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Publicaciones por autor

Equipo de Redacción

534 Publicaciones
Equipo editorial de Psyciencia.com
  • Ciencia y Evidencia en Psicología

¡No te acerques!: tengo hambre

  • Equipo de Redacción
  • 03/09/2022
man wearing brown suit jacket mocking on white telephone

Sentir irritabilidad o un estado de ánimo negativo cuando tenemos hambre es bastante común, al punto en que puede afectar nuestra vida cotidiana. Una investigación reciente encontró que los sentimientos de hambre autoinformados están asociados con la ira, la irritabilidad y un estado de ánimo más bajo (Swami et al., 2022).

Qué metodología usaron

El equipo de investigadores buscó conocer hasta qué punto los niveles de hambre autoinformados se asociaron con las fluctuaciones diarias de la ira durante un período de 3 semanas. Pero como es poco probable que los efectos del hambre sean exclusivamente relacionados con la ira, también indagaron sobre las experiencias de irritabilidad y, para obtener una visión más holística de la emotividad, el placer y la excitación, según lo indexado mediante la cuadrícula de afecto de Russell.

La muestra final estuvo compuesta por 64 participantes, la mayoría de los cuales eran de Austria y Alemania, y fueron reclutados a través de las redes sociales de los autores. Los participantes tenían la tarea de completar una encuesta diaria cinco veces al día durante 21 días. En este cuestionario, se les preguntó qué tan hambrientos estaban en el momento actual, qué tan irritables se sentían y qué tan enojados se sentían. También se les pidió que indicaran su estado emocional actual utilizando la cuadrícula de afecto de Russell de dos escalas: agradable a desagradable y de baja a alta excitación. Además, se les pidió que indicaran cuándo habían comido por última vez.

Al final de esta fase del estudio, los participantes completaron otro conjunto de preguntas sobre sus comportamientos alimentarios de las 3 semanas anteriores, medidas sobre su comportamiento dietético general, medidas de su rasgo de ira y medidas de sus motivaciones alimentarias.

Qué encontraron

Los resultados muestran que el hambre se asoció con mayor ira, irritabilidad y menor placer, pero no se asoció con la excitación. Tanto las variaciones diarias del hambre como los niveles medios de hambre durante las tres semanas anteriores predijeron emociones negativas.

Aunque hay muchas explicaciones posibles de por qué el hambre puede afectar las emociones negativas, no pueden conocerse a partir de estos datos. Los autores citan otras limitaciones del estudio, incluida la confianza en una sola medida de ira e irritabilidad y la confianza en los niveles de hambre autoinformados. Las medidas fisiológicas de azúcar en la sangre y otros indicadores de hambre en estudios futuros podrían respaldar aún más estos resultados.

Referencia bibliográfica: Swami, V., Hochstöger, S., Kargl, E., & Stieger, S. (2022). Hangry in the field: An experience sampling study on the impact of hunger on anger, irritability, and affect. En PLOS ONE (Vol. 17, Número 7, p. e0269629). https://doi.org/10.1371/journal.pone.0269629

Fuente: Psypost

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Los probióticos pueden mejorar significativamente la terapia antidepresiva

  • Equipo de Redacción
  • 01/09/2022

Muchas investigaciones vienen demostrando que los microbios en nuestros intestinos son capaces de afectar nuestro estado de ánimo; y, si bien la psiquiatría es cada vez más conciente de esta situación, todavía requiere que se completen otras investigaciones clínicas para reemplazar los antidepresivos con probióticos. Sin embargo, un grupo de investigadores decidió probar qué pasaría si se usaran los probióticos como complemento del tratamiento para la depresión. En su estudio encontraron que, incluso como complemento, los probióticos mejoran significativamente la terapia antidepresiva (Schaub et al., 2022).

Qué metodología usaron

La muestra estuvo compuesta con pacientes con trastorno depresivo mayor, los que fueron divididos en dos grupos: uno que recibió un probiótico y otro que recibió un placebo. Todos permanecieron con sus antidepresivos actuales. 

Qué encontraron

Después de un mes, el grupo que tomó probióticos tuvo una mejora significativa en su estado de ánimo, en comparación con el grupo que recibió el placebo.

Estos resultados sugieren que un tratamiento probiótico adicional mejora los síntomas depresivos y aumenta los taxones bacterianos específicos relacionados con la salud. A nivel neuronal, los probióticos alteran los sesgos negativos y la valencia emocional además del tratamiento habitual para la depresión”.

Qué son los psicobióticos

Los probióticos que pueden mejorar el estado de ánimo se denominan psicobióticos, y el componente principal del probiótico utilizado en este estudio fue Lactobacillus. Esta investigación sigue la pista de un metanálisis realizado en 2021 que también encontró una gran mejora al combinar antidepresivos con probióticos (Nikolova et al., 2021).

¿Cómo pueden los microbios mejorar la depresión?

Mucho de esto tiene que ver con la forma en que ayudan a reparar los intestinos con fugas. A algunos investigadores no les gusta ese término, porque el revestimiento intestinal en realidad está diseñado para filtrarse un poco: así es como se absorben los nutrientes.

El término puede resultar impreciso, pero ciertamente es evocador. Los patógenos pueden destruir la capa de moco y erosionar el revestimiento intestinal de telaraña con el tiempo. Eso puede permitir que los patógenos y sus toxinas ingresen al torrente sanguíneo. Luego, el corazón los bombea alegremente a todos los órganos del cuerpo, lo que desencadena una guerra inmunológica, donde se reclutan células inflamatorias para perseguir y matar a los patógenos. Esa respuesta eliminará a los intrusos y devolverá las cosas a la normalidad, suponiendo que el intestino sane.

Si la filtración persiste, puede resultar en una inflamación sistémica crónica. Los científicos ahora se dan cuenta de que la mayoría de las enfermedades crónicas comienzan de esta manera, con bacterias que causan daños en varios órganos, incluido el cerebro. Como señaló Hipócrates, “Toda enfermedad comienza en el intestino”.

Los microbios probióticos producen butirato, que nutre y cura el revestimiento intestinal. Eso disminuye las probabilidades de un intestino permeable y detiene la inflamación (Yong et al., 2019).

Algunas bacterias pueden activar las interleucinas que atenúan la inflamación. Esto se debe a que estos microbios se insinuaron temprano en su desarrollo y educaron a su sistema inmunológico para que les diera un pase permanente. Cuando su sistema inmunológico los ve, los trata como viejos amigos y reduce la inflamación.

Las bacterias malas tienen el efecto contrario, iniciando una respuesta inflamatoria diseñada para eliminarlas de manera decisiva. En su afán, el sistema inmunitario crea muchos daños colaterales, lo que a menudo empeora la situación. Aún así, las infecciones bacterianas pueden matar, por lo que el precio que pagamos es algo de daño. La respuesta inmunológica hace todo lo posible para mantener nuestro sistema en equilibrio, pero a veces las opciones son difíciles.

Bacterias buenas y bacterias malas

Los microbios psicobióticos producen BDNF, una sustancia química que estimula el crecimiento de nuevas células cerebrales. También producen neurotransmisores como GABA, dopamina y serotonina. Estas diversas secreciones microbianas tienen efectos importantes en la salud del cerebro y pueden explicar cómo apoyan a los antidepresivos.

Puede ser complicado distinguir las bacterias buenas de las malas, porque muchas bacterias supuestamente malas son buenas cuando su número se mantiene bajo control. Sin embargo, podemos enumerar algunos de los principales actores.

Las buenas bacterias:

  • Bifidobacteria
  • Lactobacillus
  • faecalibacterium
  • Akkermansia
  • Marcador
  • Bacterias malas:
  • Estreptococo
  • Klebsiella
  • Oscilabacter
  • alístipes
  • Lachnospiraceae
  • Turicibacter
  • Paraprevotella

Entre las bacterias buenas se encuentran los probióticos familiares como Lactobacillus y Bifidobacteria, que se hallan en el yogur, el kéfir, el kraut y otros fermentos. Especies específicas de estos géneros también son psicobióticos. Comer alimentos fermentados es una forma popular de obtener probióticos.

