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Publicaciones por autor

Laura Ruiz

59 Publicaciones
Laura Ruiz se graduó en Psicología en la Universidad de Barcelona en el año 2015, y posteriormente realizó un Máster en Psicopatología Clínica Infantojuvenil en la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente, está realizando el Máster en Psicología General Sanitaria en la Universitat de Lleida. Ha escrito para revistas digitales y portales de psicología y salud. Número de colegiada: Catalunya COPC 26993.
  • Biografías

Aaron Beck: biografía del padre de la terapia cognitiva

  • Laura Ruiz
  • 17/11/2021

Aaron Temkin Beck (1921-2021), padre de la terapia cognitiva y una de las figuras más importantes de la historia de la psicoterapia y la psicología clínica, falleció recientemente, el 1 de noviembre de 2021. En honor a él, os traemos una breve biografía del autor, con los hitos más importantes de su historia de vida y su contribución más relevante a la psicología, eso es, su terapia cognitiva.

La Asociación Americana de Psicología clasificó a Beck como uno de los psicoterapeutas más influyentes de todos los tiempos. Además, ha sido el único psiquiatra que ha publicado artículos en la Asociación Americana de Psiquiatría y en la Asociación Americana de Psicología.

En 1994 fundó el Instituto de Beck para la Terapia e Investigación Cognitiva, mientras ejercía de profesor de Psiquiatría en la Universidad de Pennsylvania.

Durante su trayectoría, recibió premios y honores tanto de asociaciones médicas como psiquiátricas y psicológicas. Uno de ellos fue el Premio de Investigación Clínica Lasker, en el año 2006.

¿Quién fue Aaron Beck?

Aaron Temkin Beck fue un psiquiatra y psicólogo estadounidense, además de profesor y  catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Pennsylvania. Se hizo mundialmente conocido por desarrollar la terapia cognitiva, una terapia inicialmente diseñada para el tratamiento de la depresión, que se acabó aplicando también a muchos otros problemas psicológicos. 

La terapia cognitiva ha demostrado una gran eficacia terapéutica y cuenta con un buen respaldo científico como terapia validada. Beck contribuyó enormemente a su reconocimiento como terapia validada, gracias a sus investigaciones científicas y a sus hallazgos.

Así, se le considera el padre de la terapia cognitiva, además de uno de los máximos exponentes de la psicología del siglo XX. Fue presidente del Beck Institute for Cognitive Therapy and Research.

Origen, infancia y familia

Aaron Temkin Beck nació el 18 de julio de 1921 en Providence, Rhode Island, y fue el menor de cinco hermanos. Sus padres eran inmigrantes judíos rusos en los EEUU. 

Dos de sus hermanos habían fallecido antes de su nacimiento (un hermano mayor en la infancia, y otra hermana mayor, que falleció de gripe). A raíz de ello, la madre de Beck padeció depresión durante varios años, y educó a Beck a través de la sobreprotección.

Al cumplir siete años, Aaron Beck se rompió un brazo en el patio de la escuela; un hueso roto se le infectó y acabó en una septicemia generalizada, que lo obligó a ingresar en el hospital mucho tiempo, perdiendo el ascenso al segundo grado de la escuela. Beck recordó más tarde que en aquella época se sintió “estúpido”, afirmando “fui retenido en primer grado y siempre sentí que era porque era tonto”.

Estudios

Finalmente, le avanzaron de curso, gracias a la ayuda de sus hermanos y a su autodeterminación, y para él fue un punto de inflexión psicológico. Acabó graduándose con las mejores notas en Hope High School, e ingresó en la Universidad de Brown (EE.UU.) en el otoño de 1938 para estudiar medicina. 

Se graduó cum laude en 1942 y cuatro años más tarde, en 1946, lo haría también en la Escuela de Medicina de Yale. Beck se interesó por la neurología y decidió especializarse en ella. 

Mientras finalizaba una rotación de psiquiatría, durante su residencia en el Hospital de Administración de Veteranos de Cushing en Framingham, Massachusetts, se interesó en el tratamiento de las enfermedades mentales. Y fue entonces cuando decidió convertirse en psicoterapeuta.

Fobias y crecimiento personal

Aaron Beck desarrolló varias fobias durante su infancia; una de ellas, la fobia a la sangre y las heridas. Lo atribuyó a una experiencia desagradable con la cirugía, tras romperse el brazo. La fobia a la sangre era un impedimento para él a la hora de formarse como médico, y se inició en una lucha contra esa fobia. La logró superar exponiéndose de forma gradual a los elementos del contexto quirúrgico: los instrumentos, los sonidos de la sala de operaciones… Y también, manteniendo la mente ocupada mientras ayudaba en las cirugías.

Otra de sus fobias era el miedo a la asfixia, supuestamente causada por diferentes factores: una broma de su hermano, que le puso la almohada sobre la cara, una grave tos ferina que sufrió y el asma que padecía.

Y otras fobias que padecía: fobia a los túneles, miedo a las alturas y miedo a hablar en público. Pero a pesar de sus fobias, Beck consiguió irlas superando a través del enfoque que fue desarrollando: la terapia cognitiva.

Su primer libro

Por otro lado, Beck se basó en sus propias experiencias para escribir el primer libro, The diagnosis and management of depression, que se publicó en 1967. En esa época Beck estaba ligeramente deprimido, y consideró la escritura de su libre como una especie de autoterapia.

La Terapia Cognitiva de Beck

Aaron Beck desarrolló la Terapia Cognitiva, a principios de 1960. En su inició, intentó poner a prueba algunas de sus hipótesis sobre los aspectos psicoanalíticos implicados en la depresión. Diseñó y llevó a cabo diferentes experimentos para probar su terapia y sus teorías. Sin embargo, a pesar de que esperaba validar gran parte de sus teorías psicoanalíticas, se sorprendió al encontrar justamente lo contrario.

Así, a raíz de sus investigaciones empezó a buscar otras formas de entender y explicar la depresión. Trabajó directamente con pacientes depresivos, y ello le hizo darse cuenta de que estas personas se caracterizaban por experimentar pensamientos negativos que aparecían en sus mentes espontáneamente. 

Denominó a estos pensamientos, “pensamientos automáticos negativos” (PAN’s). Descubrió que se podían clasificar en tres categorías, en función de su contenido (la llamada “tríada cognitiva”, típica de la depresión):

  • Los que hacen referencia a uno mismo.
  • Los referidos al futuro.
  • Los referidos al mundo.

Tanto la terapia cognitiva (TC) como la terapia cognitivo conductual (TCC) se han adaptado a diversas poblaciones de edad: desde niños en edad preescolar hasta personas mayores. Además, es una terapia ampliamente utilizada en la actualidad, de forma individual, en formato terapia de pareja, terapia familiar y terapia de grupo.

Vida personal

A nivel personal, Aaron Beck contrajo matrimonio en 1950, con Phyllis W. Beck. La pareja tuvo cuatro hijos: Roy, Dan, Alice y Judy, que les dieron ocho nietos.

Una de sus hijas, Judith S. Beck, se convirtió igual que Beck en una influyente terapeuta cognitivo conductual, y además asumió el cargo de presidenta en su centro, el Beck Institute for Cognitive Therapy and Research. De hecho, Beck fundó con su hija el instituto, en 1994.

Muerte y legado

En el momento de su fallecimiento, Aaron Beck era profesor emérito de psiquiatría en la Universidad de Pennsylvania. Falleció el 1 de noviembre del 2021 en su casa de Filadelfia, Pennsylvania, a los 100 años de edad. 

Su legado sigue teniendo un impacto innegable en la historia de la psicología y en la actualidad, gracias a su gran aportación con la terapia cognitiva y la terapia cognitivo conductual, como tratamientos para la depresión y otros trastornos psicológicos.

Referencias

  • Beck, A. (1983). Terapia cognitiva de la depresión. Desclée de Brouwer.
  • Beck, A.T., Rush, A.J., Shaw, B.F., Emery, G. (1979). Cognitive therapy of depression. Guilford clinical psychology and psychotherapy series.
  • Beck, A.T. (1975). Cognitive therapy and emotional disorders. Madison, CT: International Universities Press, Inc.
  • Biografías

B.F. Skinner: El padre del conductismo operante

  • Laura Ruiz
  • 19/10/2021

Burrhus Frederic Skinner (1904-1990) fue un psicólogo estadounidense, considerado el principal divulgador del conductismo. Sin embargo, no fue pionero de esta corriente, ya que algunos autores relevantes ya habían iniciado sus estudios en este ámbito, como Iván Pavlov con su condicionamiento clásico en animales o John B. Watson con el mismo mecanismo aplicado a los humanos. Por otro lado, además de psicólogo, se le consideró también filósofo social e inventor.

Skinner, que se graduó en la Universidad de Harvard, centró su estudio en el aprendizaje y la conducta observable, que planteaba estudiar sin hacer suposiciones acerca de los procesos internos o inobservables, propios de los psicólogos mentalistas. Planteó un nuevo tipo de condicionamiento: el condicionamiento operante o instrumental. 

En este artículo repasamos brevemente la vida de Skinner, sobre todo a nivel académico y laboral, a través de los datos o hitos más relevantes de su biografía.

Origen y estudios

B.F. Skinner nació el 20 de marzo de 1904 en un pequeño pueblo situado en Pensilvania (EE.UU.), llamado Susquehanna, y falleció en Cambridge (EE.UU.), el 18 de agosto de 1990, a la edad de 86 años. Durante su juventud se planteó vivir de la creatividad, a través de la escritura. Sin embargo, acabó desistiendo al darse cuenta de que no tenía tantas facilidades para ello como en un principio creía.

Apostó entonces por estudiar psicología y empezó sus estudios en la Universidad de Harvard. Pero al llegar a la facultad, se encontró con una psicología que tampoco era lo que él pensaba: poco desarrollada, muy centrada en la experiencia mental interna, con ideas inconexas y teorías muy abstractas sobre la conciencia. Para él, todo esto tenía más que ver con la filosofía que con el estudio científico de la conducta humana.

La influencia de John B. Watson

B.F. Skinner buscaba en realidad llegar a conocer el comportamiento humano más observable y no tan “privado”. Así, se dejó influenciar por Watson, psicólogo conductista que apostaba por una psicología experimental, mucho más científica y alejada del psicoanálisis. 

Pero en aquella época, y en aquella universidad, el método científico no era tan habitual en Psicología.

