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Publicaciones por mes

enero 2019

50 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Conferencias sobre el análisis funcional de la conducta

  • Karemi Rodríguez Batista
  • 18/01/2019

Recomendado: La relación terapéutica no es un arte” Análisis de la relación terapéutica desde la mirada conductista

Amigos y colegas de todas partes del mundo. Estamos muy contentos de poderos compartir un recurso invaluable que la Sociedad para el Avance del Estudio Científico del Comportamiento (SAVECC) y la  Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) ponen a vuestra disposición. Se trata de una serie de 40 vídeos de libre acceso (que podéis ver desde la comodidad de vuestra casa o desde donde estéis) grabaciones de las ponencias dadas en el segundo congreso de SAVECC. Aunque fueron realizadas en el año 2013, creemos que pudieran ser relevantes para vuestra formación y servir para ampliar vuestra visión e interés en el campo del análisis funcional del comportamiento. Podéis informaros sobre los futuros congresos y otras actividades en la página de SAVECC.

A continuación os detallamos de manera general la estructura de la serie de ponencias a la cual podéis acceder desde AQUÍ. Para una información más detallada, os animamos a consultar el libro de resúmenes.  

Contenido de la serie

Conferencia inaugural: El conductismo de Watson en su época y en la actualidad, por el Dr. Jesús Gómez Bujedo de la Universidad de Huelva

Mesa Comunicación libre I: Investigación con animales no humanos

Mesa Comunicación libre II: Formación de categorías y relaciones de equivalencia-equivalencia

Mesa específica: Análisis de la conducta en la Neurociencia

Coordina: Miguel Miguens

Mesa Comunicación libre III: Conducta verbal

Mesa Comunicación libre IV: Análisis conductual aplicado

Mesa específica: Psicología del deporte

Coordina: José María Buceta de la UNED

Mesa específica: Emergencia de habilidades verbales en niños y análisis de capacidades en el desarrollo

Coordina: Luis Antonio Pérez-González de la Universidad de Oviedo

Mesa específica: Terapias de tercera generación I

Coordina: Luis Valero y Rafael Ferro de la Universidad de Málaga y Centro CEDI, Granada

Mesa específica: Terapias de tercera generación II

Coordina: Luis Valero y Rafael Ferro de la Universidad de Málaga y Centro CEDI, Granada

Conferencia de clausura: Lessons from the scientific revolution to psychology, por el  Dr. Armando Machado de la Universidade do Minho (Portugal)

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Rasgos psicopáticos relacionados con problemas de integración neuronal

  • David Aparicio
  • 17/01/2019

A las personas con rasgos psicopáticos les toma más tiempo y energía evaluar los riesgos y consecuencias que sus acciones puedan tener. Esto se debe a que su red neuronal tiene mayores dificultades para integrar rápidamente la información que proviene del entorno.

Con la ayuda de un electroencefalograma los investigadores examinaron la actividad eléctrica cerebral de 172 personas y encontró que aquellos que puntuaban alto en las pruebas de psicopatía tenían una comunicación neuronal más pobre que otras personas. El estudio fue reportado en la revista académica Psychophysiology.

¿Cómo se traduce esto? Los investigadores lo explican con un buen ejemplo:

Al decidir si robar o no a alguien que camina por la calle, una persona no piscopática sería capaz de procesar rápidamente múltiples aspectos de la situación tales como: los beneficios potenciales de robar a esa persona (es decir, el objetivo/recompensa), el impacto potencial o el daño que sus acciones podrían tener en la otra persona, y las posibles consecuencias de esa acción para ellos mismos (por ejemplo, el riesgo de ser atrapados y arrestados), utilizar / integrar todos estos aspectos para tomar una decisión.

En cambio, una persona con rasgos psicopáticos podrían tardar mucho tiempo en integrar esa información. Lo que significa que en el momento en que realmente decida actuar, solo habrá procesado los beneficios potenciales del robo, y por lo tanto, no pueden incorporar/explicar otros aspectos de la situación (daños a los demás) y las propias consecuencias negativas que pueda acarrear (castigo/ encarcelamiento) en su proceso de toma de decisiones.

Gracias a los datos de esta investigación ahora se cuenta con evidencia de que en general la comunicación neuronal en las personas con rasgos psicopáticos es ineficiente. Sin embargo, vale destacar que todavía no se sabe con claridad qué partes especificas del cerebro no logran integrar la información de manera efectiva. Esto es una limitación que tendrá que explorarse más adelante.

Referencia del estudio original: Tillem S, van Dongen J, Brazil IA, Baskin‐Sommers A. Psychopathic traits are differentially associated with efficiency of neural communication. Psychophysiology. 2018;55:e13194. https://doi.org/10.1111/psyp.13194

Fuente: Psypost

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  • Cursos recomendados

El cerebro del niño (curso online)

  • David Aparicio
  • 17/01/2019

Un completo curso enfocado en la educación y maternidad con el conocimiento y formación de la investigación neurocientífica.

