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Publicaciones por mes

octubre 2016

57 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

(Vídeo) El placer de tener un problema no resuelto en la cabeza: Adrián Paenza

  • 06/10/2016
  • David Aparicio

Los canales educativos y estatales no suelen recibir presupuestos para hacer programas de calidad, por eso me sorprendí mucho cuando conocí el canal Encuentro en Argentina y sus programas de filosofía, matemáticas y cultura. Todos eran muy buenos y podía ponerlos en la televisión de la sala sin que nadie se quejara.

Alterados por Pi, era uno de los programas que más me gustaba y estaba presentado por Adrian Paenza un matemático muy elocuente capaz de hacer que grandes y chicos se enamoren de la matemática y que le encuentren la verdadera utilidad en su vida.

Adrian Paenza fue orador invitado en una conferencia de TED en Argentina y fiel a su estilo de hacer simple los complejo, nos explica las ventajas y desafíos de tener un problema no resuelto en la mente. Su conferencia ya ha sido vista por más de 500 mil personas y creo que es una conferencia que no debes perderte y compartir.



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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El rasgo fisiológico que se relacionó fuertemente con la conducta violenta en hombres y mujeres

  • 06/10/2016
  • David Aparicio

No es difícil de entender porque los factores sociales, económicos, educativos y genéticos se asocian con el desarrollo y propensión de conductas violentas en los niños. Pero existe también otro factor fisiológico que tiene una importante relación con la violencia, que fue recientemente descrito por la Universidad de Cambridge y que estoy seguro que ninguno de nosotros se lo había imaginado.

El paper publicado en The Internacional Journal of Epidemiology, se describen los resultados de esta investigación desarrollada en la ciudad de las Pelotas en Brazil, que determinó que el bajo ritmo cardiaco se relaciona fuertemente con el desarrollo de conductas violentas en los niños.

La investigación de tipo longitudinal midió el ritmo cardiaco en reposo (latidos del corazón por minuto después de mantenerse sentados por 10 minutos) de 3000 niños y niñas cuando tenían 11, 15 y 18 años de edad.



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detectaron un consistente vinculo entre el ritmo cardiaco en reposo y la conducta violenta

En la última etapa de la investigación, cuando tenían 18 años de edad, se les aplicaron una serie de cuestionarios y se revisó su historial policivo para conocer si habían cometido crímenes violentos: robos, uso de armas, asesinatos, secuestros, abuso sexual o si habían amenazado violentamente a otras personas.

Después de todo ese largo proceso de recolección de datos, los investigadores detectaron un consistente vinculo entre el ritmo cardiaco en reposo de los participantes, sin importar su sexo, y las conductas violentas. Tanto los varones como las mujeres que tenían un ritmo cardiaco en reposo entre 59-65 latidos por minuto eran, según los investigadores, tenían más riesgo de involucrarse en conductas violentas en comparación con los sujetos que tenían un ritmo cardiaco en reposo más elevado de 90-92 latidos por minuto.

La relación del bajo ritmo cardiaco en reposo se mantuvo igual aun cuando se controlaron otras variables extrañas que podían influenciar su efecto como: embarazos no planificados, ingreso familiar, educación, etc.

¿Cómo se explica la relación entre el ritmo cardíaco en reposo con la conducta violenta?

Los autores plantean varias hipótesis. La primera es que el bajo ritmo cardíaco puede generar malestar en las personas y esto provoca que salgan en busca de emociones fuertes que incrementen su ritmo cardíaco lo cual se puede manifestar en conductas violentas.

Otra de las hipótesis es que las personas con bajo ritmo cardíaco no experimentan el miedo con la misma intensidad que las personas con un ritmo cardíaco más elevado. Según esta explicación, los niños que no sienten miedo son más propensos a involucrarse en conductas violentas porque no logran comprender las graves consecuencias que pueden acarrear tanto para ellos como para las demás personas.

los niños que no sienten miedo son más propensos a involucrarse en conductas violentas

Son dos hipótesis preliminares que necesitan más desarrollo y que los investigadores no detallaron con mucha profundidad porque no era el objetivo de esta investigación.