La influencia de Fred S. Keller

Más adelante conoció al también psicólogo estadounidense Fred S. Keller. A finales de los años ‘20, Keller era una promesa de la psicología conductista en Harvard. Keller convenció a Skinner de que no era imposible hacer de la psicología una ciencia. Poco después, en 1931, ambos se doctoraron.

En ese momento, Skinner continuó sus investigaciones en Harvard como asistente de laboratorio de biología, junto al profesor Crozier y en 1936 empezó a trabajar como profesor en la Universidad de Minnesota. En esta segunda universidad estuvo nueve años.

Su visión de la psicología

Como hemos visto, Skinner, en su desarrollo como profesional, empezó a influenciarse por otras figuras. Una de ellas Watson y su teoría conductista, pero también Pavlov y su teoría de los reflejos condicionados.

A raíz de sus aprendizajes, Skinner empezó a creer en la posibilidad de explicar la conducta del ser humano como un conjunto de respuestas fisiológicas condicionadas por el entorno. Por ello, se entregó al estudio de las posibilidades que ofrecía el control científico de la conducta, a través de técnicas de reforzamiento en animales.

Y así, poco a poco, Skinner se fue convirtiendo en psicólogo conductista, una disciplina aún muy reciente de la época, centrada en estudiar el comportamiento observable del ser humano. Y es que, para Skinner, el concepto de “mente”, o de “conciencia”, se alejaban de su objeto de interés, al resultarle conceptos muy abstractos. Él quería estudiar los mecanismos observables que modifican nuestra respuesta o conducta. Y así fue cuando introdujo el concepto de condicionamiento operante o instrumental que describiremos a continuación.

“Las propuestas e hipótesis de la psicología deben ser comprobadas exclusivamente a través de evidencias objetivas”. -B.F. Skinner.

Aportaciones a la psicología

Uno de los aportes más destacables de Skinner es el del condicionamiento operante o instrumental. Este consiste en un método de aprendizaje que implica la asociación de reforzadores y castigos con una determinada conducta. 

A través de este tipo de aprendizaje, la persona acaba asociando el comportamiento con sus consecuencias (reforzamiento o castigo) y, en función de las mismas, acaba aumentando o disminuyendo la frecuencia de dichas conductas.

Experimentos

Por otro lado, entre los experimentos más célebres de B.F. Skinner encontramos el del adiestramiento de palomas, utiliando la denominada caja de Skinner. 

De hecho, dicha caja aún sigue utilizándose en la actualidad para el condicionamiento de animales. Otro de sus experimentos fue el diseño de un entorno artificial específicamente pensado para los primeros años de vida de las personas.

El primer libro de Skinner

Este famoso psicólogo publicó su primer libro en 1938: El comportamiento de los organismos: Un análisis experimental (The Behavior of Organisms: An Experimental Analysis). Se publicó como un volumen de la colección Century Psychology Series del Copley Publishing Group. 

En este libro Skinner establece los parámetros para definir el análisis experimental del comportamiento y el análisis de la conducta. El libro fue revisado 1 año más tarde, en 1939, por Ernest R. Hilgard. 

Es importante también mencionar el hecho de que el conductismo de Skinner llegó a considerarse radical y que levantó abundante polémica en su país. Llegó a alcanzar una fama notable con la publicación de la novela Walden Dos, en 1948; en ella especulaba sobre una sociedad futura totalmente programada con técnicas de ingeniería de la conducta o de modificación de conducta.

Además, en su ensayo Más allá de la libertad y la dignidad (1971), Skinner defendió que tales conceptos (los de libertad y dignidad) resultaban en último término perniciosos para la sociedad. Agregó en dicho ensayo que la única manera de alcanzar una convivencia óptima era aplicando unas técnicas adecuadas en el diseño de la conducta de sus miembros.

El legado de Skinner

Conferencia de B.F Skinner en la convención anual de la apa (1990)

Skinner falleció el 18 de agosto de 1990, como consecuencia de una leucemia, a la edad de 86 años. Estuvo trabajando hasta la misma semana de su muerte. Su legado sigue aún hoy vigente, un legado que permitió a la psicología que hoy conocemos empezar a consolidarse como una verdadera disciplina científica. 

Podemos decir incluso que sus aportaciones han influido en la psicología cognitiva actual y en el surgimiento de las terapias cognitivo conductuales. Por otro lado, es importante remarcar que Skinner también arrojó información útil sobre procesos de aprendizaje basados en la asociación, a través de sus experimentos y de su postulado sobre el condicionamiento operante.

Aunque Skinner también generó polémica, se dice que era una persona minuciosa y dedicada a su trabajo, que buscaba sobre todo generar un conocimiento empírico y científico de la psicología. 

Su recuerdo sigue aún vigente y permanece en las influencias que tuvieron sus teorías e investigaciones en la psicología actual, donde el conductismo sigue teniendo un papel muy relevante dentro de las orientaciones terapéuticas.

Referencias:

  • Farré Martí J. (2005). Diccionario de Psicología. Barcelona: Editorial Océano.
  • Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografía de B. F. Skinner. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/skinner.htm el 15 de octubre de 2021.
  • Ferrater Mora J. (1979). Diccionario de Filosofía. Madrid: Alianza Editorial.
  • Biografías

Inez Prosser, la primer afroamericana en obtener su doctorado en psicología

  • Laura Ruiz
  • 11/10/2021

Inez Prosser fue la primera mujer afroamericana en obtener su doctorado en psicología en los Estados Unidos. Nació en el seno de una familia humilde de once hermanos. Sus padres no tenían apenas dinero para que todos pudieran estudiar, pero finalmente ella no solo logró graduarse y doctorarse, sino también ayudar a sus hermanos y a otros estudiantes afroamericanos a acceder a la universidad.

Su labor no solo fue académica y pedagógica, al convertirse en maestra y en psicóloga, sino también social, al luchar por la igualdad. Además, sus aportaciones en el ámbito psicológico resultan muy interesantes; a través de su disertación llamada The Non-Academic Development of Negro Children in Mixed and Segregated Schools, que comentaremos con mayor detalle más adelante, llegó a conclusiones que relacionaban la autoestima, la personalidad y el bienestar con factores como el tipo de escuela (segregada e integrada) en estudiantes afroamericanos. 

En este artículo haremos un breve repaso por la vida de Inez Prosser, es decir, por su biografía, y conoceremos sus hitos más importantes, además de sus interesantes conclusiones.

¿Quién fue Inez Prosser? Una breve imagen

Inez Prosser (1897 – 1934), de nombre completo Inez Beverly Prosser, fue una Doctora en psicología, además de maestra y directora de escuela. Es considerada la primera psicóloga negra reconocida e influyente. 

Además, fue la primera mujer afroamericana en recibir un Doctorado en Psicología, concretamente, en la Universidad de Cincinnati, en 1933. Creció en Texas y fue educada en el Prairie View Normal College, en la Universidad de Colorado y la Universidad de Cincinnati.

Desafortunadamente, Inez Prosser falleció en un accidente automovilístico poco después de obtener su doctorado. Vamos a conocer un poco mejor cómo fue su vida.

Origen

Inez Prosser fue hija de Veola Hamilton Beverly y Samuel Andrew, y nació el 30 de diciembre de 1897 en Yoakum, en el centro-sur de Texas. Veola, su madre, era ama de casa, y su padre, camarero.

Prosser fue la hija mayor, y la segunda de once hermanos. En aquella época, y durante su juventud, los afroamericanos tenían muy pocas oportunidades de estudiar. A raíz de ello, y buscando un futuro para sus hijos, su familia se mudo varias veces buscando la mejor educación para sus hijos. 

Prosser quiso contribuir en la economía del hogar e inició un fondo universitario para apoyar la educación de sus hermanos pequeños.

Educación temprana y familia

La educación temprana que recibió Prosser fue en escuelas segregadas; sus padres, inicialmente, planearon enviar solo a su hermano mayor a la universidad, ya que sabían que esto era todo lo que podían pagar. Sin embargo, Prosser sentía una gran pasión por los estudios, y junto a su hermano convencieron a sus padres para que la enviaran a la universidad. 

Ellos al final cedieron, y como veremos a lo largo de su biografía, valió la pena esa decisión y esa inversión. Inez logró convertirse en la primera mujer negra en doctorarse en psicología y, además, gracias a su éxito posterior, pudo también ayudar a cinco de sus hermanos a graduarse en la universidad.

De esta forma, finalmente, de los once hijos que tuvo la pareja, todos se graduaron en la escuela secundaria, y seis de ellos llegaron a obtener títulos universitarios, según Warren (1999).

Estudios y trayectoria

Inez Prosser se graduó en 1912 como Valedictorian en el Yoakum Colored High School. El Valedictorian es el título académico de éxito utilizado en los Estados Unidos, Canadá, América Central y Filipinas, para aquel estudiante que entrega la declaración de clausura o despedida en una ceremonia de graduación (llamada valediction).

Posteriormente, Inez recibió el título de capacitación para maestros en el Prairie View Normal College, en Texas (actualmente, el Prairie View A&M University), donde también fue Valedictorian. Dicha universidad, históricamente negra, se situaba en el noroeste de Houston. 

Después de ello, Prosser regresó a Yoakum y estuvo trabajando como maestra durante un tiempo en escuelas segregadas. Más adelante se convirtió en subdirectora del Clayton Industrial School en Manor, Texas, antes de aceptar una posición más larga en el Anderson High School. 

Una vez en Anderson, Prosser enseñó inglés, y se entró para la Liga Interescolar, que era una organización que patrocinaba eventos para estudiantes afroamericanos de secundaria en todo el estado. 

Importante investigación sobre el racismo

Inez Prosser realizó una disertación denominada The Non-Academic Development of Negro Children in Mixed and Segregated Schools, un trabajo muy importante a través del cual exploró las diferencias entre los estudiantes de origen afroamericano en las escuelas integradas y las escuelas segregadas. 

En su investigación, analizó una serie de temáticas en los participantes, mediante una serie de preguntas relacionadas con:

  • Sus intereses ocupacionales.
  • Su participación en actividades escolares.
  • Sus actitudes raciales.
  • Otros temas de interés.

Inez Prosser fue una de las primeras psicólogas en argumentar lo siguiente: que el racismo tenía un efecto negativo en el desarrollo y la psicología de los niños afroamericanos. 

