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Publicaciones por mes

agosto 2021

53 Publicaciones
  • Salud Mental y Tratamientos

7 principios de la práctica del mindfulness

  • 02/08/2021
  • David Aparicio

En su libro Vivir con plenitud las crisis, Jon Kabat-Zinn describe 7 principios o fundamentos para la práctica del mindfulness. Estos principios están incluidos de forma explicita o implícita en todos los programas de tratamiento basados en la atención plena, pero creo que es una buena oportunidad para recordarlos y abordarlos paso a paso con los consultantes antes de iniciar la práctica formal de mindfulness.

1. No enjuiciar

Los humanos tenemos la tendencia de categorizar y juzgar nuestra experiencia. Esta capacidad cognitiva es muy útil para ordenar el mundo y entenderlo, pero también nos encierra en reacciones automáticas que no permiten observar la realidad tal como es. Estos juicios bloquean nuestra perspectiva y nos impiden discernir lo que está ocurriendo en verdad y encontrar la paz interior. Por lo tanto, la práctica de mindfulness consiste en enfocar la atención en la experiencia, en el momento presente, sin quedarnos estancados en nuestras ideas, opiniones, gustos y aversiones.

Para practicar la habilidad de no enjuiciar lo único que debemos hacer es tomar conciencia de lo que ocurre. Sin luchar con los pensamientos ni los juicios. Solo notarlos y observarlos, sin reaccionar ni engancharte con ellos y dirigir la atención a la respiración.



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2. Mente de principiante

Confiamos demasiado en nuestros pensamientos, juicios y creencias y no nos damos cuenta de que, muchas veces, nos impiden ver las cosas como son. Son como lentes de colores y al usarlos a diario perdemos la capacidad de ver la amplia variedad de colores y matices que están en nuestro entorno. Así mismo, damos por sentado que ya lo sabemos todo y perdemos la curiosidad por conocer y describir la realidad. Pero si pudiéramos ver la riqueza del momento presente podríamos cultivar la habilidad de la mente de principiante, es decir una mente dispuesta a verlo todo como si fuera la primera vez.

Por lo tanto, sea cual sea la técnica o ejercicio de mindfulness que estés practicando, recuerda hacerlo con una mente de principiante. De esta forma podrás permanecer receptivo a las nuevas posibilidades y no atrapado en la arrogancia de nuestra propia mente que cree saber más de lo que realmente sabe.

Podemos practicar la mente de principiante como si la vida cotidiana se tratara de un experimento. La próxima vez que estás conversando con alguien, pregúntate si estás viendo a esa persona tal como es o si estás viéndola través de tus propios, juicios, pensamientos y sentimientos. Intenta practicarlo con tus seres queridos, compañeros de trabajo y hasta con tus mascotas. Esfuérzate por observar el cielo, las estrellas, los arboles y el agua y hacerlo con una mente limpia y despejada.

3. No forzar

“La meditación es diferente de cualquier otra actividad humana. Aunque requiera mucho trabajo y energía de un determinado tipo, lo cierto es que no tiene tanto que ver con hacer como no hacer. Su único objetivo consiste en ser nosotros mismos.» Kabat-Zinn

A menudo las personas inician la práctica de mindfulness con el objetivo de relajarse, iluminarse, controlar su dolor o convertirse en una mejor persona. Pero estos objetivos socavan el cultivo de la atención plena porque intentan cambiar la experiencia del momento presente, cuando el mindfulness es simplemente prestar atención a cada una de las cosas que aparecen instante tras instante. No es necesario lograr algo espacial ni forzarte a lograr nada. Simplemente presta atención con mucha curiosidad a tu experiencia. 

4. Paciencia

“La paciencia es una forma de sabiduría. Demuestra que entendemos, y aceptamos que las cosas se despliegan a su ritmo.” Kabat-Zinn.

Practicar mindfulness no es fácil y muchas veces los consultantes se impacientan con el proceso porque esperan encontrar inmediatamente un efecto poderoso que los libre de las sensaciones de tensión, nervios o miedo. Es entendible. Están sufriendo y están buscando alivio a todo ese malestar.