Aún así es realmente impresionante que solo el ritmo cardíaco pueda relacionarse de forma tan consciente con una conducta tan competa como la violencia en hombres y mujeres y sin importar el contexto social, los ingresos económicos o familia.

Fuente: BPS

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Ser hábil en el ajedrez podría vincularse con una mayor capacidad cognitiva

  • 05/10/2016
  • Mario Arosemena

Para quienes practican el deporte-ciencia conocido como ajedrez, el entrenamiento intenso y constante ha sido una variable fundamental a lo largo de muchos años, sin embargo, a la hora de medir resultados, incluso los jugadores que han pasado largo tiempo entrenando son susceptibles de obtener un mal desempeño en los torneos.

Es entonces cuando surge la pregunta: ¿qué estoy haciendo mal?

De acuerdo con un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Michigan (MSU), la inteligencia juega un rol importante a la hora de definir el grado de habilidad ajedrecística de una persona.



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Los resultados indican que la capacidad cognitiva se vincula con un mejor desempeño en la ejecución durante una partida de ajedrez y que, contrario a lo se pensaba anteriormente, el entrenamiento intensivo no determina por sí solo la destreza de un jugador.

“El ajedrez es probablemente el campo más estudiado en la investigación sobre la experiencia, sin embargo, la evidencia de la relación entre la habilidad de ajedrez y la capacidad cognitiva es mixta», menciona Alexander Burgoyne, autor principal del estudio.

«Analizamos medio siglo de investigaciones sobre la inteligencia y la habilidad de ajedrez y se encontró que la capacidad cognitiva contribuye de manera significativa a las diferencias individuales en la habilidad de ajedrez.»

Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista científica Intelligence y provienen del Zach Hambrick’s Expertise Lab, centro de estudios de la MSU.

«Cuando se trata de la experiencia, la formación y la práctica son sin duda piezas claves del rompecabezas», explica Hambrick, profesor de psicología de la MSU. «Pero este estudio muestra que para el ajedrez, al menos, la inteligencia es otra pieza importante del rompecabezas.»

Para la realización del estudio, se llevó a cabo un meta-análisis con base en un estimado de 2.300 artículos académicos en busca de investigaciones previas que incluyeran una forma de medir la capacidad cognitiva de los jugadores y su desempeño en el ajedrez. La muestra final incluyó 19 estudios con un aproximado de 1.800 participantes.

«El meta-análisis representa el primer intento de los investigadores para estudiar sistemáticamente la evidencia científica disponible sobre el vínculo existente entre el intelecto y la habilidad en ajedrez», sostiene Burgoyne.

Los resultados del estudio señalan que la inteligencia se relaciona directamente con una mayor o menor habilidad en el ajedrez, principalmente entre los jugadores más jóvenes y entre aquellos que están en los niveles más bajos de habilidad ajedrecística.

Esto puede deberse a que los jugadores de niveles superiores representan una distribución que se encuentra por encima de la capacidad cognitiva del resto, o en palabras de Hambrick:

«Un genio puede convertirse en un jugador experto de ajedrez con relativa facilidad, mientras que a una persona con una inteligencia promedio puede que le tome más tiempo. Pero no todo está perdido para los jugadores con una inteligencia promedio que practican constante e intensamente, ya que, a medida que continúan practicando, sigue desarrollándose su habilidad para el juego y es posible que consigan eludir las posibles limitaciones de una capacidad cognitiva promedio».

En un estudio anterior, Hambrick y su equipo de trabajo encontraron que la memoria de trabajo (una habilidad cognitiva relacionada con la inteligencia general) predice el éxito en la lectura de los pentagramas musicales a primera vista, incluso entre los pianistas altamente experimentados.

Fuente: Psypost

  • Salud Mental y Tratamientos

El castigo físico podría influir en el desarrollo de conductas antisociales en los niños

  • 05/10/2016
  • Rita Arosemena P.

