Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Análisis

359 Publicaciones
  • Análisis

Qué pasa cuando le pides diagnóstico clínico a tres modelos de inteligencia artificial

  • David Aparicio
  • 23/11/2023

El psicólogo y apreciado colega Mariano Scandar compartió una interesante experiencia con el uso de la inteligencia artificial para hacer el diagnóstico clínico y sus diferencias. En su prueba utilizó Bard (Google), Claude y ChatGTP. Bard sugiere que los síntomas presentados corresponden a un TAG, Claude detectó que es un TEA con ansiedad y ChatGTP sugiere que es un TOC. Es curioso que estas diferencias diagnósticas pueden ocurrir (y son muy frecuentes) entre profesionales de salud mental.

Por supuesto que el post de Mariano generó un interesante debate y te invito a que lo leas.

Las investigaciones sugieren que la inteligencia artificial puede aprender y reconocer patrones y relaciones diagnósticas lo que puede funcionar como una herramienta revolucionaria para la investigación psiquiátrica y medica. Todavía falta para que sea accesible y fiable, pero el experimento de Mariano, aun con sus limitaciones, nos muestra que estamos en esa dirección.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis
  • Salud Mental y Tratamientos

Elige tu propia aventura diagnóstica

  • Nicolas Genise
  • 14/11/2023

Desde hace décadas, los manuales diagnósticos han dominado la escena psicoterapéutica, formando a generaciones de terapeutas entrenados en codificar el sufrimiento humano desde una topografía. Casi sin darnos cuenta, comenzamos a actuar como si estuviéramos en las puertas de una nueva iglesia. Aprendimos recitando una y otra vez que si el señor X presentaba 5 de los 9 parámetros establecido, tendría el placer de calificar para el selecto grupo de personas con trastornos mentales, pero (siempre hay un, pero), si tan solo lograra tildar 4 de los 9 criterios, su suerte no sería para esta mano. El señor X debería regresar a su casa con las manos vacías, pero con el mismo espíritu sufriente.

Nuestra nueva religión denominada “Terapias basada en la evidencia” no cubría los daños por un caso que no llegara al umbral.

No obstante como nos enseña la historia, una y otra vez, con el tiempo las voces comienzan a subir su volumen y plantean amenazas a lo ya establecido. Por ejemplo, Allen Frances, uno de los 28 caballeros de la APA Task Force destinado a supervisar el desarrollo del DSM-V cometió la herejía de gritar que la entonces biblia diagnóstica, no debía ser considerada más que una guía con considerables defectos.

Como es de imaginar, en los últimos años el diagnóstico de la salud mental ha sido acechado por los demonios de la inflación diagnóstica y las comorbilidades, generando una gran crisis de confianza. Se calcula que aproximadamente el 5 % de la población general tiene un desorden mental y que el 15 a 20 % adicional tiene condiciones más leves o temporales que son sensibles al placebo y a menudo, difíciles de distinguir de los problemas esperables de la vida cotidiana (Frances, 2013).

Poco a poco, la caída del imperio comenzó lentamente a verse reflejada en las investigaciones. Por ejemplo, Kim and Ahn (2002) al estudiar la manera en que los psicólogos clínicos piensan y actúan en su trabajo diario, observaron que, a pesar del hecho de contar con manuales diagnósticos conocidos, en general suelen utilizar sus propias teorías al razonar sobre los trastornos mentales.  Sin embargo, las investigaciones vinculadas a las actitudes psicológicas hacia el DSM se mantuvieron silenciadas por gran cantidad de tiempo (Johnson, 2021). Salvo por dos estudios realizados en los inicios de los 80, la producción sobre esta variable ha sido escasa.

En el 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS) al analizar las actitudes de los psicólogos sobre las clasificaciones diagnósticas encontró que, en general, los profesionales suelen valorarlas por su facilidad para informar y comunicar información, pero que, en general, prefieren utilizar pautas diagnósticas flexibles. Casi sin levantar la voz, han manifestado sus preocupaciones por los posibles sesgos, estigmatización, medicalización y sobre patologización (Evans et al., 2013). Diferente fue lo encontrado cuando quienes respondieron fueron los psiquiatras. Como es de esperar, el DSM recibió el abrazo de una visión positiva (Raskin et al., 2022).

Para el mismo año, Raskin and Gayle (2016) replicaron los estudios ejecutados en los 80 encontrando que, si bien seguía siendo utilizados, la mirada sobre los manuales había empeorado significativamente. Pareciera que estamos atrapados en el DSM como si se tratara de un círculo vicioso. Pensamos que es hora de dar el paso, pero sin saber para donde.

Nuevos relatos

En las últimas décadas, el diagnóstico ha comenzado a experimentar el surgimiento de nuevas voces que ofrecen renovar el aire viciado.

Por ejemplo, en el 2006, una pequeña fuerza conformada por 5 organizaciones psicoanalíticas, se unieron con el objetivo de crear un marco de referencia que no solo intentara capturar los síntomas y comportamientos observables, sino que, además, relevara y evaluara a la personalidad permitiéndoles a los clínicos ganar una sensación más fuerte del funcionamiento biopsicosocial del consultante. El modelo diagnóstico psicodinámico (conocido en inglés como PDM) se define como una taxonomía de la persona y no de las enfermedades que busca estudiar lo que se ES en lugar de lo que se TIENE. En pocas palabras… el diagnóstico necesita de contexto. Su diseño fue pensado con la finalidad de contar con un acercamiento multidimensional focalizándose en el extenso rango del funcionamiento mental (Lingiardi & McWilliams, 2017).

En el 2017, Kotov y un notable equipo presentaron al HiTOP o Hierarchical Taxonomy of Psychopathology con la finalidad de ofrecer un enfoque diagnóstico no categorial, que busque reemplazar a las innumerables categorías del DSM. Este, intenta hacerlo a partir de 6 dimensiones espectrales como la externalización antagonista, la internalización y los desapegos emocionales, entre otros, intenta colocar al sufrimiento mental dentro de espectros. Al igual que PDM, intenta presentar un acercamiento que tome en cuenta a la persona completa (Raskin et al., 2022).

Entonces, por ejemplo, mientras que el DSM presenta una sola categoría para la ansiedad social, por ejemplo, el HiTOP lo hará de una manera más específica. Él aclamará que el problema que presenta la persona deberá ser pensado en múltiples continuos.

Sin embargo, este acercamiento ha recibido grandes críticas como ser demasiado simplista, no contar con evidencia que lo sostenga y no estar preparado para la clínica real.

Por su parte, Research Domain Criteria Proyect (RDoC) también ha estado ganando fama y potencia, pero a diferencia de lo anteriormente mencionado, se ha presentado como una iniciativa en progreso. Fue lanzado por el National Institute of Mental Health (NIMH) en el año 2010 para redireccionar los fondos que antes entregaba a las investigaciones propuestas por el DSM. A diferencia de este, el RDoC propone analizar fuertemente la biología a partir de los aportes de las neurociencias. La NIMH suele aclamar que, su nuevo proyecto presenta un acercamiento diagnóstico más integrativo y científico que permite construir un entendimiento de los trastornos mentales más objetivos y medibles (Insel et al., 2010).

Por último, cabe destacar la frescura que está aportando el nuevo paradigma psicopatológico transdiagnóstico. Desde el trabajo de Ingram (1990) sobre la atención centrada en uno mismo a las propuestas actuales, cada vez más adeptos llegan a sus orillas.