Por eso es muy importante que los terapeutas que usan el mindfulness, se tomen el tiempo necesario para explorar sobre las expectativas de los consultantes y reforzar la idea de que al practicarlo debemos ser pacientes con nuestro cuerpo y con nuestra mente. Para lograrlo, es necesario que podamos darnos el espacio suficiente para tener cualquier sensación que estamos experimentando y tratar cada experiencia con la amabilidad y cuidado que tendríamos al tratar un objeto muy valioso.

Jon Kabat-Zinn lo expresa de esta manera:

La paciencia es una cualidad especialmente útil de invocar cuando nuestra mente está agitada. Puede ayudarnos a aceptar la tendencia de la mente a divagar y recordarnos que no tenemos que acompañarla en sus excursiones. La práctica de la paciencia nos recuerda que no es necesario llenar de actividades e ideas nuestros momentos para que, de ese modo, sean más ricos. De hecho, nos ayuda a recordar que lo cierto es exactamente lo contrario. Ser paciente consiste simplemente en permanecer completamente abiertos a cada momentos, aceptándolo en su plenitud y sabiendo que, como sucede con la mariposa, las cosas discurren en su propio ritmo.

5. Confianza

Algunas personas intentan copiar o venerar al terapeuta o entrenador de meditación y aceptan a ciegas sus palabras como verdades absolutas. Esta tendencia es contraria a la practica de mindfulness y por lo tanto se debe instar a las personas a que puedan desarrollar una confianza básica en sí mismas.

La práctica de mindfulness pasa por asumir responsabilidad de ser nosotros mismos y de aprender a escuchar nuestra ser y confiar en él. Cuanto más cultivemos esta confianza más sencillo resultará confiar en los demás y advertir su bondad básica.

6. Aceptación

La aceptación no es sinónimo de resignación pasiva, sino que es la decisión de ver las cosas tal como son. Es una actitud que nos prepara para el camino de actuar según nuestros valores en la vida, con independencia de lo que ocurra. Al aceptar nuestra realidad tenemos una idea clara de lo que está ocurriendo y así es más probable que sepamos lo que tenemos que hacer. De nada sirve malgastar nuestra energía y recursos al negar y luchar contra la realidad. Kabat-Zinn, lo explica así: “Cualquier posible cambio pasa por aceptarnos tal como somos. Y decidir hacerlo así es un acto inteligente y compasivo con uno mismo”.

Kabat-Zinn aborda la aceptación de la siguiente manera:

La práctica de la meditación consiste en el cultivo de la aceptación de lo que cada momento nos trae y de permanecer con ello tal cual es, sin superponer nuestras ideas de lo que “deberíamos” estar sintiendo, pensando o viendo. Muy al contrario, nos recuerda la necesidad de permanecer receptivos y abiertos a lo que estemos sintiendo, pensando o viendo, y aceptarlo por el simple hecho de que ahora está aquí. Si mantenemos nuestra atención centrada en el presente, podemos estar seguros de que, sea lo que fuere aquello a lo que en este momento estemos prestando atención, acabará cambiando, lo que nos proporcionará la oportunidad de ejercitar la aceptación independientemente de lo que pase en el instante siguiente. Es innecesario insistir en la sabiduría encerrada en el cultivo de la aceptación.

7. Soltar

Kabat-Zinn explica que cuando empezamos a prestar atención a nuestra experiencia interna, a menudo descubrimos la existencia de ciertos pensamientos, sentimientos y situaciones a los que la mente insiste en aferrarse. Si los pensamiento y sensaciones son agradables intentamos aferrarnos a ellos, pero si son dolorosos o desagradables intentamos protegernos y escapar rápidamente de ellos. Hay una buena metáfora en video que explica este principio y que puedes ver en Youtube.

