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Ciencia y Evidencia en Psicología

2850 Publicaciones

Investigación, neurociencia, modelos teóricos y psicopatología

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El silencio de los empleados: cómo es trabajar con un jefe narcisista

  • 14/07/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Si hablamos específicamente del ámbito laboral, la relación que tengas con tu jefe es, probablemente, la que más puede afectar tu bienestar personal. La forma en que una persona subordinada es dirigida por su superior puede determinar su rendimiento, su compromiso con la empresa y su nivel de autoconfianza. Frecuentemente, los trabajadores informan que una de las razones más importantes por las que dejan un trabajo es su jefe.

Un jefe con tendencias narcisistas suele dar una buena primera impresión, sin embargo, sus verdaderos rasgos se ven expuestos con el tiempo, revelando que su interés por los demás tiende a ser superficial, y que se preocupan sobre todo por ellos mismos (Watts et al., 2013). Hay quienes caracterizan al “liderazgo tóxico” como aquel ejercido con nula receptividad de comentarios, mentiras o inconsistencias, autocracia, manipulación, intimidación, acoso y narcisismo.

Estudios recientes han encontrado que uno de los grandes problemas de los jefes narcisistas es que no cuentan con las herramientas para desarrollar buenas relaciones con sus empleados, sostenibles en el tiempo, ya que su comportamiento tiende a ser egoísta y su desprecio por los demás erosiona la base de todas las relaciones buenas: la confianza (Hamstra, et al., 2021).

Las personas narcisistas se consideran más importantes, talentosos y atractivos que los demás, pero también se sienten inseguros de sí mismos y tienen una gran necesidad de ser admirados. De forma simultánea anhelan la reafirmación y validación de su autoimagen inflada por parte de otras personas, y se sienten con derecho a atención y admiración. 

Esta dualidad de anhelar y sentirse con derecho a la admiración lleva a los individuos narcisistas a considerarse a sí mismos nacidos para ser líderes y a sentirse con derecho a posiciones de liderazgo, posiciones en las que pueden ser vistos y admirados (Grapsas et al., 2020). 

El liderazgo narcisista se caracteriza por el egoísmo, comportarse como si se tuviera prerrogativas, la arrogancia y la explotación de otras personas en beneficio personal (Rosenthal & Pittinsky, 2006).

Desafortunadamente, tendemos a interpretar el exceso de confianza de un individuo narcisista como una señal de que, de hecho, es competente y que sería un buen líder. Los narcisistas cautivan a los demás con su seductor encanto, su visión audaz y su inquebrantable confianza en sí mismos. Todo esto, combinado con sus buenas primeras impresiones, los llevan a ascender jerárquicamente y, como resultado, los rasgos narcisistas son relativamente comunes entre los jefes

Entonces, la aspiración de los narcisistas por puestos de liderazgo combinada con las buenas primeras impresiones que hacen puede hacer que suban en las jerarquías, lo que da como resultado que los rasgos narcisistas sean relativamente comunes entre los jefes (Grijalva et al., 2013).

Pero un liderazgo eficaz requiere desarrollar relaciones de colaboración, reciprocidad y confianza con los demás, y la evidencia muestra que los jefes narcisistas son considerados menos confiables por quienes trabajan para ellos. Esto se debe a que desarrollar la confianza requiere integridad y preocupación por los otros, y nada de esto es natural para las personas narcisistas quienes tienden a anteponer sus propios intereses sobre los de los demás e incluso no tienen problema en pisotear a otros cuando sea necesario para lograr un beneficio personal. Consecuentemente, un jefe narcisista y poco confiable hará que las personas se sientan inseguras para tomar riesgos, cometer errores y expresarse abiertamente.

¿Se puede detectar a un narcisista?

Existen diversas pruebas de selección utilizadas en los reclutamientos organizacionales que procuran detectar a las personas con estos rasgos para evitar asignarlos a puestos de liderazgo. Y, desde luego, las personas narcisistas no son tímidas en admitir que quieren ser admiradas o incluso que pasan por alto los intereses de los demás. De hecho, en general, los narcisistas no se presentan como agradables o modestos (Paulhus & John, 1998). Sin embargo, los narcisistas no son incompetentes y tienen la capacidad de aprender que pueden ser aún más efectivos en la consecución de sus metas egoístas si se presentan de una manera socialmente aceptable o, en otras palabras, si camuflan su falta de interés.

Un hallazgo constante es que algunos jefes narcisistas desarrollan técnicas para manejar la impresión que otros tienen de ellos: buscan activamente comportarse de manera que los haga parecer sinceros a los demás. Cuando tienen éxito con estas técnicas, los empleados tienden a percibirlos como más confiables que sus contrapartes altamente narcisistas que no utilizan técnicas para manejar las impresiones de los demás y, debido a esto, sus empleados se sienten más seguros para expresarse abiertamente. 

¿Cómo es el falso interés?

Puede ser difícil distinguir cuando alguien está fingiendo interés o lo está demostrado de forma genuina, sin embargo hay ciertas pistas que pueden servir de guías. En general, el hecho de que los individuos narcisistas necesiten aprender a dar a los demás la impresión de que les importan, significa que no pueden depender del comportamiento y las respuestas espontáneas. Esto quiere decir que es probable que su comportamiento aparentemente sincero parezca incómodo o guionado. 

Por ejemplo, es probable que alguien que realmente se preocupe por ti te pregunte espontáneamente cómo estás y qué hay de nuevo en tu vida. Es menos probable que una persona a la que no le importes realmente, te lo pregunte de forma espontánea. Es más, puede ocurrir que sólo te hagan estas preguntas después de tí porque tu pregunta les recuerda que deben expresar interés recíproco. Además, es poco probable que te hagan preguntas de seguimiento después de haber mostrado su comportamiento superficialmente afectuoso. Después de todo, no están realmente interesados ​​en ti.

Por otro lado, es probable que alguien que se preocupe de verdad escuche y sea más empático. Por el contrario, si te encuentras contando una historia sobre tu propia experiencia y la experiencia de repente parece ser sobre el otro, su respuesta aparentemente empática a tu historia podría ser solo una oportunidad para que esta persona cuente una historia sobre sí mismo. Del mismo modo, es posible que su reacción a tu historia no sea empática en absoluto, sino superficial y solo se ciña a los hechos.

Sin embargo, al mismo tiempo, si solo te dejan hablar y nunca comparten sus vivencias ni se relacionan con lo que estás diciendo, es muy posible que te hayan hecho creer que están interesados ​​en ti, pero en realidad no les importa lo que estás compartiendo. Es probable que alguien que se preocupe por ti y sea digno de confianza también exprese su confianza compartiendo sobre su propia vida, por ejemplo, porque es probable que las personas confiables vean las relaciones como una calle de doble sentido.

La mayoría de las personas tienen una inclinación natural a confiar en otros que muestran signos de afecto, por lo que somos vulnerables a la suposición de que los narcisistas tienen buenas intenciones, especialmente aquellos narcisistas que se esfuerzan por parecer sinceros. Cierta conciencia de este efecto y de las formas en que podríamos reconocer el falso interés es útil para proteger a las personas bien intencionadas de ser explotadas y manipuladas.

