Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS
Psyciencia
  • SECCIONES
  • PSYCIENCIA PRO
    • ÚNETE A LA MEMBRESÍA
    • INICIA SESIÓN
    • CONTENIDO PARA MIEMBROS
    • RECURSOS PARA MIEMBROS
    • TIPS PARA TERAPEUTAS
    • PODCAST
    • WEBINARS
  • NORMAS APA
  • SPONSORS
  • NOSOTROS

Publicaciones por mes

julio 2020

75 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La oxitocina podría utilizarse para tratar la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos cognitivos

  • Maria Fernanda Alonso
  • 23/07/2020

Tras degradar progresivamente la memoria y las capacidades cognitivas, la enfermedad de Alzheimer puede resultar en demencia. Muchos cursos de tratamiento se estudian actualmente para abordar los efectos neurodegenerativos de esta enfermedad, y dentro de ellos un nuevo estudio ha encontrado que la oxitocina, conocida como “la hormona del amor” porque es capaz de inducir sentimientos de amor y bienestar, también puede revertir de manera efectiva parte del daño causado por las placas amiloides en el Centro de aprendizaje y memoria del cerebro en un modelo animal con Alzheimer (Takahashi et al., 2020).

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno progresivo en el cual las células nerviosas (neuronas) en el cerebro de una persona y las conexiones entre ellas se degeneran lentamente, causando pérdida severa de memoria, deficiencias intelectuales y deterioro de las habilidades motoras y la comunicación. Una de las principales causas del Alzheimer es la acumulación de una proteína llamada β amiloide (Aβ) en grupos alrededor de las neuronas en el cerebro, lo que dificulta su actividad y desencadena su degeneración. Los estudios en modelos animales han encontrado que aumentar la agregación de Aβ en el hipocampo, el principal centro de aprendizaje y memoria del cerebro, causa una disminución en el potencial de transmisión de señal de las neuronas en el mismo. Esta degeneración afecta un rasgo específico de las neuronas, llamado «plasticidad sináptica,» que es la capacidad de las sinapsis para adaptarse a un aumento o disminución de la actividad de las señales con el tiempo. La plasticidad sináptica es crucial para el desarrollo del aprendizaje y las funciones cognitivas en el hipocampo. 

«Recientemente se descubrió que la oxitocina está involucrada en la regulación del aprendizaje y el rendimiento de la memoria, pero hasta ahora, ningún estudio previo aborda el efecto de la oxitocina en el deterioro cognitivo inducido por Aβ», dijo el profesor Saitoh, quien dirigió estudio.

Para la investgación, su equipo primero perfundió rebanadas del hipocampo del ratón con Aβ para confirmar que Aβ hace que disminuyan las capacidades de señalización de las neuronas en las rebanadas, esto es su plasticidad sináptica. Sin embargo, tras una perfusión adicional con oxitocina, las capacidades de señalización aumentaron, lo que sugiere que la oxitocina puede revertir el deterioro de la plasticidad sináptica que causa Aβ.

Para descubrir cómo la oxitocina logra esto, realizaron una serie de experimentos adicionales. En un cerebro normal, la oxitocina actúa uniéndose a estructuras especiales en las membranas de las células cerebrales, llamadas receptores de oxitocina. Los científicos «bloquearon» artificialmente estos receptores en las rebanadas de hipocampo del ratón para ver si la oxitocina podría revertir el deterioro inducido por Aβ de la plasticidad sináptica sin unirse a estos receptores. Como era de esperar, cuando los receptores estaban bloqueados, la oxitocina no podía revertir el efecto de Aβ, lo que demuestra que estos receptores son esenciales para que actúe la hormona.

Se sabe que la oxitocina facilita ciertas actividades químicas celulares que son importantes para fortalecer el potencial de señalización neuronal y la formación de recuerdos, como la entrada de iones de calcio. Estudios previos han sospechado que Aβ suprime algunas de estas actividades químicas. Cuando los científicos bloquearon artificialmente estas actividades químicas, descubrieron que la adición de oxitocina a las rodajas del hipocampo no revirtió el daño a la plasticidad sináptica causado por Aβ. Además, descubrieron que la oxitocina en sí misma no tiene ningún efecto sobre la plasticidad sináptica en el hipocampo, pero de alguna manera es capaz de revertir los efectos nocivos del Aβ.

Este es solo un primer paso y aún queda investigación por hacer in vivo en modelos animales y luego en humanos antes de que se pueda reunir suficiente conocimiento para reposicionar la oxitocina en un medicamento para el Alzheimer. Los autores son optimistas respecto de las nuevas posibilidades en cuanto a tratamientos, que se abren con esta investigación.

Referencia bibliográfica:

Takahashi, J., Yamada, D., Ueta, Y., Iwai, T., Koga, E., Tanabe, M., Oka, J.-I., & Saitoh, A. (2020). Oxytocin reverses Aβ-induced impairment of hippocampal synaptic plasticity in mice. Biochemical and Biophysical Research Communications, 528(1), 174-178. https://doi.org/10.1016/j.bbrc.2020.04.046

Fuente: Science Daily

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Desarrollan nanodiscos magnéticos para la estimulación mecánica de las neuronas

  • Maria Fernanda Alonso
  • 23/07/2020

Las neuronas son células capaces de responder a diferentes estímulos, sean estos químicos, eléctricos, o mecánicos como la presión o la vibración, aunque esta última no es fácil de estudiar por la carencia de métodos adecuados para tal fin. Investigadores del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachussets y sus colegas desarrollaron un método controlable para inducir la estimulación mecánica de las células, el cual funciona mediante nanodiscos magnéticos que pueden ser activados por un campo magnético externo (Gregurec et al., 2020).

Se estima que estas herramientas podrían dar lugar a nuevos tratamientos terapéuticos. similares a la neuroestimulación de base eléctrica que se ha utilizado para tratar la enfermedad de Parkinson y otras afecciones. A diferencia de esos sistemas, que requieren una conexión de cableada externa, el nuevo sistema estaría completamente libre de contacto después de una inyección inicial de partículas, y podría reactivarse a voluntad a través de un campo magnético aplicado externamente.

«Una cosa interesante sobre el sistema nervioso es que las neuronas realmente pueden detectar fuerzas», dice el Dr.  Alexander Senko, uno de los coautores del estudio. «Así es como funciona su sentido del tacto, y también tu sentido del oído y el equilibrio.» El equipo apuntó a un grupo particular de neuronas dentro de una estructura conocida como el ganglio de la raíz dorsal, que forma una interfaz entre los sistemas nerviosos central y periférico, porque estas células son particularmente sensibles a las fuerzas mecánicas.