El castigo físico sigue siendo uno de los temas más discutidos en la palestra de la psicología educativa y los métodos de enseñanza tradicionales.

Mientras que muchos padres y cabezas de familia sostienen que los golpes y las nalgadas con técnicas efectivas para la modificación de conductas indeseadas en los niños, expertos como Inna Altschul, Shawna Lee y Elizabeth Gershoff investigan a fondo las repercusiones del castigo corporal vérsus el uso de métodos correctivos basados en la compasión y el afecto.

Según el estudio realizado por Altschul, Lee y Gershoff, y publicado en la revista Journal of Marriage and Family, el castigo físico no solo acarrea consecuencias negativas inmediatas, como el resentimiento de los niños hacia sus padres, también puede conllevar el desarrollo de comportamientos antisociales a largo plazo.



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De acuerdo con las investigadoras, una reprimenda tan común como las nalgadas puede ocasionar el modelamiento de conductas agresivas en los niños, ya que “no enseña a los niños por qué su comportamiento fue inadecuado o qué comportamientos alternativos o apropiados podrían haber adoptado”.

El afecto, la compasión y el reforzamiento positivo, en cambio, promueven la creación de vínculos de confianza y reciprocidad entre los padres y sus hijos, lo que favorece el desarrollo de la competencia social en los niños y se relaciona con una mayor receptividad al momento de corregir conductas inadecuadas.

El estudio empleó los datos de 3,279 familias con niños pequeños y comparó la tendencia a la agresividad y el desarrollo de la competencia social entre aquellos que habían sido corregidos mediante castigo físico y los que habían sido educados por medio de técnicas basadas en el afecto.

“Los hallazgos indican que los padres deberían evadir las nalgadas y usar técnicas positivas para obtener comportamientos positivos por parte de sus hijos”, explican las investigadoras.

“Incluso si los padres usan tanto el afecto como las nalgadas, los beneficios del afecto en la competencia social de los niños podrían verse afectados por el aumento de la agresividad asociada con el empleo de las nalgadas”.

Fuente: Psypost.org

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Tratamientos psicológicos eficaces para reducir la fatiga en los supervivientes al cáncer (PDF)

  • 04/10/2016
  • Equipo de Redacción
fatiga, cáncer

El cáncer sigue siendo un grave problema de salud en todo el mundo. Sin embargo, debido a la eficacia de los tratamientos y a la mejora de los sistemas de sanidad el número de supervivientes al cáncer ha aumentado significativamente a lo largo de los años.

La fatiga es una de las consecuencias del cáncer que aparecen con una mayor frecuencia causando importantes alteraciones en la vida de los supervivientes. Diferentes tratamientos psicológicos han sido utilizados para reducir la fatiga en este grupo de pacientes.

Las terapias de tipo cognitivo-conductual y el mindfulness son las que aportan mayores datos que avalan su eficacia, por delante de las intervenciones de tipo psico-educativo. Sin embargo, la mayoría de los estudios se han llevado a cabo con supervivientes al cáncer de mama, por lo que sería deseable probar la eficacia de estas técnicas en una mayor variedad de tipos de cáncer.



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Autores: Francisco García Torres y Francisco J. Alós

Descarga el artículo completo en formato PDF.

Fuente: Revista Papeles del Psicólogo

  • Salud Mental y Tratamientos

Optimiza tu afrontamiento al estrés

  • 03/10/2016
  • Karemi Rodríguez Batista

Hasta las personas más tranquilas sufren de estrés en muchísimos momentos de su vida. Hacer frente a un examen, tener el primer encuentro sexual, empezar un trabajo, soportar la muerte de un ser querido, cambiar de vivienda… son algunas situaciones que nos estresan y a las que tenemos que saber adaptarnos adecuadamente, porque de lo contrario, puede que nuestra salud se resienta, y mucho. Y es que de esto no nos salva nadie, por eso vamos a explorar realmente su utilidad y preparar nuestra “cajita de herramientas” para hacerle cara de la mejor forma posible. ¿Te animas?