Durante los 6 primeros años de vida el cerebro del niño tiene un potencial que no volverá a tener nunca. ¡Aprovecha todos los conocimientos acerca del desarrollo cerebral para apoyar su desarrollo intelectual y emocional con el curso online El cerebro del niño.
Parte 1. Breve introducción acerca del cerebro de los niños

Parte 2. Educar en positivo: como apoyar comportamientos positivos y poner límites y alternativas al castigo con confianza y cariño

Parte 3. Inteligencia emocional: cómo apoyar el desarrollo de una buena autoestima, confianza, optimismo y pensamiento positivo

Parte 4. Desarrollo intelectual: cómo ayudar a tu pequeño a desarrollar su memoria, atención y capacidades intelectuales a través de vuestras conversaciones y juegos cotidianos.

Este curso es una guía clara y práctica para que cualquier padre consiga apoyar el desarrollo emocional e intelectual de su hijo. Con un lenguaje sencillo y claro, las explicaciones acerca de cómo se puede apoyar el desarrollo cerebral pleno de las funciones intelectuales y habilidades emocionales van acompañadas de ejercicios y sugerencias que puedes aplicar desde la primera clase. Para padres que quieren potenciar las capacidades de su hijo SIN presionarle.

Con 35 clases prácticas, el curso te va a aportar todos los conocimientos, ideas y experiencias que te van a permitir sentirte completamente satisfecho en tu labor como papá o mamá y afianzar el vínculo con tu hijo. No hace falta que tengas ningún conocimiento acerca del cerebro, sólo el deseo de aprender cómo puedes apoyar a tus hijos o alumnos en su desarrollo. Es el curso más completo de desarrollo emocional e intelectual. ¡No te lo pierdas!

¿Para quién es este curso?

  • Este curso es para cualquier padre que quiera ayudar a sus hijos a tener un desarrollo intelectual y emocional pleno
  • El mayor aprovechamiento lo tendrán padres de niños de entre 1 y 6 años de edad, aunque muchos de sus contenidos pueden ser de provecho para maestros de educación infantil o padres de niños algo mayores con problemas de comportamiento o necesidades educativas especiales.

¿Qué incluye el curso?

  • 7 horas de video bajo demanda
  • 45 recursos descargables
  • Acceso de por vida
  • Acceso en dispositivos móviles y TV
  • Certificado de finalización

Con más de 9,000 estudiantes inscritos el curso online de El cerebro del niño, se ha convertido en uno de cursos de especialización más importantes de la plataforma de educación online UDEMY. Inscríbete hoy.

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Sin categoría

Fragmentos de ADN relacionados con la vulnerabilidad del TDAH

  • Alejandra Alonso
  • 17/01/2019

Un estudio internacional se concentró en el análisis del genoma de 20,183 personas diagnosticadas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y 35,191 personas en el grupo control a nivel mundial. A través de este gran trabajo se lograron identificar 12 fragmentos específicos de ADN relacionados a la vulnerabilidad al TDAH.

El estudio, que se publicó en Nature Genetics, contó con la participación de más de 80 científicos.

El primer estudio global de TDAH a escala genómica

El TDAH es uno de los trastornos del neurodesarrollo más comunes en niños y adolescentes: afecta a cerca del 5% de los niños y al 2.5% de los adultos. Ya hemos hablado sobre sus características y modelos explicativos en diferentes artículos.

Si bien no se conoce su origen, en general se acepta que el TDAH es el resultado de factores ambientales (tóxicos, psicológicos, sociales, etc.) con una base hereditaria poligenética (que explica en gran parte el trastorno).

La investigación en cuestión es la más grande a escala genómica hasta ahora y se ha enfocado en el rol de variables genéticas comunes en la población general. Fue dirigida por expertos como Benjamin M. Neale, Anders D. Børglum y Stephen V. Faraone y contó con el apoyo de plataformas internacionales como Psychiatric Genomics Consortium (PGC), la Early Genetics and Lifecourse Epidemiology (EAGLE Consortium) y la Roadmap Epigenomics Mapping Consortium.

Metodología

El equipo internacional analizó cerca de 10 millones de posiciones (loci) del genoma en más de 50,000 personas de diferentes países de Europa, EE.UU., Canadá y China. A través del Whole Genome Association Study (WGAS), analizaron los cambios en un nucleótido del ADN (SNP), el más común en el genoma humano.

El estudio reveló que estas variables genéticas comunes “pesan un 21% del total de la genética del TDAH”, explica Bru Cormand, jefe del grupo de investigación en Neurogenética de la Facultad de Biología de la UB. “Además, la mayoría de las alteraciones genéticas que se identificaron se encuentran en regiones del genoma que se mantienen a lo largo de la evolución, lo que destaca su relevancia funcional”.

En particular, EL grupo internacional de científicos, identificó 12 segmentos genómicos (la mayoría de los cuales corresponde a genes específicos) que se relacionarían mucho con una vulnerabilidad al TDAH. Específicamente, muchos de los cambios genéticos que se relacionan al trastorno, afectan elementos reguladores de la expresión de genes en el cerebro.

Genes más relevantes

Muchos de los loci se localizan en o cerca de genes implicados en el proceso de neurodesarrollo, los cuales probablemente sean relevantes para el TDAH, incluyendo los siguientes genes: FOXP2, SORCS3 y DUSP6.

