientos:

  1. Terapia cognitivo-conductual (TCC)
  2. Psicoterapia psicoanalítica breve
  3. Intervención psicosocial breve (BPI), una modalidad centrada en apoyo y resolución de problemas

Los autores evaluaron 11 síntomas depresivos autoinformados en dos fases:

  • Durante el tratamiento: semanas 0, 6 y 12.
  • Durante el seguimiento: semanas 36, 52 y 86.

La clave del artículo no está en comparar la eficacia entre tratamientos (las diferencias fueron mínimas, como ya había mostrado el ensayo original), sino en analizar la estructura dinámica de los síntomas. Para ello, Aitken et al. (2025) aplicaron modelos gráficos vectoriales (GVAR) para explorar cómo los síntomas predicen cambios en otros síntomas a lo largo del tiempo (redes temporales) y cómo se relacionan entre sí en un mismo punto temporal (redes contemporáneas).

Este enfoque permite identificar síntomas con mayor out-strength, es decir, aquellos que ejercen más influencia causal sobre otros síntomas en el sistema depresivo.

Resultados principales: una red que cambia a lo largo del tiempo

1. Durante el tratamiento: insomnio y fatiga como nodos centrales

En la fase de tratamiento, la red de síntomas se mostró altamente conectada: casi todos los síntomas se influían mutuamente. Sin embargo, dos síntomas sobresalieron por su centralidad: Insomnio, y Fatiga.

Aitken et al. (2025) encontraron que estos síntomas tenían el mayor out-strength, lo que significa que cambios en sueño y energía tendían a activar o disminuir otros síntomas posteriores. Esto es clínicamente relevante: el sueño y la energía aparecen como síntomas “gatekeepers”, puertas de entrada que pueden amplificar la depresión o facilitar su reducción.

2. En el seguimiento: la inutilidad como síntoma residual crítico

Durante el periodo posterior al tratamiento, la red se volvió menos densa y más estable. El síntoma que emergió con mayor centralidad fue: Sentimientos de inutilidad (worthlessness).

Aitken et al. (2025) sugieren que este síntoma puede funcionar como un mantenedor de riesgo: incluso cuando el resto de los síntomas mejora, la persistencia de inutilidad puede predisponer a la recaída.

3. Diferencias entre tratamientos

Un hallazgo notable es que permitir que los parámetros de red variaran por tratamiento mejoró significativamente el ajuste de los modelos. Esto indica que: La TCC, la psicoterapia psicoanalítica breve y la intervención psicosocial breve movilizan cambios mediante mecanismos distintos.

Aunque los tres tratamientos resultan efectivamente similares en resultados finales —como ya había mostrado el estudio IMPACT—, los caminos para llegar al cambio difieren.

Esta idea se alinea con el concepto de equifinalidad clínica y con los modelos de Terapia Basada en Procesos (Hayes & Hofmann, 2019).

Implicancias clínicas: Cómo este estudio orienta la práctica

1. Priorizar el sueño y la energía al inicio

El hallazgo de que insomnio y fatiga son nodos que predicen cambios posteriores invita a repensar la estrategia terapéutica con adolescentes:

  • Trabajar el sueño no es solo tratar un síntoma, sino intervenir en un mecanismo con efecto en cadena.
  • La educación sobre higiene del sueño, rutinas, manejo de pantallas, ritmos circadianos y exposición a luz natural puede ser una intervención de alto impacto.
  • Similarmente, intervenir sobre la fatiga implica trabajar activación conductual, rutinas, ejercicio y regulación de ritmos.

Para terapeutas que trabajan desde ACT, este hallazgo se conecta fuertemente con el concepto de activación valiosa y con la importancia de apuntalar conductas energizantes vinculadas a valores (Hayes, Strosahl & Wilson, 2012).

2. La “inutilidad”: un objetivo prioritario en la fase final y el seguimiento

El hallazgo de que la inutilidad tiene una centralidad crítica después del tratamiento ofrece un mensaje contundente:

El riesgo de recaída en adolescentes deprimidos no radica solamente en el estado de ánimo, sino en la autovaloración.