Si estás deprimido, ya sea que tomes o no antidepresivos, hay muy pocos inconvenientes en tomar suplementos probióticos o prebióticos. Como mínimo, pueden calmar el intestino y proteger contra docenas de enfermedades inflamatorias crónicas. Hay muchas probabilidades de que también puedan ayudar a mejorar tu estado de ánimo. Es de bajo riesgo, económico, fácil y no conlleva ningún estigma. Hablá con tu médico; es probable que te dé recomendaciones específicas para tu caso.

Referencias bibliográficas:

  • Nikolova, V. L., Cleare, A. J., Young, A. H., & Stone, J. M. (2021). Updated Review and Meta-Analysis of Probiotics for the Treatment of Clinical Depression: Adjunctive vs. Stand-Alone Treatment. Journal of Clinical Medicine Research, 10(4). https://doi.org/10.3390/jcm10040647
  • Schaub, A.-C., Schneider, E., Vazquez-Castellanos, J. F., Schweinfurth, N., Kettelhack, C., Doll, J. P. K., Yamanbaeva, G., Mählmann, L., Brand, S., Beglinger, C., Borgwardt, S., Raes, J., Schmidt, A., & Lang, U. E. (2022). Clinical, gut microbial and neural effects of a probiotic add-on therapy in depressed patients: a randomized controlled trial. Translational Psychiatry, 12(1), 227. https://doi.org/10.1038/s41398-022-01977-z
  • Yong, S. J., Tong, T., Chew, J., & Lim, W. L. (2019). Antidepressive Mechanisms of Probiotics and Their Therapeutic Potential. Frontiers in Neuroscience, 13, 1361. https://doi.org/10.3389/fnins.2019.01361

Fuente: Psychology Today

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

La falta de sueño nos hace más egoístas

  • Equipo de Redacción
  • 26/08/2022

El sueño está infravalorado socialmente. A nivel mundial un gran número de personas informa que duerme menos de lo suficiente y, de hecho, dormir lo suficiente es desalentado o asociado con la pérdida de tiempo. Sin embargo, las consecuencias de la falta de sueño son importantes: mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, depresión, diabetes, hipertensión y disfunción sexual. Un nuevo estudio encontró que la falta de sueño también afecta las interacciones sociales, lo que hace que las personas estén menos dispuestas a ayudar a los demás (Simon et al., 2022).

Qué metodología usaron

Los investigadores realizaron tres estudios separados que evaluaron el impacto de la pérdida de sueño en la disposición de las personas a ayudar a los demás. En el primer estudio, realizaron una resonancia magnética funcional a 24 voluntarios sanos para escanear sus cerebros después de ocho horas de sueño y después de una noche sin dormir. Descubrieron que las áreas del cerebro que forman la teoría de la red del cerebro, que se activa cuando las personas sienten empatía por los demás o intentan comprender los deseos y necesidades de otras personas, estaban menos activas después de una noche de insomnio.

En un segundo estudio, rastrearon a más de 100 personas en línea durante tres o cuatro noches. Durante este tiempo, los investigadores midieron la calidad de su sueño (cuánto tiempo dormían, cuántas veces se despertaban) y luego evaluaron su deseo de ayudar a los demás con acciones como mantener la puerta del ascensor abierta para otra persona, ofrecerse como voluntario o ayudar a un extraño herido en la calle.

En esta ocasión encontraron que una disminución en la calidad del sueño de una persona de una noche a la siguiente predijo una disminución significativa en el deseo de ayudar a otras personas de un día al siguiente. 

La tercera parte del estudio involucró la extracción de una base de datos de 3 millones de donaciones caritativas en los Estados Unidos entre 2001 y 2016. Tras analizar los datos, el equipo encontró una caída del 10% en las donaciones después de la transición al horario de verano y la posible pérdida de una hora de sueño. Esto no se vio en las regiones del país que no cambiaron sus relojes.

Concluyen los autores que incluso una “dosis” modesta de privación del sueño (como es la pérdida de una sola hora de la oportunidad de dormir relacionada con el horario de verano) tiene un impacto muy medible y muy real en la generosidad de las personas y, por lo tanto, en cómo funcionamos como sociedad. 

Un estudio anterior realizado por este equipo mostró que la falta de sueño obligaba a las personas a retraerse socialmente y aislarse más socialmente. La falta de sueño también aumentó sus sentimientos de soledad. Peor aún, cuando esas personas privadas de sueño interactuaban con otras personas, contagiaban su soledad a esas otras personas, casi como un virus, sostuvieron los autores.

Comprender que la cantidad y la calidad del sueño afecta a toda una sociedad, provocando un deterioro en el comportamiento prosocial, puede proporcionar información sobre el estado de las cosas en nuestra sociedad en la actualidad, señalaron los investigadores quienes llamaron al sueño “lubricante social”, necesario para favorecer el comportamiento humano prosocial, conectado, empático, amable y generoso. 

Referencia bibliográfica: Simon, E. B., Ben Simon, E., Vallat, R., Rossi, A., & Walker, M. P. (2022). Sleep loss leads to the withdrawal of human helping across individuals, groups, and large-scale societies. En PLOS Biology (Vol. 20, Número 8, p. e3001733). https://doi.org/10.1371/journal.pbio.3001733

Fuente: Science Daily

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Las personas con autismo muestran diferencias en el ritmo y la entonación al hablar, que son consistentes en varios idiomas

  • Equipo de Redacción
  • 26/08/2022

El trastorno del espectro autista (TEA) suele ir acompañado de diferencias en la prosodia del habla. La prosodia del habla describe aspectos del habla, como el ritmo y la entonación, que nos ayudan a expresar emociones y transmitir significado con nuestras palabras. La prosodia del habla atípica puede interferir con la comunicación y las habilidades sociales de una persona, por ejemplo, haciendo que una persona malinterprete a los demás o que sea malinterpretada.

En esta investigación, el equipo estudió las características prosódicas asociadas con el autismo en dos idiomas tipológicamente distintos, y buscaron entender qué aspectos de la prosodia del habla se asocian de manera confiable con el autismo en todos los idiomas y cuáles no (Lau et al., 2022).

Qué metodología usaron

Los participantes del estudio eran hablantes nativos de inglés de los Estados Unidos y hablantes de cantonés de Hong Kong. Entre el grupo de inglés, 55 de los participantes eran autistas y 39 eran neurotípicos. Entre el grupo cantonés, 28 participantes eran autistas y 24 eran neurotípicos. 

Se pidió a todos los participantes que narraran la historia de un libro ilustrado sin palabras. Su discurso fue grabado, transcrito y luego dividido en declaraciones individuales para un examen más detallado.

Los investigadores utilizaron un programa informático para extraer el ritmo y la entonación del habla de las muestras narrativas. El ritmo se refiere a las variaciones en el tiempo y el volumen del habla, mientras que la entonación se refiere a las variaciones en el tono de la voz. Luego, los investigadores utilizaron el aprendizaje automático, una técnica que utiliza sistemas informáticos para analizar e interpretar datos, para tratar de clasificar a los participantes con autismo frente a los participantes con un desarrollo típico.

Qué encontraron

El equipo encontró que el ritmo del habla podía clasificar de forma fiable a los participantes autistas frente a los participantes neurotípicos entre las muestras de inglés y cantonés. Sin embargo, la entonación del habla solo pudo clasificar a los participantes autistas frente a los participantes neurotípicos en la muestra inglesa. Además, cuando los investigadores analizaron un conjunto de datos combinados de hablantes de inglés y cantonés, solo el ritmo del habla clasificó de manera confiable a los individuos autistas de los participantes neurotípicos.

