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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Neuronas espejo, una teoría de la empatía con evidencia muy pobre

  • 04/04/2019
  • David Aparicio

Las neuronas espejo fueron descritas por primera vez en la década de los 90’, cuando un grupo de investigadores italianos estudiaba la respuesta cerebral del movimiento de la mano y la mandíbula en un grupo de monos macacos. En ese experimento los científicos encontraron que un grupo de células de la corteza premotora se activaba cuando observaban a otros monos llevarse comida a su boca. Los investigadores hipotetizaron que este tipo de neurona también estaba presente en el cerebro de los humanos y que podría desempeñar un papel importante en la imitación y comprensión de las conductas de las otras personas.

Este hallazgo fue recibido con mucho entusiasmo y fue considerado como uno de los descubrimientos más importantes de la neurociencia moderna. Si se sabe cuál es la neurona que activaba la empatía, entonces se podrían crear tratamientos para activar estas células en personas con problemas para entender la reacción emocional de los otros, como por ejemplo el autismo.

Más de 20 años han pasado. La explicación de las neuronas espejo fue tomada como un hecho, porque cuando se habla de neurociencia y cerebro, todo parece ser más científico. Pero la realidad ha sido muy diferente. Diversos investigadores han cuestionado la explicación neurocentrista de la empatía, y ahora se suma un nuevo metanálisis en proceso de publicación que no ha encontrado evidencia que respalde esta teoría.

El análisis identificó 52 investigaciones relevantes sobre las neuronas espejo que incluyeron en conjunto a más de 1,000 participantes. Estos estudios utilizaron diferentes métodos de exploración cerebral (resonancia magnética funcional, el electroencefalograma y la estimulación magnética), y de empatía (informes de auto-reporte, evaluaciones de empatía motora (respuestas automáticas que copian el movimiento de las personas, el reconocimiento facial de las emociones, entre otros). Lo que representó un desafío a la hora de interpretar los datos de cada estudio revisado. Por lo tanto, los investigadores categorizaron la respuesta empática en tres categorías principales: empatía motora, empatía emocional y empatía cognitiva. Estos fueron los resultados:

  • No se encontró evidencia que asocie la actividad de las neuronas espejo con la empatía motora.
  • No hay evidencia del vínculo entre la actividad de las neuronas espejo en el lóbulo parietal inferior, un área cerebral clave donde se cree que estas células residen, y sólo se encontró evidencia débil entre la actividad de las neuronas espejo y el giro inferior frontal.
  • En cuanto a la empatía cognitiva, no hay evidencia de que las neuronas espejo tengan un vínculo con la activación del lóbulo parietal inferior y los datos son muy débiles cuando se analiza la relación con la activación del giro inferior frontal.

Por más que nos gustaría creer que la ciencia ha encontrado la base material de la empatía, las investigaciones demuestran que no hay evidencia suficiente que nos permita afirmar que un tipo de neurona es el responsable de una respuesta psicológica compleja. Siempre es bueno recordar que toda conducta es el producto de una compleja interacción entre las bases biológicas de nuestro organismo y el ambiente. Intentar establecer una causa única material, como un tipo de neurona, es uno de los desaciertos más grandes de la ciencia moderna.

Referencia del estudio original: Is the Putative Mirror Neuron System Associated with Empathy?A Systematic Review and Meta-Analysis

Fuente: BPS Research Digest

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David Aparicio

Editor general y cofundador de Psyciencia.com. Me especializo en la atención clínica de adultos con problemas de depresión, ansiedad y desregulación emocional.

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