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Análisis

358 Publicaciones
  • Análisis

Análisis conductual de The Mandalorian

  • Ariel Faust
  • 21/12/2020

*** Spoilers*** El artículo contiene varios spoilers de la serie. Si todavía no has visto las dos temporadas completas, te recomendamos verlas antes de leer este artículo.

En los últimos años los fanáticos de Star Wars nos hemos visto envueltos en un arduo debate respecto de la última trilogía estrenada por la compañía del ratón. Sin embargo, si en algo es posible que estemos todos de acuerdo, es que Dave Filoni y Jon Favreu nos permitieron volver a enamorarnos de este universo gracias a The Mandalorian. Liberados de la obligación de basarse en los personajes de las primeras sagas, estos autores han logrado ampliar el universo respetando sus premisas principales. (Admitámoslo, Baby-Yoda fue de lo mejor del 2020).

En el espíritu de acercar una temática de gran relevancia clínica, pero en muchas ocasiones dejada de lado por su dificultad técnica, es que ha surgido este artículo. Equilibrando lo nerd y lo geek, proponemos una introducción a distintos conceptos en el marco de la investigación de insensibilidad a las contingencias, conducta gobernada por reglas vs. conducta moldeada por contingencias, el concepto de regla y sus variedades de seguimiento, todo ello explicado y ejemplificado a través de las misiones de Mando.

¿Qué más nos pueden pedir?

Conducta moldeada por contingencias en The Mandalorian

A la hora de especificar los distintos procesos que conducen a la formación de comportamientos en los seres humanos verbales, Skinner diferencia entre aquellas conductas que estarían moldeadas por el contacto directo con contingencias, de aquellas conductas gobernadas por reglas.

“…mientras que el comportamiento moldeado por contingencias lo estaría en función de los efectos directos que éstas tienen sobre aquél, la conducta gobernada por reglas, en cambio, tendería a estar determinada por factores sociales (principalmente, los aportados por otras personas en la relación verbal oyente-hablante)” (Becerra, I.G., San Pedro, E.M., & Martin, N.L. 2006. P.22).

La postura del conductismo skinneriano respecto del efecto de las variables contextuales del ambiente sobre la conducta (y viceversa), es bien conocido. En tanto filosofía de la ciencia, esta línea de conductismo se aproxima al estudio de la conducta humana desde una perspectiva contextual y pragmática, con el objetivo de explicar, predecir y controlar. Dicho esto, analizarán la conducta siempre en relación a su contexto, entendida como un todo integrado llamado: “contingencia operante de tres términos”.

“… Simplemente porque el comportamiento opera sobre el entorno y la unidad integrada consta de tres términos (antecedentes, respuesta, consecuencias). Está “integrada” porque cada uno sólo puede definirse en términos del otro, y por lo tanto estos son aspectos de un todo, no un ensamblaje mecánico” (Drossel, C. & Waltz, T. & Hayes, S., 2007 p.23)

Las conductas que son moldeadas por las contingencias, como su nombre lo indica, son aquellas que han sido establecidas a través del moldeado (shaping). Este proceso de aprendizaje operante se refiere al reforzamiento de las aproximaciones sucesivas hasta llegar a la conducta objetivo. Se lo ha postulado como un “saber por la experiencia o por los sentidos” (Wilson y Luciano, 2002. p.34), dado que depende del contacto directo con las consecuencias que le siguen a la respuesta. Viajemos por un momento al planeta Corvus para intentar aclarar qué significa esto.

En el capítulo 13, The Jedi, se cumplió el sueño de más de un geek. Pudimos ver a Rosario Dawson en la piel de Ahsoka Tano, una de las únicas sobrevivientes de la orden 66 (en la cual la gran mayoría de los jedis fueron asesinados). Luego de un breve malentendido que involucró un par de golpes, Mando le explica a la Jedi que fue enviado por Bo-Katan, con la misión de entregarle uno de su propia especie. Ahsoka se muestra reticente a recibirlo, pero propone intentar unos ejercicios con los cuales pondrá al niño a prueba. Proponemos entonces, un posible análisis de estas interacciones como un proceso de aprendizaje operante en la cual a través del moldeado se va “dando forma” a una conducta: tomar una piedra utilizando la fuerza.

En primera instancia, Grogu se encuentra sentado en una roca a varios pasos de distancia de Ahsoka con Mando a su izquierda. La jedi toma una piedra, y se la envía a Grogu utilizando la fuerza. El niño la toma en su mano. Acto seguido, Ahsoka solicita que se la devuelva. Grogu parece poco interesado y deja caer la piedra. Luego de un breve contacto con Baby-yoda, la Jedi afirma que siente mucho miedo proviniendo de él y que ha sobrevivido hasta ahora ocultando sus poderes.

Imagen: The Mandalorian (Disney)

Luego del intento fallido, la segunda iteración propone un cambio en los antecedentes. Ya no es Ahsoka quien intenta evocar la conducta de mover la piedra con la fuerza, sino Mando. El mismo le indica tomar la piedra llamándolo “niño”. Nada ocurre. Ahsoka le recuerda a Mando el nombre “Grogu”. Al llamarlo por el mismo, Mando obtiene inmediatamente su atención (contacto visual). Intenta nuevamente presentando la misma roca y el resultado se repite. Mando afirma que esto se debe a que “es terco” (una explicación reificante en la cual se le atribuyen propiedades físicas a algo que no lo posee, “la terquedad”. Desde esta lógica Grogu no levanta la piedra porque es terco, y es terco porque no levanta la piedra, una explicación circular que de nada sirve).

Ahsoka le propone intentar “conectar” con él. En un rapto de lucidez, Mando recuerda el historial de interacciones previas en las cuales el niño tomó un elemento de su nave sin permiso porque le parecía interesante. Mando Realiza pues lo que podríamos denominar como “contrato de reforzamiento” (acordar cuál será el reforzador a recibir en caso de que se realice la conducta objetivo), presentando un antecedente (un estímulo discriminativo que, como tal, señala la disponibilidad de una consecuencia reforzante al emitir una conducta), una esfera cromada. El efecto es inmediato. Grogu al ver la esfera levanta el brazo, extendiéndose hacia adelante. Esta podría considerarse como una primera aproximación que, en circunstancias distintas, ya podría ser reforzada entregando el objeto (en el universo Star Wars los personajes suelen levantar sus manos de esta forma antes de utilizar la fuerza). Al ver el interés de Grogu, Mando realiza otra modificación: se arrodilla al mismo nivel que el niño, permitiéndole observar mejor y presenta la demanda: “Eso es, tómala. Puedes tenerla”. Segundos más tarde, la conducta objetivo es finalmente ejecutada: Grogu utiliza la fuerza y obtiene la esfera. Inmediatamente se presenta un reforzador positivo social (sumado al de la esfera misma): “Buen trabajo. ¡Buen trabajo niño!”

En este ejemplo, la conducta “utilizar la fuerza para tomar una piedra” es moldeada por aproximaciones sucesivas de prueba y error. Si la conducta no se emite, no se presenta la consecuencia reforzante (ni la esfera, ni la felicitación). Es el contacto directo, la experiencia de Grogu con las consecuencias naturales presentes en el ambiente –observar la esfera (A), utilizar la fuerza (B), obtener la esfera (C)– lo que moldea y establece esta conducta dentro de su repertorio. (Valga la aclaración que una única iteración probablemente no genere un aprendizaje, sino que serán necesarias múltiples repeticiones del proceso).

Conducta gobernada por reglas en The Mandalorian

A lo largo de los años ha existido un arduo debate respecto de la definición del concepto de regla. Supera los límites de este humilde artículo el traer a colación las distintas perspectivas, con lo cual, nos remitiremos a citar a alguien que sabe mucho más que nosotros sobre el tema.

“…Definimos la regla como un estímulo especificador de contingencias, señalando que es un concepto descriptivo, y de ahí su papel variable según la contingencia sobre la que actúe. La morfología genérica de una regla sería la siguiente: «si emito una respuesta ante determinado estímulo o en determinado momento, irá seguida de ciertos consecuentes». La regla, por tanto, describiría una contingencia de tres términos.” (Froxán, M., 2020. p.131)

Una aclaración de vital importancia es que las reglas no se refieren únicamente a una situación específica (como es el caso de las instrucciones) sino que tienen la capacidad de gobernar conductas en un amplio rango de circunstancias por ser generales. Estamos pues, frente a un tipo de conducta que estaría controlada no por el contacto directo con las consecuencias inmediatas que le siguen a la realización de la acción, sino por su especificación verbal en forma de regla y (como veremos un poco más adelante), “por las contingencias sociales que refuerzan su seguimiento” (Froxán, M., 2020. p.132)

Para aquellos que han seguido la serie episodio tras episodio, es bien sabido que Mando odia a los droides. A lo largo de la historia hemos visto múltiples ejemplos de ello: se negó a abordar cualquier transporte manejado por droides, incluso si eso significaba exponerse a un chofer de aspecto menos confiable. Reiteró a Peli Motto que no quería que ninguno de los droides de carreras Pod repare su nave durante su estadía en Tatooine. Finalmente, continuó siendo escéptico sobre el droide IG-11 a pesar de que Kuiil le explicó en reiteradas ocasiones que lo reprogramó para ser un “droide nodriza” en lugar de uno de caza.

Imagen: The Mandalorian (Disney)

Dado que en todas estas ocasiones no existió un contacto directo con contingencias que generen un “saber por la experiencia” que culmine en desconfianza hacia estos droides específicos, podemos hipotetizar que estas conductas están gobernadas por una regla verbal previamente establecida, del estilo: “Si confías en un droide, terminaras muerto” (me tomo la libertad creativa de inventarla). Como se puede ver, esta regla tiene la capacidad de influenciar el accionar en un amplio abanico de situaciones. En cambio, un sencillo ejemplo de instrucción aplicable a una única situación podría ser la que Mando le da a Cobb Vanth en Mos Pelgo, en el contexto de la cacería del Dragon Krayt que aterrorizaba al pueblo: “Cuando salga y tenga el vientre sobre los explosivos (A), presiona el detonador (B)” (no se especifica la consecuencia, pero es evidente).

En términos del historial de aprendizaje que haya establecido esta regla respecto de los droides, contamos con muy poca información. Podría haber sido verbalizada por alguno de los mandalorianos que lo criaron, por sus padres antes de eso, o podría haber sido generada por Mando mismo luego de múltiples situaciones en las cuales distintos droides probaron ser poco confiables. La única situación que, efectivamente podemos ubicar al respecto, es el capítulo 8 en el cual vemos como luego de ser escondido por sus padres durante la guerra, es descubierto y casi asesinado por un droide. Lo cual decididamente justificaría cierta desconfianza.

Una pizca de RFT en The Mandalorian

Luego de varios meses de espera entre una temporada y otra, finalmente pudimos continuar disfrutando del desarrollo de la épica aventura. Sin embargo, rápidamente en el primer capítulo una situación nos llama poderosamente la atención. Al aterrizar nuevamente en el planeta Tatooine, se da el siguiente diálogo:

-Peli Motto a sus droides: “Lo siento chicos, ya saben que no le gustan los droides.”
-Mando a Peli Motto: “Podrías dejarlos arreglarla, la Crest necesita una buena mano.”
-Peli Motto: (sorprendida) “¡Entonces ahora si le gustan los droides!”

¿Que? ¿Cómo? ¿Mando ahora confía en los droides? Hace exactamente cuatro capítulos, estos mismos droides, intentaron acercarse a la misma nave para arreglarla y fueron rechazados. ¿Entonces?

Sin entrar en demasiados detalles, no sería disparatado suponer, que los eventos del capítulo anterior, en el cual el Androide IG-11 le salva la vida, hayan permitido una transformación de las funciones de estímulo en torno a la regla “Si confías en un droide, terminaras muerto”. Ya lo dijo Torneke, “Para un funcionamiento humano efectivo, una regla puede estar presente sin ser seguida” (Zettle, R., Hayes, S. C., Barnes Holmes, D., & Biglan, T. (2016) p. 257). Podríamos decir que la regla verbal continúa presente, más, luego del contacto directo con nuevas contingencias (ser salvado por un droide), se han derivado nuevas funciones que permiten la ejecución de conductas alternativas. Si se quiere, una flexibilización de su repertorio conductual.

“En nuestros esfuerzos por examinar teórica y empíricamente los efectos de las reglas, emergieron tres variedades de conductas gobernadas por reglas funcionalmente distintas: Pliance, Tracking y Augmenting. Estas tres formas de gobierno por reglas son útiles e importantes, pero pueden producir también, problemas conductuales” (Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (1999). p.29).

Pliance

“¿Alguna vez te has quitado el casco? 
¿Alguna vez te ha sido quitado por otros? 
*Este es el camino”***** 
– La Armera.

Este término se refiere a una “clase funcional, o regulación verbal, resultado, o producto, de una historia de múltiples ejemplares en donde el hablante refuerza (socialmente) al oyente, por comportarse de acuerdo al contenido de la regla (Ruiz, 2019).

Es decir, el seguimiento de la regla no se debería al hecho de que al hacerlo se contactan consecuencias específicas directas como resultado de la conducta, sino que se responde basándose en una historia de aprendizaje en la cual, se han obtenido consecuencias reforzantes porque otros han notado la consistencia entre lo que la regla dicta y nuestro accionar.

Imaginemos por un momento, el primer encuentro del pequeño Mando luego de ser rescatado por los Mandalorianos tras la masacre de su familia. En aras de que forme parte del clan, se lo instruye en el credo, el “Camino de los Mandalorianos” (“The Way of the Mandalore”) y sus preceptos. Entre distintas reglas de comportamiento que aún desconocemos, sobresale por todas las demás, la que hemos visto cumplida a rajatabla durante la serie: no quitarse el casco ni permitir a otros que se lo saquen. A partir del capítulo 4 en el cual Mando aclara cuáles serían las consecuencias de romper la regla, la contingencia completa podría describirse así:

“Si, en presencia de otros seres vivos (A), te quitas el casco (B), entonces, no podrás ponértelo de vuelta (C).”

Imagen: The Mandalorian (Disney)

Si el hecho de utilizar su casco en todo momento que haya otros seres humanos presentes, responde al historial de consecuencias reforzantes, socialmente establecidas por sus nuevos cuidadores, estaremos en presencia de una regla verbal que es seguida por Pliance. Distinto sería que se utilice el casco porque al hacerlo en un lugar como el planeta helado Hoth, se logra proteger de las consecuencias directas presentes en el ambiente (léase: utilizar el casco le permite no morirse de frío ni tiene que andar por ahí escondiéndose en el estómago de un Tauntaun como alguien que conocemos). En ese caso estaríamos hablando ya, de Tracking.

Tracking

Se refiere a una “Clase funcional, o regulación verbal, resultado, o producto, de una historia de múltiples ejemplares en los que comportarse de acuerdo al contenido de la regla es reforzado por consecuencias naturales.” (Ruiz, 2019).

Pensemos en el encuentro de Mando con Bo-Katan Kryze. La guerrera afirma ser una mandaloriana (y a todas luces, demuestra serlo) sin embargo infringe la regla de no quitarse el casco delante de otros seres vivos. La función de utilizar el casco, no responde a lo que hemos descrito como Pliance. Imaginemos por un momento una regla verbal del estilo, “Si durante la batalla (A), utilizas el casco (B) aumentarán tus chances de sobrevivir (C).”

