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Publicaciones por etiqueta

Alzheimer

40 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Nuevo método para diagnosticar Alzheimer con un solo escáner cerebral

  • David Aparicio
  • 04/07/2022

La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia y según los datos de la OMS, afecta a más de 50 millones de personas en todo el mundo.

Existen diferentes métodos de diagnósticos como test cognitivos y escáneres cerebrales que buscan depósitos específicos de proteínas en el cerebro y el encogimiento del hipocampo (una zona relacionada con la memoria). El problema con estas pruebas es que suelen tomar mucho tiempo y son costosas.

Un algoritmo que simplifica el diagnóstico con alta precisión

Por esta razón, un equipo de investigadores del National Institute for Health and Care Research, ha desarrollado un ingenioso método que permitirá detectar el Alzheimer con solo una prueba y sin necesidad de equipo tecnológico nuevo.

Para ello, los científicos modificaron un algoritmo que estaba diseñado para clasificar tumores cerebrales. Este programa es capaz de dividir las imágenes cerebrales en 115 regiones y puede detectar hasta 660 características diferentes como el tamaño, forma y textura. Con esta información en vez de buscar tumores cerebrales, el programa busca cambios que predicen la presencia del mal de Alzheimer.

Para probar qué tan efectivo es el nuevo método, los científicos lo aplicaron a más de 400 pacientes que estaban en diferentes etapas del Alzheimer y encontraron que, en el 98 % de los casos, el algoritmo detectó con precisión si las personas tenía o no Alzheimer. Y no solamente eso, sino que también pudo distinguir si la persona se encontraba en una etapa temprana o tardía de la enfermedad.

Eric Aboagye, director de la investigación, sostuvo: «Actualmente, ningún otro método simple y ampliamente disponible puede predecir la enfermedad de Alzheimer con este nivel de precisión, por lo que nuestra investigación es un importante paso adelante. Muchos pacientes con Alzheimer en las clínicas de la memoria también tienen otras afecciones neurológicas, pero incluso dentro de este grupo, nuestro sistema pudo distinguir a los pacientes que tenían Alzheimer de los que no”.

Es interesante ver cómo el desarrollo de la investigación neurocientífica va de la mano con la programación y cómo unas lineas de código pueden mejorar la vida de millones de personas. Y al mismo tiempo, es un llamado a que los investigadores empiecen a aprender más de programación.

Fuente: ScienceDaily

Referencia: Inglese, M., Patel, N., Linton-Reid, K. et al. A predictive model using the mesoscopic architecture of the living brain to detect Alzheimer’s disease. Commun Med 2, 70 (2022). https://doi.org/10.1038/s43856-022-00133-4

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Consumir café podría proteger contra la enfermedad de Alzheimer

  • Equipo de Redacción
  • 27/04/2022

La enfermedad de Alzheimer (EA) es una forma de demencia que implica pérdida progresiva de la memoria y deterioro cognitivo. Se cree que esta neurodegeneración es causada por la acumulación de una proteína llamada Aβ-amiloide que provoca inflamación en el cerebro. Los estudios científicos han descubierto evidencia prometedora de que el consumo de café podría reducir el riesgo de Alzheimer. El presente estudio siguió a una muestra de adultos mayores durante 10 años y encontró que aquellos que consumían más café mostraban deterioro cognitivo más lento, acumulación más lenta de Aβ-amiloide y menor probabilidad de enfermedad de Alzheimer (Gardener et al., 2021).

Por qué es importante

En ausencia de tratamientos efectivos que modifiquen la enfermedad de Alzheimer, los investigadores buscan factores de riesgo modificables que podrían retrasar la aparición de la enfermedad. Incluso un retraso de 5 años tendría un enorme beneficio social y económico. Las modificaciones alimenticias son generalmente accesibles para todos, además de ser menos costosas que los medicamentos y presentar menos efectos secundarios.

Qué metodología usaron

El equipo de investigadores examinó datos longitudinales de un estudio más grande llamado Estudio australiano de imágenes, biomarcadores y estilo de vida sobre el envejecimiento (AIBL). Una muestra de 227 adultos mayores que tenían un promedio de 69 años al inicio completaron cuestionarios que incluían una pregunta sobre sus hábitos de consumo de café.

Los participantes también completaron una batería de cuestionarios que evaluaron seis dominios cognitivos: memoria de recuerdo episódico, memoria de reconocimiento, función ejecutiva, lenguaje, atención y velocidad de procesamiento, así como el Compuesto Cognitivo Preclínico de Alzheimer (CCPA) del AIBL. Estas evaluaciones cognitivas se completaron al inicio y luego nuevamente hasta en siete ocasiones diferentes durante un período de 10 años.

A lo largo de los 10 años, un subconjunto de participantes también se sometió a múltiples exploraciones por imágenes de resonancia magnética (IRM) para medir los cambios de volumen cerebral y exploraciones por medio de tomografía por emisión de positrones (PET) para evaluar la acumulación de Aβ-amiloide. Estos escaneos también se tomaron hasta en siete ocasiones diferentes.

