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Publicaciones por autor

Alejandra Alonso

640 Publicaciones
Licenciada en Psicología, editora y miembro fundador de Psyciencia.com. Master en Análisis de Conducta Aplicado.
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Jerarquía social basada en prestigio o dominación en grupos formados naturalmente

  • Alejandra Alonso
  • 26/06/2019

Existe evidencia de que para alcanzar cierta jerarquía social las personas seguimos uno de dos caminos: la dominación o el prestigio. La dominación se describe como el uso de la fuerza e intimidación para producir miedo; el prestigio, por otro lado, se trata de compartir la experiencia (conocimientos y/o habilidades) para ganar respeto.

Sin embargo, la mayoría de los estudios sobre el tema han sido realizados utilizando situaciones sociales artificiales: se examinaron grupos de extraños que se juntaron por un período corto de tiempo en un laboratorio.

Charlotte Brand y Alex Mesoudi quisieron observar cómo la jerarquía social basadas en dominación o prestigio afectaba a grupos sociales reales. Para eso reclutaron 30 grupos que realizaban actividades tan diversas como cantar en un coro o participar de un club de ajedrez. Eran de Cornwall, Reino Unido, y cada uno de los grupos estaba formado por 5 individuos.

Los participantes debían completar un cuestionario de 40 items que cubría temas como arte y geografía, primero solos y luego con su grupo. Se les pedía a los grupos que llegaran a un acuerdo para cada respuesta. El grupo que obtuviera el puntaje más alto ganaría una recompensa. También debían elegir un representante que contestara preguntas de bonificación.

Por último, los sujetos calificaban de forma anónima a todos sus compañeros en escalas de prestigio, dominación, simpatía e influencia en la tarea.

Los participantes calificados con mayor influencia tenía más probabilidades de ser calificados como altamente prestigiosos o dominantes. Para los autores, esto sugiere que ambas estrategias pueden ser utilizadas para obtener un estatus en los grupos, coincidiendo con resultados de estudios previos. La dominación y el prestigio no se relacionaron entre ellas, indicando que cada estrategia es muy distinta.

Un resultado interesante fue el hecho de que ninguna de las dos estrategias determinaron si alguien sería elegido para tomar las preguntas de bonificación. Los candidatos elegidos fueron aquellos que habían puntuado más alto en el cuestionario individual, sugiriendo que otros miembros del grupo habían notado su pericia en este contexto específico y habían tomado una decisión práctica.

Este último detalle contrasta con otras investigaciones que han concluido que el prestigio tiene mayor influencia sobre la conducta del grupo. Los científicos creen que esto demuestra una de las desventajas de hacer investigaciones solamente en el laboratorio: en grupos naturales, donde los integrantes han tenido tiempo de interactuar y las jerarquías se han formado, la dinámica puede ser diferente a la de extraños que recién se han conocido.

Otro resultado muy interesante tiene que ver con la edad y el sexo de los participantes. La edad se relacionó con el prestigio y también con la dominación.

En cuanto al sexo, era menos probable que las mujeres fueran nominadas para la ronda de preguntas de bonificación, incluso aunque sus cuestionarios individuales y calificaciones de simpatía no eran diferentes a las de los hombres. Los autores creen que tal vez se deba a que las mujeres demuestras una confianza menor en promedio.

Para el grupo de investigadores, sus resultados sugieren que el prestigio y la dominación existen en los grupos sociales que se forman naturalmente, pero que dichas jerarquías podrían ser más específicas a cada dominio y menos flexibles de lo que se pensaba.

Finalmente, ellos sugieren algunas recomendaciones para futuros estudios:

  1. Utilizar muestras más diversas demográficamente.
  2. Explorar el vínculo entre prestigio y conocimiento.
  3. Profundizar sobre la especificidad de dominio y la generalidad del prestigio y la dominación.

Referencia del estudio original: Brand, C. O., & Mesoudi, A. (2019). Prestige and dominance-based hierarchies exist in naturally occurring human groups, but are unrelated to task-specific knowledge. Royal Society Open Science, 6(5), 181621. doi:10.1098/rsos.181621 

Fuente: BPS

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Muchos idiomas han enriquecido a la Psicología y deberían seguir haciéndolo

  • Alejandra Alonso
  • 20/06/2019

Las investigaciones sobre el Principio de Relatividad Linguística o PRL (también conocido como la hipótesis Sapir-Whorf) nos han mostrado que el lenguaje que hablamos tiene un importante efecto sobre cómo experimentamos y entendemos la vida, impactando áreas tan diversas como nuestra percepción del tiempo y el espacio y la construcción de nuestra identidad.