Primeramente, no caigamos en el error de atribuirle un significado exclusivamente negativo. Muy al contrario, éste nos impulsa a cuidar de nuestra familia, a avanzar en nuestra profesión o a protestar contra las injusticias. Realmente, todo cambio supone una tensión, desde avanzar en un puesto de trabajo hasta ser despedido, empezar un nuevo proyecto o pasar a otro, etc. Es decir, necesitamos del estrés para llevar la vida hacia adelante, aunque es evidente que desde la psicología clínica y de la salud el interés se centra en aquellas condiciones que nos perjudican.

Todo cambio supone una tensión, desde avanzar en un puesto de trabajo hasta ser despedido, empezar un nuevo proyecto o pasar a otro, etc. Es decir, necesitamos del estrés para llevar la vida hacia adelante

En definitiva, el estrés viene a ser un fenómeno adaptativo de nuestra especie, cuyo objetivo es favorecer nuestra supervivencia, de lograr un rendimiento en nuestras actividades y un desempeño en diversas áreas de nuestra vida. En palabras del fisiólogo y médico austro húngaro Hans Selye (1956): “El estrés es la respuesta adaptativa del organismo ante diversos agentes”.



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Síntomas del estrés

El estrés se manifiesta de muchas formas y muy diversas, siendo muy diferentes de unas personas a otras. Todos poseemos tres sistemas de respuesta  (motor, cognitivo y fisiológico) pero casi siempre hay un patrón de respuesta que predomina, es entonces cuando notaremos diferentes síntomas, por ejemplo:

  • Si se manifiesta en tensión y dolor muscular, o a través de conductas impulsivas tales como comer, beber o fumar en exceso, nuestro patrón de respuesta prevalente será el motor.
  • Si se manifiesta con afectos y pensamientos negativos, tales como preocupación, miedo o ansiedad, o tenemos olvidos frecuentes y se nos dificulta tomar decisiones, estamos ante un patrón prevalente de respuesta cognitiva.
  • Si aumenta nuestro ritmo cardiaco y nuestra tensión arterial, desciende nuestra temperatura corporal (manos y pies fríos), hay un aumento de sudoración, sequedad en la boca, sensación de nudo en la garganta o de vuelco en el estómago, es decir, hay una activación de nuestro “sistema nervioso autónomo”, entonces nuestro patrón de respuesta prevalente es el fisiológico.

El problema grave es cuando estas respuestas se mantienen en el tiempo ya que pueden aparecer efectos perjudiciales en la salud que empezamos a notar con dolores de cabeza, dolores de espalda y pecho, hipertensión arterial, trastornos coronarios y digestivos, sarpullidos y picores de piel, mareos y desvanecimiento, insomnio, pesadillas, asma, alopecia, etc. Hablamos ya de trastornos psicosomáticos. En un artículo anterior te hablamos de las 10 formas en las que el estrés afecta nuestra salud, acompañado de un vídeo muy ameno y didáctico; te invitamos a darle un vistazo en éste enlace.

Situaciones y reacciones

Se distinguen dos aspectos fundamentales: las situaciones del entorno (estresores) que pueden ser más o menos amenazantes, y nuestra reacción ante ellos (interpretación) que dependerá de características muy personales, y que se influyen mutuamente para producir el estrés. Es lo que denominamos “enfoque transaccional”. Tomemos como ejemplo una persona que se pone muy tensa y alarmada ante un auditorio repleto de gente y otra que disfruta exponiendo ante el público. Además es, en ocasiones, nuestra conducta frente a las situaciones la que produce, mantiene o intensifica la sensación de amenaza. En definitiva, el estrés no depende solo de la persona o de la situación, sino que depende de la relación entre ambas.

