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Salud Mental y Tratamientos

1162 Publicaciones

Incluye trastornos, psicopatología y terapias.

  • Salud Mental y Tratamientos

El tiro por la culata: cuando controlar pensamientos y emociones resulta contraproducente

  • Fabián Maero
  • 19/05/2013

Más frecuentemente de lo que quisiéramos, los intentos de controlar algunos eventos de nuestra mente resultan en un tiro por la culata: todos conocemos la desesperante experiencia de acostarnos a dormir, sólo para encontrarnos a las dos de la mañana acostados en la cama con los ojos abiertos de par en par, pensando “tengo que dormirme”. Lo mismo nos suele suceder cuando queremos dejar de preocuparnos, concentrarnos en algo, quitarnos el mal humor, distraernos de un dolor físico, ser humildes, relajarnos, no ser prejuiciosos, etc.: una y otra vez nos encontramos haciendo exactamente aquello que intentábamos evitar.

La literatura que da cuenta de estos fenómenos los denomina “procesos irónicos” (Wegner, 1994). Básicamente, la teoría dice que los procesos que obstaculizan el control intencional de los estados mentales son inherentes a ese mismo control. Dicho de otro modo, los intentos de control de las experiencias internas están condenados a fallar precisamente por la manera en que funcionan, y  estos intentos de control no fallan de cualquier manera, sino generando exactamente lo opuesto a lo que se quiere controlar.

En palabras de Wegner: “no es sólo que cometemos errores, sino que una gran parte de ellos caen en una categoría especialmente grave: el error precisamente contra-intencional”. Es ese tipo de error que nos hace decir exactamente lo peor que podríamos decir en una situación social.

Los errores suceden, pero es llamativo que este tipo de error suceda con tanta frecuencia. No sólo perdemos el control sobre lo que queremos decir o pensar, sino que surge su exacto opuesto (su “reverso irónico”, como lo llama Wegner). Hay muchos ejemplos de esto en la vida cotidiana: apenas se empieza con una dieta, no podemos evitar que nuestra mente se llene con pensamientos de comida; llamamos a nuestra nueva pareja con el nombre de nuestra pareja anterior, no podemos dormir cuando intentamos hacerlo, etc.

Para que surjan los procesos irónicos deben cumplirse una serie de condiciones previas:

  • La persona debe intentar activamente controlar el contenido; no basta con querer controlar, sino que se requiere un esfuerzo activo por controlar.
  • El contenido a controlar debe ser controlable en principio.  Esto excluye cosas como ser más creativo, ser más inteligente, ser más saludable.
  • Los procesos irónicos se hacen más visibles en cuanto aumenta el estrés al cual está sometida la persona. Cualquier estrés o carga mental extra aumenta la expresión de los procesos irónicos.
  • Los procesos irónicos se manifiestan más frecuentemente cuando el resultado que se busca es la ausencia en lugar de la presencia de un contenido mental: es más probable que surjan bajo un “no pienses en…”, que bajo un “pensá en…”. Dicho de otro modo, la aparición de procesos irónicos aumenta cuando el objetivo es suprimir un contenido interno y disminuyen cuando el objetivo es crear un contenido interno.

Ámbitos

A continuación revisaremos algunos ámbitos en los cuales se ha investigado y encontrado evidencia que sustenta la presencia y el funcionamiento de los procesos irónicos.

Supresión de pensamientos

La supresión de pensamientos es un ámbito conocido en cuanto a procesos irónicos. El juego de “no pienses en un elefante rosado”, es un buen ejemplo de esto. En investigación, el experimento clásico involucra intentar no pensar en un oso blanco (en referencia a una novela de Dostoievsky), y una y otra vez los resultados han sugerido que intentar suprimir un pensamiento es la mejor manera de que este pensamiento regrese una y otra y otra vez.

Otro experimento en el ámbito de supresión de pensamientos involucró pedir a los sujetos respuestas que no tuvieran nada que ver con una palabra (“casa”), al presentárseles determinadas palabras-estímulo. Algunas de estas palabras-estímulo eran más cercanas semánticamente al pensamiento a suprimir (por ejemplo, “hogar”), mientras que otras eran más neutrales (por ejemplo “adulto”), y frente a cada una de ellas, los sujetos debían responder con cualquier palabra, excepto “casa”. Un grupo de sujetos pudo responder contando con bastante tiempo, mientras que otro grupo de sujetos tuvo que responder rápidamente una vez presentada la palabra estímulo. Como era de esperar, los sujetos que debían responder con rapidez tendieron a decir la palabra que estaban tratando de suprimir (“casa”), con mayor frecuencia. Como decíamos antes, cualquier tipo de presión (en este caso, el tiempo), hace que se acentúen los procesos irónicos.

Este y otros experimentos similares apuntan a lo mismo: precisamente aquello que no querríamos decir o pensar aparece cuando estamos distraídos o estresados. Los llamados “lapsus freudianos” que involucran precisamente lo que menos se querría decir en una situación son más reveladores del mecanismo de los procesos irónicos que de una intención inconciente o un auto-sabotaje.

Concentración

La capacidad de concentrarse es otro típico dominio de los procesos irónicos. Bajo condiciones de estrés o sobrecarga, terminamos no solo distrayéndonos sino enfocándonos involuntariamente en cualquier cosa salvo aquello en que querríamos concentrarnos.

En un experimento, se les pidió a un número de sujetos que vieran un mapa de África que contenía los nombres de 40 ciudades poco conocidas y se les dio la instrucción de recordar los nombres de 20 de esas ciudades, que estaban resaltadas en amarillo en el mapa, y se les dijo que luego deberían recordarlas para un examen. No era necesario recordar los nombres de las otras 20 ciudades.

Para testear el efecto del stress mental sobre la concentración, a la mitad de los sujetos se les pidió además recordar un número de nueve dígitos mientras estudiaban el mapa, mientras que la otra mitad no recibió ninguna tarea extra.

Previsiblemente, los sujetos sometidos a una carga mental extra recordaron menos los nombres de las ciudades señaladas… pero, curiosamente, recordaron más las ciudades que no estaban destacadas, las ciudades que no era necesario recordar, es decir, terminaron memorizando precisamente aquello que los distraía.

Estados de ánimo

Las personas intentan controlar sus estados de ánimo, y hasta cierto punto, con ciertas limitaciones, esto es alcanzable. Pero,¿ qué pasa cuando se agrega presión a la tarea de controlar las emociones?

Un experimento similar al último citado, pero orientado a estados de ánimo (felicidad y tristeza), fue llevado a cabo. El resultado fue similar y consistente: cuando no estamos bajo ninguna presión, podemos relativamente controlar nuestros estados de ánimo, generando o evitando tristeza o felicidad. Pero cuando se agrega algún tipo de estrés o presión se invierten las tornas, y terminamos experimentando justamente lo opuesto de lo que querríamos experimentar. Esto es especialmente así cuando lo que estamos intentando es suprimir un estado de ánimo. Curiosamente, el contenido del estado de ánimo es irrelevante: la tarea “no sentir tristeza”, y la tarea “no sentir felicidad”, generan resultados irónicos equivalentes cuando estamos bajo presión.

Relajación

La relajación es un estado muy deseado hoy en día. Televisión, radio, gurúes y demás nos comunican que la relajación es deseable. “Relajáte”, le decimos a alguien que está nervioso por un examen. “Necesito relajarme”, es una frase repetida por las personas que experimentan estrés o ansiedad. Ahora bien, ¿qué tanto funciona esto de relajarse voluntariamente?

En un experimento (Adler et al, 1987), se trabajó con personas que sufrían ataques de pánico, y se les pidió que escucharan una de dos grabaciones de audio: una grabación con una serie de instrucciones de relajación, o bien una grabación del relato de una novela popular. A esta altura del artículo no debería ser sorprendente para nosotros enterarnos de lo siguiente: el grupo que escuchó el audio de relajación experimentó síntomas más severos de pánico, y ritmo cardíaco más elevado que el grupo que escuchó la novela…  Dicho sea de paso, ese es el motivo por el cual trabajar con relajación está contraindicado en la terapia de las personas con trastorno de pánico.