¿Qué implicaciones tiene la PRL para la psicología?

Como ciencia, la psicología tiene el objetivo de ser neutral y objetiva y de descubrir verdades universales sobre la mente humana. Sin embargo, como sabemos muy bien los psicólogos, el idioma principal en la mayoría de las investigaciones, conferencias y revistas científicas es el inglés. Si un fenómeno no ha sido identificado en inglés, es poco probable que se le de relevancia.

Sin embargo la psicología ha tomado prestadas muchas palabras de otros idiomas y culturas. Tim Lomas analizó una muestra de estas palabras y publicó sus resultados en el Journal of Positive Psychology. Para ello buscó identificar la etimología de cada palabra en el texto principal de un artículo de Seligman y Csikszentmihalyi, utilizando un diccionario de etimología online.

Resultados

Los resultados de Lomas revelaron las diversas raíces etimológicas de la psicología y del inglés, en sentido más amplio. Solo el 39.4% de las 1333 palabras eran “nativas” del inglés. Por ende, más del 60% de las palabras del artículo han sido tomadas prestadas de otros idiomas en algún punto en el desarrollo del inglés. El porcentaje es más alto que análisis realizados para otras categorías como religión (41%), ropa y aseo (39%), cuerpo (14%), relaciones espaciales (14%), sentido de percepción (11%) e inglés como un todo (estimado entre 32 y 41%).

En el texto que se analizó, las mayores contribuciones vienen del latín (44.5%), seguidas del francés (7%), el griego (7%), el alemán moderno (0.7%), el nórdico antiguo (0.5%), el italiano (0.4%) y el árabe, el holandés y el escocés (los tres juntos conforman el 0.1%). De las palabras calificadas como originales del inglés, 52.1% son neologismos creados por otros lenguajes (mayormente latin y griego). Si se las agregara a la categoría de palabras “prestadas”, el porcentaje de estás últimas subiría a 70.

Por qué hay tantas palabras “prestadas”

Lomas explica que algunas veces el préstamo refleja importación de ciertas teorías psicológicas, como el psicoanálisis (al que Freud llamó psychische analyse, luego fue utilizado en francés como psychoanalyse y por último adoptado por los anglosajones alrededor de 1906).

Otras palabras prestadas articulan fenómenos que ya se conocían pero no tenían nombre o no habían sido conceptualizados en inglés, dando paso a la adopción de términos para permitir la vocalización. Tal es el caso de la palabra altruismo (altruism) que, aunque es un fenómeno que se ha visto a través de los siglos, la palabra aparece en los años 1830, en francés altruisme utilizado por el filósofo August Comte, basado en autrui y poco tiempo después entraría al inglés.

Cómo influyó en la psicología

El préstamo de palabras ha hecho que nuestra comprensión de la vida sea mas matizada y rica. En ese sentido la psicología debería seguir y comprometerse más consciente y activamente con palabras de otros lenguajes y culturas.

Lomas ha comenzado un proyecto lexicográfico a través del cual quiere coleccionar palabras no traducibles (es decir que no tienen un equivalente en inglés) que se relacionen con el bienestar. Es un trabajo en curso, colaborativo y evolutivo. Actualmente incluye 1200 palabras, la mitad de las cuales le han sido sugeridas en su sitio web.

Su proyecto propone que la psicología puede comprometerse con ideas y prácticas que no vienen del inglés de forma mas inclusiva y sistemática (abarcado colaboraciones y co-producciones con colegas de otras culturas). Lomas espera poder contribuir así a un mayor desarrollo del campo.

Referencias del estudio original: Lomas, T. (2019). Etymologies of well-being: Exploring the non-English roots of English words used in positive psychology. The Journal of Positive Psychology, 1–17. doi:10.1080/17439760.2019.1615107

Fuente: BPS

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Salto y caída libre: Qué impacto tiene una actividad extrema en las habilidades cognitivas

  • Alejandra Alonso
  • 19/06/2019

Muchas investigaciones han demostrado en el laboratorio que los procesos cognitivos se ven afectados por las emociones y se ha argumentado que una mayor excitación perjudica algunos de esos procesos, explican los autores de un novedoso estudio llevado a cabo por la Universitat Autònoma de Barcelona.

El problema al poner a prueba estas relaciones es que no se pueden inducir artificialmente emociones intensas por razones éticas y prácticas.