Imagen: The Mandalorian (Disney)

Es lógico suponer que en el contexto de la gran purga en la cual el imperio se dedicó a cazar Mandalorianos por su preciado beskar, seguir esta regla (utilizar el casco durante la batalla) probablemente fue reforzado gracias a que se contactaron las consecuencias naturales, especificadas en la regla (sobrevivir). Esto es justamente lo que llamamos seguimiento de reglas por Tracking.

Augmenting

Refiere al “seguimiento de reglas debido a redes relacionales que alteran el grado en el que los eventos funcionan como reforzadores” (Ruiz, 2019).

El augmenting formativo establece nuevas consecuencias como tales y el motivacional altera nuestro interés en las consecuencias ya existentes. Dicho esto, una de las cosas más importantes para entender este concepto, es que es el lenguaje lo que nos permite traer consecuencias distantes (a largo plazo), que aún no han ocurrido y ser influenciado por ellas. Es decir, actuar en el presente como si dichas consecuencias estuvieran aquí, para en algún momento, efectivamente contactarlas. Cabe mencionar que es posible que nunca se contacten.

Pensemos en uno de los momentos más emocionantes de la serie, el capítulo 15, El creyente. Mando planea junto a varios compañeros infiltrar a Migs Mayfeld a una base del imperio para utilizar una consola con la cual obtener las coordenadas de la nave de Moff Gideon, en la cual Grogu se encuentra prisionero. Tras varias escenas que no son pertinentes, Mando se encuentra ante una disyuntiva: La consola (rodeada de generales imperiales), solamente le otorgara las coordenadas luego de escanearle el rostro descubierto. Migs propone abandonar la misión, pero Mando afirma: “si no consigo las coordenadas de esa nave, pierdo al niño.”

¿Se imaginan ustedes, a Mando como un cliente suyo, llamándolos escondido en un baño de la base imperial en ese instante? Su voz entrecortada y agitada diciendo, “Si me quito el casco, traiciono el credo, sería rechazado por mi pueblo… pero si no lo hago, perdería para siempre a Grogu. ¿Qué hago?”

Aun en una ficción, es fácil identificar la relevancia clínica que puede llegar a tener el seguimiento rígido de las reglas verbales. Una respuesta posible a esa pregunta, desde la perspectiva de la filosofía de las terapias contextuales-conductuales, sería recordar que “el propósito último de las reglas es ser más efectivo.” (MCC p.43). ¿Efectivo en relación a qué? El pragmatismo vuelve a nuestro rescate. “Lo que funciona” implica aquellas conductas que me permiten alcanzar el bienestar, conectarme con quien quiero ser, aquello que valoro en mi vida y el sentido que quiero darle a ella. Volviendo a Mando, incluso en esa situación decididamente aversiva, logra establecer a través de enmarques condicionales, que, si obtiene las coordenadas en la consola, podrá encontrar la nave y entonces rescatar a Grogu.

Es capaz de aceptar el sufrimiento que seguramente implica exponer su rostro, solamente porque hacerlo está al servicio de aquello que valora. “Para mí, (Grogu) significa más de lo que imaginas”.

This is the way.

Referencias bibliográficas:

  • Becerra,I.G. , San Pedro, E.M., & Martin, N.L. (2006). (In)sensibilidad a unos u otras contingencias en el marco de la conducta gobernada por reglas.
  • Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (1999). Acceptance and commitment therapy: An experiential approach to behavior change. Guilford Press.
  • Wilson, Kelly & Luciano, Carmen. (2002). Terapia de Aceptación y Compromiso: Un Tratamiento Conductual Orientado a los Valores.
  • Villatte, M., Villatte, J. L., & Hayes, S. C. (2016). Mastering the clinical conversation: Language as intervention. New York: The Guilford Press.
  • Zettle, R., Hayes, S. C., Barnes Holmes, D., & Biglan, T. (Eds.). (2016). Handbook of contextual behavioral science. Chichester, UK: Wiley Blackwell.
  • Drossel, Claudia & Waltz, Thomas & Hayes, Steven. (2007). An introduction to principles of behavior.
  • Froxan, M. X. P. (2020). Análisis funcional de la conducta humana. Concepto, metodología y aplicaciones. España: Ediciones Pirámide.
  • Análisis

¿Por qué compramos lo que compramos?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 30/09/2020

Mantener una vivienda, atención en salud, llevar comida a la mesa, estudiar… podemos decir que casi todo lo que hacemos requiere dinero. La cuestión toma otro color cuando pensamos en que además de los gastos realizados para cubrir necesidades básicas, académicas o profesionales, somos capaces de gastar un porcentaje importante de nuestros ingresos en compras impulsivas. En EEUU, por ejemplo, una persona gasta en promedio US$5400 por año en tales compras. ¿En qué se va ese dinero? Alimentos que no son realmente necesarios (helados, papas fritas saborizadas, entre otros); moda, artículos para el hogar y zapatos. Si reflexionamos sobre nuestra situación financiera personal y familiar, puede suceder que nos encontremos con que no podemos salir de nuestras deudas de tarjeta de crédito, o que tengamos gastos mensuales en artículos que no necesitábamos realmente y que terminan siendo una limitación cuando surge un imprevisto que necesita ser atendido o, incluso, a la hora de planificar ahorros.

Esta situación lleva a que nos preguntemos: ¿por qué compramos lo que compramos?

El Dr. David B. Feldman, profesor de psicología en la Universidad de Santa Clara, explica que, especialmente durante estos tiempos difíciles, ser capaces de satisfacer las necesidades básicas preocupa a muchas personas. Sin embargo, frecuentemente realizamos compras que no son necesarias ni racionales. El marketing y la publicidad son industrias psicológicamente avanzadas, con el objetivo de influir en nosotros, muchas veces de forma inconsciente, para que gastemos dinero. Matt Johnson y Prince Ghuman abordan esta temática en su libro Blindsight: The (Mostly) Hidden Ways Marketing Reshapes Our Brains, en el cual explican que cuando navegamos en el mundo consumidor tomamos decisiones que no siempre son conscientes respecto de cómo o por qué hacemos lo que hacemos.

Podemos pensar, por ejemplo, que estamos eligiendo un alimento en particular del estante del supermercado porque sabe mejor, pero la realidad puede ser más complicada. En un estudio se realizó una prueba de sabor a ciegas de patés. Su metodología consistió en invitar a los participantes a degustar cinco patés que habían sido presentados de manera apetitosa con guarnición de perejil. Pero una de las muestras era comida para perros, que había sido molida hasta obtener una pasta fina en un procesador de alimentos para disfrazar su textura. Después de probar las cinco muestras, se pidió a los participantes que adivinaran cuál era en realidad la comida para perros. Los resultados fueron sorprendentes: su conjetura no fue mejor que el azar (Bohannon et al., 2010).

Otro grupo de investigadores le sirvió a los participantes de su estudio (estudiantes en formación para convertirse en sommeliers) vinos tintos y blancos, y se les pidió que describieran su sabor. Los investigadores descubrieron que cuando se agrega tinte rojo al vino blanco, los estudiantes a menudo no se dan cuenta de que algo no está bien: usaron palabras típicamente reservadas para vinos tintos para describir los sabores (Morrot et al., 2001).

Explica Johnson que muchas veces tomamos decisiones por razones diferentes a las que creemos. Sucede por ejemplo, cuando vamos a un restaurante elegante y gastamos mucho dinero para degustar platos deliciosos de comida, pero en realidad aquella “delicia” no proviene de lo que saboreamos a través de la boca sino que ocurre en el cerebro, y en este campo los especialistas en marketing tienen mucha influencia.

La presentación (empaque o “packaging”) y el reconocimiento de la marca son algunos de los factores principales que influyen en nuestras elecciones como consumidores. Para graficar mejor esto trae a colación el famoso “Pepsi Challenge,” un desafío de prueba del sabor, del cual destaca que aunque Coca-Cola supera constantemente en ventas a Pepsi, la mayoría de las personas prefiere el sabor de Pepsi. Según los hallazgos de este experimento, cuando las personas creían que la bebida que consumían era Coca Cola, reportaban disfrutarla más que si era Pepsi. Resalta el autor que, a pesar de contar con reconocimiento a nivel mundial, Coca-Cola aún invierte miles de millones de dólares anualmente en publicidad porque con cada anuncio puede, realmente, influenciar nuestras preferencias.

Para recuperar nuestro poder como consumidores y evitar ser influenciados tan fácilmente, Johnson y Ghuman señalan que, al darnos cuenta de la influencia que el marketing puede ejercer sobre nosotros, podemos tomar decisiones más sabias y deliberadas.

Su sugerencia fundamental implica comprar de una manera más consciente. En particular, exhortan a que no compremos si estamos emocionados, distraídos o hambrientos. Todas estas situaciones hacen que pensar sea más difícil.

Nuestros cerebros solo tienen una cierta cantidad de poder de procesamiento. Cuando una parte de nuestros recursos mentales está siendo ocupada por distracciones, simplemente nos queda menos poder cerebral para tomar buenas decisiones de compra. Del mismo modo, ya sea que estemos comprando alimentos o cualquier otro producto, cuando no hemos comido por un tiempo, nuestro cerebro no tiene la energía para tomar las mejores decisiones posibles. Eso significa que somos más susceptibles a realizar compras impulsivas.

Tener esto presente puede ayudarnos a estar mejor preparados para hacer frente a las estrategias del marketing. En tiempos de dificultades financieras para tantos debido a la pandemia de COVID, cualquier herramienta que nos ayude a tomar mejores decisiones como consumidores y ahorrar dinero es de gran valor.

Referencias:

  • Bohannon, J., Goldstein, R., & Herschkowitsch, A. (2010). Can people distinguish Pâté from dog food? En CHANCE (Vol. 23, Número 2, pp. 43-46). https://doi.org/10.1007/s00144-010-0022-1
  • Morrot, G., Brochet, F., & Dubourdieu, D. (2001). The Color of Odors. En Brain and Language (Vol. 79, Número 2, pp. 309-320). https://doi.org/10.1006/brln.2001.2493

Fuente: Psychology Today

  • Análisis

6 formas de incrementar la paciencia con el aprendizaje en casa

  • Maria Fernanda Alonso
  • 30/09/2020

“Lo que más extraño de la escuela son los recreos, y mis compañeros… Bueno, y las clases también” (Nahir, 9 años).

Compartir las 24 horas del día, todos los días, con otras personas es, por lo menos, desafiante. Si estas personas son niñas y niños que toleran hace meses medidas de restricción de circulación, el desafío se potencia. Madres, padres, cuidadores y personas encargadas de la crianza lo saben. Muchos de ellos se encuentran con la responsabilidad de velar por los cuidados precisos en virtud de la pandemia que vivimos, adaptarse a nuevas formas de trabajo (y, quizás, lidiar con inestabilidad económica), y acompañar a los más pequeños en sus clases virtuales y el cumplimiento de sus deberes.

Con esta situación presente, la Dra. Andrea Bonior, psicóloga clínica, nos presenta 6 formas de incrementar la paciencia con el aprendizaje a distancia. Empezar cada día desde cero, y tomar un día a la vez son las primeras recomendaciones que debemos recordar constantemente. Veamos las siguientes:

No tenés el deber de reproducir la experiencia escolar en persona

Puede ser que adolescentes no tengan la experiencia del “viaje de fin de año” con todos sus compañeros, o que niñas y niños no participen de una feria de ciencias que comparte con toda la escuela aquello que han aprendido y preparado durante el año. Sin embargo, puede suceder que estén aprendiendo a manejar conflictos con sus hermanos, a bañar y cortar el pelo a su perrito, a lidiar con la decepción. Quizás estén descubriendo cosas nuevas que no hubieran aprendido si esto no hubiera sucedido.

Esto no significa que debes sentirte agradecida o agradecido por estar viviendo lo que estamos viviendo. Reconocer que las lecciones de vida más profundas o la oportunidad de impulsar la inteligencia emocional pueden surgir incluso en las situaciones más difíciles, y esto es muy importante.

Buscá ayuda

No estás sola. Hay muchas madres y muchos padres lidiando con esta misma situación y, de hecho, es probable que hayan muchas personas que estén lidiando con correos electrónicos confusos, aplicativos que no responden y escasez de tiempo para resolver. Una herramienta que puede ser de utilidad es crear una comunidad, un grupo de WhatsApp, un perfil cerrado en Instagram, o el medio que resulte más práctico, en el que participan otras personas que están viviendo lo mismo (quizás, madres y padres de los compañeros de tus hijos). El apoyo social puede proporcionar un gran impulso a nuestra salud mental y física.

Mantené presentes tus valores

En los momentos en que las herramientas de la tecnología no responden, las tareas son confusas o demandan que tripliques los malabares que ya tenías que hacer y te sientas abrumada por una situación que te sobrepasa, respirá, da un paso atrás y procurar visualizar el panorama general. ¿Cuál es el propósito de todo esto? ¿Qué tipo de valores desea transmitir a su hijo? ¿Qué querés que vean en vos durante este tiempo y qué tipo de madre/padre querés ser? ¿Qué te gustaría ver cuando mires hacia atrás en este momento, algún día?

Podés tener un día (o una semana) en que todo va mal, pero enfocar la atención en tus valores, en tu propósito sobre la crianza durante este tiempo, y en el hecho de que tus hijos te buscan para que les orientes a través de la incertidumbre, puede ayudarte a recordar lo que es realmente importante, y no estancarte en aquello que no lo es.

Empatía, empatía, empatía

Todos nos sentimos cansados, agotados, desgastados. Puede ser difícil ser empáticos con otras personas porque nuestras reservas están vacías. Sin embargo, la empatía puede mejorar tu paciencia a la hora de hacer frente a las frustraciones que puede traer el aprendizaje online.

Empatía por la maestra que podría estar manejando su propio caos en casa, empatía por que su hijo extrañe a sus amigos y tenga que mirar una pantalla por mucho más tiempo de lo que usted hubiera querido que lo hiciera, y empatía por los administradores que tienen que tomar decisiones (nunca podría haberlo anticipado, todo está justificado y es importante).

Cuando puedas, encontrá humor

El humor puede ser muy importante para tu bienestar emocional, es capaz disminuir la presión arterial y romper la tensión para ayudar a que todo el cuerpo se sienta mejor.

¿Cuándo fue la última vez que reíste profundamente? ¿Y qué podrías hacer para conseguirlo de nuevo? Encontrá cosas con las que puedas reír junto a tus hijos: ya sea un programa de televisión que comparten, o soltarse con movimientos de baile tontos. Esto también puede ayudar a aumentar la conexión con ellos.

Basta de perfeccionismo

Es muy importante que ajustes tus expectativas en relación a la escolaridad de tus hijos y también en cuanto a tu propio rol como madre/padre. Muchas personas se sienten fracasadas porque no son tan pacientes como les gustaría ser con sus hijos, o no están preparando las comidas perfectamente saludables que ven en las redes sociales, o no sienten una gran conexión con sus hijos a pesar de todo el tiempo que pasan juntos.

¿Con qué vara te estás midiendo? Reflexioná sobre esto. Si sos perfeccionista, planteate cómo podés empezar a darte crédito solo por sobrellevar y sobrevivir (las actividades más productivas de todas) la etapa más desafiante en tu rol parental.