El nuevo método abre una nueva vía para la estimulación de las células nerviosas dentro del cuerpo, que hasta ahora se ha basado casi por completo en vías químicas, mediante el uso de productos farmacéuticos o en vías eléctricas, que requieren cables invasivos para suministrar voltaje al cuerpo. 

Según los investigadores, la estimulación mecánica a través de nanodiscos, que activa vías de señales completamente diferentes dentro de las propias neuronas, podría proporcionar un área de estudio significativa.

Las aplicaciones de esta técnica podrían ser similares a las que se están desarrollando en el campo de los medicamentos bioelectrónicos, dice Senko, pero requieren electrodos que suelen ser mucho más grandes y rígidos que las neuronas estimuladas, lo que limita su precisión y a veces daña las células.

La clave del nuevo proceso fue desarrollar discos minúsculos con una propiedad magnética inusual, lo que puede hacer que empiecen a moverse cuando se someten a un cierto tipo de campo magnético variable. Aunque las partículas en sí tienen solo unos 100 nanómetros de diámetro, aproximadamente una centésima parte del tamaño de las neuronas que están tratando de estimular, se pueden hacer e inyectar en grandes cantidades, de modo que su efecto colectivo sea lo suficientemente fuerte como para activar los receptores celulares de presión. 

Las nanopartículas magnéticas convencionales habrían requerido la activación de campos magnéticos grandes, lo que no hubiera sido práctico. Por eso, encontrar materiales que pudieran proporcionar suficiente fuerza con una activación magnética moderada no fue sencillo para el equipo de investigación. La solución resultó ser un nuevo tipo de nanodiscos magnéticos.

Estos discos, que tienen cientos de nanómetros de diámetro, contienen una configuración de vórtice de espines atómicos cuando no se aplican campos magnéticos externos. Esto hace que las partículas se comporten como si no fueran magnéticas, lo que las hace excepcionalmente estables en soluciones, explican los investigadores. Cuando estos discos se someten a un campo magnético variable muy débil de unos pocos militesla, con una frecuencia baja de solo varios hercios, cambian a un estado en el que todos los espines internos están alineados en el plano del disco. Esto permite que los nanodiscos actúen como palancas, moviéndose hacia arriba y hacia abajo con la dirección del campo.

El equipo de investigación comenta que a partir de ahora hay mucho por investigar. Ya se sabe que es posible utilizar estas partículas para transducir grandes fuerzas a las membranas de las neuronas para estimularlas, lo que significa que ahora es posible modular las funciones en cualquier parte del sistema nervioso donde las células sean sensibles a las fuerzas mecánicas (esencialmente todos los órganos). Un paso más adelante hacia la estimulación sin la necesidad de usar drogas o electrodos.

Referencia bibliográfica:

Gregurec, D., Senko, A. W., Chuvilin, A., Reddy, P. D., Sankararaman, A., Rosenfeld, D., Chiang, P.-H., Garcia, F., Tafel, I., Varnavides, G., Ciocan, E., & Anikeeva, P. (2020). Magnetic Vortex Nanodiscs Enable Remote Magnetomechanical Neural Stimulation. ACS Nano. https://doi.org/10.1021/acsnano.0c00562

Fuente: Science Daily

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Salud Mental y Tratamientos

COVID-19 y la teleterapia pueden estar cambiando cuánto sabes de tu psicoterapeuta

  • The Conversation
  • 22/07/2020

Es el tercer mes de la pandemia de COVID-19, y todos están confinados en sus hogares. La cámara de mi computadora portátil toma mi imagen desde un ángulo extraño, exponiendo muchas fosas nasales. Pero de esta manera, mi paciente solo ve mi cara y la pared en blanco detrás de mí. Ella no verá la habitación desordenada; juguetes esparcidos por todas partes, un montón de ropa sucia y los restos de mi almuerzo poco saludable. Un rayo destella afuera, iluminando brevemente mi rostro. Mi paciente sonríe. «¿Está lloviendo allí también?»

Seguro que lo es. Hay tres niños pequeños en casa desde la escuela con dos padres que trabajan. Mi paciente me cuenta sobre las dificultades del encierro, usando audífonos conectados a su teléfono móvil. Ella se disculpa por la habitación desordenada visible detrás de ella. En muchos sentidos, la vida de mi paciente es similar a la mía. Y si solo cambiara el ángulo de mi cámara, ella lo sabría visceralmente. Pero, siempre consciente de los tabúes contra la revelación del terapeuta, mantengo mi cámara entrenada de forma segura en la pared.

¿Pero por qué? El hecho de que la misma tormenta nos rodea a las dos ha provocado una sonrisa en su rostro. ¿Un vistazo a mi desordenada habitación disminuiría sus sentimientos de vergüenza? ¿O simplemente aumentaría la mía?

Como psicóloga clínica del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan, mi investigación y mi trabajo clínico se divide en dos. Como investigadora, exploro el trabajo de especialistas pares: personas que se están recuperando de un trastorno mental y que están capacitadas y certificadas para ayudar a otros con experiencias similares. Como clínica, proporciono psicoterapia convencional.

Los especialistas pares comparten historias personales como parte esencial de su trabajo; por ejemplo, pueden describir su recuperación después de un intento de suicidio para inspirar esperanza y disminuir la vergüenza.

Los clínicos también comparten; en una muestra, más del 90% de los terapeutas informaron haber usado en algún momento lo que llamamos autorrevelaciones. Pero, según una estimación, los terapeutas se autorrevelan solo alrededor del 3,5% del tiempo. Compara esto con el trabajo de especialistas pares, que profundizan en sí mismos todos los días para aumentar la esperanza a través de experiencias compartidas. La investigación sugiere que escuchar la historia de recuperación de un especialista de pares promueve una sensación de normalidad y esperanza. Un estudio cita a un receptor de apoyo de pares diciendo: “Y, ver que lo ha hecho … Es motivador». Ella lo hizo … Si ella puede hacerlo, yo puedo hacerlo, ¿sabes?”