Estudiando la autoestima y la personalidad: más detalles sobre su disertación

Concretamente, la investigación de disertación de Inez consistió en examinar pares emparejados de estudiantes afroamericanos de secundaria; de ellos, exploraba las variables de autoestima y personalidad. 

Prosser llegó a algunas conclusiones: por un lado, afirmó que a los niños afroamericanos les iba mejor en las escuelas segregadas con compañeros de clase y maestros también afroamericanos. 

Encontró que los estudiantes de las escuelas integradas estaban experimentando más inadaptación social y se sentían menos seguros en sus relaciones interpersonales. Además, tenían relaciones menos satisfactorias con sus familias. 

Por otro lado, encontró también que los niños afroamericanos en las escuelas integradas tenían más probabilidades de sentirse inferiores en la escuela. Además, estos tenían relaciones menos satisfactorias con sus maestros. 

Conclusiones controvertidas

Las conclusiones de Prosser fueron controvertidas en las décadas que condujeron a la decisión de la Corte Suprema de Brown contra la Junta de Educación, en 1954, aunque apoyadas por algunos afroamericanos importantes, como Carter Woodson o W.E.B. DuBois. 

Ellos respaldaron a regañadientes las escuelas segregadas, aunque llegó un momento, afortunadamente, en el que las actitudes perjudiciales de los maestros blancos cambiaron mínimamente, ofreciendo una experiencia positiva para los niños afroamericanos.

Una vida complicada y la lucha por un sueño

La vida de Inez no fue fácil: primero por las dificultades económicas que tuvo que pasar junto a su familia; también, por el racismo de la época, los prejuicios sociales… Sin embargo, Prosser fue una mujer valiente y luchadora que decidió apostar por sus pasiones: la enseñanza y la psicología. 

Gracias a su esfuerzo pudo conseguir su sueño, rompiendo prejuicios sociales e investigando sobre las diferencias en la autoestima y la personalidad en función de la etnia, y cómo el tipo de escuela (segregada o integradas) influye en todo ello. También, estudiando el impacto que tiene el tipo de escuela en las relaciones sociales y familiares de la persona.

El legado de Inez Prosser

Los últimos siete años de su vida Inez estuvo enseñando en universidades negras. Concretamente, en Tillotson College y en Tougaloo College.

Pero lamentablemente, la vida de Inez se truncó en septiembre de 1934, cuando se dirigía a Mississippi, después de visitar a su familia en Texas. Fue entonces cuando sufrió un accidente automovilístico cerca de Louisiana y falleció, a la edad de 37 años, dejando atrás un legado breve pero remarcable.


Así, aunque su vida fue corta, Prosser ayudó a muchos estudiantes afroamericanos a obtener fondos para la universidad, igual que hizo con sus hermanos, y para estudios de posgrado, sin mencionar sus grandes aportaciones a través de su mencionada disertación. 

Reconocimiento

Como dato a destacar, en agosto de 1933, y como reconocimiento a sus aportaciones, especialmente durante su doctorado, Inez Prosser apareció en la revista The Crisis, revista oficial de la asociación nacional para el avance de la gente de color.

Referencias:

  • Banjamin, L.T., Jr., Henry, K.D., & McMahon, L.R. (2005). Inez Beverly Prosser y la educación de los afroamericanos. Revista de Historia de las Ciencias del Comportamiento, 41, 43-62.
  • Prosser, Inez B. (1933). Non-Academic Development of Negro Children in Mixed and Segregated Schools, University of Cincinnati, Ann Arbor.
  • Warren, W. (1999). Mujeres científicas negras en los Estados Unidos. Bloomington: Indiana Press.
  • Biografías

Joseph Wolpe, el padre de la desensibilización sistemática

  • Laura Ruiz
  • 06/10/2021

La historia de la psicología se ha ido elaborando, a la vez que nutriéndose, gracias a la aportación de grandes figuras, autoras y autores, entre las que no solo encontramos a psicólogos y psicólogas, sino también a psiquiatras. 

Uno de estos psiquiatras fue Joseph Wolpe (1915-1997), de origen sudafricano, y cuyas aportaciones al ámbito de la psicología fueron especialmente importantes para la terapia de conducta. 

Y es que con Wolpe llegaron las técnicas de inhibición recíproca y la desensibilización sistemática (DS), ampliamente utilizada en la actualidad como una opción terapéutica en las fobias simples y en otros trastornos de ansiedad.

En este artículo, a modo de biografía, conoceremos los hitos más importantes de la vida de Joseph Wolpe, sobre todo a nivel académico y profesional. Finalmente, hablaremos un poco de sus aportaciones más relevantes en el ámbito de la psicología. 

¿Quién fue Joseph Wolpe?

Joseph Wolpe‎‎ ‎‎fue un psiquiatra sudafricano, además de una de las figuras más influyentes en el seno de la terapia conductual en psicología. Nació el 20 de abril de 1915 en Johannesburgo, Sudáfrica, y falleció el 4 de diciembre de 1997 en Los Ángeles, a la edad de 82 años. 

Una encuesta del 2002, liderada por Haggbloom y publicada en la Review of General Psychology, clasificó a Wolpe como el 53ª psicólogo más citado del siglo XX. Se trata de un logro, si más no, curioso, aunque también tiene su mérito, teniendo en cuenta que Wolpe era psiquiatra.

Origen y estudios

Wolpe creció en Sudáfrica. Asistió al Parktown Boy’s High School y se graduó en la Universidad de Witwatersrand. En 1956, con 41 años, recibió una beca Ford Fellowship  para realizar estudios predoctorales, que le llevó a estar un año en la Universidad de Stanford (EEUU), concretamente en el Centro de Ciencias del Comportamiento.

En dicho centro realizó sus estudios de psicología. Más tarde volvió a Sudáfrica, aunque en 1960 se mudó definitivamente a Estados Unidos, momento en el que aceptó un lugar de trabajo en la Universidad de Virginia.

Pasó cinco años en la Universidad de Virginia; después, le ofrecieron un cargo en la Universidad de Temple, Filadelfia, que aceptó. En dicha universidad permanecerá hasta el año 1988.

Trayectoria: del psicoanálisis a la terapia de conducta

John Wolpe también se alistó en el ejército sudafricano, como oficial médico. En el ejército se encargaba de tratar a los soldados diagnosticados con lo que en esa época se conocía como “neurosis de guerra”. Esa neurosis de guerra hacía referencia a lo que hoy denominamos Trastorno de estrés postraumático (TEPT). 

En ese momento, trataban a los soldados básicamente a través de la terapia psicoanalítica; concretamente, se utilizaba la “narcoterapia”. Lo que hacían era explorar el trauma de la persona mientras esta era hipnotizada. Sin embargo, los resultados no eran demasiado buenos, y a raíz de ello Wolpe, quien había sido gran seguidor de Freud, empezó a cuestionar este enfoque terapéutico. 

Buscó alternativas más eficaces, y empezó a emplear las técnicas de inhibición recíproca. Concretamente, y dentro de ellas, utilizó la desensibilización sistemática (DS), un tipo de intervención que revolucionó la terapia conductual de la época,y cuyo impacto perdura en la actualidad.

Aportaciones a la psicología: las técnicas de inhibición recíproca

Joseph Wolpe se centró sobre todo en el tratamiento de la ansiedad, entre otros trastornos. Empezó a desarrollar las técnicas de inhibición recíproca (o técnicas recípricas de inhibición). Estas se basaban, fundamentalmente, en el entrenamiento de la asertividad.

Su idea, a través de la inhibición recíproca, era generar en los pacientes sentimientos o respuestas incompatibles con la sensación de ansiedad, y de esta forma, reducir los niveles de esta.

Investigaciones con gatos

Durante el inicio de sus investigaciones, en la década de los ‘50, que tuvieron lugar en la Universidad de Wits, Wolpe utilizó a gatos como objeto de estudio, y logró que estos superaran sus miedos a través de la exposición gradual y sistemática a los mismos. Lo que hacía era ofrecerles comida mientras les presentaba estímulos de miedo condicionado. Así, utilizaba el acto de comer como una forma de inhibir la ansiedad, es decir, como una respuesta incompatible con la misma. 

Consiguió resultados exitosos con los gatos, y a raíz de ello, Wolpe empezó a emplear la inhibición recíproca en sus pacientes a través del entrenamiento en la asertividad, sobre todo para trabajar la agresividad o sentimientos similares. 

Entrenamiento en asertividad

Su hipótesis era la siguiente: una persona no puede manifestar agresividad, irritación o ira, en el mismo momento en el que manifiesta conductas asertivas. Es decir, según él, eran conductas o respuestas incompatibles entre sí.

Los entrenamientos en asertividad de Wolpe demostraron ser útiles en pacientes con síntomas de ansiedad, ante situaciones sociales, o en pacientes con algún tipo de fobia social. Sin embargo, en otro tipo de fobias los resultados no eran buenos.

Para mejorar la efectividad de su técnica y generalizarla al resto de fobias, Joseph Wolpe decidió desarrollar un protocolo de intervención más específico: la llamada desensibilización sistemática.

En su base teórica propone que el paciente que se enfrenta directamente a sus miedos (los llamados estímulos ansiógenos) puede experimentar intensos sentimientos de frustración, por lo que una exposición gradual resulta más conveniente en muchos casos. 

Desensibilización Sistemática

Joseh Wolpe explicando la desenzibilización sistemática.

A raíz de sus hallazgos, Wolpe desarrolla y perfecciona la técnica de la desensibilización sistemática para el tratamiento de las fobias. La DS consiste en exponer al paciente a imágenes, objetos o contextos que le generan miedo o ansiedad, de forma gradual, mientras realiza una serie de ejercicios de relajación. 

La técnica de Wolpe seguía el principio de la inhibición recíproca ya descrito: la ansiedad y la relajación son dos estados o respuestas incompatibles del individuo, por lo que una (relajación) anula a la otra (ansiedad o miedo).

Así, Wolpe lo que estaba defendiendo era que ninguna persona puede sentirse relajada y ansiosa al mismo tiempo. A día de hoy, sabemos que esto es así, porque fisiológicamente se activan sistemas diferentes en un estado y en el otro. 

En la ansiedad se activa nuestro sistema nervioso autónomo simpático, mientras que en la relajación, el sistema nervioso autónomo parasimpático (o rama parasimpática). De esta forma, en la DS, la relajación inhibe el miedo intenso o la ansiedad.