El grupo de científicos dice que existen pocos estudios que hayan explorado el impacto de las respuestas afectivas en las habilidades cognitivas en contextos reales. Ellos investigaron los efectos de un nivel de excitación alto en el desempeño cognitivo al enfrentar una situación de riesgo. También observaron cómo ese efecto podría ser moderado por sentimientos positivos o negativos (algo que llamaron valencia).

Una situación de la vida real fue llevada a cabo con 39 participantes voluntarios que realizaron una actividad de caída libre (bungee jumping) y otros 39 que formaron el grupo control. El 56% de los que saltaron eran hombres, las edades oscilaban entre los 18 y 39 años. El 90% de los participantes no tenía experiencia previa con salto y caída libre.

Para esto aplicaron instrumentos que evaluaban la memoria de trabajo, la atención selectiva y la toma de decisiones.

Se evaluó a los participantes antes de saltar y dos veces luego de haberlo hecho. El grupo control sirvió para descartar efectos de aprendizaje por haber tomado las mismas pruebas 3 veces en un corto período de tiempo.

Resultados

Adicionalmente se midieron la valencia y exitación antes y dos veces después para saber si la actividad induciría cambios agudos. Lo primero que encontraron fue que la actividad sí fue capaz de producir dichos efectos en los participantes que saltaron y estos perduraba en el tiempo.

Memoria de trabajo

Se observó una mejora general en las tareas que evaluaban memoria de trabajo. Por otro lado, no se observaron mejoras en el grupo control, confirmando que los resultados no se deben a aprendizaje.

Atención selectiva

Esta habilidad no parece haberse visto afectada por la actividad, ya que ambos grupos se desempeñaron igual en las 3 fases de evaluación. Los investigadores creen que aquí sí pudo haber un efecto de aprendizaje, debido a la naturaleza de la tarea (relativamente corta y poco desafiante).

Toma de decisiones

También se vieron mejoras en la habilidad de toma de decisiones luego del salto y caída libre. Por otro lado, los resultados del grupo control se mantuvieron en todas las fases, con lo cual se descartó el efecto de aprendizaje.

Para los autores sus resultados, en conjunto, muestran que el salto y caída libre o bungee jumping, aunque puede inducir niveles agudos de excitación, no reduce el desempeño de las habilidades cognitivas. Mas bien encontraron que una alta excitación acompañada de una valencia positiva o mejoraba el desempeño o llevaba a una falta de discapacidad.

La diferencia crucial entre este estudio e investigaciones previas es que éstos últimos fueron realizado en situaciones de emergencia o estrés, mientras que el primero fue realizado en un contexto recreativo.

“No podemos descartar la posibilidad de que en esos estudios los participantes experimentaron estresores utilizados como negativos. La disminución en las habilidades cognitivas encontrada en estudios previos ha sido tradicionalmente explicada por la teoría de eficacia de procesamiento, que se basa primariamente en la ansiedad,” escriben los autores. Además argumentan que la ansiedad y la excitación son conceptos diferentes que no deben usarse indistintamente, sobre todo porque la ansiedad implica una valencia negativa y poco dominio.

Referencias del estudio original: Judit Castellà, Jaume Boned, Jorge Luis Méndez-Ulrich & Antoni Sanz (2019): Jump and free fall! Memory, attention, and decision-making processes in an extreme sport, Cognition and Emotion, DOI: 10.1080/02699931.2019.1617675

Fuente: BPS

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Aprendizaje al aire libre: beneficios para alumnos y docentes

  • Alejandra Alonso
  • 16/06/2019
Aprendizaje

El bienestar y la salud de los niños repercute en sus logros académicos. El aprendizaje al aire libre es un enfoque utilizado para mejorar el compromiso con la escuela, enriquecer el aprendizaje y mejorar el bienestar y la salud de los chicos, explican los autores de un estudio reciente.

Los científicos notaron que dicho enfoque no es reconocido para el trabajo con niños de primaria y secundaria, solamente preescolar. El objetivo de su investigación fue explorar la perspectiva y experiencia de directores, maestros y alumnos de un programa de aprendizaje al aire libre.

Los alumnos tenían entre 9 y 11 años y eran de South Wales, Reino Unido.

Se realizaron entrevistas con directores (n=3) y maestros (n=10) y grupos de enfoque con alumnos de tres escuelas primarias (10), antes y después de implementar el curriculum basado en aprendizaje al aire libre.

Los científicos encontraron varios beneficios percibidos por alumnos y escuelas. Los pupilos y docentes notaron un mayor compromiso con el aprendizaje, la concentración y la conducta, además de un impacto positivo en el bienestar y la salud y la satisfacción laboral de los docentes.

