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Publicaciones por autor

Equipo de Redacción

534 Publicaciones
Equipo editorial de Psyciencia.com
  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Actualización en la prevención de los trastornos del espectro psicótico (PDF)

  • Equipo de Redacción
  • 04/07/2018

El objetivo de este trabajo fue realizar una actualización en el campo de la prevención de los trastornos del espectro psicótico, concretamente en detección precoz e intervención temprana.

En primer lugar, se aborda la conceptualización del síndrome de psicosis y su prevención.A continuación, se comentan los diferentes procedimientos e instrumentos de medida para la evaluación de la supuesta condición de riesgo. Seguidamente, se revisan las intervenciones tempranas disponibles en psicosis, se expone el modelo de estadificación, se examina la eficacia de tales intervenciones y se comentan algunas limitaciones y propuestas de modificación.Se dibujan algunas debilidades y fortalezas en este campo así como sus perspectivas futuras. Finalmente, a modo de conclusión, se realiza una breve recapitulación.

Descarga el artículo completo en formato PDF.

Autores: Eduardo Fonseca Pedrero y Felix Inchausti

Fuente: Papeles del Psicólogo

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Sin categoría

Validar los recuerdos distorsionados ayuda a las personas con demencia

  • Equipo de Redacción
  • 28/06/2018

¿Cuál es la mejor manera de ayudar a las personas que tienen demencia? Muchas intervenciones tienen como objetivo permitirles retener las memorias y creencias autodefinidas. En la terapia de reminiscencia, se les invita a hablar sobre eventos o experiencias pasadas con la ayuda de mensajes como fotografías u objetos significativos. En la terapia de validación, existe un reconocimiento explícito de que ya no pueden estar en contacto con la realidad debido a deficiencias de memoria, y podrían beneficiarse de la exploración de su propio sentido de la realidad, la construcción de confianza con los cuidadores y la reducción de la ansiedad. En el trabajo de la historia de la vida, se ayuda a las personas con demencia a presentar una historia que les recuerda los eventos clave y aspectos de sus vidas, promoviendo conexiones con amigos y familiares. En el controvertido enfoque de la demencia contenida descrito por el libro de Oliver James del mismo nombre, se alienta al cuidador a entrar en el mundo a menudo delirante de la persona con demencia y «seguir adelante», siguiendo un guión y sin contradecir.

Lo que estos diferentes enfoques tienen en común es el reconocimiento de que, en las personas con demencia, las creencias básicas sobre quiénes son (lo que a menudo se llama identidad o sentido del yo) están amenazadas por la pérdida de memoria y deben preservarse para permitir la socialización y mejorar la función. Los científicos han observado que, cuando nos hacemos mayores, parece que tenemos más recuerdos y recuerdos más detallados de los sucesos experimentados en la adolescencia o la adultez temprana (de 10 a 30 años), durante el llamado «golpe de reminiscencia». Esto se debe a que consideramos que esos eventos son autodefinidos, que son fundamentales para lo que somos.

Tendemos a subestimar la medida en que cambiamos a través del tiempo debido a un sesgo de coherencia

Tendemos a subestimar la medida en que cambiamos a través del tiempo debido a un sesgo de coherencia: simplemente no actualizamos nuestra autoimagen a la luz de los nuevos desarrollos. Pero esto es particularmente evidente para alguien con demencia, que a menudo se ve a sí misma como era antes del inicio de la enfermedad, cuando era activa, ocupada e independiente. Al animarnos a recordar los logros y las pasiones de nuestros yoes más jóvenes, podemos aferrarnos al sentido de quiénes somos.

En su libro Keeping Mum (2011), la filósofa británica Marianne Talbot describe cómo su madre era una gran narradora antes de tener demencia. Una de sus mejores historias fue cómo un día, cuando tenía 14 años, la madre de Marianne llegaba tarde a la escuela porque su madre acababa de dar a luz gemelos. La directora no creía que ese fuera el motivo de llegar tarde y la castigara, lo cual consideraba una gran injusticia. Cuando la demencia avanzó, la historia sobre el nacimiento de los gemelos terminó fusionándose con otras historias (por ejemplo, otras historias sobre llegar tarde a la escuela) y se repitió muchas veces.

En su investigación sobre la narrativa y la identidad en la enfermedad de Alzheimer, Lars Christer Hyden y Linda Örulv, ambos de la Universidad de Linköping en Suecia, estudiaron historias contadas por dos mujeres con la enfermedad de Alzheimer, una de ellas llamada Martha.

Martha solía contar la historia de cómo había aprendido a conducir y comprar un automóvil, desafiando las dudas de su esposo y su propia familia. Esto era algo de lo que estaba orgullosa porque no muchas mujeres en ese momento hubieran hecho lo mismo. Los aspectos de su historia se repitieron con frecuencia, incluso durante la misma conversación, y presentaron una serie de inconsistencias.

es importante repetir historias que encontramos centrales en nuestras vidas, incluso si contienen imprecisiones y el público deja de participar

Los recuerdos distorsionados y repetitivos que la madre de Marianne y Martha informaron son problemáticos porque las inconsistencias significaban que algunas de sus creencias probablemente fueran falsas. Las repeticiones sugerían que no tenían conciencia de haber contado la historia antes, a la misma audiencia. Sin embargo, es importante repetir historias que encontramos centrales en nuestras vidas, incluso si contienen imprecisiones y el público deja de participar. ¿Porque?