Tres pasos de la DS

Para aplicar adecuadamente la técnica de DS que desarrolló Joseph Wolpe, deben realizarse tres pasos. Estos pasos se realizan posteriormente a que el profesional realice una formulación exhaustiva del caso (análisis del comportamiento). Estos pasos son:

  1. El entrenamiento en técnicas de relajación.
  2. La creación de una jerarquía de estímulos fóbicos o ansiógenos.
  3. La puesta en marcha de la desensibilización sistemática.

Muerte y legado

Joseph Wolpe dedicó gran parte de su vida a investigar los tratamientos para la ansiedad, y a desarrollar su protocolo para ayudar a las personas con este tipo de trastornos. El psiquiatra falleció con 82 años en Los Ángeles, el 4 de diciembre de 1997. 

Su legado sigue vigente en la actualidad como una parte imprescindible de la terapia de conducta, un legado que, además, ha servido de semilla para el desarrollo de otras teorías y técnicas.

Referencias:

  • Caballo, V. y Simón, M. A. (2002). Manual de Psicopatología Clínica Infantil y del adolescente. Trastornos generales. Pirámide: Madrid.
  • Haggbloom, Steven J.; Warnick, Renee; Warnick, Jason E.; Jones, Vinessa K.; Yarbrough, Gary L.; Russell, Tenea M.; Borecky, Chris M.; McGahhey, Reagan; Powell, John L., III; Beavers, Jamie; Monte, Emmanuelle (2002). «The 100 most eminent psychologists of the 20th century». Review of General Psychology. 6 (2): 139–52. CiteSeerX 10.1.1.586.1913. doi:10.1037/1089-2680.6.2.139. S2CID 145668721.
  • Kandel, E.R.; Schwartz, J.H. & Jessell, T.M. (2001). Principios de neurociencia. Cuarta edición. McGraw-Hill Interamericana. Madrid.
  • Rachman, Stanley (2000). «Joseph Wolpe (1915-1997)». Psicóloga Americana. 55 (4): 431–432. doi:10.1037/0003-066X.55.4.431.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Distonía: tipos, causas, síntomas y características

  • Laura Ruiz
  • 04/10/2021

La distonía, según la Clínica Universidad de Navarra (CUN), es un trastorno motor caracterizado por la aparición de contracciones musculares involuntarias que aparecen en el tiempo de forma sostenida o intermitente, y que causan una serie de movimientos de torsión repetidos, así como posturas anómalas. 

Dichas posturas se producen por la contracción muscular simultánea de músculos del cuerpo agonistas y antagonistas. Es un trastorno que se produce por una alteración funcional o estructural del sistema nervioso central, la cual provoca, a su vez, un mal funcionamiento en los circuitos cerebrales encargados de controlar el movimiento, como veremos más adelante.

En este artículo conoceremos los diferentes tipos de distonía que existen (según diferentes criterios), cuáles son los síntomas de este trastorno motor y cómo se manifiestan en niños y adultos.

Distonías en la infancia y la adultez

La distonía afecta a cualquier área corporal, aunque suele seguir una topografía de inicio distinto según la edad de inicio de los síntomas. En los adultos, por ejemplo, lo que suele estar afectado es la cara y el cuello (distonías focales); suelen ser distonías que no tienen un curso progresivo.

Por otro lado, en los niños, cuando surge una distonía, ésta suele comenzar por las extremidades inferiores. En este caso, el curso suele ser progresivo que afecta en pocos años a la mayoría de las áreas del cuerpo (lo que se denomina distonía generalizada). Normalmente, las distonías de origen en la infancia tienen un componente/origen genético.

Progresión en niños y adultos

Generalmente, las distonías focales que se originan en la edad adulta, tienden a estabilizarse en pocos años. Normalmente los síntomas no se generalizan a otras partes del cuerpo, cuando hablamos de un curso benigno del trastorno.

En cambio, en los niños el curso suele ser más progresivo y los síntomas se van generalizando a otras partes del cuerpo.

Causas de la distonía: 2 tipos de distonía

¿Cuáles son las causas de las distonías? Como hemos visto en la introducción, la distonía surge por una alteración a nivel funcional o estructural en el sistema nervioso central. Esta alteración origina un mal funcionamiento en los circuitos cerebrales encargados de controlar nuestros movimientos.

En función de su origen más específico, encontramos dos tipos de distonías: las primarias y las secundarias.

Distonías primarias (o idiopáticas)

Se trata de las formas genéticas hereditarias de las distonías; también llamadas idiopáticas, en esta forma del trastorno no se ha encontrado ninguna otra enfermedad subyacente que explique la aparición de los síntomas.

Eso sí, se han encontrado diferentes genes asociados a diferentes formas de presentación de este tipo de distonía (de momento, un total de 27 genes; del gen DYT-1 hasta el gen DYT-27). Algunas de estas formas del trastorno se manifiestan como una distonía aislada, y otras, como una distonía combinada (cuando existe también otro trastorno del movimiento).

Dentro de las distonías primarias o idiopáticas encontramos un subgrupo de distonías; las distonías paroxísticas. En este caso, la distonía surge de forma episódica, dura un tiempo específico (de minutos a horas) y los pacientes no muestran síntomas entre episodios.

En este tipo de distonía se ha encontrado que hay ciertos factores que podrían precipitar la aparición de la contracción, tales como: el ayuno, la ingesta de té o café o el ejercicio físico.

Distonías secundarias

Por otro lado, encontramos también las distonías secundarias. En este caso, su causa tiene relación con otros factores como:

  • Lesiones estructurales focales del cerebro
  • Alteraciones metabólicas: por ejemplo, en la enfermedad de Wilson
  • Enfermedades autoinmunes: por ejemplo, la esclerosis múltiple o la encefalitis
  • Enfermedades degenerativas: por ejemplo, un tipo de parkinsonismo o la enfermedad de Huntington

Síntomas de la distonía

Encontramos una serie de síntomas que caracterizan este trastorno motor. Entre ellos:

  • Una contracción muscular excesiva que afecta a una o a diversas zonas/partes del cuerpo.
  • La aparición de posturas anómalas o sostenidas que pueden provocar dolor y deformidad muscular; dichas posturas mejoran con el descanso y desaparecen con el sueño.
  • El fenómeno del “overflow”, que consiste en lo siguiente: la aparición de movimientos distónicos en regiones distales al realizar ciertos movimientos voluntarios con la zona del cuerpo afectada por la distonía. Por ejemplo, la persona mueve la mano distónica y le surge una distonía en el pie.
  • La aparición de un gesto antagonista, o también llamado truco sensitivo. Implica que ciertos gestos (por ejemplo, tocarse la barbilla) reduzcan de forma significativa la intensidad de la distonía.

Distonía aislada y distonía combinada

Es importante saber que la distonía puede aparecer de forma aislada o en combinación con otras alteraciones. Así, el síntoma predominante de la distonía es la distonía aislada (en una determinada zona del cuerpo o más de una).

Sin embargo, en muchos casos esta distonía coexiste con otro trastorno del movimiento, llamado distonía combinada. En este caso, el segundo trastorno del movimiento que aparece con más frecuencia son los temblores.

Tipos de distonías según su presentación

Existen diferentes tipos de distonías según su presentación. Encontramos la distonía de acción, que implica que la alteración en el movimiento (normalmente, las contracciones), surjan al intentar realizar movimientos voluntarios. 

En estos casos, es relativamente fácil controlar dichos movimientos de forma voluntaria. Pero también existen las llamadas posturas distónicas; en estos casos, la distonía aparece en situación de reposo, lo que provoca deformidad de las articulaciones y síntomas como el dolor.

Tipos de distonía según su localización

Por otro lado, también hay diferentes tipos de distonía según su localización: concretamente dos, la focal y la generalizada, que son las más frecuentes. ¿En qué consisten exactamente?

  • Distonía focal: Hablamos de una distonía que afecta únicamente a una zona o parte del cuerpo. Es la distonía más habitual en los adultos. A su vez, dentro de la distonía focal, encontramos cuatro tipos más de distonía: la distonía cervical (tortícolis), el blefaroespasmo, la distonía laríngea y la distonía ocupacional. Vamos a hablar de cada una de ellas:
    • Distonía cervical (tortícolis): Se trata de la distonía de tipo focal más frecuente en los adultos. Se caracteriza por la rotación cefálica hacia un lado en el plano axial. Suele iniciarse con un temblor cefálico. Se diferencia de otros tipos de distonía focal en el dolor, que aparece en un gran porcentaje de los casos. Casi en la mayoría de los casos, hay mejoría del síntoma con la realización del gesto antagonista. Finalmente, suele aparecer con otros trastornos motores como el temblor de manos o cefálico.
    • Blefaroespasmo: En este caso, hablamos de una distonía que se caracteriza por la contracción intermitente o mantenida de los músculos orbiculares de los ojos. Esto provoca muchas veces el cierre involuntario y mantenido de los ojos. Hay algunos factores que agravan el síntoma, como por ejemplo la luz y el viento. Suelen ser espasmos no dolorosos, aunque pueden producir cierta sensación de sequedad ocular. En la variante del Síndrome de Meige, el blefaroespasmo se asocia con movimientos involuntarios de la musculatura oromandibular. Estos movimientos pueden interferir con la articulación del lenguaje, a la hora de hablar.
    • Distonía laríngea: La distonía laríngea aparece exclusivamente al hablar en un tono habitual en las conversaciones. Surge por una contracción anómala de los músculos encargados de regular el cierre y la apertura de las cuerdas vocales. Como dato curioso, se sabe que las personas con distonía laríngea pueden cantar o hablar en un tono bajo sin dificultades.
    • Distonía ocupacional: Finalmente, las distonías ocupacionales ocurren al realizar una determinada actividad motora. Una de sus formas (la más frecuente) es el calambre del escribiente, que afecta a la musculatura de la mano y del antebrazo, y que aparece exclusivamente durante la escritura. En cambio, el resto de actividades realizadas con la mano se pueden realizar bien. ¿Más distonías ocupacionales? Por ejemplo: la distonía del tenista, del golfista o del músico.
  • Distonía generalizada: A diferencia de la distonía focal, la distonía generalizada, también denominada distonía de torsión, es más frecuente en los niños. Suele aparecer primero en las piernas, y progresar de forma ascendente hacia el tronco, que se torsiona. Progresivamente avanza hacia otras zonas del cuerpo hasta generalizarse.