En otro experimento (Wegner et al, 1993), se trabajó con un método popular en terapia cognitivo conductual, llamado “relajación muscular progresiva” (RMP), en el cual alternativamente se tensan y relajan los principales grupos musculares. Nuevamente, nos encontramos con el mismo resultado: sin presión extra, los sujetos fueron capaces de relajarse siguiendo las instrucciones de RMP, pero al agregar estrés (por ejemplo, pidiéndoles que recuerden un número largo a la vez que siguen las instrucciones de RMP), los sujetos no sólo no se relajaron, sino que su tensión aumentó.

Dolor

También el dolor es uno de los ámbitos en que se ha estudiado los procesos irónicos. Aquí los resultados son un tanto más complejos: las investigaciones sugieren que distraerse del dolor funciona mejor para dolores agudos pero no para dolores persistentes, mientras que la atención dirigida al dolor funciona mejor para los dolores persistentes (Cioffi, 1993).  La próxima vez que vayan al dentista quizá quieran distraerse durante los procedimientos, pero si están experimentando un dolor de muelas persistente, intentar distraerse de eso puede generar mayores niveles de dolor.

Sueño y vigilia

Como decíamos al inicio de este artículo, un fenómeno que todos hemos experimentado es el siguiente: mañana tenemos un gran día por delante, ya sea un viaje, un examen o cualquier otro evento importante, y necesitamos descansar, queremos descansar lo antes posible. Esa noche, a las tres de la mañana, estamos más despiertos y alertas que cualquier otro día, maldiciendo por lo bajo e intentando lograr al menos un par de horas de sueño.

Quizá haya un consuelo en saber que no estamos solos en esto: Gross y Borkovec (1982), encontraron que instrucciones dirigidas a dormirse cuanto antes hacen que los sujetos tarden más en dormirse, hallazgo replicado por Wegner y sus colaboradores (1993). El fenómeno inverso también ha sido observado: indicar a las personas con insomnio que permanezcan despiertas puede ayudarlas a dormir (Ascher y Efran, 1978), y tampoco es desconocido para nosotros el fenómeno de empezar a cabecear o quedarnos dormidos cuando estamos prestando atención a algo importante (como por ejemplo, la lectura de este artículo), aunque aún hay poca investigación sobre el particular.

Estos son los principales, pero no los únicos ámbitos en que se han estudiado estos fenómenos. Otras áreas en que se han estudiado los procesos irónicos incluyen las creencias, la presentación de sí mismo, los prejuicios y ciertas formas de control motriz. Pero los que citamos aquí son los más tienen más peso cuando hablamos de tratamientos psicológicos, y por ello discutiremos brevemente el peso clínico que tienen los procesos irónicos.

Implicaciones clínicas

Por lo que hemos visto hasta aquí, las investigaciones sugieren que los intentos de suprimir pensamientos, de concentrarse, de controlar el estado de ánimo, de dormir, de relajarse, etc., no solo pueden fallar, sino que, cuando se añade presión o estrés a la tarea, pueden producir efectos diametralmente opuestos a los deseados.

Si consideramos los diagnósticos más frecuentes en la clínica, veremos que muchos de ellos involucran intentos de controlar de alguna manera contenidos internos: el trastorno de ansiedad generalizada se define por la incapacidad de controlar la preocupación, las personas con trastorno obsesivo compulsivo sufren de pensamientos indeseados persistentes, las personas con diagnóstico de estrés postraumático intentan no recordar el evento traumático y controlar su malestar, etc. A tal punto está presente este fenómeno en la psicopatología que ha recibido nombre propio: evitación experiencial (Hayes et al, 1996), definida como intentos de controlar o reducir contenidos internos (emociones, pensamientos, recuerdos, sensaciones, impulsos de acción), o las situaciones que los disparan. Un gran número de investigaciones ha encontrado que la evitación experiencial funciona como mediador en gran parte de los trastornos psicológicos más habituales en la clínica.

La literatura sobre los procesos irónicos y su equivalente psicopatológico, la evitación experiencial, sugiere consistentemente que tenemos menos control sobre nuestros estados internos justamente cuando más lo necesitaríamos. Podemos controlar nuestra preocupación cuando es poco importante, pero cuando el tema de la preocupación es vital o cuando la preocupación en sí se transforma en una carga, intentar no preocuparse puede disparar justamente el efecto contrario. Intentar no experimentar una emoción, como por ejemplo celos, puede ser posible mientras no haya perturbación extra y los celos no sean tan intensos, pero cuando estamos estresados, o si los celos mismos son lo suficientemente intensos, intentar controlarlos puede provocar una escalada. Para las personas que llegan a terapia (cosa que suele suceder cuando el malestar es significativamente alto y cuando han fallado las estrategias habituales), ofrecer más estrategias de control y reducción del malestar quizá no sea la mejor alternativa. Pero si los procesos irónicos están firmemente establecidos, tampoco resulta útil ignorarlos o hablar de otro tema, ya que esto podría empeorar la situación.

En los últimos años, consistentemente con estas investigaciones, ha surgido un número de terapias que no emplean estrategias de control, sino de aceptación para lidiar con los trastornos que surgen como consecuencia del fallo de las estrategias de control. Estas terapias (llamadas “terapias de tercera ola”), no ponen el foco del tratamiento en la reducción de los síntomas, sino más bien en la ampliación del repertorio conductual, en enriquecer la calidad de vida, permitiendo así reducir la energía y el tiempo dedicado al control de las experiencias internas y redirigirlos hacia objetivos vitales importantes, más amplios. Además de esto, se enseñan y practican nuevas habilidades para lidiar con las experiencias internas, habilidades que reemplacen los intentos inefectivos de control.

Dentro de estas terapias encontramos ACT (terapia de aceptación y compromiso), DBT (Terapia dialéctico conductual), MBCT (terapia cognitiva basada en mindfulness), Activación conductual, entre muchas otras. Una tendencia que puede parecer paradójica en la eficacia de algunos de estos modelos basados en aceptación es que parecen funcionar mejor con los pacientes que experimentan mayores niveles de malestar. Pero a la luz de las investigaciones aquí revisadas, quizá no sea tan paradójico esto: los intentos de control de las experiencias internas fallan espectacularmente cuanto mayor es el nivel de estrés.

A la luz de esto, encontramos una nueva sabiduría en este extracto de la conocida “plegaria de la serenidad”

concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar,

el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar,

y la sabiduría para conocer la diferencia.

De acuerdo con lo que hemos estado viendo, las cosas que no podemos cambiar (al menos, no de manera muy efectiva), incluyen los estados internos, emociones, recuerdos, pensamientos,etc., mientras que las cosas que sí podemos cambiar son nuestras acciones. Quizá, al disminuir el control que aplicamos sobre nuestras emociones y pensamientos, podamos hacer espacio para ganar en el control de nuestras acciones.

  • Salud Mental y Tratamientos

La hipocondría desde la terapia cognitivo conductual

  • Laura Fuster
  • 19/05/2013
hipocondría

Como sabemos, uno de los valores más importantes en la sociedad actual es el del cuidado de la salud. Cuántas veces hemos escuchado esa frase de “lo importante es tener salud”, y cierto es, que cuidarse es muy importante. El problema es que en algunas  personas llega a ser una preocupación que les genera un gran malestar y que llega a ser demasiado recurrente.

La hipocondría o ansiedad por la salud consiste en una” preocupación y miedo a tener, o la convicción de padecer, una enfermedad grave a partir de la interpretación personal de síntomas somáticos”.

Además, esta preocupación persiste a pesar de las exploraciones y explicaciones médicas apropiadas.

Las personas que sufren este problema centran la atención continuamente en los diferentes síntomas que todo cuerpo humano percibe sobre su propio funcionamiento. Por poco que nos prestemos a ello, captamos latidos del corazón, ruido intestinal, movimientos reflejos, sudoración, calor, frío, tensión, eccemas, protuberancias y un largo etcétera. Para el hipocondriaco son síntomas que interpreta como el desarrollo de una patología grave, que seguramente tendrá un desenlace dramático.