El gen FOXP2, uno de los genes más estudiados en relación al desarrollo del lenguaje en humanos, codifica una proteína clave en la creación de la sinopsis neuronal y el aprendizaje. Este gen ha sido considerado como el gen candidato para TDAH en estudios previos, en los que participaron autores catalanes que también formaron parte del estudio actual. El gen FOXP2 es uno de los pocos genes que aparece de nuevo en bibliografía científica relacionados a mapas genéticos de TDAH.

Otro gen identificado (DUSP6) esta involucrado en el control de neurotranmisores dopaminérgicos, un blanco de los tratamientos farmacológicos más comunes para TDAH. También el gen SEMA6D, expresado en el cerebro durante el desarrollo embrionario, podría tener un rol importante en la creación de ramas neuronales.

El trabajo de este grupo de científicos hace una revisión de las posibles bases genéticas compartidas entre TDAH y más de 200 fenotipos (psiquiátricos y no psiquiátricos). Según Cormand, los resultados de la revisión revelan una correlación entre el TDAH, la depresión mayor, comportamientos de salud riesgosos (obesidad, fumar), el insomnio, tener hijos a una edad más temprana y tener más hijos, conducta sexual riesgosa, mayor riesgo de TDAH en niños de padres jóvenes y bajos logros académicos, .

Investigaciones previas, llevadas a cabo con gemelos, probaron que el 75% del trastorno puede ser explicado por factores genéticos. Ésta revisión comienza a definir de manera más específica el paisaje genético del TDAH, que contribuye a la vulnerabilidad al trastorno. Sin embargo, según los científicos, aunque sus hallazgos son sólidos solamente explican una modesta parte del trastorno.

Los autores aseguran que su investigación refuerza la idea de que el TDAH es un trastorno con bases biológicas y que la genética influye mucho en éste.

Referencias del estudio original: Ditte Demontis, Raymond K. Walters, Joanna Martin, Manuel Mattheisen, Thomas D. Als, Esben Agerbo, Gísli Baldursson, Rich Belliveau, Jonas Bybjerg-Grauholm, Marie Bækvad-Hansen, Felecia Cerrato, Kimberly Chambert, Claire Churchhouse, Ashley Dumont, Nicholas Eriksson, Michael Gandal, Jacqueline I. Goldstein, Katrina L. Grasby, Jakob Grove, Olafur O. Gudmundsson, Christine S. Hansen, Mads Engel Hauberg, Mads V. Hollegaard, Daniel P. Howrigan, Hailiang Huang, Julian B. Maller, Alicia R. Martin, Nicholas G. Martin, Jennifer Moran, Jonatan Pallesen, Duncan S. Palmer, Carsten Bøcker Pedersen, Marianne Giørtz Pedersen, Timothy Poterba, Jesper Buchhave Poulsen, Stephan Ripke, Elise B. Robinson, F. Kyle Satterstrom, Hreinn Stefansson, Christine Stevens, Patrick Turley, G. Bragi Walters, Hyejung Won, Margaret J. Wright, Ole A. Andreassen, Philip Asherson, Christie L. Burton, Dorret I. Boomsma, Bru Cormand, Søren Dalsgaard, Barbara Franke, Joel Gelernter, Daniel Geschwind, Hakon Hakonarson, Jan Haavik, Henry R. Kranzler, Jonna Kuntsi, Kate Langley, Klaus-Peter Lesch, Christel Middeldorp, Andreas Reif, Luis Augusto Rohde, Panos Roussos, Russell Schachar, Pamela Sklar, Edmund J. S. Sonuga-Barke, Patrick F. Sullivan, Anita Thapar, Joyce Y. Tung, Irwin D. Waldman, Sarah E. Medland, Kari Stefansson, Merete Nordentoft, David M. Hougaard, Thomas Werge, Ole Mors, Preben Bo Mortensen, Mark J. Daly, Stephen V. Faraone, Anders D. Børglum, Benjamin M. Neale. Discovery of the first genome-wide significant risk loci for attention deficit/hyperactivity disorder. Nature Genetics, 2018; DOI: 10.1038/s41588-018-0269-7

Fuente: Science Daily

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  • Salud Mental y Tratamientos

Solución de problemas basada en la evidencia en 5 pasos

  • David Aparicio
  • 16/01/2019

Muchos pacientes llegan a la consulta psicológica porque están atascados ante un problema (familiar, laboral, económico, pareja, etc) que no saben cómo solucionar. Lo que convierte a las estrategias de resolución de problemas en una de las técnicas indispensables para todo psicólogo clínico.

En este video el psicólogo mexicano Ray González explica brevemente en qué consiste las estrategias basadas en la evidencia para solucionar problemas, cómo implementarlas en la sesión terapéutica y cómo ayudar a los pacientes para que se puedan apropiar de estas estrategias y las añadan a su repertorio conductual.

En resumen el video presenta los cinco principios que fundamentan las estrategias de resolución de problemas basadas en evidencia:

  1. Orientación hacia el problema positiva.
  2. Definir y conceptualizar el problema
  3. Generación de alternativas
  4. Evaluar alternativas
  5. Implementación y verificación

Ray explica elocuentemente los cinco principios mencionados y utiliza ejemplos claros que facilitan la comprensión y aplicación de dichas estrategias.