Cuando ya no tenemos acceso a la información autobiográfica, podemos perder progresivamente nuestra identidad, es decir, conservamos menos creencias sobre nosotros mismos y nuestro pasado, y el contenido de esas creencias se vuelve cada vez más vago. Esto tiene un efecto negativo en nuestro bienestar: perdemos la confianza para responder preguntas y participar en conversaciones con otros, y nos resulta particularmente difícil integrar información de las vidas que vivíamos antes de que comenzara la enfermedad.

Frente a una identidad amenazada, la capacidad de contar una historia que desempeñó un papel clave en nuestras vidas y que subyace en nuestras autoconcepciones (el adolescente injustamente castigado, la mujer desafiante) es vital en dos aspectos. Primero, cosechamos beneficio psicológico de una mayor sensación de bienestar. El relato de la historia probablemente permita intercambios sociales y aumente la confianza en sí mismo en un momento en que el riesgo de aislamiento es alto.

Dichos beneficios psicológicos pueden traducirse fácilmente en beneficios epistémicos, un efecto positivo en la capacidad de adquirir, retener y utilizar el conocimiento relevante. Todos esos intercambios sociales, después de todo, nos permiten seguir compartiendo información con otros y recibir comentarios de ellos. Repetir la misma historia aumenta las posibilidades de que la historia se recuerde por más tiempo, reforzando nuestra concepción de nosotros mismos.

Cuando ya no tenemos acceso a la información autobiográfica, podemos perder progresivamente nuestra identidad

En el caso de la madre de Marianne, era la sensación de que ella era una chica honesta que había sido injustamente castigada; en el caso de Martha, era la sensación de que seguiría su propia mente y no estaría condicionada por las opiniones de los demás. Las creencias autodefinidas se conservan como resultado de informes repetidos de memorias que están distorsionadas.

Obviamente, un informe de memoria preciso desempeñaría estos roles positivos y evitaría todos los problemas con imprecisiones e inconsistencias: la realidad no se malinterpretaría. Sin embargo, en el contexto clínico de la demencia, los recuerdos precisos son difíciles de encontrar porque hay menos restricciones en los informes de memoria y menos oportunidades para la autocorrección. Desafiar un informe como impreciso podría no tener el resultado deseado de provocar una mayor precisión, pero podría dar lugar a una negativa a seguir participando. La historia se perderá.

Esto tiene algunas implicaciones interesantes sobre cómo se maneja la notificación de recuerdos distorsionados en la demencia. Negociar la serenidad por la autenticidad alentando a las personas con demencia a vivir felices en un mundo delirante en lugar de miserablemente en el mundo real puede sonar condescendiente e irrespetuoso. Sin embargo, un examen cuidadoso del papel epistémico positivo de los recuerdos distorsionados en la preservación de las creencias autodefinidas, y un reconocimiento de la fragilidad de las historias personales y los narradores de cuentos en la demencia, deberían promover una reevaluación aquí.

Martha podría haber olvidado todo acerca de ser una mujer de voluntad fuerte si no fuera por el récord roto de su historia inconsistente acerca de obtener un permiso de conducir y comprar un automóvil. Y es por eso que debemos estar abiertos a la posibilidad de que, en algunas circunstancias, las creencias falsas sean increíblemente útiles y, por contradictorias que parezcan, esenciales para la retención del conocimiento que importa.

Escrito por: Lisa Bartolotti es profesor de filosofía en la Universidad de Birmingham. Dirige un proyecto financiado por ERC sobre los beneficios psicológicos y epistémicos de las creencias falsas e irracionales (PERFECT). Ella es la autora de Delusions and Other Irrational Beliefs (2009), and Irrationality (2014).

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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Tratamiento conductual basado en el juego de una niña con mutismo selectivo (PDF)

  • Equipo de Redacción
  • 20/06/2018

El presente estudio recoge el proceso de evaluación y tratamiento de una niña de siete años que presenta mutismo selectivo. El tratamiento se centró en la aplicación de técnicas conductuales y en la utilización del juego en cada una de las sesiones.

En total fueron necesarias 20 sesiones en las que se combinó psicoeducación, entrenamiento a padres, exposición a situaciones sociales y exposición a situaciones en las que debía producirse el habla. Con el fin de realizar una exposición progresiva para la producción del habla, se diferenciaron tres fases o niveles de exigencia: 1) responder mediante monosílabos, 2) responder con oraciones, e 3) iniciar conversaciones.

Los resultados de la intervención mostraron que la producción del habla con compañeros, conocidos y desconocidos aumentó progresivamente. En el seguimiento del funcionamiento de la niña en su centro escolar se observó que se relacionaba verbalmente con todos sus compañeros.

Descarga la guía completa en formato PDF.

Autores: Miriam Rodríguez-Menchón y Juan J. Saval-Manera – Centro Terapéutico Espiral de Benidorm, España

Fuente: Revista de Psicología Clínica con Niños y Adolescentes

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Lo que los niños con malformaciones faciales saben y su hijo no

  • Equipo de Redacción
  • 07/06/2018

La película Wonder, estrenada recientemente, está basada en la historia real de Auggie, un niño que nació con una malformación facial severa. El largometraje empieza cuando Auggie, al que educaba su madre desde casa, empieza a ir a un colegio y tiene que lidiar con una variedad de opiniones, no solo de sus compañeros, sino también de sus padres y otros adultos.