Una secuencia típica sería: notar un dolor en el brazo, pensar “seguro que es cáncer”, “tendrán que operarme”, “seguro que la operación sale mal”. Evidentemente, estos pensamientos generan gran malestar y ansiedad. Para calmar esa ansiedad y mitigar los pensamientos la persona realiza una serie de conductas como por ejemplo buscar en internet sus “síntomas” o tomar un ansiolítico.

ORÍGEN  (sensación física= peligro)

Como la mayor parte de los problemas emocionales, la hipocondría tiene un origen aprendido. Es decir, en algún momento de su vida la persona empezó a ver sus dolores o sensaciones como síntomas. Poco a poco, fue asociando las sensaciones físicas con peligro. Es lo que en psicología llamamos condicionamiento clásico o aprendizaje por asociación.

Este tipo de aprendizaje aparece en situaciones de nuestra vida cotidiana, tanto positivas como negativas. Por ejemplo cuando escucho una canción y me aporta emociones agradables porque la asocio a un momento en el que estaba feliz. O si a una persona le ha atacado un perro y cada vez que ve uno se aleja porque ha aprendido que son peligrosos a raíz de esa experiencia.

Este aprendizaje, que nos lleva a presentar ansiedad por la salud,  puede surgir por diferentes motivos:

  • Enfermedad prematura: personas que han padecido enfermedades a edades tempranas o durante un largo periodo de tiempo.

  • Modelos: casos en los que alguna persona significativa presentaba gran preocupación por la salud.

  • Negligencias médicas: personas que han sufrido algún error médico.

  • Información médica: diagnósticos comunicados de manera brusca o campañas de salud demasiado efectivas

En todos los ejemplos anteriores, se aprende que la enfermedad es algo real y muy peligrosa. Normalmente se generaliza la enfermedad a cualquier sensación física que presente nuestro cuerpo, por lo que el resultado final es:

MANTENIMIENTO

Cuándo nos preocupa algo, se presentan pensamientos negativos y recurrentes respecto a ese tema. Estos pensamientos nos llevan a sentir sensaciones físicas desagradables. Normalmente, si aguantamos un tiempo ese malestar, éste tiende a bajar. Si es algo importante para nosotros, tardaremos más tiempo en sentir alivio, pero la intensidad de esas sensaciones siempre baja.

Una persona con  una excesiva preocupación por la salud, presenta los pensamientos y sensaciones anteriormente comentados. Para cortar esa ansiedad o malestar realiza una serie de conductas que llamamos escapes o evitaciones. Éstas pueden ser mirar en internet, ir al médico, pregunta a su madre, tomar ansiolíticos, no hablar de enfermedades…

A corto plazo, esas conductas generan un alivio. A largo plazo están siendo lo que mantiene el problema. Si las realizamos nuestro cerebro no puede desconectar sensación física=peligro y además no comprobamos que lo que tememos no sucede. A este proceso lo llamamos “trampa de la ansiedad”.

Como podemos ver, la solución pasaría por  no realizar esas conductas. El problema es que si tengo pensamientos tan dramáticos es normal que me preocupe e intente cortar esa ansiedad.

Sentir ansiedad es algo adaptativo ya que nos protege de situaciones peligrosas. Por este motivo, nuestro organismo la activará cuando “salte la alarma”. Por ello, cuando tenemos pensamientos tan negativos sobre los “síntomas” es muy difícil no realizar las conductas de seguridad.

PENSAMIENTOS EN HIPOCONDRÍA

Los pensamientos que aparecen en la hipocondría suelen ser: “seguro que es una enfermedad grave”, “seguro que es un tumor”, “seguro que es un infarto”, “seguro que los resultados médicos son negativos”, “seguro que el médico se equivoca”…

Evidentemente, cualquier persona que tenga este tipo de pensamientos sentiría una gran ansiedad.

En general, los pensamientos irracionales o que nos hacen daño vienen de manera muy extrema, en términos de todo-nada, siempre-nunca.. o es blanco o es negro. Por ello nos generan emociones muy fuertes y difíciles de controlar.

Si la persona con este problema es capaz de identificar estos pensamientos ya tiene mucho ganado. El siguiente paso será ver que estamos dando una probabilidad del 100% a que el “síntoma” sea algo grave, y esa gravedad también será del 100%. Por ejemplo, asumimos que el dolor de cabeza es algo malo, ese “algo malo” es un tumor y ese tumor será mortal.

En la consulta, mediante la terapia cognitiva, te enseñaremos una manera sistemática de ir quitándole fuerza a esos pensamientos.

Parece muy difícil porque llevan mucho tiempo contigo y son muy intensos pero con constancia conseguirás poco a poco ver las cosas de una manera más objetiva.

CONDUCTAS EN HIPOCONDRÍA

Los pensamientos que hemos comentado anteriormente nos aportan ansiedad y, como hemos explicado, si aparece la señal de alarma, nuestro cuerpo pondrá en marcha una serie de conductas para “ponernos a salvo” y cortar esa ansiedad.

En el momento en el que los pensamientos tengan un grado de credibilidad más bajo, podremos empezar a dejar de hacer esas acciones que como hemos visto  son las que están manteniendo el problema.

En hipocondría estas conductas suelen ser:

Anticipación: El temor ante la incertidumbre, enfermar de gravedad en el caso del hipocondríaco  acaba resolviéndose a menudo anticipando los escenarios posibles. Piensan que si preveen el “peligro” podrán solucionarlo. El problema es que, de esa manera, estaremos constantemente adivinando el futuro y temiendo algo que tiene una probabilidad muy baja de ocurrencia.

Atención focalizada: La persona con hipocondría centra su atención en las sensaciones de su cuerpo. Esto puede hacer que aparezcan “síntomas” nuevos. Por ejemplo, ahora mismo no estás notando tu pie derecho, pero si te pido que le prestes atención, empezarás a notar cosquilleo, que te aprieta el zapato, alguna herida…

Comprobación: una de las conductas que alivia la ansiedad que producen las sensaciones es la de comprobar “que no es nada”. De este modo, la persona con hipocondría se mirará en el espejo, se tocará la zona que piensa que está afectada, revisará partes de su cuerpo para cerciorarse de que siguen igual, etc.

Reaseguración: por los motivos anteriores, una conducta típica es la de preguntar a algún familiar sobre los “síntomas”, buscarlos en Internet,  llamar al médico o ir al hospital.

En conclusión, la terapia se va a centrar en trabajar los pensamientos para que podamos dejar de realizar las acciones. Cuando bajemos la credibilidad de esos pensamientos será mucho más fácil quitar las conductas.

De esta manera, la persona volverá a aprender que las sensaciones no son síntomas y que los síntomas no tienen por qué ser igual a enfermedad o muerte. ¡Ánimo!

 

  • Salud Mental y Tratamientos

Adicción parental asociada a la depresión adulta de los niños

  • David Aparicio
  • 16/05/2013

Los hijos de padres que son adictos a las drogas o el alcohol son más propensos a estar deprimidos durante la vida adulta, según los resultados de un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Toronto.

El estudio fue publicado en la revista Journal Psychiatry Research del presente mes. En el mismo se detalló la asociación entre la depresión y las adicciones de los padres adultos en una muestra representativa de 6.268 adultos, extraídos de la Encuesta de Salud de la Comunidad Canadiense del 2005. De estos participantes, 312 habían tenido un episodio depresivo mayor en el año anterior a la encuesta y 877 informaron que, si bien tenían menos de 18 años y todavía vivían en la casa de sus padres, al menos uno de los padres bebía o usaba drogas “tan a menudo que causó problemas a la familia.”

Los resultados indicaron que los individuos que tenían padres adictos a las drogas o al alcohol eran más propensos a desarrollar depresión que sus pares. Luego de ajustar por edad, sexo y raza, las adicciones de los padres fueron asociadas con más del doble de probabilidades de depresión.

