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  • Análisis

Los alimentos que ayudan y los que no ayudan a la depresión

  • 24/05/2012
  • Alejandra Alonso

Hay una relación entre los bajos niveles de serotonina o noradrenalina y la aparición de síntomas depresivos.

Los alimentos que ayudan a mejorar los síntomas depresivos son los siguientes:

1. Ácido ascórbico o vitamina C: esta vitamina es capaz de reducir los niveles de vanadio, un mineral culpable de la depresión bipolar. Podemos encontrar vitamina C en cítricos (naranja, limón, pomelo), verduras como el ajo, la cebolla y la borraja, frutos rojos, ananá, papayas, anacardos y frutos secos (nueces o almendras).

2. La vitamina B: la vitamina B9 (también conocida como folacina o ácido fólico) aumenta la serotonina. Podés encontrala en las espinacas, espárragos, anacardos, pimientos, avena, col, zanahorias , lechugas , naranjas, tomates , manzanas , patatas, peras , almendras, entre otros. La pirixina (vitamina B6) y la cobalamina (vitamina B12) también son consideradas muy útiles para tratar la depresión. Los alimentos que contienen mayores cantidades de vitamina B12 son de origen animal (almejas, hígados de pollo y vaca, huevos, leche y sus derivados, atún, sardina) por lo cual, las personas que tienen una dieta vegetariana estricta necesitaran tomar suplementos (las multivitaminas contienen la cantidad necesaria).

3. Aminoácidos: el triptófano es considerado como el mejor relajante muscular y lo podemos encontrar en el ajo, la cebolla, la avena, la col, los anacardos, las castañas, los cítricos, los tomates, la calabaza, los higos, los frijoles, el mango y muchos otros alimentos más.

Otro aminoácido muy útil para combatir los estados depresivos es la fenilalanina, esto se debe a que contribuye a producir norepinefrina. Los alimentos que nos proveen de ella son los que contienen altos niveles de proteínas como la leche y sus derivados, las legumbres (como ser las lentejas, frijoles, garbanzos, arvejas, soja), los huevos y la carne.

4. Minerales: el calcio es una de los minerales que contiene propiedades antidepresivas. Las verduras como el ajo, el col, la cebolla, las frutas, las castañas, almendras, nueces, coco, manzanas, higo, plátanos y aguacates son alimentos ricos en calcio.El potasio, el litio, el magnesio y el selenio también poseen propiedades antidepresivas.

5. Ajo : aunque ya lo hemos nombrado muchas veces dentro de los anteriores grupos, es importante destacar que este alimento tiene muchas propiedades antidepresivas ya que es fuente de  magnesio, calcio, ácido ascórbico, triptófano, potasio, fenilalanina y selenio. Sumado a esto, el ajo tiene componentes sedantes (ácido cafeico, geraniol, linalol, apigenina y estigmasterol).


6. Carbohidratos complejos : la ingestión de los mismos calma al cerebro y produce paz en todo el organismo. Éstos carbohidratos son útiles especialmente para la depresión que produce el síndrome premenstrual o la depresión del otoño. Los principales alimentos que contienen carbohidratos complejos son los cereales integrales ( trigo, avena, arroz, etc.) y sus derivados (como la pasta, fideos, espaguetis, etc.), legumbres ( habas, garbanzos, lentejas, soja, guisantes, etc.), hortalizas (patatas, cebolla, espinacas, zanahorias, etc.) y las frutas (manzanas, peras, melocotones, ciruelas, etc.)

7. Omega 3: algunos estudios sugieren que éstos ácidos grasos pueden ser convenientes para tratar la depresión y mejorar la esquizofrenia ya que ayudan a mantener el equilibrio mental. Las fuentes más directas de Omega 3 son el pescado azul y el aceite de pescado. Los vegetales contienen ácido alfa-linolénico (el cual también es ácido omega 3) pero debe ser convertido en ácido eicosapentaenoico o en ácido docosahexaenoico y el cuerpo solo logra transformar un 10% de éste ácido en los últimos dos. De igual forma, los alimentos que poseen niveles más elevados de omega 3 son el aceite de linaza, el aceite de canola o nuez. También lo contienen el aceite de germen de trigo, de soja y de avellana.

Entre los vegetales ricos en omega 3 están la verdolaga, las semillas de soja, espinaca, las frutillas, pepino, las hojas de las coles de bruselas, el repollo, el ananá, las nueces de nogal y las almendras.

También existen los suplementos de omega 3, son cápsulas que contienen aceite de pescado, polvo o aceite de linaza.

8. La capsaicina: es componente del picante del chile o de la pimienta de cayena.  El pimiento picante, el chile y la pimienta de cayena estimulan la elaboración de endorfinas conocidas como las hormonas de la felicidad. Otra rica fuente de capsaicina es el jengibre.