Esta no es la primera vez que se investigan las bondades de la naturaleza. Sabemos que tiene beneficios para nuestra salud mental y física (1,2), nuestra memoria y atención, además de reducir conductas agresivas (1,2). Y estos resultados se han observado en muestras de todas las edades.

Limitaciones

Las siguientes son limitaciones nombradas por el grupo de investigadores:

  1. El porcentaje de niños que califican para recibir comidas gratis en la escuela se encuentra por debajo del promedio en las instituciones que participaron, es decir que se consideraría una escuela con menos necesidades.
  2. La muestra fue pequeña y se presentó homogeneidad en cuanto a la raza. Futuros estudios deben incluir muestras más grandes, que representen varios niveles socio-económicos, razas y culturas.
  3. Las escuelas que participaron contaban con áreas verdes o ambientes naturales cercanos. Sin embargo no se documentó la disponibilidad. Otros estudios podrían documentar las experiencias y procesos de implementación en escuelas con acceso limitado.

Referencias del estudio original: Emily Marchant, Charlotte Todd, Roxanne Cooksey, Samuel Dredge, Hope Jones, David Reynolds, Gareth Stratton, Russell Dwyer, Ronan Lyons, Sinead Brophy. Curriculum-based outdoor learning for children aged 9-11: A qualitative analysis of pupils’ and teachers’ views. PLOS ONE, 2019; 14 (5): e0212242 DOI: 10.1371/journal.pone.0212242

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Una tríada peligrosa: indicadores asociados a mayor riesgo de abuso infantil

  • Alejandra Alonso
  • 13/06/2019
Abuso físico infantil

Los profesionales juegan un rol clave en cuanto a la identificación de niños maltratados. Existen algunas herramientas que ayudan a monitorear el abuso físico en la infancia, una de las más populares es el Child Abuse Potential Inventory que cuenta con validaciones en México, España y Argentina.

El instrumento examina la relación del niño con su cuidador, retrasos para llevarlo al médico, lastimaduras no justificadas, etc. Monitorear a todos los niños y la familia (conocido como monitoreo universal) sería la forma más inclusiva de detectar casos de maltrato, sin embargo el riesgo de falsos positivos que presentan los instrumentos de detección actuales es alto y la OMS pide precaución por esta razón, explican los autores de una investigación reciente.

Factores de riesgo

Según los científicos existen estudios que han explorado la relación entre el divorcio, el consumo de sustancias, el desempleo y el maltrato infantil, encontrando que las adicciones muestran una asociación más fuerte.

Adicionalmente existen datos que sugieren que la violencia doméstica podría ser otro factor de riesgo.

Por último, el equipo nombra ciertos estudios que indican que los chicos con padres diagnosticados con problemas de salud mental están en mayor riesgo de negligencia o abuso. Los niños con un padre diagnosticado con depresión tienen mayor riesgo de experimentar trastornos del estado de ánimo, problemas internalizantes y externalizantes, síntomas depresivos, mayores tasas de consumo de alcohol y otras drogas.

Objetivo del estudio

Basados en los datos antes mencionados, los científicos quisieron conocer si ésta tríada (salud mental de los padres, adicciones de los padres y violencia domestica entre padres) se asociaba al abuso físico infantil. Ellos hipotetizaron que un mayor número de factores de riesgo se asociaría a niveles mas altos de abuso físico.

Metodología

El estudio utilizó información de dos olas de datos: el Brief Risk Factor Surveillance Survey (BRFSS) del 2010 recolectado por el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) en cinco estados de EE.UU; y el BRFSS del 2012 recolectado en tres estados. En ambas olas los participantes tenían más de 18 años. En la primera fueron reclutados 9,241 hombres y 13,627 mujeres y en la segunda 11,656 hombres y 18,145 mujeres.

Los datos se combinaron con un modelo acumulativo (considerando solo los casos donde se presentaban los 3 indicadores de riesgo) y un modelo de grupo (considerando combinaciones particulares de algunos de los tres indicadores).

El BRFSS incluía los tres indicadores de riesgo en su exploración. En cuanto al abuso físico, se indagaba de la siguiente manera: “Antes de los 18 años, ¿cuán a menudo uno de tus padres o adultos en la casa de golpeaba, pateaba o lastimaba físicamente de alguna manera? No incluyas las nalgadas.”