Referencias:

  • Grapsas, S., Brummelman, E., Back, M. D., & Denissen, J. J. A. (2020). The «Why» and «How» of Narcissism: A Process Model of Narcissistic Status Pursuit. En Perspectives on Psychological Science (Vol. 15, Número 1, pp. 150-172). https://doi.org/10.1177/1745691619873350
  • Grijalva, E., Harms, P., Newman, D. A., & Gaddis, B. (2013). Narcissism and Leadership: A Meta-Analytic Review of Linear and Nonlinear Relationships. En Academy of Management Proceedings (Vol. 2013, Número 1, p. 11731). https://doi.org/10.5465/ambpp.2013.11731abstract
  • Hamstra, M. R. W., Schreurs, B., Jawahar, I. M., Laurijssen, L. M. y Hunermund, P. (2021). Manager narcissism and employee silence: A socio-analytic theory perspective. Journal of Occupational and Organizational Psychology, 94, 29–54. https://bpspsychub.onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/joop.12337
  • Paulhus, D. L., & John, O. P. (1998). Egoistic and Moralistic Biases in Self‐Perception: The Interplay of Self‐Deceptive Styles With Basic Traits and Motives. En Journal of Personality (Vol. 66, Número 6, pp. 1025-1060). https://doi.org/10.1111/1467-6494.00041
  • Rosenthal, S. A., & Pittinsky, T. L. (2006). Narcissistic leadership. En The Leadership Quarterly (Vol. 17, Número 6, pp. 617-633). https://doi.org/10.1016/j.leaqua.2006.10.005
  • Watts, A. L., Lilienfeld, S. O., Smith, S. F., Miller, J. D., Keith Campbell, W., Waldman, I. D., Rubenzer, S. J., & Faschingbauer, T. J. (2013). The Double-Edged Sword of Grandiose Narcissism. En Psychological Science (Vol. 24, Número 12, pp. 2379-2389). https://doi.org/10.1177/0956797613491970

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Necesitamos adaptarnos a la vida sin distanciamiento social

  • 13/07/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Las medidas de distanciamiento social demostraron ser esenciales para frenar la propagación de la COVID-19 en todo el mundo, previniendo más de 500 millones de casos. No obstante, con el progreso de la vacunación y sus resultados favorables, muchos países han optado por levantar las medidas más restrictivas de distanciamiento social permitiendo, por ejemplo, reuniones sociales con ciertas condiciones. Pero el hecho de que ahora podamos reunirnos no significa que nuestros cerebros estén especialmente ansiosos por dejar a un lado el ambiente acogedor que armamos para explorar hasta la última serie de Netflix, con el fin de resurgir a la vida social anterior.

Una encuesta nacional realizada en EE.UU. encontró que el 36% de los adultos (incluyendo el 61% de los adultos jóvenes) informaron que se sintieron “seriamente solitarios” durante la pandemia. Podríamos pensar, entonces, que las personas estarían ansiosas por volver a las reuniones sociales; sin embargo casi la mitad de los estadounidenses informaron sentirse incómodos por volver a la interacción en persona, independientemente del avance de la vacunación.

¿Cómo se entiende esto? Los científicos explican que el cerebro es extraordinariamente adaptable, por lo que tanto el aislamiento social como la resocialización pueden afectarlo.

¿Qué nos enseñan las neurociencias sobre la necesidad de socializar?

Los seres humanos tenemos una necesidad evolutivamente cableada de socializar. En el reino animal mantener las redes sociales es fundamental para la supervivencia, ya sea que hablemos de insectos o primates. Los grupos sociales brindan perspectivas de apareamiento, caza cooperativa y protección contra los depredadores.

Pero la homeostasis social (el equilibrio adecuado de conexiones sociales) debe ser logrado, y para alcanzar esos beneficios son necesarias grandes redes sociales que aumentan la competencia por recursos y compañeros (Matthews & Tye, 2019). Debido a esto, los cerebros humanos desarrollaron circuitos especializados para medir las relaciones y hacer los ajustes correctos, al igual que un termostato social.

La homeostasis social involucra muchas regiones del cerebro (Lee et al., 2021), y en el centro está el circuito mesocorticolímbico o «sistema de recompensa» (Berridge & Kringelbach, 2015), el circuito que te motiva a comer chocolate cuando estás antojado de algo dulce. Del mismo modo, la reducción de la interacción social provoca antojos sociales, lo que produce patrones de actividad cerebral similares a la privación de alimentos (Tomova et al., 2020).

¿Qué pasa con nuestros cerebros durante el aislamiento social?

Como no es posible aislar personas y examinar sus cerebros, los científicos se sirven de estudios con animales de laboratorio para aprender más sobre el cableado social del cerebro. Debido a que los lazos sociales son esenciales en el reino animal, estos mismos circuitos cerebrales se encuentran en todas las especies (Matthews & Tye, 2019).

  • Un efecto destacado del aislamiento social es el aumento de la ansiedad y el estrés. Separar a los animales de sus compañeros de jaula aumenta el cortisol (la principal hormona del estrés) y los comportamientos similares a la ansiedad (Hawkley et al., 2012). Los estudios en humanos también apoyan esto, ya que las personas con círculos sociales pequeños tienen niveles más altos de cortisol y otros síntomas relacionados con la ansiedad similares a los animales de laboratorio socialmente desfavorecidos (Campagne, 2019). 

Evolutivamente, este efecto tiene sentido: los animales que pierden la protección del grupo deben volverse hipervigilantes para valerse por sí mismos (J. T. Cacioppo et al., 2006). Y no solo ocurre en la naturaleza. Un estudio encontró que las personas que se describen a sí mismas como «solitarias» están más atentas a las amenazas sociales como el rechazo o la exclusión (S. Cacioppo et al., 2016).

  • Otra región importante para la homeostasis social es el hipocampo, el centro de aprendizaje y memoria del cerebro (Lee et al., 2021). Los círculos sociales exitosos requieren que aprendas comportamientos sociales, como el desinterés y la cooperación (Phillips, 2018), y que distingas a los amigos de los enemigos. 

Varios estudios en animales muestran que incluso el aislamiento temporal de la edad adulta afecta tanto la memoria social (como reconocer un rostro familiar) como la memoria de trabajo (como recordar una receta mientras se cocina) (Almeida-Santos et al., 2019; Zorzo et al., 2019).

Un seguimiento a expedicionarios antárticos encontró que habían encogido el hipocampo después de solo 14 meses de aislamiento social (Stahn et al., 2019). De manera similar, los adultos con círculos sociales pequeños tienen más probabilidades de desarrollar pérdida de memoria y deterioro cognitivo más adelante en la vida (Evans et al., 2019).

Por más que tu cerebro se adapte al aislamiento, lo mismo puede ocurrir con la reconexión social

La resocialización podría revertir los efectos de la ansiedad y el estrés asociados al aislamiento, sugieren que la resocialización repara estos efectos (Mumtaz et al., 2018).

Un estudio encontró que los titíes anteriormente aislados primero tenían niveles más altos de estrés y cortisol cuando se resocializaban, pero luego se recuperaban rápidamente (Smith et al., 2011). También hallaron que los animales que alguna vez estuvieron aislados pasaron más tiempo aseando a sus nuevos amigos.

La memoria social y la función cognitiva también parecen ser muy adaptables.

Los estudios con ratones (Liu et al., 2018) y ratas informan que, si bien los animales no pueden reconocer a un amigo inmediatamente después de un aislamiento a corto plazo, recuperan rápidamente la memoria después de la resocialización.

Por otra parte, un estudio escocés reciente encontró que los residentes tenían cierto deterioro cognitivo durante las semanas más duras de encierro debido a la pandemia, pero se recuperaron rápidamente una vez que se aliviaron las restricciones (Ingram et al., 2021).

Aún son necesarias más investigaciones en estas áreas, pero mientras tanto podés aprovechar esos pequeños momentos sociales en el ascensor (aunque resulten incómodos), para recordar el camino hacia el restablecimiento de tu homeostasis social.