Auggie nació con el síndrome de Treacher Collins, una enfermedad genética que afecta al desarrollo del cráneo, la mandíbula y los pómulos, causa deformaciones faciales y pérdida de audición. Algunas personas nacen con malformaciones en la cara y otras las pueden adquirir a través de traumas, quemaduras o tratamiento de tumores faciales.

Estas diferencias físicas pueden tener grandes consecuencias en la vida como la pérdida de extremidades o enfermedades crónicas. Normalmente, asociamos la cirugía plástica con la mejora del aspecto físico, pero va más allá, especialmente para los cirujanos que trabajan con niños, cuyo objetivo es el de recuperar la apariencia de la cara hasta el punto de que puedan llevar una vida normal.

Dejando de lado la pérdida del atractivo, una malformación facial afecta a cada aspecto de la vida diaria, porque las caras son muy importantes para nosotros como seres sociales. Y sin embargo, a pesar de los grandes retos, los niños con diferencias faciales tienden a ser mejores a la hora de valorar su propia imagen corporal que aquellos que no las tienen.

A través del estudio de cómo las personas con diferencias faciales superan sus obstáculos, no solo podremos encontrar la forma de ayudar a estos niños, sino aprender a ayudar a todas las personas jóvenes a sentirse cómodas con su aspecto y con quienes son.

La maravilla de las caras

Intente dibujar la cara de alguien. A menos que sea un gran artista, será difícil crear una imagen que realmente se parezca a esa persona. Esto se debe a que los estrechos parámetros de las características faciales —los ojos, la nariz o la boca— son tan diferenciadores que esperamos reconocer una cara en particular en una multitud, posiblemente habiéndola visto en una sola ocasión y desde un ángulo diferente. Con más de siete mil millones de personas en el mundo, es realmente extraordinario que las caras de cada uno sean únicas.

Por supuesto que no es la cara en sí lo extraordinario, sino nuestra habilidad para percibirla. Estamos programados para identificar sin esfuerzo las diferencias más sutiles entre las caras a diferencia de otras formas o partes del cuerpo.

Esta es una de las razones por las que, a pesar de los avances conseguidos en cirugía plástica durante el último siglo, desde microcirugía hasta trasplantes faciales, nuestros esfuerzos quirúrgicos para reconstruir caras a veces parecen insuficientes.

Los niños con diferencias faciales tienden a ser mejores a la hora de valorar la imagen corporal que aquellos que no las tienen

Las personas suelen tener ciertas actitudes hacia aquellas con diferencias faciales, como situarse más lejos o a un lado

Nuestra capacidad de percibir diferencias en la apariencia facial contribuye a los retos a los que las personas como Auggie se enfrentan cada día. Las caras son el principal medio a través del que nos movemos en muchos de los intercambios sociales de la vida cotidiana.

Los estudios demuestran que, en las interacciones casuales, las personas suelen tener ciertas actitudes hacia aquellas con diferencias faciales, como situarse más lejos o a un lado. Cambios sutiles, pero llenos de significado social.

Un problema aún más grave es la atención no querida en los espacios públicos, desde comentarios desagradables e intrusivos a curiosidad invasiva. En Wonder, cuando Auggie camina por el patio del colegio por primera vez, las conversaciones se paran y todas las caras se fijan en él. El psicólogo Frances MacGregor ha descrito elegantemente este particular problema al que se enfrentan las personas con diferencias visibles:

«La ‘desatención civil’ conferida entre personas extrañas y que hace posible que nos movamos de forma anónima y sin impedimentos en los espacios públicos es un derecho y un privilegio anhelado por las personas con desfiguración facial que son víctimas de intrusiones e invasiones de su privacidad contra las que tienen poca o ninguna protección».

Las diferencias faciales y la imagen corporal

Teniendo en cuenta los desafíos que supone tener un aspecto diferente y el importante papel de la cara en la identidad, se podría esperar que los adolescentes con diferencias faciales no fuesen buenos midiendo la imagen personal y el bienestar.

Sin embargo, una investigación realizada en Reino Unido ha demostrado que al dar un cuestionario estándar de imagen corporal a adolescentes con labio y paladar hendido o una afección craneoencefálica como Auggie, aquellos con diferencias faciales tuvieron puntuaciones promedio mejores que las de los adolescentes que no tienen estas diferencias.

Puede haber varios motivos para esto. Las investigaciones revelan que la gravedad de una diferencia física visible es un vaticinador pobre de su impacto psicológico. Es mucho más importante la calidad de las habilidades sociales de la persona. Aquellas con diferencias faciales a menudo desarrollan estrategias para suavizar las dificultades sociales, como formas de mencionarlo pronto durante una conversación y cambiar de tema rápidamente o usar el humor para desviar la atención.

El hecho de que obtuvieran mejores resultados al valorar su propia imagen corporal podría reflejar una mayor madurez social y mayor comodidad con su propio aspecto.

La podría reflejar una mayor madurez social y mayor comodidad con su propio aspecto

El hecho de que obtuvieran mejores resultados al considerar su imagen corporal podría reflejar una mayor madurez social y mayor comodidad con su propio aspecto, algo que los adolescentes que no han tenido que enfrentarse a esos problemas no han conseguido aún.