Hoy en día, algunos referentes plantean la necesidad de desarrollar al modelo de modelos que permitan organizar el trabajo sobrepasando las peleas teóricas (y de dinero) (Hayes et al., 2019). Desde estas voces evolucionistas, intentando tomar distancia (y presentar un nuevo producto al mercado) buscando quitar peso relativo a los aspectos biológicos, al entender a los trastornos mentales como un inter juego de distintas dimensiones donde lo biológico entrará en relación con el ambiente, el aprendizaje y la cultura (entre nosotros… bastante parecido a lo que planteó Papá Freud en sus series complementarias casi al comienzo de su carrera) (Hayes & Hofmann, 2020).

¿Cuál será el resultado? No lo sabemos… hoy tenemos el privilegio (aunque a veces incómodo) de estar en la cocina de lo que gobernará la realidad psicopatológica de las próximas décadas. ¿Será un marco el ganador, serán varios o habrá un supersistema que permita englobarlos? Tampoco lo sabemos… Pero como dijo Charles Chaplin: “El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto”.

Referencias

  • Evans, S. C., Reed, G. M., Roberts, M. C., Esparza, P., Watts, A. D., Correia, J. M., Ritchie, P., Maj, M., & Saxena, S. (2013). Psychologists’ perspectives on the diagnostic classification of mental disorders: results from the WHO-IUPsyS Global Survey. International Journal of Psychology, 48(3), 177-193.
  • Frances, A. (2013, Jun). The past, present and future of psychiatric diagnosis. World Psychiatry, 12(2), 111-112. https://doi.org/10.1002/wps.20027
  • Hayes, S., & Hofmann, S. (2020). Beyond the DSM: Toward a Process-Based Alternative for Diagnosis and Mental Health Treatment. New Harbinger Publications.
  • Hayes, S. C., Hofmann, S. G., Stanton, C. E., Carpenter, J. K., Sanford, B. T., Curtiss, J. E., & Ciarrochi, J. (2019, Jun). The role of the individual in the coming era of process-based therapy. Behav Res Ther, 117, 40-53. https://doi.org/10.1016/j.brat.2018.10.005
  • Ingram, R. E. (1990, Mar). Self-focused attention in clinical disorders: review and a conceptual model. Psychol Bull, 107(2), 156-176. https://doi.org/10.1037/0033-2909.107.2.156
  • Johnson, B. T. (2021). Toward a more transparent, rigorous, and generative psychology.
  • Kim, N. S., & Ahn, W.-k. (2002). Clinical psychologists’ theory-based representations of mental disorders predict their diagnostic reasoning and memory. Journal of Experimental Psychology: General, 131(4), 451.
  • Kotov, R., Krueger, R. F., Watson, D., Achenbach, T. M., Althoff, R. R., Bagby, R. M., Brown, T. A., Carpenter, W. T., Caspi, A., & Clark, L. A. (2017). The Hierarchical Taxonomy of Psychopathology (HiTOP): A dimensional alternative to traditional nosologies. Journal of abnormal psychology, 126(4), 454.
  • Lingiardi, V., & McWilliams, N. (2017). Psychodynamic diagnostic manual: PDM-2. Guilford Publications.
  • Raskin, J. D., & Gayle, M. C. (2016). DSM-5: Do psychologists really want an alternative? Journal of Humanistic Psychology, 56(5), 439-456.
  • Raskin, J. D., Maynard, D., & Gayle, M. C. (2022). Psychologist attitudes toward DSM-5 and its alternatives. Professional Psychology: Research and Practice, 53(6), 553.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis

Cuando los padres temen decir «no» a sus hijos

  • Amparo Caladín
  • 25/10/2023

¿Por qué es tan difícil para los padres decirles “no” a sus hijos y por qué ellos dicen “no” tan fácilmente?

La educación de los hijos es, hoy en día, un problema para muchas familias en las que los padres se ven desbordados por la conducta de sus pequeños. Somos testigos de cómo muchos padres dan a sus hijos todo aquello que desean, les dejan comer sólo lo que les gusta o elegir la hora de ir a la cama, satisfaciendo todos sus caprichos. Algunos creen que así son mejores padres, pero la gran mayoría, simplemente, no sabe cómo enfrentarse a decir NO a sus hijos.

Cada hijo, educado por igual en la familia, es diferente. Hay diferentes sensibilidades y tendencias. Todos hemos visto a padres incapaces de reñir o llamar la atención a sus hijos cuando estaban molestando o alborotando en algún lugar, también, conocemos a padres que no dejan de reñir a sus hijos en todo momento y hay otros padres que juegan con sus hijos y les dicen lo que está bien y lo que no. Al fin y al cabo un padre no es un amigo, es un padre.

En nuestra práctica diaria cada vez constatamos más que los niños, desde edades muy tempranas, no dudan en oponerse a sus padres, a rehusar hacer lo que les ordenan, a decir simplemente “no”. Por otra parte, los padres parecen temer a decir “no” a los hijos y lo consultan con frecuencia, porque siempre se ha inculcado lo importante que es para el crecimiento y el desarrollo armonioso de los hijos el respetar sus gustos, su ritmo de alimentación y sus periodos de sueño.

¿Por qué es necesario decir «NO»?

Los bebés ya comienzan a aprender con cada experiencia vital. Aprenden de lo que ven, de lo que escuchan, de lo que tocan. Si las madres y padres aplican un horario para las comidas, el sueño y el baño, el bebé aprenderá a adquirir un ritmo, y tendrá hambre a la hora de la comida. No protestará a la hora del baño porque sabrá que es lo “normal” y lo acabará encontrando agradable.

Con los años, el niño dominará otra serie de hábitos de conducta, como lavarse los dientes o las manos antes de comer, y no le costará porque las habrá interiorizado y lo hará de forma casi automática. Los hábitos de conducta que enseñamos a nuestros hijos constituyen el comienzo de su capacidad para ser autónomos. Cuando hacemos que nuestros hijos sigan unos hábitos, cuando los obligamos a adaptarse a las pautas de conducta de la familia, los estamos incluyendo en la vida social del grupo.

Como padres, somos el puente entre nuestros hijos y la sociedad, y por ello somos los encargados de conseguir que adquieran costumbres positivas para ellos y para su entorno. Un niño que no respeta las normas de convivencia, que se muestra de forma egoísta, que pega, que no comparte sus juguetes, no será querido por sus compañeros, y eso le ocasionará tristeza y frustración.

Tenemos que educar a nuestros hijos desde su nacimiento, es decir, enseñarlos a aceptar las normas y a convivir para que puedan disfrutar de una vida feliz.

¿Cómo puedo decirle “NO”?

1) Tenemos que ser inflexibles con las normas sociales absolutas (acostarse con los padres, hacer daño a alguien…), y con las normas propias de casa (ver la TV, acostarse a tal hora…).

2) La autoridad se transmite con la mirada y el tono de voz: hay que explicarle de frente, con seguridad y de forma tranquila y firme.

3) En las rabietas hay que mantener una posición indiferente, él solo tiene que resolverla, que llore el tiempo que quiera, nosotros le haremos caso cuando se tranquilice.

4) Corregirlos en casa o en público, en la calle también somos padres…

5) No dejarse chantajear con la expresión mala madre o mal padre, ignorar estos términos para que vea que de esta forma no va conseguir nuestra atención.

En conclusión, los niños tienen que aprender desde muy pequeños y dejarles bien claro el significado del “sí” y del “no”, porque de lo contrario podemos encontrar numerosos problemas a lo largo de su vida tanto nosotros como ellos.

¿Qué opinión tenéis los padres sobre este tema? Es fácil marcar los límites a los niños?

Artículo previamente publicado por la psicóloga Amparo Caladín en su blog personal, un espacio de artículos especializados sobre psicología, crianza y bienestar. 

