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Publicaciones por mes

julio 2021

53 Publicaciones
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cómo ayudar a un ser querido que sufre problemas de salud mental

  • 05/07/2021
  • David Aparicio

La familia y amigos juegan un rol muy valioso a la hora de apoyar a las personas que atraviesan problemas de salud mental. Sabemos que no es una tarea sencilla y los amigos y familiares pueden sentirse desorientados a la hora de ofrecer ayuda.

Por eso he traducido y adaptado una guía publicada en TED-Ed por la terapeuta Sahaj Kaur Kohli, con 8 principios de lo que debes y lo que no debes hacer cuando ofreces ayuda a una persona con problemas de salud mental.

La guía está escrita en un lenguaje muy sencillo y de fácil acceso. Los familiares pueden leerla directamente o, si eres terapeuta puedes explicarla en la consulta y luego enviarla como recurso adicional para afianzar lo abordado en la sesión psicoeducativa.



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Espero que sea de ayuda para tus pacientes y sus familias.

Primero, lo que puedes hacer:

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Escucha y valida

Siente curiosidad por saber con qué está luchando tu amigo y cómo le está afectando. En lugar de hacer preguntas de sí o no, haz preguntas abiertas para que pueda compartir su experiencia. Por ejemplo: “¿Qué está pasando?”, o “¿Cuánto tiempo has estado experimentando esto?”, o “¿Cómo es tu día a día?”,  preguntas así suelen ser bastante útiles.

Cuando tu ser querido responda, utiliza declaraciones de validación que lo ayudarán a sentirse escuchados y aceptados tal como son. Aquí hay un artículo que explica con más detalle qué es la validación.

Muchas personas con problemas de salud mental a menudo pueden culparse o juzgarse a sí mismas por lo que están pasando; algunos pueden sentir que sus luchas no son válidas porque creen que todo “está en su cabeza”. 

Por lo tanto, es importante que puedas validar lo difícil o dolorosa que es su experiencia. Puedes decirle a tu ser querido: “eso suena muy difícil”, para transmitirle que tiene sentido lo que está experimentando y sintiendo. 

Pregunta qué necesitan de ti

En lugar de suponer lo que sería útil para tu ser querido, pregúntale directamente: “¿Cómo puedo apoyarte?”, “¿Qué te sería útil en este momento?”. Recuerda: el apoyo es diferente para todas las personas y lo que tú necesitas cuando atraviesas una dificultad, no necesariamente será lo mismo para otra persona que la está pasando mal. 

Ofrécete para ayudar con las tareas diarias

A muchas personas que luchan con su salud mental les resulta increíblemente difícil tomar decisiones o realizar incluso tareas aparentemente pequeñas. En lugar de usar la popular frase: “estoy aquí para lo que me necesites”, trata de ser específico sobre lo que estás ofreciendo. De esta manera tu amigo no tendrá que soportar la carga de averiguar qué puede o no puede pedirte. 

Si lo visitas echa un vistazo a su alrededor y revisa cómo puedes ayudar. Quizás puedas cocinar, lavar los platos, limpiar el patio, regar las plantas, pasar la aspiradora o doblar la ropa. También puedes ofrecerte para llevarlos a una cita médica o llevarlos al supermercado para comprar comida o a una farmacia. Otra cosa que puedes hacer es enviarle una tarjeta de regalo para hacer las compras o un delivery, por ejemplo. 

Celebra sus victorias, incluidas las pequeñas

Los días más comunes pueden estar llenos de desafíos para una persona que están luchando con su salud mental. Por lo tanto, asegúrate de ver sus logros y victorias. Esto puede ayudar a reafirmar sus sentimientos de eficacia y autogestión. Por ejemplo, puedes agradecerle por ser honesto y vulnerable contigo o felicitarlo por ir al trabajo o sacar al perro a pasear con regularidad. 