Esme Fuller-Thomson, co-autor de la investigación explicó:

“Incluso después de ajustarse factores que van desde el maltrato infantil y el desempleo de los padres a los comportamiento de salud del adulto, incluyendo el consumo de tabaco y alcohol, encontramos que la adicción parental se asocia con probabilidades de hasta el 69%  de depresión durante la vida adulta de los hijos.”

Este estudio no pudo determinar la causa de la relación entre la adicción parental y la depresión adulta. Robyn Katz también co-autora, sugiere que:

“Es posible que la tensión prolongada e ineludible de las adicciones de los padres puedan alterar permanentemente la forma en que los cuerpos de estos niños reaccionan al estrés durante toda su vida. Una vía importante para la investigación futura consiste en indagar las posibles disfunciones en la producción de cortisol: la hormona que nos prepara para la “lucha o huida” que puede influir en el desarrollo posterior de la depresión.”

Estos hallazgos ponen en relieve las consecuencias intergeneracionales de la adicción a las drogas y el alcohol y refuerzan la necesidad de desarrollar intervenciones que apoyen el desarrollo saludable de la niñez.

Fuente: PsychJournal

  • Salud Mental y Tratamientos

4 elementos de una conversación para el cambio

  • Jorge Ayala Salinas
  • 15/05/2013

Toda demanda de ayuda y cambio requiere de una conversación terapéutica que haga posible otras realidades alternativas que se acerquen a la vida deseada por las personas que solicitan.

Aquí 4 elementos para generar una conversación terapéutica:

1. Apoyo para el pensamiento

Significa crear un contexto donde las personas se sientan cómodas y estén alentadas para para decir lo que piensan y sienten sin temer las consecuencias de un juicio de valores o una actitud correctiva y normalizadora, con la confianza de compartir sus pensamientos y sentimientos con el terapeuta, convirtiendo la conversación en un medio para resolver el conflicto, revelando pensamientos y sentimientos que quizás no hayan expresado con otras personas.

2. Cuestionamiento para el pensamiento

Implica hacer preguntas que requieren que la persona revise su propio análisis y percepción de la circunstancia. Nosotros actuamos como una segunda voz que hace preguntas que la persona no se ha planteado por sí misma todavía, y que descubren posibilidades de tomar partido en nuevos pensamientos para ampliar su perspectiva y observar su propia información, desde la cual toma decisiones y crea definiciones.

3. Cuestionamiento para la acción

A menudo pensamos y pensamos sobre el problema comprendiéndolo a la perfección pero sin imaginar que existe una solución y que el pensamiento y la interpretación sustituyen la acción. Ofrecer terapia sólo como una ayuda para el pensamiento es un lujo que hay que dejar que se lo permitan otros. Nosotros mantengamos la atención centrada en convertir la conversación en una oportunidad para encontrar excepciones y convertirlas en soluciones y nuevas acciones y relatos.

4.   Apoyo para la acción

Cuando la persona ha definido la acción, nuestra habilidad radica en ofrecer el apoyo para que esta acción se haga posible, ayudando a la persona a establecer la magnitud de la acción de manera que pueda tener buenas probabilidades de éxito confrontando la realidad existente y la confianza que la persona tenga para llevarla a cabo cuando finalice la conversación y se marche. (Ojo, esto va más allá de las palabras de aliento: “¡Estoy seguro de que podrás hacerlo!” es menos útil que: “¿Cuánta confianza tienes en que podrás hacer lo que te comprometiste y qué te ayudaría a mejorar aún más esta confianza para iniciar esta acción?”). Apoyo para la acción significa asegurarnos de que el tamaño de la acción corresponda con las habilidades y la confianza de la persona.

La combinación de estos 4 elementos será vital para el proceso. Si apoyamos el pensamiento y no cuestionamos la acción sólo tendremos una bonita charla (“una charla más con el psicólogo”) si un resultado claro. Si cuestionamos la acción sin apoyo para el pensamiento, la persona se sentirá forzada a hacer algo sin comprender lo que hará ni sentirse comprometida con la acción.

Si cuestionamos el pensamiento sin apoyarlo, tendremos un mero debate intelectual sin propósito ni contexto para el cambio. Si apoyamos el pensamiento sin cuestionarlo, la persona se irá imaginando que su percepción del mundo representa la realidad total, negándole la oportunidad de reformular su pensamiento y las posibilidades de las que dispone.

Si cuestionamos la acción sin apoyarla tendremos metas muy ambiciosas con poca probabilidad de éxito. Y finalmente, si apoyamos la acción sin cuestionarla, podemos dedicarnos tranquilamente al oficio de motivadores o animadores, sin que las personas se responsabilicen de esforzarse todo lo que pueden.

  • Salud Mental y Tratamientos

Buscando evidencia de que la psicoterapia funciona

  • David Aparicio
  • 12/05/2013

Artículo originalmente publicado en The New York Times y traducido por David Aparicio y Alejandra Alonso.

El cuidado de la salud mental ha recorrido un largo camino desde que el remedio de elección fue la trepanación (perforación en el cráneo para liberar los malos espíritus) hasta el día de hoy. A lo largo de los últimos 30 años, los tratamiento como la terapia cognitivo-conductual, la terapia dialéctico conductual y el tratamiento basado en la familia, han demostrado ser eficaces para el tratamiento de dolencias que van desde el trastorno por estrés postraumático hasta los trastornos de alimentación.

El problema es que sorprendentemente pocos pacientes reciben este tipo de tratamiento basados en la evidencia. Un meta-análisis realizado en el 2009, conducido por los principales investigadores de la salud mental, encontró que los pacientes psiquiátricos en los Estados Unidos y en Gran Bretaña rara vez reciben T.C.C., pese a las numerosas investigaciones que demuestran su eficacia en el tratamiento de enfermedades comunes. Una encuesta de casi 2.300 psicólogos de los Estados Unidos encontró que el 69% utiliza T.C.C. sólo a tiempo parcial o en combinación con otras terapias para el tratamiento de la depresión y la ansiedad.

La T.C.C. se  refiere a una serie de tipos estructurados y directivos de psicoterapia que se centran en los pensamientos detrás de los sentimientos de un paciente y que a menudo incluyen la terapia de exposición y otras actividades.

En cambio, muchos pacientes son sometidos a un tipo de enfoque dim-sum, un poco de esto, un poco de aquello, gran parte de los cuales proceden más de los prejuicios de terapeuta y de su formación que de los últimos resultados de investigación. Incluso los profesionales que dicen utilizar tratamiento basados en la evidencia rara vez lo hacen. El problema se llama “el terapeuta a la deriva.”

“Un gran número de personas con problemas de salud mental que se podrían abordar sin rodeos, están recibiendo terapias que tienen muy pocas posibilidades de ser eficaces”, dijo Glenn Waller, presidente del departamento de psicología en la Universidad Sheffield y uno de los autores del meta-análisis.”

Una encuesta realizada con 200 psicólogos, publicada en el 2005, encontró que sólo el 17% de ellos utilizaron la terapia de exposición (TCC) con pacientes con trastorno por estrés post-traumático, a pesar de la evidencia sobre su efectividad. Los hallazgos de una investigación realizada en el 2009  por la Universidad de Columbia demuestran que los resultados de la investigaciones tienen poca influencia sobre los profesionales de la salud mental y su decisión de integrar un nuevo tratamiento al que ya estaban ofreciendo.

Este problema no está limitado a los Estados Unidos. Hace dos años, el Dr. Waller estudió el uso de T.C.C en Gran Bretaña en adultos con trastornos de alimentación, su objetivo era ver qué técnicas específicas utilizaban. El encontró que menos de la mitad de los profesionales hicieron algo remotamente parecido a la T.C.C basada en la evidencia.

“Alrededor del 30% hizo algo así como trabajo de motivación, y el 25% hizo algo parecido a la atención. Usted no compraría un auto en esas condiciones,” dijo Dr. Waller.

¿A qué se debe esta diferencia? Según Dianne Chambless, profesora de psicología  en la Universidad de Pennsylvania, algunos terapeutas ven su trabajo como un arte, un proceso delicado y personalizado (o no) sobre la base de la personalidad del terapeuta y la relación con el paciente. Otros ven a la terapia como un proceso más estructurado, fundamentado en la ciencia, que demuestra su eficacia con investigaciones y ensayos clínicos.

