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Publicaciones por etiqueta

Salud sexual

13 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Sexualidad después de los 60 ¿Intimidad sin sexo?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 28/08/2019

Muchos creen que las experiencias más apasionadas se viven durante los años de juventud y que luego, gradualmente, estas se transforman en un compañerismo en el que la intimidad no sexual prevalece sobre la pasión sexual. Y quizás en otros tiempos este haya sido un escenario habitual, pero desde entonces han ido cambiando diversas cosas. Particularmente, las personas viven mucho más tiempo de lo que solían. Al menos para personas bien educadas y financieramente seguras, no es irracional esperar vivir hasta los 80 o 90 años con una salud razonablemente buena.

Para obtener una mejor comprensión de los factores que influyen en el sexo después de los sesenta, la psicóloga alemana Karolina Kolodziejczak de la Universidad Humboldt de Berlín y sus colegas encuestaron a más de 1500 personas de 60 años de edad o más (desde 60 a 82). Luego, los investigadores compararon las respuestas de las personas mayores con un grupo de referencia de casi 500 adultos jóvenes (de 22 a 36 años). Los resultados de este estudio muestran que la intimidad sexual es un componente mucho más importante de un estilo de vida feliz en adultos mayores de lo que se creía anteriormente (Kolodziejczak et al., 2019).

Los participantes respondieron a cuestionarios sobre los siguientes temas:

  • Comportamiento sexual: los encuestados indicaron la frecuencia de las relaciones sexuales durante el último año, desde 0 que significa «nunca» a 4 que significa «al menos una vez por semana». Es importante destacar que los investigadores ampliaron la definición de actividad sexual más allá de las relaciones sexuales para incluir actos sin penetración, caricias, y contacto corporal. Si bien las relaciones sexuales con penetración siguen siendo el «estándar de oro» entre las parejas, los investigadores han llegado a comprender que muchas parejas mayores superan las limitaciones físicas, como la disfunción eréctil y la sequedad vaginal al participar en actos sin penetración que de igual modo conducen al orgasmo y a sentimientos de intimidad sexual.
  • Cognición sexual: los encuestados usaron la misma escala 0-4 para indicar la frecuencia de los pensamientos sexuales. No es sorprendente que estos fueran más comunes que los actos sexuales, pero no por mucho. La mayor parte de la cognición sexual eventualmente conduce a la actividad sexual.
  • Afecto sexual: los participantes respondieron a varias preguntas sobre la medida en que experimentaron intimidad a través del contacto corporal con su pareja, así como a través de intercambios conversacionales. La respuesta promedio de estos adultos mayores estuvo muy por encima del punto medio en la escala, lo que indica al menos una satisfacción general en la intimidad dentro de esta muestra.
  • Salud física: todos los participantes se sometieron a un examen físico en el que informaron su historial médico, y se les evaluó la fuerza física mediante una prueba de agarre. Los adultos mayores en esta muestra tenían en promedio una mejor salud de la que se esperaría para este grupo de edad.
  • Variables psicosociales: en particular, los investigadores consideraron tres variables: estado de la relación (en pareja o solteros), duración de la relación y satisfacción de la relación. Dos tercios de los adultos mayores en este estudio estaban en pareja, la mayoría estaban en relaciones a largo plazo de muchos años, y la satisfacción de la relación fue generalmente alta. Tanto entre los encuestados que estaban en pareja como entre los solteros, los informes de soledad fueron bastante bajos.

Cuando se comparó a las personas mayores con un grupo de referencia de adultos jóvenes de entre 22 y 36 años, se encontró, como era de esperar, que los adultos mayores informaron menos actos y pensamientos sexuales en comparación con el grupo de referencia más joven. En contraste, los adultos mayores indicaron que experimentaban niveles de intimidad similares a los de la generación más joven. Este hallazgo respalda la idea de que el matrimonio se transforma con el tiempo de una relación apasionada a una relación de compañía.