Por otro lado, los niños que no tienen una diferencia visible no tienen tan buenos resultados al valorar la imagen corporal que los que sí la tienen. Esta y otras muchas investigaciones indican que, en la era de las redes sociales, los selfies y la cultura del consumo, nos enfrentamos a un aumento de la insatisfacción con la imagen propia.

La peligrosa insatisfacción de los adolescentes con su cuerpo: ¿un trastorno aislado o una escala de comportamiento?

Los adolescentes australianos constantemente valoran la imagen corporal como una de sus principales preocupaciones en la vida, por encima del acoso, las drogas y otra larga lista de problemas que podríamos considerar más importantes.

La insatisfacción con el cuerpo es un factor de riesgo en los trastornos alimenticios y una de las claves en el trastorno dismórfico corporal (TDC). Las personas con esta enfermedad desarrollan preocupaciones obsesivas sobre aspectos particulares de su apariencia, incluidos algunos que otras personas perciben como normales.

Habitualmente recurren a la cirugía para corregir lo que perciben como problemas y —no es de extrañar— rara vez se sienten satisfechos con los resultados. Pueden someterse a múltiples operaciones estéticas, normalmente con diferentes médicos, hasta que les diagnostican el trastorno. De hecho, los cirujanos plásticos comentan que el número de jóvenes que quieren intervenirse ha aumentado.

Una importante pregunta que sigue sin respuesta con relación al TDC es si se trata de un trastorno aislado o un extremo dentro de un espectro de comportamiento. Este trastorno podría tener consecuencias graves en la salud mental y física de las personas jóvenes.

Los científicos ahora se centran en cómo los niños y adolescentes lidian con las diferencias faciales y de otras partes del cuerpo y cómo este conocimiento puede ser aplicado para ayudar a otras personas que lo sufran. Esto ayudará a educar mejor a la juventud para que pueda sentirse mejor con su aspecto.

Artículo publicado originalmente en inglés en The Conversation, por Anthony Penington, profesor de cirugía pediátrica plástica y maxilofacial en la Universidad de Melbourne (Australia). Puedes leer el artículo original aquí.

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  • Salud Mental y Tratamientos

Cómo lograr que los niños ansiosos, y sus padres, acepten la terapia de exposición

  • Equipo de Redacción
  • 30/05/2018

Tips para psicoterapeutas, es una sección con recomendaciones breves para ayudar a terapeutas que enfrentan dificultades en la consulta o se encuentran estancados en algún proceso del tratamiento. Puedes leer todos los artículos aquí.

Sabemos que la terapia de exposición es el estándar de oro para tratar desórdenes de ansiedad en niños. Desafortunadamente, la naturaleza de la ansiedad misma lleva a niños y padres ansiosos a hacer lo opuesto a la exposición. ¿Por qué motivo un niño con ansiedad severa de separación, por ejemplo, se expondría voluntariamente a una exposición en la que esté de acuerdo con estar en la casa con un padre, pero sin saber en qué parte de la casa está ese padre —sin recurrir a comportamientos de seguridad como llamarlo, estar atento para escuchar pasos o voces— por cinco minutos?

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  • Salud Mental y Tratamientos