Estos resultados indican que habían características del ritmo del habla que ofrecían suficiente información para que el algoritmo de aprendizaje automático distinguiera entre un hablante autista y un hablante neurotípico. Los autores dijeron que esto coincide con investigaciones anteriores que sugieren que las personas autistas demuestran diferencias confiables en los patrones de estrés, la velocidad del habla y el volumen del habla. Además, los hallazgos sugieren que estas diferencias son consistentes en dos idiomas distintos.

La identificación de características comunes puede brindarnos un camino para examinar las bases biológicas profundas del autismo que influyen fuertemente en el lenguaje y el comportamiento de manera homogénea en el autismo en todas las culturas, dijeron los autores. Por otro lado, las diferentes características transculturales o translingüísticas pueden reflejar atributos del autismo que se pueden cambiar más fácilmente con la experiencia, lo que podría reflejar potencialmente objetivos para la intervención clínica.

En particular, la entonación solo predijo un diagnóstico de autismo entre la muestra que hablaba inglés, pero no entre la muestra que hablaba cantonés. Los autores del estudio dicen que esto podría deberse a que el cantonés es un idioma tonal, lo que significa que el tono puede usarse para cambiar el significado de las palabras. “Es posible que el uso prolífico del tono lingüístico en los idiomas tonales proporcione un efecto compensatorio que mejore las diferencias de entonación en los TEA”, escribieron los autores. Si bien se necesita más investigación en esta área, esto puede sugerir que las personas autistas que hablan idiomas no tonales pueden beneficiarse de las intervenciones del habla que se centran en el tono y la entonación.

Referencia bibliográfica: Lau, J. C. Y., Patel, S., Kang, X., Nayar, K., Martin, G. E., Choy, J., Wong, P. C. M., & Losh, M. (2022). Cross-linguistic patterns of speech prosodic differences in autism: A machine learning study. PloS One, 17(6), e0269637. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0269637

Fuente: Psypost

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

El sentimiento de pertenencia se muestra como un protector contra la depresión para los estudiantes universitarios

  • Equipo de Redacción
  • 25/08/2022

La pertenencia es un sentimiento importante que involucra la creencia de que uno tiene apoyo y comunidad. Esto puede ser especialmente significativo para los estudiantes universitarios, que se están asimilando a una nueva comunidad. Un estudio reciente encontró que experimentar un sentimiento de pertenencia temprano en el año académico puede afectar la aparición de síntomas depresivos más adelante en el semestre (Dutcher et al., 2022).

La prevalencia de las enfermedades mentales entre los jóvenes ha ido en aumento en los últimos años. Casi el 20% de los estudiantes universitarios de primer año son diagnosticados con depresión anualmente. Los estudios sugieren que la vida social puede ser un factor significativo que tiene el potencial de ser ventajoso o perjudicial para la salud mental del estudiante.

Qué metodología usaron

La muestra del estudio estuvo compuesta por estudiantes de tiempo completo de primer año, provenientes de dos universidades estadounidenses. Todos los participantes tenían entre 18 y 25 años de edad. Esta investigación se dividió en un estudio exploratorio y dos estudios confirmatorios. El número de participantes en cada subestudio varió de 121 a 188.

Todos los participantes completaron medidas sobre sentimientos de pertenencia, síntomas depresivos, sentido de adecuación social, soledad, interacciones sociales y demografía. La recopilación de datos abarcó diferentes semanas del semestre para todos los estudios y durante la recopilación de datos, los participantes completaron medidas cuatro veces durante el día.

Qué encontraron

En todos los estudios, un sentido de pertenencia más débil al principio del semestre se asoció con síntomas depresivos más fuertes al final del período académico. Esta relación fue significativa, incluso cuando se controlaron factores como la soledad, la interacción social y los niveles de depresión de referencia.

Esto sugiere que los sentimientos diarios de pertenencia pueden predecir la depresión más que otros factores, como la vida social. Tal hallazgo podría ser útil para abordar las altas tasas de depresión de los estudiantes universitarios de primer año, al incentivar un entorno que fomente la pertenencia y la comunidad desde el principio.

Dentro de las limitaciones del estudio, los autores señalan que los datos se recopilaron durante los períodos de invierno y primavera. Dado que la mayoría de las personas comienzan la universidad en otoño, sería útil examinar si los datos son consistentes para el período de otoño. Además, este estudio se basó en estudiantes de primer año en dos universidades; la investigación futura podría utilizar una muestra más inclusiva.

Detectar el riesgo de depresión antes de que se manifiesten síntomas marcadamente depresivos, es importante para prevenir el progreso de tal condición.

Referencia bibliográfica: Dutcher, J. M., Lederman, J., Jain, M., Price, S., Kumar, A., Villalba, D. K., Tumminia, M. J., Doryab, A., Creswell, K. G., Riskin, E., Sefdigar, Y., Seo, W., Mankoff, J., Cohen, S., Dey, A., & Creswell, J. D. (2022). Lack of Belonging Predicts Depressive Symptomatology in College Students. Psychological Science, 33(7), 1048-1067. https://doi.org/10.1177/09567976211073135

Fuente: Psypost

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Muchas personas enfrentan problemas de salud mental dos años después de haber tenido COVID-19

  • Equipo de Redacción
  • 25/08/2022

Una investigación reciente encontró que, a consecuencia de haber contraído COVID-19, una proporción significativa de adultos se enfrenta a problemas de salud mental, dos años después del inicio de la pandemia (Taquet, Sillett, et al., 2022).

Qué metodología usaron

El equipo de investigadores utilizó registros de salud electrónicos de más de 1.250.000 personas que fueron diagnosticadas con COVID, en su mayoría de EEUU, y realizó un seguimiento de la aparición de 14 diagnósticos neurológicos y psiquiátricos importantes en estos pacientes durante un máximo de dos años. Compararon estos riesgos con un grupo de control estrechamente emparejado de personas a las que se les había diagnosticado una infección respiratoria distinta de COVID.

Tres grupos etarios fueron examinados: niños (menores de 18 años), adultos (18-65) y adultos mayores (mayores de 65) por separado. También fueron comparadas las personas que contrajeron COVID justo después de la aparición de una nueva variante (en particular, omicron, pero también variantes anteriores) con las que lo contrajeron justo antes.

Qué encontraron

  • Se observó un mayor riesgo de trastornos psiquiátricos comunes (ansiedad y depresión) después de la infección por COVID, pero el mayor riesgo disminuyó rápidamente. Las tasas de estos trastornos entre las personas que tenían COVID no fueron diferentes de las que tenían otras infecciones respiratorias un par de meses después, y no hubo un exceso general de estos trastornos durante los dos años siguientes.
  • Por su parte, los niños no tuvieron un mayor riesgo de sufrir estos trastornos en ninguna etapa después de la infección por COVID.
  • Las personas que habían tenido COVID no tenían un mayor riesgo de contraer la enfermedad de Parkinson. Señalan los autores que este hallazgo trajo gran alivio pues había sido una preocupación al principio de la pandemia.
  • Los riesgos de ser diagnosticado con algunos trastornos, como psicosis, convulsiones o epilepsia, confusión mental y demencia, aunque en su mayoría aún son bajos, se mantuvieron elevados durante los dos años posteriores a la infección por COVID. Por ejemplo, el riesgo de demencia en adultos mayores fue del 4,5 % en los dos años posteriores a la COVID en comparación con el 3,3 % en aquellos con otra infección respiratoria.
  • También se observó un riesgo continuo de psicosis y convulsiones en los niños.
  • En cuanto a las variantes, aunque los datos confirman que omicron es una enfermedad mucho más leve que la variante delta, los supervivientes seguían teniendo un riesgo similar de padecer las afecciones neurológicas y psiquiátricas analizadas.