Referencias:

  • Clínica Universidad de Navarra. (s.f.). Distonía. Extraído de: Distonía: qué es, causas, síntomas y tratamiento. Clínica Universidad de Navarra (cun.es)
  • Donnersberger, A. B., y Lesak, A. E. (2002). Libro de laboratorio de Anatomía y Fisiología. Badalona: Paidotribo.
    Edwards MJ. Dystonia: a clinical approach. Acta Neurol Taiwan.2008 Dic;17(4):219-27.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Qué son las cefaleas

  • Laura Ruiz
  • 28/09/2021
close up photo of woman with her eyes closed holding her forehead

El dolor de cabeza puede estar causado por diversas alteraciones orgánicas como la epilepsia, un tumor intracraneal, enfermedades de la vista o los oídos, enfermedades bucodentales o efectos de ciertos fármacos.

No obstante, la gran mayoría de los casos de cefalea, hasta un 90% de ellos, son de naturaleza funcional o psicológica (Academia CEDE, 2018). 

En estos casos, la intervención conductual se presenta para muchos pacientes como una alternativa efectiva al uso continuado de fármacos, que en estos casos no resulta efectivo en períodos prolongados y que además puede provocar una dependencia del fármaco que conduce a una cronificación del cuadro (Penzein Rains y Andrasik 2000, citados en CEDE, 2018).

Conoce los diferentes tipos de cefaleas de origen psicológico que existen, sus causas y los tratamientos más validados hasta la fecha.

Tipos de cefaleas 

Dentro de las cefaleas funcionales o sin causa en otras alteraciones orgánicas, cabe diferenciar:

  • Las cefaleas tensionales.
  • Las migrañas.
  • Las cefaleas por sobreabuso de medicación.

Cefaleas tensionales

Representan la mayoría de los casos de cefalea funcional. Este tipo de cefaleas se caracterizan por un tipo de dolor opresivo o tirante. Su intensidad puede ser leve o moderada. Es bilateral (afecta a los dos lados de la cabeza) y no empeora con la actividad física cotidiana. 

Las cefaleas tensionales no suelen presentarse con náuseas, aunque sí pueden aparecer con fotofobia (intolerancia anormal a la luz) o fonofobia (hipersensibilidad o miedo irracional a los ruidos de cualquier tipo).

Migrañas

Otro de los tipos de cefaleas funcionales (de origen psicológico o no orgánico) son las migrañas. En este caso, la persona sufre un dolor de cabeza unilateral (que afecta solo a un lado de la cabeza), de tipo pulsátil y de intensidad moderada. A diferencia de lo que ocurre en las cefaleas tensionales, en las migrañas sí se agrava el dolor de cabeza con cualquier actividad física.

Antes de este momento de dolor, la persona puede sufrir un período de constricción de los vasos sanguíneos cerebrales que parece provocar una caída de la presión sanguínea en el cerebro. 

A veces las personas que sufren migrañas no notan síntomas durante esta fase, pero otras pueden presentar síntomas como: intranquilidad, vómitos, mareos y alteraciones visuales y/o auditivas. A este conjunto de alteraciones se le denomina aura de la migraña. Por otro lado, en la fase migrañosa, se produce una vasodilatación de las arterias extracraneales. 

Según el manual de CEDE, un grupo numeroso de personas que presenta dolor de cabeza, de hasta el 30-40%, reporta una combinación de los dos tipos de cefaleas descritos: la cefalea tensional y la migraña.

Cefalea por sobreabuso de medicación

Finalmente, la cefalea por sobreabuso de medicación (también denominado dolor de cabeza de rebote) se refiere a los casos de cefalea, ya sea tensional o migrañosa, que se agravan como consecuencia del mal uso de los fármacos paliativos del dolor. Esto va dando lugar a cuadros de adicción.

¿Cómo llega la persona a esta situación? Lo que ocurre es que el consumo continuado de fármacos para aliviar el dolor acaba produciendo un aumento de la tolerancia, que lleva a la persona a aumentar la dosis para lograr la misma eficacia.

Así, llega un punto en el que el fármaco apenas tiene efecto, de modo que la persona consume todos o casi todos los días, en relación directa con la presencia del dolor de cabeza. Si en ese momento se retira el fármaco, se produce un intenso efecto rebote. Este efecto es similar al síndrome de abstinencia, que no cede si no se consume la dosis diaria.

Por otro lado pueden aparecer también otro tipo de síntomas, como náuseas, vómitos o problemas de sueño. Su tratamiento consiste en seguir los pasos del tratamiento de una adicción. Lo que se hace es llevar a cabo la retirada del fármaco bajo supervisión médica, aunque las recaídas son frecuentes porque dicha retirada suele ser muy molesta para el paciente.

Cefaleas de origen orgánico

Por otro lado, encontramos las cefaleas de origen orgánico que, como ya hemos dicho, son causadas por algún tipo de patología previa como una epilepsia, un tumor o una infección de oído, entre otras posibles causas.

¿Por qué aparecen las cefaleas?

young man in sleepwear suffering from headache in morning
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Vamos a centrarnos aquí en las causas de las cefaleas funcionales (es decir, en aquellas “psicológicas” o de origen no orgánico). ¿Qué sucede a nivel cerebral que explique la aparición de cefaleas?

Autores como Haynes, Gannon, Bank, Shelton y Goodwin (1990, citados en CEDE), propusieron una posible explicación a las cefaleas funcionales. Concretamente, sugirieron que los cambios en el flujo sanguíneo cefálico extracraneal ante situaciones de estrés eran los responsables del dolor de cabeza y de los síntomas asociados a la migraña y a la cefalea tensional. 

Y lo harían de dos modos diferentes: por un lado, la contracción sostenida y la isquemia de la musculatura estriada del cuello y la cabeza darían lugar a anoxia (falta casi total del oxígeno en un tejido) y a un aumento de la concentración de ácido láctico (compuesto químico que desempeña importantes roles en varios procesos bioquímicos).

Por otro lado, las arterias cefálicas sufrirían una distensión compensatoria en respuesta a la isquemia en otras zonas. A este cambio se le añadirían otros cambios que redundarían en la aparición de dolor y otros síntomas. Entre ellos, el aumento en la circulación de sustancias cerebrales como las neurokininas, las catecolaminas, la vasopresina y la serotonina,

Alteraciones vasculares, centrales y/o musculares

Otro autor elaboró un modelo que representaba el papel de las diferentes variables en los diferentes tipos de cefaleas o dolores de cabeza (Olensen, 1991, citado en CEDE). 

Según su modelo, en las cefaleas tensionales los elementos determinantes serían musculares y centrales. En cambio, en las migrañas intervendrían alteraciones vasculares combinadas, en distintos casos, con alteraciones centrales y/o musculares.

Descenso de serotonina

Finalmente, en la cefalea por abuso de medicación, es la serotonina (neurotransmisor cerebral) la que estaría implicada en su aparición, al haberse observado un descenso importante de la misma en las personas con este tipo de cefaleas, que se asociaría al consumo de fármacos para aliviar el dolor.

Tratamientos psicológicos para las cefaleas funcionales

Existen diferentes tratamientos psicológicos validados para las cefaleas de origen funcional o psicológico. Según Vazquez Amigo (2012), estos son tres:

  • La relajación muscular.
  • El biofeedback.
  • El entrenamiento en asertividad.

Relajación muscular

La relajación muscular (RM) se utiliza en la cefalea tensional y en las migrañas. Según Vazquez Amigo (2012), este tipo de intervención es de elección en las cefaleas tensionales, ya que a través de ella se benefician el 60% de los pacientes. 

También resulta eficaz en cefaleas infantiles, y su ventaja es que se aplica fácilmente. Para ello, eso sí, resulta esencial practicar en casa. Por otro lado, para las migrañas la RM también parece eficaz, al menos para el 47,9% de los pacientes.

Biofeedback

El biofeedback EMG, que implica un proceso de aprendizaje para controlar las funciones fisiológicas mediante el uso de un aparato llamado electromiógrafo (EMG), también parece ser efectivo en las cefaleas tensionales, se benefician el 60% de los pacientes (Vazquez Amigo, 2012). 

En el caso de las migrañas, el biofeedback (BF) de temperatura aislado parece producir mejoría en el 35% de los pacientes, aunque el tratamiento de elección para las migrañas es el que combina el BF de temperatura con la relajación.

Entrenamiento en asertividad

Finalmente, el entrenamiento en asertividad incluye autoinstrucciones y reestructuración cognitiva. Está indicado en aquellos casos en los que no resulta suficiente el control de la activación autonómica y la persona necesita más habilidades para gestionar situaciones estresantes.


Referencias bibliográficas:

  • Academia CEDE, diversos autores. (2018). Manual de Psicología de la Salud.
  • Vazquez Amigo, I. (2012). Manual de psicología de la salud. Ediciones Pirámide.
  • Pérez, M., Fernández, J.R., Fernández, C. y Amigo, I. (2010). Guía de tratamientos psicológicos eficaces I y II:. Madrid: Pirámide.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Ataxia: definición, causas, síntomas y tratamiento

  • Laura Ruiz
  • 27/09/2021
person touching hand

La ataxia, también denominada ataxia cerebelosa, incluye diferentes alteraciones del movimiento que comparten un elemento en común: la dificultad o el fallo en la coordinación muscular. 

Las personas con ataxia experimentan también diversas dificultades en sus movimientos, producto de atrofia o de enfermedad en el cerebelo. 

Recordemos que el cerebelo es la región del cerebro encargada de organizar la información de los sentidos, lo que nos permite movernos y equilibrarnos; así, si hay una lesión en esta zona, podemos sufrir ataxia.

Pero, ¿Qué más sabemos de la ataxia? ¿Qué otras causas encontramos? ¿Existen diferentes tipos de ataxia? ¿Qué tratamientos pueden utilizarse para abordarla? En Psyciencia, te lo contamos.

Ataxia: un trastorno que afecta a la coordinación

Según un artículo de Camacho, Simón y Mateos (2008), del Hospital 12 de octubre de Madrid, “ataxia” significa, literalmente, “incoordinación motriz”. El concepto define un síndrome de desequilibrio-inestabilidad en la marcha. 

Este desequilibrio provoca un aumento de la base de sustentación y, en casos más graves, la imposibilidad de mantener la bipedestación o caminar. La ataxia también se define como un trastorno neurológico, que implica una disminución en la capacidad para coordinar nuestros movimientos. 