Qué encontraron

  • Los participantes que bebieron más café mostraron un deterioro cognitivo más lento a lo largo de los 10 años en los dominios de la función ejecutiva y la atención. 
  • También mostraron una disminución más lenta según el CCPA del AIBL. 
  • Los participantes que bebieron más café, a su vez, tenían menos probabilidades de pasar de su estado «cognitivamente normal» al inicio a un estado de «deterioro cognitivo leve» o «EA» durante el período de estudio.
  • Un análisis de las tomografías PET reveló además que beber más café se asoció con una acumulación más lenta de Aβ-amiloide en el cerebro y un menor riesgo de alcanzar un estado de carga de Aβ-amiloide «moderado», «alto» o «muy alto». 
  • Las resonancias magnéticas revelaron que la ingesta de café no estaba relacionada con la atrofia del volumen cerebral.

Estos resultados sugieren que el consumo de café podría proteger contra el deterioro cognitivo al ralentizar la acumulación de Aβ-amiloide en el cerebro y mejorar “la neurotoxicidad asociada con el estrés oxidativo y los procesos inflamatorios mediados por Aβ-amiloide”. Por lo tanto, sugieren que la ingesta habitual de café podría servir como un factor de estilo de vida que puede retrasar la aparición de la enfermedad de Alzheimer.

Estiman los autores que si la taza promedio de café que se prepara en casa es de 240 g, aumentar la ingesta de una a dos tazas por día podría proporcionar hasta un 8 % de disminución de la función ejecutiva durante un período de 18 meses, y hasta un 5 % disminución en la acumulación de Aβ-amiloide cerebral (la proteína pegajosa que se agrupa en el cerebro matando neuronas, en la enfermedad de Alzheimer) durante el mismo período de tiempo. Queda pendiente de investigación encontrar una cantidad máxima de tazas de café beneficiosas para este fin. Probablemente, habrá un límite a partir del cual más tazas no producirán más efectos positivos.

Resaltan los autores que las recomendaciones futuras también tendrían que personalizarse para el individuo, teniendo en cuenta cualquier otra condición médica que pueda hacer que no sea aconsejable aumentar el consumo de café.

Los investigadores también señalaron que se necesitaría evidencia adicional de estudios de intervención longitudinal para corroborar estos hallazgos. Si bien los autores del estudio dicen que no está claro qué ingrediente del café es responsable de estos efectos neuroprotectores, sugieren que la respuesta puede ser más que la cafeína. Por ejemplo, un estudio en ratas encontró evidencia de los beneficios neuroprotectores de un componente del café llamado Eicosanoil-5-hidroxitriptamida (EHT)..

El presente estudio no contenía datos sobre el consumo de café en la mediana edad, por lo que los posibles efectos positivos o negativos del consumo de café en la mediana edad nopudieron ser evaluados. Tampoco se pudo determinar las posibles consecuencias de los diferentes métodos de preparación del café (café descafeinado, método de preparación, con o sin leche o azúcar, etc.) en las asociaciones observadas, por lo que ambos son puntos metodológicos importantes que se deben incluir en futuras investigaciones.

Referencia bibliográfica: Gardener, S. L., Rainey-Smith, S. R., Villemagne, V. L., Fripp, J., Doré, V., Bourgeat, P., Taddei, K., Fowler, C., Masters, C. L., Maruff, P., Rowe, C. C., Ames, D., Martins, R. N., & AIBL Investigators. (2021). Higher Coffee Consumption Is Associated With Slower Cognitive Decline and Less Cerebral Aβ-Amyloid Accumulation Over 126 Months: Data From the Australian Imaging, Biomarkers, and Lifestyle Study. Frontiers in Aging Neuroscience, 13, 744872. https://doi.org/10.3389/fnagi.2021.744872

Fuente: Psypost

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Vivir con un propósito puede ayudar a prevenir la enfermedad de Alzheimer y otras demencias

  • Equipo de Redacción
  • 26/04/2022

El bienestar mental puede ayudar a proteger la salud del cerebro a medida que envejecemos. Un estudio reciente vincula fuertemente el tener un propósito y significado en la vida con el riesgo reducido de deterioro cognitivo leve y demencia (Bell et al., 2022). Así, las actividades significativas que involucran la mente, el cuerpo y el espíritu pueden ayudar a prevenir la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.

Según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, las personas mayores de 65 años representarán el 16% de la población mundial para 2050, un aumento del 50% desde 2010. Se espera que la prevalencia mundial de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias se triplique para 2050, de unos 57 millones a 152 millones (Nichols & Vos, 2020).

¿Por qué es importante?

Los adultos mayores con demencia enfrentan mayores riesgos de enfermedades mentales como la depresión. Las investigaciones muestran que un estilo de vida saludable, como mantener el cerebro activo, el ejercicio regular y una dieta equilibrada, reduce el riesgo de demencia (Dominguez et al., 2021). Otros estudios han demostrado un fuerte vínculo entre la psicología positiva y los resultados de salud física (Park et al., 2016), mientras que la investigación sobre el envejecimiento saludable muestra que el bienestar mental puede desempeñar un papel en la longevidad (Klusmann et al., 2019).