Te recomiendo suscribirte a Divulgación psicológica, su canal de Youtube, donde publican regularmente videos explicativos y entrevistas. Es una buena iniciativa que los psicólogos no debemos dejar de apoyar.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Noviazgos violentos: ¿Qué lleva al adolescente a una relación agresiva?

  • Espacio Vida
  • 16/01/2019

Según información del Psychology Today, datos de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) muestran que aproximadamente el 10% de los estudiantes de secundaria en EE.UU han informado ser víctimas de violencia física y sexual por su pareja en los últimos 12 meses. Las niñas y mujeres jóvenes entre las edades de 16 y 24 años son las más susceptibles a la violencia entre parejas (aproximadamente el triple del promedio nacional).

Según una encuesta del CDC, el 23% de las mujeres y el 14% de los hombres que sufrieron abusos por parte de una pareja íntima, primero lo experimentaron entre las edades de 11 y 17 años. Lamentablemente, muchos de estos jóvenes temen informar el abuso, por lo que es probable que la cantidad de incidentes de abuso sea mucho más alta de lo que se documenta.

Las niñas y mujeres jóvenes entre las edades de 16 y 24 años son las más susceptibles a la violencia entre parejas

En la segunda etapa de la vida, donde la adolescencia llega con una carga emocional y afectiva que busca ser expresada y experimentada en sus relaciones interpersonales; el adolescente empieza a descubrir el agrado de la atracción sexual, buscar privacidad en sus relaciones sociales y tener el placer de estar cerca de otros.

Sus pensamientos se transforman en acting out (acciones hacia fuera), en lugar de hablarlo comienzan con los primeros contactos en formas de noviazgos y enamoramientos. Las mujeres descubren el poder de la seducción y los hombres aprenden los comportamientos de conquista.

La manera de vincularse de los adolescentes es la representación de su mundo interno

La forma en que los jóvenes y adolescentes llevan sus noviazgos y enamoramientos es el producto del desarrollo de sus primeros vínculos con sus padres. La infancia es una relación a nivel físico por el contacto que recibe por su dependencia, hasta la adolescencia donde la expresión emocional es selectiva. Todo esto va a construir la psiquis del niño a un joven adolescente que empieza a llevar sus primeros contactos desde la psico-sexualidad.

Estudios en el campo del desarrollo a nivel biológico y emocional de investigadores cómo Daniel Siegel, Bruce Perry y Stephen Porges demuestran que la primeras experiencias de cuidado vividos en la infancia, estructuran la calidad de las relaciones futuras de una persona.

Este patrón de relación que es establecido a una edad temprana puede influenciar la vida adulta. Así, que la manera de vincularse de los adolescentes también representa el estado de su mundo interno y aprendido.

¿Y cuándo un adolescente empieza a tener un noviazgo violento?

Tengamos presente el significado de violencia como el acto de imponer agresivamente una posición frente al otro, para dominar o controlar la relación que puede ser física o psicológica.
Un adolescente comienza a tener un noviazgo violento cuando se involucra en un ciclo de violencia que empieza desde el estrés y tensión hasta el dominio y control de la relación, afectando su estructura psicológica y emocional.

Cuanto más tiempo de relación en un noviazgo violento el adolescente participe, más acabada quedará su autoestima y autoconcepto y en estos casos será necesario recomponer su propia identidad.

El ciclo de la violencia en un noviazgo empieza por la ruptura que genera un cambio en la dinámica de la relación

Cuanto más énfasis se otorgue a un género, cómo puede ser el masculino con la valoración de poder, más violencia en la mujer u otro género va haber, por el estigma de sumisión.

El ciclo de la violencia en un noviazgo empieza por la ruptura que genera un cambio en la dinámica de la relación, lo que genera estrés, tensión e impotencia en un género que se «considera» más fuerte. La ruptura rompe la creencia del otro y la impotencia de evitarlo atrae el acto violento para someterle.

Seguidamente hay una fase de idealización de un cambio, aparece así un aparente equilibrio de reconciliación que se re-confirma a través de la violencia ejercida. No bastará una nueva sensación de frustración por falta de control en la relación para que la tensión provoque la violencia, haciendo que el ciclo continúe.

La interrupción de este ciclo violento se logra cuando se sostiene el impulso del propio deseo de controlar la relación, de saber aceptar lo desagradable, de madurar ante la frustración y lo doloroso que puede ser separarse.

Los adolescentes que crecen en ambientes familiares violentos terminan internalizando una de las figuras paternas, hay quienes no se identifican con la figura violenta y se identifican con la parte sumisa: la victima; y así entran en relaciones donde ellos serán los sometidos o agredidos.

Existen también los noviazgos de violencia cruzada es cuando una adolescente provoca la violencia del otro atacándolo o maltratándolo psicológicamente, jugando con él o ella para provocar reacciones agresivas que terminan en violencia.