Fuente: Psychology Today

  • Análisis

Consecuencias psicológicas de la guerra

  • Ignacio Sandino
  • 06/08/2020

El interés de antaño por el estudio del fenómeno de la guerra y sus consecuencias en la psique humana, tuvo su punto alto a mediados de los años 80 con diversas investigaciones destinadas a identificar y comprender los resultados perniciosos de la guerra en la psicología del individuo y del colectivo, en parte debido al avance en la compresión y clasificación del trastorno por estrés postraumático publicado en el DSM-III en 1980.

Teoría del trauma psicosocial de la guerra

A continuación, se expone parte de la teoría del trauma psicosocial de la guerra y se abordan por último dos hallazgos de este fenómeno a partir de dos situaciones históricas: La II guerra mundial y el contexto de la guerra fría en Nicaragua (guerra civil sandinistas – contras).

Para el psicólogo social, Ignacio Martín-Baró (1990), la guerra produce un trauma psicosocial, definido como la cristalización traumática en las personas y grupos de las relaciones sociales deshumanizadas. Para este autor, el trauma psicosocial experimentado por las personas expresa unas relaciones sociales enajenantes, que niegan el carácter humano del “enemigo” al que rechaza como interlocutor en cuanto tal y al que incluso se busca destruir. 

La polarización social es otra secuela y tiende a la somatización, y las mentiras institucionalizadas precipitan problemas de identidad y la violencia aboca a una militarización de la mente. De esta situación planteada encuentra su razón de ser la tarea psicosocial de despolarización, desideologización y desmilitarización del país.

A nivel individual la guerra supone cambios cognoscitivos y conductual ocasionados por la necesidad de que la persona pueda adaptarse, entre ellos: la desatención selectiva y el aferramiento a prejuicios, la absolutización, idealización y rigidez ideológica, el escepticismo evasivo, la defensa paranoide y, por último, el odio y deseo de venganza. Estos esquemas cognoscitivos y conductuales surgen y se configuran a partir de tres dinamismos adaptativos o de supervivencia: la inseguridad frente al propio destino, la carencia de propósito y aún de sentido en lo que se tiene que hacer, la necesidad de vinculación o pertenencia personal a algún grupo.   

Let There Be Light

Let There Be Light (1981) es un documental realizado por el director John Huston, el cual forma parte de una serie de documentales sobre el servicio prestado por miembros de la fuerza armada de Estados Unidos durante la II Guerra Mundial. Esta pieza cinematográfica retrata el desconcertante panorama de un grupo de militares que retornan a su país luego de prestar sus servicios al ejército estadounidense. 

Al iniciar el documental, el director menciona que aproximadamente el 20% de las bajas del ejército norteamericano eran de naturaleza neuropsiquiátrica. Agregando que estos ex-militares sufrían de miedo incesante, aprensión psicológica, sensación de que un desastre inminente está a punto de ocurrir, desesperanza y aislamiento. 

Huston estructura el documental dando seguimiento a los excombatientes desde su ingreso al Mason General Hospital hasta el día que el personal del hospital les da de alta. Acompaña los procesos de recuperación personal a través de sesiones individuales, sesiones grupales, terapia ocupacional, sesiones de hipnosis y narcosíntesis, esta última referida al uso de barbitúrico para adormecer al paciente y realizar el ejercicio de revivir o rememorar la situación traumática. 

Estas sesiones psicoterapéuticas se encuentran registradas en el documental, convirtiéndolo en un producto cinematográfico altamente educativo. Por otro lado el estilo de dirección de Huston, permite que los ex-militares y médicos orienten el documental hacia su relación médico-paciente. Debido a su contenido impactante y visión alternativa de la guerra este documental fue censurado por el gobierno de Estados Unidos por casi 34 años.

John Huston (2012) sobre la censura:

“… se debió también a que mostrar heridas físicas, héroes sin piernas ni brazos, resulta más aceptable porque hablan del amor por la patria y destilan un cierto valor romántico, pero los hombres heridos mentalmente, cuyo espíritu ha sido destruido, son más difíciles de aceptar, y el ejército deseaba mantener el mito del guerrero que regresa fortalecido de la experiencia.” 

                            Sesión de hipnosis, Let There Be light (1946) John Huston.

Traumas de la guerra en la población rural de Nicaragua

Cabrera (2002) señala que Nicaragua es un país poli-traumático debido a sus continuas intervenciones militares, guerras civiles y amenazas naturales. Luego del triunfo de la revolución popular sandinista, el 19 de julio de 1979, Nicaragua se preparaba nuevamente para otra guerra civil; esta tenía como característica ser una guerra de “baja intensidad” sin embargo sus estragos a lo largo de la década de los 80s son sumamente significativos hasta nuestros días. 

A consecuencia de esta guerra (1980-1989), murieron alrededor de 61,826 nicaragüenses y otros 300,000 migraron, Nuñez et al. (1991). Hoy, después de 30 años y con los sucesos ocurridos a lo largo de 2018, es necesario recapacitar sobre nuestra historia contemporánea y la manera en que ha dictaminado y condicionado nuestro entramado psicosocial. 

Los investigadores Derek Summerfield y Leslie Toser (1991) realizaron un estudio tipo mixto (cuantitativa y cualitativa) en una pequeña comunidad rural de Nicaragua, “La Urbina” ubicada en el departamento de Nueva Guinea. Para el tiempo del estudio (1989) vivían alrededor de 215 campesinos, 86 de ellos mayores de 18 años. La mayoría habían migrado de zonas aledañas huyendo de la guerra sandinistas-contras, sus condiciones de vida eran muy precarias y las familias eran numerosas. Se estima que las mujeres tenían aproximadamente 10 hijos y de ellos usualmente 1 o 2 morían al poco tiempo de haber nacido.

La metodología de la investigación fue la siguiente, se realizaron entrevistas a profundidad (1-2 horas) a 43 habitantes (21 hombres, 22 mujeres), de esta muestra el 50% era mayor de 18 años, guardando siempre la misma distribución en el sexo. La entrevista estaba dirigida a que ellos comentaran sobre “cómo la guerra les ha afectado sus vidas y su reacción emocional ante lo que les ha ocurrido”. Esta información posteriormente fue contrastada con una entrevista semi-estructurada, que consistió en la aplicación del General Health Questionnaire (GHQ) de 28 ítems. El cual contiene 4 sub-escalas: síntomas psicosomáticos, ansiedad e insomnio, disfunción social y depresión severa.

Resultados

Las puntuaciones del GHQ por arriba de 5 puntos representan los casos clínicos. En La Urbina el 62% de los hombres alcanzaron un promedio 8.6 y el 91% de las mujeres 12.2, lo que muestra una perturbación psicológica generalizada y severa.  

De la muestra, el 25% de los hombres y el 50% de las mujeres cumplían con los criterios diagnósticos para estrés postraumático. Alguna de las situaciones que generaban angustia a la población se debía a duelos no resueltos. 

Solamente el 14% de las personas entrevistadas no mostró perturbación psicológica, posiblemente debido a que en sus historias de vida los traumas de la guerra fueron menos directos en comparación al resto de la muestra.

Entre la sintomatología presente más frecuente se encuentran:

  • Somatización.
  • Trastorno sostenido del sueño.
  • Hipervigilancia. 
  • Otra sintomatología basada en la ansiedad.
  • Problemas de concentración.

La guerra tiene rostro humano

La investigación de Summerfield y Toser contiene relatos de algunos de los participantes, estas historias personales son agrupadas de acuerdo a su contenido y categorizadas por sintomatología. Entre ellas se encuentra la siguiente:

Recuerdos traumáticos específicos

Juana Jirón Romero, fue una de las entrevistadas, para la época tenía 24 años de edad y había perdido al menos 5 familiares cercanos por asesinato y secuestro a manos de la contra. Para marzo de 1987, su comunidad fue atacada por la contra quien disparó a corta distancia a la mamá de su esposo y lanzó una granada contra el resto de su familia mientras trataban de huir. Juana, para ese entonces estaba embarazada, y al tratar de huir fue herida por la metralla de los disparos del comando contra, su hija Lisbet fue alcanzada en el abdomen.

Figure
Juana Jirón Romero con su hija, de casi dos años, Lisbet. (1987).

Dos años después Juana aún recuerda que viajó toda la noche a pie, y en panga para poder obtener ayuda médica para su hija, eventualmente logró llegar al hospital de Juigalpa, aproximadamente 150 kilómetros de viaje; en donde su hija murió luego de 3 semanas de sobrevivencia en el hospital. Este relato gráfico continúa vivo en su memoria, para ella lo peor de todo es su memoria de su hija llorando y rogándole por agua y comida y ella verse incapaz de poder responderle porque los doctores lo habían prohibido – debido a que presumían que Lisbet tenía el intestino perforado. Juana continuaba reprochándose el hecho de no haberla llevado a Managua en donde ella creía que podía recibir una atención médica que le salvará la vida a su hija.

Juana no podía pensar con claridad y pasó con muy poco apetito todo el año luego de la muerte de su hija, y continúa experimentando la sensación de “no sentirse normal”, luego de 2 años aún continúa escuchando la voz de su hija, suplicándole por agua. Estos recuerdos vívidos son acompañados de síntomas psicosomáticos como: dolor en el pecho. Summerfield relata el final de la entrevista así: -de pie en su choza casi desnuda, dijo: «Ahora no tengo nada de ella… ¿Cómo puedo demostrar que ella vivía?» Luego dijo que poco antes del ataque algunos viajeros extranjeros que pasaban por casualidad habían tomado una fotografía de su familia. “En algún lugar en el extranjero”, dijo, “había pruebas de que Lisbet había existido”-.

Como ocurrió con muchas familias de desaparecidos en Argentina, Juana estaba preocupada por demostrar que Lisbet Jirón Romero no era una ilusión privada o alucinación, sino que definitivamente había existido. Al escuchar la historia sobre los extranjeros que fotografiaron a Juana a inicios de 1987, y realizando las indagaciones Summerfield y Toser determinaron que se trataba de un grupo de trabajadores de “Witness for Peace”.

Al final se hizo entrega de esta fotografía a Juana Jirón.

Referencias

  • Amidon, A. (2013). The Preservation and Restoration of John Huston’s “Let There Be Light”. [Figura. Recuperado de https://unwritten-record.blogs.archives.gov/2013/11/07/the-preservation-and-restoration-of-john-hustons-let-there-be-light/
  • Cabrera, M (2002). “Vivimos y sobrevivimos en un país multiduelos”. Revista Envío, número 249. http://www.envio.org.ni/articulo/1190 
  • Huston, J. (1946). Documentary “Let There Be Light”. Available on Netflix and Youtube.
  • Martín-Baró, I. (1990). Psicología Social de la Guerra: Trauma y Terapia. Colección Lecturas Universitarias Vol. 4. UCA EDITORES.
  • Nuñez, O. et al. (1991). La Guerra En Nicaragua. CIPRES.
  • Summerfield, D. & Toser, L. (1991). “’Low Intensity’ War and Mental Trauma in Nicaragua: A Study in a Rural Community”. Medicine and War, VOL.7, 84-99.
  • Vogel, S. (2012). John Huston film about WWII soldiers that Army Suppressed is restored. The Washington Post. https://www.washingtonpost.com/politics/john-huston-film-about-ww-ii-soldiers-that-army-suppressed-is-restored/2012/05/23/gJQA7LS3lU_story.html?utm_term=.24b74ef9098f 
  • Kernan, M. (2012). 1981 review of ‘Let There Be Light’: War Casualty. The Washington Post. https://www.washingtonpost.com/politics/1981-review-of-let-the-be-light-war-casualty/2012/05/24/gJQAPaQ6lU_story.html?tid=a_inl&utm_term=.01820c5444fe
  • Análisis

Intimidad en la pareja y síntomas depresivos, ¿cómo se relacionan?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 14/05/2020

Cuando pensamos en el bienestar emocional, tanto la calidad de las relaciones humanas que mantenemos como nuestra salud mental son importantes y están interconectadas. Pero, ¿cómo se relacionan? Para responder a esta pregunta, investigadores analizaron los datos recopilados entre 1994 y 2006 de 654 parejas que participaron en el Estudio del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano sobre Cuidado Infantil Temprano y Desarrollo Juvenil. Los participantes informaron su sintomatología depresiva y el nivel de intimidad en su relación a lo largo de seis puntos temporales.

La autora del estudio señaló que de sus hallazgos se desprende que “para las mujeres, la mayor calidad de la relación de pareja se asocia con disminuciones futuras en los síntomas depresivos y mejores condiciones de salud mental. Para los hombres, es al revés: los síntomas depresivos predicen disminuciones futuras en la calidad de la relación de pareja” (Yan et al., 2020).

En otras palabras, las mujeres que estuvieron de acuerdo con declaraciones como «mi cónyuge/pareja me escucha cuando necesito a alguien con quien hablar» informaban niveles más bajos de síntomas depresivos en el siguiente punto temporal. Los hombres con niveles más altos de síntomas depresivos en un momento dado, por otro lado, fueron más propensos a estar de acuerdo con declaraciones como «me siento descuidado a veces por mi cónyuge/pareja,» en el siguiente punto temporal.

«También descubrimos que las percepciones de las parejas sobre la intimidad de la relación estaban interrelacionadas, de modo que una mayor intimidad en la relación de pareja percibida por un compañero predijo las calificaciones posteriores más altas de la relación de pareja,» dijeron los investigadores.

El estudio controló las características demográficas como la edad y el estado socioeconómico. Entre sus limitaciones, los autores señalan que para comprender las relaciones bidireccionales a largo plazo entre la calidad de la relación de pareja y la salud mental, esta investigación sólo estudió a parejas que se mantuvieron juntas durante más tiempo, en el periodo en que se realizó el estudio. Por lo tanto no es posible saber si los hallazgos representan a parejas que pasan por rupturas o divorcios.

Referencia bibliográfica:

Yan, J. J., Schoppe‐Sullivan, S. J., & Feng, X. (2020). Transactional Associations Between Couple Relationship Intimacy and Depressive Symptoms Across 10 Years. En Journal of Marriage and Family. https://doi.org/10.1111/jomf.12667

Fuente: Psypost

  • Análisis

El desafío de pasar las 24 horas del día con la pareja durante la cuarentena

  • Maria Fernanda Alonso
  • 24/04/2020

Las medidas preventivas y orientadas a aplanar el crecimiento exponencial del esparcimiento del coronavirus COVID-19 incluyen, en muchos lugares del mundo, distanciamiento social y la orden de quedarse en casa. Esto puede ser un desafío para las parejas jóvenes que pueden encontrarse pasando más tiempo juntos que nunca antes.

¿Puede esta situación afectar el funcionamiento biológico y la salud de estas personas?

Investigaciones anteriores muestran que las personas que tienen amistades y relaciones románticas de mayor calidad durante su adolescencia y los 20 años generalmente tienen un menor riesgo de dolencias y enfermedades durante la edad adulta, mientras que las personas con relaciones tempranas caracterizadas por conflictos o violencia experimentan un mayor riesgo de resultados negativos para la salud (Allen et al., 2015), (Collins et al., 2009), (Exner-Cortens et al., 2013).

¿Pueden los asuntos del corazón afectar tu corazón?

Las interacciones cotidianas, aparentemente mundanas, de los jóvenes con sus parejas podrían tener efectos en su funcionamiento fisiológico. Estas conexiones directas entre el funcionamiento social y la fisiología podrían acumularse con el tiempo de manera que finalmente afecten la salud a largo plazo (Slatcher & Selcuk, 2017).