Infórmate sobre lo que está pasando

Hay otra carga importante que puedes quitarle de sus hombros: tener que explicarte en detalle sus problemas de salud mental o diagnóstico. En vez de eso, tómate el tiempo para leer e informarte sobre lo que le está pasando. Por ejemplo, aprender más sobre la depresión, los ataques de pánico o la ansiedad. De esta manera podrás comprender un poco mejor su experiencia y ser consciente de los comportamientos o síntomas graves o de riesgo que debes tener en cuenta. 

En la actualidad hay muchos recursos con información útil, desde revistas científicas revisadas por pares y artículos de profesionales de salud mental hasta guías para familiares de personas con problemas de salud mental. 

Algunas guías recomendadas:

  • Familiar con depresión
  • Familiar con ansiedad
  • Familiar con esquizofrenia

Chequéalos con regularidad

Las personas con problemas de salud mental suelen sentir culpa por creer que son una carga para otras personas. Por lo tanto, habla frecuentemente con ellos (los mensajes de texto funcionan muy bien y no son intrusivos), hazle compañía cuando puedas y recuérdale a tu amigo o familiar que lo amas y que estás de su lado. 

Reconoce que no todos los problemas de salud mental tienen la misma forma

No todos los problemas de salud mental tienen el mismo aspecto. Algunas personas pueden tener problemas como resultado de un evento o circunstancia específica, mientras que otras pueden estar viviendo con un trastorno mental crónico. Si esto último es cierto para un ser querido, no esperes que lo “supere” como lo haría con una gripe.

Búscalo donde esté, recuérdale que comprendes que es algo con lo que está viviendo. Esto lo puedes hacer de diferentes maneras, dependiendo de lo que necesiten, por ejemplo: puedes comprender cuando cancelan sus planes porque han tenido un día muy difícil o adaptar tus planes para que ellos puedan participar. 

Normaliza hablar sobre salud mental

No esperes a que mencionen sus luchas, ni evites ser directo con ellos. Es importante que eliminemos el estigma de cuidar nuestra salud mental y hablemos de ello de la misma manera que hablaríamos sobre ir al médico o tomar medicamentos para una enfermedad física. Incluso podrías considerar abrirte y ser vulnerable al hablar sobre tu salud mental. De esta manera tu ser querido podrá sentirse en confianza y ser honesto sobre sus propios problemas de salud mental. 

Ahora, qué no deberías hacer:

No compares tu experiencia con la de otros

Es importante enfatizar este punto: las personas experimentan de manera diferente los problemas de salud mental. Con la intención de hacer sentir mejor a tu ser querido, es posible que sientas la tentación de decir algo como: “todo el mundo siente ansiedad, depresión, etc.”, o creas necesario mencionar que un conocido tuvo el mismo problema y que se ayudó con “x” estrategia. Pero resiste esa tentación. Aunque decir esas cosas puede ser útil en contextos muy específicos para normalizar la experiencia y hacer que las personas se sientan menos solas. También es muy posible que tengan un efecto contraproducente y que haga que tu ser querido se sienta presionado a superar el problema o que se minimice por lo que está pasando. 

Tampoco es muy útil recordarles por lo que deberían estar agradecidos. La positividad tóxica y la comparación con los demás pueden reforzar la idea de que los problemas no son importantes. 

No uses lenguaje estigmatizador

Ten cuidado con la forma en que hablas sobre la salud mental con tu amigo (¡y en general!). Evita usar palabras estigmatizantes como “loco”, o usar diagnósticos clínicos o medicamentos con ligereza en tus conversaciones. Por ejemplo: “eso es tan TOC” cuando alguien es muy organizado; o decirle a alguien “tomate tu pastilla” para que se calme. Tomate el tiempo para verificar tus propios prejuicios sobre la salud mental, atención y tratamientos. De esta manera le ahorrarás un dolor innecesario a tu ser querido. 

No tomes su comportamiento como algo personal

Las luchas por la salud mental de las personas a menudo no son lineales ni predecibles. Tal vez tu amigo se muestre conversador algún día y tal vez tu hermana siga cancelando las reuniones. Si bien puedes sentirte herido u ofendido por sus acciones, no asumas automáticamente que son un reflejo de cómo se siente tu ser querido contigo. 