“La idea de que la terapia es un arte es bastante poderosa. Muchos psicólogos creen que tienen habilidades que les permiten adaptar un tratamiento a un cliente, que es mejor que cualquier científico que pueda llegar a todos con sus datos,” dice Dianne Chambless.

Pero la investigación sugiere lo contrario. Kristin von Ranson cita un ensayo clínico realizado el año pasado, que concluyó que los clínicos con casos de trastornos alimentarios a menudo no utilizan un tratamiento basado en la evidencia o combinado con otros, para conseguir un enfoque más ecléctico.

“Un estudio anterior había sugerido que estos pacientes pueden tener una peor evolución comparados con los que recibieron un tratamiento más uniforme,” señaló la Dra. Von Ranson.

Los terapeutas que se inclinaron hacia un lado más “artístico” afirman que el llamado tratamiento manualizado devalúa aspectos cruciales de la terapia como la empatía, la calidez y la comunicación – la “alianza terapéutica.”

Con respecto a esto, la Dra. Bonnie Spring, profesora de Psiquiatría en la Universidad de Northwestern dice: “Si quieres que un paciente utilice un tratamiento que funciona, es más probable que para llegar allí necesites que la relación se construya.”

Sin embargo, otros expertos piensan que esto es una opción falsa. “Nadie cree que es una buena idea tener una mala relación con su cliente,” dijo la Dra. Chambless. “El argumento en realidad es: ¿Una buena relación es todo lo que necesitas para ayudar a un paciente?”

Además, los tratamientos basados en la evidencia como T.C.C todavía requieren de experiencia, juicio clínico y habilidad de los profesionales, nota Terry Wilson, profesor de Psicología en la Universidad de Rutgers.

Las diferencias de fondo y la educación juegan un papel importante en la perspectiva que tiene un terapeuta sobre el tratamiento basado en la evidencia. “Puedes convertirte en un terapeuta con muy poca formación sobre el pensamiento científico. Psiquiatras, psicólogos clínicos, trabajadores sociales y otros profesionales de la salud mental pasan años completos de escolarización y de aprendizaje riguroso, pero es posible que la práctica en la terapia se realice sin ese fundamento,” sostuvo Carolyn Becker, profesora de Psicología en la Universidad Trinity.

“Muchos estudiantes dicen: “Odio la ciencia, pero soy bueno con las personas. Me gusta escucharlos y ayudarlos,” dice la Dra. Becker. “Existen pocos incentivos para que los terapeutas cambien lo que están haciendo si ellos creen que lo que hacen funciona. Pero muchos clínicos sobreestiman lo bien que lo están haciendo,” dijo la Dra. Spring. “A menudo los pacientes simplemente sienten que no le pueden decir a su terapeuta cuando las cosas no están funcionando.”

“Muchas veces, los terapeutas no lo saben. Las personas dirán: Gracias, estoy bien ahora, adiós y entran a una terapia diferente ,” expresó la Dra. Chambless.

A pesar de la brecha entre la investigación y la práctica, algunos expertos son cautelosamente optimistas. El Dr. Wilson cree que los profesionales de la salud mental, especialmente los clínicos más jóvenes, se están moviendo lentamente hacia tratamientos basados en la evidencia. Se refirió también a un cambio paralelo entre los médicos, el cual se llevó a cabo cuando la medicina se comprometió a la ciencia en lugar de la producción de medios artistas o gurús. “El campo de la psicología clínica tiene que hacer lo mismo. Tenemos que comprometernos con la ciencia,” agregó.

¿Tienes la necesidad de encontrar a un terapeuta que esté bien fundamentado en las investigaciones más recientes? Los expertos recomiendan entrevistar a los terapeutas antes de iniciar la terapia, especialmente si usted está buscando un tipo de tratamiento específico. Algunas preguntas útiles son:

¿Qué tipo de entrenamiento ha hecho y con quién?

¿Qué hace usted para mantenerse al día en la investigación para el tratamiento de mi condición?

¿Cómo sabe usted que su tratamiento funciona?

¿Se considera a usted y a su enfoque como eclécticos? (Los terapeutas que se suscriben a un enfoque ecléctico son menos propensos de adherirse a los tratamientos basados en la evidencia).

¿Qué manuales usted utiliza?

¿Qué datos puede usted enseñarme acerca de sus propios resultados?

“A un clínico que no puede decirte cuántos de sus pacientes han mejorado, no le va a importar mucho si te mejoras.” dijo el Dr. Waller.

  • Salud Mental y Tratamientos

¿Por qué el NIMH se apartó del DSM?

  • David Aparicio
  • 06/05/2013

El Director del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH), Thomas R. Insel, declaró a dos semanas de que salga publicada la quinta versión del DSM, que la agencia no financiará los proyectos de investigación que se sustentan exclusivamente en los criterios de dicho manual y que orientaran sus investigaciones bajo nuevas categorías. Pero, ¿a qué se debe esta drástica decisión? ¿será que dicho instituto promoverá un enfoque más integrativo o traerá más problemas? Conoce aquí estos detalles.

Respecto a la decisión de alejarse de este manual y de sus parámetros, Insel explicó:

La debilidad del DSM reside es su falta de validez. A diferencia de las definiciones de la enfermedad isquémica del corazón, el linfoma o el sida, los diagnósticos del DSM se basan en un consenso acerca de conjuntos de síntomas clínicos y no de una medida objetiva de laboratorio. Aunque el DSM ha sido descrito como la Biblia para el campo, es a los sumo, un diccionario y no es ni siquiera un buen diccionario. Los pacientes con trastornos mentales merecen algo mejor.”

Insel también agregó que existe una terrible falta de consenso, que no aparece ahora, sino que es un problema que se ha mantenido subyacente desde las primeras ediciones del DSM y, además aclara que la precisión y la fiabilidad del DSM han sido exageradas durante décadas.

Sin embargo, algunos cuestionan también al NIMH por utilizar como único enfoque de tratamiento a lo que se conoce como  “psiquiatría biológica”. Este enfoque se destaca por el reducido interés por los diagnósticos basados en el síntoma y más bien busca la causa en el sustrato biológico.

Desde hace un año y medio, el NIMH por medio de su centro de investigación: Research Domain Criteria (RDoC), ha intentado proponer una alternativa al DSM, incorporando al diagnóstico la genética, imágenes cerebrales, la ciencia cognitiva y otros niveles de información que permitan sustentar un nuevo sistema de clasificación. Este enfoque inicia con varios supuestos:

  • Un enfoque de diagnóstico basado en la biología, así como los síntomas no deben estar limitados a las categorías del DSM actuales;

  • Los trastornos mentales son trastornos biológicos que implican circuitos cerebrales, los cuales a su vez implican dominios específicos de la cognición, la emoción, la emoción o el comportamiento;

  • Cada nivel de análisis necesita ser entendido a través de la dimensión de la función;

  • El mapeo de los circuitos cognitivos y los aspectos genéticos de los trastornos mentales producirá nuevos y mejores objetivos para el tratamiento.”

Estas suposiciones no son nuevas y surgen de afirmaciones que han conducido a la psiquiatría estadounidense desde los años ‘70.

La insistencia de que los trastornos mentales pueden verse y estudiarse en su totalidad como trastornos biológicos, se desvía totalmente del agnosticismo que la APA presupone.

Es cierto que el NIMH deja cierto espacio para la discusión y los factores ambientales y psicológicos por medio de los auto-reportes como unidad de análisis. Sin embargo, su atención permanecerá en el cerebro como el supuesto asiento y causa del sufrimiento psíquico.

Esta propuesta que nos trae el NIMH parece ser igual de problemática y cuestionable. Como dijo Gary Greenberg en el New Yorker: “Los médicos en la mayoría de las especialidades médicas sólo han mejorado la clasificación de nuestro sufrimiento en función de causas bioquímicas… los psiquiatras todavía no pueden satisfacer esta demanda. Un conocimiento detallado del cerebro con sus cien mil millones de neuronas y trillones de sinapsis, sigue siendo difícil de alcanzar, dejando a la psiquiatría depender de las manifestaciones externas de la taxonomía de las enfermedades mentales.”