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis

Fatiga por compasión en profesionales de salud: la amenaza fantasma

  • Gretel Martinez
  • 18/10/2023

Un lunes típico. Lo llamaron del colegio porque su hijo pegó. Volvieron sus pensamientos de muerte. Foto del bebé de ex paciente que había hecho terapia años atrás y escribe agradeciendo. Adolescente con autolesiones hospitalizado. El TOC hizo que no llegue a tiempo a esa entrevista de trabajo que tanto esperaba y se perdió la oportunidad. Un nuevo alta. Discutió con su pareja, agresiones, intervención de la policía, terminaron. Está en la guardia de la clínica por un pico de estrés que desencadenó un ataque de pánico. Colega pide ayuda en búsqueda de profesionales para derivación porque nadie tiene turnos disponibles. Madre de consultante trae de regalo un chocolate porque nota avances en su niño. Paciente pide sobreturno porque falleció su padre recientemente y se siente especialmente mal. Picaporte roto, paciente con agorafobia casi queda encerrado un instante en el baño del consultorio. Así como alguien se preguntaba ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, yo me pregunto: ¿Pueden los timbres volverse conductistas? este anduvo hoy a puro refuerzo intermitente con los pacientes. Un día típico.

Así puede ilustrarse parte de la cotidianeidad de muchos profesionales de salud (pediatría, psicopedagogía, fonoaudiología, terapia ocupacional y tantos más) donde continuamente se nos presenta un variopinto collage de situaciones y desafíos. Es por lo que obviamente (?) no dudamos en buscar o empezar un curso, posgrado, doctorado (en ocasiones podría decirse, casi casi rozando el consumo problemático) y afines. Si la agenda dice no, tratamos que reconsidere si no habría posibilidad de un hueco para un cursito, un webinar o lo que nos ayude a no perdernos de algo nuevo o algo que pueda servirnos con algún caso, nuevo, complejo, cronificado, etc. En verdad no lo vemos pero en lugar de eso lo que podemos estar perdiendo es la noción de nuestras propias necesidades… Si nos preguntamos ¿qué es lo último que cursé?, no tardará mucho en aparecer ese dato, y si nos preguntamos ¿qué conducta de autocuidado me propuse  y pude hacer hoy? puede que esa respuesta asome con algo de delay.

Al igual que la actividad física, sabemos que el autocuidado es preciso y hace bien pero por algo no lo terminamos haciendo o se nos va cayendo del mapa silenciosamente, sin que lo vayamos notando.

La idea de este artículo es recordar el por qué del autocuidado y el para qué, un horizonte posible y en el mejor de los casos un aspecto a cultivar cada día, a cada momento, como forma de vivir.

Empezando por el principio, la simpatía es “me preocupo por tu sufrimiento”, la empatía es “ siento tu sufrimiento” y la compasión es “quiero aliviar tu sufrimiento” (Stoewen, 2020). 

Charles Figley, define a la fatiga por compasión como un estado de tensión y preocupación por aquellos pacientes traumatizados por que vuelvan a experimentar los eventos traumáticos, por que intenten evitar/adormecer los recordatorios de excitación persistente. El fundador del Instituto de Traumatología de la Universidad de Tulane lo describe como riesgo laboral de cualquier profesional que usa sus emociones, su corazón: “Es como una nube oscura que se cierne sobre tu cabeza, va a donde vayas e invade tus pensamientos” (Clay, R. A., 2022).

Los terapeutas que trabajan con enfermedades crónicas tienden a ignorar sus propias necesidades de autocuidado al centrarse en las necesidades de los clientes. 

La fatiga por compasión se divide en dos partes. La primera se refiere al burnout – sensación de fracaso y una existencia agotada o gastada que resultaba de una sobrecarga por exigencias de energías, recursos personales o fuerza espiritual del trabajador (Freudenberger, 1974) – con agotamiento, frustración, ira y depresión. La segunda, el estrés traumático secundario –  aquellas emociones y conductas resultantes de enterarse de un evento traumático experimentado por otro. Los desastres pueden afectar a nivel psicológico a un amplio espectro de personas: aquellos directamente afectados, aquellos indirectamente afectados (por ejemplo testigos, familiares, etc) y los ayudantes y trabajadores de rescate (Figley, 1983).

A corto plazo, la fatiga por compasión puede ser la base de una serie de problemas de salud física, como dolores de cabeza y migrañas; náuseas, vómitos y diarrea; y dolor crónico y fatiga, todos psicosomáticos. Con cortisol circulante alto, puede aumentar la susceptibilidad a la enfermedad. A largo plazo, la fatiga por compasión puede aumentar la incidencia de enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes, así como diversas afecciones gastrointestinales y disfunción inmunitaria. Mientras algunas personas manifiestan problemas de salud física, otras manifiestan problemas de salud mental. Además puede conducir a una variedad de afecciones psiquiátricas, que incluyen hipocondría, trastornos disociativos, trastornos del estado de ánimo (p. ej., ansiedad y depresión clínica), adicciones (incluido el tabaquismo, el alcohol, las drogas y el juego), trastornos de la alimentación y trastornos de la personalidad La fatiga por compasión es insidiosa. A medida que cambian las formas de pensar, sentir y comportarse de una persona, y estos cambios afectan la salud física y mental, la capacidad de la persona para llevarse bien todos los días, incluso dentro del lugar de trabajo, se deteriora.

A partir de este fenómeno, surgió un equipo especializado que brinda atención en fatiga por compasión, desarrollado inicialmente para asistir en Oklahoma (EEUU) en su mayoría profesionales de salud retirados que ayudan a la gente en crisis haciendo seguimiento de los eventos traumáticos. Se trata de la Academia de Traumatología de la Cruz Verde que tiene establecidas pautas de autocuidado (2013) que operan como normas. Algunas de ellas son:

  1. No hacerse daño en el cumplimiento del deber al ayudar / tratar a otros; y atender necesidades físicas, sociales, emocionales y espirituales como forma de garantizar servicios de alta calidad para aquellos que buscan apoyo.
  2. No es ético no ocuparse del autocuidado como profesional porque el cuidado personal suficiente evita dañar a aquellos a quienes se asiste.
  3. Responsabilidad del autocuidado: en última instancia, es responsabilidad de cada uno cuidar de sí y ninguna situación ni persona puede justificar descuidarlo.
  4. Derecho universal al bienestar: toda persona que brinda asistencia independientemente de su función o empleador, tiene derecho al bienestar asociado con el cuidado personal.
  5. Hacer un compromiso tangible: escrito, público, específico, y mesurable de actividades de  autocuidado.

De las buenas intenciones a las buenas acciones

Existe un modelo de trabajo para desarrollar la resiliencia a la fatiga por compasión y la promoción de la resiliencia que considera que debe centrarse en educar a las personas sobre los riesgos del estrés traumático secundario y el agotamiento antes de comenzar una carrera en las profesiones de ayuda, antes de que se establezcan firmemente los patrones de creencias y comportamientos de autocuidado (Paiva-Salisbury & Schwanz, 2022). 