Los resultados de omicron, la variante actualmente dominante en todo el mundo, indican que es probable que la carga de estos trastornos continúe, aunque esta variante es más leve en otros aspectos.

El estudio tiene importantes salvedades. Los hallazgos no capturan a las personas que pueden haber tenido COVID pero no estaba documentado en sus registros de salud, tal vez porque no tenían síntomas. Tampoco fue posible dar cuenta completamente del efecto de la vacunación, porque no contaron con información completa sobre el estado de vacunación, y algunas personas en el estudio contrajeron COVID antes de que las vacunas estuvieran disponibles. En un estudio anterior encontraron que los riesgos de estos resultados eran bastante similares en las personas que contrajeron COVID después de vacunarse, por lo que es posible que esto no haya afectado significativamente los resultados (Taquet et al., 2022).

Además, los riesgos observados en son relativos a las personas que habían tenido otras infecciones respiratorias. No se analizó cómo se comparan con las personas sin ninguna infección. Tampoco se sabe qué tan severos o duraderos fueron los trastornos.

Finalmente, el presente estudio es observacional y, por lo tanto, no puede explicar cómo o por qué COVID está asociado con estos riesgos. Las teorías actuales incluyen la persistencia del virus en el sistema nervioso, la reacción inmune a la infección o problemas con los vasos sanguíneos (Taquet & Harrison, 2022).

Referencias bibliográficas:

  • Taquet, M., Dercon, Q., & Harrison, P. J. (2022). Six-month sequelae of post-vaccination SARS-CoV-2 infection: A retrospective cohort study of 10,024 breakthrough infections. Brain, Behavior, and Immunity, 103, 154-162. https://doi.org/10.1016/j.bbi.2022.04.013
  • Taquet, M., & Harrison, P. J. (2022). Exposure to phenytoin associates with a lower risk of post-COVID cognitive deficits: a cohort study. En Brain Communications. https://doi.org/10.1093/braincomms/fcac206
  • Taquet, M. Sillett, R., Zhu, L., Mendel, J., Camplisson, I.,Dercon, Q., Harrison, P. J., (2022). Neurological and psychiatric risk trajectories after SARS-CoV-2 infection: an analysis of 2-year retrospective cohort studies including 1284437 patients. En The Lancet Psychiatry DOI:https://doi.org/10.1016/S2215-0366(22)00260

Fuente: The Conversation

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  • Análisis

¿Cómo apoyar a un hijo con depresión? Enséñale a ayudar a otros

  • Equipo de Redacción
  • 16/08/2022

Por Hannah L. Schacter, investigadora postdoctoral en USC Dornsife College of Letters, Arts and Sciences

Piensa en la última vez que ayudaste a alguien. Tal vez enviaste un WhatsApp de apoyo a un amigo estresado, o le diste indicaciones a una peatón perdido. 

¿Cómo te sentiste? 

Si te sentiste feliz, no estás solo. Las investigaciones muestran que ayudar a otros ofrece importantes beneficios psicológicos y para la salud.

En la vida diaria, muchas personas describen que experimentan un mejor estado de ánimo aquellos días en que ayudan a un extraño o escuchan los problemas de un amigo. Los adultos que realizan trabajo voluntariado, gastan dinero en otros y apoyan a sus cónyuges también sienten mayor bienestar y tienen menos riesgo de fallecer.

Ayudar a otros es beneficioso en parte porque promueve la socialización y las habilidades personales. 

Como investigadora que estudia el desarrollo de los adolescentes, decidí analizar cómo se producía este fenómeno entre los adolescentes. La adolescencia es una etapa de elevada intensidad emocional y me interesa estudiar el comportamiento social de los adolescentes – cómo ayudan, reconfortan y comparten – en el contexto de sus relaciones más cercanas. 

¿Podrían los jóvenes lograr mejorar su estado de ánimo ayudando a otros?

Adolescencia y depresión

Durante la adolescencia, los jóvenes se sienten cada vez más preocupados por las opiniones de sus compañeros, incluidos sus amigos y sus relaciones amorosas. De hecho, la adolescencia es un período en que las experiencias de exclusión social o rechazo duelen más que en otras etapas vitales.

La adolescencia es también un período de alto riesgo para el desarrollo de síntomas depresivos. Casi uno de cada 11 adolescentes y adultos jóvenes en EEUU experimentan un fuerte episodio depresivo. Hasta los jóvenes con síntomas depresivos pero sin diagnóstico oficial de depresión corren el riesgo de sufrir problemas de adaptación, como la soledad o dificultades en las relaciones románticas.

Además de experimentar un sentimiento de desesperanza y carecer de autoestima, los adolescentes deprimidos a menudo responden al estrés social con intensas emociones negativas. Por ejemplo, los adolescentes con serios trastornos depresivos suelen sentir mayor rechazo hacia sus semejantes que los que no tienen estos problemas.

Los psicólogos también sabemos que, en general, las inquietudes de los adolescentes sobre la interacción social pueden propicar que las relaciones interpersonales positivas – como ofrecer apoyo o asistencia a sus compañeros – sean mucho más gratificantes. 

Si los adolescentes deprimidos se sienten mal después de tener encuentros sociales negativos, ¿podrían sentirse mucho mejor después de tener contactos sociales positivos? 

¿Ayudaste a alguien hoy?

En un estudio reciente, mis colegas y yo examinamos el comportamiento social de los adolescentes en sus interacciones cotidianas con amigos y parejas. Nuestro objetivo fue entender si el ofrecimiento de ayuda beneficia a los jóvenes que tienen síntomas de depresión. 

Hicimos el estudio con un grupo de 99 adolescentes en Los Angeles, con una media de edad de 18 años. La mayoría de ellos eran estudiantes de colegio o recién graduados. Primero evaluamos sus síntomas depresivos en el laboratorio para saber cómo se habían sentido durante las dos semanas anteriores.

Les pedimos que completaran 10 días consecutivos de encuestas cortas. Los participantes nos contaron si habían ayudado a sus amigos o parejas – actos sencillos como hacerles un favor o ayudarlos a sentirse importantes. Nos hablaron también de su propio estado de ánimo.

Los días en que los adolescentes ayudaron a sus amigos o novios experimentaron buen estado de ánimo. Esto ocurría aun si su estado de ánimo no había sido bueno el día anterior o si ellos mismos no habían recibido ningún tipo de estímulo social ese día. El haber ayudado a otra persona estaba muy vinculado con un elevamiento espiritual.

Pero, ¿acaso la ayuda a otros es más positiva en unos adolescentes que en otros? Observamos que los efectos positivos de haber ayudado a otros fueron más fuertes en los adolescentes con mayores niveles de síntomas depresivos. De modo que los jóvenes con alta angustia experimentaron mayores beneficios para su estado de ánimo cuando apoyaron a sus compañeros. 

Ayudar a otros nos beneficia

A menudo hablamos sobre la importancia de recibir apoyo social cuando estamos deprimidos. Estos hallazgos resaltan el gran valor de brindar apoyo a otros.

Nuestro estudio se basa en investigaciones previas que demuestran que el comportamiento a favor de otros es más gratificante para quienes experimentan ansiedad social, neurosis e insatisfacción corporal.

Aunque no comprobamos los mecanismos subyacentes de por qué sucede esto, es posible que brindar ayuda pueda hacer que las personas se sientan estimadas por otros o promueva un sentimiento de determinación y autoestima. Para los jóvenes con altos niveles de angustia social y emocional, las ocasiones para fortalecer las conexiones sociales y sentirse competentes ante los más allegados pueden ser muy importantes para mejorar su estado de ánimo.

Muchos estudios, incluido el nuestro, que vinculan el comportamiento de la conducta social positiva con el estado de ánimo, son correlativos. Es decir, no podemos concluir que ayudar a amigos o parejas puede llevar a un estado de ánimo más positivo. 