Nuevas oportunidades — y riesgos — en teleterapia

Con el advenimiento de COVID-19, las visitas de video se han convertido en algo común de la noche a la mañana, y una encuesta informa que el 76% de los encuestados ahora solo brindan servicios remotos. Tanto para los pacientes como para los terapeutas, las autorrevelaciones cuidadosamente seleccionadas ahora pueden mostrar grietas cuando, a través de sus cámaras web, entran en las casas de los demás.

¿Cómo ha cambiado el uso de la teleterapia con la pandemia?

La Asociación Americana de Psicología encuestó a más de 2,000 médicos a fines de abril y principios de mayo sobre cómo habían cambiado sus prácticas. Las tres cuartas partes dijeron que habían pasado a tratar solo a pacientes de forma remota, principalmente por teléfono, plataforma de telesalud o videoconferencia.

Fuente: American Psychological Association

Con este cambio vienen nuevas oportunidades y riesgos. Aferrada a la baja motivación que tan a menudo acompaña a la depresión mayor, mi paciente dejó de limpiar su casa. Por otra parte, yo también, tal vez por razones diferentes y menos estigmatizadas.

En mi posición como terapeuta, puedo elegir romper el diferencial de poder entre nosotros; una ligera inclinación de mi cámara podría ilustrar una historia más amplia sobre cómo una habitación desordenada no es una acusación de carácter. En este sentido, alinearía mi propio trabajo con el de los especialistas pares cuyas funciones y habilidades son los temas de mi investigación. Puedo imaginar a mi paciente riéndose cuando ve el estado real de mi habitación.

¿Debería hacerlo? ¿O no debería?

Sin orientación explícita, e investigación en ambos lados

Los médicos se enfrentan a mensajes contradictorios y escasa investigación sobre la divulgación de información del terapeuta. La Asociación Americana de Psicología no proporciona una guía explícita, aunque los códigos éticos relacionados con los límites clínicos y las relaciones duales implican que los terapeutas deben divulgarse solo si hacerlo tiene un propósito terapéutico claro.

Sarah Vlnka, CC BY-ND

La escasez de investigación sobre la divulgación del terapeuta complica aún más el asunto; Se ha avanzado poco hacia la pregunta perenne en psicología: ¿qué funciona para quién y en qué circunstancias? Si no entendemos completamente los efectos de la autorrevelaciones, lucharemos para determinar el alcance de su propósito terapéutico de acuerdo con nuestros códigos éticos.

Las diversas escuelas de psicoterapia también ven el asunto de manera diferente. Mientras que el psicoanálisis de Sigmund Freud sugiere que el terapeuta debe ser una pantalla en blanco sobre la cual los pacientes proyectan sus pensamientos y sentimientos, la terapia cognitiva siempre pragmática de Aaron Beck sugiere que gran parte del papel del clínico es aprovechar sus propias experiencias para explorar posibles soluciones a los problemas de la vida. Las terapias conductuales influenciadas por la práctica de la atención plena, como la terapia de aceptación y compromiso (ACT), van un paso más allá: el uso reflexivo de un terapeuta de la revelación puede ayudar a ilustrar que el paciente no está “roto”, sino que está sujeto a vulnerabilidades universales en el ser humano.

La investigación empírica comienza a sugerir que el efecto de la revelación juiciosa del terapeuta es en gran medida positiva. Un estudio encontró que las revelaciones sobre la vida fuera de la terapia (“Tengo hijos en casa”) están asociadas con un mejor funcionamiento de la salud mental y una relación terapéutica mejorada, y discusiones sobre el terapéutico aquí y ahora (“Me sentí triste cuando dijiste que…”) están asociados con más apertura.

Otro estudio descubrió que, si bien la frecuencia de la revelación automática no estaba relacionada con los resultados clínicos, las revelaciones personales que sirvieron para humanizar al terapeuta (“Estuve enfermo el año pasado”) se asociaron con menos síntomas posteriores a la sesión que las revelaciones automáticas que expresaron aprecio o aliento. También descubrió que las autorrevelaciones que transmitían similitud (“Yo también me he sentido así”) se asociaron con menos síntomas posteriores a la sesión que las autorrevelaciones que no transmitían similitud ni disimilitud. Un estudio que analizó los correos electrónicos de los médicos a los pacientes descubrió que la autorrevelación se asociaba con una mejor adherencia a la terapia y menores síntomas depresivos.

‘¿Eres uno de nosotros?’

En 2011, Marsha Linehan anunció públicamente que ella misma tenía un trastorno límite de la personalidad después de servir al público durante décadas como destacada psicoterapeuta, investigadora e innovadora. En un artículo del New York Times que describe su viaje de revelación, relata una historia en la que un paciente deseaba saber: “¿Eres uno de nosotros?” y ella evadiendo la pregunta diciendo: “¿Quieres decir que he sufrido?” Ella recuerda que la paciente la corrigió suavemente: “No, Marsha … Me refiero a uno de nosotros. Como nosotros. Porque si lo fuera, nos daría a todos mucha esperanza”.

Con quemaduras desvaídas y cortes visibles en sus brazos, Linehan podía revelarse sin decir una palabra. Sin embargo, recuerda este encuentro como haber inclinado la balanza a favor de la autorrevelación explícita y pública: “Se lo debo a ellos. No puedo morir siendo cobarde”. Me pregunto qué diría ella en respuesta a mi aprensión acerca de inclinar mi cámara una fracción de pulgada para mostrarle a mi paciente que en su caos, no está sola.

¿Podrás salir después de esta tormenta? ¿O tienes mucho que hacer en casa? Mi paciente pregunta mientras nuestra visita de video llega a su fin. Su voz es melancólica.

Puedo sentirlo: ella quiere saber sobre mi mundo. Me detengo por un momento, considerando. “Te preguntas qué tan ocupada estoy”, le digo con una sonrisa, pensando en el horrible desastre detrás de mí. En mi mente, escucho un eco: “¿Quieres decir que he sufrido?” Parece que una oportunidad de conexión se está escapando cuando nos despedimos y finalizamos la sesión.

Autora: Adrienne Lapidos, Profesora de Psiquiatría en la Universidad de Michigan

Artículo publicado en The Conversation y cedido para su republicación en Psyciencia.com

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Disminución de respuestas afectivas al estrés en consumidores habituales de cannabis

  • Maria Fernanda Alonso
  • 22/07/2020

El consumo de cannabis puede influir en las respuestas emocionales y fisiológicas al estrés, independientemente de la regularidad con que se consume. Un equipo de investigación se enfocó en los consumidores habituales de cannabis y encontró que estas personas mostraron una disminución en las respuestas afectivas al estrés según lo medido por su afecto positivo, el estrés y la ansiedad después de varias tareas de estrés. Sin embargo, sus respuestas cardiovasculares al estrés fueron comparables a las de las que personas que no consumen (DeAngelis & al’Absi, 2020).