En esta misma dirección de prevención, promoción y afrontamiento un artículo llamado ¿Estás experimentando fatiga por compasión? Clay, 2020 brinda las siguientes recomendaciones para desarrollar autocuidado:

Detectar los signos y síntomas: identificar lo que se está experimentarlo es el primer paso. Para esto puede ser de utilidad el inventario online de Professional Quality of Life (proQOL) – Escala de Calidad de Vida Profesional para los Trabajadores de Salud – destinado a profesionales de la salud, trabajadores de servicios sociales, maestros, abogados, respuesta de emergencia, etc., También puede detectarse considerando los siguientes signos (Stoewen, 2020):

  • La persona se enfoca más en la tarea y menos en la emoción, y puede alejarse cada vez más de los demás, aislándose socialmente;
  • Agotamiento físico y emocional “sentirse fatigado en cada célula de su ser” lo que puede afectar significativamente el pensamiento, los sentimientos y el comportamiento.
  • Emociones negativas, como ira, molestia, intolerancia, irritabilidad, escepticismo, cinismo, amargura y resentimiento. Suelen conducir a problemas interpersonales, incluidas dificultades para llevarse bien con los demás y problemas con la intimidad, lo que resulta en sentimientos heridos, decepciones y desconexión. 
  • Puede haber cambios de humor, llanto, ansiedad, miedos irracionales, melancolía, tristeza y desesperación y, en algunos casos, incluso pensamientos o gestos suicidas.
  • Puede haber cambios en el funcionamiento cognitivo. La capacidad de pensar con claridad, usar el buen juicio y tomar decisiones puede disminuir. Puede resultar difícil concentrarse en las tareas. Puede haber lapsos de memoria u olvidos. Con el tiempo, la persona puede desarrollar una imagen negativa de sí misma y sentimientos de insuficiencia e impotencia.

Hacer del autocuidado parte de la rutina: Un buen cuidado personal significa desarrollar una rutina que haga que cada día sea predecible, incluidos los cinco grandes del cuidado personal: sueño reparador, nutrición saludable, actividad física, relajación y socialización. (Clay, 2020).

Revisar las creencias personales sobre el autocuidado: Ponerse la propia máscara de oxígeno antes de ayudar a los demás nos recuerda la importancia de las creencias que tenemos respecto del cuidado impulsan a desarrollar (o no) conductas comprometidas. Jugar, ver películas divertidas y cosas por el estilo puede reponer la energía necesaria para ayudar a los demás, incluso una pequeña dosis de emoción positiva, como contemplar la naturaleza, puede ayudar. Acerca de las creencias de los psicoterapeutas, Geraldine Panelli (2022) concluye que a mayor presencia de flexibilidad psicológica, menor nivel de fatiga por compasión (Ver artículo ¿Cómo se relacionan la calidad de vida y la flexibilidad psicológica de los y las profesionales de la salud?).

Practicar la autocompasión: “Los psicólogos suelen ser las rocas en el río de la incertidumbre de la vida de nuestros pacientes, pero en este momento, estamos en ese río con ellos” refiriendo a que actualmente experimentan los mismos problemas que sus pacientes (preocupaciones sobre inseguridad, incertidumbre, preocupaciones económicas y poco tiempo). Con tendencia a ser «sobre afrontadores”, capaces de trabajar muy duro y obtener excelentes resultados pero son muy exigentes y muy enfocados en la perfección de lo que ofrecen, hasta el punto del agotamiento total. Es importante que los psicólogos se tomen el tiempo para reflexionar, solos, con un colega de confianza, un líder religioso o un terapeuta, sobre cualquier hecho que esté surgiendo al acompañar a un paciente ya que es una experiencia humana y los psicólogos, también lo son.

Crear comunidad: El ejercicio en la clínica puede ser solitario, por lo que conectarse con otras personas de ideas afines es otra estrategia que puede ayudar a prevenir la fatiga por compasión. Para esto es de utilidad la supervisión regular, grupos de estudio, intercambio con colegas.

Ayuda mutua: Normalizar el desgaste, hablar de las luchas que implica el ejercicio profesional y aceptar ayuda es una forma más de autocuidado. 

Satisfacción de la compasión: Centrarse en la gratitud y las victorias es poder cultivar el aspecto positivo de la compasión, el inspirador y salutógeno. 

…¿El jefe que me gustaría tener es el que estoy siendo conmigo mismo?… Puede mejorar desde hoy. De la autocompasión a la acción.

Referencias:

  • Clay, R. A. (2020). Are you experiencing compassion fatigue? American Psychological Association. Recuperado el 28 de Agosto de 2023 de https://www.apa.org/topics/covid-19/compassion-fatigue
  • Freudenberger, H. J. (1974). Staff burnout. Journal of Social Issues, 30(1), 159-165.
  • Figley, C.R. (1983). The family as victim: Mental health implications. En P. Berner (ed.). Proceedings of the VII world congress of psychiatry. London: Plenum
  • Figley C. R. (2002). Compassion fatigue: psychotherapists’ chronic lack of self care. Journal of clinical psychology, 58(11), 1433–1441. https://doi.org/10.1002/jclp.10090
  • Green Cross Academy of Traumatology. Standards of self care. 2010. Recuperado el 28 de Agosto de 2023 de https://greencross.org/?option=com_content&view=article&id=183&Itemid=123
  • Moreno-Jimenez, Bernardo & Garrosa, Eva & Morante Benadero, Maria & Novoa, María & Carvajal, Raquel. (2004). El estrés traumático secundario. Evaluación, prevención e intervención. Terapia Psicológica. 
  • Paiva-Salisbury, Melissa & Schwanz, Kerry. (2022). Before They Crash and Burn (Out): A Compassion Fatigue Resilience Model. 10.55504/2578-9333.1100.
  • Panelli, Geraldine (2022). ¿Cómo se relacionan la calidad de vida y la flexibilidad psicológica de los y las profesionales de la salud?. Revista Psyciencia. Recuperado el 18/08/23 de https://www.psyciencia.com/flexibilidad-psicologica-calidad-de-vida-profesionales-salud/
  • Stamm, Beth. (2010). The Concise ProQOL Manual: The concise manual for the Professional Quality of Life Scale , 2 nd Edition.
  • Stoewen, Debbie. (2017). Veterinary Wellness Bien-être vétérinaire Dimensions of wellness: Change your habits, change your life. The Canadian veterinary journal. La revue veterinaire canadienne. 58. 861.
  • Stoewen Debbie (2020). Moving from compassion fatigue to compassion resilience Part 4: Signs and consequences of compassion fatigue. Can Vet J. 2020 Nov;61(11):1207-1209. PMID: 33149360; PMCID: PMC7560777.
  • Waris Nawaz M, Imtiaz S, Kausar E. Self-care of Frontline Health Care Workers: During COVID-19 Pandemic. Psychiatr Danub. 2020 Autumn-Winter;32(3-4):557-562. doi: 10.24869/psyd.2020.557. PMID: 33370766.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis
  • Salud Mental y Tratamientos

¿Cómo pueden ayudar los padres a sus hijos a cultivar amistades saludables?

  • Gabriel Genise
  • 18/10/2023

Desarrollar relaciones con sus compañeros es una habilidad aprendida, y aquí es cómo (y por qué) los cuidados pueden ayudar. 

Al inicio del año lectivo los padres tienen muchas cosas por considerar. Algo que la investigación muestra que deberíamos poner en el tope de nuestras listas: Ayudar a nuestros niños a hacer y mantener amistades. 

“Hacer amigos es una de las tareas del desarrollo más importante para los preadolescentes y los adolescentes” de acuerdo con Berna Güreglu, una profesora neurocientífica en la universidad de Leiden en los Países Bajos quién llevó adelante una investigación sobre el poder de la amistad publicada en 2022. Pensar que hacer amigos es una habilidad aprendida, puede sonar absurdo, pero nuestros niños están llegando a esta franja etaria en donde las interacciones sociales frecuentemente se realizan online – y luego de pasar varios meses encerrados durante el periodo de la pandemia. 

“Hacer un amigo es una tarea compleja, aunque en la superficie pueda parecer fácil” refiere Ryan Hendrix, patólogo del habla y el lenguaje especializado en cognición social y comunicación. “La amistad es una tarea de la función ejecutiva social, y existe mucho esfuerzo aún en descubrir con quién me gustaría tener una conexión”.