El autismo no se cura con la dieta

  • Equipo de Redacción
  • 17/05/2018
El 8 de Mayo de 2018 el diario argentino La Nación publicó un artículo escrito por el periodista Roly Villani en el que una mujer afirma que su hija se “recuperó” del autismo cambiando su dieta, excluyendo comida “industrializada, gluten, lácteos, huevos, soja y azúcar”. Dicho artículo cambió su título de “Cómo curé el autismo de mi hija cocinando”, a “Cómo mi hija se recuperó del autismo cuando cambié su dieta”. En la nota aparecen también otras afirmaciones contrarias a la evidencia («no más del 5% al 10% de estos problemas se pueden atribuir a una cuestión genética», «En 2008, la agencia norteamericana Center for Disease Control and Prevention estableció que uno de cada 68 niños estaba dentro del espectro autista. Hoy creció a uno de cada 33.»), así como especulaciones sobre una supuesta conspiración («La conspiranoia se apodera de mí: se trata de un tratamiento muy barato, que no solo otorga un papel menor a la industria farmacéutica, sino que pone el foco sobre el potencial peligro de la alimentación contemporánea.»). La afirmación de que el autismo puede ser superado o curado con un cambio de dieta no posee ninguna evidencia científica (aclaramos que las anécdotas personales no cuentan como evidencia al carecer de control, estar mayormente predispuestas a sesgos y otros problemas metodológicos) y además va en contra del conocimiento científico más sólido sobre un tema tan delicado como el trastorno del espectro autista.
La afirmación de que el autismo puede ser superado o curado con un cambio de dieta no posee ninguna evidencia científica
Un artículo que involucra tal tipo de afirmación sin evidencia sobre un tema tan delicado y que afecta a tanta gente, es sumamente riesgoso y va frontalmente contra la ética periodística, pues existen responsabilidades al ofrecer la información. Los periodistas deben tener en cuenta los riesgos que pueden provocar este tipo de afirmaciones, tales como que los lectores abandonen un tratamiento efectivo, o demoren su inicio, lo cual puede implicar consecuencias irreversibles para las personas involucradas. El periodismo científico requiere un compromiso excepcional, y cuando se pone en riesgo la salud, aún más. Los periodistas no sólo publican un artículo para que la gente lo lea, sino para informar adecuadamente, teniendo en cuenta las responsabilidades que implica esa información en la vida cotidiana de los lectores. Los estudios disponibles sobre tratamientos no avalan el anuncio de una cura milagrosa como la que se plantea en la nota.
Portada del artículo de La Nación
Los trastornos del espectro autista (TEA) son condiciones del neurodesarrollo caracterizadas por deficiencias en la interacción y comunicación social, y por la presencia de patrones restrictivos y repetitivos de conducta, con múltiples causas que incluyen un fuerte peso genético (se han identificado más de 100 genes que incrementan el riesgo de TEA, ver: De Rubeis y otros, 2014; Geschwind, 2015; Tick y otros, 2016; Amaral, 2017), combinado con diversos factores ambientales que afectan el neurodesarrollo, tales como la edad de los padres, enfermedades, y exposición a ciertas drogas y sustancias (James, 2014; Mandy y Lai, 2016; Lyall y otros, 2017; Libbey y otros, 2005; Chen y otros, 2015). Para el autismo, por frustrante que nos resulte, hay muy pocas intervenciones que hayan probado efectividad de forma fiable, entre las que destacan las intervenciones conductuales como aquellas que poseen mayor evidencia a su favor (Wong y otros, 2015; Virués-Ortega, 2010).
Una revisión sistemática reciente (Sathe y otros, 2017) evaluó los 19 estudios controlados aleatorizados disponibles sobre tratamientos dietarios en TEA, y llegó a la conclusión de que hay escasa evidencia en apoyo de esos tratamientos
Estas intervenciones son efectivas para la adquisición y mantenimiento de comportamientos más ajustados al contexto o demanda social, pero no curan el autismo como tal, ya que éste es una condición del neurodesarrollo. No se niegan los beneficios que puedan traer ciertas intervenciones complementarias llevadas a cabo mientras se realiza el debido tratamiento. Tampoco se niega que un cambio de dieta, bien planeado, pueda ayudar a una persona con autismo, del mismo modo que una buena alimentación planeada puede ayudar a cualquier ser humano, lo que se niega es que de alguna manera pueda “curar” el autismo como afirma el artículo. Los estudios disponibles sobre tratamientos dietarios (e.g., Hyman y otros, 2016; Millward y otros, 2008; Elder y otros, 2006; Hurwitz, 2013; Garcia y otros, 2017) no apoyan esa conclusión. Una revisión sistemática reciente (Sathe y otros, 2017) evaluó los 19 estudios controlados aleatorizados disponibles sobre tratamientos dietarios en TEA, y llegó a la conclusión de que hay escasa evidencia en apoyo de esos tratamientos. Sin estudios científicos, es difícil saber de qué se trata este caso que se nos presenta (si un mal diagnóstico o una alergia a ciertos alimentos), lo que es seguro es que si bien hay tratamientos con evidencia, no hay, por mucho que queramos, una “cura” para el autismo, y anunciar lo contrario es jugar irresponsablemente con la esperanza de miles de padres. Lamentablemente, el autismo continúa siendo un trastorno insuficientemente comprendido por la ciencia debido a su complejidad, razón por la cual debemos redoblar nuestros esfuerzos para investigar en mayor profundidad su origen y sus posibles tratamientos, en lugar de promover desinformación potencialmente dañina para una población tan vulnerable.Firmas de apoyo: Claudio Hunter-Watts, Licenciado en psicología por la JFK University. Maximo Soto, Médico del Hospital de Clínicas de la UBA, Investigador, Docente, colaborador de La Nación y escritor escéptico. Federico Sánchez, psicólogo cognitivo-conductual, UBA. María Fernanda Cittadino, psicóloga cognitivo conductual, UBA. Mauro Ezequiel Colombo, Licenciado en Psicología por la Universidad de Buenos Aires. Felipe de Jesús Patrón Espinosa, Doctor en Ciencia del Comportamiento opción Análisis de la Conducta, actualmente profesor-investigador en la Universidad Autónoma de Baja California. Angelo Fasce, filósofo de la ciencia, Máster en Neurociencia, UV. Adrían Gindin, Médico Pedriatra, docente y padre de hijo con TEA. Matías Suarez Holze, escéptico. Gerardo Primero, Licenciado en Psicología, UBA. Roxana Kreimer, Licenciada en Filosofía y Doctora en Ciencias Sociales, UBA.Referencias bibliográficas: Amaral, D. G. (2017). Examining the Causes of Autism. In Cerebrum: the Dana forum on brain science (Vol. 2017). Dana Foundation. Chen, J. A., Peñagarikano, O., Belgard, T. G., Swarup, V., & Geschwind, D. H. (2015). The emerging picture of autism spectrum disorder: genetics and pathology. Annual Review of Pathology: Mechanisms of Disease, 10, 111-144. De Rubeis, S., He, X., Goldberg, A. P., Poultney, C. S., Samocha, K., Cicek, A. E., … & Singh, T. (2014). Synaptic, transcriptional and chromatin genes disrupted in autism. Nature, 515(7526), 209. Elder, J. H., Shankar, M., Shuster, J., Theriaque, D., Burns, S., & Sherrill, L. (2006). The gluten-free, casein-free diet in autism: results of a preliminary double blind clinical trial. Journal of autism and developmental disorders, 36(3), 413-420. Garcia, M. J., McPherson, P., Patel, S. Y., & Burns, C. O. (2017). Diet and Supplementation Targeted for Autism Spectrum Disorder. In Handbook of Treatments for Autism Spectrum Disorder (pp. 397-425). Springer, Cham. Geschwind, D. H. (2015). Gene hunting in autism spectrum disorder: on the path to precision medicine. The Lancet Neurology, 14(11), 1109-1120. Hurwitz, S. (2013). The gluten-free, casein-free diet and autism: limited return on family investment. Journal of Early Intervention, 35(1), 3-19. Hyman, S. L., Stewart, P. A., Foley, J., Peck, R., Morris, D. D., Wang, H., & Smith, T. (2016). The gluten-free/casein-free diet: a double-blind challenge trial in children with autism. Journal of autism and developmental disorders, 46(1), 205-220. James, W. H. (2014). An update on the hypothesis that one cause of autism is high intrauterine levels of testosterone of maternal origin. Journal of theoretical biology, 355, 33-39. Libbey, J. E., Sweeten, T. L., McMahon, W. M., & Fujinami, R. S. (2005). Autistic disorder and viral infections. Journal of neurovirology, 11(1), 1-10. Lyall, K., Croen, L., Daniels, J., Fallin, M. D., Ladd-Acosta, C., Lee, B. K., … & Windham, G. C. (2017). The changing epidemiology of autism spectrum disorders. Annual review of public health, 38, 81-102. Mandy, W., & Lai, M. C. (2016). Annual research review: the role of the environment in the developmental psychopathology of autism spectrum condition. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 57(3), 271-292. Millward, C., Ferriter, M., Calver, S. J., & Connell‐Jones, G. G. (2008). Gluten‐and casein‐free diets for autistic spectrum disorder. The Cochrane Library. Sathe, N., Andrews, J. C., McPheeters, M. L., & Warren, Z. E. (2017). Nutritional and dietary interventions for autism spectrum disorder: a systematic review. Pediatrics, e20170346. Tick, B., Bolton, P., Happé, F., Rutter, M., & Rijsdijk, F. (2016). Heritability of autism spectrum disorders: a meta‐analysis of twin studies. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 57(5), 585-595. Virués-Ortega, J. (2010). Applied behavior analytic intervention for autism in early childhood: Meta-analysis, meta-regression and dose–response meta-analysis of multiple outcomes. Clinical psychology review, 30(4), 387-399. Wong, C., Odom, S. L., Hume, K. A., Cox, A. W., Fettig, A., Kucharczyk, S., … & Schultz, T. R. (2015). Evidence-based practices for children, youth, and young adults with autism spectrum disorder: A comprehensive review. Journal of Autism and Developmental Disorders, 45(7), 1951-1966.