Referencias bibliográficas:

  • Almeida-Santos, A. F., Carvalho, V. R., Jaimes, L. F., de Castro, C. M., Pinto, H. P., Oliveira, T. P. D., Vieira, L. B., Moraes, M. F. D., & Pereira, G. S. (2019). Social isolation impairs the persistence of social recognition memory by disturbing the glutamatergic tonus and the olfactory bulb-dorsal hippocampus coupling. Scientific Reports, 9(1), 473. https://doi.org/10.1038/s41598-018-36871-6
  • Berridge, K. C., & Kringelbach, M. L. (2015). Pleasure Systems in the Brain. En Neuron (Vol. 86, Número 3, pp. 646-664). https://doi.org/10.1016/j.neuron.2015.02.018
  • Cacioppo, J. T., Hawkley, L. C., Ernst, J. M., Burleson, M., Berntson, G. G., Nouriani, B., & Spiegel, D. (2006). Loneliness within a nomological net: An evolutionary perspective. En Journal of Research in Personality (Vol. 40, Número 6, pp. 1054-1085). https://doi.org/10.1016/j.jrp.2005.11.007
  • Cacioppo, S., Bangee, M., Balogh, S., Cardenas-Iniguez, C., Qualter, P., & Cacioppo, J. T. (2016). Loneliness and implicit attention to social threat: A high-performance electrical neuroimaging study. Cognitive Neuroscience, 7(1-4), 138-159. https://doi.org/10.1080/17588928.2015.1070136
  • Campagne, D. M. (2019). Stress and perceived social isolation (loneliness). En Archives of Gerontology and Geriatrics (Vol. 82, pp. 192-199). https://doi.org/10.1016/j.archger.2019.02.007
  • Evans, I. E. M., Martyr, A., Collins, R., Brayne, C., & Clare, L. (2019). Social Isolation and Cognitive Function in Later Life: A Systematic Review and Meta-Analysis. Journal of Alzheimer’s Disease: JAD, 70(s1), S119-S144. https://doi.org/10.3233/JAD-180501
  • Hawkley, L. C., Cole, S. W., Capitanio, J. P., Norman, G. J., & Cacioppo, J. T. (2012). Effects of social isolation on glucocorticoid regulation in social mammals. Hormones and Behavior, 62(3), 314-323. https://doi.org/10.1016/j.yhbeh.2012.05.011
  • Ingram, J., Hand, C. J., & Maciejewski, G. (2021). Social isolation during COVID-19 lockdown impairs cognitive function. Applied Cognitive Psychology. https://doi.org/10.1002/acp.3821
  • Lee, C. R., Chen, A., & Tye, K. M. (2021). The neural circuitry of social homeostasis: Consequences of acute versus chronic social isolation. Cell, 184(10), 2794-2795. https://doi.org/10.1016/j.cell.2021.04.044
  • Liu, Y., Lv, L., Wang, L., & Zhong, Y. (2018). Social Isolation Induces Rac1-Dependent Forgetting of Social Memory. Cell Reports, 25(2), 288-295.e3. https://doi.org/10.1016/j.celrep.2018.09.033
  • Matthews, G. A., & Tye, K. M. (2019). Neural mechanisms of social homeostasis. Annals of the New York Academy of Sciences, 1457(1), 5-25. https://doi.org/10.1111/nyas.14016
  • Mumtaz, F., Khan, M. I., Zubair, M., & Dehpour, A. R. (2018). Neurobiology and consequences of social isolation stress in animal model—A comprehensive review. En Biomedicine & Pharmacotherapy (Vol. 105, pp. 1205-1222). https://doi.org/10.1016/j.biopha.2018.05.086
  • Phillips, T. (2018). The concepts of asymmetric and symmetric power can help resolve the puzzle of altruistic and cooperative behaviour. Biological Reviews of the Cambridge Philosophical Society, 93(1), 457-468. https://doi.org/10.1111/brv.12352
  • Smith, A. S., Birnie, A. K., & French, J. A. (2011). Social isolation affects partner-directed social behavior and cortisol during pair formation in marmosets, Callithrix geoffroyi. Physiology & Behavior, 104(5), 955-961. https://doi.org/10.1016/j.physbeh.2011.06.014
  • Stahn, A. C., Gunga, H.-C., Kohlberg, E., Gallinat, J., Dinges, D. F., & Kühn, S. (2019). Brain Changes in Response to Long Antarctic Expeditions. En New England Journal of Medicine (Vol. 381, Número 23, pp. 2273-2275). https://doi.org/10.1056/nejmc1904905
  • Tomova, L., Wang, K. L., Thompson, T., Matthews, G. A., Takahashi, A., Tye, K. M., & Saxe, R. (2020). Acute social isolation evokes midbrain craving responses similar to hunger. Nature Neuroscience, 23(12), 1597-1605. https://doi.org/10.1038/s41593-020-00742-z
  • Zorzo, C., Méndez-López, M., Méndez, M., & Arias, J. L. (2019). Adult social isolation leads to anxiety and spatial memory impairment: Brain activity pattern of COx and c-Fos. Behavioural Brain Research, 365, 170-177. https://doi.org/10.1016/j.bbr.2019.03.011

Fuente: The Conversation

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Postura sobre la distribución de riquezas y altura, ¿relacionadas?

  • 13/07/2021
  • Alejandra Alonso

¿Puede la altura de una persona estar relacionada con su postura en cuestiones sociopolíticas? Un estudio realizado con personas de 20 países diferentes nos ofrece algunos datos.

Thomas Richardson, el autor principal del estudio, se inspiró en una serie de investigaciones que sugerían que los hombres formidables tendían a mostrar menos apoyo por la igualdad y distribución de ingresos. Aunque este vínculo parece arbitrario, en psicología y sociología se ha recurrido a teorías evolucionistas para explicarlo y existen estudios que apoyan el vínculo entre la fortaleza corporal y las actitudes ante la igualdad.

Las personas formidables son dominantes ya sea por fuerza o musculatura. Expertos y expertas han propuesto que los ancestros masculinos con esos rasgos habrían estado mejor posicionados para usar su poder físico sobre otros, adquirir así recursos y subir su estatus. Al estar en la cima de la jerarquía, estos hombres se beneficiarían mucho más de la desigualdad social y, por ende, estarían menos inclinados a apoyar la igualdad.

Richardson se propuso saber si la altura de un hombre jugaría un rol en sus creencias sobre la distribución de riquezas. Los hombres altos son más formidables y, por lo tanto, deberían ser más propensos a apoyar la distribución desigual de recursos.

¿Cómo se realizó el estudio?

Para comprobar su hipótesis, Richardson usó los datos de 27,031 personas de 20 países europeos (13647 mujeres y 13357 hombres). En entrevistas, los participantes debían indicar el grado en que estaban de acuerdo o en desacuerdo con la idea de que “el gobierno debería tomar medidas para reducir las diferencias en el nivel del salario”. También dieron un autorreporte de su altura y completaron medidas de variables que podrían influir en sus actitudes hacia la distribución de riquezas, incluyendo orientación política, ingresos del hogar, educación y estar en una posición de autoridad en el trabajo.

¿Qué encontraron?

En la muestra, se observó que los participantes con mayor altura reportaron menos apoyo a la distribución igualitaria de riquezas en su país. Es interesante notar que este efecto parecía depender de los ingresos del participante. Entre las personas con mayores ingresos, ser alta/o estaba especialmente vinculado con un menor apoyo a la redistribución de riquezas. Pero entre los participantes con ingresos bajos, una mayor altura se vinculaba a más apoyo a la redistribución de ingresos.