Los siguientes alimentos no se recomiendan para la depresión:

1. Carbohidratos simples : productos refinados y azúcares. Estos alimentos pueden calmar la ansiedad a corto plazo pero luego producen deseos incontrolables de seguir comiendo. También es muy sabido que aportan muchas calorías.

2. El café : hay gente que se siente mejor al beber café, otras personas se sienten más ansiosas al ingerir cualquier tipo de bebidas estimulantes. Cuando se toma café con mucha frecuencia se puede experimentar una leve depresión al abandonar el habito.

3. El alcohol : ya que interfiere con los medicamentos antidepresivos, disminuye el nivel de glucosa empeorando el estado de ánimo del depresivo y puede causar insomnio.

Fotografía por gotencool en flickr

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Psicópatas en las corporaciones?

  • 24/05/2012
  • David Aparicio

Las psicopatías están tomando más relevancia en la cultura popular y el mundo  académico no es ajeno a esta reciente curiosidad. Esto se debe a que hoy en día existen instrumentos que cuentan con buena confiabilidad que permiten realizar investigaciones novedosas. Un ejemplo de esto es la investigación dirigida por el Dr. Paul Babiak, que arrojó los siguientes resultados: 1 de cada 25 gerentes puede ser psicópata.

Es cierto que tal vez no parezca un número importante, pero esto representa 4 veces la prevalencia de este trastorno en la población general.

El Dr. Babiak realizó esta investigación con una muestra de 203 gerentes de diferentes corporaciones de los Estados Unidos. Los sujetos fueron elegidos por sus compañías para  participar en un entrenamiento de managment y a través del inventario de psicopatías, desarrollado por el experto en psicopatías de la Universidad de British Columbia, el Dr. Robert Hare, se evaluó las personalidades de cada  uno de los gerentes.

Según el consenso psiquiátrico los psicópatas, se caracterizan por ser a-morales y estar absolutamente interesados solo en el poder y el  placer propio. Estas características muchas veces son muy valoradas en el mundo de los empresarial, ya que se considera que promueven ganancias y por lo tanto son buenas para el negocio. Es en este el ambiente donde los psicópatas pueden prosperar. Los gerentes con estos estilos suelen ser encantadores y manipuladores. Lo que es común en el mundo corporativo y puede ser considerado como una buena técnica de liderazgo.

La investigación demuestra que los psicópatas que logran esconder sus debilidades y ser encantadores con sus jefes y  co-trabajadores, pueden escalar en el mundo corporativo. Esto hace muy difícil en distinguir entre un gerente extremadamente talentoso y un psicópata.

De hecho, es muy difícil descubrir al psicópata, ya que no todos son despiadados asesinos seriales, como Jigsaw o Hannibal Lecter. En realidad los psicópatas que crecieron en un ambiente bueno, tal vez puedan sublimar sus energías en objetivos menos violentos y convertirse en un CEO. Para Babiak los psicópatas no son la clase de persona que nos imaginamos.

Fotografía por Statkraft en Flickr

Fuentes: FBI; Forbes

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Las neurociencias ayudando a comprender las mentes de los psicópatas y sádicos

  • 23/05/2012
  • Alejandra Alonso

Las películas, series y libros que tratan sobre asesinos seriales muchas veces pueden confundirnos sobre las verdaderas características de una persona que tiene alguna psicopatía.

Este artículo, originalmente publicado en TIME Healthland, clarifica y diferencia distintos trastornos que pueden llevar a una persona a la delincuencia y que  a veces pensamos, son características de un solo desorden mental. Profundiza sobre las particularidades de cada uno y sus posibles  raíces y tratamientos.

Una forma de averiguar cómo se puede tildar a alguien de psicópata, es contrastarlo con otras personalidades anormales. En un estudio reciente, dirigido por Jean Decety, un profesor de psicología y psiquiatría en la Universidad de Chicago, investigadores observaron un rasgo de personalidad a menudo confundido con la psicopatía: el sadismo sexual.

El psicópata versus el sádico

El típico asesino serial de hollywood combina rasgos psicopáticos (frío calculador, falto de empatía, deleite en la manipulación) con la alegría y el placer erótico que el sádico obtiene del dolor de los demás. Pero en la realidad, estos rasgos pueden ser bastante distintos. “Si miras películas, hay gente que es ambos, como Hannibal Lecter” dice Decety. “No estoy seguro de que eso es lo que tenemos en el mundo real.”

Decety y sus colegas publicaron recientemente un estudio sobre el escáner cerebral de 15 delincuentes sexuales violentos, 8 de los cuales fueron clasificados como sádicos sexuales. Los investigadores excluyeron  deliberadamente a los psicópatas con el objetivo de encontrar diferencias cerebrales únicas del sadismo.