Así, es un trastorno que afecta al sistema nervioso, y según Camacho et al. (2008), suele afectar al cerebelo o sus conexiones, aunque también ocurre por afectación de la sensibilidad propioceptiva (ataxia sensorial, que empeora de forma característica con el cierre ocular). Este último caso, eso sí, es algo más frecuente en adultos que en niños.

Dificultades para coordinar o caminar

De esta forma, las personas con ataxia experimentan dificultades para coordinar los músculos de las diferentes partes de su cuerpo, lo que les dificulta la realización de diferentes gestos o acciones, así como el hecho de caminar. 

Generalmente, los miembros más afectados son los brazos, las piernas y las manos. Sin embargo, en algunos casos la ataxia también afecta a la deglución o a la visión.

Síntomas y efectos de la ataxia

La ataxia puede aparecer de forma aislada (ataxia primaria), o como signo subyacente de diferentes enfermedades, alteraciones o trastornos neurodegenerativos. 

Los síntomas de la ataxia, como hemos visto, incluyen una falta de coordinación en los movimientos. También, cierto desequilibrio a la hora de caminar o de simplemente permanecer en un determinado lugar. 

Este desequilibrio puede aparecer como consecuencia de procesos vestibulares (acompañado de la sensación de vértigo), de una lesión en los lóbulos frontales o de hidrocefalia. Incluso, puede aparecer también de forma transitoria en el lactante con un brote febril, como consecuencia de la inmadurez funcional de su cerebelo.

Tipos de ataxia

Encontramos dos tipos de ataxias, según su naturaleza:

  • Ataxias primarias
  • Ataxias secundarias

Ataxias primarias

Este tipo de ataxia es neurodegenerativa. Esto quiere decir que van empeorando con el tiempo. Suelen ser ataxias de origen genético. 

Dentro de las ataxias primarias encontramos dos subtipos más de apraxias: las ataxias dominantes (su origen es una única mutación genética) y las recesivas (son más esporádicas y se manifiestan cuando existen dos mutaciones genéticas; en el padre y en la madre, que la persona hereda).

Ataxias secundarias

Las ataxias secundarias, o ataxias agudas, son aquellas que tienen orígenes diversos; así, pueden surgir como consecuencia de una infección, de un tumor, de alteraciones metabólicas, etc. La ataxia secundaria más frecuente es la causada por el alcohol (consumo excesivo de la sustancia).

Causas de las ataxias agudas

Según el artículo citado de Camacho et al. (2008), las causas más frecuentes de las ataxias agudas, sobre todo en niños, son:

  • Causa postinfecciosa o de base inmunológica:
    • Cerebelitis postinfecciosa
    • Enfermedades desmielinizantes 
    • Síndrome de opsoclonus-mioclonus
    • Síndrome de Miller-Fisher
  • Intoxicación 
  • Infección del Sistema Nervioso Central (SNC)
  • Tumores de fosa posterior 
  • Traumatismo craneal 
  • Migraña tipo basilar y equivalentes migrañosos 
  • Patología cerebrovascular
  • Enfermedades hereditarias
  • Reacción psicógena

Otros signos que acompañan a la ataxia

La ataxia puede manifestarse acompañada de otros signos de disfunción del cerebelo. Estos signos o síntomas afectan al movimiento, e incluyen:

  • Nistagmo: movimiento incontrolable e involuntario de los ojos.
  • Temblor: movimiento involuntario, algo rítmico; contracciones que involucran oscilaciones o espasmos de una o más partes del cuerpo. 
  • Disartria: alteración en la articulación de las palabras.
  • Dismetría: falta de coordinación del movimiento tipificada por la rama inferior o el exceso de posición prevista con la mano, el brazo, la pierna o el ojo.
  • Hipotonía: disminución del tono muscular.
  • Disdiadococinesia: imposibilidad de realizar movimientos rápidos alternantes; afecta al tiempo, la velocidad y la aceleración en los movimientos normales. 

Tratamiento de la ataxia

En la actualidad no existe ningún tratamiento específico que cure la ataxia. Sin embargo, sí existen tratamientos que permiten aliviar o reducir sus “efectos” o síntomas, lo que incluye el control sintomático del dolor o la fatiga. 

Por otro lado, existen dispositivos que permiten mejorar la autonomía y la calidad de vida de la persona, como andadores, bastones, utensilios adaptados para ayudar a la persona a comer o a realizar otras actividades básicas de la vida diaria, sistemas de comunicación, etc.

Tipos de terapia

La fisioterapia puede ayudar al paciente con ataxia a mejorar su coordinación, su equilibrio y su movilidad en general. La terapia del habla resulta útil también para mejorar el habla y la deglución, y la terapia ocupacional mejora la autonomía de la persona en sus tareas cotidianas. 

Además, la terapia psicológica puede resultar beneficiosa para trabajar los aspectos psicológicos y emocionales derivados de la propia ataxia: inseguridades, baja autoestima, fatiga, etc.

Finalmente, según un artículo de Manto y Marmolino, del 2009, la investigación en el desarrollo de modelos animales trae esperanza para un mejor tratamiento de las ataxias; en este caso, de las ataxias primarias o neurodegenerativas.

Síntesis final

Como hemos visto, el término «ataxias cerebelosas», o ataxia cerebelosa, según Manto y Marmolino (2009), abarca los diversos trastornos cerebelosos que afectan a la coordinación motora y al equilibrio. 

Según el portal médico Mayo Clínic, la ataxia “implica falta de control muscular o de coordinación de los movimientos voluntarios, como caminar o recoger objetos”. 

En el caso de que surja como signo de una condición subyacente, la ataxia puede afectar a varios movimientos, además de crear dificultades a la hora de hablar, mover los ojos o deglutir o tragar.

Referencias:

  • Camacho, A., Simón, R. y Mateos, F. (2008). Ataxia aguda. Sección de Neurología Infantil. Hospital 12 de Octubre, Madrid. Asociación Española de Pediatría.
  • Manto, M., y Marmolino, D. (2009). Cerebellar ataxias. Current opinion in neurology, 22(4): 419-429.
  • Ryan MM, Engle EC. Acute ataxia in childhood. J Child Neurol 2003; 18: 309
  • Biografías

Albert Ellis: Vida y obra de uno de los terapeutas más importantes de nuestra era

  • Laura Ruiz
  • 22/09/2021

Albert Ellis (1913-2007) fue un reconocido psicólogo americano, que nació en Pittsburg (Pennsylvania) el 27 de septiembre de 1917, y falleció el 24 de julio de 2007 en Manhattan, a la edad de 93 años. 

Se hizo mundialmente conocido por diversas aportaciones al ámbito de la psicología; una de ellas, el desarrollo de la terapia racional emotiva conductual (TREC), un tipo de terapia enfocada a modificar las creencias irracionales y las expectativas poco realistas de los pacientes, que comentaremos con más detalle más adelante. 

También estableció su propio instituto (Albert Ellis Institute), en 1959. Años más tarde, en la década de los ‘70, también fundó La Escuela de Vida, una institución centrada en la TREC dirigida a niños y preadolescentes de entre 6 y 13 años.

Origen: una infancia difícil

Albert Ellis nació en septiembre de 1913 en Pittsburg, Pennsylvania, en el seno de una familia judía. Fue el mayor de tres hermanos. Su padre, un hombre poco cariñoso con sus hijos, era un hombre de negocios. Su madre, también distante emocionalmente, padecía un trastorno bipolar, y en su autobiografía, Ellis la describió como “una mujer absorta en sí misma”. 

En general, los padres no estaban en casa, y Ellis poco a poco asumió la responsabilidad de cuidar a sus hermanos. Con la llegada de la Gran Depresión, también conocida como la Crisis del 29, una gran crisis financiera mundial que duró los años previos a la Segunda Guerra Mundial, los tres hermanos buscaron trabajo para ayudar en casa.

Problemas de salud

Albert Ellis tuvo de pequeño muchos problemas de salud. Con cinco años fue hospitalizado por una enfermedad renal, y también por una amigdalitis que se complicó. Él mismo explicó que, entre los cinco y los siete años, llegó a estar hospitalizado hasta en ocho ocasiones. 

Sus padres rara vez lo visitaban durante esas estancias, y el mismo Ellis declaró haber aprendido a enfrentar sus adversidades, desarrollando una creciente indiferencia a la educación negligente que recibió.

Un chico tímido

De adolescente, Ellis fue un chico tímido al que le intimidaba hablar en público. Sin embargo, a los 19 años se propuso desafiarse a sí mismo con una charla en el Jardín Botánico del Bronx, para 100 personas. Se dice que esta experiencia le influyó de tal forma que se alimentó de la misma para desarrollar su terapia racional emotiva conductual.

Universidad

Un buen día Albert Ellis pudo dejar su ciudad natal para estudiar en la Universidad de Nueva York. Algo que pocos saben es que primero se graduó en administración de empresas, en 1934, y que intentó iniciar una carrera de negocios para posteriormente intentarlo en el ámbito de la escritura. De hecho, en ese momento empezó a trabajar junto a su hermano menor, abriendo un negocio de parches y remates para pantalones.

Psicología y sexualidad

Albert Ellis mostró un gran interés por el estudio de la sexualidad, el erotismo y el amor. Escribió varios artículos sobre dichos temas, incluído el libro The Case for Promiscuity, aunque este nunca llegó a publicarse. Poco a poco fue interesándose más por la sexología y la psicología clínica, y todo ello le llevó a adentrarse al ámbito del psicoanálisis, como veremos a continuación.

Doctorado en psicología clínica

En 1942 Albert Ellis se decantó por la Psicología Clínica, obteniendo un Doctorado en dicha especialidad, en la Universidad de Columbia. Después empezó a trabajar en la práctica privada, y siguió estudiando varios cursos, sobre todo centrados en la corriente psicoanalítica de Freud. Fue un vehemente defensor de esta corriente, aunque luego su orientación y sus ideologías cambiaron.

Aportaciones a la psicología

Aunque Albert Ellis defendió durante muchos años la corriente psicoanalítica, empezó a cuestionar su eficacia, bajo la influencia de autores como Alfred Adler, Erich Fromm o Karen Horney. Finalmente dejó de seguir esta corriente en su trabajo para desarrollar una terapia mucho más directiva, la TREC. Inicialmente, en 1957, la denominó terapia racional (TR), aunque más tarde la rebautizó con el nombre que aún hoy sigue vigente: terapia racional emotiva conductual (TREC).