Qué metodología usaron

Bell y sus colegas examinaron datos de 62.250 personas en tres continentes con una edad promedio de 60 años, con el fin de comprender mejor cómo el bienestar mental se asocia con la función cognitiva y el riesgo de demencia.

Realizaron una revisión sistemática de 11 estudios donde observaron el vínculo entre los constructos psicológicos positivos (CPP) como vivir con un propósito y el riesgo de demencia y el deterioro cognitivo leve (DCL) en adultos mayores.

Qué encontraron

Tener un propósito y significado en la vida se asoció significativamente con un riesgo de demencia 19% menor. Esto fue estadísticamente más significativo que otros constructos positivos como el optimismo y la felicidad. Aún así, los hallazgos mixtos para diferentes CPP resaltan la necesidad de más investigación para explorar la relación causal entre los factores psicológicos positivos y la salud cognitiva.

Vivir con un propósito puede tener más impacto para reducir el riesgo de DCL que la felicidad debido a las diferencias entre bienestar eudemónico (por ejemplo, propósito o significado) y hedónico (por ejemplo , afecto positivo o placer), explicó la autora. Las personas con mayor bienestar eudemónico pueden tener más probabilidades de participar en otros comportamientos de protección, como el ejercicio y las interacciones sociales, señaló. Si bien un individuo puede obtener felicidad de estas conductas, la búsqueda orientada a objetivos para vivir de una manera que tenga un propósito o significativo puede actuar como motivación para vivir un estilo de vida más saludable.

Por otro lado, las actividades hedónicas que brindan felicidad a menudo son fugaces y satisfacen necesidades o impulsos. La búsqueda hedonista de la felicidad puede involucrar comportamientos sin sentido o poco saludables, incluidos los excesos. En cambio, las búsquedas eudemónicas satisfacen una determinada necesidad humana a través de un propósito o significado.

Los adultos mayores pueden encontrar significado en el fortalecimiento de las relaciones interpersonales, especialmente aquellos que han perdido a seres queridos o se han distanciado de otros miembros de la familia. Encontrar un propósito en tal fortalecimiento puede terminar promoviendo otros comportamientos de salud que protegen el cerebro y el cuerpo.

La ciencia de vivir con propósito

Si tener un propósito o significado en la vida conduce a una mejor salud mental, es posible que los factores biológicos y neurológicos desempeñen un papel. Un estudio encontró que la satisfacción con la vida aumenta con la edad debido a la mayor liberación de oxitocina (Zak et al., 2022). Según Bell, es posible que el propósito y el significado también estén asociados con biomarcadores clave relacionados con la demencia, como la neuroinflamación y la respuesta al estrés celular (Baierle et al., 2015).

Otros factores como el estilo de vida, como la actividad física y la conexión social, pueden ser útiles para prevenir el deterioro cognitivo (Poey et al., 2017). De hecho, un estilo de vida saludable se asocia con mayor esperanza de vida y menor riesgo de enfermedad de Alzheimer (Dhana et al., 2022). Además, controlar el colesterol y la glucosa en la edad adulta temprana puede reducir el riesgo de enfermedad de Alzheimer (Zhang et al., 2022).

Cuando las personas no están deprimidas se cuidan mejor en general, desde su salud física global hasta su bienestar mental, conexión social y actividades. Por eso, los autores recomiendan realizar actividades dirigidas a objetivos que son cognitivamente estimulantes y ayudan a mantenerse físicamente activo y comprometido. Así, sugieren:

  • Participar en trabajo voluntario: uno podría priorizar una buena noche de sueño y un desayuno nutritivo para hacerse responsable del trabajo que debe hacer. Además está socializando y conectándote con otras personas apasionadas por la misma causa.
  • Pasar más tiempo al aire libre (Jimenez et al., 2021).
  • Priorizar las relaciones significativas: el Estudio de Desarrollo de Adultos de Harvard, uno de los estudios más extensos sobre la vida adulta durante más de 80 años, encontró un fuerte vínculo entre la longevidad y las relaciones significativas. Fomentar nuestras relaciones con nuestra familia, amigos y comunidad también puede ayudar a protegernos contra la depresión y la enfermedad de Alzheimer. La determinación puede disminuir el dolor que proviene de la desconexión, la vergüenza y el aislamiento.

En conclusión, si bien aún no existe una cura para la enfermedad de Alzheimer, un estilo de vida más saludable que combine dieta, ejercicio y propósito puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo en adultos mayores. Participar en actividades que le dan propósito y significado también puede hacer que te inclines más a elegir otros comportamientos saludables. Es un poco inútil simplemente perseguir el placer.