Un estudio examinó si las experiencias románticas cotidianas de las parejas jóvenes se relacionan con su fisiología (Schacter et al., 2020). Específicamente investigaron si los sentimientos de las parejas hacia el otro durante el día predijeron cambios en su ritmo cardíaco mientras dormían. Se centraron en la frecuencia cardíaca durante la noche porque otra investigación muestra que tener una frecuencia cardíaca elevada crónicamente puede obstaculizar los efectos restauradores esenciales del sueño y también aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular posterior, la principal causa de muerte para hombres y mujeres en los Estados Unidos (de Zambotti et al., 2011), (Palatini, 2011), (CDC, 2019).

Schacter y sus colegas contaron con los participantes de un estudio más amplio y en curso (Timmons et al., 2017) de su laboratorio de la Universidad del Sur de California para capturar un «día en la vida» de las parejas jóvenes. Las parejas, la mayoría de las cuales tenían poco más de 20 años y habían estado saliendo durante 1-2 años, fueron reclutadas del área de Los Ángeles.

Se les pidió que eligieran un día que planeaban pasar la mayor parte del tiempo juntos. Ese día, las parejas llegaron al laboratorio, juntas, a primera hora de la mañana. Estaban equipadas con un monitor cardíaco inalámbrico con correa para el pecho y se les prestó un teléfono móvil que enviaba encuestas a cada hora hasta que se acostaban. Cuando los participantes salieron del laboratorio, se les dijo que siguieran su día como lo harían normalmente.

El estudio se centró en 63 parejas heterosexuales que tenían datos válidos de frecuencia cardíaca de 24 horas (algunos participantes se quitaron los monitores cuando dormían o los volvieron a colocar incorrectamente después de la ducha).

Cada hora durante el día, los participantes calificaron dos cosas: cuán molestos e irritados se sentían con su pareja, y cuán cercanos y conectados se sentían con su pareja. Los participantes también informaron sobre sus comportamientos por hora para aportar cualquier dato extra que pudiera afectar su frecuencia cardíaca durante la noche, como si bebían alcohol, hacían ejercicio o tomaban medicamentos. Durante 24 horas, el monitor de frecuencia cardíaca realizó un seguimiento de los latidos cardíacos de las parejas por minuto, un indicador de actividad fisiológica.

De los sentimientos a la fisiología

Incluso después de tener en cuenta la frecuencia cardíaca diurna, los niveles de estrés, el uso de drogas o alcohol y la actividad física de ambas parejas, la frecuencia cardíaca nocturna de los hombres cambió dependiendo de cómo se sintieran las mujeres hacia su pareja a lo largo del día.

Cuando las mujeres se sentían más cercanas y más conectadas con sus parejas durante el día, los hombres tenían frecuencias cardíacas más bajas durante la noche. Cuando las mujeres se sentían más molestas e irritadas con sus parejas durante el día, los hombres tenían frecuencias cardíacas más altas durante la noche. En promedio, la frecuencia cardíaca nocturna de los hombres fue de aproximadamente 2 a 4 latidos por minuto más lenta en las parejas donde las mujeres expresaron más cercanía. Por otro lado, la frecuencia cardíaca de los hombres era de aproximadamente 1,5 a 3 latidos por minuto más rápido si las mujeres expresaban una mayor molestia.

Curiosamente, si las mujeres se sentían cercanas a sus parejas durante todo el día el estar molestas con ellos no predecía aumentos en la frecuencia cardíaca de los hombres. En otras palabras, los efectos negativos de la molestia se diluyen si también hay cierta cercanía en la mezcla.

Por otro lado, no hubo efectos de la molestia o cercanía de los hombres sobre el ritmo cardíaco nocturno de las mujeres pero las respuestas cardiovasculares de los hombres parecían ser especialmente sensibles a los sentimientos diurnos respecto de la relación que tenían las mujeres. Otra investigación ha encontrado diferencias de género similares (Meyer et al., 2019). Una posibilidad es que las mujeres sean más propensas a expresar sus sentimientos de cercanía o molestia, mientras que los hombres pueden sentirse menos cómodos participando en dicha comunicación (Giordano et al., 2006).

Por supuesto, cada relación tiene sus altibajos naturales, y este estudio solo captura un instante de la vida de las parejas jóvenes. Sin embargo, los hallazgos sugieren que la forma en que las parejas románticas se sienten una con la otra, incluso dentro de un solo día, puede tener efectos agudos en su funcionamiento biológico durante el sueño.

Estas experiencias cotidianas, aparentemente triviales, podrían acumularse con el tiempo y ayudar a explicar por qué las relaciones terminan afectando la salud de las personas, para bien o para mal.

Referencias bibliográficas:

Allen, J. P., Uchino, B. N., & Hafen, C. A. (2015). Running With the Pack: Teen Peer-Relationship Qualities as Predictors of Adult Physical Health. Psychological Science, 26(10), 1574-1583. https://doi.org/10.1177/0956797615594118

CDC. (2019, diciembre 10). Heart Disease Facts | cdc.gov. Centers for Disease Control and Prevention. https://www.cdc.gov/heartdisease/facts.htm

Collins, W. A., Andrew Collins, W., Welsh, D. P., & Furman, W. (2009). Adolescent Romantic Relationships. En Annual Review of Psychology (Vol. 60, Número 1, pp. 631-652). https://doi.org/10.1146/annurev.psych.60.110707.163459

de Zambotti, M., Covassin, N., De Min Tona, G., Sarlo, M., & Stegagno, L. (2011). Sleep onset and cardiovascular activity in primary insomnia. Journal of Sleep Research, 20(2), 318-325. https://doi.org/10.1111/j.1365-2869.2010.00871.x

Exner-Cortens, D., Eckenrode, J., & Rothman, E. (2013). Longitudinal associations between teen dating violence victimization and adverse health outcomes. Pediatrics, 131(1), 71-78. https://doi.org/10.1542/peds.2012-1029

Giordano, P. C., Longmore, M. A., & Manning, W. D. (2006). Gender and the Meanings of Adolescent Romantic Relationships: A Focus on Boys. En American Sociological Review (Vol. 71, Número 2, pp. 260-287). https://doi.org/10.1177/000312240607100205

Meyer, D., Salas, J., Barkley, S., & Buchanan, T. W. (2019). In sickness and in health: partner’s physical and mental health predicts cortisol levels in couples. En Stress (Vol. 22, Número 3, pp. 295-302). https://doi.org/10.1080/10253890.2018.1561843

Palatini, P. (2011). Role of Elevated Heart Rate in the Development of Cardiovascular Disease in Hypertension. En Hypertension (Vol. 58, Número 5, pp. 745-750). https://doi.org/10.1161/hypertensionaha.111.173104

Schacter, H. L., Pettit, C., Kim, Y., Sichko, S., Timmons, A. C., Chaspari, T., Han, S. C., & Margolin, G. (2020). A Matter of the Heart: Daytime Relationship Functioning and Overnight Heart Rate in Young Dating Couples. Annals of Behavioral Medicine: A Publication of the Society of Behavioral Medicine. https://doi.org/10.1093/abm/kaaa019

Slatcher, R. B., & Selcuk, E. (2017). A Social Psychological Perspective on the Links between Close Relationships and Health. Current Directions in Psychological Science, 26(1), 16-21. https://doi.org/10.1177/0963721416667444

Timmons, A. C., Baucom, B. R., Han, S. C., Perrone, L., Chaspari, T., Narayanan, S. S., & Margolin, G. (2017). New Frontiers in Ambulatory Assessment. En Social Psychological and Personality Science (Vol. 8, Número 5, pp. 552-563). https://doi.org/10.1177/1948550617709115

Fuente:Psypost

  • Análisis

Abordaje contextual para el afrontamiento y convivencia familiar en tiempos de pandemia

  • Daiana López Cross
  • 14/04/2020

 “El mundo entero está viviendo con dolor, es que más allá de experimentar emociones displacenteras, uno puede vivir una vida valiosa”

Tras semanas de cuarentena, la experiencia clínica y el trabajo con familias demuestran que comienzan a surgir dudas y hasta dificultades para sostener hábitos y medidas de salud mental con niños y niñas en casa.

La situación social y el aislamiento nos enfrentan al surgimiento de diversos pensamientos negativos (catastróficos muchas veces), emociones derivadas de estos y conductas poco deseadas o saludables. Es esperable que altos niveles de ansiedad y estrés surjan estos días, acompañados de sensaciones de incertidumbre, soledad y miedo. Hay varias modalidades de terapia que pueden ofrecer herramientas útiles para aliviar el malestar de los consultantes.

Desde la psicoterapia, en un enfoque cognitivo conductual, se sostiene que cinco elementos interrelacionados deben tenerse en cuenta en la conceptualización de las dificultades psicológicas humanas (A.T.Beck 1985; J.S. Beck 1995; Padesky y Greenberger, 1995). Es así como pensamiento-emoción-conducta-fisiología se mueven al estilo de engranajes, alterándose mutuamente los unos con los otros, dando lugar a un sistema dinámico y complejo (J.S. Beck 1995; Padesky y Greenberger, 1995).

Es por ello por lo que si los pensamientos negativos aumentan en estas semanas, posiblemente los consultantes sientan emociones desagradables o dolorosas y decidan o actúen en función de ellas, con pocas conductas de autocuidado. De la misma manera, sus emociones pueden influir en sus pensamientos y conducta. Si sus emociones son mayormente desagradables (miedo, tristeza, incertidumbre), aumentarán sus pensamientos catastróficos y negativos.

No podemos olvidarnos que los síntomas no provienen de la nada, con lo cual, deben considerarse dentro de un contexto: el ambiente y las características interpersonales que predisponen al surgimiento y mantenimiento de los síntomas y al malestar.

Pensamientos

Desde un enfoque terapéutico cognitivo conductual (TCC) se buscará realizar un registro de dichos pensamientos irracionales, identificando distorsiones cognitivas y pudiendo efectuar reestructuración de éstas con pensamientos alternativos más amistosos.

Emociones

La terapia dialéctica conductual (DBT), categorizada como una de las terapias cognitivo conductuales de tercera ola, ha demostrado ser altamente efectiva en el tratamiento de pacientes con trastorno límite de la personalidad (TLP), que tienen dificultades para regular sus emociones (Sheri Van Dijk,2012)

Aunque un individuo no presente TLP, la expansión de la actual pandemia nos somete a un tsunami de emociones de difícil procesamiento, que fluyen muchas veces casi sin poder identificarse, procesarse, controlarse y aceptarse.

Un hecho social se ha presentado de modo abrupto, e intenso, siendo del orden de lo traumático. Es por ello por lo que considero que uno de los enfoques óptimos para tal procesamiento, con basta evidencia científica, son las terapias de la tercera generación.

Tabla de contenido:

  • Terapia en tiempos de cuarentena: Consejos sobre el trabajo con el consultante y su familia
    • Convivencia familiar y cuidado personal
      • Autocuidado del paciente
        • Salud física
        • Salud psíquica
      • Pautas para una armoniosa convivencia en tiempos de pandemia
      • ¿Qué podemos hacer?

Convivencia familiar y cuidado personal

Indudablemente este cambio abrupto de rutina no solo impacta con cierta intensidad y fuerza a nivel individual, sino que opera en el núcleo familiar entero y exige que tomemos ciertas medidas tanto a nivel de la salud psíquica como física. Es decir, un evento de tal magnitud nos enfrenta a volcar nuestro foco y mirada hacia nosotros y nosotras mismas, generando y poniendo en funcionamiento estrategias quizás nunca efectuadas o experimentadas.

En mi opinión, el mejor enfoque para abordar dicha situación es la terapia dialéctica conductual, ya que ésta elimina el juicio de la TCC donde se plantea que la forma en que los pacientes piensan es «incorrecta», «errónea» o «distorsionada», y se pone el foco en cambiar su forma de pensar. En cambio, DBT reconoce que hay un problema con la forma en que piensan los pacientes, las personas, pero el terapeuta primero los alienta a aceptar esto, en lugar de juzgarlo y luego los ayuda a ver cómo pueden hacer cambios para que su pensamiento sea más equilibrado.

En DBT, a los pacientes se les enseña a aceptarse a sí mismos y a la realidad, tal como son, y luego aprenden herramientas para ayudarlos a cambiar comportamientos poco saludables o problemáticos de alguna manera. Es un modelo más flexible, donde el terapeuta identifica que las conductas problemas responden a un patrón aprendido (Sheri Van Dijk, 2012, p8). Puntualmente en esta situación social, el abordaje desde la DBT nos invita a tolerar el malestar entrenandonos en diversas habilidades.

Miller y sus colegas (2007) señalan que pensar dialécticamente significa mirar ambas perspectivas en una situación y luego trabajar para sintetizar estas perspectivas posiblemente opuestas. En otras palabras, los pacientes, las personas en general (y los terapeutas) necesitan aprender a tolerar la idea de que dos cosas aparentemente opuestas pueden coexistir (Sheri Van Dijk, 2012, p14).

Autocuidado del paciente

Es imprescindible recomendar a los pacientes que comiencen por sí mismas/os. Resalta la importancia de cuidarse uno primero para luego poder asistir al resto de la familia, algo similar a lo que te recomendarían si surgiese alguna situación en un avión: colocarse la mascarilla de oxígeno para evitar experimentar la falta de éste y sufrir hipoxia, con la consecuente caída y desvanecimiento del cuerpo (que de suceder, no te dejaría ayudar a nadie).

Debes recomendar que se implementen hábitos saludables para evitar que colapsen tanto la respuesta corporal como la mental. Solo así el paciente podrá hacerle frente a situaciones estresantes y conservar el sistema inmunológico para responder a infecciones, enfermedades, trastornos, etc.

Salud física

Mucho se ha hablado sobre estos ya, así que solo mencionaré brevemente los puntos que deberías tocar con tu paciente

  1. Higiene del sueño
  2. Alimentación
  3. Ejercicio
  4. Noticias
  5. Higiene personal
  6. Exposición a luz solar

Salud psíquica

Recogeré unos conceptos claves derivados de DBT y terapia de aceptación y compromiso (ACT) para ofrecerles algunos consejos.

Es útil que ayudemos a los pacientes a pensar que estamos viviendo un momento oportuno para conectar con nosotros mismos, con nuestros placeres y actividades de disfrute en casa, para escucharnos y sentir el florecimiento de nuestras necesidades y anhelos. Vivir una vida valiosa más allá del dolor que se presenta como inherente a la condición humana.

Será fundamental enseñarles a ser autocompasivos/as y a flexibilizar ciertas conductas, cogniciones y actividades si es que así lo requiere la rutina de cada uno. Claro está que es necesario sostener una rutina, un cronograma, donde podamos organizar nuestros días, los horarios y tareas, pero también es imprescindible poder modificar pequeñas aristas de esta.
Otras estrategias de DBT que pueden serte útiles con tus pacientes en este momento son:

  • Aceptación radical (Linehan , 1993) o reconocer aquello que es con una disposición abierta y flexible, tal como es, sobre todo cuando aquello que sucede no cumple con nuestros deseos, expectativas o nos genera sufrimiento;
  • “Mente del principiante” (Suzuki, 2001, en McKay, C.Wood, Brantley 2007) que nos permite acercarnos a la realidad de un modo abierto, sin juzgar nada como bueno o malo, positivas o negativas. Esto significa entrar a cada situación y relación como si la estuvieras viendo por primera vez, sin emitir juicios críticos positivos ni negativos, acerca de ti, de los demás o las situaciones.
  • Y, por qué no, parar, hacer unas cuantas respiraciones lentas, desarrollando la mente sabia (McKay, C.Wood, Brantley, 2007) sintiendo el abdomen inflarse y desinflarse lentamente, llorar, permitirse ese dolor, meditar y afrontar el malestar, haciendo lo que pueda como pueda en estos momentos. Saber tomar decisiones y enfrentar situaciones complejas con mente sabia supone poder llegar a un equilibrio entre tu mente racional (pensamientos) y tu mente emocional (emociones), de un modo asertivo.
  • Una última estrategia es entrenar el yo consciente (McKay, C.Wood, Brantley ,2007) y que el paciente aprenda a comunicar cómo se sientes, qué le sucede, qué necesita o qué le haría bien recibir de sus vínculos. Hablar desde el “yo consciente” posibilita expresar de modo correcto-asertivo lo que se necesita, para ello es imprescindible que se permita un tiempo para ella/el.