Muchos consideran este modelo terapéutico como un precursor de la terapia cognitiva conductual. El objetivo de la TREC era abordar todas aquellas creencias limitantes del paciente, así como sus comportamientos desadaptativos. 

Al principio, la TREC no fue aceptada por la comunidad científica, como veremos más adelante, aunque poco a poco cobró más fuerza, y a día de hoy sigue siendo un enfoque ampliamente utilizado y validado.

TREC de Albert Ellis

Pero, ¿En qué consiste la TREC de Albert Ellis? Ellis, según el Manual de Psicoterapias de la Academia CEDE (2020), definió su terapia “como un método de psicoterapia racional-emocional-conductual”, y con el tiempo fue integrada como una terapia cognitivo-conductual.

La TREC parte de una serie de premisas y valores filosóficos, sin cuya aceptación no puede entenderse el resto de la terapia. En palabras del propio Ellis (1990), citado en el manual mencionado de CEDE (2020), la TREC “es un sistema de psicoterapia diseñado para ayudar a las personas a vivir más, minimizar sus trastornos emocionales y conductas derrotistas, y realizarse a sí mismos para que puedan vivir una existencia más feliz y gratificante”.

Objetivos de la TREC

Los tres objetivos de la TREC son:

  • Ayudar a las personas a pensar de forma más racional (es decir, de forma más científica, clara y flexible).
  • Contribuir a sentir de un modo más adecuado.
  • Fomentar que actúen de modo decidido, en el sentido de alcanzar las metas que se proponen.

Conceptos básicos de la TREC

Los 5 conceptos básicos de la TREC, y con los que se trabaja ampliamente, son:

  • Los pensamientos o creencias racionales.
  • Los sentimientos negativos adecuados.
  • Los sentimientos negativos inadecuados.
  • Las conductas inadecuadas o auto-derrotistas.
  • Las creencias irracionales.

La teoría A-B-C de la TREC

Una de las teorías más importantes de la TREC es la teoría A-B-C del pensamiento irracional y la perturbación emocional. Ellis reconoce la larga tradición filosófica existente detrás de esta teoría, y para explicarla cita a grandes pensadores asiáticos, como Confucio y Buda.

Según esta teoría, las personas no serían perturbadas por las cosas que le suceden, sino por la visión que tienen de esas cosas, siguiendo la secuencia A (evento) – B (creencia) – C (consecuencia). Así, el nombre ABC proviene de los elementos de la teoría y de las denominaciones en inglés:

  • A = Activating Event (acontecimiento activador).
  • B = Belief (creencia).
  • C = Consequences (consecuencias emocionales, conductuales o cognitivas).

A las que se les añaden tres más:

  • D = debate de las creencias irracionales.
  • E = nuevas creencias racionales en sustitución de las irracionales.
  • F = consecuencias afectivas, cognitivas y conductuales de las nuevas creencias.

Una teoría criticada

Aunque Albert Ellis, como otros muchos, fue duramente criticado por algunas de sus aportaciones, la realidad es que en la última mitad de su vida sus teorías fueron aceptadas y hasta elogiadas por la comunidad científica. Poco a poco el enfoque conductual fue reconociéndose en el seno de la psicología y Ellis fue reconocido como uno de los grandes fundadores de este movimiento. 

Final de su vida

A día de hoy Albert Ellis es considerado uno de los psicoterapeutas más influyentes de la historia de la psicología. Cuatro años antes de morir, en 2003, recibió un importante premio de la Association for Rational Emotive Behaviour Therapy (Reino Unido), en reconocimiento a la TREC. Y es que prácticamente hasta el final de su vida, Ellis siguió trabajando, concediendo entrevistas y haciendo lo que más le gustaba: escribir y trabajar.

Sin embargo, en 2006 llegaron problemas de salud para Ellis, que fue ingresado en el hospital por una neumonía. Estuvo ahí durante más de 1 año, momento en el que pidió ser trasladado a su hogar, situado en la parte superior del Albert Ellis Institute.

Albert Ellis falleció en Manhattan como consecuencia de una insuficiencia cardíaca y renal, a la edad de 93 años y en brazos de su tercera esposa, la también psicóloga Debbie Joffe Ellis.

Referencias bibliográficas:

  • Academia CEDE: diversos autores. (2020). Manual de Psicoterapias.
  • Ellis, Albert; Abrahms, Eliot (2005). Terapia racional emotiva. México: Editorial Pax.
  • Ellis A. (1994). Reason and Emotion in Psychotherapy. Revised Edition. 

¿Quieres saber más sobre la vida y obra de Albert Ellis? Lee nuestro artículo: Albert Ellis: un excentríco terapeuta.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Apraxias: características, causas y tipos

  • Laura Ruiz
  • 20/09/2021
photo of woman wearing pair of black nike running shoes

Las apraxias son trastornos del sistema nervioso que afectan a nuestra ejecución de movimientos o tareas previamente aprendidas. Implican una dificultad en la planificación motora y en su ejecución (por ejemplo, nos puede dificultar el hecho de pensar cómo enviar una carta y secuenciar los pasos: Escribo la carta, la meto en un sobre, cierro un sobre y lo envío).

Las apraxias nos impiden realizar acciones si alguien nos las pide o si tenemos la intención de hacerlas (aunque nos resultan mucho más fáciles de realizar si lo hacemos de forma espontánea). Así, nos dificultan, por ejemplo, saludar con la mano, vestirnos, abrir un sobre, dibujar, hacer una pequeña construcción con piezas o utilizar ciertas herramientas.

En este artículo conoceremos con más detalle en qué consiste este trastorno neurológico, cuáles son sus posibles causas, las áreas cerebrales implicadas y los diferentes tipos de afasia que existen.

¿Qué son las apraxias?

Las praxias fueron definidas por Steinhal en 1871, citado en Portellano (2005), como “acciones motoras coordinadas que se realizan para la consecución de un fin”(p.). Se trata de movimientos complejos que previamente se han aprendido. 

Volviendo al término de apraxia; el prefijo “a” del concepto de praxia implica la “ausencia de”; en este caso, la ausencia de la capacidad para ejecutar movimientos previamente aprendidos.

Entonces, según el portal médico Medline Plus, podemos definir la apraxia como “un trastorno del cerebro y del sistema nervioso, que hace que la persona sea incapaz de realizar determinadas tareas o movimientos cuando se le piden, aunque haya entendido la petición o la orden, esté dispuesta a hacerlo, haya aprendido la tarea y/o los músculos necesarios para llevarla a cabo funcionen adecuadamente”.

Dos sistemas 

Encontramos dos sistemas involucrados en las apraxias: 

  • Sistema conceptual: Tiene que ver con el conocimiento que tenemos sobre la utilización y el funcionamiento de los objetos, los utensilios y las herramientas.
  • Sistema de producción: Por su parte, este sistema nos permite almacenar y realizar la representación sensoriomotora (espacial y temporal) necesaria para poder ejecutar la actividad motriz. Es decir, nos permite ejecutar el movimiento.

Características y síntomas de las apraxias

El síntoma principal de las apraxias es una incapacidad para ejecutar movimientos aprendidos previamente. Para poder hablar de apraxia, no debe existir parálisis, paresia o ataxia como causa primaria de la dificultad motora. Tampoco debe existir un déficit intelectual que justifique la incapacidad para ejecutar el movimiento. 

Se da, además, una ausencia de cualquier tipo de trastorno atencional, confusional o delirante, así como la ausencia de trastornos sensoriales que justifiquen el déficit motor. 

Una persona con apraxia fracasa cuando se le pide que imite o realice un movimiento intencional; sin embargo, puede estar conservada la actividad motora cuando la realiza de manera espontánea. 

En el caso de que esté afectado el lado opuesto a la lesión, hablamos de hemiapraxias, aunque en estos casos también puede estar afectada la ejecución en ambos lados. 

¿Qué causa las apraxias?

Encontramos diferentes causas que explican las apraxias, aunque básicamente estas se producen por un daño cerebral. 

Las apraxias son trastornos adquiridos; es decir, surgen una vez que la persona ya ha aprendido las tareas o destrezas que posteriormente no logra llevar a cabo. Entre las causas de las apraxias encontramos:

  • Tumores cerebrales.
  • Lesiones cerebrales traumáticas (traumatismo craneoencefálico).
  • Accidente cerebrovascular (ictus hemorrágico o isquémico).
  • Hidrocefalia.
  • Enfermedades neurodegenerativas (que empeoran de forma progresiva el funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso).
  • Demencias.

Áreas cerebrales implicadas en las apraxias

person holding silver round coins
Photo by Anna Shvets on Pexels.com

A nivel neurológico, hay diferentes áreas cerebrales que pueden estar implicadas (y por lo tanto, dañadas) en las apraxias. Esto es así porque dichas áreas se relacionan con las funciones que una persona sana podría realizar perfectamente si no tuviera apraxia. Entre ellas:

  • Área premotora
  • Área premotora suplementaria
  • Lóbulos occipitales
  • Lóbulos parietales
  • Lóbulos temporales
  • Núcleos grises basales
  • Cuerpo calloso
  • Tálamo

8 tipos de apraxias 

Existen varios tipos de apraxias en función de sus características, áreas cerebrales afectadas, etc. Vamos a conocer en qué consiste cada una de ellas y a ilustrarlas mediante ejemplos:

Apraxia ideatoria

La persona manifiesta una incapacidad para la manipulación de objetos y herramientas previamente conocidos. Por ejemplo, no puede utilizar un cuchillo si se le pide (aunque de forma espontánea sí podría).

Así, se caracteriza por la incapacidad para ejecutar una serie de gestos propositivos secuenciados dirigidos a un fin, como consecuencia de la pérdida del plan de acción. En este tipo de apraxia está alterado el sistema conceptual.

Apraxia ideomotora

En la apraxia ideomotora lo que está afectado es la realización de gestos simples, aunque sí está preservada la capacidad para manipular objetos y herramientas reales. Por ejemplo, la persona no puede saludar con la mano si se le pide.

Este tipo de apraxia afecta a la realización propositiva de movimientos simples, ejecutados deliberadamente y fuera de contexto. Es importante saber que no existen déficits sensitivos o motores ni deterioro cognitivo en el sujeto que la explique.

Aquí está preservado el sistema conceptual ya explicado, pero el programa de producción o sistema de producción está dañado o alterado. Esto explicaría por qué existe un fracaso en la transmisión de mensajes hacia el área motora en el lóbulo frontal.