Resultados

La violencia domestica fue, por lejos, el factor de riesgo más sobresaliente. Era superior a las adicciones y trastornos mentales tanto si se consideraba a estas dos de forma aislada o en conjunto.

Los autores explican que el vínculo entre la violencia domestica y el maltrato infantil puede deberse a que usualmente en esos casos también hay exposición a estresores y adversidades como el desempleo, las ofensas criminales, la pobreza, los problemas de pareja y las enfermedades físicas y mentales.

Los hallazgos en ambos géneros y ambas olas de datos muestran también que un tercio de los que experimentaron dos de los factores de riesgo, reportaron abuso físico en la infancia. El riesgo subía a 2 tercios si estaban presenten los tres factores.

Según los autores, sus análisis sugieren que si dos o más de los factores de riesgo están presentes, se debe realizar un monitoreo para identificar casos de maltrato infantil. Sin embargo, debido a lo observado en relación a la violencia domestica, ellos sugieren que, de estar presente (aún siendo el único indicador de riesgo reportado), también debería hacerse el monitoreo.

Además recomiendan que se expandan el monitoreo y la evaluación incluyendo características familiares (educación de los padres, desempleo, estado civil) y variables contextuales (barrios con niveles altos de pobreza, desempleo y aislamiento de los niños).

Limitaciones del estudio

El grupo de investigadores menciona algunas limitaciones:

  1. La utilización de autorreportes para determinar abuso físico infantil y de forma retrospectiva, ya que se ha observado que suele ser sub-reportado los casos de abuso.
  2. Se desconoce si las adversidades sucedieron en un solo momento o en momentos diferentes de la infancia del participante. Al ser difícil de establecer de forma retrospectiva, podría suceder que el abuso físico sucedió antes de presentarse enfermedades mentales, adicciones o violencia domestica en los padres.
  3. Se debe establecer la sensibilidad del modelo híbrido propuesto en niños asintomáticos antes de adoptarlo.

A pesar de las limitaciones, los autores afirman que existe una correlación fuerte entre las adicciones, los trastornos mentales, la violencia domestica y el abuso físico infantil. Esperan que su contribución mejore el proceso para detectar y prevenir éstos casos de abuso y las consecuencias que suelen traer.

Referencias del estudio original: Esme Fuller-Thomson, Jami-Leigh Sawyer, Senyo Agbeyaka. The Toxic Triad: Childhood Exposure to Parental Domestic Violence, Parental Addictions, and Parental Mental Illness as Factors Associated With Childhood Physical Abuse. Journal of Interpersonal Violence, 2019; 088626051985340 DOI: 10.1177/0886260519853407

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Adolescentes: ¿Por qué se recomienda cambiar el horario de la escuela?

  • Alejandra Alonso
  • 11/06/2019

Sabemos que el sueño afecta los procesos cognitivos, el estado de ánimo e incluso nuestra salud física y mental. Adicionalmente, investigaciones han mostrado que el reloj biológico se ve alterado en los adolescentes; el resultado es que a los chicos les da sueño más tarde.

El problema es que la mayoría de las escuelas comienza sus actividades muy temprano (7:30 am), razón por la cual muchos no duermen lo suficiente. Es importante saberlo porque no solo afecta los aspectos antes mencionados, sino que también su rendimiento académico.

La Academia Americana de Medicina del Sueño recomienda que los adolescentes comiencen la escuela a las 8:30 AM. Sin embargo, datos del Center for Disease Control and Prevention muestran que, en Estados Unidos, solo el 14% de las escuelas medias y el 19% de las secundarias siguen la recomendación.

En el otoño del 2017 Cherry School District en Colorado (EEUU) retrasó la hora de entrada de la escuela media 50 minutos y de la secundaria 70 minutos. Un año después del cambio, los autorreportes de sueño de los participantes mostraron varios beneficios.

El estudio involucró a 15,700 estudiantes de 11 a 16 años quienes completaron cuestionarios online antes de que se hiciera el cambio. Luego del cambio, en la primavera del 2018, participaron 18,607 alumnos. El cuestionario incluía preguntas sobre hora de acostarse en la semana y el fin de semana, duración total del sueño, participación en actividades extracurriculares, sueño al momento de realizar tareas y compromiso académico.

¿Qué encontraron?

Los estudiantes de escuela media reportaron un horario de descanso ligeramente más tarde los días de semana (8 minutos), la hora de despertar también sucedía más tarde (39 minutos) y el tiempo total de sueño se incrementó 31 minutos.

Al controlar ciertas variables, se halló que los resultados eran similares para alumnos de escuela secundaria.