Las interacciones continuaron siendo significativas incluso luego de controlar variables como la edad, el sexo, la educación, la orientación política y tener una posición de supervisor/a en el trabajo.

Para el autor, el hecho de que las creencias políticas puedan verse afectadas por factores que parecen no tener relación alguna con la política puede ser amenazante incluso para una democracia efectiva. Deben estudiarse estos factores, para que seamos conscientes de nuestros potenciales sesgos y podamos ponerlos sobre la mesa cuando sea necesario.

Para Richardson el siguiente paso es explorar el mecanismo a través del cual la altura influye en nuestras creencias sobre la redistribución de ingresos. Él cree que si la base está en la evolución, entonces los genes deberían estar involucrados. Adicionalmente, podría haber otras variables socioculturales involucradas que no fueron consideradas en el estudio.

Referencia del estudio: Richardson, T. (2021) Height is associated with more self-serving beliefs about wealth redistribution, Evolution and Human Behavior, Volume 42, Issue 4, Pages 287-294, ISSN 1090-5138, https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2020.12.001.

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cambios en la conectividad cerebral podrían relacionarse con el deterioro cognitivo autoinformado

  • 12/07/2021
  • Maria Fernanda Alonso

El deterioro cognitivo es una de las principales características de la demencia. La detección temprana puede ser clave para disminuir su progreso y procurar revertir sus efectos. Tras un seguimiento de adultos mayores que se quejaban por percibir que su capacidad cognitiva estaba empeorando, aunque las evaluaciones clínicas no mostraban ningún deterioro, investigadores encontraron que esto puede relacionarse con cambios significativos en la conectividad funcional en dos áreas del cerebro (Viviano & Damoiseaux, 2021).

¿Por qué es importante?

El deterioro cognitivo subjetivo, definido como un empeoramiento percibido de la capacidad cognitiva que no se observa en la evaluación clínica, puede ser un indicador temprano de demencia. Las alteraciones cerebrales que subyacen a la experiencia del declive podrían reflejar la progresión de la demencia incipiente y pueden surgir antes de que la evaluación cognitiva sea lo suficientemente sensible como para detectar un déficit. La investigación transversal previa ha demostrado una conectividad funcional cerebral aberrante en el deterioro cognitivo subjetivo, pero la evaluación longitudinal ha sido limitada.

Estudio

Sesenta y nueve mujeres, principalmente afroamericanas, de 50 a 85 años de edad, participaron de un seguimiento de tres años, en el que los investigadores utilizaron imágenes por resonancia magnética (IRM) en intervalos de 18 meses para estudiar la manifestación de cambios cognitivos. Todos los participantes autoinformaban un empeoramiento de su capacidad cognitiva, aunque las evaluaciones clínicas no mostraron deterioros.

El equipo de investigación realizó tres exploraciones de IRM en intervalos de 18 meses, las cuales mostraron cambios significativos en la conectividad funcional en dos áreas del cerebro. 

Resultados

Las personas que informaron más deterioro cognitivo subjetivo mostraron una mayor disminución en la conectividad entre los componentes de la red de modo predeterminado y un mayor aumento en la conectividad entre la prominencia y los componentes de la red de modo predeterminado. La conectividad funcional cambió en ausencia de un cambio en el rendimiento cognitivo.

Dado que estos cambios cerebrales ocurrieron sin cambios cognitivos concomitantes, podrían indicar que los cambios cerebrales subyacen a la percepción del deterioro. Estos cambios podrían ser un marcador sensible de la demencia naciente meses o años antes de que las evaluaciones detecten algún déficit cognitivo.

Referencia bibliográfica: Viviano, R. P., & Damoiseaux, J. S. (2021). Longitudinal change in hippocampal and dorsal anterior insulae functional connectivity in subjective cognitive decline. Alzheimer’s Research & Therapy, 13(1), 108. https://doi.org/10.1186/s13195-021-00847-y

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Relaciones románticas de pobre calidad y monitoreo de parejas alternativas

  • 12/07/2021
  • Alejandra Alonso

Se exploró la trayectoria de parejas no casadas durante 4 años y se observó que las personas que pasaban más tiempo pensando en parejas alternativas eran más propensas a engañar a sus parejas o romper la relación.

Se postula que las relaciones románticas se definen por una falta de interés en otras parejas. Entendiéndola de esta manera, la práctica de contemplar la posibilidad de parejas alternativas (a lacual se le llama monitoreo de alternativas románticas) ha sido vinculado con relaciones de pobre calidad. Adicionalmente, la infidelidad afecta profundamente a las relaciones, resultando muchas veces en su fin.

El equipo de investigación notó una falta de investigación sobre fidelidad y monitoreo alternativo. Ambas variables probablemente se influyen mutuamente. La infidelidad, a su vez, probablemente abre la puerta a considerar a otras posibles parejas y esto hace consciente la posibilidad de engañar. Es por eso que el equipo de investigadores se planteó explorar estas variables en un estudio longitudinal.

¿Cómo se realizó el estudio?

Se analizaron datos de un estudio previo sobre relaciones, enfocándose solo en los participantes que no estaban casados, en relaciones heterosexuales y entre las edades de 18 y 34 años (507 mujeres y 272 hombres). El estudio incluyó 8 olas de recolección de datos durante 4 años. Los momentos de recolección eran cada 4 o 6 meses, los participantes reportaban el punto hasta el que estaban considerando parejas alternativas.

Al final del estudio, se dividió a los participantes en 3 grupos:

  1. Los que se quedaron con sus parejas durante el tiempo que se mantuvo el estudio y no fueron infieles.
  2. Los que fueron infieles.
  3. Aquellos que experimentaron una ruptura con su pareja, pero no cometieron infidelidad.

¿Qué resultados encontraron?

Se observó que aquellos que rompían con sus parejas en algún punto (sin infidelidad) pensaban más en otras opciones de pareja que aquellos que se quedaban con su pareja (sin infidelidad).

Aquellos que fueron infieles en algún punto también pensaban más en otras opciones de pareja comparados con aquellos que se quedaron con sus parejas y no reportaron infidelidad. Es más, aquellos que sí engañaron a sus parejas, reportaron un aumento en el monitoreo alternativo llevándolos a la infidelidad, comparados con aquellos que se quedaron con sus parejas y no reportaron infidelidad. Este último grupo, que mostró una trayectoria más estable en su relación, en verdad reportó una ligera disminución en el pensamiento sobre parejas alternativas.

Los científicos notan que ambos cambios en el monitoreo alternativo, así como también el nivel en que una persona se involucra con este monitoreo, se vinculan estrechamente con relaciones de peor calidad. Sin embargo, ellos notan que la incertidumbre en cuanto al compromiso podría tener un rol importante y que futuros estudios deberían incluir esa variable.

Esta información podría ayudar a crear estrategias de intervención para parejas que están viviendo desafíos, por ejemplo al incluir estrategias para lidiar con la atracción a otras personas.

Referencia del estudio:Ritchie, L., Stanley, S., Rhoades, G. & Markman, H. (2020), Romantic Alternative Monitoring Increases Ahead of Infidelity and Break-up, Journal of Social and Personal Relationships, https://doi.org/10.1177/0265407520968633

Fuente: Psypost

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cómo tomar la siesta perfecta

  • 07/07/2021
  • David Aparicio

Tus ojos se vuelven pesados y se cierran gradualmente … ¡Pero espera! Es solo la hora del almuerzo y todavía tienes mucho que hacer. ¿Ayudaría tomar una siesta? ¿O descarrilaría tu día? Bueno, eso depende de algunas cosas, especialmente las etapas del sueño que incluye la siesta. En este video, Sara C. Mednick detalla los beneficios cognitivos de la siesta y explora la duración y la hora óptimas del día para una siesta rápida.