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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Intervenciones para mejorar la adherencia terapéutica en sujetos con esquizofrenia (PDF)

  • Equipo de Redacción
  • 01/05/2018

Actualmente existe un amplio consenso en afirmar que la falta de adherencia terapéutica es uno de los principales problemas del tratamiento de la esquizofrenia. Las elevadas tasas de no adherencia a la medicación antipsicótica que presentan los sujetos con esquizofrenia ponen en entredicho la eficacia de la farmacoterapia y se relaciona con un peor pronóstico de la enfermedad.

El presente trabajo tiene como objetivo ofrecer una visión general sobre las características y la eficacia de las intervenciones diseñadas para mejorar la adherencia a la mediación en la esquizofrenia. Así mismo, se revisan los datos disponibles acerca de los aspectos más relevantes de la adherencia con el objetivo de examinar y conceptualizar sus características y particularidades.

Autores: Marcel Gratocós Torras y Esther Pousa Tomás

Descarga el artículo completo en formato PDF.

Fuente: Papeles del psicólogo

Imagen: Unsplash

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  • Recursos para Profesionales de la Psicología

Manual práctico para abordar el duelo por muerte en niños y adolescentes (PDF)

  • Equipo de Redacción
  • 24/04/2018

El temor que experimentamos los adultos ante esta situación hace que en ocasiones elijamos ocultar y/o callar. Nos apoyamos en el posible impacto o en la dificultad que creemos que tienen los niños para procesar la muerte de un ser querido. Por eso acabamos dando explicaciones erróneas que sólo van a llevar al niño a una confusión mayor, la cual, unida al dolor de la experiencia, puede generar complicaciones y quizá un duelo patológico que necesite de intervención.

Es habitual tratar de proteger a los niños. Creemos que protegiéndolos de la muerte les ahorramos sufrimiento, pero es todo lo contrario: los apartamos de un evento fundamenta! en sus vidas y es imposible evitarles todo el dolor. De hecho, si los niños crecen sin exponerse al sufrimiento, serán más propensos a la frustración y no desarrollarán las habilidades necesarias para afrontar eventos a los que seguramente deberán enfrentarse cuando alcancen la edad adulta.

Los niños y los adolescentes sufren la muerte de sus seres queridos, sienten y se cuestionan muchas cosas: sus preguntas, temores, comportamientos, inquietudes y dolor han de sér atendidos, escuchados y cuidados. A menudo el adulto no está preparado o no tiene conocimientos suficientes para ofrecer esta atención con calidad, de ahí la importancia de abordar este tema. No podemos esconder la cabeza y hacer como si nada hubiera pasado, o dejar que “el tiempo ponga las cosas en su sitio”.