¿Que opinas sobre el cambio del NIMH? Cuéntanos tu opinión.

Fuente: PsychologyToday, The New Yorker

  • Salud Mental y Tratamientos

Cuando el primer tratamiento psicofarmacológico para la depresión no funciona

  • David Aparicio
  • 02/05/2013

¿Sabiás que, por lo general, el primer tratamiento psicofarmacológico para la depresión no es muy efectivo? De hecho, cerca del 40 al 50% de las personas no responde al primer antidepresivo que le fue prescrito, según reporta Jonathan E. Alpert, Psiquiatra y director asociado del Programa de Investigación Clínica de la Depresión, y co-fundador y co-director del grupo de práctica para la depresión y la ansiedad. Esto no quiere decir que estos tratamientos no funcionen, los estudios demuestran que las personas que se mantienen en el tratamiento obtienen una real y tangible mejoría.

Con este artículo aprenderás por qué el tratamiento psicofarmacológico puede no funcionar y qué cosas puedes hacer para mejorar.

¿Por qué el primer tratamiento no funciona?

Existen muchas razones por las cuales el primer tratamiento no funcione. Aquí detallamos algunas posibles razones:

Diagnóstico incorrecto: puede ser que la persona ha sido mal diagnosticada, lo que provocaría que el tratamiento resulte ineficaz. Por ejemplo, los síntomas del hipotiroidismo pueden parecerse a la depresión, ya que entre sus principales síntomas se destacan: significativa fatiga, falta de motivación y una dificultad de concentración. El Dr. Alpert  también nos dice que una persona puede tener otro desorden psiquiátrico, como un trastorno bipolar. “En promedio, el trastorno bipolar toma alrededor de 7 años para poder ser diagnosticado, o la persona también puede tener un trastorno de personalidad”, explica la psiquiatra Kelli Hyland.

Aún, si el diagnóstico es correcto, algunas condiciones médicas pueden mitigar el efecto de los antidepresivos, sostuvo el Dr. Alpert. Estos son:

Estresores: Algunas personas viven en situaciones insostenibles, así es que no importa lo bien que el antidepresivo esté funcionando, ya que el sujeto está viviendo rodeado de estrés (en la casa, el trabajo, etc).

Adherencia: Algunas personas pueden detener su tratamiento porque están preocupados por la dependencia que les puede causar. Puede que la persona perciba que se siente mejor y por eso abandone el tratamiento, pero una vez que la persona responde a la medicación debe mantenerse en el tratamiento por un mínimo de 6 a 9 meses para asegurarse que no tendrá una rápida recaída.

Los efectos secundarios: como las náuseas, diarreas, disfunciones sexuales o aumento de peso pueden motivar a las personas a dejar el tratamiento. Sin embargo, el Dr. Alpert nos explica que estos efectos secundarios pueden ser minimizados si se reduce la dosis, se cambia a otro antidepresivos o se prescribe otra medicación que ayude a aliviar los efectos secundarios.

Consumo de Alcohol o drogas: “el alcohol y las drogas interfieren con la eficacia de los antidepresivos.” sostuvo el Dr. Alpert. Según la Dra. Hyland, una cerveza o una copa de vino puede interferir con la medicación.

Otras medicaciones: La Dra. Hyland nos explica que otras medicaciones como los esteroides y hormonas pueden interferir con los antidepresivos. Estar en un periodo perimenopáusico o menopausia también puede afectar la eficacia del tratamiento.

Problemas del sueño: Según la Dra. Hyland, el insomnio puede exacerbar el estado de ánimo, la ansiedad y las estrategias de afrontamiento. Tratar el trastorno del sueño subyacente es muy importante para que el antidepresivo tenga efecto.

Severidad del trastorno: Por lo general, a las personas diagnosticadas con depresión moderada o severa, les va mejor con medicación y terapia. Algunas veces dos o tres medicamentos no son suficientes, explicó Hyland.

El próximo paso

Los médicos realizan diferentes procedimientos en caso de que el primer tratamiento farmacológico resulte ineficaz. El Dr. Alpert inicia examinando las razones por las cuales el tratamiento médico no funcionó. Y, si puede eliminar los factores que citamos, puede también incrementar la dosis de la medicación. Además puede cambiar al paciente a otro antidepresivo de la misma clase, por ejemplo, el cambio de un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina o ISRS, a otro. También podría cambiar a un medicamento de otra clase.

Otra técnica utilizada es la adición de un medicamento que ayude a aumentar los efectos del antidepresivo inicial, sobre todo si hay evidencia de una respuesta parcial. Un ejemplo de esto es la combinación de un SSRI y el Wellbutrin que trabaja sobre la dopamina y la norepinefrina. Los psiquiatras también pueden prescribir algún antipsicótico atípico, como el Abaligy o el Seroquel, que ayuden a reforzar los efectos del antidepresivo original.

No hay que olvidar que la psicoterapia es importante también. Los estudios han demostrado que la terapia cognitivo conductual y la terapia interpersonal, son altamente efectivas para el tratamiento de la depresión. Los terapeutas ayudan a los clientes a comprender su trastorno, les enseñan diferentes estrategias para afrontar el estrés en su vida, identificar y cambiar los pensamientos disfuncionales y realizar ciertos cambios para mejorar.

¿Qué podemos hacer?

El Dr. Alpert nos dice que podemos mejorar el tratamiento si participamos activamente, mejorando nuestros hábitos de salud, a través del ejercicio, comer alimentos ricos en nutrientes y mantenerse constante con los ciclos de sueño, entre otros.

La Dra. Hyland recomienda que los pacientes practiquen mindfulness. “Esto no significa que usted tenga que hacer meditación, a menos que usted quiera, simplemente usted puede ser un observador de sus pensamientos y sentimientos sin juzgarlos. Sea paciente y compasivo con usted mismo.” Ella, también sugiere que los pacientes busquen más apoyo. “Un doctor no suele ser suficiente.” Tal vez le puedas pedir a un amigo que te acompañe a la cita médica o a grupos de apoyo.

Si tiene problemas para recordar tomarse la medicación puede incorporar la toma en su rutina, por ejemplo “toma la medicación cuando te vas a cepillar los dientes en la mañana y la noche.” mantén la medicación en el mismo lugar, preferiblemente en el baño, o usa un envase para pastillas.

Comunicarse con nuestro psiquiatra

Otro factor importante para un buen tratamiento es el desarrollo de una comunicación regular con el médico. Es importante que sea honesto y que haga todas las preguntas necesarias. Aunque a veces no sabemos qué preguntar, el Dr. Alpert y la Dra. Hyland nos sugieren algunas preguntas críticas:

  • ¿Qué síntomas se buscan controlar con esta medicación? Sabiendo a qué síntomas está destinada esta medicación podemos seguir el progreso de la medicación, explicó Hyland.
  • ¿Debo mantener un diario sobre el estado de ánimo o sueño? esto puede ayudar a mantener un control de los síntomas, estresores y te ofrece una mejor idea sobre lo que está pasando con la medicación.
  • ¿Qué otros hábitos sugiere que tengo que mantener o iniciar? Hyland nos sugiere que se empiece con una conducta o algo que le gusta hacer para reforzar el tratamiento. Por ejemplo, podría pedirle a un paciente que saque a pasear a su perro durante 10 minutos 2 o 3 veces a la semana.
  • ¿Puedo agendar otro turno dentro de las próximas 2 o 4 semanas por 10 minutos? Según Hyland, muchos doctores agendan el próximo turno dentro de 6 a 8 semanas. Pero los pacientes deberían ir a controlar y hacerle saber a su médico cómo se están sintiendo o si están experimentando algunos efectos secundarios.
  • ¿Estoy tomando la dosis óptima del antidepresivo? Es común que el paciente inicie tomando una dosis baja. Así que si tu primer tratamiento no funciona, entonces, tal vez estés necesitando una dosis más alta. Es importante que sepas qué dosis estás tomando, y que sepas qué planes de incrementar la dosis existen para ti.
  • ¿Qué puedo hacer sobre los efectos secundarios? Los expertos nos dicen que podemos minimizar los efectos secundarios. Esto significa que se puede ajustar la dosis, cambiar de medicación, agregar otra medición, tomarla en diferentes horarios y utilizar otras técnicas, pero para reducir estos síntomas es necesario que seas honesto y claro con tu médico.
  • ¿Necesito otras evaluaciones? Según Alpert, los médicos podrían realizar otras evaluaciones cuando el paciente presenta todos los síntomas de la depresión, pero no responde al primer o segundo tratamiento. Dependiendo de los síntomas, los médicos pueden revisar la tiroides, niveles de azúcar, calcio, vitamina B12 o los niveles de folato, evaluar si la persona tiene anemia o bien pueden pedirle estudios del sueño.