Se les mostró a los participantes imágenes que implicaban o no, dolor (por ejemplo, una foto de una persona apuñalando a una mesa o a la mano de otra persona con tijeras, o una imagen de alguien golpeando la puerta de un auto y pegando o no a otra persona).

Cuando veían las imágenes de dolor, los sádicos mostraban mayor activación en la amígdala- un área del cerebro asociada con emociones fuertes- comparados con otros delincuentes sexuales. Es más, los sádicos clasificaron el dolor experimentado por la víctima como más intenso que los no sádicos. Y cuánto más intenso pensaba el sádico que el dolor era, mayor era la activación en otra región del cerebro llamada la ínsula, que está involucrada en el monitoreo de los sentimientos y estados del cuerpo de uno.

“Cuando sentís algo como disgusto, dolor, placer, incluso un orgasmo, la ínsula juega un rol crítico para traer esas emociones corporales a la conciencia,” dice Decenty.

El estudio de Decety sugiere que los sádicos parecen estar especialmente atentos a lo que sus víctimas sienten- de hecho, lo experimentan vicariamente y los despierta. Los psicópatas, por otro lado, tienden a ser indiferentes a las emociones de otros. “Si vivís con un psicópata y lloras porque esa persona fue desagradable con vos, eso probablemente a él no le importe. No lo conmueve  ni le interesa, porque no siente nada sobre lo que vos sentís” dice Decety. “Los sádicos sí sienten. Ellos entienden que la victima está sufriendo.”

Psicopatía versus trastorno de personalidad antisocial

En otro nuevo estudio, orientado a elucidar cómo trabaja el cerebro psicópatico, investigadores del King’s College London exploraron las diferencias entre las personas con psicopatía y aquellos con otro peligroso tipo de personalidad: el trastorno de personalidad antisocial (TPA). El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), manual diagnóstico de los psiquiatras, ve a la psicopatía básicamente como el tipo más extremo de TPA, pero crecientemente, los investigadores sugieren que son cosas separadas. “Nadie ha hecho jamás un estudio contrastando gente con TPA y con psicopatía,” dice el autor principal Nigel Blackwood.

Blackwood describe a las personas con TPA de esta forma: “Son impulsivos, irritables y extremistas. Usan la  agresión reactiva, como el clásico escenario de riña de pub cuando ven una amenaza donde puede no existir y usan la violencia para “resolver” la situación. Una vez que eso está hecho, pueden experimentar algún grado de arrepentimiento o remordimiento. Pueden sentir culpa. Experimentan mucha ansiedad y depresión y abuso de sustancias,” dice él.

Los psicópatas, en contraste, pueden ser igual de violentos y agresivos- y también es probable que frecuentemente tomen drogas- pero no sienten remordimiento y planean fríamente sus ataques.

Otra diferencia: ambos, aquellos con TPA y con psicopatía tienden a haber experimentado maltratos durante la infancia, pero a diferencia de las personas con TPA, los psicópatas no tienen síntomas de trastorno de estrés postraumático como resultado de esto.  Absolutamente lo opuesto: los psicópatas tienden a experimentar poca ansiedad y prácticamente nada de miedo.

Solo comparado con los individuos con TPA, el estudio del escaneo cerebral encontró que los psicópatas tienen reducido volumen en una región del cerebro llamada anterior rostral de la corteza prefrontal y en otra área conocida como el lóbulo temporal. Estas regiones son importantes para la comprensión de nuestros propios sentimientos y pensamientos así como tambien la mente de otros.

“Ambas áreas están involucradas en el proceso de pensamiento sobre vos mismo y otras personas al mismo tiempo para resolver sus intenciones, estado emocional y deseos,” dice Blackwood. Mientras que los psicópatas claramente requieren un cierto sentido de lo que otros piensan y sienten que les permita manipular a la gente, los daños aquí podrían explicar su propia falta de emoción y de la indiferencia a la de sus víctimas.

El trabajo de Decety y el de otros, ha mostrado diferencias entre psicópatas y personas normales en una zona cercana al área prefronal, la corteza prefrontal ventromedial. “Esta región es con el objetivo de combinar emoción y cognición para tomar decisiones,” dice Decety, notando que los individuos con daño cerebral allí, pueden convertirse en jugadores patológicos o realizar repetidas malas decisiones. Sin la corteza prefrontal ventromedial, las consecuencias negativas no parecen afectar el comportamiento.

Los psicópatas, por supuesto, son bien conocidos por su resistencia a los castigos. Su falta de miedo significa que no se preocupan por el dolor físico o el daño, y su falta de preocupación por los sentimientos de otros significa que los castigos sociales no funcionan tampoco con ellos.  Si no te importa si herís o decepcionas a la gente- y no te molesta el rechazo- no te vas a sentir apenado o con culpa o avergonzado, y consecuentemente no estarás motivado a evitar esos sentimientos.