Referencias bibliográficas:

  • Baierle, M., Nascimento, S. N., Moro, A. M., Brucker, N., Freitas, F., Gauer, B., Durgante, J., Bordignon, S., Zibetti, M., Trentini, C. M., Duarte, M. M. M. F., Grune, T., Breusing, N., & Garcia, S. C. (2015). Relationship between inflammation and oxidative stress and cognitive decline in the institutionalized elderly. Oxidative Medicine and Cellular Longevity, 2015, 804198. https://doi.org/10.1155/2015/804198
  • Bell, G., Singham, T., Saunders, R., John, A., & Stott, J. (2022). Positive psychological constructs and association with reduced risk of mild cognitive impairment and dementia in older adults: A systematic review and meta-analysis. Ageing Research Reviews, 77, 101594. https://doi.org/10.1016/j.arr.2022.101594
  • Dhana, K., Franco, O. H., Ritz, E. M., Ford, C. N., Desai, P., Krueger, K. R., Holland, T. M., Dhana, A., Liu, X., Aggarwal, N. T., Evans, D. A., & Rajan, K. B. (2022). Healthy lifestyle and life expectancy with and without Alzheimer’s dementia: population based cohort study. En BMJ (p. e068390). https://doi.org/10.1136/bmj-2021-068390
  • Dominguez, L. J., Veronese, N., Vernuccio, L., Catanese, G., Inzerillo, F., Salemi, G., & Barbagallo, M. (2021). Nutrition, Physical Activity, and Other Lifestyle Factors in the Prevention of Cognitive Decline and Dementia. Nutrients, 13(11). https://doi.org/10.3390/nu13114080
  • Jimenez, M. P., DeVille, N. V., Elliott, E. G., Schiff, J. E., Wilt, G. E., Hart, J. E., & James, P. (2021). Associations between Nature Exposure and Health: A Review of the Evidence. En International Journal of Environmental Research and Public Health (Vol. 18, Número 9, p. 4790). https://doi.org/10.3390/ijerph18094790
  • Klusmann, V., Sproesser, G., Wolff, J. K., & Renner, B. (2019). Positive Self-perceptions of Aging Promote Healthy Eating Behavior Across the Life Span via Social-Cognitive Processes. The Journals of Gerontology. Series B, Psychological Sciences and Social Sciences, 74(5), 735-744. https://doi.org/10.1093/geronb/gbx139
  • Nichols, E., & Vos, T. (2020). Estimating the global mortality from Alzheimer’s disease and other dementias: A new method and results from the Global Burden of Disease study 2019. En Alzheimer’s & Dementia (Vol. 16, Número S10). https://doi.org/10.1002/alz.042236
  • Park, N., Peterson, C., Szvarca, D., Vander Molen, R. J., Kim, E. S., & Collon, K. (2016). Positive Psychology and Physical Health. En American Journal of Lifestyle Medicine (Vol. 10, Número 3, pp. 200-206). https://doi.org/10.1177/1559827614550277
  • Poey, J. L., Burr, J. A., & Roberts, J. S. (2017). Social Connectedness, Perceived Isolation, and Dementia: Does the Social Environment Moderate the Relationship Between Genetic Risk and Cognitive Well-Being? The Gerontologist, 57(6), 1031-1040. https://doi.org/10.1093/geront/gnw154
  • Zak, P. J., Curry, B., Owen, T., & Barraza, J. A. (2022). Oxytocin Release Increases With Age and Is Associated With Life Satisfaction and Prosocial Behaviors. En Frontiers in Behavioral Neuroscience (Vol. 16). https://doi.org/10.3389/fnbeh.2022.846234
  • Zhang, X., Tong, T., Chang, A., Ang, T. F. A., Tao, Q., Auerbach, S., Devine, S., Qiu, W. Q., Mez, J., Massaro, J., Lunetta, K. L., Au, R., & Farrer, L. A. (2022). Midlife lipid and glucose levels are associated with Alzheimer’s disease. Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association. https://doi.org/10.1002/alz.12641

Fuente: Psychcentral

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La velocidad mental recién comienza a disminuir a los 60 años

  • Equipo de Redacción
  • 26/04/2022

La desaceleración en el tiempo de respuesta puede comenzar a los 20 años. Sin embargo, este cambio puede explicarse por una mayor cautela en la toma de decisiones y la desaceleración de los procesos no decisionales, en lugar de una desaceleración de la velocidad mental. La desaceleración de la velocidad mental se observó solo después de los 60 años (Krause et al., 2022)

Qué metodología usaron

Los investigadores analizaron datos de aproximadamente 1.2 millones de participantes, utilizando el tiempo de respuesta y las tasas de precisión recopiladas de la prueba de asociación implícita. La edad de los participantes osciló entre 10 y 80 años, cubriendo la infancia hasta la edad adulta tardía.

La prueba de asociación implícita de raza fue diseñada para medir el sesgo racial implícito. Los participantes proporcionaron decisiones binarias «buenas/malas» en 120 ensayos, clasificando palabras e imágenes en una de dos categorías. La condición congruente podría tener una clave de respuesta compartida (p. ej., tecla izquierda) para «bueno» y «blanco», mientras que la condición incongruente podría tener «bueno» emparejado con «negro». La diferencia en el tiempo de respuesta promedio en las dos condiciones se «utiliza para obtener una medida del sesgo implícito».

Qué encontraron

El enfoque analítico de esta investigación arrojó hallazgos sólidos sobre los patrones relacionados con la edad de diferentes aspectos de la cognición, separando la velocidad mental, la precaución de decisión y las partes de no decisión de tiempos de respuesta.