Con la practica de mindfulness dejamos la tendencia a aferrarnos o rechazar algunos aspectos de nuestra experiencia y lo único que hacemos es observar nuestros pensamientos, emociones y sensaciones con intencionalidad. Si nos es difícil soltar algo porque tiene un fuerte poder sobre nuestra mente, podemos dirigir nuestra atención hacia lo que se siente aferrarse a ello. El hecho de estar dispuestos a ver el modo en que nos aferramos pone de relieve nuestros propios apegos independiente de cuales sean estos y sus efectos en nuestra vida.


Estos principios deben ser abordados con calma y muchos ejemplos, incluso es crucial que el terapeuta también pueda utilizar ciertos ejemplos propios para ayudar a que las personas entiendan que son procesos que todos los practicantes de mindfulness atraviesan y aprenden.

El libro Vivir con plenitud las crisis está disponible en Amazon, versión impresa y en versión digital (Kindle).

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cómo ayudar a alguien que está jodido

  • 02/08/2021
  • Buenaventura del Charco Olea

Creo que tener mal a un ser querido es una de las peores experiencias posibles. Verle destrozado, roto por la preocupación, el miedo o el dolor arrasa con uno por dentro. Sentimos, o más bien decidimos, que su dolor es el nuestro porque nos importa, porque le queremos, y eso nos mueve a intentar ayudarlo, a querer hacer lo que esté en nuestra mano por calmarlo, y, sobre todo, por intentar solucionar su problema.

El problema es que muchas veces es esa angustia que sentimos al ver sufrir a un ser querido lo que nos lleva a hacerlo de forma brusca, y sobre todo, tratando de “zanjar” el asunto cuanto antes: darle una solución y animarlo. Esas prisas (aunque evidencian lo mucho que nos importa la persona y nos conmueve su dolor) conllevan una serie de problemas y errores frecuentes que voy a intentar desgranar es este texto.

En primer lugar y como regla fundamental, no critiques ni juzgues a la persona que está mal, por mucho que su malestar provenga de sus propias acciones o actitud al encararlo. Básicamente porque si está jodido, que le metas los dedos en las heridas no le va a ayudar, más bien lo contrario, y, a la postre, si se siente atacado se cerrará en banda y no escuchará nada de lo que le digas, por mucho que sean verdades como puños. Piensa en un niño llorando, angustiado y lleno de dolor y rabia, ¿crees que en ese estado emocional va a entender nada de lo que le digas? Primero necesita consuelo, y, una vez se calma, puede tener apertura mental para otras cosas.



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Si los problemas son fruto de su comportamiento, muestra interés y ayúdale a entender por qué lo está haciendo mal y se sabotea, preguntas del tipo “¿qué es lo que te lleva a actuar así? ¿de qué tratas de protegerte con eso?” son frecuentes en las terapias porque son tremendamente clarividentes. Muchas veces hacemos las cosas mal y no las podemos cambiar porque no entendemos por qué funcionamos así.

Como segunda idea, céntrate en la persona más que en el problema en sí. Por un lado, porque muchas veces te vendrán con un problema sin solución (“mi madre ha muerto”) o que tiene una solución que no depende al 100% ni de ti ni de él (“estoy en el paro”). Con frecuencia, como vemos mal a un ser querido nos centramos en el problema, ya que es algo más “neutro” y que cuesta menor mirar que el dolor, pero cuando las personas tienen un problema, en el fondo tienen dos: el problema en sí y cómo se sienten con el problema propiamente dicho.

Normalmente las personas se sienten furiosas consigo mismas, tristes por lo que ocurre, asustadas o vulnerables por el problema, ya sea porque es algo que va inherente en el problema en si (como cuando cierra la empresa en la que trabajamos), porque toca algo de ellos, como por ejemplo tienen poca autoestima y todo lo atribuyen a que son tontos, o porque para manejar su dolor entran en esos estados mentales de preocupación o culpa. En ese segundo problema (el cómo se sienten con ello) siempre puedes hacer algo, porque no es lo mismo estar triste porque te ha dejado tu novia y sentirte solo, que estar triste porque te ha dejado tu novia, pero sentirte acompañado por tu amigo. Muchas veces, al centrarte en el problema, dejas a la persona sola (no le preguntas por cómo está, no le das cariño, ya que sólo hablas de “cómo solucionarlo” o de lo que ha pasado).