En tiempo de niveles elevados de estrés e intolerancia a la incertidumbre, ¿Cómo podemos alentar a los niños a construir relaciones de amistad genuina en la escuela? Aquí presentamos algunas recomendaciones para ayudar. 

Comienza por definir qué significa la amistad. Generalmente obviamos este paso en conversaciones que tenemos con adolescentes y jóvenes adultos, según Courtney Murphy, una psicóloga a neuropsicóloga de San Francisco. Existen diferentes niveles de amistad y “los niños algunas veces tienen sus propias expectativas de qué es normal en una amistad” Los jóvenes necesitan reconocer que una amistad genuina “no debería consistir en personas que constantemente te quitan el sueño porque te tratan pobremente”. 

“Muchas personas son arrastradas a los que observan como en niño popular” menciona Hendrix, quien alienta a los jóvenes a pensar más acerca de “encontrar aquellas personas con las que tienes áreas de interés en común y cómo éstas pueden fomentar una conexión adicional mutua”. Para muchos niños, puede ser importante recordarles que la amistad debe ser una experiencia mutua que les permita sentirse cómodo con la persona que estas. 

Ayuda a los niños a notar antes de dar un salto. Los niños pueden sentirse abrumados en la necesidad de apresurarse en presentarse y eso puede resultar abrumador para otros. En lugar de esto, Hendrix alienta a los niños a comenzar por notar quién esta siendo amigable o quién puede llegar a tener intereses similares. Un buen candidato podría ser un compañero que posee una camiseta con un diseño interesante o una mochila determinada o un tipo particular de carpeta. Con las amistades existentes, observar si las interacciones son energizantes o agotadoras puede proporcionar pistas contextuales si hay cambios. Y no se trata sólo de observar a los demás: gran parte del desarrollo de amistades genuinas se basa en conocer sus propios intereses y ser abierto y curioso acerca de nuevos intereses a medida que cambian las circunstancias.

Ten en cuenta que muchos niños no tienen práctica en esto. Jelena Obradovic, profesora asociada en las ciencias del desarrollo de la escuela de educación de Stanford, refiere que “Uno de los aspectos clave de mantener una buena amistad es conocer qué hacer cuando las cosas no andan bien, y resolver esos conflictos” Jelena hace mención de cómo la flexibilidad cognitiva, o la capacidad de cambiar entre reglas y perspectivas competitivas y contrastantes, es fundamental para construir amistades. Tener la capacidad de ver las cosas de un punto de vista diferente o ponerse en el lugar del otro y adaptarse a situaciones cambiante e integrar ideas y sugerencias puede llevar tiempo y práctica. Estas son habilidades que son útiles durante los años escolares, y también con de ayuda mientras los estudiantes avanzan en sus años escolares hacia la universidad y luego el trabajo. 

Sin embargo, dados los últimos años de aislamiento pandémico, muchos estudiantes pueden no tener práctica en habilidades sociales clave, dice Michelle McPhatter, consejera escolar durante 10 años en el condado de Prince William, Virginia, y ex patóloga del habla y el lenguaje. Algunos estudiantes pueden preferir estar en casa hablando en línea en lugar de socializar con un compañero sentado a su lado, y las conversaciones en persona pueden presentar requisitos diferentes para la resolución de problemas y la flexibilidad que las que se realizan en línea.

Alentar a los niños a identificar sus metas sociales. El año pasado, hablé con un grupo de padres preocupados por la falta de planes para el fin de semana de su hijo de noveno grado. Pero pronto descubrí que su hijo se sentía lo suficientemente conectado al pasar tiempo con amigos durante el período del almuerzo escolar y las actividades extraescolares. Prefería fines de semana más tranquilos para poder concentrarse en actividades en solitario, como leer, como forma de recargar energías. Pedirles a los niños que identifiquen sus objetivos sociales les permite a los padres ver si sus propios objetivos para esas amistades están alineados. Si no es así, los padres o cuidadores pueden explorar cómo proceder.

Es posible que los adultos de confianza tengan que tomar la iniciativa en este aspecto, porque muchos niños no han aprendido del todo a ser intencionales a la hora de hacer y mantener amistades. Un adulto comprensivo, como un consejero escolar, un terapeuta o un amigo de la familia, puede ayudar a pensar en formas de alcanzar esa meta, que podría incluir probar nuevas actividades y experiencias.

Explica que la amistad no dura para siempre, por lo que es astuto ampliar los círculos sociales. “En la escuela secundaria, puede ser difícil aprender qué son las amistades genuinas y darse cuenta de que las amistades pueden sufrir cambios”, dice McPhatter. «Para algunos estudiantes, puede ser doloroso tener un amigo en la escuela primaria y luego llegar a la secundaria y es totalmente diferente». Gran parte del tiempo de orientación escolar de McPhatter se centra en brindar espacio para que los estudiantes reflexionen sobre sí mismos y resuelvan problemas a medida que cambia la dinámica del grupo.

Ayudar a los estudiantes a descubrir múltiples lugares donde se sientan cómodos puede actuar como un importante amortiguador preventivo, especialmente cuando las amistades van y vienen. Por ejemplo, un adolescente que interactúa con diferentes compañeros en una banda de música, un equipo deportivo, un grupo juvenil religioso o un campamento de verano puede sobrellevar más fácilmente la pérdida de un amigo o no poder formar un nuevo equipo. El modelado de adultos también puede ser útil como una forma de observar sus propios círculos de conexión que no se superponen.

No te centres en una actividad, presta atención a las claves contextuales: El neuropsicólogo Murphy señala que la especialización temprana en deportes y otras actividades puede resultar contraproducente si un estudiante no forma parte de un nuevo equipo o sus intereses cambian, por lo que se deben mantener abiertas las opciones para múltiples actividades que desarrollen la autoestima y la autoaceptación.

También recuerda a los cuidadores que sean sensibles con los niños y adolescentes que experimentan barreras emocionales para desarrollar y mantener amistades, especialmente cuando están relacionados con problemas de salud mental. Ella recuerda a un padre cuyo hijo estaba experimentando una depresión severa, «y el padre seguía enviando amigos para tratar de ayudarlo a motivarlo, pero eso lo hacía sentir peor, porque no podía levantarse de la cama». Encontrar a los niños donde están y brindarles tiempo, estructura y apoyo según las circunstancias puede ser el primer paso más importante para fomentar nuevas conexiones auténticas. 

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis
  • Exclusivo para miembros de Psyciencia Pro
  • Salud Mental y Tratamientos

Trastorno bipolar: Causas frecuentes de diagnósticos incorrectos y tratamiento

  • Equipo de Redacción
  • 18/10/2023

El trastorno bipolar es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por altibajos drásticos: períodos de depresión que se alternan con manía o un estado de ánimo extremadamente exaltado.

El trastorno bipolar se desarrolla generalmente en la adolescencia o en la edad adulta temprana: la edad promedio de inicio es a los 18 años, y entre los 15 y los 19 años es el período de aparición más común. Pero las primeras señales del trastorno a menudo se pasan por alto o se clasifican mal. Al principio, los síntomas bipolares se confunden comúnmente con TDAH, depresión, ansiedad, trastorno límite de la personalidad o bordeline y, en sus manifestaciones más graves, conesquizofrenia.

Exclusivo para miembros de Psyciencia Pro.

Suscríbete a Psyciencia Pro por solo $6 al mes y accede a contenido exclusivo: artículos seleccionados directamente en tu correo, recursos clínicos, webinars y cursos de formación profesional pensados para psicólogos que quieren mantenerse actualizados y mejorar su práctica.

ÚNETE AHORA

¿Ya eres miembro? Inicia sesión

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis

Los pensamientos nocturnos: ¿Qué preocupa a las personas antes de dormir?