Una mirada más cercana a los datos, sin embargo, revela algunas facetas interesantes de la sexualidad en los mayores de 60. Lo que es más importante, hubo un alto grado de variabilidad en la frecuencia de la actividad sexual entre las personas mayores. Mientras que muchos tenían relaciones sexuales con mucha menos frecuencia que los de 20 y 30 años, un tercio de los adultos mayores informaron que tenían relaciones sexuales con más frecuencia que el promedio de la generación más joven.

La vigorosa vida sexual de las personas mayores se debe sin duda a la salud ampliamente mejorada de las personas en este rango de edad. De hecho, los análisis estadísticos indicaron que la salud no era un predictor importante de la frecuencia sexual en los adultos mayores, como generalmente se supone. Más bien, el factor más importante era tener una pareja. En otras palabras, las personas mayores en relaciones comprometidas tenían relaciones sexuales con bastante frecuencia, mientras que aquellos que eran viudos o divorciados a menudo llevaban una existencia sin sexo. También es importante señalar que, si bien muchas de estas relaciones fueron matrimonios que duraron décadas, también hubieron parejas más nuevas formadas después de la viudez o el divorcio.

Hay que resaltar que esta muestra estaba mejor educada y disfrutaba de mejor salud que la población en general. Por lo tanto, es muy posible que la mala salud sea un impedimento para la actividad sexual en la edad adulta, como generalmente se cree. Pero entre las personas mayores que aún disfrutan de buena salud, la clave para una vida sexual feliz es la disponibilidad de una pareja dentro de una relación comprometida.

Dados los beneficios para la salud física y psicológica de una vida sexual activa, cabe preguntarse si tener sexo de manera regular en la vejez es un factor que mantiene a estas personas tan saludables.

Referencia del estudio:

Kolodziejczak, K., Rosada, A., Drewelies, J., Düzel, S., Eibich, P., Tegeler, C., … Gerstorf, D. (2019). Sexual activity, sexual thoughts, and intimacy among older adults: Links with physical health and psychosocial resources for successful aging. Psychology and Aging, 34(3), 389-404. https://doi.org/10.1037/pag0000347

Fuente: Psychology Today

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

«Te muestro lo mío si me mostrás lo tuyo:» ¿qué motiva a los hombres a enviar fotos no solicitadas de sus genitales?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 15/08/2019

Un estudio confirma que los hombres que envían fotos no solicitadas de sus genitales suelen ser narcisistas y sexistas (Oswald, Lopes, Skoda, Hesse, & Pedersen, 2019). Para arribar a esta afirmación, los autores utilizaron una serie de cuestionarios con los cuales evaluaron los rasgos de personalidad de los participantes, y descubrieron que «los hombres que enviaban estas imágenes informaban niveles más altos de narcisismo y sexismo ambivalente y hostil.”

Los hombres tienen una marcada tendencia a ser más narcisistas que las mujeres. Este rasgo se caracteriza por presentar la persona una admiración excesiva por sí misma; los narcisistas a menudo creen que son mejores que otros o se obsesionan consigo mismos.

Participaron del estudio 1087 hombres. 48% de ellos admitieron haber enviado previamente fotos no solicitadas de sus penes a mujeres.

¿Qué los motivó a realizar tales actos? 15% de ellos dijeron que lo hicieron para provocar temor en los destinatarios, y un 8% lo hicieron con la esperanza de evocar una sensación de vergüenza.

Varios participantes seleccionaron la misoginia y el control como sus motivaciones principales, con algunas declaraciones como «siento una aversión hacia las mujeres y enviar fotos de mi pene es satisfactorio» o «enviar fotos de mi pene me da una sensación de control sobre la persona a quien se la he enviado.”

La gran mayoría de los participantes creía que las imágenes inspirarían sentimientos positivos entre sus destinatarios. 82% de los que enviaron fotos de sus penes dijeron que lo hicieron para excitar sexualmente a las mujeres, mientras que el 50% esperaba que recibir una foto de su miembro hiciera que una mujer se sintiera atractiva.