Desde la terapia de aceptación y compromiso (ACT) se pide un cambio fundamental de perspectiva: un cambio en la manera en que manejas tu experiencia personal (Hayes, S. 2004 p 22). Muchas veces tememos sentir dolor, lo evitamos, y es allí donde nuestro sistema nervioso sigue funcionando. La “aceptación” en terapia de aceptación y compromiso se basa en el hecho de que, como regla general, el intentar librarse del dolor solo consigue amplificarlo, nos enreda más en él y lo convierte en algo traumático (Hayes, S. 2004, p 34).

Como cualquier entrenamiento, el desarrollo, la capacidad para obrar con aceptación radical se ejercita, la forma de enfrentar el dolor y evitar que se convierta en sufrimiento, o que aun así nos permita vivir una vida que merezca vivirse en función a nuestras metas, objetivos y valores requiere de una práctica.

Un ejercicio precisamente podrá ser identificar dichos pensamientos negativos, dichas emociones desagradables, normalizarlas, ponerlas en palabras, registrarlas; hasta podrías incluso escribirlas en una lista, y practicar lo que llamamos “defusión de pensamientos o emociones”, esto es simplemente dejarlos ir, tomar distancia de los mismos, desidentificarte de ellos e imaginarte como se alejan, pasan y se retiran (Hayes, S. 2004; McKay, C.Wood, Brantley, 2007, p113).

Un ejercicio importante para comenzar a implementar puede ser relajación muscular progresiva, respiración diafragmática e imaginería. (Arntz, 1994; Jeffrey, Y; 1990). Cuidar nuestra salud mental en momentos de crisis, supone adoptar una actitud para con nosotros mismos de amor incondicional y cariño, esto dicho porta como eje central poder ser amable, compasivo, conservando la serenidad y amabilidad. Frases de autoafirmación acerca de nuestras cualidades o fortalezas, mensajes de cariño y afecto para con nosotros mismos y, por qué no, hasta caricias son de gran necesidad en estos momentos. Un espacio oportuno para todo ello, donde se pueda ejercitar y prácticas es mediante técnicas de mindfulness y meditación.

Si bien nos han enseñado acerca de muchos cuidados físicos, a asistir regularmente a controles médicos, nadie nos ha advertido de estas técnicas tan saludables, que al igual que cualquier otra actividad deben ejercitarse y practicarse, las cuales nos invitan a vivir una vida más plena.

Pautas para una armoniosa convivencia en tiempos de pandemia

Hay muchos factores que pueden estar afectando la vida familiar actualmente (diferentes estados de ánimo, el sostén económico de la familia, cambio abrupto de la rutina, escuela en casa, etc.), por eso es necesario transpolar algunas estrategias y medidas de cuidado a los demás miembros, en este caso hablaré de los menores.

Cuando hemos trabajado con el adulto y ya éste tiene su mascarilla puesta, recién allí podremos enfocarnos en cómo cuidar, acompañar y sostener a los otros. El “oxígeno psíquico” está relativamente en orden y es ahora cuando puede proveer al resto aire.

A fin de tomar contacto con situaciones que puedan estar pasando las familias ahora, recortaré frases de padres y madres efectuadas en los pasados 18 días, en el espacio de orientación familiar, vía online:

“Teníamos que terminar la tarea, después de 6 horas se enojó, me hizo burla, y se hacía el que no me escuchaba” (madre de niño, 9 años, con trastorno negativista desafiante, trastorno del espectro autista).

“Implementamos pantallas cero, él estaba muy excitado cada vez que las veía, y no podíamos cortar” (madre de niño, 6 años, con trastorno del espectro autista).

“Cancelo la sesión de esta semana online Dai, dado que tiene mucha tarea y no llegamos” (madre de adolescente, 13 años, con trastorno del aprendizaje de contenidos escolares).

“Casi que la obligué a presenciar la clase online, otra vez le agarró la vergüenza y el curso está pago” (madre de adolescente, 12 años, con desregulación emocional y conductual severa).

“Dai, necesito terminar la tarea, estoy hablando con el maestro integrador, que me está ayudando, si podemos mejor dejemos la sesión” (adolescente con Asperger 14 años).

“No pudimos ver todavía la historia social, ni el calendario con pictogramas,” “estamos con mucho trabajo” (padre de niño, 9 años, con Trastorno del Espectro Autista).

*Aclaración: El recorte es funcional a los consejos que quiero ofrecer.

¿Qué podemos hacer?

Primero y principal, anticiparle al menor la situación vivida, acorde a su edad cronológica, utilizando distintos recursos (pictogramas, imágenes, dibujos, vídeos, cuentos).
Alienta al consultante a ofrecerles a los chicos explicaciones verbales acerca del cambio repentino de rutina. Investigaciones han demostrado que los niños son extremadamente sensibles a la estimulación que reciben y la procesan con los recursos primitivos cognitivos que disponen, reciben y procesan estímulos verbales mucho antes que otras capacidades.

Esta media de anticipación es más que necesaria en niños o niñas que puedan padecer algún trastorno del neurodesarrollo “trastorno del espectro autista, trastorno de conducta, déficit atencional.” En los casos en que prima condición del espectro autista será mejor recurrir a diversas apoyaturas visuales debido a las dificultades en la comunicación, comprensión y expresión verbal (Valdez, Ruggieri, 2015).

También en los niños que presentan trastorno negativista desafiante o déficit de atención será menester ayudar anticipando la nueva organización y rutina, dado que poseen dificultades para adaptarse a las situaciones nuevas, baja tolerancia a la frustración y rigidez cognitiva-conductual (Greene, Ross, 2013).

Seguramente aparecerán muchas emociones, así que es bueno entrenar al adulto para normalizar y anticipar las emociones que puedan surgir en estas semanas. Ofrecerle cierta tranquilidad y calma, contestar dudas y dialogar al respecto. Identificar y aceptar las distintas emociones y respuestas fisiológicas derivadas de éstas. A menudo surgen emociones primarias y secundarias. Éstas últimas son las respuestas a las emociones primarias. Es por ello la importancia que cobra reconocer las emociones, compartirlas y validarlas.

Validar supone aceptar las emociones del otro miembro de la familia, como percepciones auténticas y legítimas, mediante la observación y empatía, es una de las mejores formas de comenzar a normalizarlas. Muchas veces cuando las emociones se presentan intensamente y obstaculizan la comunicación. La validación es una forma de abrir una puerta al diálogo. Es clave que el consultante sepa que resulta invalidante responder con consejos, llenando de palabras, sermoneando o dando respuestas que se desprenden de una lógica.

Recordemos que, si bien vamos a construir una rutina para contener y organizar a los niños/as, es importante que se puedan flexibilizar algunas actividades. Y esto es poder ser más compasivos, extendiendo esta compasión, aceptación y escucha al resto de los integrantes de la familia. Disminuir las exigencias, no someterse a grandes cambios ni toma de decisiones sustanciales en estos tiempos de tsunamis emocionales y cognitivos.

Por sobre todo, comprender que tanto los niños y niñas, como ustedes mismos se encuentran haciendo lo mejor que pueden. Al establecer rutinas, los consultantes pueden incorporar en el diseño de esa rutina al menor. Que pueda escribirla, dibujarla, comentarla, estableciendo horarios. Es decir que él sea partícipe de estos días. Al igual que los adultos, deberíamos destacar momentos de alimentación, higiene, estimulación cognitiva, actividades o tarea escolar, ocio/juego libre, descarga motriz y actividad física, contacto social, utilización de tecnologías, mindfulness/relajación.

En estos términos es una recomendación central dedicarle a la tarea escolar el mismo tiempo que suponen otras actividades en casa, buscando el horario que sea mejor tanto para el niño o niña como para el adulto que acompaña.

El objetivo principal es poder atravesar tal crisis de la mejor manera posible, con ciertas medidas preventivas psicofísicas que nos permitan conservar estabilidad. Pondremos el énfasis en conservar una vida que, aún en estos tiempos de pandemia, valga la pena ser vivida, aún cuando el dolor se encuentra en nosotros (Linehan 1993).

Uno de los primeros consejos que doy a las familias que se acercan a consulta, y asegurándome de que haya distribución de tareas más o menos equitativa en la pareja, hábitos de higiene y cuidado básicos cubiertos en los menores y ninguna irregularidad en la rutina producto de una enfermedad médica, es tiempo especial o compartido (Barkley, 1998).

Muchos padres y madres han pasado de vivir unas pocas horas al día con sus hijos e hijas, a pasar 24 horas diarias, lo cual genera diversos estados emocionales, pensamientos y sobre todo conductas. Sumérgete en una situación donde puedas intentar unos breves minutos al día conectar, mirar, escuchar, jugar, y acompañar a los chicos. Disfrutando de ellos y ellas, sin tomar el control del juego, ni criticar, simplemente estando, abierto/a al intercambio.

Paralelamente sería un excelente desafío para los consultantes realizar un registro de cómo se han sentido en esos encuentros con sus hijos e hijas, que puedas elaborar una lista que contenga qué emociones y pensamientos han surgido.

No quería dejar de repetir dos medidas muy importantes, sobre todo en lo que respecta a la salud de los menores, las cuales son un poco más severas y generan nuevos desafíos en relación a su mantenimiento en casa: Higiene del sueño y alimentación saludable.

Como consideraciones finales quería situar la importancia de aproximarse y tomar los aportes de la psicología de la tercera generación como un modo de vivir, como una forma de transitar y experimentar la vida. Más allá de la situación social actual que nos invita a tomar principios, conceptos, y estrategias prácticas, para afrontar el malestar y estrés que suscita, sería interesante poder, a partir de aquí, incorporar dicho enfoque en la cotidianeidad.

Referencias bibliográficas:

  • Barkley. R.A, Murphy C R , Bauermeister JJ (1998) Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, Un Manual de Trabajo Clínico, Editorial The Guilford Press. New York London.
  • Friedberg R, Mcclure, J Práctica Clínica de Terapia Cognitiva con Niños y Adolescentes- Conceptos esenciales- Paidos. Bs As
  • Hayes,S Ph. d. Con Spencer Smith.(2004): “Sal de tu mente, entra en tu vida” la nueva terapia de aceptación y Compromiso. Franko SQ.
  • Linehan, M (2003): Manual de Tratamiento de los Trastornos de Personalidad Límite. Paidos. Bs As
  • Matthew McKay. Jeffrey C.Wood. Jeffrey Brantley (2007): Manual Práctico de Terapia Dialectico Conductual
  • Olga Catanyer (2010):“ La asertividad: expresión de una sana autoestima”. EDITORIAL DESCLÉE DE BROUWER, S. A. España.
  • Ross, W, Greene, Ph (2013): D El Niño Explosivo Un nuevo modelo para comprender y criar al niño fácil de frustrar y crónicamente inflexible Copyright
  • Ruggieri V: Valdez D. (2015): Autismo, del Diagnóstico al Tratamiento. Paidós.Bs As.
  • Sheri Van Dijk(2012) : DBT made simple : a step-by-step guide to dialectical behavior therapy Sheri Van Dijk. New Harbinger Publications, Inc. 5674 Shattuck Avenue Oakland, CA 94609 www.newharbinger.com
  • Universidad de Buenos Aires, Facultad de Psicología (2020): Recomendaciones Psicológicas para afrontar la Pandemia. Bs As.
  • Young, J.(1990): Cognitive Therapy for personality Disorders: A Schema-focused Approach. Sarasota.FL. Professional Resource Exchange
  • Análisis

¿Cuáles son tratamientos son más eficaces para el TDAH? Una revisión de los principales abordajes psicológicos

  • Mauro Colombo
  • 13/04/2020

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad se caracteriza por un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el desarrollo y el funcionamiento normal de la persona (American Psychiatric Association, 2014). Es en la actualidad un diagnóstico con un incremento en la presencia de casos respecto de hace algunas décadas atrás. La valoración del mismo es exclusivamente clínica, no existen marcadores biológicos que permitan diagnosticarlo a partir de escáneres cerebrales, pruebas de sangre o genéticas. Dada esta exclusiva valoración clínica y la forma en que están redactados los mismos criterios diagnósticos en manuales como el DSM- 5, es una de las etiquetas más polémicas en la actualidad, yendo de extremos en donde consideran que es un trastorno inventado, a quienes ante cualquier indicio de actividad que sobrepasa lo “normal” en un niño, buscan un diagnóstico. Es una tendencia al sobrediagnóstico preocupante, excediendo incluso a psiquiatras y psicólogos.

Es frecuente que docentes deriven desde la escuela a niños con problemas de conducta, bajo la sospecha de posible TDAH o autismo (TEA), sin atender a las variables contextuales que mantienen estos problemas de comportamiento. En el caso de quienes ya poseen un diagnóstico de TDAH, es habitual la medicación como primera línea de tratamiento, sin previamente haber pasado por abordajes psicológicos.

A pesar de las observaciones realizadas en los párrafos anteriores, desde aquí no se pondrá en tela de juicio la existencia del TDAH como entidad diagnóstica. Existen antecedentes históricos de niños con características similares en este trastorno desde hace por lo menos dos siglos y medio atrás; con lo cual no parece ser un invento de las farmacéuticas, más allá que estas aprovechen la oportunidad para instalar como principal abordaje la medicación. En todo caso, este embrollo entre entidades reales, ficticias, negocios por parte de algunos sectores y sobremedicalización pone de manifiesto la necesidad de estudiar la oferta terapéutica disponible, a fin de ofrecer a quienes llevan esta etiqueta diagnóstica los tratamientos más eficaces.

Teniendo en cuenta este contexto, es que un grupo de investigadores (López-Villalobos, López-Sánchez y De Llanos, 2019) publicó el pasado año una revisión bibliográfica de la eficacia de tratamientos psicológicos, en niños, adolescentes y adultos con TDAH y que revisaremos en este artículo.

Terapéutica en TDAH

En la actualidad el tratamiento del TDAH suele ser interdisciplinario. Incluye diversos profesionales en el ámbito de la salud mental, entre ellos psicólogos, psicopedagogos, médicos, profesores especiales, etc. Esto habla de abordajes complejos, no restringidos a una sola área de la vida del sujeto. En efecto, las dificultades presentes en el TDAH se manifiestan tanto a nivel hogareño, como escolar o en ámbitos de recreación. No solo para sostener la atención en tareas escolares, sino para llevar adelante interacciones sociales diversas, mantener hilo de conversaciones y/o actividades, enfocarse en situaciones específicas, etc.