Los adolescentes que están en relaciones abusivas son más susceptibles a la depresión y la ansiedad, comportamientos de riesgo poco saludables

Los noviazgos violentos pueden tener consecuencias extremas. De acuerdo con el CDC en artículo del Psychology Today, los adolescentes que están en relaciones abusivas son más susceptibles a la depresión y la ansiedad, comportamientos de riesgo poco saludables (por ejemplo, el uso de drogas y alcohol), la autolesión y la ideación suicida. Además, los adolescentes que están en relaciones abusivas en la escuela secundaria corren un mayor riesgo de tener relaciones abusivas en la universidad.

Características de los noviazgos violentos

  • Su pareja le hace distanciarse del grupo familiar y/o amigos.
  • Su pareja le hace sentir como si todo fuera su culpa. Sentimientos de culpa, que no promueven un apego seguro.
  • Abuso físico, emocional, verbal y/o sexual.
  • Control excesivo por parte de la pareja (controla los amigos, lo que el otro habla y dónde está a cada momento).
  • Amenazas constantes.
  • Cuando se tiene una idea insana del amor y no importa qué se haga, pero se justifica el sacrificio.
  • Cuándo la sexualidad se ve distorsionada en actitudes sádicas o masoquistas.
  • Temores de estar solo/a.
  • Actitudes inmaduras o infantiles.
  • Cuando se cree que el cariño justifica el mal-trato.
  • Una baja autoestima y poca confianza en sí mismo/a.

Como ayudar a un adolescente a tener relaciones más sanas

Ayudar a un adolescente a tener una relación más sana empieza desde el dialogo abierto en la casa, conocerse a uno mismo y reconocer cuáles fueran los modelos de apego aprendidos. La psicoterapia para adolescentes puede ayudar a los jóvenes a cambiar esta realidad y construir relaciones más sanas.

  1. La enseñanza de habilidades sociales es muy importante para que tengan recursos nuevos. Esto le ayudará a salir de un patrón de sumisión que es llamado indefensión aprendida, es decir, no tener los recursos para defenderse de la agresión del otro y no saber colocarse límites sanos que los protejan.
  2. Ayudar al joven a expresar las emociones resulta imprescindible. Los jóvenes deben reconocer cómo ellos mismos se sienten cuando son tratados así (pensamiento reflexivo) y en que otros momentos de su vida pudieron haberse sentido de esa manera (historia personal). Puede ser que lo hayan visto en casa pero el ambiente familiar no pudo reconocer este tipo de relación violenta porque los padres así se relacionaban (patrón de relación aprendida).
  3. Ayudarlos a identificarse de una manera diferente sacándolos de rol de sumisión o victimismo. Favoreciendo establecer relaciones de intimidad con respeto por uno mismo, empatía y autonomía para no aferrarse a otros.
  4. Demostrarle nuevas maneras de vincularse sanamente a través de un modelo de relación que pueda expresarle seguridad, congruencia, contención a sus sentimientos, comprometido con sus valores de relación, como la paciencia, el temple y la calma.

Por ultimo, cabe decir que la madurez implica una mayor resistencia a la frustración, no complicarse tanto las cosas, de hacerse la vida más fácil, más concreta menos compleja y con menos necesidades innecesarias. Que al final y a cabo se trata de empoderarse y darse a cada joven su lugar.

Artículo publicado por Juan Carlos Merino Peñafiel, psicólogo y director de Espacio Vida, institución peruana reconocida de tratamiento y evaluación psicológica.

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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Habilidades clínicas en la terapia conductual de tercera generación (PDF)

  • Equipo de Redacción
  • 15/01/2019

En este artículo se repasan las técnicas de tres de las terapias de tercera generación conductual (Terapia de Aceptación y compromiso, Psicoterapia Analítico Funcional y Terapia Conductual Dialéctica) para reflexionar sobre el tipo de destrezas que el terapeuta debe desarrollar si pretende lograr una actuación competente al practicarlas.

Este examen lleva a distinguir entre: (1) habilidades de escucha y discriminación de respuesta; (2) habilidades de fluidez, repertorio y competencia verbal; (3) habilidades de ejecución motora; (4) habilidades de imaginación-creatividad; (5) habilidades de conexión-empatía; y (6) otras habilidades (trabajo en grupo entre terapeutas, meditación, atención plena, etc.). Un análisis de estas destrezas permite concluir que los nuevos desarrollos parten de las tradicionales habilidades del terapeuta cognitivo-conductual pero replanteadas y con formas decididamente más elaboradas.

Por otro lado, se revela que las competencias habitualmente entrenadas en la licenciatura, así como las que pueden derivarse exclusivamente de la lectura de los textos en que se divulgan estas terapias, resultan limitadas para un trabajo eficaz dentro de estos nuevos modelos. En conclusión, se propone la implementación de una formación práctica o procedimental a través de talleres, materiales audio-visuales y supervisión de casos.

Autor: Jorge Barraca Mairal

Descarga el artículo completo en formato PDF.