Casi el 45% envió las fotos con una «mentalidad transaccional», lo que significa que esperaban que su oferta tuviera alguna reciprocidad. La mayoría esperaba recibir fotos sexys a cambio, y otros afirmaron realizar estos actos online como una forma de lograr que las mujeres tengan relaciones sexuales con ellos.

Algo llamativo es que menos de una quinta parte dijeron que enviaron fotos de sus genitales para su propia excitación o satisfacción sexual. Por lo tanto, los investigadores concluyen que, contrariamente a la opinión popular, rara vez es la libido incontrolable de un hombre lo que lo lleva a ponerse una cámara a la entrepierna.

Referencia del estudio:

Oswald, F., Lopes, A., Skoda, K., Hesse, C. L., & Pedersen, C. L. (2019). I’ll Show You Mine so You’ll Show Me Yours: Motivations and Personality Variables in Photographic Exhibitionism. Journal of sex research, 1-13. https://doi.org/10.1080/00224499.2019.1639036

Fuente: IFL Science

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Los anticonceptivos hormonales podrían influir en cómo recordamos las cosas

  • Maria Fernanda Alonso
  • 15/08/2019

Las pastillas anticonceptivas son utilizadas como método de planificación familiar y, a su vez, pueden emplearse como tratamiento para distintas dolencias como desórdenes hormonales, acné severo u ovarios poliquísticos.

En cuanto a lo que refiere al uso principal para el que se han creado las pastillas anticonceptivas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que la planificación familiar permite a las personas tener el número de hijos que desean y determinar el intervalo entre embarazos. Se logra mediante la aplicación de métodos anticonceptivos y el tratamiento de la esterilidad.

Según sus datos, a escala mundial, el uso de anticonceptivos modernos ha aumentado ligeramente, de un 54% en 1990 a un 57,4% en 2015. A escala regional, la proporción de mujeres de entre 15 y 49 años de edad que usan algún método anticonceptivo ha aumentado mínimamente o se ha estabilizado entre 2008 y 2015. En África pasó de 23,6% a 28,5%; en Asia, el uso de anticonceptivos modernos ha aumentado ligeramente de un 60,9% a un 61,8%, y en América Latina y el Caribe el porcentaje ha permanecido en 66,7%. El uso de métodos anticonceptivos por los hombres representa una proporción relativamente pequeña de las tasas de prevalencia mencionadas. Los métodos anticonceptivos masculinos se limitan al condón y la esterilización (vasectomía) («Planificación familiar», s. f.) (Alkema, Kantorova, Menozzi, & Biddlecom, 2013).

En cuanto a los métodos anticonceptivos hormonales más utilizados, encontramos (Trussell et al., 2009):