Recuerda que puedes activar la traducción automática de subtítulos desde el reproductor de Youtube.

Fuente: TED-Ed

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

No te preocupes. Las canas causadas por el estrés pueden revertirse

  • 07/07/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Resulta intuitivo pensar que el estrés puede acelerar el envejecimiento, lo sorprendente es que según un estudio reciente, el color del cabello se puede restaurar si se elimina el estrés (Rosenberg et al., 2021). 

Los autores comparan el pelo de una persona con los anillos en el tranco de un árbol: así como estos contienen información sobre décadas pasadas en la vida de un árbol, el cabello contiene información sobre la historia biológica de una persona: cuando los pelos todavía están debajo de la piel como folículos, están sujetos a la influencia de las hormonas del estrés y otras cosas que suceden en la mente y el cuerpo. Una vez que los pelos crecen fuera del cuero cabelludo, cristalizan permanentemente estas exposiciones en una forma estable.

¿Por qué es importante?

Comprender los mecanismos que permiten que los pelos “envejecidos” (canas) vuelvan a sus estados “jóvenes” (pigmentados) podría generar nuevas pistas sobre la maleabilidad del envejecimiento humano en general y cómo está influenciado por el estrés. Los resultados de esta investigación se suman a un creciente cuerpo de evidencia que demuestra que el envejecimiento humano no es un proceso biológico fijo y lineal, sino que puede, al menos en parte, detenerse o incluso revertirse temporalmente.

Metodología

Los investigadores utilizaron un método novedoso que consiste en dividir el pelo para documentar su pigmentación y capturar imágenes muy detalladas de pequeños cortes de cabello humano con el fin de cuantificar el grado de pérdida de pigmento (encanecimiento) en cada porción (cada rebanada, de aproximadamente 1/20 de milímetro de ancho, representa aproximadamente una hora de crecimiento del cabello). Al examinar estas porciones bajo un escáner de alta resolución es posible ver y medir pequeñas y sutiles variaciones de color.

En el estudio fueron analizados cabellos individuales de 14 voluntarios, quienes a su vez llevaron diarios de estrés. 

Hallazgos

Los autores notaron de inmediato que algunas canas recuperaron naturalmente su color original. Esto nunca había sido documentado cuantitativamente. 

Al alinear los cabellos con los diarios de estrés encontraron sorprendentes asociaciones entre el estrés y el encanecimiento del cabello y, en algunos casos, una reversión del encanecimiento con el cese del estrés.

Para comprender cómo el estrés causa las canas, los investigadores también midieron los niveles de miles de proteínas en los cabellos y cómo cambiaron a lo largo de cada cabello.

Los cambios en 300 proteínas ocurrieron cuando cambió el color del cabello, y los investigadores desarrollaron un modelo matemático que sugiere que los cambios inducidos por el estrés en las mitocondrias pueden explicar cómo el estrés vuelve el cabello gris. Ellos explicaron que las mitocondrias son como pequeñas antenas dentro de la célula que responden a una serie de señales diferentes, incluido el estrés psicológico.

La conexión mitocondrial entre el estrés y el color del cabello difiere de la descubierta en un estudio reciente con ratones, que encontró que el envejecimiento inducido por el estrés era causado por una pérdida irreversible de células madre en el folículo piloso. Con esta base, los autores entienden que el envejecimiento en las personas implica un mecanismo diferente, y este puede ser un caso en el que los hallazgos en ratones no se traducen bien en las personas.

Finalmente advierten que, si bien reducir el estrés es un buen objetivo para la vida, no necesariamente convertirá tu cabello de gris a tu color natural. “Creemos que el cabello debe alcanzar un umbral antes de que se vuelva gris. En la mediana edad, cuando el cabello está cerca de ese umbral debido a la edad biológica y otros factores, el estrés lo empujará por encima del umbral y pasará a las canas. Pero no creemos que reducir el estrés en una persona de 70 años que ha tenido canas durante años oscurecerá su cabello o que aumentar la tensión en una niña de 10 años será suficiente para inclinar su cabello por encima del umbral de las canas».

Referencia bibliográfica: Rosenberg, A. M., Rausser, S., Ren, J., Mosharov, E. V., Sturm, G., Ogden, R. T., Patel, P., Kumar Soni, R., Lacefield, C., Tobin, D. J., Paus, R., & Picard, M. (2021). Quantitative mapping of human hair greying and reversal in relation to life stress. eLife, 10. https://doi.org/10.7554/eLife.67437

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La pandemia no afectó la salud mental como muchos creen

  • 06/07/2021
  • Equipo de Redacción

Durante el último año se han llevado a cabo muchas investigaciones que examinan el impacto del COVID-19 sobre la salud mental de la población. La revista The Atlantic publicó recientemente un artículo escrito por tres expertos que han recopilado y analizado los datos en conjunto para ofrecernos una perspectiva global de la salud mental de las personas y cómo nos hemos adaptado. En Psyciencia hemos traducido el artículo y lo hemos adaptado para facilitar la comprensión. Si deseas puedes leer el artículo original aquí.

Acerca de los autores: Lara Aknin es profesora de psicología en la Universidad Simon Fraser y presidenta del Grupo de Trabajo de Salud Mental y Bienestar de la Comisión COVID-19 de The Lancet. Jamil Zaki es profesor de psicología en la Universidad de Stanford y director del Laboratorio de Neurociencia Social de Stanford. Es el autor del próximo libro, The War For Kindness: Building Empathy in a Fractured World. Elizabeth Dunn es profesora de psicología en la Universidad de Columbia Británica y coautora de Happy Money: The Science of Happier Spending.


Probablemente haz escuchado que la pandemia de coronavirus desencadenó una crisis mundial de salud mental. Esta narrativa se afianzó casi tan rápido como el propio virus. En la primavera de 2020, artículo tras artículo, incluso un artículo de opinión de uno de nosotros, advirtió sobre una inminente epidemia psicológica. Como han señalado los científicos clínicos y los psicólogos de la investigación, la pandemia de coronavirus ha creado muchas condiciones que podrían conducir a angustia psicológica: interrupciones repentinas y generalizadas de los medios de vida y las conexiones sociales de las personas; millones en duelo; y los más vulnerables sometidos a penurias duraderas. Un colapso global del bienestar parecía inevitable.

Formamos parte de un grupo de trabajo de salud mental, encargado por The Lancet, para cuantificar los efectos psicológicos de la pandemia. Cuando revisamos los mejores datos disponibles, vimos que algunos grupos, incluidas las personas que enfrentan estrés financiero, han experimentado un sufrimiento sustancial que les cambió la vida. Sin embargo, al observar la población mundial en su conjunto, nos sorprendió no encontrar la miseria prolongada que esperábamos.

Repasamos cerca de 1.000 estudios que examinaron a cientos de miles de personas de casi 100 países. Esta investigación midió muchas variables relacionadas con la salud mental, incluida la ansiedad, la depresión y las muertes por suicidio, así como la satisfacción con la vida. Nos centramos en dos tipos complementarios de evidencia: encuestas que examinaron grupos comparables de personas antes y durante la pandemia y estudios que rastrearon a las mismas personas a lo largo del tiempo. Ningún tipo de estudio es perfecto, pero cuando surgieron las mismas conclusiones de ambos conjuntos de evidencia, estuvimos más seguros de que estábamos viendo algo real.