Una de la aportaciones fundamentales sobre el conocimiento de las reacciones del organismo ante el estrés, es el famoso “Síndrome General de Adaptación (SGA)”, de Hans Seyle (1956). Según este modelo, cualquier persona expuesta a condiciones estresantes responde con una actividad fisiológica general que varía a lo largo de tres fases sucesivas. Primero, la fase de alarma, comienza al percibir la amenaza, nos ponemos en guardia, aumenta nuestra tensión muscular y ritmo cardiaco y nos preparamos para luchar contra el peligro que prevemos. Luego, la fase de resistencia que sucede si el acontecimiento estresante persiste y al no poder mantener el esfuerzo máximo mucho tiempo, disminuye la activación. Aquí ya podemos observar en nosotros desde cambios de humor, insomnio o alteraciones digestivas, hasta dificultades de concentración. La última es la fase de agotamiento, cuando ya hemos gastado nuestros recursos físicos y/o mentales, y nos preparamos para abandonar la lucha. En esta fase aparecen síntomas depresivos, fatiga, extenuación, y en algunos casos enfermedades físicas graves.

Cualquier persona expuesta a condiciones estresantes responde con una actividad fisiológica general que varía a lo largo de tres fases sucesivas

Recordemos que una debilitación de las defensas de nuestro organismo propia de la fase de agotamiento, da lugar a una mayor facilidad para enfermar y acelera el desarrollo de alteraciones inmunológicas. Es necesario que tomemos medidas a tiempo. Está muy extendida la idea de que “el tiempo lo cura todo”, y si esto fuera así no sería necesario prestar ningún tipo de ayuda a aquellas personas que han vivido en circunstancias trágicas y se ahorraría mucho tiempo y recursos. En un estudio (Lehman, 1987) se demostró que personas que habían perdido a su cónyuge o a un hijo en un accidente de tráfico seguían mostrando signos de depresión entre cuatro y siete años después.

De la experiencia al afrontamiento

La experiencia del estrés supone que debemos hacer frente a una serie de demandas o peticiones que superan nuestros recursos de manera que nos vemos incapaces de responder con éxito y salir airosos de la situación. Estas demandas pueden sobrepasar realmente nuestras capacidades: a la mayoría de nosotros mortales, nos angustiaría iniciar una subidita al Everest, ya que no estamos preparados, pero, en otras situaciones la demanda no nos exige tanto y es nuestra propia percepción de la dificultad la que nos hace responder con estrés.

El destacado psicólogo estadounidense, Richard Lazarus, se dedicó a estudiar la manera en que apreciamos o valoramos los acontecimientos que nos provocan estrés y llegó a la conclusión de que existen dos tipos de preguntas que nos hacemos de forma automática ante estas situaciones. En función de los resultados se dará en nosotros un mayor o menor grado de estrés.

La primera de las cuestiones se refiere a la percepción de la amenaza, de lo que está en juego en ese momento (evaluación primaria). Por ejemplo: ¿qué grado de amenaza tiene ésta situación para mí?, o ¿está todo  bien o tengo problemas? La respuesta estará influida por nuestras creencias generales, escala de valores, objetivos en la vida y compromisos adoptados con los demás.

La segunda cuestión que nos planteamos se refiere a la percepción de los recursos, se centra en la forma más adecuada para disminuir la amenaza y solucionar el problema (evaluación secundaria). Por ejemplo: ¿qué puedo hacer?, o ¿qué instrumentos tengo para hacer frente a esta situación? La respuesta estará influida por las victorias que hayamos obtenido en ocasiones parecidas, por la confianza en nosotros mismos, y por el tipo de habilidades y estrategias que poseamos (Lazarus y Folkman, 1984).