Más estudios aleatorios experimentales que invitan a sus participantes a comprometerse a participar actos de bondad y otros a no participar en estos ayudaría a saber si sea el mismo estado de ánimo positivo el que impulse la conducta social positiva posterior.

También es importante tener en cuenta que muy pocos participantes en nuestro estaban clínicamente deprimidos. La investigación aún necesita determinar si la conducta social positiva esté vinculada de manera directa con el buen estado de ánimo entre los adolescentes diagnosticados con un trastorno depresivo. 

Sería interesante, creo yo, averiguar si los jóvenes deprimidos experimentan “agotamiento” emocional cuando prestan ayuda con mucha frecuencia.

La palabra “adolescencia” puede evocar imágenes de angustia, comportamiento peligroso y conflictos interpersonales, pero estos años también son una fase de gran crecimiento social. Comprender cuándo, cómo y por qué los adolescentes experimentan una conducta social positiva podría contribuir a una mejor comprensión de su desarrollo social.

Artículo publicado en The Conversation y cedido para su republicación en Psyciencia.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Escuchar música relajante mejoraría el rendimiento cognitivo

  • Equipo de Redacción
  • 11/08/2022

Diferentes tipos de música de fondo relajante podrían afectar el procesamiento cognitivo y la actividad fisiológica, según los hallazgos de un estudio reciente. Tal investigación encontró que la música de fondo relajante disminuye tanto la frecuencia cardíaca como la frecuencia respiratoria, lo que puede afectar positivamente el rendimiento cognitivo (Kirk et al., 2022).

Qué metodología usaron

La muestra estuvo compuesta por 108 adultos sin condiciones cardíacas o de estrés. Cada uno fue asignado aleatoriamente a uno de los cuatro grupos experimentales. Los participantes del estudio fueron separados en cuatro grupos. Cada grupo estuvo expuesto a un género musical específico en comparación con un grupo de control sin música. En un diseño entre grupos, el estudio expuso a tres grupos separados a música de jazz, música de piano y música de baja fidelidad (lo-fi), respectivamente. El cuarto grupo era un grupo de control sin música.El estudio se llevó a cabo durante tres días en los que se midió la distracción mental (atención sostenida), la atención aguda y la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) de los participantes.

Es importante destacar que se midió la atención aguda de los participantes mientras escuchaban música y la atención sostenida después de escuchar música.

El primer día, los participantes completaron medidas de referencia de atención sostenida y VFC. El segundo día, fueron llevados a una habitación, se les dieron auriculares y escucharon música correspondiente a su condición experimental mientras también se les monitoreaba la VFC. También se midió la atención aguda durante los últimos 5 minutos de escuchar música y la atención sostenida cuando terminó la sesión.

El tercer día, los participantes repitieron el procedimiento del día 2 y volvieron a escuchar la misma música. La única diferencia es que algunos participantes escucharon un clip de 15 minutos el día 2 y luego un clip de 45 minutos el día 3 y otros participantes escucharon en el orden opuesto. Tres semanas después, los participantes regresaron para completar otra sesión de música de 15 minutos y una tarea de atención. Se instruyó a los participantes para que escucharan su pieza musical asignada al menos 10 veces durante las tres semanas para aumentar la familiaridad con la música.

Qué encontraron

Aquellas personas que escucharon música (independientemente de la duración) tuvieron mayor rendimiento en comparación con el grupo de control sin música. Además, aquellos que escucharon música (los tres géneros) mostraron un aumento en el rendimiento durante el período de estudio para sesiones de música de 15 y 45 minutos.

De manera similar, aquellos que escucharon música (independientemente de la duración) mostraron una VFC más alta en comparación con el grupo de control sin música. Hubo un aumento en la VFC durante el período de estudio para aquellos que escucharon música, pero este aumento también se observó en el grupo de control sin música. Estas diferencias se observaron para las condiciones de 15 y 45 minutos.Los resultados de la prueba de seguimiento tres semanas después muestran que aquellos que escucharon música tuvieron tiempos de reacción más rápidos en comparación con el grupo de control sin música.

Además, aquellos en los grupos de música mostraron una mejora en el tiempo de reacción en el seguimiento en comparación con los del grupo de control sin música que no mostraron diferencias. Por último, los del grupo de control sin música tuvieron la VFC más baja en el seguimiento en comparación con los otros tres grupos de música.

Dentro de las limitaciones de este trabajo se menciona el no incluir un grupo de control activo como la música rock. Otra limitación es no medir cómo se sintieron los participantes acerca de la música que estaban escuchando. Quizás, ser aficionado a la música en general puede mejorar el rendimiento.

Referencia bibliográfica: Kirk, U., Ngnoumen, C., Clausel, A., & Purvis, C. K. (2022). Effects of Three Genres of Focus Music on Heart Rate Variability and Sustained Attention. En Journal of Cognitive Enhancement (Vol. 6, Número 2, pp. 143-158). https://doi.org/10.1007/s41465-021-00226-3

Fuente: Psypost

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  • Análisis

Cómo tomar la noticia de que no se ha demostrado que la depresión sea causada por un desequilibrio químico

  • Equipo de Redacción
  • 09/08/2022

El pasado 20 de julio Joanna Moncrieff y un equipo de investigadores publicaron una contundente investigación en la revista científica Molecular Psychiatry  que cuestiona severamente la teoría de que la depresión es causada por bajos niveles de serotonina. La investigación ha llamado la atención de los medios tradicionales y de las personas que están en tratamiento con antidepresivos. Para evitar confusiones, la propia autora ha publicado un nuevo artículo en su blog que explica qué quieren decir los nuevos hallazgos y sus implicaciones. El artículo fue publicado en inglés, pero lo hemos traducido para que más personas puedan acceder a esta valiosa información. 

***

Por Joanna Moncrieff

Tabla de contenido

  1. La investigación sobre la serotonina
  2. Lo que se ha dicho a la gente sobre la serotonina y la depresión
  3. Qué hacen los antidepresivos
  4. Cómo afectan los antidepresivos a las personas
  5. ¿Qué causa la depresión?
  6. ¿Cómo debemos ayudar a las personas con depresión?
  7. Qué hacer si está tomando antidepresivos

Durante décadas se ha dicho a la gente que la depresión es causada por una deficiencia de serotonina. Esta fue la razón detrás de la introducción de los antidepresivos ISRS (Inhibidor Selectivo de la Recaptación de Serotonina) en la década de 1990, que se pensaba que funcionaban aumentando los bajos niveles de serotonina. Nuestra investigación no muestra evidencia de baja serotonina en la depresión, lo que sugiere que los antidepresivos no funcionan de la manera en que se creía.

Hay otras explicaciones sobre cómo los antidepresivos afectan a las personas y por qué pueden ser útiles, que no tienen que ver con revertir las anomalías cerebrales subyacentes y tienen diferentes implicaciones. Medicamentos como los antidepresivos cambian la química normal del cerebro y esto afecta al estado de ánimo y el comportamiento de las personas. Las emociones contundentes tanto negativas como positivas de SSRI, por ejemplo, y esto puede proporcionar alivio a las personas que están agudamente angustiadas o infelices. Los antidepresivos también actúan induciendo esperanza y optimismo (el efecto placebo). Sin embargo, a largo plazo, estos efectos pueden no ser tan útiles, y también hay efectos nocivos del uso a largo plazo, como la dependencia y la abstinencia. La gente necesita esta información para tomar decisiones debidamente informadas sobre si tomar o no antidepresivos. Si las personas deciden que les gustaría detenerlos, deben discutir esto con su médico y hacerlo lenta y gradualmente siguiendo las pautas recientes.