Fuente: Revista Clínica y Salud

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

5 errores comunes en terapia de parejas

  • Ángel Paz Jesús
  • 15/01/2019

La terapia de parejas (TP) se ha conceptualizado como un formato de intervención que involucra a ambos miembros de una díada, en el que el foco de la intervención son los patrones de interacción problemáticos de la pareja (Weeks, Odell & Methven, 2013). En este artículo se presentan los errores más comunes y específicos en el diálogo terapéutico en la TP. (A la vez que transformo mi indignación hacia las equivocaciones de quienes se toman la TP a ligera, en algo más productivo)

Fragmentación

Este primer error se comete cuando conservamos una perspectiva radicalmente “individualista” de los problemas psicológicos y evitamos contextualizarlos en la interacción de la pareja. Por lo cual se termina trabajando con los problemas de cada uno (como lo haríamos en psicoterapia individual) pero de forma simultánea; y eso, no es terapia de pareja. Desde la definición de la TP (presentadas líneas arriba) el foco de atención en la intervención terapéutica recae principalmente sobre la relación entre las dos personas que se presentan al consultorio. Para cuidarse de este error, es necesario prestar atención a la interacción que se da entre la pareja e indagar sobre cómo las acciones de cada uno de sus miembros influye en el comportamiento del otro. Quienes caen en este primer error son susceptibles a cometer el siguiente.

Parcialización

En muchas ocasiones las parejas asisten a consulta buscando “un juez” que avale en favor de uno de ellos y plantee un “desempate” sobre el conflicto entre ambos. El error de “parcialización” consiste precisamente en sentenciar a favor de uno de ellos.

Se puede incurrir en este error de dos formas. En primer lugar, cuando juzgamos a uno de los miembros de la relación y lo identificamos como: “el culpable”. En segundo lugar, cuando el terapeuta se identifica con uno de ellos y “aboga” como su defensor ante el otro compañero(a), lo cual resulta más sencillo cuando la contribución de este compañero(a) a los problemas de la relación no son tan evidentes.

Es necesario precisar que ambos miembros de la pareja, suelen también trabajar de forma activa y directa para ganar la “gracia” del terapeuta. Sobre este punto, Jose Olid escribió para esta misma plataforma un interesante y práctico artículo sobre 3 formas para evitar posicionarse en terapia de pareja.

Tratar de arreglar las cosas demasiado rápido

Este error se suele cometer debido a la presión de la superioridad numérica (2 vs 1 terapeuta). De manera que las expectativas e intensidad emocional de dos consultantes, ejercen una presión que el terapeuta deberá aprender a manejar. Tratar de lidiar contra esa presión dando soluciones apresuradas a los conflictos que refiere la pareja generalmente resulta contraproducente. Por ejemplo, una pareja que en sesión comienzan a discutir por algo aparentemente trivial como las recurrentes tardanzas de uno de ellos en las citas pactadas; a lo que el terapeuta sugiere: “Que les parece si de ahora en adelante se comprometen mutuamente a darse 20 minutos de tolerancia en la espera a sus citas, en caso de que uno no se presente en ese lapso; el otro podrá con todo derecho retirarse sin culpa alguna”. Seguramente esta “tarea” sugerida detenga la discusión sobre el conflicto, sin embargo, se desconoce si la pareja estará comprometida y preparada para realizarla.

Entender que los conflictos son naturales e inherentes a toda relación humana es fundamental en la TP (Gottman, & Silver, 2012). Sugiero procurar comprender la naturaleza de los conflictos en la relación (para esto necesitaras de teoría/s) antes de buscar intervenir; ya que la intervención prematura puede desestabilizar a la pareja por ser demasiado amenazadora para ellos. Es mejor ir lentamente e intervenir de manera que parezca segura o no amenazadora para la pareja.

Discutir problemas de forma abstracta o inconcreta

Una pareja comenta sobre su motivo de consulta: “Tenemos problemas de comunicación”. Una descripción como esta nos dificulta una adecuada comprensión del problema, particularmente la secuencia de comportamientos involucrados en las interacciones que caracterizan la relación. Se necesita moverse de este nivel abstracto, a algo más específico y concreto mediante preguntas tipo: “quién” “cómo” “en qué circunstancias”, etc. Por ejemplo, preguntar al esposo: «cuando tu esposa está molesta, ¿qué sueles hacer?», y luego de recibir la respuesta, preguntar a la esposa: “¿y cuando tu esposo hace “X”, que sucede con tu molestia?” Intervenir de esta forma también te prevendrá de cometer el error 1.

Dejar que las diferencias se intensifiquen

La dificultad que las parejas tienen para resolver sus diferencias es uno de los principales motivos por el que acuden a terapia. El posicionamiento en esas diferencias suelen ser una fuente de tensión sobre el conflicto que impide su manejo adecuado.

Es imperativo trabajar para convertir el consultorio en un lugar seguro donde se pueda hablar abiertamente de los problemas y diferencias de la pareja, sin que esto conlleve a ataques o maltratos en la sesión. Para ello, es necesario establecer límites e intervenir rápidamente cuando los ánimos se “calientan” demasiado; por otra parte, resulta útil normalizar este tipo de situación haciendo saber a los clientes que todas las parejas tienen diferencias, y esto no significa necesariamente que las parejas no puedan llevarse bien o que sean incompatibles.