Los fines de semana el tiempo de sueño en exceso disminuyó 38 minutos para los estudiantes de escuela media y 59 minutos para los de secundaria.

Significativamente más adolescentes obtuvieron tiempo de sueño suficiente:

  1. Escuela media: antes del cambio el 38% dormía 9 horas o más; luego del cambio el 44% lo hacía.
  2. Escuela secundaria: antes del cambio el 27% dormía 8 horas o más; luego del cambio el 58% lo hacía.

Menos adolescentes reportaron sentir sueño al completar sus tareas:

  1. Escuela media: antes del cambio 46%, luego del cambio el 35%
  2. Escuela secundaria: 71% antes del cambio versus 56% luego de éste.

Por último, los puntajes en un instrumento que medía compromiso académico eran significativamente más altos luego del cambio para ambos grupos.

En relación a las actividades extracurriculares, si bien se observaron disminuciones, éstas fueron mínimas.

Los científicos explican que su estudio provee más evidencia de que retrasar el horario de entrada en las escuelas se traduce en un incremento de la duración del sueño, entre otros beneficios.

Referencias del estudio original: Lisa J Meltzer, Janise McNally, Kyla L Wahlstrom, Amy E Plog. 0819 Impact of Changing Middle and High School Start Times on Sleep, Extracurricular Activities, Homework, and Academic Engagement. Sleep, 2019; 42 (Supplement1): A328 DOI: 10.1093/sleep/zsz067.817

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Comer tarde podría asociarse a la obesidad

  • Alejandra Alonso
  • 07/06/2019

Aunque estudios previos han visto una relación entre la obesidad y comer o dormir más tarde, son pocos los estudios que han evaluado tanto las comidas como el sueño en adultos con obesidad, explica la Dra. Adnin Zaman, autora principal de la investigación. En consecuencia, no está claro si comer más tarde en el día se asocia a un sueño más corto o a mayor grasa corporal.

Comprender más sobre este tema ayudará al desarrollo de intervención novedosas sobre pérdida y mantenimiento de peso, alterando conductas relacionadas al estilo de vida.

Metodología

Se utilizaron tres tipos de tecnología diferentes para registrar los patrones de sueño, actividad física y alimentación de los participantes. La nueva metodología permite hacer dichas mediciones diarias simultáneamente e identificar a las personas en riesgo de ganar peso.

La investigación duró una semana e incluyó la participación de 32 adultos con sobrepeso y obesidad, con una edad promedio de 36.4 años y un IMC promedio de 33.4. El 90% eran mujeres que se habían inscrito en una prueba para perder peso comparando restricción diaria de calorías con restricción en el tiempo de alimentación (es decir, solo podían comer durante ciertas horas del día).

Los sujetos utilizaron un dispositivo electrónico llamado activPAL en sus muslos, el cual mide el tiempo utilizado en actividad física o sedentaria. Adicionalmente contaban con un Actiwatch, que evalúa patrones de sueño/vigilia. Por último, se les pidió que utilizaran la aplicación MealLogger para fotografiar y marcar el tiempo de todas las comidas y bocadillos ingeridos durante el día.

Resultados

En promedio los participantes consumían alimentos por un período de 11 horas diarias y dormían 7 horas por noche. Las personas que comían más tarde en el día, también dormían más tarde, aunque la duración del sueño era la misma que la de aquellos que comían más temprano.

Comer más tarde se asoció con un índice de masa corporal más elevado, además de mayor grasa corporal.

Los resultados proveen mayor información sobre hábitos específicos que, de ser modificados, podrían mejorar la salud de las personas con obesidad. Sin embargo también nos muestra oportunidades nuevas en materia de investigación, utilizando tecnologías ya instaladas en la vida de un gran porcentaje de personas para obtener registros diarios de nuestras conductas. Tal vez esta información nos ayude a desarrollar programas de prevención y tratamiento para muchos problemas, entre ellos la obesidad.

Referencias del estudio original: Adnin Zaman, Corey Rynders, Sheila Steinke, Emma Tussey, Elizabeth Kealey, Elizabeth Thomas, SAT-096 Later Timing of Energy Intake Associates with Higher Fat Mass in Adults with Overweight and Obesity, Journal of the Endocrine Society, Volume 3, Issue Supplement1, April-May 2019, SAT–096, https://doi.org/10.1210/js.2019-SAT-096

Fuente: Science Daily

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El lenguaje de los padres se relaciona con las habilidades cognitivas de sus hijos

  • Alejandra Alonso
  • 05/06/2019

Utilizando un tipo de observación naturalista, un grupo de investigadores estudió a 107 familias que residían en Londres y encontró que la cantidad de lenguaje utilizada por los padres se relacionaba con las habilidades cognitivas del niño. Sin embargo, se desconoce porqué sucede esto.