“Este estudio examinó las posibles diferencias en las respuestas al estrés agudo entre los consumidores habituales de cannabis y los no consumidores utilizando una serie de respuestas subjetivas (estrés estatal, afecto positivo, ansiedad estatal, ansia de cannabis) y cardiovasculares (presión arterial, frecuencia cardíaca, presión arterial media) enfatizar,” explican Briana N. DeAngelisa y Mustafa al’Absia, autoras de la investigación.

Un total de 45 usuarios de cannabis y 34 no usuarios de entre 19 y 66 años de edad participaron en este estudio que incluyó tres factores estresantes: una tarea de hablar en público, una tarea de cálculo mental y una tarea de presión fría. Los participantes usaron manguitos de presión arterial durante todo el estudio para registrar su presión arterial, frecuencia cardíaca y presión arterial media. También calificaron sus sentimientos de alegría, felicidad, estrés, agobio y ansiedad/tensión en varios momentos durante el estudio: al comienzo de la visita, después de un período de descanso de 45 minutos, inmediatamente después de las tareas de estrés, y después de un tiempo de recuperación de 30 minutos.

Respecto del estrés y la ansiedad, las calificaciones subjetivas de los no usuarios estaban en su punto más alto directamente después de las tareas de estrés. Los consumidores de cannabis, por otro lado, mostraron niveles similares de estrés y ansiedad después de las tareas de estrés como al comienzo de la visita. Además, los consumidores de cannabis mostraron cambios menores en el estrés y la ansiedad que los no consumidores.

Cuando se trataba de alegría y felicidad, el afecto positivo de los no usuarios estaba en su punto más bajo directamente después de la tarea estresante, cuando era significativamente diferente de todos los demás puntos temporales. Para los consumidores de cannabis, el afecto positivo no fluctuó significativamente a lo largo del experimento, excepto cuando alcanzó su punto máximo al comienzo del estudio.

Como esperaban los investigadores, se descubrió que las tareas de estrés aumentan la presión arterial sistólica de los sujetos, la presión arterial diastólica, la frecuencia cardíaca y la presión arterial media. Sin embargo, el estudio no encontró diferencias en las respuestas al estrés cardiovascular de los consumidores y no consumidores de cannabis.

Los autores afirman que esto no significa que el uso prolongado de cannabis no tenga ningún efecto sobre la respuesta cardiovascular de una persona al estrés. En cambio, podría ser que las diferencias cardiovasculares simplemente no fueron capturadas por este estudio. «Los estudios futuros podrían examinar las posibles diferencias entre los usuarios de cannabis y los no consumidores en la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC), así como los cambios en las medidas hemodinámicas en respuesta al estrés agudo. Está bien establecido que el estrés agudo tiende a influir en la VFC; y una investigación previa descubrió que los consumidores de cannabis tienden a tener una VFC basal elevada,” señalan las autoras.

Como conclusión, resaltan que el consumo habitual de cannabis está relacionado con una respuesta afectiva debilitada al estrés agudo. 

Referencia bibliográfica:

DeAngelis, B. N., & al’Absi, M. (2020). Regular cannabis use is associated with blunted affective, but not cardiovascular, stress responses. En Addictive Behaviors (Vol. 107, p. 106411). https://doi.org/10.1016/j.addbeh.2020.106411

Fuente: Psypost

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Salud Mental y Tratamientos

Creando relaciones terapéuticas colaborativas y curativas, con la terapia analítico funcional (video)

  • David Aparicio
  • 22/07/2020

Fundación Foro (Argentina), organizó una linda conferencia con una experta en la terapia analítico funcional (FAP), la Dra. Amanda Muñoz (Colombia). La conferencia dura una hora y 20 minutos e incluye una sección de preguntas.

Artículo relacionado: La alianza terapéutica: consensos y disensos

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Salud Mental y Tratamientos

El perfeccionismo desde una perspectiva conductual contextual

  • Karemi Rodríguez Batista
  • 21/07/2020

No sé me ocurre mejor manera de empezar la introducción que compartiros la experiencia que he tenido al empezar a trabajar en este artículo, y me lo he pensado. Aquí voy: una vez decidido el tema, escuchaba esa vocecita, a mi mente diciendo: «¡Buah, no vas a poder concretar un tema tan complejo de forma resumida! ¿Y si te faltan puntos importantes? ¿Y si no les es de utilidad? «Vamos, el “no ser suficientemente buena”, y cómo no, tenía unas sensaciones incómodas, mucha ansiedad, y mi primer impulso fue postergarlo, e incluso se me pasó la idea de cambiar el tema, pero aquí me tenéis “defusionándome” de estos pensamientos (rígidos, irrealistas e ineficaces) y haciéndole caso a mis valores, pensando en hacerlo simplemente lo mejor que pueda, pero no me ha sido fácil. Aquí es donde los emojis de brazos fuertes y bailarinas de flamenco vienen al pelo ? ?? ¿A que sí? jaja . Imagino que a muchos y muchas de vosotras os ha pasado de alguna forma, y es natural, el perfeccionismo es algo que la cultura ensalza constantemente. Hay, sin embargo, matices a considerar para que este patrón de comportamiento nos sea útil o no, y es lo que quiero compartiros.

Diferenciando al perfeccionismo clínico o disfuncional

Algunos y algunas autoras sostienen, que el patrón de comportamiento perfeccionista (clínico, no sano, ineficaz, etc.) está regido por metas y preocupaciones excesivamente altas (Dunkley, Berg y Zuroff, 2012., cit. en Amores Hernández, 2017). Por su puesto que el deseo de hacer las cosas lo mejor posible aunado a un compromiso en cuanto a esfuerzo y responsabilidad, nos es de gran ayuda, y mucho más si los errores los tomamos como oportunidades de aprendizaje. Sin embargo, lo ineficaz y dañino es cuando el logro funciona como termómetro de nuestra valía, no tomando en cuenta factores que intervendrán en la consecución de los mismos, que no están tampoco bajo nuestro control, y a pesar de las consecuencias negativas para el bienestar mental y/o físico. A este último patrón de comportamiento perfeccionista bajo control aversivo, se le suele denominar perfeccionismo clínico, no sano, disfuncional o desadaptativo, y es un factor transdiagnóstico, un factor de riesgo y mantenimiento de varias formas de desajuste y problemáticas psicológicas, incluida la depresión y los trastornos de ansiedad (Egan, Wade y Shafran, 2011; Limburg y otros, 2017 ; cit. en Ong et al., 2019).