  • Anticonceptivos orales en combinación (la «pastilla» o «píldora»): contiene dos hormonas (estrógeno y progestágeno), funciona evitando la liberación de óvulos por los ovarios (ovulación), y su eficacia para prevenir el embarazo es del 99% si se usa de manera correcta y sostenida;
  • Pastillas de progestágeno solo «minipastilla» o «minipíldora»: contiene únicamente progesterona (sin estrógeno), hace más espeso el moco del conducto del cuello uterino, lo que impide que los espermatozoides y el óvulo se junten y previene la ovulación. Puede usarse mientras se amamanta; debe tomarse todos los días a la misma hora, y su eficacia para prevenir el embarazo es del 99% si se usa de manera correcta y sostenida;
  • Los implantes (cilindros o cápsulas pequeños y flexibles que se colocan debajo de la piel del brazo; contienen únicamente progestágeno): hacen más espeso el moco del conducto del cuello uterino, lo que impide el encuentro de los espermatozoides con el óvulo y evita la ovulación. Debe ser insertado y extraído por personal sanitario; se puede usar durante 3 a 5 años, según el tipo; las hemorragias vaginales irregulares son comunes pero no dañinas y su eficacia para prevenir el embarazo es del 99%;
  • Progestágeno en forma inyectable: Se inyecta por vía intramuscular o bajo la piel cada 2 o 3 meses, según el producto. Su función es hacer más espeso el moco del conducto del cuello uterino, lo que impide el encuentro de los espermatozoides con el óvulo y evita la ovulación. Al cesar el uso, la fecundidad tarda en reaparecer (cerca de 1 y 4 meses en promedio); las hemorragias vaginales irregulares son comunes pero no dañinas y su eficacia para prevenir el embarazo es del 99% si se usa de manera correcta y sostenida;
  • Inyectables mensuales o anticonceptivos inyectables en combinación: se inyectan cada mes por vía intramuscular; contienen estrógeno y progestágeno. Impiden que los ovarios liberen óvulos (ovulación), las hemorragias vaginales irregulares son comunes pero no dañinas y su eficacia para prevenir el embarazo es del 99% si se usa de manera correcta y sostenida
  • Parche anticonceptivo combinado y anillo vaginal anticonceptivo combinado: libera dos hormonas de forma continua, una progestina y un estrógeno, directamente a través de la piel (parche) o mediante el anillo. Impide que los ovarios liberen óvulos (ovulación). El parche y el anillo vaginal son métodos nuevos y los estudios sobre su eficacia son limitados. Los estudios de eficacia realizados señalan que puede ser más eficaz que los anticonceptivos orales combinados, cuando se utilizan de un modo correcto y sostenido, y tal y como se aplican comúnmente. El parche y el anillo vaginal proporcionan una seguridad comparable a los anticonceptivos orales combinados con formulaciones hormonales similares y su perfil farmacocinético es parecido;
  • Dispositivo intrauterino (DIU) de levonorgestrel: es un dispositivo plástico en forma de T que se inserta en el útero y libera diariamente pequeñas cantidades de levonorgestrel. Hace más espeso el moco del conducto del cuello uterino, lo que impide el encuentro de los espermatozoides con el óvulo. Con el tiempo se reduce la cantidad de sangre que se pierde con la menstruación; disminuyen los dolores menstruales y los síntomas de endometriosis; se observó amenorrea (ausencia de menstruación) en un grupo de usuarias. Su eficacia para prevenir el embarazo es del 99% si se usa de manera correcta y controlada;
  • Píldoras anticonceptivas de emergencia (acetato de ulipristal, 30 mg, o levonorgestrel, 1,5 mg): son pastillas que se toman para prevenir el embarazo hasta 5 días después de una relación sexual sin protección, Retrasa la ovulación, Si 100 mujeres tomaran la píldora anticonceptiva de emergencia de progestágeno solo, probablemente una quede embarazada, No altera el embarazo si este ya se ha producido.

Si necesitás más información sobre métodos anticonceptivos, te sugiero que leas las Recomendaciones sobre prácticas seleccionadas para el uso de anticonceptivos, de la OMS.

Antes de empezar cualquier tratamiento (ya sea que involucre fármacos o no), es menester que la persona que se someta conozca los posibles efectos que podrían resultar de tal procedimiento. Para muchos, de hecho, los profesionales requieren la firma de un “consentimiento informado” por parte del paciente.

Por su carga hormonal, todos estos métodos tienen el potencial de producir efectos secundarios en las usuarias, más allá de la prevención del embarazo. Pueden influir potencialmente en las emociones y en la capacidad cognitiva, y esta posibilidad hace que sea muy importante estar atentas a cualquier cambio que puedan percibir las usuarias de anticonceptivos hormonales.

Una nueva investigación proporciona evidencia preliminar de que los anticonceptivos hormonales podrían influir en cómo se recuerdan las cosas. El estudio encontró que las mujeres que tomaban píldoras anticonceptivas tendían a recordar menos información emocional negativa en comparación con las mujeres que no las tomaban (Person & Oinonen, 2019). La autora principal es Kirsten Oinonen, profesora asociada de psicología en la Universidad de Lakehead, quien ha investigado los efectos de los anticonceptivos orales en el estado de ánimo.