En su lugar, usa estas señales como momentos para chequearlos, preguntarles qué puedes hacer para apoyarlos y recuérdales que estás disponible para ellos cuando te necesiten. 

No intentes controlar la situación

Cuando tienes a un ser querido que sufre o que está angustiado, es muy fácil intentar tomar el control de su vida y hacer los cambios necesarios que crees que aliviarán su sufrimiento. Pero esto disminuye su sentido de autogestión y autonomía. Debes acompañar a tu ser querido mientras navega sus propias luchas, sin dirigirlo ni presionarlo. Recuerda: no seas agresivo sobre lo que él o ella debería o no debería hacer y no le des ultimátums. 

No te desanimes

Puede sentirse impotente cuando estás ayudando y apoyando a un ser querido que está luchando y no ves que progresa. El hecho de que te sientas impotente no significa que no puedas ayudarlo. Tu ser querido no espera que le encuentres una solución mágica o que seas perfecto; sólo necesita que estés presente. 

No te agotes tratando de apoyar a tu ser querido

Cuanto mejor te cuides, mejor podrás apoyar a tu ser querido. Asegúrate de seguir cuidándote, haciendo las cosas que te gustan y recarga tus propias baterías mientras estás ahí para tu ser querido. Sé claro y directo acerca de tus límites y busca formas de respetar lo que necesitas para ayudarlos cuando te necesitan. 

No intentes arreglarlos

Las personas que luchan con su salud mental no están rotas y no necesitan ser reparadas. Al lanzarte con soluciones precipitadas y consejos, cuando no te los piden explícitamente, les estás enviado el mensaje de que lo que están viviendo está mal. Lo que en realidad sucede es que estás sintiendo tu propia incomodidad con lo que está pasando y quieres arreglarlo rápido. Ten en cuenta que tu impulso de intentar arreglar a un amigo o un familiar puede ser en realidad una manera de intentar aliviar y absolver tu propia incomodidad o ansiedad.

No evites los sentimientos que te surgen

Cuando vemos a nuestros seres queridos lidiando con algo doloroso, crónico o difícil de comprender, a menudo surgen nuestros propios sentimientos difíciles y nuestra propia incomodidad o ansiedad. Cuando esto sucede, es importante no esconder las emociones. Dedica tiempo para reflexionar sobre lo que sientes. 

Aquí hay algunas preguntas que puedes hacerte: ¿Estoy ansioso porque tengo miedo de lo que le pasara a mí ser querido? ¿Lo estoy evitando porque me siento impotente? ¿Estoy encontrándome con mis propios prejuicios y estigmas sobre la salud mental? ¿Estoy nervioso porque estoy resentido, agotado o simplemente confundido?

Es importante tener claridad sobre lo que sientes. De esta manera podrás cuidarte y seguir estando ahí para tu amigo o familiar. No te avergüences si te das cuenta de que podrías necesitar algún apoyo o atención profesional. Busca en tu localidad centros de apoyo que puedan ayudarte a cuidarte y apoyar a tu ser querido. 

  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Psicología del deporte (podcast)

  • 05/07/2021
  • Mariano Scandar

Federico Lande, Gretel Martinez y Mariano Scandar hablan sobre la interrelación entre psicología y deporte: Psicología del Deporte, psicología en el deporte, el rol del deporte en la psicoterapia. ¿Cómo aumentar la actividad física sobre la población general? ¿Qué sabemos a nivel científico sobre el rol de la actividad física en la salud mental. ¿Cómo los psicólogos contribuyen al trabajo con deportistas amateur y profesionales?