Al comienzo de la pandemia, nuestro equipo observó en estos estudios lo que informaban los medios: los niveles promedio de ansiedad y depresión, así como angustia psicológica más amplia, aumentaron drásticamente, al igual que la cantidad de personas que experimentaban formas clínicamente significativas de estas afecciones. Por ejemplo, tanto en los EE. UU. Como en Noruega, los informes de depresión se triplicaron durante marzo y abril de 2020 en comparación con los promedios recopilados en años anteriores. Y en un estudio de más de 50.000 personas en todo el Reino Unido, el 27 por ciento mostró niveles de angustia clínicamente significativos al principio de la pandemia, en comparación con el 19 por ciento antes de la pandemia.

Pero cuando la primavera se convirtió en verano, sucedió algo extraordinario: los niveles promedio de depresión, ansiedad y angustia comenzaron a caer. Algunos conjuntos de datos incluso sugirieron que la angustia psicológica general volvió a niveles casi pre-pandémicos a principios del verano de 2020. Compartimos lo que aprendimos en un artículo que se publicará próximamente en Perspective on Psychological Science.

Seguimos investigando los datos para dar cuenta de cualquier anomalía. Por ejemplo, algunos de los conjuntos de datos provienen de manera desproporcionada de países ricos, por lo que ampliamos nuestra perspectiva geográfica. También consideramos que incluso si la pandemia no produjo una angustia intensa y prolongada, podría haber socavado la satisfacción general con la vida de las personas. Entonces, los miembros de nuestro equipo examinaron el conjunto de datos más grande disponible sobre ese tema, de la Encuesta mundial de Gallup. Esta encuesta pide a las personas que evalúen su vida en una escala de 10 puntos, siendo 10 la mejor vida posible y cero la peor. Muestras representativas de personas de la mayoría de los países del mundo responden a esta pregunta todos los años, lo que nos permite comparar los resultados de 2020 con los de años anteriores. Al observar el mundo en su conjunto, no vimos rastros de una disminución en la satisfacción con la vida: las personas en 2020 calificaron sus vidas en 5,75 en promedio, idéntico al promedio de años anteriores.

Al observar la población mundial en su conjunto, nos sorprendió no encontrar la miseria prolongada que esperábamos.

También nos preguntamos si las encuestas no estaban llegando a las personas que tenían más dificultades. Si apenas mantiene las cosas juntas, es posible que no responda las llamadas de un investigador. Sin embargo, los datos en tiempo real de fuentes gubernamentales oficiales en 21 países no mostraron un aumento detectable en los casos de suicidio de abril a julio de 2020, en comparación con años anteriores; de hecho, las tasas de suicidio disminuyeron ligeramente en algunos países, incluido EE. UU. Por ejemplo, California esperaba ver 1.429 muertes por suicidio durante este período, según datos de años anteriores; en cambio, ocurrieron 1.280.

Nos sorprendió la forma en que muchas personas superaron los desafíos psicológicos de la pandemia. Para dar sentido a estos patrones, miramos hacia atrás a un hallazgo clásico de la psicología: las personas son más resistentes de lo que ellos mismos se dan cuenta. Imaginamos que los acontecimientos negativos de la vida, como perder un trabajo o una pareja sentimental, serán devastadores durante meses o años. Sin embargo, cuando las personas experimentan estas pérdidas, su sufrimiento tiende a desaparecer mucho más rápido de lo que imaginaban.

La capacidad de resistir eventos difíciles también se aplica a traumas como vivir una guerra o sufrir lesiones graves. Estos incidentes pueden producir una angustia considerable y no queremos minimizar el dolor que sufren tantos. Pero estudio tras estudio demuestra que la mayoría de los sobrevivientes se recuperan rápidamente o nunca muestran un deterioro sustancial de la salud mental.

Los seres humanos poseen lo que algunos investigadores llaman un sistema inmunológico psicológico, una serie de habilidades cognitivas que nos permiten sacar el mejor partido incluso de la peor situación. Por ejemplo, después de romper con una pareja romántica, las personas pueden concentrarse en los hábitos molestos de su ex o disfrutar de su nuevo tiempo libre.

La pandemia ha sido una prueba del sistema inmunológico psicológico global, que parece más robusto de lo que imaginamos. Cuando las fuentes familiares de disfrute se evaporaron en la primavera de 2020, la gente se volvió creativa. Participaron en fiestas de cumpleaños, grupos de asistencia mutua, cócteles virtuales por la noche con viejos amigos y vítores nocturnos para los trabajadores de la salud. Algunas personas se volvieron muy buenas horneando. Muchos encontraron una manera de volver a tejer su tapiz social. De hecho, en múltiples conjuntos de datos grandes, los niveles de soledad mostraron solo un aumento modesto, con un 13.8 por ciento de los adultos en los EE. UU. que informaron en abril de 2020 que se sentían solos con frecuencia, en comparación con el 11 por ciento en la primavera de 2018.

Pero estas tendencias y promedios generales no deberían borrar las luchas reales (dolor inmenso, pérdida abrumadora, dificultades financieras) que tantas personas han enfrentado durante los últimos 17 meses. Por ejemplo, ese aumento del 2,8 por ciento en el número de estadounidenses que informaron de soledad la primavera pasada representa a 7 millones de personas. Como muchos aspectos de la pandemia, el costo de salud mental del coronavirus no se distribuyó de manera uniforme. Al principio, algunos segmentos de la población, incluidas las mujeres y los padres de niños pequeños, mostraron un aumento especialmente pronunciado en la angustia psicológica general. A medida que avanzaba la pandemia, los desafíos duraderos de salud mental afectaron de manera desproporcionada a las personas que enfrentaban problemas financieros, las personas que se enfermaron de COVID-19 y las que habían estado luchando con trastornos físicos y de salud mental antes de la pandemia. La resiliencia de la población en su conjunto no exime a los líderes de su responsabilidad de brindar apoyo tangible y acceso a servicios de salud mental a aquellas personas que han sufrido la angustia más intensa y que corren el mayor riesgo continuo.

Pero la asombrosa capacidad de recuperación que la mayoría de la gente ha mostrado frente a los cambios repentinos provocados por la pandemia tiene sus propias lecciones. Aprendimos que las personas pueden manejar cambios temporales en su estilo de vida, como trabajar desde casa, dejar de viajar o incluso aislarse, mejor de lo que parecían asumir algunos líderes.

Al mirar hacia los próximos grandes desafíos del mundo, incluida una futura pandemia, debemos recordar esta lección que hemos ganado con tanto esfuerzo: los seres humanos no somos víctimas pasivas del cambio, sino administradores activos de nuestro propio bienestar. Este conocimiento debería empoderarnos para realizar los cambios disruptivos que nuestras sociedades pueden requerir, incluso mientras apoyamos a las personas y comunidades que se han visto más afectadas.

Autores:

  • Lara Aknin es profesora de psicología en la Universidad Simon Fraser y presidenta del Grupo de Trabajo de Salud Mental y Bienestar de la Comisión COVID-19 de The Lancet.
  • Jamil Zaki es profesor de psicología en la Universidad de Stanford y director del Laboratorio de Neurociencia Social de Stanford. Es el autor del próximo libro, The War For Kindness: Building Empathy in a Fractured World.
  • Elizabeth Dunn es profesora de psicología en la Universidad de Columbia Británica y coautora de Happy Money: The Science of Happier Spending.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cómo ayudar a un ser querido que sufre problemas de salud mental

  • 05/07/2021
  • David Aparicio

La familia y amigos juegan un rol muy valioso a la hora de apoyar a las personas que atraviesan problemas de salud mental. Sabemos que no es una tarea sencilla y los amigos y familiares pueden sentirse desorientados a la hora de ofrecer ayuda.