“Dada la investigación previa que sugiere que las hormonas pueden afectar tanto el estado de ánimo como la capacidad cognitiva, sentimos que observar los efectos de «la píldora» en la memoria emocional sería un área importante para estudiar «, explicó Oinonen.

Para su estudio, reclutaron a 58 mujeres que usaban anticonceptivos orales, 40 mujeres que no usaban anticonceptivos orales y 37 hombres.

Los participantes completaron un Test de Memoria Espacial Emocional, en la que vieron una variedad de artículos cargados emocionalmente y emocionalmente neutrales que habían sido colocados en una bandeja. Poco después de ver la bandeja de artículos, se les pidió a los participantes que hicieran una lista con todos los artículos que pudieran recordar y que indicaran dónde se había colocado cada uno.

Una semana después, los participantes completaron nuevamente las mismas pruebas de memoria.

Los investigadores encontraron que los usuarios de anticonceptivos orales tendían a recordar más elementos positivos y menos elementos negativos que los no usuarios en la prueba de recuerdo a corto plazo. En la prueba de memoria a largo plazo, no hubo diferencias significativas entre usuarios y no usuarios.

«Los resultados de nuestro estudio en particular sugieren que las mujeres que toman ‘la píldora’ pueden experimentar un cambio en su memoria respecto de la información emocional. En particular, los hallazgos sugieren que las mujeres que toman la píldora pueden mostrar un sesgo de memoria en términos de ser menos propensas a recordar información negativa que las no usuarias,» dijo Oinonen, y luego explicó que como resultado, las mujeres podrían tomas diversas situaciones de visualización de pastillas, personas u objetos como “más positivas de lo que podrían haber sido si no hubieran tomado la píldora (es decir, porque son relativamente más propensas a recordar la información positiva frente a la negativa).»

Los investigadores controlaron una serie de variables que podrían afectar el estado de ánimo y la memoria, incluida la fase del ciclo menstrual. Pero como toda investigación, el estudio incluye algunas limitaciones: los nuevos hallazgos necesitan ser replicados en poblaciones más grandes y más diversas.

En cuanto a futuras investigaciones, Oinonen señaló que “a medida que analizamos la memoria en busca de estímulos visuales, los estudios futuros deberían examinar si las mujeres también muestran una tendencia a recordar estímulos verbales, olfativos, auditivos y kinestésicos menos negativos.” “Por supuesto, un futuro ensayo controlado con placebos para observar los efectos de los anticonceptivos orales en la memoria emocional proporcionaría la evidencia más sólida para respaldar estos hallazgos.»

“Conozco a muchas mujeres que informaron haber experimentado efectos secundarios emocionales de los anticonceptivos orales y creo que es imperativo que los investigadores continúen examinando los efectos de los anticonceptivos hormonales en el estado de ánimo, la cognición y la percepción. Es fundamental que las mujeres estén completamente informadas sobre estos posibles efectos para que puedan tomar decisiones informadas sobre las opciones de control de natalidad,” concluyó.

Referencias:

Alkema, L., Kantorova, V., Menozzi, C., & Biddlecom, A. (2013). National, regional, and global rates and trends in contraceptive prevalence and unmet need for family planning between 1990 and 2015: a systematic and comprehensive analysis. The Lancet, 381(9878), 1642-1652. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(12)62204-1

Person, B., & Oinonen, K. A. (2019). Emotional Memory in Oral Contraceptive Users: Negative Stimuli Are More Forgettable. Psychological Reports, 33294119856554. https://doi.org/10.1177/0033294119856554

Planificación familiar. (s. f.). Recuperado 15 de agosto de 2019, de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/family-planning-contraception

Trussell, J., Lalla, A. M., Doan, Q. V., Reyes, E., Pinto, L., & Gricar, J. (2009). Cost effectiveness of contraceptives in the United States. Contraception, 79(1), 5-14. https://doi.org/10.1016/j.contraception.2008.08.003

Fuente: Psy Post

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