“Soy perfeccionista”

Es muy frecuente que las personas lleguen a consulta con este tipo de etiquetas, incluso nosotros y nosotras mismas las hayamos utilizado en algún momento. Esto no nos sirve, lo primero que haremos es traducir ese “ser perfeccionista” en “comportamientos perfeccionistas”, de forma muy específica, y seguidamente haremos un análisis funcional sobre ellos. De esta forma, los comportamientos descritos a continuación, son vistos solo de una forma morfológica y topográfica y, per se, no son problemáticos, lo serán si éstos se tornan en patrones frecuentes y rígidos, como forma de control del malestar y nos aparten de nuestra vida valiosa. Algunos tipos comunes de comportamientos perfeccionistas:

  • Dificultad para tomar decisiones de manera oportuna.
  • Buscar reaseguro (por ejemplo, pidiendo a otros que comprueben tu trabajo para asegurar que sea aceptable).
  • Excesiva organización y elaboración de listas.
  • Rendirse fácilmente (por ejemplo, dejar el flamenco después de dos lecciones porque no puedes seguir el ritmo del profesor).
  • Procrastinar (por ejemplo, posponer el inicio de una tarea por miedo a que no seas lo suficientemente bueno/a). ¿A que me sonaba? jaja.
  • Mediante comprobaciones excesivas (por ejemplo, revisando repetidamente un trabajo en busca de errores).
  • Evitar situaciones en las que puedas «fallar» (por ejemplo, no solicitando trabajos por temor a no obtenerlos).

El estilo de pensamiento perfeccionista, la autocrítica y las reglas

La forma en que damos sentido a lo que pasa a nuestro alrededor juega un papel importante en el mantenimiento del perfeccionismo. Ya que son tantas las cosas que suceden a nuestro alrededor en un momento dado, que solemos prestar atención e interpretar las cosas de acuerdo con lo que esperamos que pase (sesgo de confirmación), y a menudo se tiene una visión extrema de lo que es el éxito y el fracaso, sin término medio (por ejemplo: si cometo un error en un momento puntual, ya soy un fracaso). Las personas perfeccionistas tienden a ser extremadamente autocríticas, especialmente si no son capaces de cumplir con sus altos estándares.

Reglas útiles y no útiles

Todos y todas necesitamos reglas en la vida que nos ayuden a dar sentido al mundo y a hacer frente a nuestra vida cotidiana. Así que tener reglas, en sí mismo, no es algo malo. Las reglas son útiles en la medida que son realistas, flexibles y adaptables. Así, las reglas poco útiles son inflexibles e irrazonables. Por ejemplo, la regla: «Nunca debo cometer errores», no nos es útil porque no es posible o razonable, ya que todo ser humano comete errores, y además son necesarios para nuestro aprendizaje. Algunas reglas que comúnmente sostienen el perfeccionismo incluyen:

  • Miedo al fracaso (por ejemplo: «Debo hacer las cosas perfectamente», o «Si lo intento, fracasaré»).
  • Deberías (por ejemplo: «Mi casa debe estar ordenada en todo momento»).
  • Todo o nada (por ejemplo: «Hay un camino correcto y uno incorrecto para hacer las cosas»).
  • Comprobación constante (por ejemplo: «Debo pesarme varios veces al día para asegurarme de que no estoy ganando peso»).
  • Control (por ejemplo: «Debo estar preparado para cualquier cosa»).

¿Cómo se inicia y mantiene el patrón de comportamiento perfeccionista?

Por supuesto, este tipo de comportamientos privados y públicos descritos anteriormente tienen un origen y una función. Nuestra visión de nosotros y nosotras mismas y del mundo comienza a desarrollarse desde muy temprano, y todo esto lo vamos aprendiendo de forma directa e indirecta. Algunos ejemplos:

Aprendizaje directo

Si cada vez que te sacabas notaza en un examen y eras elogiado o elogiada por tus figuras de referencias («Excelente trabajo»), esto te hizo sentir tan bien contigo misma que probablemente comenzaste a desarrollar una regla tal como: «A mamá y papá les gusta que me vaya bien en la escuela», que más tarde puede haberse generalizado como: «La gente estará orgullosa de mí si tengo éxito». Esta creencia te animó para seguir persiguiendo logros, desafortunadamente, con el tiempo, una creencia como ésta puede volverse rígida e irrealista, por ejemplo, «La gente sólo estará orgullosa de mí si tengo éxito» (aprendizaje por reforzamiento positivo).

Otro tipo de aprendizaje que puede influir en el desarrollo del perfeccionismo se produce cuando se te castiga por tus errores. Por ejemplo, una madre puede alzar la voz y lanzar una crítica a su hija por esparcir los juguetes mientras juega: «¡¿Cuántas veces tengo que decirte que eres un desastre?!». El castigo por los errores te hace sentir mal contigo misma y puedes desarrollar una regla tal como: «Nunca debo hacer un desastre, siempre debo ser ordenada» (aprendizaje por castigo positivo). A veces, sólo hay una ausencia de elogios, por ejemplo, puedes haberte esforzado mucho y obtener una «B» en un examen y notar que tus padres no te elogiaron por esto (aprendizaje por castigo negativo). En este caso puedes desarrollar una creencia como: «A mamá y papá no les gusta cuando no obtengo As» y generalizar a: «La gente no está orgullosa de mí cuando mi trabajo no es perfecto o sobresaliente».

Aprendizaje indirecto

Otra forma en que el perfeccionismo puede desarrollarse es a través de un aprendizaje indirecto. También llamamos a esto modelado. Aprendemos a actuar basándonos en el comportamiento de nuestras figuras de referencia. Por ejemplo, puede ser que tus padres trabajaban muy duro y a menudo se llevaban el trabajo a casa para completarlo por la noche o en fines de semana, dejando poco tiempo para divertiros o compartir. Así pudiste desarrollar una regla tal como: «El trabajo es más importante que compartir o que la diversión». Con el tiempo, esta regla puede volverse más rígida : «Tener éxito en el trabajo es más importante que cualquier otra cosa».