Por tanto:

  • Al finalizar el tratamiento, conviene evaluar explícitamente la presencia del esquema de inutilidad.
  • Trabajar creencias nucleares, procesos de autocompasión, defusión de pensamientos de autodesprecio y acciones valiosas que fortalezcan identidad es fundamental.
  • Incluir sesiones de seguimiento centradas en este síntoma puede prevenir recaídas.

3. Intervenciones diferenciadas según modalidad terapéutica

Aitken et al. (2025) muestran que cada tratamiento reorganiza la red de síntomas de manera distinta. Esto no debería verse como una limitación, sino como una oportunidad para:

  • Personalizar las intervenciones según los procesos que más impacto generan.
  • Adoptar una mirada transdiagnóstica que tome técnicas de distintos modelos según el síntoma central predominante.
  • Integrar estrategias combinadas: por ejemplo, en un adolescente con fuerte inutilidad residual, combinar TCC para creencias, ACT para identidad flexible y estrategias de FAP para reforzar conductas de autenticidad.

4. De síntomas a procesos: una invitación a los clínicos

El estudio refuerza la idea de que la psicoterapia efectiva no se define por su protocolo sino por su capacidad de impactar procesos funcionales.

Para quienes trabajamos con adolescentes:

  • El sueño es un proceso conductual esencial.
  • La energía es un proceso fisiológico y motivacional.
  • La inutilidad es un proceso cognitivo-identitario.

El clínico debe aprender a evaluar estos procesos en tiempo real y priorizarlos según su peso causal.

Esta lógica coincide plenamente con la Terapia Basada en Procesos y con el giro epistemológico actual hacia intervenciones flexibles y adaptativas.

Discusión: Cómo este estudio dialoga con la literatura actual

Los resultados de Aitken et al. (2025) se integran de manera coherente con literatura previa sobre depresión en adolescentes.

  1. El sueño como predictor de psicopatología. La evidencia ha mostrado que el insomnio predice depresión y ansiedad en adolescentes (Lovato & Gradisar, 2014). El estudio actual incorpora este hallazgo dentro de un modelo de red que lo posiciona como un síntoma causal relevante.
  2. La fatiga como síntoma puente. La investigación de Borsboom (2017) sobre redes psicopatológicas ya había sugerido que los síntomas somáticos pueden funcionar como “hubs”. Aitken et al. (2025) confirman esta hipótesis en un estudio longitudinal.
  3. La inutilidad como factor de mantenimiento. Autores como Beck (1976) y más recientemente Bailey et al. (2020) han señalado que la autovaloración negativa es un núcleo duro de la depresión. El estudio actual aporta evidencia temporal que refuerza esta visión.
  4. Mecanismos diferentes para caminos similares. La equifinalidad terapéutica señalada por Aitken et al. (2025) es coherente con trabajos sobre TCC, ACT y psicoterapia psicodinámica que han mostrado que resultados similares pueden alcanzarse modificando procesos distintos (Kazdin, 2007; Hayes & Hofmann, 2019).

En suma, este estudio avanza un paso más al combinar modelos longitudinales dinámicos con psicoterapia real aplicada a adolescentes.

Limitaciones del estudio

Aitken et al. (2025) reconocen varias limitaciones que moderan los alcances clínicos:

  • El uso de autoinformes, aunque validado, puede subestimar síntomas internalizados o sobreestimar fluctuaciones.
  • La temporalidad entre mediciones (semanas) no capta la dinámica diaria o microtemporal.
  • El número de síntomas analizados es limitado; la depresión incluye dimensiones no evaluadas (anhedonia, ideación suicida compleja, irritabilidad).
  • La red estimada puede cambiar si se incorporan factores externos (estrés, vínculos, consumo de redes sociales, contexto familiar).

Pese a ello, la fortaleza del ensayo clínico y el análisis temporal otorgan alto valor al trabajo.