Los resultados replicaron hallazgos previos de disminución relacionada con la edad en el tiempo medio de respuesta. El tiempo medio de respuesta disminuyó durante la adolescencia, fue más rápido a los 20 años y, en su mayoría, aumentó linealmente después, acelerándose aún más a partir de los 60 años.

En el modelo de difusión, la precaución de decisión (es decir, la cantidad de información muestreada antes de tomar una decisión) está representada por el parámetro de separación de límites, explican los autores. Los análisis revelan que la separación de los límites disminuye entre los 10 y los 18 años, lo que sugiere que los participantes en edad universitaria eran los más propensos a sacrificar la precisión de las decisiones por la velocidad.

La cautela en las decisiones mostró una tendencia lineal positiva entre los 18 y los 65 años en la condición incongruente, luego aumentó más dramáticamente cada año hasta los 80 años. La cautela en las decisiones en la vejez fue menos pronunciada en la condición congruente, con cambios relacionados con la edad que ocurrieron alrededor de los 40 años.

Ambos hallazgos pueden atribuirse a la menor dificultad de la tarea en la condición congruente. Además, la tendencia hacia una mayor cautela en las decisiones se hace evidente muy pronto en la vida adulta. El aumento en la cantidad de información muestreada antes de tomar una decisión proporciona una primera explicación para el aumento relacionado con la edad en los RT a partir de la edad adulta”.

Los tiempos de respuesta de no decisión mostraron un aumento lineal de los 16 a los 80 años. «El aumento en el tiempo necesario para los procesos de no decisión proporciona una segunda explicación de los tiempos de respuesta más lentos que se encuentran con el aumento de la edad, ya en la edad adulta joven y media”, explican los autores.

La tasa de deriva, que representaba la velocidad mental en el marco del modelo de difusión, mostró una tendencia positiva entre los 10 y los 30 años, permaneciendo en gran medida estable entre los 30 y los 60 años, con una disminución muy pequeña después de los 50 años. “El patrón fue sólido a través de diferentes estímulos, condiciones experimentales y varios factores demográficos”. Después de los 60 años, las tasas de deriva mostraron una disminución acelerada relacionada con la edad.

Los investigadores concluyen que solo en la vejez los efectos acumulativos de los tres parámetros cognitivos (velocidad mental, precaución en las decisiones y tiempo para no tomar decisiones) contribuyen a una desaceleración acelerada que también es evidente a partir de los datos brutos de los tiempos de respuesta. 

Referencia bibliográfica: Krause, M. von, von Krause, M., Radev, S. T., & Voss, A. (2022). Mental speed is high until age 60 as revealed by analysis of over a million participants. En Nature Human Behaviour. https://doi.org/10.1038/s41562-021-01282-7

Fuente: Psypost

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El ejercicio físico tiene la capacidad de proteger las sinapsis del envejecimiento

  • Maria Fernanda Alonso
  • 10/02/2022

Cuando las personas mayores se mantienen activas, sus cerebros tienen más de una clase de proteínas que mejoran las conexiones entre las neuronas para mantener una cognición saludable, según ha descubierto un nuevo estudio. Este impacto protector se encontró incluso en personas cuyos cerebros en la autopsia estaban plagados de proteínas tóxicas asociadas con el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas. (Casaletto et al., 2022)

Los efectos beneficiosos de la actividad física sobre la cognición se han demostrado en ratones, pero han sido mucho más difíciles de demostrar en las personas. Este es el primer trabajo que muestra que la regulación de proteínas sinápticas está relacionada con la actividad física y puede impulsar estos resultados beneficiosos a nivel cognitivo en humanos.

Por qué es importante

Mantener la integridad de estas conexiones entre las neuronas puede ser vital para defenderse de la demencia, ya que la sinapsis es realmente el sitio donde ocurre la cognición, explican los autores. La actividad física, una herramienta fácilmente disponible, puede ayudar a impulsar este funcionamiento sináptico.

Qué metodología usaron

Los investigadores utilizaron los datos del Proyecto Memoria y Envejecimiento de la Universidad Rush, que rastreó la actividad física en la vejez de los participantes mayores, quienes también acordaron donar sus cerebros cuando murieran.

Qué encontraron

El equipo halló que las personas mayores que permanecían activas tenían niveles más altos de proteínas que facilitan el intercambio de información entre neuronas. Este resultado concordaba con un hallazgo anterior del mismo equipo, según el cual las personas que tenían más de estas proteínas en el cerebro cuando morían, eran más capaces de mantener su cognición a una edad avanzada.

A los investigadores les sorprendió encontrar que los efectos iban más allá del hipocampo, el asiento de la memoria del cerebro, para abarcar otras regiones del cerebro asociadas con la función cognitiva.

Es posible que la actividad física ejerza un efecto de sostenimiento global, apoyando y estimulando la función saludable de las proteínas que facilitan la transmisión sináptica en todo el cerebro, señalaron.

Las sinapsis protegen los cerebros que muestran signos de demencia

Los cerebros de la mayoría de los adultos mayores acumulan amiloide y tau, proteínas tóxicas que son características de la patología de la enfermedad de Alzheimer. Muchos científicos creen que el amiloide se acumula primero, luego el tau, lo que hace que las sinapsis y las neuronas se desmoronen.