  • The Conversation
  • 17/10/2023

Te encuentras acostado en la cama, intentando conciliar el sueño, pero los pensamientos acelerados no cesan. En lugar de ello, tu cerebro está ocupado elaborando planes detallados para el próximo día, reviviendo momentos embarazosos («¿por qué dije eso?»), o generando pensamientos aparentemente aleatorios («¿dónde está mi certificado de nacimiento?»).

Muchos usuarios de redes sociales han compartido videos sobre cómo conciliar el sueño más rápido al crear «escenarios ficticios«, como una trama romántica en la que eres el personaje principal.

Pero, ¿qué dice la investigación al respecto? ¿Influye lo que pensamos antes de acostarnos en la calidad de nuestro sueño?

Cómo piensas en la cama afecta tu calidad de sueño

Resulta que las personas que duermen bien y aquellas que duermen mal tienen diferentes tipos de pensamientos antes de acostarse.

Los buenos durmientes informan que experimentan principalmente imágenes sensoriales visuales a medida que se sumergen en el sueño: ven personas y objetos y tienen experiencias parecidas a los sueños.

Pueden tener pensamientos menos ordenados y experiencias más alucinatorias, como imaginar que participan en eventos en el mundo real.

Para las personas con insomnio, los pensamientos previos al sueño tienden a ser menos visuales y más centrados en la planificación y la resolución de problemas. Estos pensamientos suelen ser también más desagradables y menos aleatorios que los de los buenos durmientes.

Las personas con insomnio también tienden a preocuparse por el sueño mientras intentan dormir, lo que lleva a un ciclo vicioso; hacer esfuerzos por dormir en realidad te despierta más.

Las personas con insomnio a menudo informan preocupaciones, planificación o pensamientos sobre asuntos importantes a la hora de acostarse, o se centran en problemas o ruidos en el entorno y tienen una preocupación general por no poder dormir.

Lamentablemente, toda esta actividad mental antes de dormir puede evitar que concilies el sueño.

Un estudio encontró que incluso las personas que suelen dormir bien pueden tener problemas para dormir si están estresadas por algo a la hora de acostarse (como la perspectiva de tener que dar un discurso al despertar). Incluso niveles moderados de estrés a la hora de acostarse podrían afectar el sueño esa noche.

Otro estudio de 400 adultos jóvenes examinó cómo el «binge viewing» (ver varios episodios de una serie de televisión de manera continua) podría afectar el sueño. Los investigadores encontraron que niveles más altos de «binge viewing» estaban relacionados con una peor calidad de sueño, más fatiga y un aumento de los síntomas de insomnio. La «activación cognitiva», o activación mental, causada por una narrativa interesante y la identificación con los personajes, podría desempeñar un papel en esto.

La buena noticia es que existen técnicas que puedes utilizar para cambiar el estilo y el contenido de tus pensamientos antes de dormir. Estas técnicas pueden ayudar a reducir la activación cognitiva nocturna o reemplazar pensamientos no deseados por otros más agradables. Estas técnicas se llaman «reorientación cognitiva».

¿Qué es la reorientación cognitiva?

La reorientación cognitiva, desarrollada por el investigador en psicología estadounidense Les Gellis, implica distraerte con pensamientos agradables antes de acostarte. Es similar a los «escenarios ficticios» de los que hablan los usuarios de redes sociales, pero el truco está en pensar en un escenario que no resulte demasiado interesante.

Decide antes de acostarte en qué te enfocarás mientras te encuentras allí esperando que llegue el sueño.

Elige una tarea cognitiva atractiva con suficiente amplitud para mantener tu interés y atención, pero que no provoque una activación emocional o física. Por lo tanto, nada que sea demasiado aterrador, emocionante o estresante.

Por ejemplo, si te gusta la decoración de interiores, podrías imaginarte decorando una habitación en tu casa. Si eres aficionado al fútbol, podrías reproducir mentalmente una jugada o imaginar una estrategia de juego. Un amante de la música podría recitar mentalmente letras de su álbum favorito. Un tejedor podría imaginar que teje una manta. Sea lo que elijas, asegúrate de que se adapte a ti y a tus intereses. La tarea debe resultar agradable sin ser demasiado estimulante.

La reorientación cognitiva no es una solución infalible, pero puede ser útil.

Un estudio en personas con insomnio encontró que aquellos que probaron la reorientación cognitiva experimentaron mejoras significativas en los síntomas de insomnio en comparación con un grupo de control.

Cómo la sabiduría antigua puede ayudarnos a dormir

Otra técnica ancestral es la meditación de la atención plena.

La práctica de la meditación puede aumentar nuestra autoconciencia y hacernos más conscientes de nuestros pensamientos. Esto puede ser útil para lidiar con la rumiación; a menudo, cuando intentamos bloquear o detener los pensamientos, puede empeorar la situación.

El entrenamiento en la atención plena puede ayudarnos a reconocer cuando nos estamos sumiendo en una espiral de rumiación y permitirnos retroceder, casi como un observador pasivo.

Prueba simplemente observar los pensamientos sin juzgar. Incluso podrías saludar a tus pensamientos y dejar que vengan y se vayan. Permíteles estar allí y obsérvalos por lo que son: solo pensamientos, nada más.

La investigación de nuestro grupo ha demostrado que las terapias basadas en la atención plena pueden ayudar a las personas con insomnio. También puede ayudar a las personas con trastornos psiquiátricos como el trastorno bipolar, el trastorno obsesivo-compulsivo y la esquizofrenia a dormir mejor.

¿Qué puede ayudar a aliviar tus pensamientos previos al sueño?

Un buen sueño comienza desde el momento en que te despiertas. Para darte la mejor oportunidad de tener una buena noche de sueño, comienza por levantarte a la misma hora todos los días y exponerte a la luz de la mañana (independientemente de cuánto hayas dormido la noche anterior).

Mantén un horario de acostarte consistente, reduce el uso de tecnología por la noche y haz ejercicio regular durante el día.

Si tu mente está ocupada a la hora de acostarte, prueba la reorientación cognitiva. Elije un «escenario ficticio» que capte tu atención pero que no sea demasiado aterrador ni emocionante. Ensaya este escenario en tu mente a la hora de acostarte y disfruta de la experiencia.

También podrías intentar:

  • Mantener una rutina de acostarse consistente para que tu cerebro pueda relajarse.
  • Anotar tus preocupaciones más temprano en el día (así no pensarás en ellas a la hora de acostarte).
  • Adoptar una mentalidad más compasiva contigo mismo (¡no te castigues por tus supuestas carencias a la hora de acostarte!).

Artículo recomendado: 14 Recursos clínicos para abordar el insomnio

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis
  • Exclusivo para miembros de Psyciencia Pro

La paciencia se aprende. Cómo enseñar a tus hijos a esperar

  • Gabriel Genise
  • 09/10/2023

No es ningún secreto que a los niños no les resulta fácil tener paciencia. Y el desafío de desarrollarlo puede estar aumentando en nuestro mundo moderno, dado que los niños tienen acceso inmediato a tantas cosas que los han llevado a esperar gratificación instantánea las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Cuentan con acceso constante a internet y servicios de TV on demand. No tienen que esperar para ver cómo quedará una fotografía una vez revelada; pueden verlo de inmediato en la ventana de una cámara digital o en sus teléfonos. Y pueden comunicarse con sus padres dondequiera que estén, gracias a los mensajes de texto.

Exclusivo para miembros de Psyciencia Pro.

Suscríbete a Psyciencia Pro por solo $6 al mes y accede a contenido exclusivo: artículos seleccionados directamente en tu correo, recursos clínicos, webinars y cursos de formación profesional pensados para psicólogos que quieren mantenerse actualizados y mejorar su práctica.