Implicaciones para el futuro de la psicoterapia con adolescentes

1. Hacia intervenciones más precisas

El estudio refuerza la idea de que el futuro de la psicoterapia con adolescentes será:

  • Más personalizado
  • Más centrado en procesos
  • Más guiado por datos
  • Menos dependiente del modelo teórico rígido

Incorporar herramientas como evaluaciones continuas del sueño, energía y autovaloración podría ayudar a anticipar recaídas y orientar la intervención.

2. Integración con tecnologías digitales

El monitoreo mediante apps, diarios electrónicos o wearables puede capturar variaciones de sueño y energía —los dos nodos más influyentes— con mayor precisión que los autoinformes tradicionales.

3. Conceptualizaciones de caso basadas en redes

La conceptualización clínica tradicional se basa en síntomas agrupados en categorías diagnósticas. La perspectiva de Aitken et al. (2025) invita a construir mapas funcionales, donde el terapeuta identifica:

  • síntomas líderes,
  • síntomas seguidores,
  • síntomas puente,
  • y síntomas residuales críticos.

Esta forma de pensar es especialmente útil para terapeutas ACT, FAP y PBT.

Conclusión

El estudio de Aitken et al. (2025) ofrece evidencia robusta y clínicamente accionable para comprender la depresión adolescente como un sistema dinámico de síntomas que cambian en el tiempo y responden a diferentes mecanismos según la fase del tratamiento.

Los hallazgos principales son claros:

  • Durante el tratamiento, el insomnio y la fatiga son síntomas estratégicos con impacto causal sobre el resto del cuadro.
  • Después del tratamiento, la inutilidad emerge como síntoma nuclear que puede sostener el riesgo de recaída.
  • Los mecanismos de cambio varían entre tratamientos, incluso cuando los resultados finales son similares.

Para los clínicos, esta información ofrece caminos concretos para una práctica más precisa y orientada a procesos:

  • trabajar sueño y energía desde el inicio,
  • reforzar identidad, autovaloración y autocompasión al finalizar,
  • adaptar intervenciones según los procesos predominantes en cada adolescente,
  • y utilizar conceptualizaciones basadas en redes.

Este tipo de evidencia nos acerca a una psicoterapia más flexible, más científica y más ajustada a las necesidades reales de los adolescentes que consultan por depresión.

Referencias:

  • Aitken, M., O’Callaghan, G., Fearon, P., Goodyer, I., Wilkinson, P., Deighton, J., & Krause, K. (2025). Dynamics of depression symptoms in adolescents during three types of psychotherapy and post-treatment follow-up. Journal of Child Psychology and Psychiatry. https://doi.org/10.1111/jcpp.14175
  • Bailey, A., Hetrick, S., Rosenbaum, S., Purcell, R., & Parker, A. (2020). Treating depression in adolescence: The role of self-worth. Journal of Affective Disorders, 272, 319–326.
  • Beck, A. T. (1976). Cognitive therapy and the emotional disorders. International Universities Press.
  • Borsboom, D. (2017). A network theory of mental disorders. World Psychiatry, 16(1), 5–13.
  • Hayes, S. C., Strosahl, K., & Wilson, K. (2012). Acceptance and commitment therapy: The process and practice of mindful change (2nd ed.). Guilford Press.
  • Hayes, S. C., & Hofmann, S. G. (2019). Process-based therapy: Using science to inform practice. Context Press.
  • Kazdin, A. (2007). Mediators and mechanisms of change in psychotherapy research. Annual Review of Clinical Psychology, 3, 1–27.
  • Lovato, N., & Gradisar, M. (2014). A meta-analysis of sleep and depression in adolescents. Sleep Medicine Reviews, 18(6), 521–529.

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Nicolas Genise

Soy licenciado en psicologia y psicopedagogia. Cuento con una especializacion en psicoterapia cognitiva y en psicogerontologia. En la actualdad, me encuentro doctorando en psicologia en donde investigo como el terapeuta toma decisiones en una primer entrevista. Soy co-autor de "Fonzo esta Furioso"(editorial Akadia) y director de TCM (https://www.tcmcognitiva.com)

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