Artículo recomendado: No hay evidencia de que la depresión sea causada por insuficiencia de serotonina

La investigación sobre la serotonina

La semana pasada publicamos una revisión sistemática en una revista llamada Molecular Psychiatry que reunió la evidencia de todas las principales áreas de investigación sobre las conexiones entre la serotonina y la depresión (puedes encontrar el artículo aquí). Descubrimos que ninguna de estas áreas de investigación mostró evidencia convincente de que la depresión sea causada por un bajo nivel de serotonina. De hecho, había poca evidencia de alguna anomalía de la serotonina en personas con depresión.

El hecho de que esta investigación haya tenido una cobertura tan amplia muestra lo impactante que es este hallazgo para muchísimas personas. Un presentador de televisión dijo que “te “hará explotará la cabeza” Esto se debe a que el mensaje de que la depresión es causada por un desequilibrio químico, y más específicamente por la falta de serotonina, ha sido ampliamente publicitado durante muchos años.

Antes de ir más lejos, para aquellos que no me conocen, soy profesora en el University College de Londres y mi interés de larga data es entender la naturaleza y la acción de las drogas psiquiátricas. También trabajo en el Servicio Nacional de Salud como psiquiatra consultor y lo he hecho durante 30 años más o menos. Veo a personas con depresión y ocasionalmente prescribo medicamentos después de una cuidadosa consideración.

Lo que se ha dicho a la gente sobre la serotonina y la depresión

La idea de que la serotonina podría estar involucrada en la depresión se propuso por primera vez en la década de 1960 y se conoció como la teoría de la serotonina de la depresión. El mensaje público comenzó en la década de 1990, cuando la industria farmacéutica estaba comercializando su nueva gama de medicamentos antidepresivos, los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) como el Prozac. La serotonina es lo que se llama neurotransmisor, que es una sustancia química que ayuda a transmitir impulsos eléctricos en el sistema nervioso. Además del cerebro, está presente en el intestino y en las plaquetas sanguíneas (pequeños fragmentos de células implicados en la coagulación). Los antidepresivos ISRS aumentan la disponibilidad de serotonina en las sinapsis del cerebro (los huecos entre las células nerviosas adyacentes donde los impulsos se transfieren de un nervio a otro) a corto plazo al inhibir la acción de la proteína transportadora de serotonina que transporta la serotonina fuera de la sinapsis.

Así que se le dijo a la gente en los comerciales de televisión (en países como los Estados Unidos que tienen publicidad «directa al consumidor»), y en los sitios de Internet establecidos por compañías farmacéuticas que están disponibles en todo el mundo, que la depresión fue, o puede ser, causada por bajos niveles de serotonina, y que los antidepresivos podrían ayudar a normalizarlos.

Normalmente, no se proporcionaban otras explicaciones. También hubo una gran campaña de promoción dirigida a los médicos. A los médicos se les dio mercancía gratuita, como bolígrafos y tazas que mantenían el nombre del fármaco en sus mentes, y se les ofreció una lujosa hospitalidad, a veces incluyendo viajes gratuitos a conferencias en lugares atractivos y exóticos. Este nivel de soborno flagrante disminuyó en la década de 2000, pero el marketing había logrado establecer la idea de que la depresión es causada por un desequilibrio químico como un hecho en la mente de gran parte de la profesión médica y de la población en general.

Artículo recomendado: ¿Antidepresivos o placebos?

Sin embargo, la gente empezó a cuestionar la teoría de la serotonina a principios de la década de 2000. En 2005, dos académicos publicaron una investigación en la que compararon la información en los sitios web farmacéuticos con los pronunciamientos de ciertos investigadores, y encontraron una «desconexión» entre el marketing y las opiniones de los expertos (documento disponible aquí). En respuesta a la publicidad que rodea este artículo, varios psiquiatras destacados afirmaron que los psiquiatras nunca habían creído realmente en el «mito» del desequilibrio químico de todos modos. Sin embargo, cuando investigamos esto, descubrimos que la idea de que la serotonina es la causa o parte de las causas de la depresión fue ampliamente respaldada en la literatura científica en las décadas de 1990 y 2000 (artículo disponible aquí).

Sin embargo, lo más importante es que, incluso si los principales psiquiatras empezaban a dudar de que la evidencia de que la depresión estuviera relacionada con un bajo nivel de serotonina, nadie se lo dijo al público. Aunque la industria farmacéutica ha perdido interés en los antidepresivos, ya que ya no están en patente y, por lo tanto, son menos rentables, hasta el día de hoy los medios de comunicación y algunos en la profesión médica siguen diciendo a la gente que la depresión se debe a un desequilibrio químico. En los últimos meses, al menos dos médicos han dicho esto en programas de radio y televisión británicos en horario estelar (en un caso en la BBC hace solo unos días).

Así que, aunque algunos de los comentaristas que tradicionalmente defienden los antidepresivos podrían decir que esto no cambia nada (ver algunos de los comentarios del Science Media Centre), la idea de que, de hecho, no hay evidencia convincente que respalde la idea de que la depresión es causada por un bajo nivel de serotonina es una gran noticia para mucha gente. Después de esta introducción bastante larga, quiero ofrecer algunas ideas sobre lo que la gente debería hacer de este hallazgo y, en particular, lo que las personas que están tomando antidepresivos podrían hacer al respecto.

Joanna Moncrieff explicando los resultados de su última investigación.

Qué hacen los antidepresivos

Muchas personas, incluidos muchos médicos e investigadores, asumen que la única forma en que los medicamentos pueden «funcionar» o afectar a las personas con problemas de salud mental es corrigiendo una anomalía subyacente, ya sea que esa anomalía sea un desequilibrio químico o algo más complejo. Pero hay otras explicaciones sobre cómo las drogas afectan a las personas.

En primer lugar, es importante recordar que la mayor parte del efecto de un antidepresivo se debe a una combinación del curso natural de nuestro estado de ánimo y los efectos del placebo (una píldora que no contiene ningún ingrediente activo). Los ensayos controlados aleatorios que comparan los antidepresivos y el placebo son la base para el uso de antidepresivos. La evidencia de estos ensayos son analizados por los organismos reguladores como la FDA de los Estados Unidos (Administración de Alimentos y Medicamentos) y la MHRA (Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios) del Reino Unido cuándo licencian un medicamento. Es lo que instituciones como NICE (Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Asistencia Social) consideran cuando elabora sus directrices y recomendaciones sobre cómo tratar la depresión. Cuando se reúnen todos estos ensayos (como en este documento de metaanálisis), muestran que los antidepresivos son un poco mejores que un placebo (una píldora de azúcar inactiva), pero no mucho. A las personas que toman el placebo casi igual de bien. De hecho, no es seguro que haya mucha diferencia en absoluto, porque hay problemas metodológicos con estos estudios que pueden explicar esta pequeña diferencia entre los medicamentos y el placebo. Estos incluyen la posibilidad de que las personas que toman antidepresivos tengan un efecto placebo mejorado porque algunos de ellos identifican que obtuvieron el medicamento real debido a efectos secundarios u otros cambios sutiles, y esto induce optimismo, lo que ayuda con la recuperación. Lee más sobre estas preocupaciones con los ensayos antidepresivos en este documento y en este. Otros puntos importantes son que estos ensayos son llevados a cabo casi todos por compañías farmacéuticas, y la gran mayoría de ellos duran solo unas pocas semanas. Sin embargo, muchas personas terminan tomando antidepresivos durante meses y con frecuencia años, pero hay muy pocos estudios de uso a largo plazo.

Entonces, ¿qué más podría estar produciendo esta pequeña diferencia entre los antidepresivos y los placebos, suponiendo que no sea un artefacto de los métodos de ensayo? ¿Podrían los antidepresivos estar trabajando en alguna otra sustancia química o vía cerebral que produzca depresión? Teóricamente, podrían serlo, pero no hay acuerdo sobre lo que esto podría ser y no hay evidencia consistente que apoye teorías alternativas.