Casaletto descubrió previamente que la integridad sináptica, ya sea medida en el líquido cefalorraquídeo de adultos vivos o en el tejido cerebral de adultos sometidos a autopsias, parecía amortiguar la relación entre amiloide y tau, y entre tau y neurodegeneración.

En los adultos mayores con niveles más altos de proteínas asociadas con la integridad sináptica, esta cascada de neurotoxicidad que conduce a la enfermedad de Alzheimer parece estar atenuada, explicó el autor. Tomados en conjunto, estos dos estudios muestran la importancia potencial de mantener la salud sináptica para apoyar al cerebro contra la enfermedad de Alzheimer.

Referencia bibliográfica: Casaletto, K., Ramos-Miguel, A., VandeBunte, A., Memel, M., Buchman, A., Bennett, D., & Honer, W. (2022). Late-life physical activity relates to brain tissue synaptic integrity markers in older adults. Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association. https://doi.org/10.1002/alz.12530

Fuente: Science Daily

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Cuál es la conexión entre el sueño y la enfermedad de Alzheimer?

  • David Aparicio
  • 24/01/2022
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¿No dormir lo suficiente conduce a la enfermedad de Alzheimer? El científico del sueño Matt Walker explica la relación entre los dos y cómo los investigadores están explorando cómo usar el sueño para disminuir nuestras posibilidades de desarrollar esta afección.

Puedes activar los subtítulos en español.

Libro recomendado: Por qué dormirmos

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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Efecto de la edad y el sexo en los factores asociados a la demencia

  • Equipo de Redacción
  • 16/12/2021
two adult women beside each other

Introducción

Actualmente no existe ningún tratamiento curativo para la demencia por lo que se considera que su prevención es clave. El objetivo es analizar la asociación entre los factores de riesgo y la demencia, y su variación según la edad y el sexo.

Pacientes y métodos

 Este estudio transversal incluye a 1.048.956 personas de 65 años o más. Los datos se obtuvieron de la base de datos clínicos pseudoanonimizados SIDIAP. La variable respuesta fue la demencia y se identificaron los casos mediante un algoritmo validado. Se evaluó la exposición a los siguientes factores de riesgo: tabaquismo, enfermedad coronaria, enfermedad cerebrovascular, insuficiencia cardíaca, arteriopatía periférica, alcoholismo, hipertensión arterial, hiperlipidemia, diabetes, hipertiroidismo, Parkinson, trastorno depresivo y ruralidad. Se calcularon modelos de regresión logística para evaluar la asociación de los factores de riesgo y la demencia, y se estratificó por edad, sexo y ambos conjuntamente.

Resultados

La asociación entre los antecedentes de enfermedad cerebrovascular, el Parkinson, el trastorno depresivo o el hipertiroidismo y la demencia fue más pronunciada en los hombres. La asociación inversa entre la enfermedad coronaria, la insuficiencia cardíaca o el tabaquismo con la demencia fue significativa sólo en las mujeres. Se observó una mayor asociación en los grupos de menor edad en la mayoría de los factores de riesgo.

Conclusión

El sexo y la edad condicionan la asociación de los factores de riesgo y la demencia. Recomendamos promover el control eficaz de los factores de riesgo cardiovascular para prevenir la demencia.

Descarga el artículo completo en formato PDF.

Autores: Ester Fages-Masmiquel, Anna Ponjoan, Jordi Blanch, Lia Alves-Cabratosa, Ruth Martí-Lluch, Marc Comas-Cufí, M. del Mar García-Gil, Rafel Ramos

Fuente: Neurología

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Avances sobre la detección de la enfermedad de Alzheimer a través de la sangre

  • Maria Fernanda Alonso
  • 11/10/2021

Distintas técnicas están siendo puestas a prueba con el fin de encontrar un método que permita diagnosticar la enfermedad de Alzheimer de modo confiable y poco invasivo. Un equipo de investigadores realizó recientemente un estudio piloto exitoso en el que buscaron obtener imágenes de proteínas con una precisión sin precedentes y, por consiguiente, información sobre la patogénesis molecular del Alzheimer. Esto debería allanar el camino para un diagnóstico más temprano del trastorno de demencia mediante un simple análisis de sangre (Niraj Nirmalraj, Schneider & Felbecker, 2021). 

En un primer momento, los investigadores querían comprender la patogénesis molecular del Alzheimer para permitir nuevos enfoques en el diagnóstico y la terapia. Un paso más allá sería descifrar el papel exacto de los péptidos beta-amiloides y las proteínas tau asociadas con la enfermedad neurodegenerativa. Por lo tanto, se propusieron no solo detectar la mera presencia de las proteínas sospechosas, sino también determinar sus formas variables, así como sus cantidades.

Qué metodología usaron

Los investigadores decidieron trabajar en el desarrollo de tecnologías que permiten observaciones en sangre a escala nanométrica y, sin embargo, no destruyen la estructura y morfología de las proteínas. Con ese fin, se sirvieron de un método llamado microscopía de fuerza atómica (AFM).