Sabemos que es difícil que los pacientes sean optimistas cuando ya están deprimidos y pesimistas, pero con tiempo y perseverancia podrán lograr una completa recuperación.

Este artículo fue publicado originalmente en Psychcentral y fue traducido al español por David Aparicio y Alejandra Alonso.

Artículos relacionados: 

  • Por qué dudamos que la serotonina sea la responsable de la depresión.
  • ¿Antidepresivos o placebos?

  • Salud Mental y Tratamientos

7 consideraciones útiles para los consultantes

  • Jorge Ayala Salinas
  • 02/05/2013

Hace unos meses, en un blog que dejé de actualizar, escribí un par de artículos donde compartía con los lectores algunas consideraciones importantes al elegir a un terapeuta de parejas (para leerlo hacer click AQUÍ) y también otras 9 consideraciones si ya estaban en medio de un procesoy no hallaban resultados positivos (para leerlo hacer click AQUÍ).

Preparando algunas notas para el seminario que desarrollamos hace unas semanas con los alumnos de todas las generaciones del curso online, “¿Qué hacer cuando la terapia no señala progreso?”, encontré en un libro de Barry Duncan que leía en esos momentos, “What´s right with you: debunking dysfunction and changing your life” (disponible en Amazon), algunos tips que pueden ayudar a los consultantes en su relación con los terapeutas, cuando experimentan un “atasco” o la terapia no señala progresos, para tomarse siempre la libertad de tomar una decisión y compartir también la responsabilidad del asunto.

Estos son, desde una traducción personal:

  1. Si no te gusta tu terapeuta, busca uno distinto.
  2. Si tu piensas que a tu terapeuta le disgustas y no entiende o aprecia tus ideas, busca uno distinto.
  3. Si estás en desacuerdo con los objetivos de tu terapeuta o has encontrado que esos no son tus objetivos, busca uno distinto.
  4. Si estás en desacuerdo con las ideas o sugerencias de tu terapeuta o si no responde a tus preguntas y no te da un buen feedback de cómo están haciendo las cosas, o tus sugerencias o el feedback que tú le das no produce un cambio en su perspectiva, busca uno diferente.
  5. Si tú crees que tu terapeuta mira el problema o tu situación como imposibles o con pocas esperanzas de resolver o piensa que tendrá que pasar mucho tiempo antes que las cosas cambien, busca uno distinto.
  6. Si tú no hallas algo positivo luego de tres hasta seis sesiones, deberías decírselo a tu terapeuta para que preste atención. Si no construyen progreso, busca uno distinto.
  7. Si el terapeuta o tu doctor te recomienda medicación psiquiátrica cuando tú no le has pregunta por esto o no le has pedido su recomendación, o dudas de que realmente lo necesites, busca uno distinto. Si alguien más te dice que tienes un desbalance químimo pregunta que significa exactamente esto. Si tu crees que la medicación es lo correcto para ti y la mejor opción, tómalo e inténtalo.
  • Salud Mental y Tratamientos

¿Qué es la terapia por EMDR?

  • EMDR Iberoamérica Argentina
  • 26/04/2013

Definición Número Uno Global:

El EMDR es una psicoterapia integrativa validada científicamente.
Es una aproximación para tratamiento orientada en fases, que incluye un protocolo combinado exclusivo, con un procedimiento estandarizado, basado en el fundamento teórico del modelo de Procesamiento de Información Adaptativo. Este modelo está basado en la filosofía de que los seres humanos son capaces, bajo condiciones apropiadas, de moverse naturalmente hacia una mayor salud e integración.

El EMDR es usado para resolver material emocional perturbador derivado de eventos perturbadores o traumáticos y también como un medio para potenciar estados emocionales positivos, con el fin de facilitar el crecimiento natural y el proceso curativo.

Definición Número Dos:

I.- Propósito de la definición

El propósito de esta definición es servir como el fundamento para el desarrollo e implementación de políticas en todos los programas de EMDRIA al servicio de su misión. Esta definición intenta apoyar la consistencia en los entrenamientos de EMDR, estándares, credenciales, educación continua, y aplicaciones clínicas, sosteniendo la evolución futura de EMDR a través de un balance juicioso de innovación e investigación. Esta definición también proporciona un marco común y claro para la referencia de los clínicos en EMDR, los consumidores, los investigadores, los medios y el público en general.

II.- Fuentes de la fundación y Principio para Evolución Francine

Shapiro, Ph.D., desarrolló EMDR en basándose en observaciones clínicas, investigación controlada, retroalimentación de clínicos que ella había entrenado y estudios escolares y científicos previos sobre procesamiento de información. La fuente original de EMDR se deriva del trabajo de Shapiro como está descrito en sus escritos. Shapiro a dejado claro que está comprometida con el desarrollo de EMDR en una forma que balancee la observación clínica y las innovaciones propuestas con validación empírica independiente, en estudios científicos bien diseñados y ejecutados. Elementos previamente sostenidos y nuevos elementos propuestos de los procedimientos o teoría de EMDR que no puedan ser validados deben de dar paso a los que si pueden ser validados

III.- Objetivo del EMDR

En el sentido más amplio, el EMDR tiene la intención de aliviar el sufrimiento humano y ayudar a los individuos y la sociedad humana a realizar su potencial de desarrollo, minimizando los riesgos de daño en su aplicación.

Para el paciente, la meta del tratamiento con EMDR es alcanzar los más profundos y completos efectos de tratamiento en el más corto periodo de tiempo, mientras se mantiene su estabilidad dentro de un sistema familiar y social balanceado.

IV.- Marco Teórico

El EMDR es una aproximación psicoterapéutica que consta de principios, procedimientos y protocolos. No es una simple técnica caracterizada principalmente por el uso de movimientos oculares.EMDR está fundamentado en la premisa de que cada persona tiene tanto una tendencia innata de moverse hacia la salud y la totalidad, como la capacidad interna de lograrlo.
El EMDR está basado en la ciencia psicológica y obtiene información tanto de la teoría psicológica como de las investigaciones del cerebro.

El EMDR integra elementos tanto de las teorías psicológicas (afecto, apego, conducta, procesamiento bioinformacional, cognitiva, humanística, sistemas familiares, psicodinámica y somática), como de las psicoterapias (basada en el cuerpo, cognitiva-conductual, interpersonal, centrada en la persona, y psicodinámica), dentro de una serie de procedimientos estandarizados y protocolos clínicos.

La investigación de cómo procesa información el cerebro y genera la conciencia/conocimiento, también nutre la evolución de la teoría y los procedimientos de EMDR.

V.- Hipótesis del Modelo EMDR

El modelo del Sistema de Procesamiento de Información a un estado Adaptativo (SPIA) es el fundamento teórico de la aproximación EMDR y está basado en las siguientes hipótesis:

1.- Dentro de cada persona existe un sistema de procesamiento de información fisiológico por medio del cual las nuevas experiencias e información son normalmente procesadas a un estado adaptativo.

2.- La información es almacenada en redes de memoria que contienen pensamientos, imágenes, emociones y sensaciones relacionadas (ligadas entre sí).

3.- Las redes de memoria están organizadas alrededor de los primeros eventos relacionados (ligados entre sí).