Con la finalidad de aportar pautas que ayuden en la cotidianidad de estas personas, hemos publicado artículos orientados tanto al ámbito educativo (aquí y aquí) como dirigidos a las familias (aquí y aquí); entendiendo que ningún abordaje puede ser eficaz en TDAH si no contempla la participación y la adecuación de todas las personas y ámbitos donde se desempeñan quienes lo padecen.

Con respecto a la línea del abordaje, si exclusivamente psicológica, farmacológica o una combinación de ambas, por el momento no existe consenso pleno. Si bien en los últimos años diversas instituciones recomiendan como primera opción la terapia psicológica, en especial la terapia de conducta, en la práctica esto no siempre es cumplido. En este artículo pueden leer por ejemplo como un 20% de los médicos de EE.UU, recomiendan como primera opción la terapia farmacológica, contrario a sugerencias de instituciones internacionales. También existen recomendaciones conjuntas, es decir, combinando el abordaje psicológico con el farmacológico, en especial para los casos más graves (Catalá-López et al., 2017, Krull, 2017).

Volvamos ahora al metaanálisis sobre el que se apoya el presente artículo.

Método

Respecto de los abordajes psicológicos analizados por el equipo de investigadores, tuvieron en cuenta aquellos que realizan un correcto diagnóstico del TDAH, una adecuada valoración funcional de las conductas problema y también de los objetivos terapéuticos. Esto por una razón muy sencilla, no trabajar sobre un diagnóstico claro y no operacionalizar aquellas conductas meta así como los objetivos terapéuticos produce que no pueda establecerse con claridad la eficacia de la terapia analizada, tomando posiblemente como eficaces formas de intervención que no lo son en realidad.

La revisión la realizaron tomando en cuenta las bases de datos Pubmed/Medline, Psycinfo, Bases del CSIC (sumarios ISOC e IME) y Web of Knowledge. Excluyeron los tratamientos farmacológicos, de ejercicio físico y dietéticos, por no ser la finalidad de la revisión. La búsqueda se hizo en español e inglés y abordó los siguientes tratamientos: terapia de conducta, terapia cognitivo conductual, terapia cognitiva, neurofeedback, entrenamiento cognitivo y mindfulness.

Resultados

Se comentan a continuación los resultados de la revisión, separando cada uno de los abordajes estudiados.

Terapia de conducta (TC): Utiliza los conocimientos del análisis de la conducta para desarrollar, aumentar y disminuir comportamientos objetivos, a partir de diversas estrategias de reforzamiento diferencial, establecimiento de normas, entrenamiento en habilidades conductuales, economías de fichas y contratos conductuales, entre otras. Todas estas estrategias, las cuales no son exhaustivas, deben utilizarse a su vez realizando análisis funcionales de la conducta. En la escuela, las intervenciones se enfocan en el desarrollo de diversas habilidades académicas, de organización, de comportamiento en clase y relación con pares y mayores. En los ámbitos familiares, buscan la cumplimentación de tareas, el seguimiento de rutinas y normas de convivencia, el desarrollo de hábitos saludables , la mejora en las relaciones interpersonales, etc.

La mayoría de las guías de práctica clínica recomiendan a la terapia de conducta como primera línea de tratamiento para el TDAH en edad preescolar y también para edad escolar, en aquellos casos donde la sintomatología no es grave o no hay un grave deterioro funcional. En los casos de mayor gravedad recomiendan el abordaje combinado (terapia de conducta + fármacos). Se hace la observación que respecto de la medicación aislada, los estudios apuntan a que sus efectos son significativamente menores que aquellos casos donde se combina la medicación estimulante con la terapia de conducta.

Respecto a los adolescentes, una revisión del 2016 que incluyó a 2668 participantes mostró evidencia de eficacia para los tratamientos psicosociales (estrategias de intervención conductual, cognitivo conductual y entrenamiento en habilidades a padres, maestros y niños) mejorando aspectos conductuales, emocionales y el funcionamiento interpersonal, además de habilidades académicas y organizacionales.

Se destaca de la TC el énfasis que pone en el entrenamiento en las habilidades necesarias no solo para quienes llevan el diagnóstico, sino también en maestros, padres y todos aquellos que tengan trato con ellos.

Terapia cognitivo conductual (TCC): Los autores de la revisión mencionan dentro de sus herramientas las autoinstrucciones, inhibición de respuestas o autocontrol y el desarrollo de formas de pensar más organizadas y reflexivas. Una revisión del 2016 valora la influencia de los tratamientos psicosociales (entre los cuales incluye a las TCC) sobre resultados como finalización de tareas, habilidades organizacionales, síntomas reportados por los padres y la psicopatología coexistente.

Una guía del 2014 observa que la TCC cuando integra psicoeducación, habilidades de planificación y organización, entrenamiento en habilidades académicas, terapia cognitiva y estrategias de manejo comunicacional y emocional; logra mejoras en los cumplimientos de horarios, disminuyen el ausentismo escolar, aparecen mejoras a nivel conductual documentadas por padres y en el aula documentadas por docentes, e incluso está asociada a una disminución de la medicación estimulante.

Las TCC para adultos, por otra parte, muestran tamaños de efectos comparables a los que la terapia de conducta muestra para los niños para los mismos tipos de problemas, de acuerdo a Knouse, Teller & Brooks (2017).

Neurofeedback (NF): Los autores describen el NF como un tratamiento que proporciona retroalimentación de las señales electroencefalográficas en tiempo real y que tiene como objetivo la adquisición de autocontrol sobre determinados patrones de actividad cerebral, para luego aplicar estas habilidades en situaciones de la vida diaria.

La División 53 de la American Psychological Association considera a la NF como un tratamiento prometedor, aunque comparado con la ausencia de tratamiento, no contra abordajes establecidos. A su vez, destaca las deficiencias metodológicas que poseen las investigaciones que estudiaron NF. Otras revisiones encuentran dificultades similares en las investigaciones, entre las que se destacan la ausencia de seguimientos y generalizaciones de los resultados y que los efectos de los tratamientos desaparecen o disminuyen cuando las investigaciones son ciegas.

Los autores de la revisión en la que se apoya el presente artículo consideran al Neurofeedback un abordaje prometedor, que por el momento no puede recomendarse como tratamiento del TDAH por ausencia de estudios metodológicamente bien diseñados.

Entrenamiento cognitivo (EC): Este es un tipo de abordaje donde busca entrenarse a los participantes en diversos dominios cognitivos donde presentan dificultades, a través de herramientas informáticas y de actividades donde se van aumentando los niveles de dificultad gradualmente.

La División 53 de la American Psychological Association lo considera como un tratamiento con evidencia no probada. Existen otras revisiones sistemáticas donde se observan mejorías de los pacientes tratados con este tipo de entrenamiento, pero estos efectos disminuyen cuando la evaluación es ciega.

Estudiando la memoria de trabajo a través de programas informáticos, algunas investigaciones muestran resultados prometedores, mientras otras no, presentando en ambos casos dificultades metodológicas. Por otro lado, otras revisiones han mostrado que los entrenamientos de memoria de trabajo producen resultados moderados a corto plazo, pero que no logran generalizarse.

En líneas generales, no existe suficiente evidencia científica para recomendar el entrenamiento cognitivo para el abordaje del TDAH, dada la ausencia de resultados significativos, la falta de generalización y las fallas metodológicas presentes en las investigaciones.

Mindfulness (MF): El mindfulness es una práctica formal de aumento de la conciencia, de focalizar la atención en el momento presente y de observar sin realizar juicios. Esto en teoría tendría un efecto beneficioso en la capacidad de centrar la atención en distintos estímulos y en reducir la conducta impulsiva, dos habilidades claramente afectadas en el TDAH. Tomándolo como práctica, se consideran dos variantes:

  • Atención centrada, que implica focalizar en un pensamiento, sensación corporal o imagen específica
  • Atención receptiva, que implica observar el contenido de la experiencia, por ejemplo pensamientos y emociones, de un momento a otro sin reacciones y sin juzgar

En la medida en que el mindfulness se centra en habilidades atencionales, podría ser beneficioso para la realización de tareas, la autorregulación emocional y el control de impulsos. Dos revisiones previas, utilizadas por los investigadores en el presente metaanálisis, encuentran que el mindfulness podría ser beneficioso para, entre otras cosas:

  • Atención
  • Hiperactividad
  • Impulsividad
  • Regulación emocional
  • Ansiedad y depresión, que suelen presentarse en los cuadros de TDAH

No obstante, los investigadores que tuvieron en cuenta estas dos revisiones hallaron severas fallas metodológicas en gran cantidad de los estudios analizados, entre ellas:

  • Algunos no poseían grupo control
  • En otros, los mismos eran solo lista de espera (no comparaciones con otros tratamientos)
  • Ausencia de evaluación ciega
  • Ausencia de aleatorización
  • En algunos se mezcla el mindfulness con tratamiento farmacológico, en otros con prácticas de regulación emocional
  • Ausencia de seguimiento
  • Muestras pequeñas

Todas esas dificultades de los estudios llevan a los investigadores a concluir que, si bien las intervenciones basadas en mindfulness resultan prometedoras, es necesaria mayor cantidad y calidad de investigaciones para poder recomendarlo como un tratamiento sólido para el TDAH.

Conclusiones y recomendaciones

Las investigaciones de tratamientos psicológicos en los últimos años resaltan la importancia de los mismos para el tratamiento del TDAH, ya sea en la mejora de los síntomas típicos del trastorno, como la falta de atención, impulsividad y regulación emocional, así como para la mejora de la vida en general, el manejo de los comportamientos disruptivos en el aula y el hogar, y trastornos que suelen ser comórbidos con el TDAH, como ansiedad y depresión.

Respecto de la controversia sobre si es recomendable como primera línea de abordaje tratamiento psicológico o farmacológico, destacan que los de corte psicológico ya son considerados como primera opción para edad preescolar (NICE, 2016); y para edad escolar en aquellos casos donde la sintomatología y el deterioro funcional son leves.

Para aquellos casos donde el cuadro reviste mayor severidad a nivel funcional, cognitivo y comportamental, los tratamientos psicológicos demuestran ser eficaces, pero en combinación con abordajes farmacológicos. Remarcan un avance en este sentido, donde se considera la utilidad de los abordajes psicológicos en conjunto con los fármacos, en contra de posturas de décadas anteriores donde se tenía en cuenta al tratamiento medicamentoso como primera opción, sin combinarlo.

Algo que deja en evidencia la revisión, es que de la oferta terapéutica psicológica son muy pocos los abordajes que cumplen con criterios de eficacia que permitan recomendárselos como primera línea de abordaje. A tal respecto, el equipo señala:

  • La terapia de conducta debería ser considerada como primera línea de intervención, ya que muestra beneficios tanto en los síntomas básicos del TDAH, así como en la funcionalidad general y en las posibles comorbilidades.
  • La TCC, cuando se encuentra integrada en paquetes más amplios, como el marco de la terapia conductual.

De los tratamientos restantes, los investigadores no hallaron suficiente evidencia para recomendarlos en el TDAH. Si bien el mindfulness, el entrenamiento cognitivo y el neurofeedback presentan algunos estudios prometedores, es preciso continuar investigando la utilidad de los mismos, comparándolos con aquellas intervenciones establecidas, realizando seguimientos a largo plazo, estudiando la generalización de los aprendizajes a nuevos ámbitos e incluyendo más participantes en los futuros estudios, a fin de evaluar de manera más precisa sus alcances y limitaciones.

Referencias biliobráficas:

  • American Psychiatric Association. (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Editorial Médica Panamericana.
  • Catalá-López, F., Hutton, B., Núñez-Beltrán, A., Mayhew, AD., Page, MJ., Ridao, M., et al. (2017). The pharmacological and non-pharmacological treatment of attention déficit hyperactivity disorder in children and adolescents: protocol for a systematic review and network meta-analysis of randomized controlled trials. PLoS ONE, 12(7), 1-31.
  • Knouse, L. E., Teller, J., & Brooks, M. A. (2017). Meta-analysis of cognitive–behavioral treatments for adult ADHD. Journal of consulting and clinical psychology, 85(7), 737- 750.
  • Krull, KR. (2017). Attention deficit hyperactivity disorder in children and adolescents: Overview of treatment and prognosis. UpToDate.
  • López-Villalobos, J. A., López-Sánchez, M. V., & Andrés De Llanos, J. (2019). Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad: Revisión del tratamiento psicológico. ReiDoCrea. 8, 95-105.
  • National Institute for Health and Care Excellence (2018). Attention Deficit Hyperactivity Disorder: Diagnosis and Management of ADHD in Children, Young People and Adults. Disponible en https://www.nice.org.uk/guidance/ng87/chapter/Recommendations

 

  • Análisis

El impacto psicológico de la cuarentena y cómo reducirlo: Una revisión de la evidencia

  • Equipo de Redacción
  • 07/04/2020

Cientos de millones personas en todo el mundo están recluidas en sus hogares en un intento de reducir el contagio y propagación del nuevo coronavirus (COVID-19). Este confinamiento ha generado muchas preguntas sobre cuales serán los efectos psicológicos a corto y largo plazo que sufrirá la población. Es dificil tener una respuesta precisa debido a la magnitud del confinamiento, pero hace poco se publicó en la conocida revista The Lancet, el artículo: The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of the evidence, que realizó una revisión electrónica de 3166 investigaciones de las cuales incluyó 24, que registran los posibles efectos psicológicos negativos de la cuarentena y cómo prevenirlos. Dicha investigación incluyó datos de diversos países como China, Canadá, Senegal, Corea del Sur, entre otros. Sus resultados evidencian los efectos del aburrimiento, preocupación financiera, estrés postraumático y estigma en las personas, con especial énfasis en las personas que trabajan en el área de salud.

En Psyciencia hemos traducido y adaptado el artículo para que sea de fácil acceso y que permita conocer la evidencia disponible que tenemos. La traducción está estructurada en cuatro grandes partes: predictores del impacto psicológico de la cuarentena; estresores durante la cuarentena; estresores post cuarentena; y recomendaciones sobre cómo reducir sus efectos. Toda esta información nos ayudará a tener una perspectiva basada en la evidencia sobre los efectos de la cuaretena y tener un mejor sustento a la hora de que nos pidan nuestra opinión como profesionales de la salud.

Las referencias bibliográficas están disponibles en el artículo original, puedes acceder haciendo click en la imagen.

Tabla de contenidos

  • Predictores del impacto psicológico de la cuarentena
  • Estresores durante la cuarentena
    • Duración de la cuarentena
    • Miedos de infección
    • Frustración y aburrimiento
    • Falta de comida y recursos básicos
    • Falta de información adecuada
  • Estresores post cuarentena
    • Financieros
    • Estigma
  • Recomendaciones para mitigar las consecuencias de la cuarentena
    • Mantenerla lo más breve posible
    • Ofrecer información precisa
    • Proveer de insumos necesarios
    • Reducir el aburrimiento y mejorar la comunicación
    • Ofrecer atención especial a los profesionales de salud
    • El altruismo es mejor que la coherción
  • Lo que sabemos
  • Conclusión

Predictores del impacto psicológico de la cuarentena

Se encontraron resultados combinados sobre las características demográficas de los participantes como predicadores del impacto psicológico de la cuarentena. Un estudio donde participaron propietarios de caballos en cuarentena debido a la gripe equina, identificó varias características asociadas con impactos psicológicos negativos: edad más joven (16-24 años), niveles más bajos de calificaciones educativas formales, género femenino y tener un hijo en lugar de no tener hijos (aunque tener tres o más hijos parecía ser un factor protector). Sin embargo, otro estudio sugirió que factores demográficos como el estado civil, la edad, la educación, vivir con otros adultos y tener hijos no estaban asociados con los resultados psicológicos.