Inflexibilidad Vs flexibilidad psicológica

A pesar de las diferencias topográficas, la búsqueda excesiva de logros y la excesiva autocrítica, que dan lugar a los comportamientos descritos anteriormente reflejan funcionalmente los intentos de controlar las experiencias internas no deseadas (por ejemplo, los sentimientos de insuficiencia). Es decir, son manifestación de evitación experiencial (Hayes et al., 2004; Weiner & Carton, 2012; cit. en Ong et al., 2019). La evitación experiencial es un aspecto de un constructo más amplio, el de la inflexibilidad psicológica, definida como la incapacidad de estar abierto, abierta a las experiencias presentes, y un compromiso rígido con patrones de comportamiento guiados por las reacciones psicológicas en lugar de los valores elegidos (Hayes, Luoma, Bond, Masuda y Lillis, 2006; cit. en Ong et al., 2019).

Dado el patrón generalizado de rigidez que subyace al perfeccionismo clínico, en particular con respecto a las normas y los estándares excesivamente elevados, el aumento de la flexibilidad psicológica puede ayudarnos a responder a las experiencias internas de manera más eficaz, que nos lleve a volver a participar en actividades valiosas, significativas. Por ejemplo, cuando surge el pensamiento: «No soy lo suficientemente buena», la respuesta flexible implicaría ver el pensamiento como lo que es, sólo un pensamiento, y poner en cuarentena su veracidad, eligiendo actuar de forma coherente con nuestros valores del momento, independientemente de las experiencias internas que puedan acompañar al comportamiento elegido.

La flexibilidad psicológica es objeto explícito de la terapia de aceptación y compromiso (ACT), un enfoque cognitivo-conductual enraizado en la ciencia del comportamiento contextual. Su objetivo general es promover una mayor calidad de vida mediante la creación de un contexto que permita entrenar formas más flexibles de relacionarnos con nuestras experiencias internas, independientemente de su forma y frecuencia. Así pues, la teoría que subyace a la ACT hipotetiza que los cambios en los resultados relevantes se explican o están mediados por cambios en la flexibilidad psicológica. La evidencia empírica apoya esta hipótesis para las condiciones relacionadas con el perfeccionismo clínico, incluida la ansiedad, la depresión y el trastorno obsesivo-compulsivo y otras más (OCD; Forman, Herbert, Moitra, Yeomans, y Geller, 2007; Twohig, Plumb Vilardaga, Levin, y Hayes, 2015; cit. en Ong et al., 2019).

Autocrítica Vs autocompasión

Otro proceso particularmente pertinente para el abordaje del perfeccionismo clínico es la autocompasión, es decir, tratarnos con bondad y sin prejuicios ante experiencias difíciles y reconocer este sufrimiento como parte de nuestra «experiencia humana» (Barnard y Curry, 2011; Neff, Kirkpatrick, y Rude, 2007; cit. en Ong et al, 2019).

Además, la investigación arroja que la autocompasión correlaciona negativamente con patrones de autoevaluación poco útiles, con la experiencia de angustia debido a las discrepancias entre el rendimiento y las normas personales (o el perfeccionismo inadaptado), así como con los comportamientos de evitación rígidos (Neff, 2003), lo que sugiere que los déficits en la autocompasión pueden estar relacionados con el perfeccionismo clínico.

Se ha descubierto que la autocrítica —la inversa de la autocompasión— media en la relación entre el perfeccionismo no saludable y la angustia (James, Verplanken y Rimes, 2015), lo que implica que la autocrítica es un proceso potencial que mantiene el perfeccionismo. Para apoyar más estos resultados, se ha descubierto que la autocompasión debilita la relación entre el perfeccionismo inadaptado y la depresión (Ferrari, Yap, Scott, Einstein, y Ciarrochi, 2018), lo que podría indicar su utilidad como objetivo de tratamiento en el perfeccionismo clínico.

La autocompasión puede considerarse un antídoto contra la autocrítica impasible, fundamental en el perfeccionismo, y la evidencia científica sugiere que ACT puede ser utilizada para aumentar la autocompasión, fomentando la observación sin juicios de valor de los pensamientos autocríticos, la autoempatía mediante el fortalecimiento de la toma de perspectiva y la autoaceptación (Yadavaia et al., 2014, cit. en Ong et al, 2019).

Cerrando

El perfeccionismo clínico es visto como un factor transdiagnóstico para muchísimas problemáticas y, paradójicamente, es reforzado continuamente por nuestra sociedad. Basta ver la tendencia a conseguir estándares elevados en distintas áreas de nuestra vida, con poco margen para la tolerancia al malestar y al fracaso. Ejemplos de esto lo vemos en múltiples redes sociales y apps diseñadas para “mejorar” nuestra imagen en distintas formas, conseguir resultados milagrosos y fáciles en distintas áreas de nuestra vida, incluidas las relaciones de pareja (si no cuadramos con alguien, oye, sigamos con el menú), si no te gusta algo de tu cuerpo, ya sabes, multitud de opciones, y un largo etcétera.

Las terapias contextuales en cualquier de sus formas, no solo la ACT, nos ofrecen alternativas muy potentes y basadas en la evidencia para redireccionarnos a una vida significativa, y de una forma más estable y flexible, trabajando en lo que realmente es importante para nosotres a un nivel más trascendental si se quiere (aquí las metas nos ayudan, claro, pero no nos definen), ayudándonos a aceptar el malestar inherente a estar vivos/as, a cultivar tremendamente la autocompasión, y a desarrollar comportamientos flexibles y eficaces que nos acerquen a esa persona que queremos ser.

Referencias bibliográficas:

Amores Hernández, A. (2017). Perfeccionismo, miedo al fracaso y síntomas depresivos. Repositorio Universidad Pontificia de Comillas. Recuperado de https://repositorio.comillas.edu/jspui/bitstream/11531/23179/1/TFM000700.pdf

Ferrari, M., Yap, K., Scott, N., Einstein, D. A., y Ciarrochi, J. (2018). Self-compassion moderates the perfectionism and depression link in both adolescence and adulthood. PloS one, 13(2), e0192022.

Fursland, A., Raykos, B., y Steele, A. (2009). Perfectionism in Perspective. Perth, Western Australia: Centre for Clinical Interventions.