4.- Las experiencias traumáticas y las necesidades interpersonales no satisfechas persistentemente durante periodos cruciales del desarrollo, pueden producir bloqueos en la capacidad del SPIA para resolver eventos perturbadores o traumáticos.

5.- Cuando información almacenada en redes de memoria relacionadas a una experiencia perturbadora o traumática no se procesa totalmente, produce reacciones disfuncionales.
6.- El resultado de unprocesamiento adaptativo es aprendizaje, liberación de aflicción emocional, y la habilidad de respuestas adaptativas y entendimiento.

7.- El procesamiento de la información, es facilitado por tipos específicos de estimulación sensorial bilateral. Basada en observaciones y datos experimentales, Shapiro se ha referido a esta estimulación como estimulación bilateral y estimulación de atención dual.

8.- La alternancia de izquierda a derecha, los movimientos bilaterales, los tonos y la estimulación Kinestésica cuando se combinan con los otros pasos específicos del procedimiento usado en EMDR mejoran el procesamiento de la información.

9.- Estrategias específicas y focalizadas para un acceso suficientemente estimulante a información almacenada disfuncionalmente (y en algunos casos, información adaptativa) generalmente necesitan ser combinadas con estimulación bilateral para producir procesamiento de información adaptativa.

10.- Los procedimientos de EMDR promueven un estado de balance o atención dual entre información accesada internamente y la estimulación bilateral externa. En ese estado el paciente experiencia simultáneamente la memoria perturbadora y el contexto presente (un pié en el presente y unpié en el pasado).

11.- La combinación de los procedimientos de EMDR y la estimulación bilateral, da como resultado un decremento de la intensidad de las imágenes de la memoria perturbadora y los afectos relacionados, facilitando el acceso a información más adaptativa y forjando nuevas asociaciones dentro y entre las redes de memoria.

VI.- Método

El EMDR usa procedimientos psicoterapéuticos específicos para:
1.- Accesar información existente. 2.- Introducir nueva información. 3.- Facilitar el procesamiento de la información. 4.- Inhibir la información accesada.

Exclusivos de EMDR son los pasos específicos del procedimiento, usados para accesar y procesar información y las formas en que la estimulación sensorial es incorporada dentro de un tratamiento, procedimientos y protocolos bien definidos, que intentan crear estados de balance (presente y pasado) o de atención dual, para facilitar el procesamiento de información.

En EMDR es empleada una aproximación al tratamiento del trauma de 8 fases, con el fin de asegurar suficiente estabilización y reevaluación del paciente, antes, durante y después del procesamiento de memorias perturbadoras y traumáticas y sus estímulos asociados.
En las fases 3 a 6, se deben de seguir pasos estandarizados para alcanzar la fidelidad del método.

En las otras 4 fases, existe más de una forma para alcanzar los objetivos de cada fase. Sin embargo, como esto es un proceso y no una técnica, se desarrolla de acuerdo a las necesidades y recursos de cada paciente en el contexto de la relación terapéutica.

Por consiguiente, diferentes elementos deben de ser enfatizados o utilizados de forma diferente dependiendo de las necesidades únicas de cada paciente.Para alcanzar amplios efectos del tratamiento, un protocolo básico de tratamiento de 3 etapas es empleado para primero trabajar eventos pasados.

Después de la resolución adaptativa de los eventos pasados, se procesan los estímulos (disparadores) actuales que son capaces de provocar perturbación.
Finalmente, son procesadas situaciones futuras como preparación para circunstancias posibles o parecidas.

VII.- Fidelidad en la aplicación

Es central para EMDR que los resultados positivos en su aplicación, deriven de una interacción entre el clínico, el método y el paciente.Ser profesional en salud mental (Psicólogos clínicos, psicoterapeutas, psiquiatras, enfermeras psiquiátricas, trabajadoras sociales con entrenamiento formal en psicoterapia) junto con un entrenamiento supervisado, es considerado esencial para alcanzar óptimos resultados.Un Meta Análisis realizado por Mexfield & Hyer en 2002, indicó que el grado de fidelidad a los procedimientos publicados de EMDR está altamente correlacionado con los resultados obtenidos al usar estos procedimientos.

La fidelidad a los procedimientos y protocolos es considerada central tanto para la investigación como para la aplicación clínica del EMDR.

*Nota del editor 30-8-2014: En el año 2012 el New York Times publicó una serie de preguntas realizadas por distintos terapeutas a la Dra. Shapiro sobre la evidencia de la terapia EMDR. Haz click aquí para acceder a ella. 

*Nota del editor 31-8-2014: La Asociación Americana de Psicología (APA) considera al EMDR como un tratamiento con un fuerte apoyo científico pero controversial, debido a que hay estudios que no han encontrado diferencias entre la terapia de exposición y la terapia EMDR sin movimiento de ojos. Aquí les dejamos el análisis. 

  • Salud Mental y Tratamientos

(PDF) Enfermedad mental y suicidio: Guía para la familia para encarar y reducir los riesgos

  • David Aparicio
  • 24/04/2013

Enfermedad mental y suicidio: Guía para la familia para encarar y reducir los riesgos fue
desarrollada como suplemento para el tema del año 2006 del Día de la Salud Mental de la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH) y su monografía: Construyendo conocimiento – Reduciendo el riesgo: Enfermedad Mental y Suicidio (2006).

La “World Fellowship for Schizophrenia and Allied Disorders”, (WFSAD), (Asociación Mundial
para la Esquizofrenia y Trastornos Asociados) que se fusionó recientemente con la WFMH, había contemplado realizar un proyecto de prevención de suicidio dirigido a las familias/cuidadores de aquellas personas con trastornos psiquiátricos. El objetivo era que las familias tomaran conciencia del mayor riesgo de suicidio que enfrentan los enfermos mentales y entregarles las habilidades que pudieran ayudarles. El programa en cuestión ha sido realizado bajo los auspicios de la WFMH, materializándose en esta guía, un taller y literatura al respecto.

Base lógica de esta guía

Según el Dr. Benedetto Saraceno, Director del Departamento de Salud Mental, OMS:

Más del 90% de todos los casos de suicidio se asocia a trastornos mentales tales como la depresión, esquizofrenia y alcoholismo. Por tanto, para reducir la tasa global de suicidio es necesario referirse seriamente a la grave y creciente carga de la enfermedad mental en todo el mundo. Ya se encuentran bien establecidos los hallazgos principales. Por ejemplo, aproximadamente el 25% de todas las personas que mueren por suicidio estuvo en contacto con servicios de atención de salud mental el año anterior a su muerte; la mitad de ellos estuvieron en contacto con servicios de atención de salud mental la semana anterior a su muerte; los suicidios se acumulan durante el primer año del inicio de la enfermedad; y el 63% de aquellos que mueren por suicidio tienen antecedentes de haberse causado auto-daño.

UK Department of Health (1999a) Safer Services: National Confidential Inquiry into
Suicide and Homicide by People with Mental Illness. London: Department of Health.
(Servicios más Seguros del Departamento de Salud del Reino Unido (1999a): Encuesta
Confidencial Nacional sobre Suicidio y Homicidio cometidos por personas con Enfermedades
Mentales, Londres.)

La Organización Mundial de la Salud (OMS), con ayuda de expertos de todo el mundo, ha producido una serie de guías o pautas que tienen un rol crítico en la prevención del suicidio. La guía está dirigida a una serie variable de audiencias diferentes que incluyen a trabajadores de la salud, profesores, gendarmes de cárceles, profesionales de los medios de comunicación y sobrevivientes del suicidio. Estos recursos están disponibles hoy en día en varios idiomas. De éstas y otras fuentes, esta guía extrapola información sobre el suicidio – información que será de utilidad para cuidadores familiares y para aquellos que sufren enfermedad mental tanto en países en desarrollo como en países desarrollados. Nuestros investigadores han trabajado con material basado en evidencia y a partir de la experiencia personal de numerosas familias gracias a nuestra gran red de familias y amigos de personas con enfermedades mentales.

Descarga: Guía para familiares para prevenir el suicidio.

Fuente: WFMH.org

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