ÚNETE AHORA

¿Ya eres miembro? Inicia sesión

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis
  • Salud Mental y Tratamientos

Guía para padres: Qué hacer si le preocupa que su hijo se suicide

  • Equipo de Redacción
  • 13/09/2023

¿Qué hacer cuando a usted le preocupa que un niño pudiera estar pensando en suicidarse? Antes que nada, es importante hablar con el niño acerca de sus preocupaciones de una manera calmada y no acusatoria. A veces, cuando los padres están muy preocupados, terminan diciendo cosas como “no pienses de esta manera” o “no deberías sentirte así”, y se muestran no tan afectuosos y cariñosos como quisieran, sino más bien críticos. Los niños responden de manera negativa a eso. Por lo tanto, al hablar con ellos, debe tratar de estar lo más calmado y no acusatorio que le sea posible.

Demuestre su amor

Puede que a usted le parezca evidente que ama a sus hijos, y que ellos saben que usted los ama. Pero cuando los niños están pasando por un momento difícil, necesitan escuchar una y otra vez cuánto usted los quiere y cuánto se preocupa por ellos. No es suficiente con decir simplemente: “Sabes que yo te amo”. Usted necesita transmitirlo a través de demostraciones grandes y pequeñas. En estos días, todos tenemos tantas cosas con las que estamos lidiando que los niños pueden terminar sintiéndose inseguros acerca de dónde encajan, y si en realidad usted tiene tiempo para ellos. Hágales saber cuán importantes son ellos para usted.

Exprese empatía

También es importante validar los sentimientos de los niños. Puede que usted quiera hacer comentarios para mostrar empatía hacia su angustia: “Parece que eso fue realmente difícil”. “Sé lo doloroso que puede ser”. “Sé cómo se siente, yo también me he sentido así”. Decirles que no se sientan de esa manera o “que lo superen”, no es tan útil como decir: “¿Qué es lo que te preocupa, y cómo puedo ayudarte?”. Si usted está realmente preocupado por su hijo, es importante que lo anime a buscar ayuda profesional, y que exprese de manera explícita que buscar ayuda no es un signo de debilidad, sino algo por lo cual usted lo respetará, y que trabajarán juntos para lograrlo.

Priorice lo positivo

Otra manera importante de prevenir la conducta suicida es darle prioridad a las interacciones con su hijo de una manera positiva. Algunas veces entramos en una especie de círculo vicioso con un niño. El niño hace algo preocupante, el padre se vuelve crítico, el niño hace algo más preocupante, los padres se molestan más. Todas las interacciones se tornan polémicas. Interactuar de forma positiva significa hacer cosas divertidas juntos, pasar tiempo juntos y hablar sobre cosas que no sean controvertidas ni difíciles.

Minimice el conflicto

Por lo tanto, elija sus batallas con su hijo de manera inteligente. Es partedel desarrollo normal que los adolescentes se rebelen. Usted necesita elegir dónde pondrá límites y el resto del tiempo debe enfocarse en conexiones positivas. También ayuda intentar aumentar la participación de su hijo en experiencias positivas. Los niños que participan en muchas actividades divertidas o interesantes tienden a salir adelante. Su meta como padre es asegurarles a los niños que están teniendo problemas que no se sentirán de esta manera para siempre, y usted puede ayudarlos a lograr esto al promover experiencias positivas. Cuando los niños piensan en el suicidio, es porque generalmente se sienten desesperados y no pueden imaginar que las cosas puedan mejorar.

Manténgase atento

También es muy importante estar atento al paradero de su hijo cuando no está con usted, ya sea en Internet o fuera de casa. Usted no puede evitar que sus hijos envíen mensajes de texto, entren en las redes sociales . Hoy en día, es una forma de interacción social normal. Por lo tanto, usted debería aprender a usarlas. Y use esos medios para mantenerse al tanto de lo que sus hijos están haciendo.

Conozca a los amigos de su hijo

En el mundo “real” es crucial conocer a los amigos de su hijo para tener una buena idea de quiénes son y tener una conexión con ellos. A veces esto se hace más difícil a medida que sus hijos van creciendo, pero es realmente importante hacerlo. También debería conocer a los padres de sus amigos y estar en contacto con ellos. Y también querrá estar en contacto regular con la escuela de su hijo para garantizar su seguridad y cuidado. No dude en utilizar a la escuela y al personal escolar como sus aliados en el cuidado de su hijo cuando sienta preocupación.

Hable abiertamente

Una vez más, el primer paso crucial: si usted cree que su hijo puede tener intenciones suicidas, hable con él al respecto y pregúntele acerca de los pensamientos suicidas. A veces, las personas tienen miedo de que si hablan de ello, harán que los pensamientos suicidas sean más reales, y será más probable que suceda el suicidio. Pero lo cierto es que si un niño siente que tiene a alguien de la familia con quien puede hablar, se sentirá mejor. Se sentirá comprendido. Sentirá que hay empatía hacia él. Y eso le da a usted una oportunidad para explicar el valor de la psicoterapia, y posiblemente la medicación, para las emociones que le están causando tanto dolor.

Encuentre a un profesional adecuado para su hijo

Usted puede pedir al médico de su hijo o al psicólogo de la escuela que lo refieran con un profesional de la salud mental. Recomiendo que busque a un profesional de la salud mental que tenga experiencia con adolescentes con conductas suicidas. No todos los profesionales se sienten cómodos, o tienen experiencia, con niños suicidas. Y cuando esté entrevistando a personas, es importante que elija a alguien con quien usted y su hijo se sientan cómodos. Así que si su hijo le dice “simplemente no logro conectar con él, no me siento cómodo con él“, usted debe tomar eso en serio. Por supuesto, si él hace esto con la segunda persona y luego con la tercera persona, en algún punto usted tendrá que decir: “Bueno, de estas tres personas, ¿con quién te sentiste mejor?”.

Participe en la terapia

Una vez que haya encontrado a un médico, participe activamente en la terapia con su hijo. Usted debe ser un aliado en la terapia de su hijo. Mientras más sienta el niño que a usted realmente le importa, mejor será el resultado. Y eso no solo se refiere a uno de los padres. Cuando alguien en la familia tiene ideas suicidas, es un asunto familiar, y todo el mundo tiene que ayudar y participar.

Hay varios tipos de terapia que según las investigaciones han resultado particularmente útiles para los niños con intenciones suicidas. Una de ellas es laterapia cognitivo-conductual, que ayuda a cambiar los pensamientos de los niños, lo que a su vez hace que sus sentimientos y acciones cambien. Otro enfoque es la terapia dialéctico-conductual. Es un enfoque que se basa más en la atención plena (mindfulness), y nosotros sabemos que eso es útil para ciertos tipos  de niños con conductas suicidas, particularmente aquellos que tienen lo que se llama trastorno límite de la personalidad, y muchos pensamientos suicidas. Finalmente, algunos niños, particularmente aquellos que están gravemente deprimidos o ansiosos, o que tienen TDAH, pueden beneficiarse de los medicamentos en combinación con la psicoterapia.

Tome medidas de emergencia

Por supuesto que si a usted le preocupa que, de no actuar de manera inmediata, su hijo intentará suicidarse, debe llamar al 911, o a cualquier número de emergencia para acceder a servicios de salud mental en su comunidad, o lleve a su hijo al hospital. Los pensamientos o comportamientos suicidas son una emergencia, y deben ser considerados como tal.

Artículo publicado en inglés en The Child Mind Institute y traducido y adaptado en español para Psyciencia.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Análisis
  • Salud Mental y Tratamientos

Suicidio en adolescentes: ¿Cuáles son los factores de riesgo?