Cómo se realizó el estudio

Los niños (de entre 2 y 4 años) eran equipados con dispositivos que grabaron todo lo que hablaban ellos o se les decía, durante 3 días.

Luego un software calculaba cuántas palabras escuchaba el niño por día.

Los autores transcribieron extractos de 5 minutos (en total eran 30 minutos) por familia para estimar la diversidad del léxico, métodos de crianza y conductas externalizantes e internalizantes.

Adicionalmente, los niños completaron una serie de tests cognitivos.

Los resultados

Se observó que el lenguaje escuchado (por ejemplo, número de palabras y diversidad del léxico) se asociaba positivamente con las habilidades cognitivas y diversidad de léxico del niño pero no con su conducta. Es decir que, los niños de padres que utilizaban más palabras tendían a obtener mejores resultados en los tests. Adicionalmente, si el léxico de los padres era rico también lo era el de su hijo.

Además hallaron que los adultos hablaron un promedio de 17,800 palabras por día, aunque esto podía variar considerablemente. Incluso dentro de la misma familia, el número de palabras habladas por los adultos en días diferentes solo se correlacionaba moderadamente.

Posible explicación de los resultados

Debido al tipo de diseño del estudio, no se pueden establecer relaciones de causa-efecto: tal vez podría deberse a que el lenguaje fomenta la inteligencia o simplemente a que los padres hablan más cuando sus hijos son más inteligentes. También podrían haber efectos genéticos compartidos que influyeran tanto en el lenguaje de los padres como en las habilidades cognitivas del niño.

Limitaciones

Debemos recordar que se trata de un estudio realizado en Londres, además el 80% de los padres tenía un título universitario, casi todos estaban casados y tenían un estatus socio-económico alto.

Sin embargo el uso de un dispositivo de grabación discreto y un software con procesamiento automático del lenguaje abre el campo a otras investigaciones con observaciones naturalistas como esta.

Los resultados sugieren que el lenguaje de los padres juega un papel clave en el desarrollo de los niños. También parecen indicar que las experiencias tempranas son procesos dinámicos que evolucionan con el tiempo y no determinantes ambientales estáticos, opinan los autores.

Referencias del estudio original: d’Apice, K., Latham, R. M., & von Stumm, S. (2019). A naturalistic home observational approach to children’s language, cognition, and behavior. Developmental Psychology.Advance online publication. http://dx.doi.org/10.1037/dev0000733

Fuente: BPS

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¿Cómo se ven los adolescentes a ellos mismos?

  • Alejandra Alonso
  • 04/06/2019

Un equipo de investigadores liderados por Emily Hards aplicó el test de las 20 afirmaciones a 822 adolescentes de entre 13 y 18 años, que asisten a 3 escuelas de Inglaterra.

Las instrucciones del test, que evalúa el auto-concepto, dicen así: “Escribe la oración sin terminar ‘Yo soy…’ veinte veces. Ahora piensa para tí mismo ‘quién soy’ y completa tantas oraciones ‘Yo soy…’ como puedas en los siguientes cinco minutos o menos.”

Adicionalmente se les pidió que no pensaran mucho en las respuestas y que no se preocuparan por el orden/importancia de las oraciones.

Existen pocos datos sobre cómo se describen los adolescentes a ellos mismos (o auto-imágenes, como le llamaron los investigadores) de manera sistemática.

En total obtuvieron 6,558 auto-imágenes y, luego de eliminar las redundantes, los científicos concluyeron que los adolescentes produjeron 443 formas diferentes de describirse.

Sus resultados

Las producciones más comunes

Las 20 producciones más comunes fueron: feliz, hijo/hija, gracioso/a, un/una estudiante, jugador/a de deporte, amigo/a, hermana/o, amable, amistosa/o, alguna descripción sobre su apariencia, alguna descripción sobre su altura, cansado/a, deportista, me preocupo por otros, seguro/a, algo sobre su edad, amoroso, inteligente, tímido, alguna descripción sobre el género, callado/a.

Salud mental

En tiempos donde se habla mucho de crisis en salud mental, los investigadores encontraron que la mayor parte de las “auto-imágenes” pertenecían a rasgos de carácter y eran positivas.

