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Hay aromas que nos conectan con recuerdos y emociones específicas. En mi caso, el olor a bloqueador solar me traslada a tiempos de relajación, calma, sol, mar y arena.
Pero no se trata simplemente de experiencias personales. Existen estudios que han apoyado esta evidencia anecdótica.
Rachel Hertz y su equipo (2004) encontraron que un grupo de cinco mujeres mostraron mayor actividad cerebral al oler un perfume que asociaban a recuerdos positivos, comparado con un perfume que nunca antes habían olido. Además, la actividad cerebral era mayor que la observada cuando las participantes simplemente veían la botella de perfume.
En 2013, Artin Arshamiam y colaboradores hallaron mayor actividad cerebral asociada a estímulos olfativos comparados con estímulos visuales. Otros estudios también encontraron un vínculo entre los olores y emociones intensas y difíciles, conexión que podría tener un rol clave en el trastorno por estrés postraumático (Vermetten y Bremner, 2003).
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¿Por qué sucede esto?
El proceso a través del cual las moléculas en el aire son convertidas por nuestro cerebro en lo que interpretamos como olor, es complicado.
Cuando entramos en contacto con un olor, o molécula de sustancias volátiles en el aire, las neuronas que componen nuestras células receptoras envían una señal a una parte del cerebro llamada bulbo olfatorio. Richard Axel y Linda Buck, quienes ganaron un premio nobel por descifrar todo este proceso, encontraron que cerca de 1000 genes se involucraban en la codificación de diferentes tipos de receptores olfativos, cada uno de los cuales se enfoca en un pequeño grupo de olores. Esas señales pasan a microrregiones dentro del bulbo olfatorio donde, de nuevo, otras microrregiones diferentes se especializan en los distintos olores. Luego el bulbo olfatorio se encarga de interpretar esas señales como lo que percibimos como olores.
Tu bulbo olfatorio corre desde tu nariz hasta la base de tu cerebro y tiene conexión directa con la amígdala (que es responsable de procesar emociones) y el hipocampo (área vinculada a la memoria y la cognición). Los neurocientíficos creen que estas conexiones cercanas entre regiones cerebrales podrían explicar porque nuestro cerebro aprende a asociar olores con ciertas memorias emocionales.
Referencias de los bibliográfica:
Arshamian A, Iannilli E, Gerber JC, et al. The functional neuroanatomy of odor evoked autobiographical memories cued by odors and words. Neuropsychologia. 2013;51(1):123-131. doi:10.1016/j.neuropsychologia.2012.10.023
Herz RS, Eliassen J, Beland S, Souza T. Neuroimaging evidence for the emotional potency of odor-evoked memory. Neuropsychologia. 2004;42(3):371-378. doi:10.1016/j.neuropsychologia.2003.08.009
Vermetten E, Bremner JD. Olfaction as a traumatic reminder in posttraumatic stress disorder: case reports and review. J Clin Psychiatry. 2003;64(2):202-207. doi:10.4088/jcp.v64n0214
Fuente: Scientific American