Haciendo frente al estrés

Al estudiar los modos distintos de afrontar el estrés, se ha visto que, en general, cabe identificar dos funciones que permiten clasificar a todos ellos. Por un lado tenemos las estrategias dirigidas a cambiar la situación que causa el estrés (afrontamiento dirigido al problema), que tiene como objetivo modificar las condiciones ambientales o variar nuestro comportamiento, por ejemplo: abandonar el trabajo indeseado o aprender a utilizar ciertos ordenadores. Otras estrategias tratan de controlar y reducir las emociones desagradables resultantes del estrés (afrontamiento dirigido a las emociones), por ejemplo si queremos reducir la angustia es mejor que lo hagamos con técnicas de desactivación fisiológica (respiración, relajación, ejercicio, etc.). Ambos tipos de afrontamiento normalmente se utilizan conjuntamente.

Los componentes del estrés

Si podemos identificar los elementos que convierten en estresante un acontecimiento, iremos mejor preparados. Podríamos decir que estos son: la novedad del suceso, la impredecibilidad, la sensación de descontrol y el grado de amenaza para la persona.

Para ilustrar este apartado me gustaría dejaros con un episodio del programa Redes, donde la neurocientífica canadiense Sonia Lupien, fundadora del Centre for Studies on Human Stress en el Douglas Hospital de Montreal, y el carismático divulgador y escritor catalán, Eduard Punset, nos detallan en menos de treinta minutos, cuáles son los componentes del estrés y algunas curiosidades más. Siempre desde el humor y la ciencia.

Si podemos identificar los elementos que convierten en estresante un acontecimiento, iremos mejor preparados

https://youtu.be/tnAYhBeWAjc

Dos médicos estadounidenses, Holmes y Rahe (1967), se dedicaron a entrevistar a un buen número de compatriotas, para saber el grado de estrés que les provocarían ciertas situaciones descritas por ellos. De ésta forma elaboraron una lista de 43 situaciones cotidianas con las cuales nos podemos encontrar y las ordenaron en función de su capacidad para producirnos estrés. Por ejemplo, entre las que puntúan más alto están: el fallecimiento del cónyuge, el divorcio o la separación, y entre las que menos; infracciones leves de la ley, Navidades, vacaciones o cambios en los hábitos alimenticios. Como ves, todo cuenta. Se trata de la Escala de Reajuste Social (SRRS) y es uno de los instrumentos más utilizados para medir la magnitud de estrés que ha experimentado una persona durante un tiempo. La puedes ver aquí, en inglés.

Afrontar el estrés eficazmente

Como muchos de vosotros ya sabéis, uno de los mejores métodos es el que desarrolla Meichenbaum (1985), el llamado “Inoculación del estrés”. Consta de tres fases sucesivas pautadas  y entrena ciertas habilidades principales a través de las siguientes técnicas: cognitivas (detención del pensamiento, autoinstrucciones, reestructuración cognitiva, etc.), de control de la activación emocional (respiración, relajación muscular progresiva o por imaginación, meditación, etc.), conductuales (principalmente la exposición) y de afrontamiento paliativo (gestión del apoyo social, entrenamiento en habilidades sociales y de comunicación, etc.). Estamos hablando de un procedimiento estructurado y que requiere de un profesional, sin duda. Sin embargo, a modo de acercamiento en el trabajo de esas habilidades, me he encontrado con un recurso excepcional que me gustaría compartir con vosotros. Es una guía muy sencillita que elaboró el Instituto de Salud Pública Madrid Salud, del Ayuntamiento de Madrid. A través de 40 páginas de divertidos cuentos, metáforas y reflexiones, aprenderemos a gestionar el estrés y a llenar esa cajita de herramientas de la que hablamos. Puedes descargártela aquí

Esperamos que te sea de mucha utilidad y, “de pilón” te dejamos otro recurso que puedes practicar diariamente, es una combinación de activación y relajación física… y humor:

https://youtu.be/Sgd284eh8io

     Referencias:

  • El estrés, una situación a punto de estallar. (2007). En Enciclopedia de la Psicología (Vol. 6, 11-53 pp.). España: Océano.
  • Holmes, T. H. y  Rahe, R. (1967).The social readjustment rating scale. Journal of Psychosomatic Research, 11, 213-218.
  • Lazarus, R y Folkman, S. (1984). Stress, Appraisal and Coping. New York: Springer.
  • Lehman, D. K., Williams, A. E, y Wortman, C. B. (1987). Long-term effects of losing a spouse or child in a motor vehicle crash. Journal of Personality and Social Psychology, 52(1), 218-231.
  • Meichenbaum, D. (1985). Stress innoculation training. Headington Hill Hall, England  Pergamon Press Inc.
  • Rodríguez, K. (2015). Diez sorprendentes maneras en las que el estrés está afectando a tu salud.  Disponible en https://www.psyciencia.com//2015/23/estres-afecta-tu-salud-10-maneras/
  • Selye, H. (1956). The stress of life. New York: McGraw-Hill.
  • Sponsor

InTEA: la plataforma online de cursos de Psicología de TEA Ediciones

  • 03/10/2016
  • David Aparicio
cursos especializados para psicólogos

La editorial más importante de tests psicológicos también te ofrece la oportunidad de formarte online con ellos.

Gracias a su amplio catálogo de tests psicológicos, libros especializados y manuales, TEA Ediciones se ha posicionado como una de las editoriales más importantes en el campo de la investigación y publicación de tests en español. Miles de profesionales en España y Latinoamérica utilizan y confían en los más de 400 productos especializados de TEA, entre los cuales están las pruebas más prestigiosas como el MMPI-2, PAI, NEO PI-R o BAS-II.

Pero TEA no sólo brinda tests y manuales, sino que también ofrece formación online especializada para psicólogos interesados en adquirir nuevos conocimientos y actualizarse en los diferentes ámbitos de la Psicología. Para ello, crearon su propia plataforma de aprendizaje interactivo y a distancia llamada InTEA.



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La plataforma InTEA

https://www.youtube.com/watch?v=Ey_J3ho4iZ8

Durante las últimas semanas Psyciencia tuvo acceso a InTEA, y pudimos comprobar que es una plataforma muy intuitiva, con secciones de rápido acceso para conocer los módulos de los cursos, descargar los recursos preparados por los profesores – expertos en evaluación e intervención psicológica-, y brinda también acceso a los foros de discusión directa con los compañeros y profesores del curso.

Una vez finalizada la formación, TEA Ediciones envía un certificado firmado por ellos y por los profesores que corrobora la aprobación del mismo.

Algunas imágenes de la plataforma

Pantalla de bienvenida de In-TEA.

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Materiales especialmente preparados por los profesores.

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Listado de unidades donde podrás analizar tu avance en el curso.

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Los cursos de InTEA

En esta convocatoria se han lanzado 13 cursos online para que los psicólogos puedan elegir su área de interés o especialización. Todos los cursos inician el 19 de octubre y duran entre 6 y 8 semanas. Son los siguientes:

  1. Intervención clínica en población adoptiva.
  2. Detección, prevención e intervención en conducta suicida.
  3. Las inteligencias múltiples: Cómo aplicarlas a la educación infantil y primaria.
  4. Evaluación e intervención en Alzheimer y otras demencias.
  5. Maltrato y abuso sexual infantil.
  6. Manejo del duelo y afrontamiento a la muerte.
  7. Trastornos del espectro autista (TEA): Evaluación e intervención.
  8. Evaluación e intervención en dislexia y otras dificultades de lectores-escritura.
  9. Evaluación y diagnóstico infanto-juvenil.
  10. Trastornos de conducta y problemas de comportamiento: evaluación e intervención.
  11. Funciones ejecutivas y Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad: Evaluación e intervención.
  12. Evaluación con el test del dibujo de figura humana, casa, árbol, familia y rosal: aplicación, uso e interpretación.
  13. Enuresis y encopresis: evaluación e intervención.

Para ampliar la información sobre los planes de estudios y precios, haz click en los cursos de tu interés. Por cualquier consulta puedes contactar con TEA Ediciones vía email: [email protected], o por teléfono: +34 912 705 000 (ext.1710).

Agradecemos a TEA Ediciones por ser nuestro sponsor de esta semana.

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