Desarrollo

Además, los autores notan que sus resultados son consistentes con teorías del desarrollo que explican que en la adolescencia nos concentramos en nuestro interior psicológico y en la auto reflexión.

Diferencias según el género

Otros datos curiosos fueron que las chicas tendían a proveer más auto-imágenes que los chicos; además se referían a ellas mismas como hijas, hermanas, amigas, algo sobre su apariencia, cansadas, preocupadas por otros, tímidas o calladas con más frecuencia.
Por otro lado, los chicos utilizaban más descripciones relacionadas a los deportes.

Comparación con adultos jóvenes

Uno de los resultados más interesantes fue la comparación con una muestra de adultos jóvenes (entre 18 y 30 años). La principal diferencia fue que, mientras que los adolescentes se describen mayormente en términos de rasgos de carácter, los adultos jóvenes suelen describirse en relación a sus roles sociales (amigo, hijo, etc.).

El grupo de científicos opina que los roles sociales pueden tener más importancia para los adultos que para los adolescentes.

Conclusión

Aunque no debemos olvidar las limitaciones del estudio (realizado en una sola cultura y con un diseño transversal) las imágenes que formamos de nosotros mismos en la adolescencia tienen un impacto duradero. Estudios como este nos ayudan a empezar a comprender cómo las formamos y qué podría ser diferente en las auto-imágenes de personas con depresión, por ejemplo.

La investigación es de libre acceso ya que sus autores esperan que sea una fuente útil para futuros estudios.

Referencias del estudio original: Hards, E., Ellis, J., Fisk, J. & Reynolds, S. (2019), Memories of the self in adolescence: examining 6558 self-image norms. DOI: https://doi.org/10.1080/09658211.2019.1608256

Fuente:BPS

  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El CIE-11 incluye al burnout en su clasificación

  • Alejandra Alonso
  • 03/06/2019

Con el objetivo de legitimar un problema cada vez más común, la Organización Mundial de la Salud incluye oficialmente en su manual «Clasificación Internacional de Enfermedades» (CIE-11) al Síndrome de Burnout.

Será ubicado dentro de la categoría “Problemas asociados con el empleo o el desempleo”.

El término fue utilizado por primera vez en 1974 por un psicólogo llamado Herbert Freudenberger, para referirse a los cambios fisiológicos y conductuales observados en trabajadores de una clínica para toxicómanos.

La definición más popular del síndrome es la de Cristina Maslach (quien también realizó un inventario para medirlo), la cual identifica tres dimensiones que lo caracterizan: cansancio emocional, despersonalización y reducida realización personal.

El CIE 11 lo describe como “un síndrome conceptualizado como el resultado de estrés crónico en el lugar de trabajo que no ha sido manejado con éxito. Es caracterizado por tres dimensiones: 1) sentimientos de agotamiento de energía o cansancio; 2) mayor distancia mental del trabajo o sentimientos de negativismo o cinismo relacionados al trabajo; y 3) eficiencia profesional reducida.”

Resaltan que el burnout se refiere específicamente a un fenómeno dado en el entorno laboral. Adicionalmente los profesionales de la salud deben descartar trastornos de ansiedad o estado de ánimo antes de hacer el diagnóstico.

Aunque el CIE 10 ya contaba con un apartado para el burnout, la nueva conceptualización es más detallada y da más legitimidad a las personas que sufren este síndrome. Algunos opinan que se logrará más conciencia sobre este problema ahora que está claramente definido en éste manual, además de resultar en mejor prevención y tratamiento.

¿Quiénes presentan mayor riesgo de sufrirlo?

Los profesionales cuyo riesgo de sufrir del Síndrome de Burnout es más elevado son aquellos que trabajan directamente con personas.

Existen investigaciones que han encontrado niveles de burnout significativos en varias profesiones, entre ellas:

Docentes

Médicos

Enfermeros

Abogados

Psicólogos

Farmaceutas

Guardias de prisión

Policías

Empleados de banco

Críticas

Existen algunos argumentos en contra de este nuevo diagnóstico: hay quienes creen que es peligroso interpretar al agotamiento laboral como una anomalía ya que, al existir una sobrecarga laboral, lo anómalo sería no sentirse así. Se argumenta también que existe una normalización de la «precariedad» y que, aunque el diagnóstico puede traer sus beneficios (por ejemplo, mejoras laborales), también puede acarrear medicalización de la gestión del estrés y cursos de motivación que terminen responsabilizando al trabajador y su actitud, cuando lo que se necesita es reclamar derechos laborales.

Fuente: OMS; El periódico; NPR

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