¿Dónde comienza una psicopatía?

Las raíces de todos los tipos de comportamiento antisocial parecen estar establecidos en la infancia temprana, habría una predisposición genética que interactuaría con la crianza- o, típicamente en estos casos, una falta de la misma- como determinantes del desarrollo.

Algunos niños parecen haber nacido con leves tendencias antisociales: son difíciles de disciplinar y tienen un autocontrol dañado. En efecto,  para garantizar un diagnóstico de TPA, las conductas antisociales deben comenzar temprano en la vida,  en lo que se denomina trastorno de conductas de la niñez, y ser caracterizado por conductas desafiantes y a veces comportamiento cruel.

La mayoría de los niños con Trastorno de conductas de la niñez no crecerán para convertirse en psicópatas, al menos un tercio supera el diagnóstico completamente; ni siquiera desarrollan TPA. Pero un pequeño grupo muestra una temprana falta de miedo e indiferencia hacia otros, lo cual es más problemático. Estos niños, que son caracterizados con rasgos monstruosos/ sin emociones, están en mayor riesgo de convertirse en psicópatas.

El sadismo sexual también parece tener raíces de desarrollo temprano. “Lo que yo hubiera predicho es que esta clase de comportamiento tiene sus orígenes muy temprano en la infancia. La forma en que son tratados o abusados los bebés puede tener consecuencias a largo plazo en el desarrollo de las vías para el placer y el dolor,” dice Decety. Cuando los niños pequeños, que dependen de sus cuidadores, son abusados,  no tienen más remedio que amar a las personas que los están lastimando. “El cuidador está infligiendo dolor y vos  a su vez  amas a esa persona, se puede desarrollar una relación rara donde el dolor se transforma en placentero,” dice Decety. “Lo que es importante darse cuenta es que las vías del cerebro involucradas en el procesamiento del dolor y las vías relacionadas con el placer están vinculadas. Tienen que superponerse en cierta medida. Es por eso que si en el desarrollo algo va mal y mezclas los dos, buscar placer desde el dolor.”

¿Puede curarse la psicopatía?

Los psicópatas adultos no temen el dolor del castigo y, similarmente, no les molesta el dolor social. Los niños con rasgos crueles/ sin emociones son iguales y, como resultado, extremadamente difíciles de manejar. Mientras un trastorno de conducta simple puede resultar de tener tendencias antisociales y ser criado en un hogar violento o caótico- y puede por lo tanto a menudo ser ayudado remediando esa situación-  los trastornos de conducta con rasgos crueles/ sin emociones parecen tener una fuerte base genética y ser más intratables.

“Los programas de tratamiento para trastornos de conducta son muy buenos, pero los grupos de personas crueles/sin emoción no responden a cosas como los castigos, el rincón del desobediente o el tiempo fuera,” dice Blackwood. De igual manera, los psicópatas son más difíciles de reformar que los adultos con TPA.

Dado que no responden a los castigos, los tratamiento basados en recompensas funcionan mejor para niños crueles/sin emociones, incluso cuando parece ir en contra de la intuición de uno con respecto a los niños que peor se comportan. “Tenemos que abrir los ojos sobre  lo que nos dicen las neurociencias,” dice Decety. “Tenemos intuiciones , pero a menudo están mal y no son precisas.”

Como resultado, Blackwood y muchos otros expertos separan diagnósticos para enfatizar las diferencias entre los adultos con trastorno antisocial de la personalidad y los psicópatas, o en niños, aquellos con trastornos de conducta ordinarios y aquellos con trastornos de conducta y rasgos crueles/sin emociones.

“En el DSM-5 , se ve razonablemente claro que habrán especificaciones  para trastornos de conducta con y sin rasgos crueles/sin emociones, pero no hay equivalencia para los adultos. Todavía está agrupado todo junto como TPA, y yo  creo que es importante desentrañar este grupo,” dice Blackwood. Esto será especialmente importante dado que etiquetar a un niño como potencial psicópata podría tener efectos severamente negativos en su futuro.

Por supuesto, estas clasificaciones no dicen nada sobre por qué una persona se convierte en psicópata mientras que otra se transforma en antisocial, o por qué algunos sádicos desarrollan un gusto por el masoquismo también. La investigación de Decety no incluye a los sádicos que no son delincuentes sexuales- pero le gustaría estudiar las diferencias entre las personas que se comprometen en comportamiento consensuados y no consensuados. Los investigadores están estudiando también el curso de vida de niños identificados con trastornos de conductas con rasgos crueles/sin emoción. Descubrir lo que diferencia al grupo de los que se convierten en psicópatas del de los que logran dominar o superar estos rasgos puede ayudar a prevenir algunos de los peores comportamientos criminales.

Fotografía por pericopin en Flickr.

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