Artículo recomendado: Cómo ayudar a un ser querido que sufre problemas de salud mental

No le pidas que sea optimista o mire el lado bueno de nada, la persona está mal, está con su dolor, la vida le ha dado un buen golpe y tiene derecho a estar así (de hecho, estará así hasta que alguien le de consuelo) ya sea él mismo, pero también, y eso sí que es una ayuda eficaz, puedes ser tú. Antes de hacer algo y librar una batalla necesitamos reponernos del golpe y curar las heridas (aunque sólo sea parcialmente) y tenemos derecho a gritar o llorar de dolor un momento. El mal llamado “pensamiento positivo” está privando a la gente del derecho a lo que es la respuesta natural, cuando algo te duele, estás triste. Sería incongruente y profundamente deshonesto que no fuese así. No culpabilicemos a la gente por estar mal cuando algo le duele y la vida le golpea. Además, que no mirar el problema y ver “el lado bueno” no le va a ayudar a solucionar el problema ni a asumir su difícil y no querida situación actual. Y para salir de algo, primero tienes que aceptarlo y eso sólo se hace mirándolo y llorando.

Tampoco le digas a la persona “que pase” del problema o que no es tan importante, si su cabeza va a ese tema una y otra vez, es porque ese tema tiene algo por resolver y no necesita evitarlo, sino responsabilizarse y afrontarlo. Además de que psicológicamente no es posible, estamos diseñados para que nuestra atención se focalice en ello.

Quédate a su lado y ofrece un hombro sobre el que llorar, muéstrale que te conmueve y te importa. Normalmente, necesitamos más un bastón en el que apoyarnos que un consejero.

Artículo publicado en el blog de Buenaventura del Charco Olea y cedido para su republicación en Psyciencia.

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La música instrumental también puede afectar tu sueño

  • 02/08/2021
  • Maria Fernanda Alonso

Escuchar la música que nos gusta es agradable. Podemos pensar que nos ayuda tanto si queremos “activarnos”, como si buscamos relajarnos y entrar en el “modo descanso”, para terminar el día. Pero el hecho de que sea agradable no siempre significa que sea bueno para la salud: una investigación reciente encontró que la música a la hora de dormir se asoció con más interrupciones del sueño, y que la instrumental es incluso peor que la música con letra (Scullin et al., 2021).

Primer estudio

En un primer estudio, el equipo pidió a 199 voluntarios que viven en EE.UU. que informaran sobre la calidad de su sueño y la frecuencia y el tiempo en que escuchaban música, así como sus creencias sobre cómo esto afectaba su sueño. 



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Hallazgos

El 87% de las personas creía que la música mejoraba el sueño, o al menos no lo interrumpía. Sin embargo, el equipo descubrió que más tiempo total dedicado a escuchar música se asoció con un sueño más deficiente y somnolencia diurna. Un poco más de las tres cuartas partes de los participantes también informaron haber experimentado frecuentes «gusanos de oído»: esto es tener una canción o melodía «atascada» y reproduciéndose en sus mentes. Una cuarta parte informó haber experimentado estos síntomas durante la noche al menos una vez a la semana, y estas personas tenían (como era de esperar) seis veces más probabilidades de informar una mala calidad del sueño.

El análisis del equipo sugirió que escuchar específicamente música instrumental cerca de la hora de acostarse estaba relacionado con más “gusanos de oído” relacionadas con el sueño y una peor calidad del sueño.