James, K., Verplanken, B., y Rimes, K. A. (2015). Self-criticism as a mediator in the relationship between unhealthy perfectionism and distress. Personality and Individual Differences, 79, 123-128.

Neff, K. D. (2003). The development and validation of a scale to measure self-compassion. Self and identity, 2(3), 223-250.

Ong, C. W., Barney, J. L., Barrett, T. S., Lee, E. B., Levin, M. E., y Twohig, M. P. (2019). The role of psychological inflexibility and self-compassion in acceptance and commitment therapy for clinical perfectionism. Journal of Contextual Behavioral Science, 13, 7-16.

Shafran, R., Cooper, Z. y Fairburn, C. G. (2002) Clinical perfectionism: A cognitive-behavioural analysis. Behaviour Research and Therapy, 40, 773-791.

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Manual de Primeros Auxilios Psicológicos Adaptado a contexto de pandemia COVID-19 y aplicación remota

  • David Aparicio
  • 21/07/2020

Este manual fue diseñado para brindar apoyo asistencial a la crisis por la pandemia del virus SARS-COV-2 de forma remota. Forma parte del programa de Salud Mental de la Asociación de Voluntarios Unidos en Catástrofe (Volunca). Está basado en el Manual ABCDE para la Aplicación de Primeros Auxilios Psiológicos, con el consentimiento de los autores, y tiene en cuenta los lineamientos planteados por la Cruz Roja y la Organización Mundial de la Salud para la atención remota en tiempos de pandemia.

Su diseño tiene en consideración que, a diferencia de otros desastres, la crisis en la cual se está interviniendo continúa. Consecuentemente, la persona que llama seguirá siendo impactada por ella. Por lo que incorpora técnicas de resolución de problemas a los primeros auxilios psicológicos y hace un fuerte énfasis en derivación. También se considera que los voluntarios y personal de apoyo están siendo afectados personalmente por la misma crisis.

Autoras: Paola Cordón, Regina Fernández-Morales, Scarlette Muñoz Acevedo y Ana Lucía De León Bran

Descarga el manual en formato PDF.

Fuente: ResearchGate

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Exclusivo para miembros de Psyciencia Pro

Cómo usar ACT para el abordaje de la ansiedad

  • David Aparicio
  • 20/07/2020

La terapia de aceptación y compromiso (ACT) cuenta con una robusta evidencia para el tratamiento de diversas problemáticas psicológicas y cada vez más terapeutas buscan formarse en este tipo de abordaje. En esta ocasión tenemos el gusto de invitarlos a nuestro nuevo webinar con Fabián Maero sobre las características y aplicaciones de esta terapia para los trastornos de ansiedad. 

Características del webinar: Durante el webinar se explorarán algunos puntos respecto a la perspectiva de terapia de aceptación y compromiso sobre la ansiedad, como así también algunos recursos para el trabajo clínico.

Exclusivo para miembros de Psyciencia Pro.

Suscríbete a Psyciencia Pro por solo $6 al mes y accede a contenido exclusivo: artículos seleccionados directamente en tu correo, recursos clínicos, webinars y cursos de formación profesional pensados para psicólogos que quieren mantenerse actualizados y mejorar su práctica.

ÚNETE AHORA

¿Ya eres miembro? Inicia sesión

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El peligro de automedicarse contra el COVID-19

  • Maria Fernanda Alonso
  • 20/07/2020

Automedicarse es un comportamiento inherentemente riesgoso. Desaconsejamos el uso de cualquier tipo de droga sin consultar previamente a su médico de cabecera.

La Dra. Marine Ambar Akkaoui del Departamento de Psiquiatría del Hospital Bichat, en París, Francia dirigió un informe en el que se reportó el primer episodio psicótico sufrido por una persona sin antecedentes previos de psicosis, que se automedicó con cloroquina después de que su hijo empezara a presentar síntomas consistentes con una infección por COVID-19 (Akkaoui et al., 2020).

La cloroquina (CQ) y su derivado hidroxicloroquina (HCQ), son comúnmente empleadas en el tratamiento y prevención de la malaria. Sin embargo, la evidencia científica sobre la seguridad y efectividad de estos medicamentos en el tratamiento del COVID-19 ha sido ampliamente incierta. 

La paciente de 57 años comenzó a autoadministrarse tal droga con la esperanza de no contraer el vírus. Al séptimo día de automedicación con CQ acudió al hospital mientras vivía su primer episodio psicótico.

“Después de 2 días la paciente presentó agitación y agresividad. La mañana del séptimo día, salió de la casa gritando y cerrando la puerta, y fue encontrada unas horas más tarde en la calle en un estado de gran agitación psicomotora,» describe el equipo de la Dra. Akkaoui.

La mujer, que nunca había sido hospitalizada por problemas psiquiátricos ni había experimentado un episodio de este tipo antes, fue llevada al hospital mostrando agitación continua, así como «ilusión mística y alucinaciones visuales, asociadas con ansiedad severa.» A su llegada, la mujer fue sedada con loxapina y clonazepam.

Los análisis de sangre y escáneres del cerebro de la paciente volvieron a la normalidad. Los médicos aplicaron el algoritmo Naranjo, un cuestionario diseñado para evaluar la probabilidad de que una reacción a un medicamento se deba al medicamento en sí, en lugar de a otros factores. Se determinó «probable» que las reacciones adversas observadas se debieron de hecho a la cloroquina.

Los autores expresan que los trastornos del estado de ánimo y la psicosis son los efectos secundarios psiquiátricos más comunes de la cloroquina. Además abordan la posibilidad de que los efectos de la cloroquina puedan haberse amplificado debido a su reacción con otro medicamento.

Durante años, la paciente en cuestión había estado tomando 10 mg por día de escitalopram, según lo prescrito por su médico para tratar la ansiedad subclínica. Explicaron los autores que CQ es metabolizado por el citocromo 2D6 (CYP2D6), y su toxicidad pudo verse favorecida en este caso por el uso de escitalopram, que es un inhibidor de CYP2D6.

Los autores concluyen: “Este informe destaca los riesgos de la automedicación con CQ y la necesidad de una estrecha monitorización de los síntomas psiquiátricos. Se podría requerir especial atención con las co-prescripciones de inhibidores de CYP2D6”.