En los momentos en que tratamos de hablar y de atender a los niños y adolescentes tras el fallecimiento de una persona de su entorno, es cuando nos surgen muchas dudas sobre cómo abordar múltiples cuestiones que se plantean o se van a plantear:

“¿Cómo se lo cuento? ¿Entienden lo que es la muerte? ¿Es mejor que sepa o que no sepa? ¿Los niños están en duelo? ¿Lo vive igual un adolescente que un niño de diez años o uno de cinco? Deben vernos llorar” ¿Qué se puede hacer en el aula? ¿Se lo cuento a mi hijo discapacitado? ¿Cómo puedo prepararle? ¿Le traumatizaré?”.

Esta guía trata de dar respuesta a alguna de estas cuestiones, con el fin de ofrecer a los adultos recursos y herramientas que les permitan abordar esta situación con confianza y decisión.

De nuestras explicaciones sobre la muerte dependerá la forma en que los niños vivan su primer duelo, que suele marcar las demás experiencias de pérdida que sufrirán y, especialmente, las experiencias de muerte que se encuentren. Sobre este último aspecto, estaremos de acuerdo en que a lo largo de la vida se producen muchas pérdidas: algunas más centrales y vitales que otras, pero todas son significativas de un modo u otro.

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  • Salud Mental y Tratamientos

Estrategias eficaces para reducir el perfeccionismo en los pacientes con ansiedad social

  • Equipo de Redacción
  • 18/04/2018

Tips para psicoterapeutas, es una sección con recomendaciones breves para ayudar a terapeutas que enfrentan dificultades en la consulta o se encuentran estancados en algún proceso del tratamiento. Puedes leer todos los artículos aquí.

El perfeccionismo refleja una tendencia a establecer estándares imposiblemente altos para uno mismo (u otros) que pretenden medir la valía de las personas en función de que si cumplen o no estos estándares. El perfeccionismo elevado es común en las personas con ansiedad social. Los pacientes socialmente ansiosos con elevado perfeccionismo a menudo experimentan discrepancias entre los estándares que tienen sobre su propio desempeño social y la capacidad percibida de alcanzar esos estándares. Estas personas experimentan a menudo una preocupación excesiva acerca de las evaluaciones que hace las demás personas sobre su desempeño social. Para ayudar a estos pacientes los terapeutas suelen utilizar una serie de estrategias para reducir el perfeccionismo:

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Por qué el tratamiento psicológico no es una solución sencilla para los problemas de violencia

  • Equipo de Redacción
  • 02/04/2018
A raíz de los tiroteos masivos y otras tragedias recientes, muchas personas se preguntan ¿Por qué no sacamos a esas personas peligrosas de las calles? Y con la misma frecuencia, muchos sugieren que el tratamiento de salud mental es la respuesta ante esta problemática. Sin embargo, por dos razones principales, el tratamiento de salud mental no es una solución fácil a la violencia. El proceso de tratar la enfermedad mental es difícil y complicado. Más importante aún, la gran mayoría de las personas con trastornos mentales no son violentas y la gran mayoría de los actos letales de violencia no son perpetrados por personas con trastornos mentales. Soy psicóloga forense y profesora de psicología. He estudiado los trastornos mental, la violencia y el tratamiento de salud mental a profundidad. Estas son algunas razones por las que el tratamiento de salud mental no va a «curar» la violencia.

Identificar los síntomas de los trastornos mentales

Reconocer que alguien está experimentando problemas de salud mental es un primer paso necesario para el tratamiento. Esto requiere que cualquiera reconozca y revele sus propios síntomas de trastorno mental, o que otros identifiquen los síntomas de una persona. Es posible que las personas no quieran presentar sus síntomas debido al estigma y las preocupaciones de que sus amigos y otras personas los consideren peligrosos. También es posible que no reconozcan que tienen un trastorno mental. De hecho, la falta de conocimiento o desconocimiento de los síntomas es una característica de muchos trastornos mentales graves, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar.
Las personas no quieran presentar sus síntomas debido al estigma y las preocupaciones de que sus amigos y otras personas los consideren peligrosos
Alternativamente, los profesionales de salud mental y otros pueden usar protocolos universales de detección para evaluar a todos en un entorno determinado, como una escuela, un lugar de trabajo o un consultorio médico, en busca de síntomas de enfermedad mental. Estos son cuestionarios cortos que examinan una variedad de síntomas que pueden indicar la presencia de un trastorno mental. Un resultado positivo no significa que alguien tenga una condición mental, pero puede significar que la persona está en riesgo. Para ser diagnosticado después de un resultado positivo, es necesario que esa persona reciba una evaluación a profundidad por parte de un profesional de la salud mental. La detección de rutina requiere un lugar de contacto regular. Las leyes federales exigen que los niños elegibles para Medicaid1 sean evaluados para detectar trastornos mentales y recomiendan la detección en las escuelas de manera más general. La Academia Estadounidense de Pediatría también recomienda exámenes de rutina de niños y jóvenes en centros de atención primaria. Pero muchas escuelas y oficinas de atención primaria no realizan evaluaciones de salud mental de rutina. Incluso cuando lo hacen, no están equipados con las habilidades o los recursos para seguir con un tratamiento integral de salud mental.