Tener antecedentes de trastorno psiquiátrico se asoció con experimentar ansiedad y enojo 4 a 6 meses después de la finalización de la cuarentena. Los trabajadores de la salud que habían sido puestos en cuarentena tenían síntomas más severos de estrés postraumático que los miembros del público en general que habían sido puestos en cuarentena, obteniendo puntajes significativamente más altos en todas las dimensiones.

Los trabajadores de la salud también sintieron una mayor estigmatización que el público en general, exhibieron más conductas de evitación después de la cuarentena, informaron una mayor pérdida de ingresos y fueron sistemáticamente más afectados psicológicamente: hubieron reportes sustancialmente más altos de enojo, molestia, miedo, frustración, culpa, impotencia, aislamiento, soledad, nerviosismo, tristeza y preocupación; adicionalmente, estaban menos felices. También tenían muchas más probabilidades de pensar que tenían SARS y de preocuparse por infectar a otros.

Estresores durante la cuarentena

Duración de la cuarentena

Tres estudios mostraron que las duraciones más largas de la cuarentena se asociaron específicamente con una peor salud mental, síntomas de estrés postraumático, conductas de evitación e ira. Aunque la duración de la cuarentena no siempre fue clara, un estudio mostró que aquellos que estuvieron en cuarentena durante más de 10 días mostraron síntomas de estrés postraumático significativamente más altos que aquellos en cuarentena durante menos de 10 días.

Miedos de infección

Los participantes en ocho estudios informaron temores sobre su propia salud o sobre infectar a otros y tenían más probabilidades de temer infectar a los miembros de la familia que aquellos que no estaban en cuarentena. También se preocuparon especialmente si experimentaban cualquier síntoma físico potencialmente relacionado con la infección. Por el contrario, un estudio encontró que, aunque muy pocos participantes estaban extremadamente preocupados por infectarse o transmitir el virus a otros, quienes estaban más preocupados tendían a ser mujeres embarazadas y aquellos con niños pequeños.

Frustración y aburrimiento

El confinamiento, la pérdida de la rutina habitual y el contacto social y físico reducido con los demás con frecuencia resultaban en aburrimiento, frustración y una sensación de aislamiento del resto del mundo, lo que era angustiante para los participantes. Esta frustración se exacerbó al no poder participar en las actividades cotidianas habituales, como comprar para las necesidades básicas o participar en actividades de redes sociales por teléfono o internet.

Falta de comida y recursos básicos

Tener suministros básicos inadecuados (por ejemplo, comida, agua, ropa o alojamiento) durante la cuarentena fue una fuente de frustración y continuó estando asociado con ansiedad y enojo 4 a 6 meses después de la finalización de ésta. No poder recibir atención médica regular y las recetas también parecían ser un problema para algunos participantes. Cuatro estudios encontraron que los suministros de las autoridades de salud pública eran insuficientes. Los participantes informaron que recibieron sus máscaras y termómetros tarde o nunca; los alimentos, agua y otros artículos solo se distribuyeron de forma intermitente; y el suministro de alimentos tardó mucho en llegar. Aunque los que estuvieron en cuarentena durante el brote del SARS de Toronto elogiaron a las autoridades de salud pública por entregar kits de suministros médicos al comienzo del período de cuarentena, no recibieron comestibles u otros suministros de rutina necesarios para la vida diaria.

Falta de información adecuada

Muchos participantes reportaron información deficiente de las autoridades de salud pública como un factor estresante, informando insuficientes pautas claras sobre las acciones a tomar y la confusión sobre el propósito de la cuarentena. Después de la epidemia de SARS de Toronto, los participantes percibieron que la confusión surgió de las diferencias en el estilo, el enfoque y el contenido de varios mensajes de salud pública debido a la mala coordinación entre las múltiples jurisdicciones y niveles de gobierno involucrados. La falta de claridad sobre los diferentes niveles de riesgo, en particular, llevó a los participantes a temer lo peor. Los participantes también informaron una percepción de falta de transparencia por parte de los funcionarios de salud y del gobierno sobre la gravedad de la pandemia. Quizás relacionado con la falta de pautas claras o justificación, la dificultad percibida de cumplir con los protocolos de cuarentena fue un predictor significativo de síntomas de estrés postraumático en un estudio.

Estresores post cuarentena

Financieros

La pérdida financiera puede ser un problema durante la cuarentena, ya que las personas no pueden trabajar y tienen que interrumpir sus actividades profesionales sin una planificación avanzada. Los efectos de esto parecen ser duraderos.

En los estudios revisados, la pérdida financiera como resultado de la cuarentena creó una grave angustia socioeconómica y se descubrió que era un factor de riesgo para síntomas de trastornos psicológicos y de ira y ansiedad varios meses después de la cuarentena. Un estudio encontró que los encuestados que estaban en cuarentena por la gripe equina, cuya principal fuente de ingresos provenía de una industria relacionada con los caballos, tenían más del doble de probabilidades de tener un alto nivel de angustia que aquellos cuyos ingresos no provenían de esa industria. Este hallazgo probablemente esté relacionado con los efectos económicos, pero también podría estar relacionado con la interrupción de las redes sociales y la pérdida de actividades de ocio.

Un estudio de personas en cuarentena debido a un posible contacto con el ébola encontró que, aunque los participantes recibieron asistencia financiera, algunos consideraron que la cantidad era insuficiente y que llegó demasiado tarde; muchos se sintieron perjudicados ya que la asistencia que recibieron no cubrió sus gastos profesionales en curso. Muchos se volvieron dependientes de sus familias para mantenerlos financieramente durante la cuarentena, lo que a menudo era difícil de aceptar y podía causar conflictos.

En otro estudio, ninguno de los que estuvieron en cuarentena en Toronto durante el SARS reportó muchas dificultades financieras porque los empleadores o el gobierno los compensaron, pero cuando ese reembolso tardó en llegar, causó dificultades para aquellos con menos recursos financieros.

Potencialmente relacionado con la pérdida financiera, los participantes con un ingreso familiar combinado anual de menos de 40,000 dólares canadienses mostraron cantidades significativamente mayores de estrés postraumático y síntomas depresivos. Estos síntomas probablemente se deban a que aquellos con ingresos más bajos tenían más probabilidades de verse afectados por la pérdida temporal de ingresos que aquellos con mayores ingresos.

Las personas que están en cuarentena y tienen ingresos familiares más bajos pueden requerir niveles adicionales de apoyo, junto con aquellos que pierden ingresos mientras están en cuarentena (es decir, personas que trabajan por cuenta propia que no pueden trabajar o personal asalariado que no puede tomar vacaciones pagadas). Los reembolsos financieros deben proporcionarse siempre que sea posible y los programas desarrollados para proporcionar apoyo financiero durante todo el período de cuarentena. Cuando sea apropiado, los empleadores también pueden considerar enfoques proactivos que permitan a los empleados trabajar desde casa si así lo desean, tanto para evitar pérdidas financieras como para evitar el aburrimiento, teniendo en cuenta que el personal en estas situaciones podría no ser más productivo y beneficiarse más del apoyo social remoto de sus colegas.

Estigma

El estigma de los demás fue un tema importante en toda la literatura, a menudo continuó durante algún tiempo después de la cuarentena, incluso después de la contención del brote. En una comparación de los trabajadores de la salud en cuarentena frente a los que no estaban en cuarentena, los primeros fueron significativamente más propensos a informar estigmatización y rechazo de las personas en sus vecindarios locales, lo que sugiere que hay un estigma que rodea específicamente a las personas que habían sido puestas en cuarentena.

Los participantes en varios estudios informaron que otros los estaban tratando de manera diferente: evitándolos, retirando invitaciones sociales, tratándolos con miedo y sospecha y haciendo comentarios críticos. Varios trabajadores de la salud involucrados en el brote de ébola en Senegal informaron que la cuarentena había llevado a sus familias a considerar que sus trabajos eran demasiado riesgosos, creando tensión dentro del hogar. En el mismo estudio, tres participantes informaron que no pudieron reanudar sus trabajos después de que la cuarentena terminó, porque sus empleadores expresaron miedo al contagio.

Los cierres en cuarentena durante la epidemia de ébola en Liberia informaron que el estigma podría conducir a la privación de derechos de los grupos minoritarios en la comunidad, ya que a menudo se decía que las familias en cuarentena pertenecían a diferentes grupos étnicos, tribus o religiones y se percibían como peligrosas porque eran diferentes. Quizás debido a este estigma, estar en cuarentena llevó a los participantes en este estudio a mantener en secreto las enfermedades que no son ébola, fácilmente tratables, y evitaron buscar ayuda.

La educación general sobre la enfermedad y la justificación de la información de cuarentena y salud pública que se proporciona al público en general, puede ser beneficiosa para reducir la estigmatización, mientras que una información más detallada dirigida a escuelas y lugares de trabajo también podría ser útil.

Además podría ser que los informes de los medios contribuyen a estigmatizar las actitudes del público en general; los medios de comunicación ejercen una poderosa influencia en las actitudes del público y los titulares dramáticos y se ha demostrado que la propaganda del miedo contribuye a estigmatizar actitudes en el pasado (p. ej., durante el brote de SARS). Este tema destaca la necesidad de que los funcionarios de salud pública brinden información rápida y clara. Que los mensajes sean entregados de manera efectiva a toda la población afectada para promover una comprensión precisa de la situación.

Recomendaciones para mitigar las consecuencias de la cuarentena

Durante los brotes de enfermedades infecciosas importantes, la cuarentena puede ser una medida preventiva necesaria. Sin embargo, esta revisión sugiere que a menudo se asocia con un efecto psicológico negativo. Durante el período de cuarentena, este efecto psicológico negativo no es sorprendente, sin embargo, la evidencia de que todavía se puede detectar meses o años después, aunque sea por un pequeño número de estudios, es más preocupante y sugiere la necesidad de garantizar que se implementen medidas efectivas de mitigación como parte del proceso de planificación de cuarentena.

En este sentido, nuestros resultados no proporcionan pruebas sólidas de que ninguna característica demográfica particular sea un factor de riesgo de malos resultados psicológicos después de la cuarentena y, por lo tanto, requiera atención específica. Sin embargo, el historial de trastornos mentales sólo fue examinado como factor de riesgo por un estudio. La literatura previa sugiere que los antecedentes psiquiátricos se asocian con trastornos psicológicos después de experimentar cualquier trauma relacionado con el desastre y es probable que las personas con problemas de salud mental preexistentes necesiten apoyo adicional durante la cuarentena.

También parecía haber una alta prevalencia de angustia psicológica en los trabajadores de la salud en cuarentena, aunque había pruebas contradictorias en cuanto a si este grupo tenía un mayor riesgo de angustia que los trabajadores no sanitarios que estaban en cuarentena. En relación a los trabajadores de la salud, el apoyo de los administradores es esencial para facilitar su regreso al trabajo y los encargados deben ser conscientes de los riesgos potenciales que podría enfrentar el personal que fue puesto en cuarentena, para que puedan prepararse para una intervención temprana.

Mantenerla lo más breve posible

Una cuarentena más larga se asocia con resultados psicológicos más pobres, tal vez como era de esperar, ya que es lógico que los factores estresantes informados por los participantes puedan tener un mayor efecto mientras más tiempo se experimenten. Restringir la duración de la cuarentena a lo que es científicamente razonable dada la duración conocida de los períodos de incubación, y no adoptar un enfoque excesivamente exagerado para esto, minimizaría el efecto negativo en las personas.

La evidencia de otros lugares también enfatiza la importancia de que las autoridades se adhieran a la duración recomendada de la cuarentena y no la extienden. Para las personas que ya están en cuarentena, una extensión, por pequeña que sea, puede exacerbar cualquier sensación de frustración o desmoralización. Imponer un bloqueo indefinidamente en ciudades enteras sin un límite de tiempo claro (como se ha visto en Wuhan, China) podría ser más perjudicial que los procedimientos de cuarentena estrictamente aplicados, limitados al período de incubación.

Ofrecer información precisa

Las personas en cuarentena a menudo temían ser infectadas o infectar a otros. También suelen hacer evaluaciones catastróficas de cualquier síntoma físico experimentado durante el período de cuarentena. Este temor es una ocurrencia común para las personas expuestas a una enfermedad infecciosa preocupante, y podría verse exacerbado por la información a menudo inadecuada que los participantes reportaron haber recibido de los funcionarios de salud pública, dejándolos sin entender bien la naturaleza de los riesgos que enfrentaban y por qué estaban en cuarentena. Debería ser una prioridad garantizar que quienes están en cuarentena comprendan bien la enfermedad en cuestión y los motivos de la cuarentena.

Proveer de insumos necesarios

Los funcionarios también deben asegurarse de que los hogares en cuarentena tengan suficientes suministros para sus necesidades básicas, además es muy importante que se proporcionen lo más rápido posible. Idealmente, la coordinación para el suministro debe realizarse de antemano, con planes de conservación y reasignación establecidos para garantizar que los recursos no se agoten.

Reducir el aburrimiento y mejorar la comunicación

El aburrimiento y el aislamiento causarán angustia. Se debe informar a las personas que están en cuarentena sobre lo que pueden hacer para evitar el aburrimiento y se les debe proporcionar consejos prácticos sobre técnicas de manejo del estrés. Tener un teléfono móvil que funcione ahora es una necesidad, no un lujo. Activar su red social, aunque de forma remota, no es solo una prioridad clave, sino que la imposibilidad de hacerlo se asocia con ansiedad inmediata y con angustia a más largo plazo. Un estudio sugirió que tener una línea de asistencia telefónica, atendida por enfermeras psiquiátricas, específicamente para aquellos en cuarentena, podría ser eficaz en términos de proporcionarles una red social.

La capacidad de comunicarse con la familia y los amigos también es esencial. En particular, las redes sociales podrían desempeñar un papel importante en la comunicación con aquellos que están lejos, permitiendo a las personas en cuarentena actualizar a sus seres queridos acerca de su situación y asegurarles que están bien. Por lo tanto, es recomendable proporcionar a las personas en cuarentena teléfonos móviles, cables y enchufes para cargar dispositivos. Y redes WiFi robustas con acceso a Internet para permitirles comunicarse directamente con sus seres queridos. Estas intervenciones podría reducir la sensación de aislamiento, estrés y pánico.

También es importante que los funcionarios de salud pública mantengan líneas claras de comunicación con las personas en cuarentena sobre qué hacer si experimentan algún síntoma. Una línea telefónica o un servicio en línea específicamente establecido para las personas en cuarentena y atendido por personal de atención médica, que pueda proporcionar instrucciones sobre qué hacer en caso de desarrollar síntomas de enfermedad, ayudaría a asegurar a las personas que recibirán atención en caso de enfermarse. Este servicio mostrará a quienes están en cuarentena que no han sido olvidados y que sus necesidades de salud son tan importantes como las del público en general. No se han estudiado los beneficios de dicho recurso, pero es probable que la tranquilidad pueda disminuir posteriormente los sentimientos como el miedo, la preocupación y la ira.

Hay evidencia que sugiere que los grupos de apoyo específicamente para personas que fueron puestas en cuarentena en el hogar durante brotes de enfermedades pueden ser útiles. Un estudio encontró que tener un grupo así y sentirse conectado con otros que habían pasado por la misma situación, podría ser una experiencia de validación y empoderamiento y puede proporcionar ese apoyo que no están recibiendo de otras personas.