  • Equipo de Redacción
  • 12/09/2023
multiethnic friends bullying male classmate on street

Uno de los mitos existentes sobre las personas que hablan de suicidarse, y aquellos que realmente lo intentan, es que se trata simplemente de una llamada de atención o un “grito de ayuda”. Los niños que hablan o escriben acerca de matarse no son tomados en serio y se les considera excesivamente melodramáticos (¡obviamente no lo dicen en serio!). Pero una amenaza de suicidio no debería nunca ser ignorada, incluso cuando provenga de un niño que ha amenazado con suicidarse ya tantas veces que estamos tentados a dejar de tomarlo en serio. Es importante responder seria y cuidadosamente a dichas amenazas y a otras señales de advertencia. Estas no significan necesariamente que un niño vaya a intentar suicidarse. Pero es una posibilidad que no se debe descartar.

Cuando se reflexiona sobre este tema, resulta útil conocer los factores que hacen que las personas más jóvenes sean más (o menos) propensas a considerar o intentar suicidarse. ¿Qué sabemos de los jóvenes que intentan quitarse la vida o de aquellos que finalmente mueren por suicidio? Analicemos los factores de riesgo (aquellos que aumentan las probabilidades de que un niño manifieste conductas suicidas), así como los factores protectores, es decir, aquellos que reducen el riesgo.

Si un niño tiene muchos factores de riesgo y prácticamente ningún factor protector, es razón suficiente para preocuparse por él. Por otro lado, si tiene una cantidad razonable de factores de riesgo pero tiene muchos factores protectores, usted puede preocuparse un poco menos, aunque aún así, por supuesto, debe mantener la preocupación.

Estos son algunos factores de riesgo de suicidio:

  • Una pérdida reciente o seria. Esto puede incluir la muerte de un miembro de la familia, un amigo o una mascota. Los niños pueden sentir que la separación o el divorcio de los padres, o una ruptura con el novio o la novia es como una profunda pérdida, además de la pérdida del empleo de uno de los padres, o que la familia pierda su casa.
  • Un trastorno psiquiátrico, particularmente un trastorno del estado de ánimo, como depresión, trauma o un trastorno relacionado con el estrés.
  • Intentos de suicidio anteriores aumentan el riesgo de otro intento de suicidio.
  • Trastorno por consumo de alcohol u otras sustancias, así como también meterse en muchos problemas, tener problemas disciplinarios e involucrarse en comportamientos de alto riesgo.
  • Tener dificultades relacionadas con su orientación sexual en un ambiente que no sea respetuoso o que no acepte dicha orientación. El problema no es si el niño es homosexual o la niña es lesbiana, sino si tiene dificultades en un entorno donde no los apoyan.
  • Un historial familiar de suicidio es algo que puede ser realmente significativo y preocupante, como lo es también un historial de violencia doméstica, abuso o negligencia infantil.
  • La falta de apoyo social. Un niño que no siente el apoyo de un adulto importante en su vida, así como tampoco de sus amistades, puede aislarse tanto que el suicidio le puede parecer la única salida a sus problemas.
  • Bullying. Sabemos que ser víctima de bullying es un factor de riesgo, pero también hay cierta evidencia de que los niños que son los bullies o acosadores pueden tener un riesgo de comportamiento suicida más alto.
  • Tener acceso a productos y/o artículos letales, como armas de fuego y medicamentos.
  • El estigma asociado a pedir ayuda. Una de las cosas que sabemos es que mientras más desesperadas y desamparadas se sienten las personas, tienen más probabilidad de elegir hacerse daño a sí mismas y terminar con su vida. Del mismo modo, si sienten mucha culpa o vergüenza, si sienten que no valen nada o tienen baja autoestima.
  • Barreras para acceder a servicios. Las dificultades para recibir los servicios necesarios incluyen la falta de proveedores de servicio bilingües, medios de transporte no confiables y el alto costo de los servicios.
  • Las creencias culturales y religiosas de que el suicidio es una manera noble de resolver un dilema personal.

¿Pero qué hay de los factores protectores? ¿Qué cosas pueden reducir el riesgo de involucrarse en un comportamiento suicida?

Estos son algunos factores protectores claves:

  • Buenas habilidades para resolver problemas. Los niños que pueden ver un problema y buscar maneras efectivas de manejarlo, así como resolver conflictos de manera no violenta, tienen un riesgo menor.
  • Vínculos fuertes. Mientras más fuertes son los vínculos que tienen los niños con sus familias, amigos y con las personas de la comunidad, tienen menor probabilidad de hacerse daño a sí mismos. En parte, eso es porque se sienten queridos y apoyados, y en parte porque tienen personas a quienes acudir cuando están teniendo dificultades y se sienten realmente atrapados.
  • Acceso restringido a productos y/o artículos letales, como armas de fuego y medicamentos.
  • Creencias culturales y religiosas que desalientan el suicidio y apoyan la autopreservación.
  • Acceso relativamente fácil a atención médica apropiada, ya sea a psicoterapia, terapia individual, grupal, familiar, o medicación cuando es indicada.
  • Atención efectiva para trastornos mentales, físicos, así como para el uso de sustancias. Una buena atención a la salud mental y la salud general tiene que ver con mantener relaciones continuas y con hacer que los niños se sientan vinculados a profesionales que los atienden y están disponibles para ellos.

Entonces, ¿qué debe hacer si su hijo encaja en el perfil de alguien que está en riesgo de suicidio? Las señales de alerta que se deben considerar incluyen cambios en la personalidad o del comportamiento que pueden no estar relacionados de manera evidente con el suicidio. Cuando un adolescente se siente triste, está más introvertido, irritable, ansioso, cansado o apático, y cuando las cosas que antes les parecían divertidas ya no lo son, entonces usted debe preocuparse. Cambios en los hábitos de sueño o hábitos alimentarios, también pueden ser indicios.

Actuar de manera errática o arriesgada también es una señal de alerta. Si un adolescente comienza a tomar malas decisiones, o si comienza a hacer cosas que son dañinas para sí mismo o para otras personas, como bullying o involucrarse en peleas, puede ser una señal de que está perdiendo el control.

Y, finalmente, si un niño está hablando sobre morirse, siempre se debe prestar atención. “Quisiera estar muerto”. “Solo quiero desaparecer”. “Quizás debo saltar de ese edificio”. “Tal vez debería darme un tiro”. “Todos estarían mejor si yo no estuviera aquí”. Cuando escuche este tipo de comentarios, es importante que los tome en serio, incluso cuando sienta que su hijo no puede estar diciéndolo en serio.

¿Qué hacer? La primera cosa que debe hacer es hablar.

Artículo original publicado en inglés en The Mind Child Institute y fue traducido y adaptado para Psyciencia.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

Paginación de entradas

Anterior1…7891011…36Próximo

Apoya a Psyciencia con tu membresía 💞.    

Únete a Psyciencia Pro
  • Inicia sesión
  • Tips para terapeutas
  • Podcast
  • Recursos
  • Webinars
  • Artículos
  • Cómo construir la alianza terapéutica en niños y adolescentes
  • white and blue health pill and tablet letter cutout on yellow surface
    8 Sencillos tips para mejorar tu salud (basados en la ciencia)
  • Estabilizadores del estado de ánimo en el trastorno bipolar: Lo que los terapeutas necesitan saber
  • «Efecto Flynn, pruebas psicológicas y la evolución de la psicología en Panamá» con Dimas Villarreal – Watson, episodio 15
  • «Psicología, docencia y boxeo» con María Alejandra Delgado – Watson, episodio 14
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.