Escúchalo en Apple Podcast, Ivoox o Spotify.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Consumir cafeína con frecuencia se asoció con mayor riesgo de enfermedad ocular cegadora

  • 02/07/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Ingerir grandes cantidades de cafeína al día puede casi cuadriplicar el riesgo de glaucoma para las personas con predisposición genética a una presión ocular más alta, según un estudio internacional multicéntrico. Esta investigación mostró, por primera vez, una interacción genética-dietaria en el glaucoma. Sus resultados sugieren que los pacientes con un fuerte historial familiar de glaucoma deberían reducir el consumo de cafeína (Kim et al., 2021).

El glaucoma comprende un grupo de afecciones oculares que dañan el nervio óptico, cuya función más importante es recoger la sensibilidad de la vista y los daños que sufra pueden causar la pérdida de la visión. Frecuentemente, este daño se produce por una presión en el ojo más alta de lo normal. Si bien puede producirse a cualquier edad, es más común en adultos mayores y, de hecho, es una de las principales causas de ceguera para las personas con más de 60 años. 

La presión intraocular (PIO) elevada es un factor de riesgo integral para el glaucoma, aunque otros factores contribuyen a esta afección. Muchas formas de glaucoma no presentan signos de advertencia. El efecto es tan gradual que es posible que no notes un cambio en la vista hasta que la afección se encuentre en una etapa avanzada.



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Estudio

Los investigadores analizaron los registros de más de 120.000 personas entre los años 2006 y 2010. La información provino del UK Biobank, una base de datos biomédica a gran escala. Los participantes tenían entre 39 y 73 años y proporcionaron sus registros de salud junto con muestras de ADN, recolectadas para generar más datos. Respondieron a repetidos cuestionarios sobre su dieta enfocados en cuántas bebidas con cafeína tomaban diariamente, cuántos alimentos que contenían cafeína ingerían, los tipos específicos y el tamaño de las porciones. También respondieron preguntas sobre su visión, incluidos detalles sobre si tienen glaucoma o antecedentes familiares de glaucoma. Tres años después de iniciado el estudio, se les revisó la PIO y sus medidas oculares.

Los autores del estudio observaron la relación entre la ingesta de cafeína, la PIO y el glaucoma autoinformado mediante la ejecución de análisis multivariables. Luego evaluaron si tener en cuenta los datos genéticos modificaba estas relaciones. Asignaron a cada sujeto una puntuación de riesgo genético de PIO y realizaron análisis de interacción.

Hallazgos

La ingesta alta de cafeína no se asoció con un riesgo elevado de mayor PIO o glaucoma en general; sin embargo, entre los participantes con la predisposición genética más fuerte a la PIO elevada, dentro del 25% más alto, un mayor consumo de cafeína se asoció con PIO más alta y una mayor prevalencia de glaucoma. Más específicamente, aquellos que consumieron la mayor cantidad de cafeína diaria, más de 480 miligramos (que son aproximadamente cuatro tazas de café) tuvieron una PIO de 0.35 mmHg más alta. Además, aquellos en la categoría de puntaje de riesgo genético más alto que consumieron más de 321 miligramos de cafeína al día (aproximadamente tres tazas de café) tuvieron una prevalencia de glaucoma 3.9 veces mayor en comparación con aquellos que bebieron poca o ninguna cafeína y estaban en el nivel genético de riesgo más bajo. 

Estos hallazgos sugieren que las personas con mayor riesgo genético de glaucoma pueden beneficiarse de moderar su ingesta de cafeína. No obstante, destacan los investigadores que el vínculo entre la cafeína y el riesgo de glaucoma solo se observó con una gran cantidad de cafeína y en aquellos con el mayor riesgo genético. 

Referencia bibliográfica: Kim, J., Aschard, H., Kang, J. H., Lentjes, M. A. H., Do, R., Wiggs, J. L., Khawaja, A. P., Pasquale, L. R., & Modifiable Risk Factors for Glaucoma Collaboration. (2021). Intraocular Pressure, Glaucoma, and Dietary Caffeine Consumption: A Gene-Diet Interaction Study from the UK Biobank. Ophthalmology, 128(6), 866–876. https://doi.org/10.1016/j.ophtha.2020.12.009

Fuente: Science Daily

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