Referencia bibliográfica:

Akkaoui, M. A., Lejoyeux, M., & Geoffroy, P. A. (2020). Chloroquine-Induced First-Episode Psychosis in a Patient Self-medicated for COVID-19. En Biological Psychiatry. https://doi.org/10.1016/j.biopsych.2020.05.032

Fuente: Psypost

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Es efectiva la terapia cognitiva conductual basada en Internet para tratar la soledad a largo plazo?

  • Maria Fernanda Alonso
  • 20/07/2020

Más allá de las medidas de distanciamiento social que respetamos actualmente, muchas personas se sienten solas o viven en soledad prolongada. Diversos estudios han relacionado esto con resultados perjudiciales para la salud física, así como con comportamiento suicida. La terapia cognitivo conductual (TCC) ha mostrado el mayor potencial para el tratamiento de la soledad, y recientemente, la TCC basada en internet ha sido utilizada como herramienta para tales intervenciones. Según un nuevo estudio, los adultos que participaron en un programa de terapia cognitivo conductual basada en Internet (TCCI) para tratar la soledad informaron una disminución significativa en la soledad que perduró dos años después (Käll et al., 2020).

Anton Käll y sus colegas realizaron el seguimiento de un estudio inicial (Käll et al., 2020) que demostró la efectividad de las intervenciones de TCCI diseñadas para abordar la soledad. En el estudio de seguimiento, los investigadores quisieron saber si la TCCI puede reducir efectivamente la soledad a largo plazo y si las técnicas aprendidas durante la intervención juegan un papel en su efectividad.

El estudio inicial incluyó a 73 adultos con puntajes superiores a 40 en la escala de soledad de la UCLA, que «informaron angustia subjetiva vinculada a una experiencia duradera de soledad.» Los participantes fueron asignados aleatoriamente a un tratamiento de TCCI de 8 semanas (36 sujetos) o a una condición de lista de espera (37 sujetos) donde recibirían tratamiento TCCI solo al finalizar el estudio.

La intervención TCCI incluyó 8 módulos que abordaron la soledad utilizando técnicas cognitivas y conductuales e incluyeron tareas para la casa. «El enfoque principal de la intervención fue identificar lo que podría constituir un contacto social valioso para el participante en cuestión, aumentar los comportamientos que podrían lograr este contacto y abordar los obstáculos que podrían dificultar esta realización (por ejemplo, pensamientos automáticos negativos, sensibilidad al rechazo),» describen los autores.

Los resultados del estudio inicial mostraron que el grupo de tratamiento TCCI mostró puntuaciones de soledad significativamente más bajas en comparación con el grupo de lista de espera.

Para determinar si estos efectos positivos se mentendrían a largo plazo, el estudio de seguimiento se realizó dos años después del período de tratamiento inicial. Cuarenta y cuatro de los sujetos originales participaron en el seguimiento y fueron reevaluados en cuanto a soledad, calidad de vida, ansiedad generalizada, depresión y ansiedad social. También se les preguntó sobre el uso de técnicas de tratamiento y el uso de psicoterapia adicional.

Los resultados del estudio de seguimiento revelaron una disminución de la soledad durante el período posterior al tratamiento hasta el seguimiento. Los participantes también mostraron un aumento significativo en la calidad de vida y una disminución significativa en la ansiedad social. Para casi el 60% de los participantes de seguimiento, los puntajes de soledad indicaron un cambio estadísticamente confiable de la evaluación previa al tratamiento.

«En comparación con el efecto a largo plazo de otras intervenciones TCCI resumidas por Andersson et al. (2018) los tamaños de los efectos en el presente estudio estaban en el rango inferior. En resumen, si bien los efectos del tratamiento se mantuvieron a lo largo del tiempo, parecen ser más bajos que el efecto promedio de intervenciones de internet comparables para otras afecciones,” dicen los autores.

Luego, los investigadores analizaron el uso, por parte de los sujetos, de las técnicas que habían aprendido durante el tratamiento. El uso de estas estrategias fue relativamente bajo, y los participantes informaron que usaron solo 2.84 técnicas en promedio durante el período de seguimiento. Además, ninguna técnica se asoció con un cambio confiable a lo largo del estudio. 

El uso poco frecuente de estrategias podría indicar que los sujetos no tuvieron la oportunidad de usar ciertas técnicas o que simplemente no las recordaron. Los investigadores dicen que «se justifica realizar más investigaciones para ayudar a aclarar si el ensayo y el uso de las técnicas realmente ayudan a lograr resultados duraderos en TCCI.»

Dentro de las limitaciones de la investigación se señala el tamaño pequeño de la muestra y una escasez de puntos de evaluación durante el período de seguimiento. Son necesarios más estudios para evaluar sus hallazgos. Aún así, estos resultados brindan apoyo para el tratamiento con TCCI en la reducción a largo plazo de la soledad.

Referencia bibliográfica:

Käll, A., Backlund, U., Shafran, R., & Andersson, G. (2020). Lonesome no more? A two-year follow-up of internet-administered cognitive behavioral therapy for loneliness. En Internet Interventions (Vol. 19, p. 100301). https://doi.org/10.1016/j.invent.2019.100301

Käll, A., Jägholm, S., Hesser, H., Andersson, F., Mathaldi, A., Norkvist, B. T., Shafran, R., & Andersson, G. (2020). Internet-Based Cognitive Behavior Therapy for Loneliness: A Pilot Randomized Controlled Trial. Behavior Therapy, 51(1), 54-68. https://doi.org/10.1016/j.beth.2019.05.001

Fuente: Psypost

💌 ¿Te gustó este artículo? Recibe más como este en tu correo. Suscríbete al boletín gratuito.

Paginación de entradas

Anterior12345…8Próximo

Apoya a Psyciencia con tu membresía 💞.    

Únete a Psyciencia Pro
  • Inicia sesión
  • Tips para terapeutas
  • Podcast
  • Recursos
  • Webinars
  • Artículos
  • 10 recomendaciones para psicoterapeutas
  • Protocolo unificado para trastornos emocionales
  • Metáforas y ejercicios ACT (Vol. 1)
  • No todo es psicología (28): Acepta la realidad, lidia con la realidad, se agradecido con la realidad
  • «Efecto Flynn, pruebas psicológicas y la evolución de la psicología en Panamá» con Dimas Villarreal – Watson, episodio 15
Psyciencia
  • Contáctanos
  • Publicidad
  • Nosotros
  • Publica
Psicologia y neurociencias en español todos los días

Ingresa las palabras de la búsqueda y presiona Enter.