Finalmente, precisemos que la TP NO es una “extensión” de la psicoterapia individual, ambos son campos que requieren habilidades y competencias específicas (Weeks y Treat 2014). Aquel quien quiera emprender la noble tarea de hacer TP requiere de conocimientos (teorías) pertinentes sobre las parejas, destrezas y habilidades de intervención psicoterapéutica específicas, y una revisión de su propio sistema de valores y creencias sobre las relaciones de pareja.

Referencias bibliográficas:

Gottman, J. M. & Silver, N. (2012). Siete reglas de oro para vivir en pareja: Un estudio exhaustivo sobre las relaciones y la convivencia. DEBOLSILLO.

Weeks, G. R.y Treat S. (2014). Couples in treatment: Techniques and approaches for effective practice. Routledge.

Weeks, G. R., Odell, M., & Methven, S. (2013). If only I had known…: Avoiding common mistakes in couples therapy. WW Norton & Company.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

En qué se equivocan los estudiantes que persiguen la nota más alta

  • David Aparicio
  • 14/01/2019

Adam Grant explica en The New York Times por qué es un error enfocarse sólo en sacar notas muy altas en la universidad:

Las pruebas son claras: la excelencia académica no es un factor determinante de excelencia en la trayectoria profesional. Las investigaciones demuestran que, en todas las industrias, es moderada la correlación entre las calificaciones y el desempeño laboral durante el primer año después de la universidad e insignificante después de unos cuantos años. Por ejemplo, en Google, después de que los empleados pasan dos o tres años fuera de la universidad, sus calificaciones ya no influyen en su desempeño. (Desde luego, hay que decir que si obtuviste notas apenas suficientes para aprobar, probablemente no terminarás trabajando en Google).

Las calificaciones académicas pocas veces evalúan cualidades como la creatividad, el liderazgo y la capacidad de trabajar en equipo, o la inteligencia social, emocional y política. Es verdad que los alumnos que siempre obtienen las notas más altas son capaces de atiborrarse de información y vaciarla en los exámenes. Sin embargo, el éxito profesional a menudo no tiene que ver con encontrar la solución adecuada para un problema, sino con encontrar el problema adecuado para darle una solución.

Obtener siempre la calificación más alta requiere adecuarse a las normas. Ser un profesional prestigioso exige originalidad. En un estudio sobre un grupo de alumnos que se graduaron con las mejores calificaciones de su clase, la investigadora en educación Karen Arnold descubrió que a pesar de que por lo general tuvieron carreras profesionales exitosas, pocas veces alcanzaron las jerarquías más altas. “No es probable que los mejores estudiantes sean los visionarios del futuro”, explicó Arnold. “Normalmente se adecuan al sistema en vez de revolucionarlo”.

(…)

Los alumnos con las calificaciones más altas también se aíslan socialmente. Pasar más tiempo estudiando en la biblioteca significa tener menos tiempo para cultivar amistades, integrarse a nuevos clubes o hacer trabajo voluntario. Lo sé por experiencia. No alcancé mi meta de 100; me gradué con 93. (Esta es la primera vez que comparto mis calificaciones desde que postulé al posgrado hace dieciséis años. En realidad, a nadie le importa). En retrospectiva, no quisiera que mis calificaciones hubieran sido más altas. Si volviera a vivirlo, estudiaría menos. Las horas que pasé memorizando el funcionamiento interno del ojo habrían sido más provechosas si las hubiera dedicado a ensayos de comedia en vivo y a más conversaciones nocturnas sobre el significado de la vida.

Lee el artículo completo en The New York Times.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Psicología de la Actividad Física: del porqué al cómo hacer ejercicio

  • Federico Lande
  • 14/01/2019

Imaginemos una situación cualquiera que encuentra a dos chicas de la misma edad a punto de salir a trotar. Podemos “verlas” y también ¿podríamos hacer hipótesis acerca de sus pensamientos y emociones… acerca de cómo viven ese momento?

Juana y Maura, con un nivel similar de condición física, van a correr al Parque Urquiza, 30 minutos, 3 veces por semana, a una velocidad de 6 minutos por kilómetro.

Hacen lo mismo puesto que el tipo de actividad, la frecuencia, la intensidad y el tiempo (variables FITT) estarán provocando adaptaciones similares en sus respectivos sistemas cardiorrespiratorios y locomotores.

Sin embargo, es posible que mientras corren, Juana esté pendiente del tiempo y la distancia, y Maura lo esté del paisaje o de las sensaciones que experimenta al correr. O que Maura esté contenta porque correr le permite disfrutar de sí misma y de la compañía de su amiga, mientras Juana se sienta culpable porque piensa que, en realidad, 30 minutos es «demasiado poco». Puede que Juana odie su cuerpo y sienta una necesidad compulsiva de hacer ejercicio para librarse de sus «rollitos» mientras que Maura se acepte como es.

Obviamente sus experiencias al salir a trotar son distintas.