Desafíos para proveer tratamiento

Proporcionar atención de salud mental no es necesariamente una tarea sencilla. Las personas con enfermedades mentales pueden no querer buscar tratamiento, y la familia, amigos o maestros no pueden simplemente obligarlos a ir. Las personas con trastornos mentales también tienen el derecho legal de rechazar el tratamiento, excepto en casos graves. En tales casos, la discusión generalmente se convierte en tratamiento involuntario. Cada estado tiene leyes de compromiso civil que establecen criterios para determinar cuándo el tratamiento involuntario es apropiado. Aunque las normas legales específicas varían según el estado, estas leyes generalmente describen los criterios relacionados con el peligro físico que una persona se presenta a sí misma o hacia otros debido a una condición mental. En otras palabras, para que alguien sea tratado contra su voluntad en un hospital o en la comunidad, un profesional de la salud mental debe determinar que: a) la persona padece un trastorno mental grave; b) él o ella presenta una amenaza seria, típicamente física, a sí mismo, a sí mismo o a otros; y c) que la amenaza se debe al tratorno mental.
Los adultos con trastornos mentales son mucho más propensos a ser víctimas que los perpetradores de la violencia
El compromiso civil es un proceso legal. Hay dos puntos clave aquí. En primer lugar, si la amenaza para sí mismo o para otros no se puede atribuir a una enfermedad mental grave, entonces las normas de tratamiento involuntario no se aplican. Segundo, un cuidador no puede tomar esta decisión; debe ser hecho por un tribunal. Las personas que buscan soluciones a la violencia no deben pasar por alto estos puntos. Las personas con trastornos mentales son tan heterogéneas como las que no están diagnosticadas cuando se trata de las causas y los motivos de la violencia. Mientras que algunos tienen síntomas que los llevan a actuar violentamente, otros tienen síntomas que no son relevantes o incluso disminuyen su riesgo de violencia. Y, si bien algunas afecciones de salud mental están más claramente vinculadas con la violencia, como los trastornos de la personalidad y los trastornos por consumo de sustancias, estas condiciones generalmente no cumplirían con los estándares de tratamiento involuntario.

Largas esperas y recursos limitados

¿Qué sucede cuando alguien busca tratamiento de salud mental de manera voluntaria o involuntariamente? Depende. Nuestros servicios de salud mental están sobrecargados y carecen de recursos. Por ejemplo, necesitamos entre 40 y 60 camas por cada 100,000 personas, pero solo hay alrededor de 11 camas por cada 100,000. Los entornos de salud mental en todo Estados Unidos tienen largas listas de espera y están bajo presión para dar de alta a los pacientes rápidamente debido a la sobrepoblación, las limitaciones sobre lo que cubrirán los seguros o la falta de seguro. Un informe reciente sobre las barreras a los servicios de salud mental para pacientes ambulatorios en Massachusetts, por ejemplo, encontró que los niños, los que necesitaban un psiquiatra y los adultos cubiertos por Medicaid se encontraban entre los que más tiempo esperaban, a menudo meses. Mientras espera el tratamiento, los síntomas pueden empeorar. Los síntomas no tratados pueden provocar crisis agudas de salud mental que conducen a estancias en los departamentos de urgencias de los hospitales o en las cárceles, donde los síntomas empeoran.
La tasa de violencia armada perpetrada por adultos con enfermedades mentales es aún menor: alrededor del 2 por ciento
Además, si bien hay muchos tratamientos con efectividad demostrada, los proveedores pueden estar limitados en términos de los servicios que pueden brindar y cobrar. Por ejemplo, es posible que el seguro no cubra ciertos tipos de tratamiento o que limite el número de sesiones de tratamiento. También puede haber desafíos para la implementación de prácticas basadas en evidencia en entornos de salud mental que reducen su disponibilidad. Muchas personas con trastornos mentales graves tienen seguro financiado con fondos públicos, como Medicaid, o no tienen seguro, lo que limita aún más sus opciones de tratamiento. Alrededor de un tercio de los diagnosticados con trastornos mentales no reciben servicios de salud mental.

Los tratamientos mentales no van a reducir los niveles de violencia

Si pudiéramos tratar con éxito a las personas con trastornos mentales graves, ¿cómo cambiaría esto las tasas de violencia en los Estados Unidos? No mucho. Aunque los trastornos mentales graves se asocian con un mayor riesgo de violencia, la tasa de incidentes violentos en los Estados Unidos que es atribuible a una condición mental es bastante pequeña, solo alrededor del 3-5 por ciento. Y, la tasa de violencia armada perpetrada por adultos con enfermedades mentales es aún menor: alrededor del 2 por ciento. De hecho, los adultos con trastornos mentales son mucho más propensos a ser víctimas que los perpetradores de la violencia. Hay muchas razones sociales, legales e incluso financieras por las que es correcto proporcionar un tratamiento de salud mental y aumentar los fondos para hacerlo. Pero mi investigación, y la de otros, muestra que abordar la violencia en los Estados Unidos simplemente no es uno de ellos.Autor: Sarah L. Desmarais, profesora de psicología de la Universidad de Carolina del Norte.Artículo previamente publicado en The Conversation y cedido para su publicación en Psyciencia. Traducido por David Aparicio.  Notas al pie de página:
  1. Medicaid es un programa federal y estatal conjunto que ayuda con los costos médicos a algunas personas de ingresos y recursos limitados. Medicaid también ofrece beneficios que, en general, Medicare no cubre, como servicios de cuidados en asilos de ancianos y cuidados personales. ↩

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