Cómo afectan los antidepresivos a las personas

Sabemos que los ISRS modifican la serotonina, por lo tanto, si no están corrigiendo una deficiencia subyacente, tenemos que concluir que en realidad están cambiando nuestra química cerebral normal. Los medicamentos que cambian la química cerebral afectan a nuestros estados mentales y emociones. El alcohol, por ejemplo, cambia la química de nuestro cerebro y afecta a nuestro estado de ánimo. Se dice que puede ayudarnos a “enterrar nuestras penas” temporalmente. Los antidepresivos no tienen los mismos efectos químicos o conductuales que el alcohol, pero se ha informado de que adormecen las emociones en un sentido general. Hacen que tanto las emociones negativas como las positivas sean menos intensas. Este efecto puede estar relacionado con su capacidad bien reconocida para producir disfunción sexual, incluida la reducción del deseo sexual.

Artículo recomendado: La accidentada historia de la depresión y la serotonina

La propuesta de que los medicamentos como los antidepresivos funcionen cambiando la química cerebral normal y cambiando la actividad mental y las emociones normales es lo que he llamado el «modelo de acción de las drogas centrado en las drogas». Lo llamo así para distinguirlo del «modelo de acción de los medicamentos centrado en la enfermedad», que es la idea de que los medicamentos funcionan invirtiendo una hipotética anomalía subyacente, como la baja serotonina, que se supone que da lugar a síntomas. He estado escribiendo sobre estas formas alternativas de entender cómo las drogas podrían afectar a las personas con problemas de salud mental de todo tipo durante mucho tiempo. Mi primer artículo sobre el tema publicado en 2005 está aquí, y aquí hay un artículo al respecto publicado en el British Medical Journal en 2009. A la gente también le gustaría leer un artículo anterior que resume las ideas bastante brevemente y, si la gente está realmente interesada, he publicado varios libros, el primero de los cuales es The Myth of the Chemical Cure, y el más reciente A Straight Talking Introduction to Psychiatric Drugs, edición revisada, 2020.

El modelo centrado en las drogas nos ayuda a entender que las drogas que afectan al cerebro cambian nuestro estado mental al cambiar la forma en que nuestro cerebro funciona normalmente. A corto plazo, algunos medicamentos pueden producir efectos que se experimentan como útiles para las personas que se encuentran en un estado de angustia aguda o ansiedad. Tomar un medicamento que adormece las emociones puede proporcionar alivio a corto plazo a alguien que está profundamente infeliz, temeroso o confundido, pero a largo plazo, tomar un medicamento que altera la química normal del cerebro puede tener efectos dañinos. De hecho, sabemos que los antidepresivos causan dependencia física. El cerebro se altera para tratar de contrarrestar los efectos de la droga, y luego, cuando las personas omiten una dosis o dejan de tomar la droga, experimentan efectos de abstinencia que son consecuencia de que los cambios cerebrales ya no se oponen a los medicamentos. Estos pueden ser graves y prolongados, especialmente si las personas han consumido las drogas durante mucho tiempo y, por supuesto, son bien conocidas en la sociedad en relación con el consumo de alcohol y otras drogas recreativas.

El uso a largo plazo de drogas que adormecen las emociones también puede tener consecuencias psicológicas dañinas porque puede impedir que las personas encuentren otras formas potencialmente más duraderas de manejar sus emociones. También puede impedir que las personas identifiquen y aborden los problemas que las deprimieron en primer lugar.

¿Qué causa la depresión?

Entonces, si la depresión no es causada por un bajo nivel de serotonina, ¿por qué se causa? Los presentadores de televisión y radio me han hecho esta pregunta en varias ocasiones en los últimos días. Muchos psiquiatras asumen que debe haber algunos procesos cerebrales que causen depresión que aún no hemos descubierto completamente. Este podría ser el caso, pero por el momento, se trata simplemente de especulación. Un artículo de 2019 revisó la investigación sobre todas las principales teorías biológicas de la depresión y concluyó que «hay una falta de evidencia de las principales teorías biológicas para el inicio y el mantenimiento de la depresión».

Así que tal vez pensar en la depresión como una enfermedad cerebral sea la forma equivocada de pensar en ella. Tal vez necesitemos un tipo de marco diferente. Tal vez nuestra comprensión común de la depresión sea más útil que una médica. Aunque nuestro cerebro está involucrado en todo lo que pensamos y hacemos, por supuesto, nuestros estados de ánimo y emociones casi siempre son reacciones a los acontecimientos de nuestras vidas. Nos sentimos bien cuando las cosas van bien, y tristes, ansiosos, enfadados o frustrados cuando las cosas van mal. Nuestro gran cerebro humano es lo que nos da la capacidad de reflexionar sobre nuestras circunstancias y evaluar si nos gustan o no, y nos permite experimentar emociones, pero el cerebro no es la causa de estas emociones. Por el contrario, sabemos que los eventos adversos de la vida, como la pobreza, la deuda, el divorcio, el abuso infantil, la soledad, etc., predicen fuertemente si alguien se deprimirá o no. Esto no quiere decir que la depresión a veces no pueda ser muy grave y que los eventos que pueden haber causado difícil de identificar.

El informe de la Sociedad Británica de Psicología sobre la depresión publicado en 2020 argumenta que «la depresión se piensa mejor como una experiencia, o un conjunto de experiencias, en lugar de como una enfermedad. La experiencia que llamamos depresión es una forma de angustia. La profundidad de la angustia en sí, así como los eventos y circunstancias que contribuyen, pueden cambiar la vida e incluso poner en peligro la vida. Sin embargo, llamarla una enfermedad es solo una forma de pensar en ella, con ventajas y desventajas».

Organismos internacionales como las Naciones Unidas y la OMS (Organización Mundial de la Salud) también han expresado su preocupación porque pensar en la depresión y la ansiedad como problemas médicos no es apropiado ni útil y está llevando a «una dependencia excesiva de las drogas psicotrópicas en detrimento de las intervenciones psicosociales» (OMS, 2021).

Por supuesto, los médicos no creen que la depresión solo tenga causas biológicas, incluso aquellos que te dicen que la depresión es causada por un desequilibrio químico. Siempre reconocen que las circunstancias personales y sociales y los acontecimientos de la vida también son importantes. Algunos se refieren a esta idea de que la depresión tiene causas mixtas como el modelo «biopsicosocial”. Pero el componente biológico es necesario e inevitablemente el componente más importante de esta mezcla. Si hay una causa o componente biológico en la causalidad de una afección, entonces esto es lo que hay que tratar. Si su estado de ánimo bajo es consecuencia de que su glándula tiroides no funciona correctamente, o de una enfermedad infecciosa como la fiebre glandular, tiene que tratar la enfermedad. Las cosas que suceden en tu vida solo son indirectamente relevantes. Por lo tanto, decirle a la gente que la depresión es causada por un desequilibrio químico implica lógicamente que otras causas no son tan importantes, lo que significa que en la práctica pueden ser minimizadas o ignoradas.

¿Cómo debemos ayudar a las personas con depresión?

Si entendemos la depresión como una reacción a las cosas que salen mal en la vida, entonces tratar la depresión significa ayudar a las personas a arreglar esas cosas. Obviamente, las circunstancias que deprimen a las personas son individuales, por lo que las soluciones también serán individuales. Algunas personas necesitarán apoyo para abordar los problemas familiares o de relación, otras necesitarán asesoramiento y apoyo con problemas de empleo; algunas pueden necesitar ayuda para resolver la deuda o los problemas financieros o de vivienda.

También hay algunas cosas generales que la gente puede hacer para mejorar su estado de ánimo. La guía de depresión de NICE enumera nueve tratamientos para la depresión «menos grave» y ocho tratamientos para la depresión «más grave» (el nuevo término para la depresión moderada y grave) que las personas pueden seguir como alternativa a tomar medicamentos que han demostrado ser útiles en ensayos aleatorios. Estos incluyen varias formas de psicoterapia, incluida la terapia cognitiva conductual (TCC) y la terapia de resolución de problemas, así como el ejercicio y la atención plena o la meditación. A veces las personas no están muy seguras de por qué están deprimidas, y la terapia puede ayudarles a explorar qué es lo que podría necesitar cambiar para que se sientan mejor.