Por eso he traducido y adaptado una guía publicada en TED-Ed por la terapeuta Sahaj Kaur Kohli, con 8 principios de lo que debes y lo que no debes hacer cuando ofreces ayuda a una persona con problemas de salud mental.

La guía está escrita en un lenguaje muy sencillo y de fácil acceso. Los familiares pueden leerla directamente o, si eres terapeuta puedes explicarla en la consulta y luego enviarla como recurso adicional para afianzar lo abordado en la sesión psicoeducativa.

Espero que sea de ayuda para tus pacientes y sus familias.

Primero, lo que puedes hacer:

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Escucha y valida

Siente curiosidad por saber con qué está luchando tu amigo y cómo le está afectando. En lugar de hacer preguntas de sí o no, haz preguntas abiertas para que pueda compartir su experiencia. Por ejemplo: “¿Qué está pasando?”, o “¿Cuánto tiempo has estado experimentando esto?”, o “¿Cómo es tu día a día?”,  preguntas así suelen ser bastante útiles.

Cuando tu ser querido responda, utiliza declaraciones de validación que lo ayudarán a sentirse escuchados y aceptados tal como son. Aquí hay un artículo que explica con más detalle qué es la validación.

Muchas personas con problemas de salud mental a menudo pueden culparse o juzgarse a sí mismas por lo que están pasando; algunos pueden sentir que sus luchas no son válidas porque creen que todo “está en su cabeza”. 

Por lo tanto, es importante que puedas validar lo difícil o dolorosa que es su experiencia. Puedes decirle a tu ser querido: “eso suena muy difícil”, para transmitirle que tiene sentido lo que está experimentando y sintiendo. 

Pregunta qué necesitan de ti

En lugar de suponer lo que sería útil para tu ser querido, pregúntale directamente: “¿Cómo puedo apoyarte?”, “¿Qué te sería útil en este momento?”. Recuerda: el apoyo es diferente para todas las personas y lo que tú necesitas cuando atraviesas una dificultad, no necesariamente será lo mismo para otra persona que la está pasando mal. 

Ofrécete para ayudar con las tareas diarias

A muchas personas que luchan con su salud mental les resulta increíblemente difícil tomar decisiones o realizar incluso tareas aparentemente pequeñas. En lugar de usar la popular frase: “estoy aquí para lo que me necesites”, trata de ser específico sobre lo que estás ofreciendo. De esta manera tu amigo no tendrá que soportar la carga de averiguar qué puede o no puede pedirte. 

Si lo visitas echa un vistazo a su alrededor y revisa cómo puedes ayudar. Quizás puedas cocinar, lavar los platos, limpiar el patio, regar las plantas, pasar la aspiradora o doblar la ropa. También puedes ofrecerte para llevarlos a una cita médica o llevarlos al supermercado para comprar comida o a una farmacia. Otra cosa que puedes hacer es enviarle una tarjeta de regalo para hacer las compras o un delivery, por ejemplo. 

Celebra sus victorias, incluidas las pequeñas

Los días más comunes pueden estar llenos de desafíos para una persona que están luchando con su salud mental. Por lo tanto, asegúrate de ver sus logros y victorias. Esto puede ayudar a reafirmar sus sentimientos de eficacia y autogestión. Por ejemplo, puedes agradecerle por ser honesto y vulnerable contigo o felicitarlo por ir al trabajo o sacar al perro a pasear con regularidad. 

Infórmate sobre lo que está pasando

Hay otra carga importante que puedes quitarle de sus hombros: tener que explicarte en detalle sus problemas de salud mental o diagnóstico. En vez de eso, tómate el tiempo para leer e informarte sobre lo que le está pasando. Por ejemplo, aprender más sobre la depresión, los ataques de pánico o la ansiedad. De esta manera podrás comprender un poco mejor su experiencia y ser consciente de los comportamientos o síntomas graves o de riesgo que debes tener en cuenta. 

En la actualidad hay muchos recursos con información útil, desde revistas científicas revisadas por pares y artículos de profesionales de salud mental hasta guías para familiares de personas con problemas de salud mental. 

Algunas guías recomendadas:

  • Familiar con depresión
  • Familiar con ansiedad
  • Familiar con esquizofrenia

Chequéalos con regularidad

Las personas con problemas de salud mental suelen sentir culpa por creer que son una carga para otras personas. Por lo tanto, habla frecuentemente con ellos (los mensajes de texto funcionan muy bien y no son intrusivos), hazle compañía cuando puedas y recuérdale a tu amigo o familiar que lo amas y que estás de su lado. 

Reconoce que no todos los problemas de salud mental tienen la misma forma

No todos los problemas de salud mental tienen el mismo aspecto. Algunas personas pueden tener problemas como resultado de un evento o circunstancia específica, mientras que otras pueden estar viviendo con un trastorno mental crónico. Si esto último es cierto para un ser querido, no esperes que lo “supere” como lo haría con una gripe.

Búscalo donde esté, recuérdale que comprendes que es algo con lo que está viviendo. Esto lo puedes hacer de diferentes maneras, dependiendo de lo que necesiten, por ejemplo: puedes comprender cuando cancelan sus planes porque han tenido un día muy difícil o adaptar tus planes para que ellos puedan participar. 

Normaliza hablar sobre salud mental

No esperes a que mencionen sus luchas, ni evites ser directo con ellos. Es importante que eliminemos el estigma de cuidar nuestra salud mental y hablemos de ello de la misma manera que hablaríamos sobre ir al médico o tomar medicamentos para una enfermedad física. Incluso podrías considerar abrirte y ser vulnerable al hablar sobre tu salud mental. De esta manera tu ser querido podrá sentirse en confianza y ser honesto sobre sus propios problemas de salud mental. 

Ahora, qué no deberías hacer:

No compares tu experiencia con la de otros

Es importante enfatizar este punto: las personas experimentan de manera diferente los problemas de salud mental. Con la intención de hacer sentir mejor a tu ser querido, es posible que sientas la tentación de decir algo como: “todo el mundo siente ansiedad, depresión, etc.”, o creas necesario mencionar que un conocido tuvo el mismo problema y que se ayudó con “x” estrategia. Pero resiste esa tentación. Aunque decir esas cosas puede ser útil en contextos muy específicos para normalizar la experiencia y hacer que las personas se sientan menos solas. También es muy posible que tengan un efecto contraproducente y que haga que tu ser querido se sienta presionado a superar el problema o que se minimice por lo que está pasando. 

Tampoco es muy útil recordarles por lo que deberían estar agradecidos. La positividad tóxica y la comparación con los demás pueden reforzar la idea de que los problemas no son importantes. 

No uses lenguaje estigmatizador

Ten cuidado con la forma en que hablas sobre la salud mental con tu amigo (¡y en general!). Evita usar palabras estigmatizantes como “loco”, o usar diagnósticos clínicos o medicamentos con ligereza en tus conversaciones. Por ejemplo: “eso es tan TOC” cuando alguien es muy organizado; o decirle a alguien “tomate tu pastilla” para que se calme. Tomate el tiempo para verificar tus propios prejuicios sobre la salud mental, atención y tratamientos. De esta manera le ahorrarás un dolor innecesario a tu ser querido. 