Apraxia constructiva

Se trata de una incapacidad para reproducir dibujos o ensamblar piezas bidimensionales o tridimensionales, que hace imposible la realización de tareas como maquetas, diseño de planos, construcción con cubos o la copia de un dibujo simple.

Apraxia del vestir

En la apraxia del vestir existe una incapacidad para vestirse uno mismo de un modo autónomo. De esta forma, la persona no sabe orientarse con la ropa, siendo incapaz de secuenciar el orden, lo que hace que se vista de manera torpe y desmañada. Este tipo de apraxia suele aparecer junto a la apraxia anterior (constructiva).

Apraxia de la marcha

En este caso, la incapacidad se da en el hecho de caminar correctamente de forma voluntaria, aunque de forma espontánea (no pensada o planificada) la persona sí puede ser capaz de caminar adecuadamente. Se suele asociar a enfermedades cerebrales graves, como tumores, demencias o hidrocefalia.

Apraxia bucofonatoria

La apraxia bucofonatoria es la incapacidad para realizar movimientos voluntarios de cara, labios, lengua u órganos fonatorios. Esto se traduce en una incapacidad para realizar gestos como: soplar, sacar la lengua o enseñar los dientes. 

Sin embargo, como en otras apraxias, puede persistir la capacidad de realizar el movimiento de un modo espontáneo.

Apraxia óptica

Una persona con apraxia óptica no puede realizar movimientos de búsqueda visual en movimientos guiados. Es decir, si por ejemplo está mirando una habitación y se le pide que busque un libro más o menos escondido, no puede realizar esta acción de búsqueda visual.

Apraxia callosa

Finalmente, la apraxia callosa tiene que ver con la incapacidad de ejecutar actividades motoras mediante orden verbal (es decir, si alguien nos pide que hagamos un determinado movimiento o tarea). 

Surge por la ausencia de cuerpo calloso, que le impide al hemisferio izquierdo transmitir al derecho las órdenes adecuadas para que mueva la mano izquierda. 

Así, está afectada la mano izquierda, y se da por una hemiapraxia producida por una callosotomía (sección del cuerpo calloso).

Referencias:

  • MedlinePlus. (2021). Apraxia. Recuperado de: Apraxia: MedlinePlus enciclopedia médica
  • Portellano, J. A. (2005). Introducción a la neuropsicología. Retrieved from http://ebookcentral.proquest.com
  • Rains, G. D., & Campos, V. (2004). Principios de neuropsicología humana. México: McGraw-Hill.
  • Rosenweig, M.R., Breedlove, S.M & Watson, N.V. (2005). Psicobiología: una introducción a la neurociencia conductual, cognitiva y clínica. Barcelona: Ariel.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Qué perciben las personas que están en coma?

  • Laura Ruiz
  • 15/09/2021

El coma es un estado de inconsciencia prolongado, que se origina por una lesión (por ejemplo, un traumatismo craneoencefálico), un accidente o una enfermedad subyacente (aunque también hay comas inducidos). 

El estado comatoso rara vez dura más de 2 a 4 semanas, aunque algunos pueden alargarse durante muchos años (incluso, décadas). En este sentido, el tiempo de duración y las secuelas dependen de factores como: la causa, la severidad y el sitio de la lesión. 

Las personas que salen del coma pueden presentar problemas o secuelas diversas: físicas, intelectuales y psicológicas. Para las personas que llevan muchos años en coma la causa de muerte más frecuente es una infección, como por ejemplo una neumonía.

Una experiencia confusa

Las personas que han pasado por un coma suelen describir esta experiencia como difusa, extraña y muy confusa. 

Sin embargo, no todas las personas experimentan lo mismo al estar en coma, aunque siempre se produce una incapacidad para efectuar movimientos voluntarios, así como para sentir o responder a los estímulos del medio. 

Pero, ¿qué más sabemos sobre este estado tan peculiar de conciencia que tanto miedo e incertidumbre genera?

¿Qué es el coma y cuáles son sus causas?

El coma consiste en “un estado prolongado de inconsciencia”; durante este estado, la persona no puede despertarse ni responder a los estímulos del medio (por ejemplo: un sonido, una luz, un estímulo doloroso…). Además, no puede llevar a cabo acciones de forma voluntaria y no presenta un ciclo de sueño-vigilia normal. 

El inicio del coma puede darse por un fallo en el sistema nervioso central (SNC), aunque en otros casos, el coma es inducido. 

Cuando se debe a un fallo en el SNC, se produce una disfuncionalidad a nivel neuronal, ya sea por un proceso estructural o no estructural. En el origen del coma también están implicados procesos infecciosos o metabólicos que afectan al cerebro. Entre estos procesos encontramos: una ingesta masiva de alcohol, la hipoglucemia e hiperglucemia, un consumo excesivo de fármacos o el uso (o abuso) de drogas ilegales.

Durante el estado de coma, el cerebro recibe un suministro limitado de glucosa y/o oxígeno. Si la pérdida de nutrientes es destacable, se produce un daño neuronal en el cerebro de la persona. Este daño neuronal también puede darse por una lesión directa en el tejido encefálico, a raíz de una hemorragia o de una contusión interna que perjudique la estructura celular del cerebro.

¿Qué siente la persona que está en coma?

Davinia Fernández-Espejo, psicóloga y logopeda en la Universidad de Oviedo, actualmente investigadora de la consciencia y sus trastornos en la Universidad de Birmingham, asegura que “algunos pacientes que parecen estar en un estado vegetativo son realmente conscientes de sí mismos y de su entorno y son capaces de crear recuerdos e imaginar cosas como cualquier otra persona”. 

Sin embargo, no pueden responder al entorno porque una importante ruta de comunicación en el cerebro se encuentra interrumpida.

Interrupción de una ruta de comunicación cerebral

En un estudio del 2015, publicado en la revista JAMA Neurology y liderado por Davinia Fernández, se detalla el siguiente hallazgo que explica la afirmación de la psicóloga: la existencia de un daño estructural en la comunicación entre la corteza motora primaria y el tálamo en las personas en estado de coma. 

Debemos tener en cuenta que la corteza motora primaria se encarga de la planificación y la ejecución de movimientos, y que el tálamo es considerado “la puerta de la consciencia”. Esta vía de comunicación es fundamental para entender por qué algunos pacientes en estado vegatativo son conscientes de su entorno, como afirmaba Fernández-Espejo, a pesar de su estado comatoso y de su incapacidad para responder.

¿Por qué las personas en coma no pueden responder a los estímulos?

El tálamo es una estructura que, además, es considerada “el receptor del cerebro”. A través de él pasan las sensaciones que provienen de todos los sentidos (excepto el olfato). A su vez, actúa como una estación repetidora, donde se seleccionan las señales relevantes. Por ejemplo, en señales repetitivas, la transmisión es interrumpida (como cuando llevamos muchas horas un anillo y ya no percibimos su roce). 

En cambio, sí prestamos atención a las señales relevantes, que son enviadas a la corteza cerebral (la zona más evolucionada del cerebro). Dicha zona se encarga de emitir una respuesta, que a su vez, es devuelta de nuevo al tálamo, el encargado de ejecutarla.

Pero, ¿qué ocurre en las personas en coma? Que existe un daño en las vías que conectan físicamente al tálamo, uno de los centros de nuestra consciencia, y la corteza motora, que impulsa la actividad muscular voluntaria. Y por ello, la persona en coma no puede responder a los estímulos y por lo tanto no puede tampoco moverse.

Testimonio de una persona que salió de un coma

El diario The Morning Bulletin recoge el testimonio de una mujer que en 2011 sufrió un accidente automovilístico y que fue inducida al coma por un grupo de médicos expertos, con el objetivo de estabilizarla y salvar su vida.

Esta mujer afirmó que vivió el coma como un evento difuso y borroso, en el que su mente no podía formar pensamientos ni sueños concretos. Sin embargo, explica que sí era capaz de percibir el dolor y de formar recuerdos o “memorias” para que su cerebro pudiese dotarle de sentido a lo que sucedía a su alrededor.

La mujer también explicó que era capaz de reconocer la voz de su marido cuando éste entraba en la habitación, pero que no podía entender lo que él decía.


Por otro lado, describió también episodios extraños: por ejemplo, la creencia o sensación de estar siendo violada durante ese estado comatoso, pudiendo llegar a sentir dolor anal y vaginal. Sin embargo, ese recuerdo difuso en realidad tenía que ver con intervenciones quirúrgicas a las que era sometida.

También afirmó poder sentir los cambios de temperatura cuando la cambiaban de habitación. Describió además pesadillas que se entremezclaban en un estado continuo entre la vigilia y el sueño.

Lo que dice la ciencia

¿Qué dice la ciencia de lo que describen las personas que han pasado por un coma? Para analizar primero este estado, se toman en cuenta una serie de parámetros y se cuantifican las respuestas cerebrales de la persona mediante sofisticadas técnicas.

En cuanto a los parámetros, se analiza por ejemplo el metabolismo de la masa gris; se ha observado cómo en pacientes en coma de origen hipóxico este se sitúa un 50-70% por debajo del normal. 

Por otro lado, en un artículo del 2005, por ejemplo, se encontró una diferencia significativa en la reacción cerebral del paciente ante la emisión de palabras desconocidas y conocidas. Es decir, su cerebro reaccionaba o se “activaba” ante las palabras conocidas, como si las estuviera “escuchando” realmente. Así, lo que sugiere el estudio es que la persona (o su cerebro) podría estar manteniendo cierta percepción semántica.

En otro artículo, esta vez del 2019, liderado por Kotchoubey, los investigadores encontraron que la actividad eléctrica del cerebro de 104 pacientes en coma era similar a la de una persona común que recibe una instrucción.

Referencias bibliográficas:

  • Davinia Fernández-Espejo, PhD Stephanie Rossit, PhD Adrian M. Owen, PhD. (2015). A Thalamocortical Mechanism for the Absence of Overt Motor Behavior in Covertly Aware Patients. JAMA Neurol, 72(12):1442-1450. doi:10.1001/jamaneurol.2015.2614
  • Kotchoubey, B., Daltrozzo, J., Wioland, N., Mutschler, V., Lutun, P., Birbaumer, N., & Jaeger, A. (2005). Semantic processing in a coma patient. Grand Rounds, 5: 37-41.

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