Algunas personas se deprimen mucho. Pueden perder el contacto con la realidad y pensar que todos están en contra de ellos (esto a veces se llama «depresión psicótica«) y algunos incluso tratan de quitarse la vida. Es tentador suponer que en estos casos la medicación es más eficaz, pero no se ha demostrado que sea así. La gravedad de la depresión no tiene ningún efecto o un pequeño efecto en la respuesta de las personas a los antidepresivos en ensayos controlados con placebo y un análisis encontró que los estudios que involucran a personas en el hospital que tienen las formas más graves de depresión no mostraron que los antidepresivos sean muy efectivos. Es importante mantener a las personas seguras en estas situaciones, y recordar que la gran mayoría de las personas se recuperan de la depresión con el tiempo, aunque puede llevar meses y durante algunos incluso unos pocos años.

Qué hacer si está tomando antidepresivos

A muchas personas que toman antidepresivos hoy en día su médico les ha dicho que tienen un desequilibrio químico y que el antidepresivo ayudará a corregirlo. Si eres tú, es posible que te sientas sorprendido y molesto por la noticia de que los vínculos sugeridos entre la depresión y la baja serotonina no se han demostrado. Puede que te preguntes qué le está haciendo el antidepresivo a tu cerebro si no está corrigiendo un desequilibrio subyacente.

Si estás reevaluando el uso de antidepresivos a la luz de esta nueva información, le animo a que se tome su tiempo para reflexionar sobre cómo podrían estar afectando exactamente los antidepresivos. ¿Qué «efectos secundarios» estás experimentando? ¿Experimentas entumecimiento emocional y, si es así, te resulta útil o te resulta desagradable? Será útil discutir esta nueva información con su familia y amigos, así como con su médico. También es posible que quieras leer mi artículo sobre lo que deberías pensar antes de empezar a tomar un medicamento para un problema de salud mental.

Es muy importante que no detengas tus antidepresivos de repente o demasiado rápido.

Sabemos que muchas personas sufren síntomas de abstinencia cuando intentan interrumpir su antidepresivo y estos pueden ser graves y prolongados para algunas personas, especialmente las personas que han usado antidepresivos durante mucho tiempo.
Si estás considerando suspender sus antidepresivos, debes hacer una lista de cuáles cree que son los efectos positivos y negativos de estar en ellos. Si consideras que los aspectos negativos superan a los positivos y quieres detenerlos, debes hacerlo de forma muy gradual con el apoyo de tu médico o un profesional de la salud experto. Hay orientación útil sobre cómo hacerlo en el sitio web del Royal College of Psychiatrists aquí.

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  • Ciencia y Evidencia en Psicología

Cómo afectan los síntomas depresivos de las madres al desarrollo socioemocional de sus hijos

  • Equipo de Redacción
  • 05/08/2022

La personalidad y la salud mental de madres y padres influye en el desarrollo socioemocional y cognitivo-motor de los niños y, de hecho, las prácticas de crianza juegan un papel mediador, según los hallazgos de un estudio reciente (Vásquez-Echeverría et al., 2022).

Los autores buscaron explorar cómo interactúan los diferentes procesos de crianza, utilizando datos transversales de una muestra uruguaya representativa a nivel nacional.

Por qué es importante

En general, la salud mental, los rasgos de personalidad del cuidador y la posición socioeconómica del hogar se interrelacionan y actúan juntos para dar forma al desarrollo infantil. Conocer esto puede ser útil para mejorar el diseño de políticas públicas o para informar el trabajo de los profesionales que tienen como objetivo promover el desarrollo infantil o la crianza positiva.

Qué metodología usaron

Los investigadores analizaron datos de una encuesta de primera infancia de familias uruguayas, llamada Encuesta de Nutrición, Desarrollo y Salud Infantil (ENDIS). Se centraron en los datos informados por las madres, con una muestra final de 4693 niños de entre 0 meses y 6 años de edad y sus madres. Además de las medidas demográficas como el ingreso familiar, las madres completaron medidas de síntomas depresivos y evaluaciones sobre los Cinco Grandes rasgos de personalidad: extraversión, amabilidad, escrupulosidad, neuroticismo y apertura a la experiencia.

Las madres también completaron instrumentos sobre el comportamiento de sus hijos, con elementos diseñados para evaluar el desarrollo cognitivo-motor y el desarrollo socioemocional. Un entrevistador también realizó una observación del niño en su entorno familiar, que incluyó evaluaciones de la agresividad/hostilidad del cuidador hacia el niño y su calidez/afecto hacia el niño.

Qué encontraron

Los rasgos de personalidad de las madres estaban vinculados a los resultados del desarrollo de los niños: las madres que puntuaron más bajo en neuroticismo y más alto en extraversión, amabilidad, apertura a la experiencia y escrupulosidad tendieron a tener hijos con un mejor desarrollo cognitivo-motor y menos problemas de conducta. Las madres que eran mayores, reportaron ingresos familiares más altos, tenían menos síntomas depresivos y participaban en una crianza positiva también tendían a tener hijos con un mejor desarrollo cognitivo-motor y socioemocional.

Luego, los investigadores aplicaron análisis de ruta para explorar más a fondo las relaciones entre estas variables. Esto reveló que el desarrollo socioemocional estaba directamente relacionado con las prácticas de crianza de las madres y la sintomatología depresiva. Además, las prácticas de crianza y la depresión materna explicaron en parte la relación entre los ingresos del hogar y el desarrollo socioemocional de los niños. En general, la depresión materna parecía estar más fuertemente asociada con el desarrollo socioemocional de los niños que con la personalidad.

Además, las prácticas de crianza explicaron en parte la relación entre los síntomas depresivos de las madres y los problemas socioemocionales de los niños. Los autores dicen que esto está en línea con la investigación que sugiere que las madres deprimidas tienden a ser menos receptivas emocionalmente. La falta de capacidad de respuesta puede producir un ambiente desfavorable y menos estimulante para el niño, perjudicando su progreso socioemocional.

Las prácticas de crianza también se asociaron directamente con el desarrollo cognitivo-motor de los niños. La apertura de las madres y los ingresos del hogar se relacionaron indirectamente con el desarrollo de los niños, a través de las prácticas de crianza. Según los autores del estudio, estos hallazgos dan fe del papel crucial de la crianza positiva en el desarrollo cognitivo-motor de los niños.

Destacaron que los efectos de las variables distales (por ejemplo, personalidad, nivel socioeconómico) en el desarrollo infantil se explican en gran medida por las variables intermedias, en particular las prácticas de crianza. En otras palabras, hallaron asociaciones entre niveles más altos de síntomas depresivos, un nivel socioeconómico más bajo en el hogar y una menor apertura de padres y madres, por un lado, y madres con prácticas de crianza menos cálidas y más duras, por el otro. 

Dentro de los límites señalan que no se puede establecer la causalidad ya que su estudio se basó en datos transversales. Futuras investigaciones longitudinales pueden arrojar más luz sobre la relación direccional de las variables. No obstante, dicen que sus resultados pueden ayudar a informar intervenciones para niños pequeños y sus madres.

Referencia bibliográfica: Vásquez-Echeverría, A., Alvarez-Nuñez, L., Gonzalez, M., Loose, T., & Rudnitzky, F. (2022). Role of parenting practices, mother’s personality and depressive symptoms in early child development. En Infant Behavior and Development (Vol. 67, p. 101701). https://doi.org/10.1016/j.infbeh.2022.101701

Fuente: Psypost

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