No tomes su comportamiento como algo personal

Las luchas por la salud mental de las personas a menudo no son lineales ni predecibles. Tal vez tu amigo se muestre conversador algún día y tal vez tu hermana siga cancelando las reuniones. Si bien puedes sentirte herido u ofendido por sus acciones, no asumas automáticamente que son un reflejo de cómo se siente tu ser querido contigo. 

En su lugar, usa estas señales como momentos para chequearlos, preguntarles qué puedes hacer para apoyarlos y recuérdales que estás disponible para ellos cuando te necesiten. 

No intentes controlar la situación

Cuando tienes a un ser querido que sufre o que está angustiado, es muy fácil intentar tomar el control de su vida y hacer los cambios necesarios que crees que aliviarán su sufrimiento. Pero esto disminuye su sentido de autogestión y autonomía. Debes acompañar a tu ser querido mientras navega sus propias luchas, sin dirigirlo ni presionarlo. Recuerda: no seas agresivo sobre lo que él o ella debería o no debería hacer y no le des ultimátums. 

No te desanimes

Puede sentirse impotente cuando estás ayudando y apoyando a un ser querido que está luchando y no ves que progresa. El hecho de que te sientas impotente no significa que no puedas ayudarlo. Tu ser querido no espera que le encuentres una solución mágica o que seas perfecto; sólo necesita que estés presente. 

No te agotes tratando de apoyar a tu ser querido

Cuanto mejor te cuides, mejor podrás apoyar a tu ser querido. Asegúrate de seguir cuidándote, haciendo las cosas que te gustan y recarga tus propias baterías mientras estás ahí para tu ser querido. Sé claro y directo acerca de tus límites y busca formas de respetar lo que necesitas para ayudarlos cuando te necesitan. 

No intentes arreglarlos

Las personas que luchan con su salud mental no están rotas y no necesitan ser reparadas. Al lanzarte con soluciones precipitadas y consejos, cuando no te los piden explícitamente, les estás enviado el mensaje de que lo que están viviendo está mal. Lo que en realidad sucede es que estás sintiendo tu propia incomodidad con lo que está pasando y quieres arreglarlo rápido. Ten en cuenta que tu impulso de intentar arreglar a un amigo o un familiar puede ser en realidad una manera de intentar aliviar y absolver tu propia incomodidad o ansiedad.

No evites los sentimientos que te surgen

Cuando vemos a nuestros seres queridos lidiando con algo doloroso, crónico o difícil de comprender, a menudo surgen nuestros propios sentimientos difíciles y nuestra propia incomodidad o ansiedad. Cuando esto sucede, es importante no esconder las emociones. Dedica tiempo para reflexionar sobre lo que sientes. 

Aquí hay algunas preguntas que puedes hacerte: ¿Estoy ansioso porque tengo miedo de lo que le pasara a mí ser querido? ¿Lo estoy evitando porque me siento impotente? ¿Estoy encontrándome con mis propios prejuicios y estigmas sobre la salud mental? ¿Estoy nervioso porque estoy resentido, agotado o simplemente confundido?

Es importante tener claridad sobre lo que sientes. De esta manera podrás cuidarte y seguir estando ahí para tu amigo o familiar. No te avergüences si te das cuenta de que podrías necesitar algún apoyo o atención profesional. Busca en tu localidad centros de apoyo que puedan ayudarte a cuidarte y apoyar a tu ser querido. 

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Consumir cafeína con frecuencia se asoció con mayor riesgo de enfermedad ocular cegadora

  • 02/07/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Ingerir grandes cantidades de cafeína al día puede casi cuadriplicar el riesgo de glaucoma para las personas con predisposición genética a una presión ocular más alta, según un estudio internacional multicéntrico. Esta investigación mostró, por primera vez, una interacción genética-dietaria en el glaucoma. Sus resultados sugieren que los pacientes con un fuerte historial familiar de glaucoma deberían reducir el consumo de cafeína (Kim et al., 2021).

El glaucoma comprende un grupo de afecciones oculares que dañan el nervio óptico, cuya función más importante es recoger la sensibilidad de la vista y los daños que sufra pueden causar la pérdida de la visión. Frecuentemente, este daño se produce por una presión en el ojo más alta de lo normal. Si bien puede producirse a cualquier edad, es más común en adultos mayores y, de hecho, es una de las principales causas de ceguera para las personas con más de 60 años. 

La presión intraocular (PIO) elevada es un factor de riesgo integral para el glaucoma, aunque otros factores contribuyen a esta afección. Muchas formas de glaucoma no presentan signos de advertencia. El efecto es tan gradual que es posible que no notes un cambio en la vista hasta que la afección se encuentre en una etapa avanzada.

Estudio

Los investigadores analizaron los registros de más de 120.000 personas entre los años 2006 y 2010. La información provino del UK Biobank, una base de datos biomédica a gran escala. Los participantes tenían entre 39 y 73 años y proporcionaron sus registros de salud junto con muestras de ADN, recolectadas para generar más datos. Respondieron a repetidos cuestionarios sobre su dieta enfocados en cuántas bebidas con cafeína tomaban diariamente, cuántos alimentos que contenían cafeína ingerían, los tipos específicos y el tamaño de las porciones. También respondieron preguntas sobre su visión, incluidos detalles sobre si tienen glaucoma o antecedentes familiares de glaucoma. Tres años después de iniciado el estudio, se les revisó la PIO y sus medidas oculares.

Los autores del estudio observaron la relación entre la ingesta de cafeína, la PIO y el glaucoma autoinformado mediante la ejecución de análisis multivariables. Luego evaluaron si tener en cuenta los datos genéticos modificaba estas relaciones. Asignaron a cada sujeto una puntuación de riesgo genético de PIO y realizaron análisis de interacción.

Hallazgos

La ingesta alta de cafeína no se asoció con un riesgo elevado de mayor PIO o glaucoma en general; sin embargo, entre los participantes con la predisposición genética más fuerte a la PIO elevada, dentro del 25% más alto, un mayor consumo de cafeína se asoció con PIO más alta y una mayor prevalencia de glaucoma. Más específicamente, aquellos que consumieron la mayor cantidad de cafeína diaria, más de 480 miligramos (que son aproximadamente cuatro tazas de café) tuvieron una PIO de 0.35 mmHg más alta. Además, aquellos en la categoría de puntaje de riesgo genético más alto que consumieron más de 321 miligramos de cafeína al día (aproximadamente tres tazas de café) tuvieron una prevalencia de glaucoma 3.9 veces mayor en comparación con aquellos que bebieron poca o ninguna cafeína y estaban en el nivel genético de riesgo más bajo. 

Estos hallazgos sugieren que las personas con mayor riesgo genético de glaucoma pueden beneficiarse de moderar su ingesta de cafeína. No obstante, destacan los investigadores que el vínculo entre la cafeína y el riesgo de glaucoma solo se observó con una gran cantidad de cafeína y en aquellos con el mayor riesgo genético. 

Referencia bibliográfica: Kim, J., Aschard, H., Kang, J. H., Lentjes, M. A. H., Do, R., Wiggs, J. L., Khawaja, A. P., Pasquale, L. R., & Modifiable Risk Factors for Glaucoma Collaboration. (2021). Intraocular Pressure, Glaucoma, and Dietary Caffeine Consumption: A Gene-Diet Interaction Study from the UK Biobank. Ophthalmology, 128(6), 866–876. https://doi.org/10.1016/j.ophtha.2020.12.009

Fuente: Science Daily

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