Estas diferencias no radican en las características cuantitativas de la práctica, sino en los significados y las actitudes que condicionan su práctica.1

Siguiendo a Sara Márquez decimos que podemos clasificar la Actividad Física (AF) según la experiencia y el significado que las personas le otorgan:

  1. Catarsis: la AF como una forma de aliviar tensiones y distraerse.
  2. Salud y forma física: para mejorar la salud y la forma física se la realiza regularmente y de forma controlada.
  3. Búsqueda de vértigo: las actividades elegidas incluyen vértigo, velocidad y sensaciones nuevas.
  4. Experiencia social: las características de la AF y el contexto donde se realizan se convierten en el mejor momento para satisfacer las necesidades sociales. Sirve para hacer nuevas amistades y para mantener las que ya se tienen.
  5. Experiencia estética: actividades que implican belleza, armonía, simetría, equilibrio.
  6. Experiencia ascética: búsqueda de entrenamientos duros y dolorosos en pro de la consecución de alguna meta compleja.

Partiendo de la conceptualización que hace Pate distinguimos dos tipos de actitudes de aquellas personas que realizan AF: actitudes hacia el resultado y actitudes hacia el proceso.

  1. Actitudes hacia el resultado. Es la disposición a valorar la AF como un medio para conseguir diversas consecuencias consideradas socialmente como saludables, entre las que se destacan el desarrollo de la condición física, la mejora de la apariencia, la autosuperación y la victoria.

Las prácticas se articulan en torno a variables cuantitativas que permiten determinar objetivamente, utilizando dispositivos electrónicos que midan lo que se pretende medir, cómo se mejora o se mantiene la condición física y la salud.

Podemos citar la mejora de la función cardiorrespiratoria, pérdida de peso si se combina con un plan de alimentación adecuado, prevención del desarrollo de enfermedades (como diabetes tipo 2, hipertensión arterial), disminución de los valores de colesterol LDL (malo) y triglicéridos, aumento del colesterol HDL (colesterol bueno) y mejora de los valores de presión arterial.

  1. Actitudes hacia el proceso. La AF se considera fundamentalmente una experiencia personal y una práctica sociocultural; se enfatiza así el potencial beneficio de la práctica en el bienestar de las personas, las comunidades y el medio ambiente.

La mejora de la condición física, la victoria o cualquier otro resultado de la AF se consideran consecuencias más o menos importantes de la práctica, pero no le dan su sentido último; éste viene proporcionado por la vivencia de la propia práctica. Estos rasgos no se vinculan a consecuencias tras la práctica, sino a la manera en que personas y grupos, con sus propios intereses, gustos, capacidades y posibilidades, experimentan el proceso de llevarla a cabo. Disfrutar «porque sí» de la práctica. Llevarla a cabo se convierte en un objetivo en sí mismo sin buscar otro tipo de recompensa externa (por ejemplo, resultados, premios).

Esto no implica tanto un nuevo tipo de actividades, sino un modo distinto de “cómo” hacerlas, más centrado en las vivencias inherentes a la práctica que en la medición y la constatación del rendimiento físico.

En conclusión, la consecuencia de esta distinción es que la AF y la salud pueden ser entendidas, sentidas y llevadas a cabo de distintos modos y es posible que una persona mantenga actitudes positivas o negativas hacia el resultado o haya personas que tengan actitudes positivas tanto hacia el resultado como hacia el proceso, cuya disposición positiva hacia la práctica concuerda con su disposición positiva hacia las consecuencias que espera obtener de ella. En cambio, algunas personas se sienten atraídas por los procesos que la práctica genera sin prestarle demasiada atención a los resultados.

En este sentido, las relaciones entre AF y salud no pueden objetivarse o prescribirse solamente, sino comprenderse y orientarse en función de las características de las personas y los grupos que la practican.

Y ud, ¿cómo hace actividad física?

Referencias

Airasca, D. (2012). La cultura escolar ¿Una aproximación a la cultura sedentaria? Buenos Aires: Teseo, Universidad Abierta Interamericana.

Álvarez, F. Evelia, Gómez, Brito V. y González, J. (2017). Influencia de la motivación y del flow disposicional sobre la intención de realizar actividad físico-deportiva en adolescentes de cuatro países. RETOS. Nuevas Tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación.

Csikszentmihalyi, M. (2003). Aprender a fluir. (Tercera edición). Barcelona: Editorial Kairós. Original: Finding Flow. The psychology of engagement with everyday Life. New York: Basic Books, 1997.

Márquez, S. (1995) Beneficios psicológicos de la Actividad Física. Revista de Psicología clínica y aplicada, 48 (1) 185‒206.

Ministerio Salud de la Nación (2013). Tercera encuesta nacional de factores de riesgo. Buenos Aires: Ministerio de Salud.

Organización de Naciones Unidas. (2011). Declaración Política de la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General sobre la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles. Sexagésimo sexto período de sesiones. New York.

Pate, C.; Trost, S.; Dpwda, M.; Ott, A.; Ward, D. y Saunder, R. (1999). Tracking of physical activity, physical inactivity, and health-related physical fitness in rural youth. Pediatric Exercise Science, 11, 364-376. DOI: 10.1123/pes.11.4.364.

Toscano, W.  y Rodríguez de la Vega, L. (2008). Actividad física y calidad de vida. Revista Hologramática, Facultad de Ciencias Sociales UNLZ, Número 9, VI, pp. 3-17.


  1.  El destacado corresponde al original. Pérez Samaniego y Devís Devís: La promoción de la actividad física relacionada con la salud (2003). ↩

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