Segundo estudio

Posteriormente, los investigadores llevaron adelante un estudio experimental con 48 adultos jóvenes. Después de llegar al laboratorio del sueño a las 8.45 p.m., los participantes fueron a una habitación tranquila y con poca luz, donde completaron una serie de cuestionarios que incluían medidas de estrés, calidad del sueño y somnolencia diurna. También se les aplicaron electrodos, listos para la polisomnografía nocturna (que registró la actividad de las ondas cerebrales, así como la frecuencia cardíaca y la respiración), e informaron sobre lo relajados, nerviosos, enérgicos, somnolientos y estresados ​​que se sentían.

A las 10 pm, se les dio un «tiempo de inactividad», con música tranquila. La mitad fue seleccionada al azar para escuchar tres canciones: «Don’t Stop Believin» de Journey, «Call Me Maybe» de Carly Rae Jepsen y «Shake It Off» de Taylor Swift, mientras que la otra mitad escuchó versiones solo instrumentales de estas. mismas canciones. (El equipo eligió estas canciones porque se sabe que causan gusanos de oído y era probable que fueran muy familiares para los participantes).

Hallazgos

Los participantes informaron una disminución en el estrés y el nerviosismo y una mayor relajación después de escuchar cualquiera de las canciones, y también mostraron una disminución en la presión arterial. Entonces, como también sugirieron estudios anteriores, la música tranquila a la hora de acostarse fue realmente relajante en ese momento. Sin embargo, una cuarta parte de los participantes se despertó del sueño con un “gusano de oído”, y los datos de polisomnografía mostraron que las versiones instrumentales de las canciones tenían más probabilidades de desencadenar estos despertares, así como de causar otras interrupciones del sueño, como cambios de un sueño más profundo a un sueño más ligero. Tomados en conjunto, los hallazgos representan «evidencia causal de que la música instrumental a la hora de dormir afecta la calidad del sueño al inducir gusanos auditivos», señalaron los investigadores.

Los datos del EEG mostraron que los participantes que se despertaron con un “gusano de oído” tenían «oscilaciones frontales lentas» significativamente mayores: una firma clásica de consolidación de la memoria durante el sueño. También se observaron oscilaciones lentas asociadas a los “gusanos de oído” en la corteza auditiva, que procesa los sonidos. Los despertares parecen, entonces, resultar de la reactivación de melodías que se escuchan durante el día durante el sueño, como parte del proceso de consolidación de la memoria. Los datos generales del equipo sugieren que es más probable que esto suceda cuando las melodías se escuchan a la hora de acostarse y son instrumentales.

No está claro por qué las canciones solo instrumentales tendrían mayor impacto que la música con letra. Las tres canciones utilizadas en este estudio se eligieron porque probablemente les resultarían familiares a los participantes. Escuchar las canciones sin la letra podría haber provocado que sus cerebros intentaran agregar las palabras, lo que podría haber hecho que los “gusanos de oído” fueran más probables. Si este es el caso, es posible que no toda la música instrumental tenga el mismo efecto. Sin embargo, los datos del primer estudio son consistentes con la idea de que la música instrumental en general es un problema mayor.

Finalmente, los autores recomiendan que si tenés problemas con “gusanos de oído” por las noches, limites la cantidad de música que escuchás en el día y evites escuchar música antes de acostarte. En su lugar, recomiendan dedicar de 5 a 10 minutos a escribir una lista de tareas para el día siguiente, basados en los hallazgos de un estudio anterior que sugiere que esto ayuda a las personas a conciliar el sueño (Scullin et al., 2018). 

Referencias bibliográficas:

  • Scullin, M. K., Gao, C., & Fillmore, P. (2021). Bedtime Music, Involuntary Musical Imagery, and Sleep. Psychological Science, 32(7), 985-997. https://doi.org/10.1177/0956797621989724
  • Scullin, M. K., Krueger, M. L., Ballard, H. K., Pruett, N., & Bliwise, D. L. (2018). The effects of bedtime writing on difficulty falling asleep: A polysomnographic study comparing to-do lists and completed activity lists. Journal of Experimental Psychology. General, 147(1), 139-146. https://doi.org/10.1037/xge0000374

Fuente: Research Digest

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