Ofrecer atención especial a los profesionales de salud

Los propios trabajadores de la salud a menudo están en cuarentena y esta revisión sugiere que, al igual que el público en general, se ven afectados negativamente por las actitudes estigmatizantes de los demás.

Ninguno de los estudios incluidos en esta revisión se centró en las percepciones de sus colegas, pero este sería un aspecto interesante para explorar. También es posible que los trabajadores de la salud que estén en cuarentena sientan preocupación por hacer que sus lugares de trabajo no tengan suficiente personal y causar trabajo extra para sus colegas. Las percepciones de sus colegas pueden ser particularmente importantes.

Estar separado de un equipo con el que están acostumbrados a trabajar en estrecho contacto puede aumentar la sensación de aislamiento de los trabajadores de la salud que están en cuarentena. Por lo tanto, es esencial que se sientan respaldados por sus colegas inmediatos. Durante los brotes de enfermedades infecciosas, se ha encontrado que el apoyo organizacional es protector de la salud mental para el personal de atención médica en general y los administradores deben tomar medidas para garantizar que los miembros de su personal apoyen a sus colegas en cuarentena.

El altruismo es mejor que la coherción

Quizás debido a las dificultades de diseñar un estudio apropiado, no se encontró ninguna investigación que probara si la cuarentena obligatoria versus la voluntaria tiene un efecto diferencial en el bienestar. Sin embargo, en otros contextos, sentir que otros se beneficiarán de la situación de uno puede hacer que las situaciones estresantes sean más fáciles de soportar y es probable que esto también sea cierto para la cuarentena en el hogar. Reforzar que la cuarentena está ayudando a mantener a otros seguros, incluidos aquellos particularmente vulnerables (como los que son muy jóvenes, o más viejos o con condiciones médicas graves preexistentes), y que las autoridades sanitarias les están realmente agradecidas, puede ayudar a reducir la efecto sobre la salud mental y la adherencia en los que están en cuarentena.

Lo que sabemos

La cuarentena es una de varias medidas de salud pública para prevenir la propagación de una enfermedad infecciosa y, como se muestra en esta revisión, tiene un impacto psicológico considerable para los afectados. Surge la pregunta sobre si otras medidas de salud pública que evitan la necesidad de imponer cuarentena (como el distanciamiento social, la cancelación de reuniones masivas y el cierre de escuelas) podrían ser más favorables. Se necesita investigación futura para establecer la efectividad de tales medidas.

Se deben considerar las fortalezas y limitaciones de esta revisión.Debido a las limitaciones de tiempo de esta revisión dado el brote de coronavirus en curso, la literatura revisada no se sometió a una evaluación formal de la calidad. Además, nos limitamos a publicaciones revisadas por pares y no exploramos literatura gris potencialmente relevante.

Las recomendaciones que hemos hecho se aplican principalmente a pequeños grupos de personas en instalaciones dedicadas y, en cierta medida, en autoaislamiento. Aunque anticipamos que muchos de los factores de riesgo de resultados negativos psicosociales serían los mismos para procesos de contención más grandes (como pueblos o ciudades enteras), es probable que hayan diferencias claras en tales situaciones, que significa que la información presentada en esta revisión debería aplicarse a tales situaciones con cautela. También, se deben considerar las posibles diferencias culturales.

Aunque esta revisión no puede predecir exactamente qué sucederá, ni ofrecer recomendaciones que funcionen para cada población futura que se encuentre en cuarentena, hemos proporcionado una visión general de los problemas clave y cómo podrían rectificarse en el futuro.

También hay varias limitaciones de la literatura revisada, que deben señalarse:

  1. Solo un estudio siguió a los participantes a lo largo del tiempo
  2. Los tamaños de las muestras fueron generalmente pequeños
  3. Pocos estudios compararon directamente a los participantes en cuarentena con los que no están en cuarentena.
  4. Las conclusiones basadas en ciertas poblaciones de estudio (p. ej., estudiantes) podrían no ser generalizables, y la heterogeneidad de las medidas de resultado entre los estudios dificulta la realización de comparaciones directas entre los estudios
  5. También vale la pena señalar que una minoría de estudios evaluó los síntomas del estrés postraumático utilizando instrumentos diseñadas para medirlo a pesar de que la cuarentena no se califica como un trauma en el diagnóstico de trastorno de estrés postraumático en el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales

Las fortalezas de esta revisión incluyen la búsqueda manual de listas de referencias para identificar los documentos que no se encontraron en la búsqueda inicial, contactar a los autores que enviaron textos completos de los documentos que no estaban disponibles en línea en su totalidad y hacer que varios investigadores realicen la evaluación para mejorar el rigor de la revisión.

Conclusión

En general, esta revisión sugiere que el impacto psicológico de la cuarentena es amplio, sustancial y puede ser duradero. De ninguna manera sugiere que la cuarentena no deba usarse; los efectos psicológicos de no usar la cuarentena y permitir que la enfermedad se propague podrían ser peores. Sin embargo, privar a las personas de su libertad para el bien público en general suele ser polémico y debe manejarse con cuidado.

Si la cuarentena es esencial, nuestros resultados sugieren que los funcionarios deben tomar todas las medidas para garantizar que esta experiencia sea lo más tolerable posible para las personas. Esto se puede lograr: diciéndole a las personas lo que está sucediendo y por qué, explicando cuánto tiempo continuará, proporcionando actividades significativas para que realicen mientras están en cuarentena, proporcionando una comunicación clara, asegurando suministros básicos (como alimentos, agua y suministros médicos) están disponibles y refuerzan la sensación de altruismo que las personas deberían, con razón, sentir.

Los funcionarios de salud encargados de implementar la cuarentena, que por definición están empleados y generalmente tienen una seguridad laboral razonable, también deben recordar que no todos están en la misma situación.
Si la experiencia de la cuarentena es negativa, los resultados de esta revisión sugieren que puede haber consecuencias a largo plazo que afecten no solo a las personas en cuarentena, sino también al sistema de atención médica que administró la cuarentena y a los políticos y funcionarios de salud pública que lo ordenaron.

Artículo traducido por David Aparicio y Alejandra Alonso.

Referencia del estudio:

Brooks, S. K., Webster, R. K., Smith, L. E., Woodland, L., Wessely, S., Greenberg, N., & Rubin, G. J. (2020). The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of the evidence. The Lancet, 395(10227), 912–920. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30460-8

  • Análisis

Prevención de la psicosis: Avances en detección, pronóstico e intervención

  • Alejandra Alonso
  • 06/04/2020
prevencion psicosis

Cuando hablamos de psicosis nos referimos a un trastorno mental donde hay pérdida de contacto con la realidad. Esta experiencia es una de las más debilitantes y estigmatizadas que hay. Debido a sus principales síntomas (delirios y alucinaciones), las personas con psicosis son propensas a retraerse, estar confundidas o asustadas. Además tienen alto riesgo de autolesionarse e intentar suicidarse. Por si fuera poco, y en parte gracias a los medios de comunicación y películas, muchas personas piensan que los individuos que padecen estos síntomas son peligrosos.

Tristemente, tanto el retraimiento de estos individuos como la estigmatización, debilitan la red de apoyo social que pudiera ayudarles a tener una mejor calidad de vida.

La detección, evaluación e intervención de un individuo con alto riesgo de psicosis antes del comienzo del primer episodio es muy importante ya que puede, potencialmente, aumentar los beneficios de intervenciones tempranas.

El paradigma de individuos con alto riesgo de psicosis o CHR-P tiene ya 25 años y muchas investigaciones detrás. Representa uno de los enfoques preventivos mejor establecidos en la clínica psiquiátrica y por eso la revisión de su progreso se considera esencial.

Una nueva revisión sistemática realizó una exhaustiva búsqueda de la evidencia en cuanto a avances y limitaciones en detección, pronóstico e intervenciones para individuos con alto riesgo de psicosis.

¿Qué encontraron?

Detección:

Certeza:

La precisión en cuando a detección mostró un nivel moderado. En general, se observó que la detección podría ser un paso clave para el éxito en la implementación del paradigma CHR-P a escala.

Características del grupo:

Aunque el grupo es heterogéneo, sus características sociodemográficas de base son claras: hombres (66%) jóvenes (edad media 20.6 años), que se presentaban con un síndrome psicótico atenuado y discapacidad en el funcionamiento global, social y calidad de vida, asociados; presentaban además ideación suicida (66%), autolesiones (49%) e intentos de suicidio (18%). Estos problemas son la razón por la cual buscaron ayuda, pero en general dichas cuestiones se mantienen sin detectar (y por ende sin tratar) por 1 año o más.

Eficacia de estrategias de detección:

Actualmente, la detección de estas personas se basa completamente en su derivación bajo sospecha de riesgo de psicosis y en la promoción de conductas de búsqueda de ayuda. Estas estrategias de detección parecen ineficaces: solo alrededor del 5% al 12% de los casos del primer episodio se detectaron en el momento de su etapa de alto riesgo de psicosis, a través de servicios de salud mental independientes o para jóvenes.

Para los autores es importante resaltar que aproximadamente un tercio de los casos del primer episodio pueden no conducir al desarrollo de psicosis a través de una etapa de alto riesgo de psicosis (CHR-P). Además, ellos consideran que se debe tomar en cuenta que en la presentación, los individuos con CHR-P a menudo tenían un trastorno mental no psicótico comórbido (41% trastornos depresivos y 15% trastornos de ansiedad) y consumían sustancias (33% consumo de tabaco y 27% consumo de cannabis).

Pronóstico

El pronóstico también mostró nivel moderado de certeza. Los instrumentos de evaluación tienen buena precisión pronóstica para predecir psicosis. Sin embargo, se necesitan instrumentos alternativos para predecir otros resultados no psicóticos (por ejemplo, comienzo bipolar en aquellos que tengan riesgo).

Todos los instrumentos observados parecen tener buena precisión. Además cuentan con alta sensibilidad (96%) pero baja especificidad (46%) y solo son válidos si se aplican a población clínica que ya ha presentado factores de riesgo.

El riesgo de transición a psicosis disminuye cuando las estrategias de reclutamiento de personas en riesgo se centran en la comunidad en comparación con la atención primaria o secundaria. El riesgo fue más alto en el subgrupo BLIPS ( síntomas psicóticos breves e intermitentes, 38% a los 4 años; 89% a los 5 años si había características «seriamente desorganizadoras o peligrosas»), intermedio en el subgrupo APS (síndrome psicótico atenuado, 24% a los 4 años) y más bajo en el subgrupo GRD (riesgo genético y deterioro, 8% a los 4 años).

Intervenciones preventivas

La evidencia disponible es insuficiente para evaluar los efectos de intervenciones preventivas en la salud de los grupos de personas con alto riesgo de psicosis. Esta revisión afirma que, aunque metaanálisis previos habían encontrado ventajas de la TCC, la inclusión de nuevos estudios en metaanálisis recientes no indica beneficios claros a favor de ninguna intervención comparadas con los grupos control.

Los autores creen que puede existir sesgo en la muestra, llevando a tener pocos individuos con alto riesgo de psicosis en ellas y diluyendo así el poder estadístico de los ensayos actuales que pueden no haber sido capaces de detectar tamaños de efectos pequeños a moderados.

Otro factor puede ser el hecho de que la mayoría de los enfoques no considera la heterogeneidad clínica, neurobiológica y pronóstica de los individuos con alto riesgo de psicosis. Muchas se desarrollan para atender a personas con síndromes psicóticos atenuados (APS), a expensas de sujetos con síntomas psicóticos breves e intermitentes (BLIPS) que muestran mayor interés en recibir intervenciones recomendadas. Por último, las intervenciones se enfocan mucho en los síntomas, en vez de procesos neurobiológicos clave asociados con el comienzo de la psicosis o factores de riesgo que podrían modificarse.

Metodología

En esta revisión sistemática se incluyeron 42 metaanálisis publicados en los últimos 6 años, luego de revisar estudios teniendo en cuenta el tema investigado, tipo de publicación, diseño del estudio y número de la muestra de individuos con alto riesgo de psicosis.

¿Qué sugieren para futuras investigaciones y prevención?

En cuanto a detección:

Los autores recomiendan que los problemas se aborden “mediante programas de detección integrados que apalancan las herramientas de detección automática para examinar grandes muestras clínicas y no clínicas de forma transdiagnóstica, que abarcan la atención primaria y secundaria, la comunidad y los servicios de salud mental para jóvenes.”

Además, sugieren que la detección de individuos CHR-P no se base únicamente en la evaluación de los síntomas ya que “pueden ser solo el epifenómeno de los procesos fisiopatológicos subyacentes”. Ellos piensan que, debido a los factores de riesgo sociodemográficos, ambientales y de otro tipo establecidos para la psicosis (sexo masculino, desempleo, estado individual, bajo nivel educativo y funcional, complicaciones obstétricas, inactividad física, disfunción olfatoria y trauma en la infancia), se deben incorporar dichos factores múltiples para un mejor mapeo de la ruta etiopatológica del inicio de la psicosis.

En cuanto a pronóstico:

El equipo recomienda que la próxima generación de investigación haga una mejor deconstrucción y control del “enriquecimiento del riesgo” para maximizar la escalabilidad del uso de instrumentos que predicen el alto riesgo de psicosis en las personas.

Sumado a esto, según sus hallazgos, una versión revisada del paradigma CHR-P, debería incluir la estratificación de los 3 subgrupos nombrados (BLIPS o síntomas psicóticos breves e intermitentes; APS o síndrome psicótico atenuado; GRD, riesgo genético y deterioro).

También recomiendan fuertemente considerar factores de riesgo específicos de la psicosis, tanto a nivel sociodemográfico, como cognitiva y biológico: “Para refinar el pronóstico a nivel de participante individual, la investigación futura puede considerar factores de riesgo específicos (por ejemplo, sexo, estrés y trauma, empleo y estado de vida), biomarcadores (por ejemplo, volumen del hipocampo) o marcadores cognitivos (por ejemplo, velocidad de procesamiento verbal y memoria visual y atención), además de los subgrupos CHR-P y los síntomas clínicos (solo la gravedad de los síntomas positivos y negativos atenuados y el nivel de funcionamiento son factores de riesgo sólidos para la psicosis).”

Por último, los autores piensan que las futuras intervenciones experimentales también deberían enfocarse más bien en los resultados relevantes, en vez de en el inicio de la psicosis, incluido el funcionamiento, dadas las bajas tasas de remisión y el bajo funcionamiento de esta población.

Limitaciones

La limitación que resaltan los autores es que los metanálisis tenían una calidad heterogénea y el enfoque de búsqueda en la literatura pudo haber favorecido la selección de dominios más comúnmente estudiados y mas fáciles de incluir en un metaanálisis. Según ellos, existe la posibilidad de que algunos avances prometedores en el campo CHR-P, a pesar de tener datos suficientes, todavía no tengan un metaanálisis elegible correspondiente. Sin embargo, actualmente esta posibilidad es cada vez menos probable, ya que los metanálisis se realizan frecuentemente.

Referencia bibliográfica

Fusar-Poli P, Salazar de Pablo G, Correll CU, et al. Prevention of Psychosis: Advances in Detection, Prognosis, and Intervention. JAMA Psychiatry. Published online March 11, 2020. doi:10.1001/jamapsychiatry.2019.4779

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