Para su estudio piloto, examinaron muestras de sangre de 50 pacientes y 16 sujetos sanos. Utilizando la tecnología AFM, analizaron la superficie de alrededor de 1000 glóbulos rojos por persona sin saber nada sobre su estado de salud. Esta era la única forma de asegurarse que la interpretación de los datos siguiera siendo objetiva, señalaron.

Midieron el tamaño, la estructura y la textura de las acumulaciones de proteínas que se encuentran en las células sanguíneas. Después de miles de glóbulos rojos, el equipo esperaba ansiosamente la comparación de los resultados de los recuentos realizados con AFM con los datos clínicos provenientes de los estudios neurológicos.

Qué encontraron

Los investigadores pudieron discernir un patrón que coincidía con la etapa de la enfermedad de los pacientes: las personas que tenían la enfermedad de Alzheimer tenían grandes cantidades de fibras proteicas compuestas por péptidos beta-amiloides y proteínas tau. Las proteínas pudieron ensamblarse en fibras de varios cientos de nanómetros de largo. Sin embargo, en individuos sanos o con trastornos cerebrales incipientes, el recuento fue de solo unas pocas fibras.

Esto demuestra la viabilidad del análisis de sangre con tecnología AFM, dicen los investigadores. Este paso podría conducir al desarrollo de un análisis de sangre confiable basado en este método, lo que evitaria  el sometimiento a una punción del canal espinal para poder diagnosticar la enfermedad de forma fiable cuando hay sospechas.

Sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer antes de que un simple análisis de sangre esté disponible en los hospitales. El siguiente paso del equipo es corroborar los datos mediante el estudio de un mayor número de sujetos en diferentes etapas de la enfermedad utilizando AFM y análisis químicos.

Referencia bibliográfica: Niraj Nirmalraj, P., Schneider, T., Felbecker, A. Spatial organization of protein aggregates on red blood cells as physical biomarkers of Alzheimer’s disease pathology. Science Advances, 2021; 7 (39) DOI: 10.1126/sciadv.abj2137

Fuente: Science Daily

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La forma de conducir y el historial crediticio ayudarían a la detección temprana de la demencia

  • David Aparicio
  • 06/09/2021
photo of person driving a vehicle

Paula Span describe en The New York Times los hallazgos de investigaciones que permiten predecir, con increíble nivel de precisión, el deterioro cognitivo de las personas con Alzheimer:

Conducta al volante:

El estudio de la Universidad de Washington reclutó a 64 adultos mayores con alzhéimer en fase preclínica, según se determinó por medio de punciones lumbares (los participantes no recibieron los resultados) y 75 cuyo nivel cognitivo se consideró normal.

A lo largo de un año, los investigadores estudiaron el comportamiento de ambos grupos al volante —con qué frecuencia aceleraban o frenaban de manera repentina, si excedían el límite de velocidad o manejaban muy por debajo de él, si hacían movimientos bruscos— y su “perfil de conducción” (cantidad de recorridos, distancia promedio, destinos inusuales, recorridos en la noche). “Solo ahora, porque contamos con esta tecnología, podemos hacer este tipo de investigaciones”, señaló Bayat.

En el estudio se descubrió que el comportamiento al volante y la edad podrían predecir el alzhéimer en fase preclínica un 88 por ciento del tiempo. Es posible que esos hallazgos incentiven reclutamientos para pruebas clínicas y permitan que se pueda hacer algo —como hacer sonar alguna alarma cuando el auto se desvía— a fin de ayudar a que los conductores se mantengan en su camino. En áreas en las que no hay un buen transporte público (la mayoría), eso podría contribuir con la independencia de las personas mayores.

Historial crediticio:

De manera similar, en un estudio en el que se analizan los antecedentes clínicos y los informes crediticios de más de 80.000 beneficiarios de Medicare se demostró que era mucho más probable que las personas mayores que en algún momento eran diagnosticadas con alzhéimer se retrasaran en sus pagos de tarjetas de crédito que quienes pertenecían a una población parecida, pero que nunca recibieron ese diagnóstico. También era más probable que tuvieran evaluaciones crediticias de alto riesgo.

“Nos motivaron las anécdotas en las que las personas descubren la demencia de algún familiar mediante un acontecimiento financiero catastrófico, como el embargo de la casa”, comentó Lauren Nicholas, la autora principal y economista sanitaria en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Colorado. “Esta podría ser una manera de identificar a los pacientes que están en riesgo”.

Los problemas se presentaron antes, cuando omitieron al menos dos pagos consecutivos hasta seis años antes del diagnóstico y obtuvieron un crédito de alto riesgo de incumplimiento dos años y medio antes. Aunque estudios más pequeños ya han señalado la relación entre una mala gestión financiera autonotificada y la demencia, este es el más grande y el primero en usar información financiera verídica, añadió Nicholas.

Lee el artículo completo en The New York Times.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Escáneres de retina ofrecen un nuevo acercamiento a la enfermedad de Alzheimer y podrían ser útiles para la detección temprana y nuevos tratamientos

  • Maria Fernanda Alonso
  • 24/05/2021

Los escáneres de retina pueden detectar el deterioro de los vasos sanguíneos, considerado como marcador temprano de Alzheimer, al tiempo que ofrecen información importante sobre cómo uno de los genes más comunes de riesgo de Alzheimer contribuye a la enfermedad (Elahi et al., 2021).

Los estudios en ratones han explorado el efecto de APOE4 en los capilares del cerebro. Esta es una variante del gen APOE cuya presencia es el riesgo genético más prevalente de la enfermedad de Alzheimer. Los capilares del cerebro son pequeños vasos sanguíneos que podrían desempeñar un papel importante en tal enfermedad, ya que suministran nutrientes y oxígeno, se llevan los desechos y controlan las respuestas del sistema inmune a través del escudo protector conocido como barrera hematoencefálica. El daño en estos vasos sanguíneos podría causar una serie de problemas, como la acumulación de proteínas y el deterioro cognitivo que se observa en las personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer.

Actualmente no existe una tecnología que permita visualizar capilares individuales en los cerebros de personas vivas, señala Elahi. Por este motivo su equipo de investigación dirigió su estudio en el ojo, y lograron demostrar que los cambios capilares asociados con APOE4 se pueden detectar en humanos a través de un escaneo ocular fácil y cómodo. 

Como la retina es un tejido por el que penetra la luz y comparte la biología con el cerebro, los investigadores creen que puede ayudar a determinar qué pueden estar haciendo las variantes de APOE4 en capilares similares dentro del cerebro, incluso en aquellos sin demencia.

Por qué es importante

Por primera vez, los investigadores son capaces de demostrar en seres humanos vivos y asintomáticos que los vasos sanguíneos más pequeños se ven afectados en los portadores del gen APOE4. Eso es importante porque sugiere que el mayor riesgo de degeneración cerebral y enfermedad de Alzheimer en los portadores de APOE4 puede deberse a su efecto sobre los vasos sanguíneos. El seguimiento de este trabajo podría ayudar a detectar la aparición de la enfermedad de Alzheimer antes de que ocurra un daño significativo en el cerebro e identificar nuevos objetivos vasculares para un tratamiento temprano.

Qué metodología usaron

El equipo utilizó una técnica avanzada de imágenes de la retina conocida como angiografía por tomografía de coherencia óptica (OCTA) para mirar a los ojos de personas mayores con y sin mutaciones APOE4 y evaluar los vasos sanguíneos más pequeños en la parte posterior del ojo. La técnica es no invasiva y amigable con los pacientes.

Para el estudio, aprovecharon las cohortes bien caracterizadas de personas inscritas en estudios en curso sobre el envejecimiento cerebral y las enfermedades neurodegenerativas en el Centro de Memoria y Envejecimiento. Al agregar las exploraciones OCTA a los datos existentes de las exploraciones por resonancia magnética y PET, obtuvieron información comparativa sin que los participantes voluntarios sufran molestias adicionales. 

Qué encontraron

Al analizar las exploraciones de retina, los investigadores encontraron una densidad capilar reducida en los portadores de APOE4, un efecto que aumentaba con la edad de los participantes. Para probar si esas exploraciones reflejaban con precisión lo que estaba sucediendo en el cerebro, el equipo luego comparó las anomalías observadas en las exploraciones OCTA de los capilares de la retina con las mediciones de la perfusión cerebral o el flujo de sangre a través del cerebro, medido mediante resonancia magnética. Descubrieron que las personas con mayor densidad capilar de la retina también tenían un mayor flujo sanguíneo en el cerebro.

Finalmente, el equipo miró a los participantes con exploraciones PET previas de beta-amiloide, la proteína asociada con la enfermedad de Alzheimer, para ver cómo sus mediciones capilares retinianas se relacionaban con la carga de placas amiloides en el cerebro, que es el foco principal del diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, hasta la fecha. Descubrieron que la densidad capilar no difería entre los grupos con y sin placas amiloides, ni varió junto con la carga amiloide. Según Elahi, esa independencia sugiere que es poco probable que las anomalías capilares sean impulsadas por una patología amiloide, o que su relación puede, como mucho, ser indirecta.

Elahi y sus colegas planean seguir a los participantes del estudio para comprender mejor la disfunción de los vasos sanguíneos a nivel molecular. Las implicaciones de estos hallazgos para la detección temprana y la posible intervención pueden ser significativas para combatir la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos neurodegenerativos. Los investigadores resaltan que es mucho más difícil regenerar neuronas que detener su degeneración en primer lugar. Al igual que el cáncer, la detección temprana puede salvar vidas, concluyen.

Referencia bibliográfica: Elahi, F. M., Ashimatey, S. B., Bennett, D. J., Walters, S. M., La Joie, R., Jiang, X., Wolf, A., Cobigo, Y., Staffaroni, A. M., Rosen, H. J., Miller, B. L., Rabinovici, G. D., Kramer, J. H., Green, A. J., & Kashani, A. H. (2021). Retinal imaging demonstrates reduced capillary density in clinically unimpaired APOE ε4 gene carriers. En Alzheimer’s & Dementia: Diagnosis, Assessment & Disease Monitoring (Vol. 13, Número 1). https://doi.org/10.1002/dad2.12181

Fuente: Science Daily

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